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59. Calor en Aumento (05) por dayanstyle

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Seung Hyun revisaba el informe que el Marshal Aaron le había dejado. No le hacía falta leerlo. Ya sabía cómo comenzaron los incendios. Habían tenido uno más anoche, sólo que esta vez la casa no estaba vacía y estaba cerca del pueblo. Había sido la   casa de alguien.

El incendiario estaba a punto de graduarse de incendiario a asesino. Afortunadamente nadie había estado en la casa cuando se inició el incendio. Lo único que quedó de la casa era una capa de ceniza pegajosa, madera carbonizada, y la oscuridad en lo que solía ser el refugio de alguien.

Si la policía no atrapaba al culpable pronto, Seung Hyun temía que tendría cadáveres en sus manos.

Empujándose atrás de su escritorio, se frotó con los dedos los ojos, cansado como el infierno. Jong Hoon estaba durmiendo en la sala. Seung Hyun no podía dejar el trabajo y no había querido que Jong Hoon se quedara solo en la casa. El arresto de su mejor amigo fue difícil para el pequeño impala. Seung Hyun deseaba que hubiera algo que pudiera hacer, pero dado el aspecto del amigo de Jong Hoon, a Taecyeon le esperaba una larga noche con el Alfa.

Seung Hyun no sólo estaba tratando de hacer frente a ese desastre, sino a los incendios y a Jo Kwon. Parecía que una tormenta de mierda llovía sobre él.

—¿Aún despierto? —Jong Hoon preguntó desde la puerta de la oficina, viéndose aún medio dormido—. Pensé que estarías durmiendo en uno de los cuartos ahora.

 

Abriendo los brazos, Seung Hyun esperó a que su pareja los llenara. Jong Hoon se acomodó en el regazo, apoyando su cabeza en el hombro de Seung Hyun. Seung Hyun envolvió sus brazos alrededor del pequeño hombre, disfrutando la momentánea soledad y paz.

Esta era la razón por lo que a Seung Hyun le gustaba el turno de noche. Era más tranquilo y relajado, no como el ajetreo y el bullicio del día. Por desgracia, ahora que se había acoplado, Seung Hyun sabía que tenía que cambiar al turno de día. Él no iba a dejar a su pareja solo en casa, en el medio de la nada.

El aire acondicionado retumbaba, y Seung Hyun aún podía oír la televisión al final del pasillo. Pero dejó esos sonidos fuera mientras escuchaba el ritmo constante del corazón de Jong Hoon.

—Espero que cada semana no sea como este desastre  —murmuró Jong Hoon—. No sé si pueda manejarlo.

 Seung Hyun calmó a su pareja con una mano sobre la espalda. — Ha sido una semana para recordar. —Y apenas era lunes. En los últimos siete días, parecía que se había desatado el infierno.

—¿Has llamado a Jongin?

 

Seung Hyun detuvo la mano. —Sí. —No quería darle a Jong Hoon la información que se le dio. Pero sabía que si no lo hacía, Jong Hoon iba a insistir hasta que Seung Hyun le contara todo—. Tiene a Taecyeon encerrado en una de las habitaciones de la Casa. Él quiere que  tu amigo vaya a un curso de manejo de ira antes de permitirle regresar al pueblo.

Jong Hoon se apartó, con los ojos café-canela finalmente con algún tipo de chispa en ellos. Durante el tiempo que se habían llevado a Taecyeon, sus ojos se habían oscurecido. —Eso es algo bueno.

Seung Hyun sacudió la cabeza. —También tiene que hacer servicio comunitario para pagar la deuda a Jongin y pagar las facturas del hospital de Timoteo, y — Seung Hyun suspiró—, si Taecyeon hace algo así de nuevo, no sólo se le prohibirá vivir en la villa Kim, Jongin se asegurará de que a Taecyeon no se le permita unirse a ninguna manada... en ninguna parte.

—¿Va a ser un paria? —preguntó Jong Hoon, bajando la voz tan bajo que Seung Hyun casi no lo oyó.

—Estuvo a punto de matar a un hombre por burlarse de él, Jong Hoon. Eso es un poco extremo. Todos somos conscientes de que es un rinoceronte y tiene un muy mal carácter y va contra las personas sin ninguna razón o por algo menor. Por lo que si Jongin lo considera demasiado peligroso para vivir en una manada, Taecyeon será desterrado a un lugar remoto.

