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59. Calor en Aumento (05) por dayanstyle

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Seung Hyun estaba dormitando en el sillón cuando Sampson lo despertó. El bombero estaba sobre él, agitando la mano para que Seung Hyun se levantara. —Acaban de llamar. Tenemos que irnos.

—¿Dónde está el fuego? —Seung Hyun le preguntó mientras se frotaba la cara con las manos, deseando poder tener un par de horas de sueño. Antes de que estuviera acoplado, trabajar el turno de noche no le había molestado, ahora lo hacía.

No le gustaba salir y dejar a su pareja solo. No le gustaba dormir sin tener a Jong Hoon a su lado. Una vez que los nuevos hombres que Jongin recomendó además de Sampson y Flint llegaran a finales del mes, Seung Hyun terminaría con los turnos de noche.

Levantándose del sillón, Seung Hyun murmuró para sí mismo, pasándose los dedos por el cabello. A medida que el sueño comenzaba a despejarse, Seung Hyun se dio cuenta de lo tranquilo que estaba el lugar. ¿Y por qué estaban caminando tan lentamente?

¿Dónde estaba la alarma a todo volumen? ¿Y dónde infiernos estaban los otros bomberos?

El único zumbido que Seung Hyun oyó era el de las luces fluorescentes del techo de la sala vacía al pasillo hacia los dormitorios.

Seung Hyun vio a Sampson girar a la izquierda, yendo hacia la bahía.

—¿Dónde está la gente? —Seung Hyun preguntó, casi al mismo tiempo que se dio cuenta de que las luces no estaban encendidas en la bahía. Un frío recorrió la espalda de Seung Hyun ante lo extraño de eso, no sólo por la forma en que Sampson estaba actuando, sino del estado como de tumba de la estación de bomberos. Cuando Sampson no le respondió, Seung Hyun extendió la mano y agarró el hombro del hombre, jalándolo. Su mano soltó el hombro del chico y las levantó a cada lado de su cabeza.

Sampson tenía una pistola en la mano.

 

Los ojos de Seung Hyun recorrieron la bahía, vio a Yeon Soo y a Flint inconscientes en el suelo de cemento al lado del camión. Había un pequeño charco de sangre debajo de Flint. Seung Hyun rezó para que el hombre no estuviera muerto. Él no entendía lo que estaba pasando. Nada de esto tenía sentido para él.

Sampson extendió el brazo, levantando el arma a la altura del pecho de Seung Hyun. —¿Dónde jodidos esta Jo Kwon?

—¿Cómo infiernos voy a saberlo? —fue la respuesta inmediata de Seung Hyun. No le gustaba ver a sus hombres heridos, y ciertamente no le gustaba tener un arma apuntándole. Sampson no estaba lo suficientemente cerca como para quitarle el arma de la mano. Él estaba fuera del alcance de su brazo. Todas las opciones que corrían por la cabeza de Seung Hyun no eran buenas. Tan rápido como podía cambiar, no sería lo suficientemente rápido antes de que Sampson le disparara.

Había un brillo de sudor en las mejillas, la barbilla y la frente de Sampson. Comenzó a mover su mano libre frente a su ruborizado rostro. —He recorrido el pueblo de arriba abajo y no he encontrado en ningún lugar a Jo Kwon. Sé que tu novio y tú le están ayudando. ¿Dónde lo esconden?

Seung Hyun apenas podía contener el gruñido que se formaba en la parte posterior de su garganta ante el estallido del humano. Su propia ira se elevó peligrosamente, sus músculos tensos y listos para una pelea. Si pudiera conseguir quitarle el arma a Sampson…

 

—No lo he escondido en ninguna parte —respondió Seung Hyun—.¿Qué es todo esto? —Sus ojos se dirigieron de nuevo hacia los dos hombres en el suelo. Quería ir y comprobar sus heridas, pero sabía que Sampson lo detendría.

Sampson pasó su mano por el cabello varias veces, su manzana de Adan se movía. —Jo Kwon no lo ama. Yo lo hago. —Se jaló el cuello y luego se desabrochó el botón superior de la camisa—. He estado enamorado de él durante años. Jo Kwon está jodiendo esto para mí.

Seung Hyun dio un paso atrás cuando la voz de Sampson se hizo tensa. La agitación del hombre estaba aumentando. —¿Así que lastimaste a Yeon Soo y Flint porque alguien no te ama? —Seung Hyun estaba tratando de entender qué infiernos estaba sucediendo.

