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59. Calor en Aumento (05) por dayanstyle

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—¿Está viva? —Baekhyun preguntó mientras veía la hamburguesa de aspecto gracioso en el mostrador. Nunca había visto algo así antes.

—Es una hamburguesa vegetariana —respondió Jong Hoon—. ¿Cómo puede estar viva?

 Baekhyun se rascó la cabeza mientras caminaba alrededor del mostrador, con los ojos pegados a la cosa envuelta en papel de pergamino. —¿Cómo puede ser una hamburguesa si no tiene carne?

El olor de la parrilla se colaba a la cocina, por lo que Baekhyun tenía mucha hambre. Seung Hyun lo había invitado y a Chanyeol a una parrillada. Baekhyun ya estaba salivando ante el olor de los filetes y salchichas cocinándose. Él no estaba seguro de esa cosa que Jong Hoon planeaba que comiera.

Tenía ganas de tocar la hamburguesa con un palo.

 

—Es de soja. —Jong Hoon tomó un plato de papel y acomodó la hamburguesa de aspecto gracioso en ella.

—Oh, ¿las cosas que hay en la comida china?

 —No —contestó Jong Hoon mientras sacudía la cabeza—. Eso es salsa de soja.

Baekhyun estaba muy confundido. ¿No era lo mismo? Empujó la graciosa hamburguesa de su mente mientras se giraba hacia Jong Hoon. —¿Te metiste en problemas con Seung Hyun? —le preguntó mientras tomaba una papa de una bolsa abierta en el mostrador. Seung Hyun y Chanyeol estaban en la terraza de atrás, hablando de cosas de hombres. Cosas como carros de carreras y lo que Seung Hyun hacía para ganarse la vida.

«Aburrido».

 —No, Seung Hyun me hizo prometer que no le mentiría de nuevo.

 Baekhyun se rio mientras miraba por la ventana sobre el fregadero, asegurándose de que Chanyeol no estaba   escuchando.

—Me azotó.

 —¿Chanyeol te castiga? —Jong Hoon preguntó con incredulidad.

 —Fue mi idea —Baekhyun se jactó—. Yo le decía que no iba a estar encadenado a sus reglas, así que mi pareja seguía palmeando mi trasero. Por supuesto, él también hizo otras cosas, que hizo que mis dedos se doblaran. —Le guiñó un ojo a Jong Hoon, golpeando su pecho con orgullo—. Él piensa que me está castigando, pero no tiene idea de que estoy disfrutando cada  segundo de eso.

—Realmente eres un hombre retorcido. —Jong Hoon tomó el plato y se dirigió a la puerta. Baekhyun agarró el brazo de su amigo y lo jaló hacía atrás—. ¿Has oído hablar de Gaeko?

Chanyeol le dijo a Baekhyun que estaba chismoseando demasiado. Eso no era cierto. Baekhyun solo escuchaba cosas y transmitía la información. Si las cosas se hacían en público, entonces él no era el único que lo sabía y probablemente tampoco era el único en mover la lengua sobre eso.

—No. —Jong Hoon dejó el plato en la mesa—. ¿Qué sucedió?

 

Pensó en molestar a su amigo, pero esto era demasiado jugoso para mantenerlo para sí mismo. —Jo Kwon y Damon se enzarzaron en una pelea a puñetazos en el cine. Damon dijo que no le importaba lo que hiciera Gaeko, pero parece que Jo Kwon los había visto besándose frente al cine. Se necesitaron dos unidades de policía para separarlos.

 

—¡Lindo bebé!

 

«Maldición».

 

Chanyeol le había oído. «Maldito oído superior del hombre».

 

Baekhyun pronto se inclinó hacia delante, ahuecando la mano en el oído de Jong Hoon. —Ambos están sentados en la cárcel. —Se giró hacia la puerta de malla—. ¡Voy, Chanyeol!

Quizás tendría otra paliza.

 Baekhyun sonrió para sí mientras salía.

 

Seung Hyun salió a la terraza, con los ojos enfocándose en el letrero de campaña en su césped. ¿Quién infiernos era Shin Dong Hee? Quien fuera ese hombre estaba postulándose para alcalde.

Se preguntó si Jongin sabía esto. Saliendo de la terraza, Seung Hyun arrancó el cartel y lo arrojó a la parte trasera de la camioneta prestada. Lo tiraría cuando se fuera a trabajar.