—Él necesita una pareja —respondió Jong Hoon—. Él necesita a alguien que cuide de él y le enseñe cómo aceptar sus defectos. Con todo lo que he intentado, Taecyeon necesita una mano firme. No puedo estar allí todo el tiempo para él, Seung Hyun.

Su pareja se oía como si fuera su culpa que su mejor amigo estuviera en el problema que ahora enfrentaba. Seung Hyun no iba a dejarle tomar la culpa. —Bebé, no es tu culpa. Está en su naturaleza. Como a mí me encantan los dulces y soy una criatura solitaria por naturaleza. Pero uno, tengo que adaptarme o no sería capaz de trabajar, y dos —Seung Hyun jaló a Jong Hoon más cerca— sería tan grande como una casa, si comiera todos los dulces que deseo. —Seung Hyun pasó la mano por la mejilla de Jong Hoon—. Él tiene que aprender a adaptarse, Jong Hoon. El hecho de que sea un rinoceronte no significa que no puede encontrar alguna manera de controlar su temperamento. Casi mató a Timoteo.

—Con tal de que él no tenga una sentencia de muerte que pese sobre su cabeza, puedo vivir con su castigo. ¿Puedo llamarle?

Seung Hyun sacudió la cabeza. —No hasta que obtenga el control de la ira que necesita. Jongin no quiere ninguna interferencia exterior. Confía en mí, el Alfa le hizo un favor a Taecyeon. Si hubiera ido a la cárcel, Taecyeon estaría cumpliendo una condena por lo que le hizo a Timoteo. Ya sea que lo creas o no, en realidad Jongin está ayudando a Taecyeon, no castigándolo.

—¿Podemos cambiar de tema? —Jong Hoon preguntó mientras bostezaba y se acomodaba, viéndose devastadoramente guapo cuando tenía sueño—. No quiero hablar más de eso.

Seung Hyun entendía la necesidad de su pareja de escapar de la fatalidad y el pesimismo. Parecía que cada vez era más profundo. —Tengo una idea. —Seung Hyun pasó las manos por la espalda de Jong Hoon y luego acunó su pequeño apretado trasero—. Podemos…

—Hey, jefe —Sung Kyu gritó a través de la puerta  cerrada—. Creo que tienes que venir aquí afuera.

 

Seung Hyun no quería salir. Quería jugar con su pareja. Había un deseo dentro de él de gritar no. Últimamente, parecía que cada vez que trataba de robar algunos momentos con Jong Hoon, algo lo impedía.

Estaba enfermo y cansado de las interrupciones.

 

—Es mejor que vayas a ver lo que quiere. —Jong Hoon se levantó del regazo de Seung Hyun y caminó hacia la puerta de la oficina—. Voy a ir a ver la televisión.

Asesinar a alguien le parecía bien a Seung Hyun ahora. Si lo que fuera no era importante, Sung Kyu iba a ser su primera víctima. Mientras caminaba por el pasillo, los nuevos chicos lo siguieron. Seung Hyun no protestó. Sampson y Flint necesitaban empezar con lo que estaba pasando. Acababan de salir de la academia. Ellos eran tan verdes como los árboles de afuera.

Seung Hyun golpeó con su mano la barra de metal de la puerta y salió a la calle. Era bien pasada la medianoche y las calles deberían  de  estar  prácticamente  sin  vida.  Aunque   algunos negocios  abrían  las  veinticuatro  horas,  no  era  un pueblo ajetreado.

Sung Kyu señaló hacia dos hombres que discutían en la acera justo en frente de la estación de bomberos. —¿Me llamaste aquí para ver esto? —Ahora Seung Hyun sabía que iba a matar a Sung Kyu.

—Sólo escucha —Sung Kyu dijo mientras levantaba una mano.

—No estoy jodiendo con Jo Kwon —gritó el más alto de los dos hombres—. No sé de dónde sacas esas malditas ideas. —El hombre que gritaba trató de alejarse, pero el más pequeño de los dos agarró al tipo alto y le jaló el brazo.

—Voy a matarlo si te veo de nuevo con él. No estoy jugando, Gaeko. ¡No voy a compartir!

Los ojos de Seung Hyun recorrieron al hombre alto. No era mal parecido, pero Seung Hyun no veía por qué los hombres se volvían locos por Gaeko. Por la forma en que Jo Kwon había estado actuando, habría pensado que el hombre era un dios.