Sampson se movió bruscamente, causando que su oso gruñera. O bien el hombre no había oído el sonido animal o él estaba más allá del punto de importarle —como pasó de estúpido a letal.

—Ellos no me dijeron dónde está Jo Kwon. —Sampson dio un paso hacia delante, empujando el arma hacia Seung Hyun—. No quería  lastimarlos. Deberían haberme dicho dónde estaba.

—Espera —Seung Hyun dijo mientras bajaba lentamente las manos—. ¿Tú amas a Gaeko? —Su cerebro finalmente trabajaba a toda marcha mientras sumaba dos y dos. La única persona a quien Jo Kwon estaba viendo era a Gaeko Kim, la puta del pueblo.

Oh, esto se estaba poniendo mejor y mejor. Parecía que uno de sus llamas de amor lo había seguido hasta aquí a la Villa Kim. Seung Hyun estaba dispuesto a matar a Sampson y luego ir tras el señor Gigolo.

—Estamos muy enamorados el uno del otro —Sampson acaloradamente  corrigió  a  Seung Hyun—.  Gaeko  dijo  que    estaba enamorado de mí. Él me dijo que me amaba. Incluso fue con mi hermano cuando empezamos a salir, pidiéndole que hablara conmigo cuando ya no quería ver a Gaeko, le dijo a mi hermano que estaba enamorado de mí.

Si estaban tan enamorados, ¿por qué Gaeko había dejado a Sampson? ¿Por qué Gaeko estaba viendo a otros hombres? Seung Hyun estaba bastante seguro de que el amor psicótico era unilateral.

Ahora… qué jodidos era este tipo Gaeko y cómo se las había arreglado para tener una cadena de hombres obsesionados por él. Seung Hyun le había visto y una vez pensó que el hombre no tenía el aspecto de un dios. Sabía que había algo más en una relación que sólo la apariencia, pero ¿con qué infiernos Gaeko alimentaba a estos hombres? La jodida línea tenía que ser invaluable.

—¿Por qué no bajas tu arma y vamos a resolver esto juntos?

—Seung Hyun tenía que encontrar una manera de desarmar al hombre. Yeon Soo y Flint necesitaban su ayuda. El olor de la sangre humana apestaba dentro de la bahía, y se estaba convirtiendo en un hedor insoportable. Flint estaba sangrando. Si no estaba muerto, lo estaría pronto.

—¿Crees que soy estúpido? —La mano de Sampson aferró con más fuerza la pistola—. Llama a Jo Kwon para que venga aquí a la estación de bomberos. Dile que alguien ha cancelado y que necesitas que venga.

Seung Hyun sacudió la cabeza. —No voy a traer a Jo Kwon a su muerte.

Un sonido animal desgarró la garganta de Sampson. — Llámalo. —Se acercó más, apuntándole con la pistola—. Ojalá hubiera sabido que él era el bastardo al que Gaeko estaba viendo. Lo hubiera matado cuando llegué aquí. Y yo que pensaba que era sólo el ayudante del veterinario.

 

Un frío nudo se formó en el estómago de Seung Hyun. ¿Sampson había ido tras Damon? ¿El hombre estaría sangrando en alguna parte, o peor? Seung Hyun pensó en algo cuando vio los fríos ojos muertos del sociópata. —Iniciaste esos fuegos. —Fue una contundente declaración, dicha con incredulidad—. ¿Cómo? Estabas con nosotros cuando salíamos a ellos.

Una sonrisa curvó un lado de la boca de Sampson. Esa era una desviada y nefasta sonrisa. —Dos veces he tratado de empujar a Jo Kwon al fuego. Dos veces ha sobrevivido. El tercer fuego era para deshacerme del asistente del veterinario. Se suponía que debía estar trabajando esa noche. Pero ¿estaba allí? ¡No! —gritó Sampson—. Estaba con mi Gaeko tratando de seducir al hombre y alejarlo de mí. ¿No te das cuenta? Gaeko es inocente de todo esto. Es débil y ansía la carne. Si no fuera por Jo Kwon, Tommy y Damon, yo lo tendría de nuevo.

Seung Hyun tenía serias dudas de eso. Él estaba totalmente de acuerdo en que Gaeko era una puta, pero estaba bastante seguro de que el hombre era lo suficientemente inteligente como para permanecer lejos de Sampson. El hombre estaba loco.  —¿Cómo empezaste los incendios?