Su día estaba arruinado. Seung Hyun tenía que ir a sacar a Jo Kwon de la cárcel por luchar en frente del cine. «Qué idiota». Si Seung Hyun no estuviera corto de personal, dejaría al hombre pudrirse en la cárcel.

Pero eso sólo lo dejaba con Yeon Soo y Sung Kyu. Seung Hyun no podía estar con solo dos hombres. No podía esperar a que Sampson y Flint comenzaran a trabajar el lunes. Jongin le había dicho a Seung Hyun que quería que contratara unas cuantas personas más, aparte de los dos que ya había contratado.

Eso estaba bien para Seung Hyun. Necesitaba más hombres.

 

—Estoy listo —dijo Jong Hoon mientras salía al porche—. Aunque estoy protestando por ir al Pit. ¿No puedes hablar con Jun Hoe?

—Te dije que arreglaras eso —dijo Seung Hyun mientras abría la puerta del pasajero—. La última vez que hablé con tu jefe, estaba listo para cubrirte.

—Aún estás tratando de hacer que sea un adulto —dijo Jong Hoon con una mueca mientras se abrochaba el cinturón de seguridad—. Protesto esa decisión tuya. Me gusta ser rebelde y hacer novillos. No lo hago muy a menudo.

—Pobre bebé. —Seung Hyun sonrió mientras cerraba la puerta de la camioneta. Y aquí él pensando que estaba tratando con un hombre muy tímido. Jong Hoon probaba que esa idea estaba equivocada. Pero a Seung Hyun le gustaba la pequeña vena salvaje de su pareja. Sólo rezaba para que el hombre nunca fuera atrapado en otra situación como la de ayer.

Eso le había quitado cien años de vida.

 

Seung Hyun llegó al pueblo, notando más y más que esos carteles de campaña aparecían por todas partes.

—¿Quién es Shin Dong Hee? —Jong Hoon preguntó mientras miraba por la ventana—. Nunca oí hablar de él.

—Yo tampoco —Seung Hyun respondió mientras entraba en la estación de policía—. ¿Esperas o vas a entrar?

Jong Hoon se desabrochó el cinturón de seguridad. —Voy a entrar. Nunca he estado en el interior de una comisaría de policía.

—No se trata de un viaje de estudios —Seung Hyun le recordó a su pareja mientras cerraba la puerta—. Estoy aquí para rescatar a un cabeza de chorlito que arruinó mi día contigo.

 

Jong Hoon apretó los labios, para no decirle a Seung Hyun que sabía algo. Dejó de caminar, agarrando el brazo de su pareja para detenerlo.

—Escupe.

 

Jong Hoon trató de darle una sonrisa inocente, sus ojos parpadeando rápidamente, pero Seung Hyun no se dejó engañar. Se dio cuenta de que su pequeño impala estaba tratando de evitar decirle lo que estaba sucediendo. Los ojos de su pareja se movían  demasiado  rápido  mientras  trataba  de  alejarse.   — ¿Escupir qué?

 

—¿De verdad me enviarás allí sin saber lo que está sucediendo? —Seung Hyun estaba aprendiendo que  Jong Hoon necesitaba persuasión para derramar sus tripas.

—¡Está bien! —Jong Hoon lanzó su mano en el aire, dejando escapar una respiración exagerada—. Baekhyun me dijo que Gaeko fue visto frente al cine con Jo Kwon. Ellos estaban afuera bastantes calientes. Damon los vio y se volvió loco. Damon y Jo Kwon comenzaron a luchar. Pero yo he visto a Damon en The Pit con Gaeko. Baekhyun ha visto a Jo Kwon en la cafetería con Gaeko, pero luego los dos vimos a Gaeko con el cajero del supermercado.

A Seung Hyun comenzó a dolerle la cabeza. Alzó la mano y empezó a frotar su sien, mientras trataba de entender lo que Jong Hoon le estaba diciendo. —¿Chismoseas mucho con Baekhyun?

—Y aquí él creyendo que su pareja necesitaba persuasión. Parecía que Seung Hyun tenía mucho que aprender sobre su pequeño impala.

—¿Después de todo lo que acabo de decir, eso es lo que preguntas?

—Parece que Gaeko no puede mantenerse en sus pantalones —respondió Seung Hyun—. No necesito más explicaciones sobre esa sórdida historia.

—Hablamos en nuestra hora de almuerzo —admitió Jong Hoon.

