Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

57.Besando a Sung Kyu (03) por dayanstyle

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Woo Hyun se asomó por entre los barrotes, pero no vio a nadie en el pasillo más que un brillo de color amarillo. Él había estado sentado en esta celda durante horas después de que el oficial Johnson había llegado a su apartamento para arrestarlo. Una maldita multa de estacionamiento sin pagar. Eso fue por lo que el policía lo arrestó. Woo Hyun nunca había oído hablar de un oficial de la policía llegando a la casa de alguien para hacer un arresto por algo tan malditamente menor. Johnson ni siquiera había permitido a Woo Hyun hacer una llamada telefónica.

El policía lo había empujado a la celda donde lo había encerrado y dejado para que se pudriera. Woo Hyun no había visto a nadie desde entonces. Si pudiera hacer una llamada telefónica, Woo Hyun estaba bastante seguro que podría llamar a su padre para que le prestara el dinero. Su padre le daría un sermón, y probablemente trataría de palmear su trasero por ser arrestado, a pesar de que Woo Hyun era un hombre adulto ahora.

Pero él se encargaría de que saliera de aquí. Ni siquiera había tenido la oportunidad de llamar a Sung Kyu para decirle dónde estaba. La triste realidad era que Woo Hyun ni siquiera tenía el número de teléfono de Sung Kyu. Nunca se había molestado en preguntarle. El chico había estado acechándolo por lo que siempre estaba cerca. Woo Hyun no lo había necesitado. Ahora necesitaba ese número. Con un suspiro de cansancio, Woo Hyun se sentó en el duro catre. Tarde o temprano alguien tenía que venir aquí a buscarlo. Johnson no podía sólo encerrarlo y olvidarse de él.

Por la forma en que el loco policía había estado actuando, a Woo Hyun no le extrañaría que el hombre hiciera eso.

—¿Por qué estás aquí?

 

Woo Hyun se alejó de su catre y se dirigió de nuevo hacia las barras. Él había pensado que estaba aquí solo en la fila de celdas. Aparentemente también se olvidaron de alguien más.

—Multa de estacionamiento —admitió.

 

—¿En serio? —la voz profunda preguntó en lo que parecía aturdida incredulidad—. ¿Ellos te detuvieron por una multa de estacionamiento sin pagar?

—Supongo que sí.

—Entonces estoy muy jodido —dijo la hosca voz.

 

—¿Cuánto tiempo has estado aquí? —preguntó Woo Hyun, preguntándose si era sólo de él, o si los policías en la Villa Kim se olvidaban intencionadamente de sus prisioneros. Siendo esta la primera vez que Woo Hyun había sido detenido, no estaba seguro de cómo se hacían las cosas aquí.

—Dos días —fue la respuesta.

 

No había manera de que Woo Hyun estuviera aquí durante dos días. Era una maldita infracción por mal estacionamiento cuando su carro se apagó en medio del tráfico. No lo había hecho intencionalmente. El maldito carro había dejado de funcionar. ¿Qué se suponía que debía hacer?

Con toda honestidad, Woo Hyun había olvidado la multa. Estaba más preocupado por lograr arreglar el carro. Pero ahora estaba aquí sentado en la cárcel por no pagarla.

—¿Ese es el tiempo normal? —le preguntó—. ¿Dos días?

—Nunca he sido detenido por una infracción. No estoy seguro de cuánto tiempo te mantendrán aquí. Tu abogado debería estar aquí pronto, o a quien hayas llamado. Ellos pueden sacarte.

Woo Hyun se aferró a las barras más fuerte. —No se me permitió hacer una llamada. Me trajeron directamente hasta aquí.

—Huh —dijo el hombre. Esa palabra preocupó a Woo Hyun. No se oía prometedor—. Eso es extraño. Los policías aquí son bastante buenos haciendo que hagas tu llamada y que el sistema te procese antes de encerrarte en una celda.

Woo Hyun no había pasado por nada de eso. Ahora que pensaba en ello, Johnson lo había llevado por la puerta de atrás y bajaron las escaleras. Woo Hyun no había visto un alma desde que entraron por la puerta. Estaba empezando a sospechar que quizá Johnson lo estaba escondiendo aquí.

Pero ¿por qué?

 

¿Cuáles eran sus intenciones?

 

El tipo era espeluznante como el infierno, pero Woo Hyun no sabía lo que se proponía. El oficial Johnson tenía una extraña obsesión con Sung Kyu, pero no podía entender cómo el encerrarlo aquí serviría para algo. Woo Hyun necesitaba que alguien llegara aquí abajo, pronto. Tenía la sensación de que estaba aquí ilegalmente.

—¿Cómo se obtiene la atención de los policías? — preguntó.