 

Sampson se animó de nuevo. La ira que había comenzado a llenar su rostro había desaparecido, reemplazada de nuevo por su sonrisa desviada. —Usé gasolina y un temporizador casero que encendía el combustible después de que me iba. ¿Sabías que un trapo empapado en gasolina seguirá encendida una hora más tarde, siempre y cuando la dejes descansar en menos de un par de centímetros de agua? —Sampson utilizó su mano libre para mover sus dedos, como si demostrara la combustión del fuego—. Por cierto, coloqué otro temporizador. Nunca lo encontrarás antes de que se apague. Ya que no puedo encontrar a Jo Kwon entonces voy a quemar esta ciudad hasta las humeantes cenizas. Podrás decir que es todo culpa suya. Tendría que haber dejado a mi Gaeko en paz.

 

«Qué jodido loco».

 

Seung Hyun había oído suficiente. Rezó para que no le dispararan, pero sabía que no podía permanecer allí por más tiempo y escuchar a este loco. Tenía que ayudar a Yeon Soo y Flint y luego encontrar el último temporizador.

Cuando Sampson jaló su cabello con su mano de nuevo, Seung Hyun se abalanzó. Sampson ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar. Seung Hyun lo tuvo abajo en el suelo y desarmado en cuestión de segundos. Sus manos deteniendo las muñecas de Sampson, los brazos del hombre en su espalda. Por si fuera poco, Seung Hyun se sentó arriba del loco bastardo.

Tomando las dos manos en una de los suyas, Seung Hyun sacó su teléfono celular y llamó a la policía. Les dijo que necesitaba una ambulancia para sus dos bomberos, y que tenía al culpable inmovilizado. También les dijo que tenían que enviar una unidad a la casa del ayudante del veterinario para ver cómo estaba. Seung Hyun se aseguró de que ellos supieran que tenían que darse prisa. Otro incendio estaba a punto de iniciarse. Y por lo que Sampson le había dicho iba a ser épico.

—¡Suéltame! —Sampson gritó—. Tengo que estar con Gaeko. Me necesita. Tengo que salvarlo de todos los hombres que tratan de corromperlo.

Sí, éste iba directo al manicomio. Le hubiera preguntado a Sampson dónde escondió el último temporizador casero, pero el hombre estaba balbuceando incoherencias. No iba a  sacar nada de este tipo, salvo su amor por Gaeko.

Seung Hyun estaba realmente cansado de ese nombre.

 

Las sirenas llenaron la noche y luego Seung Hyun vio luces iluminar el interior de la bahía. Sampson luchaba para liberarse, pero Seung Hyun se negó a permitir que el hombre se moviera por debajo de  él.

 

Una vez que los policías tuvieron las esposas alrededor de las muñecas de Sampson Seung Hyun se apresuró hacia Yeon Soo y Flint.

Los policías se llevaron a Sampson y los paramédicos llegaron para alivio de Seung Hyun y encontraron el pulso en el cuello de Flint. Era apenas, pero allí tenía uno. Yeon Soo tenía un gran chichón en el lado de la cabeza que iba a sentir cuando se despertara.

Cuando Seung Hyun vio alrededor, se dio cuenta de que no tenía a nadie que le ayudara con el fuego. Podía llamar a Sung Kyu y Jo Kwon ya que Sampson estaba bajo custodia, pero tenía serias dudas de que los tres pudieran apagar el fuego que Sampson tenía planeado.

Él necesitaba ayuda, y la necesitaba ahora. Seung Hyun hizo lo único que pudo pensar. Llamó al Alfa. A pesar de que los Centinelas no estaban capacitados como bomberos, Seung Hyun iba a tener que enseñarles. No tenía otra opción. Había pasado de tener cinco hombres a tener sólo a Sung Kyu y Jo Kwon de ayudantes.

—¿Él hizo qué? —Jongin preguntó, su voz fuertemente adormilada—. Lo siento, pero podría haber jurado que dijiste que mi pueblo va a ser quemado. Aún debo de estar durmiendo.

—Sinceramente deseo que esto fuera sólo un sueño. Pero has oído correctamente. Sampson colocó un último temporizador. Por lo que dijo de eso, incendiará todo el pueblo.

Seung Hyun apartó el teléfono y miró el aparato con incredulidad.

¿Jongin le acababa de colgar? No estaba seguro, pero no tenía tiempo que perder. Seung Hyun llamó a Sung Kyu, diciéndole que sacara su culo de la cama. Seung Hyun no necesitaba explicar por qué. Sabía que Sung Kyu ya se estaba vistiendo.