Gaeko tenía el cabello negro ondulado hasta los hombros, una mandíbula fuerte, y una constitución robusta, pero era del tipo común.

El hombre debería de tener un pene de oro.

 

—¿Hay que decirle a alguien que el tipo está amenazando la vida de Jo Kwon? —Sung Kyu preguntó mientras cruzaba los brazos sobre el pecho—. Te he llamado aquí porque no es la primera vez que lo dice desde que estoy aquí. Entre más testigos, mejor.

Seung Hyun estaba de acuerdo, pero no estaba seguro de que los policías pudieran hacer algo sobre la amenaza. Podrían decir que el bajito sólo estaba dejando salir el vapor.

—¿Quién es ese que esta con Gaeko? —No es que Seung Hyun conociera a Gaeko. Pero ahora tenía un rostro para el nombre.

—Ni idea —dijo Sung Kyu—. Nunca lo había visto antes en  mi vida.

—¿Está siempre tan animado por aquí? —Sampson preguntó mientras sus ojos iban de Seung Hyun a los dos hombres que discutían. Parecía absorto en la disputa—. Y yo temía aburrirme en un pequeño pueblo. —El nuevo bombero señaló con la cabeza a los hombres que peleaban. Su voz era divertida, pero sus ojos eran demasiado intensos para coincidir con su tono de voz—. Parece que hay un montón de entretenimiento.

Seung Hyun rodó los ojos. Esto no era entretenimiento. Esto era un tipo que estaba jugando con fuego. Gaeko estaba jodiendo con más de un hombre y, al parecer, rompiendo corazones. El hombre molestaba a Seung Hyun.

—Oh —dijo Jong Hoon saliendo por la puerta lateral, llegando a lado de los hombres—. Lo sabía...

—¿Qué? —Sung Kyu preguntó mientras lo veía alrededor de Seung Hyun—. ¿Qué sucede?

—No empieces —Seung Hyun le advirtió a su pareja—. No más chismes.

Jong Hoon hizo un gesto con la mano a Seung Hyun mientras se apresuraba a Sung Kyu. —El tipo alto es Gaeko. Es una puta. El hombre al parecer ha estado jodiendo con todo lo que no está clavado. Y ahora todos los hombres se están dando cuenta de los otros. —Jong Hoon señaló hacia los dos hombres que estaban afuera—. Esos son Tommy y Gaeko. Tommy trabaja en la lavandería de veinticuatro horas.

Seung Hyun escuchó un gruñido amenazante procedente de Sampson y asumió que el hombre desaprobaba lo que estaba pasando.

—No me digas —dijo Sung Kyu—. ¿Con cuántos hombres ha estado jodiendo?

Jong Hoon se encogió de hombros. —Sólo Dios sabe.

—¡No vas a tocar un pelo de la cabeza de Jo Kwon! —Gaeko gritó—. Vas a regresar a tu trabajo y dejarás de acosarme.

El tipo tenía valor. ¿Él estaba metiendo su pene en todos los agujeros y luego se enojaba cuando lo enfrentaban al respecto? Seung Hyun quería acercarse a los que discutían y golpear a Gaeko.

Los dos finalmente se alejaron el uno del otro, Gaeko caminando enojado, Tommy parecía un perrito echado. Quizás era hora de que Seung Hyun tuviera una charla con el Alfa. Normalmente, Seung Hyun no interfería en la vida de las personas. Pero Gaeko estaba pidiendo que uno de los hombres despreciados le cortara la garganta. Podía verlo escrito en la pared.

—Regresaré a ver la televisión —dijo Sampson, mientras regresaba al edificio, su voz plana. Flint fue el siguiente, dejando a Sung Kyu, Jong Hoon y Seung Hyun en el exterior.

—No creo que Tommy sea del tipo agresivo —dijo Jong Hoon mientras sus ojos seguían al pequeño hombre que caminaba por la calle—. Él es tan dulce y lindo. ¿Por qué involucrarse con alguien como Gaeko Kim?

Seung Hyun no tenía ni idea de por qué algunos hombres se enamoraban de chicos que no eran buenos para ellos. Nunca entendió por qué la imagen de chico malo hacía salivar a algunos hombres. Sólo estaban buscando problemas al quedarse atrapados con este tipo de personajes.