Una suave risa le llegó. —¿De verdad lo quieres saber, chico?

Woo Hyun se estremeció ante el profundo sonido. —No, quiero decir, ¿cómo puedo hablar con uno de ellos? —Woo Hyun miró a su alrededor, pero no había nada que pudiera utilizar para llamar la atención. Había una cama que sobresalía de la pared con un delgado colchón cubierto de plástico, un inodoro que le daba asco, y una ventana con barrotes en ella. Nada más había en la celda con él.

Alejándose de las barras, Woo Hyun se subió a la cama y miró por la ventana. El estacionamiento estaba justo detrás de las rejas. Vio a alguien caminando hacia su carro. Llegando a los barrotes, Woo Hyun le dio un puñetazo al cristal. Era grueso, absorbía el sonido. Eso le dijo que gritar pidiendo ayuda sería inútil.

Pero el chico de pelo oscuro le recordaba a Woo Hyun a alguien con herencia italiana. Se giró y miró hacia él frunciendo las gruesas cejas. Woo Hyun le hizo señas diciéndole al hombre con los ojos café claro que se acercara a la ventana. Pensó que el tipo sólo se acercaría pero sacó algo del bolsillo interior de su chaqueta de cuero marrón y se quedó mirándolo. El objeto parecía una hoja de papel.

Woo Hyun estaba malditamente llorando de alivio cuando el hombre comenzó a caminar hacia el edificio. Saltó, corriendo a las barras. Esperando, que quien fuera el hombre, llegara a rescatarlo. Woo Hyun no estaba seguro de qué estaba haciendo el hombre, pero bajar aquí no fue una de las cosas que el hombre tenía en su lista de cosas por hacer.

Sintiéndose abatido, Woo Hyun se alejó de las barras y se sentó en la cama, jalando sus piernas al pecho y abrazándolas. No estaba seguro de lo que estaba pasando, pero esperaba como el infierno no pasar el día aquí. Se preguntó qué estaría haciendo Sung Kyu, si incluso se había dado cuenta de que Woo Hyun no estaba. Mientras pensaba en su pareja, Woo Hyun comenzó a añorar el sentir los fuertes brazos de Sung Kyu a su alrededor, el hombre le diría que todo iba a estar bien. Woo Hyun sufría porque Sung Kyu estuviera aquí y le dijera que nada malo iba a sucederle.

 

¿Qué pasaba si Johnson regresaba y lo sacaba de la celda, por la puerta trasera, a un lugar en el que nadie fuera capaz de encontrarlo? Su estómago se hizo un nudo ante la idea.

La oreja de Woo Hyun se animó cuando oyó pasos acercándose. Su corazón empezó a golpear detrás de sus costillas al pensar que tal vez Johnson había regresado. Él lucharía contra el hombre con uñas y dientes para no ser alejado en silencio. Woo Hyun no iba a dejar que el hombre se lo llevara.

Pero ese no fue el que se presentó delante de su celda. Era peor. Su padre estaba allí, la decepción en sus ojos mientras miraba a Woo Hyun.

—¿Arrestado?

 

No estaba seguro de cómo su padre sabía que estaba aquí. Woo Hyun no había sido capaz de hacer una llamada telefónica.

—La señorita Fortuna me llamó —su padre respondió a la pregunta pensada de Woo Hyun.

—¿La anciana del pasillo? —preguntó. Woo Hyun no era consciente de que ella supiera quién era él, y mucho menos su padre. Él le había dicho hola de pasada, pero nunca había tenido una conversación con ella.

Su padre asintió. —Ella era mi profesora en la escuela primaria. Me mantiene al tanto de lo que estás haciendo.

Woo Hyun estaba mortificado de saber que la viejita cruzando el pasillo era espía de su padre. Él respiró lenta y constante, diciéndose a sí mismo que no estallara. Por un lado, era su padre. Aunque el hombre se había convertido en malhumorado y distante, Woo Hyun aún lo respetaba. Se acordó de un hombre que se reía mucho y pasaba tiempo con él, enseñándole cosas y hacía lo que se supone que los papás hacían. Desde que su mamá murió, no había sido él mismo. Woo Hyun anhelaba la relación que solían tener, pero se dijo que había pasado el tiempo y que no pensara demasiado en lo que solía ser.

Su padre era de la vieja escuela. No compraba nada que no fuera hecho en Corea, creció en una granja —tenía una cuando se casó con la mamá de Woo Hyun—, creía en la libertad y la independencia. Él era una totalmente- coreana persona. Era un buen hombre, justo, amable, y siempre ayudaba a otros.

Woo Hyun no recordaba que hubiera dicho una sola dura palabra a ninguna persona cuando él estaba creciendo. La distancia entre ellos lo estaba matando.