Así que su pareja era un chismoso. Seung Hyun tenía otro tema del que iba a tener que hablar con su pareja. Chismosear nunca era bueno. Eso siempre metía al chismoso en problemas. —¿Así que Jo Kwon está enojado porque pensaba que Gaeko era sólo de él?

Jong Hoon negó con la cabeza. —No.

Su dolor de cabeza estaba empeorando. —¿Por qué mi hombre está en la cárcel, Jong Hoon?

—Él está en la cárcel porque se encontró con el otro hombre. No hay manera de que no supiera sobre Damon. Infiernos, todo el pueblo lo sabe. No era como que Gaeko estuviera tratando de ocultar lo que estaba haciendo.

Así que Jong Hoon estaba especulando sobre por qué Jo Kwon estaba en la cárcel. El hecho es que Jo Kwon estaba peleando por un hombre. Eso era lo único que Seung Hyun necesitaba saber. Jo Kwon era un humano, no es como si no... —¿Gaeko es un shifter?

Si lo era, él estaba en un montón de problemas. Si uno de los tres hombres era su pareja, al salir con los tres estaba siendo infiel.

—No. Él es humano.

 

Seung Hyun no quería oír nada más. La migraña empezaba a extenderse a la parte de atrás de su puto cráneo. —Vamos a rescatar a mi chico para que pueda patearle el trasero. —Seung Hyun rezó a Dios que Jo Kwon no estuviera enamorado de Gaeko. Eso sólo empeoraría las cosas. Pero, de nuevo, sus acciones hablaban mucho.

Jo Kwon amaba a Gaeko.

 

Seung Hyun quería encadenar a Gaeko por sus bolas por ponerlo en este lío. A pesar de que él no era al que estaban engañando, su día se había arruinado. Tomando la mano de su pareja, Seung Hyun entró en la estación.

El sonido de un timbre del teléfono, gente murmurando, y el olor a café quemado le asaltó. Seung Hyun quería salir de aquí lo antes posible.

Le tomó dos horas y el dinero de la fianza sacarlo además de una fuerte advertencia de la policía a Jo Kwon de que se mantuviera alejado de Damon Myers. El hombre estaba hosco, sus hombros se hundían profundamente mientras salía al estacionamiento. El humano también lucía un buen moretón debajo del ojo derecho.

Por último, Seung Hyun no pudo morderse la lengua por más tiempo. —Tu vida personal es asunto tuyo. Pero cuando comienza a interferir con el trabajo, es cuando tengo que intervenir. Creo que debes de tomarte unos días de descanso para resolver las cosas Jo Kwon. Esto no va a quedar en tu registro permanente, pero parece que necesitas algún tiempo para calmarte. —Eso iba a dolerle al pequeño hombre pero Seung Hyun podía ver lo mal que estaba el bombero en este momento.

Podía ver que el hombre ya estaba sufriendo, pero quizás Jo Kwon podría utilizar algunos días para resolver su lío. El hombre era bastante inteligente, con una sonrisa que iluminaba la habitación. Podía tener a alguien un infierno mejor que Gaeko... quien fuera ese tipo.

—Lo siento, jefe —Jo Kwon dijo mientras comenzaba a alejarse—. Gracias por pagar la fianza.

Seung Hyun no estaba seguro de qué más podía decir. No sabía cómo reparar un corazón roto. Eso era algo que Jo Kwon iba a tener que hacer por su cuenta. Había aprendido hace mucho tiempo que en los asuntos del corazón era mejor dejarlos solos cuando los sentimientos no eran correspondidos.

 

—Espera —Jong Hoon le llamó. Se giró hacia Seung Hyun—. ¿Lo dejarás para que se vaya solo a su casa a revolcarse en su dolor? Míralo, está destrozado.

—¿Qué es lo que quieres que haga? —Seung Hyun preguntó—. No es como que tuviera gripe. No puedes darle de comer sopa de pollo y esperar a que se sienta mejor.

—No —dijo Jong Hoon mientras caminaba hacia Jo Kwon—, pero puedes darle un poco de compañía, estar allí para él.

Seung Hyun  gruñó. ¿Qué  sabía  él  de reparar  un corazón roto?

Nada. Pero sabía que podría ser capaz de ayudarlo a llorar.

 

—Vamos, vamos a darle un aventón.