Le marcó a Jo Kwon.

 

Por un momento pensó que el chico no iba a contestar su teléfono. Estaba a punto de colgar después del quinto timbre, pero  la  voz  cansada  de  Jo Kwon  llegó  a  la  línea.  Su  voz se arrastraba mientras contestaba. Seung Hyun conocía al hombre lo suficiente para reconocer su voz cansada. Jo Kwon había tomado algo y no sería de ninguna utilidad para él.

No tenía ni idea de qué tan mal estaba, si había tomado drogas medicinales. Esperaba que fueran drogas recetadas o Jo Kwon iba a tener otra serie de problemas con los que tratar. —No importa —dijo Seung Hyun al teléfono.

—El Doc me dio un sedante para dormir. Lo siento,   jefe. Estoy demasiado dormido para ir.

 

Al menos Seung Hyun sabía que eran medicamentos recetados. Había visto lo deprimido que Jo Kwon estaba y Seung Hyun estaba preocupado. Iba a tener que comprobar al hombre mañana. — Tómalo con calma, amigo, y llámame cuando te levantes.

Seung Hyun estaba tan jodido.

 

Él se preparó —a pesar de que era sólo él, sacó el camión de la bahía. Sung Kyu llegó, tomó su equipo y subió al lado de Seung Hyun.

—No puedo creerlo, jodido Sampson. —Sung Kyu apoyó el codo en la puerta, con los dedos en la cara—. Siempre supe que había algo un poco extraño en el hombre, pero nunca sospeché algo tan loco como esto.

—Espera —dijo Seung Hyun—. Yo no dije nada. Bueno, ¿Cómo sabes lo que está pasando?

—Un amigo mío trabaja en la comisaría de policía. Inmediatamente después de que me llamaste, recibí una llamada de él, me preguntó por qué no le dije que trabajaba con un piromaníaco. —Sung Kyu se giró hacia Seung Hyun—. En serio, ¿un bombero que es un piromaníaco? Ahora he oído todo.

—Le disparó a Flint y golpeó a Yeon Soo. —Seung Hyun informó a Sung Kyu de todo mientras conducían al centro del pueblo. No estaba seguro de a dónde ir. Allí no habría humo ni nada para darles una pista. Vio a los Centinelas salir de las camionetas que   estaban estacionadas en la calle frente a “Motocicletas Wu” y a  otros negocios.

Seung Hyun estacionó el camión y salió. Uno de los hombres estaba gritando que si su tienda de motocicletas se quemaba hasta los cimientos iba a sacar al chico de la cárcel y empujar un temporizador en el culo de Sampson.

—Mis hombres empezaron a buscar en los edificios el olor a gasolina. Quiero que te quedes cerca de tu camión en caso de que sea demasiado tarde. —Jongin no sólo parecía que quería matar a alguien, sino que Seung Hyun vio la preocupación en los ojos de color gris claro del Alfa. El lobo estaba preocupado por su pueblo. Seung Hyun lo sabía, pero al ver las líneas de tensión alrededor de los ojos de Jongin confirmó lo que ya sabía.

Los hombres se dispersaron, buscando en cada negocio. Seung Hyun no estaba seguro de que esto fuera a funcionar. Había una gran cantidad de edificios en el pueblo, algunos ocupados con negocios, otros vacíos. Había una mezcla de edificios de ladrillos y locales de madera. Pero el hecho de que eran de ladrillo no significa que el fuego no pudiera entrar.

Esto era un desastre esperando a suceder.

 

Seung Hyun iba y venía de la parte delantera de su camión a la parte trasera, a la espera de que alguien gritara que encontraron el temporizador. Empezó a pensar en lo que Sampson había dicho y todos los fuegos que había empezado. Seung Hyun normalmente no se mezclaba en asuntos de otras personas, pero iba a asegurarse de que Gaeko dejara el pueblo.

La Villa Kim no necesitaba este tipo de gente de mierda. Sabía de los cazadores de vampiros. No necesitaban un maldito psicópata tratando de quemar lo que todo el mundo estaba tratando tan duro de construir.

 

Seung Hyun decidió llamar a Jong Hoon y hacerle saber lo que estaba pasando. También necesitaba escuchar la voz de su pareja. Jong Hoon respondió, oyéndose completamente despierto.

—Pensé que estarías dormido.

 

—Bueno, si lo estuviera, esta llamada me hubiera despertado —Jong Hoon bromeó—. ¿Qué pasa, te aburres?