En segundo lugar, no quería seguir atrapado en esta celda. Quería salir. Woo Hyun no pertenecía aquí y no necesitaba que la señorita Fortuna lo espiara. Curvando sus dedos alrededor de la barra, Woo Hyun miró el pasillo para asegurarse de que no había nadie. —Tengo que hablar contigo. Es muy importante.

Su padre se acercó, sus ojos de color azul oscuro llenos de preocupación. —¿Qué  sucede?

Sacudiendo la cabeza, Woo Hyun rezó para que su padre lo escuchara. —No aquí. —Woo Hyun retrocedió cuando el hombre del estacionamiento llegó por el pasillo directamente hacia ellos.

—Hijo, él es el detective Kwang Hee.

 

Woo Hyun había estado en lo correcto en su suposición de que el hombre era italiano. Parecía que tenía mezcla con alguna etnia más, pero Woo Hyun no quería mirarlo demasiado directo para averiguarlo. Ya estaba en la cárcel. Él no quería permanecer allí por ofender al policía. Un policía loco tras él era suficiente.

—¿Cómo has llegado hasta aquí? —preguntó el detective Kwang Hee, su acento grueso—. No estás en los libros.

Woo Hyun tenía miedo de decirle cómo había terminado en la celda. ¿No era que todos policías eran unidos? ¿Qué pasaría si todos los policías de la estación eran corruptos? Woo Hyun no sabía más. Había crecido con la creencia de que los policías estaban allí para ayudar a la gente. Johnson había demostrado que la teoría estaba equivocada, Ahora estaba indeciso, temía al hombre que estaba de pie delante de él. Sus ojos parpadearon hacía su padre pidiendo fuerza antes de susurrar: —El oficial Johnson me puso aquí abajo.

Woo Hyun realmente deseaba que Sung Kyu estuviera aquí ahora mismo. Se sentía demasiado malditamente vulnerable y necesitaba el confort de su pareja. Con la forma en que su padre había estado actuando, ni siquiera estaba seguro de que su padre fuera a ayudar.

—¿Te dijo por qué te detuvieron? —preguntó Kwang Hee.

 

Rascándose el cuello, Woo Hyun asintió. —Vino a mi casa a detenerme por una infracción de estacionamiento sin pagar.

Kwang Hee, que había estado de pie allí con una expresión inescrutable, abrió los ojos, pero no dijo una palabra. Su padre tenía la misma mirada incrédula.

Los ojos de Woo Hyun se posaron en la mano del detective Kwang Hee cuando oyó las llaves tintinear. —No estoy seguro de lo que está pasando, pero tendrás que esperar en la sala de entrevistas hasta que resuelva esto.

Eso era mejor que esperar aquí. Kwang Hee metió la llave en la puerta de la celda y la abrió. Woo Hyun nunca había disfrutado de su libertad tanto como ahora. Salió de la celda rápidamente,  rezando  para   nunca   sentir  esa sensación claustrofóbica de estar encerrado de nuevo.

—Sígueme. —El detective Kwang Hee los condujo por el pasillo.

Woo Hyun se asomó en la celda donde un hombre estaba acostado, su grueso brazo sobre los ojos. Ese tenía que ser el tipo que había estado hablando con él. Woo Hyun quería preguntar lo que había hecho, pero mantuvo los labios sellados. No era asunto de su incumbencia.

El detective les mostró un cuarto que tenía una mesa y unas cuantas sillas. «Sala de entrevistas, mi culo». Woo Hyun había visto suficientes programas de policías para saber que el gran espejo de la pared era un espejo de doble cara. Esta era una  sala de interrogatorios. Quería dar la vuelta y correr tan lejos como pudiera de este lugar pero, obediente, se sentó ante la mesa. Su padre se sentó en la silla a su lado.

—No debería tomar mucho tiempo aclarar esto. —El detective cerró el puerta tras de sí, y Woo Hyun sabía que estaban encerrados. Miró alrededor, preguntándose si había alguien detrás del espejo. A medida que sus ojos recorrieron la habitación, se dio cuenta de una cámara montada en una de las esquinas superiores de la pared. No le sorprendería si hubiera también un micrófono.

Woo Hyun imaginó un montón de hostiles policías detrás del espejo fijo en la pared gris, esperando que confesara un asesinato o algo así. Teniendo la oportunidad, Woo Hyun se inclinó y acercó la mano al oído de su padre. Por suerte, su padre no se apartó. De hecho, él se acercó más.

—Hay… —Woo Hyun no estaba seguro de cómo decir lo que tenía que decir sin oírse como un loco. Antes de conocer a Cory, si alguien le hubiera dicho que existían los shifters, se habría reído en su cara y pensaría que necesitaba una buena dosis de terapia o medicamentos—, hay más que humanos en la Villa Kim. —Sabía que estaba traicionando la confianza de Sung Kyu, pero Woo Hyun tenía que permitir que su padre supiera lo que estaba pasando.