 

Jong Hoon sonrió cariñosamente a Seung Hyun, haciendo que sus entrañas se apretaran. Era una simple sonrisa, pero nunca nadie lo había mirado con tanto amor antes. No estaban en el medio del sexo y Seung Hyun no estaba haciendo nada especial para su pareja... aún. La sonrisa hizo que Seung Hyun se sintiera como si pudiera conquistar el mundo.

También le hizo darse cuenta de que estaba enamorado de Jong Hoon. El pequeño impala estaba robándose su corazón. Por primera vez en toda su vida Seung Hyun sintió que se  ruborizaba.

¿Qué infiernos le hacía ese pequeño hombre?

 

Dios, estaba tan jodido. Seung Hyun sabía que cualquier cosa que su pareja le pidiera, con mucho gusto se la daría. Nunca había sentido algo tan profundo por otra persona en su vida, Seung Hyun sólo podía comparar el sentimiento y las emociones a las náuseas, la excitación, y el anhelo de escuchar la voz de su pareja, sentir su tacto, y se preguntaba si estaba perdiendo la razón.

Estaba muy confundido. Sólo que su pareja nunca lo sabría, porque Seung Hyun estaba haciendo su mejor esfuerzo para mantener la calma y el control. Todo era tan nuevo para él, que todo lo que Seung Hyun quería era caminar hasta el edificio y romperse la cabeza contra la pared de ladrillo mientras gritaba que estaba enamorado del hombre más dulce del mundo.

Y aquí él pensando que era invencible cuando se trataba del amor.

Necesitaba ser internado.

 

Una vez que los tres estaban en la camioneta, Seung Hyun salió de la estación de policía. Jong Hoon estaba sentado en el centro, el muslo y el brazo tocando el de Seung Hyun. Todo lo que quería hacer en este momento era mostrarle a su pareja justo lo que el hombre significaba para él. Sólo tenía que encontrar la manera.

—¿A dónde vamos? —Jong Hoon le preguntó a Seung Hyun cuando pasaron el Pit.

—Ya lo verás. —A pesar de que Seung Hyun no tenía ni idea de corazones rotos, sabía que Jong Hoon tenía razón. No podían dejar al pobre hombre con su propia miseria.

Por lo tanto, él estaba haciendo lo único que se le ocurrió.

 

—¿Centro de Ayuda Zhang? —Jo Kwon preguntó mientras miraba del edificio frente al que Seung Hyun se estacionaba y a Seung Hyun—. ¿Por qué vienes aquí?

 —Porque —Seung Hyun respondió sintiendo una discusión comenzar—, necesitas ayuda.

—No hablaré con un maldito loquero —Jo Kwon protestó, sus ojos entrecerrados mientras se recargaba, cruzando los brazos sobre su pecho.

El hombre estaba forzando la mano de Seung Hyun. No quería ser un imbécil, pero no podía dejar que el hombre fuera a casa y llorara hasta dormirse en la oscuridad, o hacer algo que lamentaría. —Obtén la ayuda que necesitas o encuentra otro trabajo. —Técnicamente Seung Hyun no podía despedir a Jo Kwon, pero si Jo Kwon no lo sabía, entonces él iba a utilizar todos los medios necesarios para ayudarlo a atravesar esto.

—¿En serio me despedirías? —Jo Kwon casi gritó mientras se sacudió en su lado del asiento—. ¡Eso es chantaje!

—Llámalo como quieras. Ahora, sal y sígueme. —Seung Hyun utilizó su tono más directo, el que decía a sus hombres que se encontraban al final de la cuerda, a punto de lastimar a alguien. Con movimientos bruscos, Jo Kwon salió de la camioneta, cerrando la puerta tras de él.

A Seung Hyun no le importaba una mierda lo enojado que el hombre estuviera. Necesitaba ayuda. Si tenía que doblarle el brazo al hombre hasta el punto de romperlo, eso era lo que iba a hacer.

A él le encantaría poder darle una patada en el culo a ese chico Gaeko y sacarlo del pueblo. Pero ese no era su asunto. Seung Hyun había aprendido en la vida que gente como Gaeko siempre obtenían lo que habían causado. Una persona no puede ir por ahí jugando con los corazones de la gente y no pagar un precio. Si Jo Kwon estaba sintiendo sólo una octava parte de lo que Seung Hyun estaba pasando, Jo Kwon iba a necesitar algún tipo de seria intervención. Seung Hyun no protestó cuando su pareja puso un brazo alrededor de los hombros de Jo KKwon y fue con el hombre al Centro de Ayuda.

 

 

continuará....

 


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