 

 

—Tienes esa mirada en tus ojos —Jong Hoon dijo cuando salió del trabajo y vio a su pareja que le esperaba en su camioneta prestada.

Seung Hyun no estaba sentado en el interior de la camioneta. Estaba apoyado en la puerta del pasajero, con una jodida sonrisa en la cara.

—Me detuve en el hospital. Timoteo está mucho mejor. Su mandíbula está cerrada con alambre, pero el doctor dice que no sufrió otras lesiones. También llamé al hospital donde fue llevado el cajero. Él se recuperó y está en casa descansando. También, tuve una pequeña charla con Jongin y está de acuerdo en   permitir que visites a Taecyeon.

El tipo parecía como si estuviera lleno de orgullo por lo que había logrado. Jong Hoon se arrojó a los brazos de Seung Hyun y lo abrazó.

—Gracias.

—Es sólo una hora, pero imagino que es mejor que nada.

 

Una hora era tiempo suficiente para que Jong Hoon visitara a su mejor amigo. Tenía una sonrisa de oreja a oreja. Jong Hoon estaba casi saltando con la anticipación cuando Seung Hyun lo llevó a la Casa. Él sabía que no era motivo de alegría. No iba a engañarse pensando que todo iba a estar bien ahora.

Taecyeon tenía un largo camino por recorrer. La ira del hombre había ido empeorando en los últimos años, a pesar de la ayuda que Jong Hoon había intentado darle. Aún creía firmemente que el rinoceronte necesitaba encontrar a su pareja. Dudaba de que esa solución resolviera todo, pero Jong Hoon sabía en su corazón que ayudaría al hombre tremendamente.

Independientemente de lo que se estaba  diciendo, cuando la gran casa apareció a la vista, Jong Hoon sintió la anticipación construirse. Los neumáticos crujieron sobre la grava cuando Seung Hyun se detuvo junto a una fila de camionetas y se estacionó.

Jong Hoon nunca había estado en la casa del Alfa antes. El tamaño del lugar era intimidante. No sólo iba a ver a su  mejor amigo, sino quizás también a Jongin. Jong Hoon no estaba seguro, pero después de su última reunión, esperaba no huir del hombre.

Su estómago se revolvió, ya fuera por la adrenalina que lo recorría, o el hecho de que no había comido hoy, Jong Hoon no podía estar seguro. Por un instante, se preguntó si esta visita era una buena idea. Ahora que estaba aquí, un nudo de miedo se formó en su estómago. Sus emociones parecían estar en todas partes.

—¿Vas a estar bien? —Seung Hyun le preguntó mientras se unía a Jong Hoon a su lado, envolviendo un brazo alrededor del hombro de Jong Hoon—. No tenemos que estar aquí si no estás listo para hacer frente a esto.

—No hay nada a qué hacer frente. Él es mi mejor amigo y Taecyeon necesita saber que no está solo en esto. —Una suave brisa sopló, Jong Hoon levantó la cara para disfrutar los aromas a pino, cedro, y un olor a tierra que le dijo que había agua cerca. Era un aroma ligero, probablemente un estanque. Había bosques a lo largo de la línea de propiedad, ramas que se movían en la cima de los árboles, dándole al lugar un aspecto sereno.

La sensación del bosque hizo que Jong Hoon extrañara la cabaña de Seung Hyun. Aún no había cambiado para explorar el bosque en el patio trasero de su pareja. Sólo la idea de beber del arroyo y sentir la brisa recorrer su piel hacía que Jong Hoon se emocionara de una manera que no se había sentido últimamente. Todo lo que quería era la paz y la tranquilidad de la casa de Seung Hyun.

—Vamos, bebé. Vamos a ver a tu mejor amigo. —Seung Hyun deslizó sus dedos alrededor de la mano de Jong Hoon mientras caminaban hacia la puerta principal.

Jong Hoon notó una cámara encaramada en lo alto de una esquina, girando hacia ellos cuando Seung Hyun tocó el timbre.

 

Cuando la puerta se abrió, Baekhyun estaba de pie allí con una sonrisa en su rostro. —¿Has venido para ver a Taecyeon? —El hombre se acercó más, ahuecando su boca al oído de Jong Hoon—. No te preocupes. He estado cuidando muy bien de él. Él es un chico muy dulce.

Jong Hoon sonrió y se sintió mil veces mejor sobre lo que Taecyeon iba a tener que soportar.

 

Continuara...

 

 


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