Su padre se apartó y sacudió la cabeza. Woo Hyun sintió que la esperanza de que su padre se quedara en su esquina se deslizaba. —¿Sabes lo que estás diciendo?

Lo sabía, e incluso para sus oídos se oía descabellado.

—Es verdad.

 

Su padre comenzó a frotar su frente. Su expresión parecía en conflicto. —Quiero creerte. Sí, pero lo que me estás diciendo... —Woo Hyun podía ver la lucha en los ojos de su padre.

—No estoy loco —susurró.

—No aquí.

 

Woo Hyun no estaba seguro de lo que eso significaba. ¿Su padre le creía? Cuando el hombre miró alrededor de la sala, y luego a la cámara, la esperanza se encendió una vez más. Quizás su padre realmente estaba en su esquina. Su relación era difícil, pero rezó porque el hombre no lo descartara como loco.

—¿Me crees?

 

Antes de que su padre pudiera responder, la puerta de la sala de interrogatorios se abrió. Woo Hyun se sorprendió al ver al alcalde entrar. Era alto, intimidante, y se veía tan enojado como el infierno. Había unos cuantos hombres que siguieron al alcalde al cuarto. Woo Hyun no estaba seguro de por qué el hombre estaba aquí. Era una maldita multa sin pagar. ¿Qué demonios estaba pasando, y por qué una multa traía aquí al alcalde?

 

Woo Hyun pronto se olvidó de todas sus preguntas cuando Sung Kyu entró en la habitación. De inmediato saltó de su silla y fue hacía su coyote. Woo Hyun nunca había sido tan feliz de ver a alguien en su vida. Sung Kyu envolvió sus brazos alrededor de él, y Woo Hyun sintió como si el mundo ya no fuera un mal lugar. Se sentía seguro y agradecido.

—Eres libre de irte, Woo Hyun —dijo Jongin—. Trata de recordar pagar tus multas.

Woo Hyun se apartó y miró a Jongin. —¿Realmente estoy aquí por una multa?

—Voy a explicártelo —Sung Kyu dijo mientras jalaba a Woo Hyun fuera del cuarto.

—Te quiero en mi casa, Woo Hyun. Tenemos que terminar esta conversación —su padre dijo mientras se dirigía a la puerta—. No hemos terminado de hablar.

—Voy a estar ahí —prometió. Su padre estaba dispuesto a escuchar. Era más de lo que Woo Hyun tenía de él en mucho tiempo. Pediría perdón a Sung Kyu y luego le explicaría a su padre lo que él sabía. No era mucho, pero Woo Hyun sentía que su padre debería de estar informado. Parecía peligroso estar en la Villa Kim. Si su padre sabía de qué mantenerse alejado, podría mantenerlo a salvo.

—¿Tú se lo has dicho?

 

Woo Hyun tragó saliva ante la pregunta de Jongin y luego dio un pequeño guiño. Sung Kyu le había dicho que Jongin era un lobo. Mirando a los ojos color gris claro y la amenaza en la cara del hombre, Woo Hyun le creyó.

Jongin se giró hacia el padre de Woo Hyun. —Parece que tú y yo tendremos una charla.

Su padre parecía confundido mientras salía.

 

—Gracias —dijo Sung Kyu a Jongin mientras sacaba a Woo Hyun de la habitación.

—¿Qué está pasando? —Woo Hyun preguntó—. Sé que el policía está malditamente loco, pero tengo la sensación de que me estoy perdiendo algo aquí.

—Te lo explicaré todo cuando estemos con tu padre.

No quiero tener que repetirlo.

 

Woo Hyun confió en que Sung Kyu le diría lo que estaba sucediendo alrededor de este lugar. Vio que el detective Kwang Hee los observaba salir de la estación y se preguntó si también era un shifter.

Cuando se acercaron a la motocicleta de Sung Kyu, Woo Hyun jaló la mano de su pareja deteniéndolo. —Sólo dime una cosa, Sung Kyu. ¿Johnson nos seguirá molestando de nuevo? — Ese pensamiento atemorizaba a Woo Hyun. Tener a alguien tras él asustaba bastante. Mezclado al hecho de que era policía, era francamente aterrador.

Sung Kyu jaló la mano de Woo Hyun para conseguir que se moviera una vez más. —Nosotros no tenemos que preocuparnos más por él. El Ultionem se ha encargado de ese pequeño problema.

—¿El qué? —De alguna manera Woo Hyun tenía la sensación de que realmente no quería saber.

 

continuará...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).