Seung Hyun deseaba que esa fuera la razón. Empezó a explicar todo a Jong Hoon, a partir de cuándo Sampson había ido por él y le dijo que habían recibido una llamada. Podía oír los gritos de asombro en el otro extremo mientras su pareja escuchaba.

—Gaeko vino aquí antes. Quería que hablara con Jo Kwon. Dijo que Jo Kwon habló muy bien de mí, así que pensó que iba a tener alguna influencia. Seung Hyun, él dijo que estaba enamorado de Jo Kwon.

La ira de Seung Hyun llegó al techo. —¿Él fue?

—Sí, pero yo más o menos le dije que se fuera a la mierda. Seung Hyun gruñó, orgulloso de su pequeño impala. —Sí, bueno,

Sampson dijo que estaba enamorado de él. No creo que Gaeko conozca el significado del amor. Voy a asegurarme de que nunca esté en ninguna parte cerca de Jo Kwon.

—¿De verdad crees que Sampson plantó un temporizador en alguna parte? —preguntó Jong Hoon—. ¿Me necesitas para ayudar a buscarlo?

Aunque la idea fue apreciada, Seung Hyun dijo: —No. Tenemos un montón de ayuda tratando de localizarlo. —Realmente no, pero Seung Hyun no quería a su pareja en ningún lugar cerca del pueblo en estos momentos. Uno de los Centinelas había ido al restaurante de veinticuatro horas para advertirle a BaekHo y los demás del riesgo potencial.

 

También había una estación de servicio de veinticuatro horas y la farmacia. Ambas habían sido atendidas tan pronto como comenzó la búsqueda. La estación de servicio la farmacia y el restaurante estaban cerrados. Eso hizo que Seung Hyun se sintiera un poco mejor al saber que los negocios estaban cerrados. No quería ninguna baja.

—Llámame cuando sepas algo —dijo Jong Hoon, sacando a Seung Hyun de sus pensamiento—. Y ten cuidado. T-Te amo.

Seung Hyun sintió su corazón estallar de alegría cuando Jong Hoon tartamudeó su declaración. La sonrisa en su rostro se extendió de oreja a oreja.

No podía creer la suerte que había tenido cuando el destino había decidido emparejarlos. —También te amo.

Con la forma en que se estaba sintiendo en ese momento, Seung Hyun no podía comprender cómo Gaeko podía lanzar esas palabras a alguien sin ninguna emoción detrás de ellas. El hombre era un gran bastardo. —Te llamaré en cuanto todo se calme. —Seung Hyun levantó la cabeza cuando oyó aullar a un lobo—. Tengo que irme.

Colgando, Seung Hyun y Sung Kyu se miraron uno al otro. El sonido había venido de la dirección de la cafetería. Seung Hyun no estaba seguro de sí debería ir a ver o no. Él sabía que tenía que quedarse dentro del camión, pero la espera lo estaba matando.

Jongin apareció pronto, sosteniendo un pequeño dispositivo en la mano. —Estaba colocado en la cima de una gran bolsa llena de gasolina.

Seung Hyun tomó el aparato de Jongin, examinándolo. Se veía como un reloj de arena ordinario, sólo había dos cables que salían de la parte de atrás, pasando a través de alguna caja en forma de un tubo extraño. Por lo que podía ver, parecía   como cuando   el  temporizador   se  disparara   soltaba  una corriente eléctrica a través de los cables.

Simple pero eficaz. —¿Dónde estaba la bolsa?

—En el callejón detrás de la florería donde había un montón de cajas apiladas. El lugar se habría incendiado en un segundo y se hubiera extendido a las tiendas adyacentes. Mis hombres sacaron el temporizador y aún siguen buscando en cada edificio por si acaso. La policía revisó la casa del asistente del veterinario. Damon Myers estaba profundamente dormido, sin daños. Creo que iré a la cárcel a tener una pequeña charla con nuestro piromaníaco. También me aseguraré de que su interés amoroso encuentre un nuevo lugar donde vivir. No necesito ese tipo de mierda, ni los dolores de cabeza que causa. —Seung Hyun estaba totalmente de acuerdo—. Voy a hacer un par de llamadas y conseguir a algunos bomberos de otras estaciones. Tendrás nuevos hombres al final de la semana.

Con eso, Seung Hyun y Sung Kyu se dirigieron de nuevo a la estación de bomberos.

 

continuara....

 


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