En el capítulo anterior…
¡Era él!
¡El alfa!
Era increí…
-¿Vas al estacionamiento?-detuve mis pasos apresurados al percatarme de que él estaba a mi lado ¿Me estaba siguiendo?
-Sí-pasé saliva y me tranquilicé-¿Tú también?-me aclaré la garganta porque sentía que tenía una bola de masa justo en el medio
-¿Por qué me estabas buscando?-me “respondió” con otra pregunta. Una pregunta que no entendí
-¿He? ¿A qué te refieres?-oh no, oh no. No me digas que…
-Unos amigos me dijeron que estabas buscándome-
Narra Elain
No supe qué hacer
-¿Es correcto?-volvió a preguntar
-Eh…-dudé-No…-balbuceé
-¿Tu nombre no es Elain?-me animé en observarlo y encontré confusión en su rostro. Mis labios se apretaron entre sí. Era muy guapo.
Y su altura no ayudaba en nada.
Ya se sabía y se notaba que los alfas eran más altos y “grandes” a comparación de un beta o un omega. Nosotros los omegas apenas y les llegábamos al hombro
-Depende…-continué balbuceando. Él sonrió-¿Está en problemas?-hizo una mueca y yo aproveché en relajarme cuando dos chicos pasaron entre nosotros para continuar con su camino por el pasillo rumbo a la salida
-No-negó-Lo estoy buscando porque mis amigos me dijeron que… él me estaba buscando. Unos amigos de él hablaron con los míos-me atraganté con mi propia saliva y empecé a toser
¡Ken y Neri! ¡De seguro!
-¿Estás bien?-dio un paso hacia mí y yo retrocedí tres
-Sí, si-continué tosiendo-No soy ese Elain que estás buscando-negué de inmediato-Adiós-me despedí y sin darle una última mirada continué con mis pasos apresurados rumbo a la salida.
Iba a matarlos, esos dos…
-Espera-escuché su voz mientras me tomaba del antebrazo. Con esa acción sentí por primera vez el efecto que un alfa podía tener sobre un omega. Me asusté y por eso me quedé inmóvil. Él me soltó mientras se posicionaba frente a mí para cortarme el paso. Mi respiración de agitó-Sé quién eres-
-En…-intenté hablar, pero me interrumpió
-Sé que eres parte del club de tiro con arco-lo observé con atención. Nuestras miradas se encontraron-He visto algunos entrenamientos-explicó, pero yo continué en silencio ¿Qué se suponía que debía decir?-Te vi el día de la exhibición-sonrió de lado-Estuviste increíble-me avergoncé
-Ah…-vacilé-Gracias-mi mirada viajó hacia el piso ¿Qué había sido eso? ¿Un cumplido?. Él suspiró
-Uno de tus amigos me dijo que hoy ibas a estar en la biblioteca-mi mirada regresó a él. Recordé que eso les había dicho a Ken y Neri en la mañana porque querían ir a un lugar después de clases, pero les dije que no porque debía ir… a la biblioteca-Mis clases terminaron hace poco y a pesar de que ya era tarde decidí venir a la biblioteca, pero no te encontré y justo cuando estaba a punto de irme, te vi en el escritorio de la bibliotecaria. Qué suerte ¿No crees?-
¿Suerte?
¿Suerte por qué?
-Creo que sí…-mi voz continuó en un tono muy bajo
-¿Y bien?-suspiró. Mi mirada volvió a enfocarse en él-¿Por qué me buscabas?-otra vez me quedé en blanco
-No…-los nervios también regresaron-Hemm, sí soy Elain-afirmé-Pero no, yo no…-me quedé en silencio-Bueno, hace tiempo sí te estaba buscando, pero ya no…-fui honesto. Mi búsqueda había quedado en el pasado
-¿Llegué tarde?-una de sus cejas se arqueó y mis hombros se elevaron
-Supongo…-me quedé en silencio y evité verlo. Definitivamente era un asco en ese tipo de conversaciones. Mi celular vibró y recordé que todavía lo tenía en mi mano y que debía ir por Lin a su trabajo-Bien…-pasé a su lado-Tengo que irme-ya quería irme. Me sentía incómodo porque no sabía qué más decirle. Ese encuentro me resultaba extraño.
¿Debía decirle algo más?
¿Era irrespetuoso dejarlo ahí como si nada después de que él fue a buscarme? Al parecer no lo era, pero… ¿Qué buscaba él con ello?
Por fin salí de ese interminable pasillo y llegué al exterior sin ver hacia atrás.
¿Qué buscaba yo con hablarle? Solo iba a extender lo que Ken y Neri habían empezado al decirme que le interesaba a alguien…
Detuve mis pasos.
Un momento ¿Yo le interesaba?
En primera ¿Cómo habían llegado a esa conclusión? ¿Solo porque fue a la exhibición y me estaba viendo? Bueno ¿Eso no era lo normal cuando veías a alguien que estaba HACIENDO ALGO que te interesaba? Él me lo dijo hace un momento, que le había parecido increíble… mi tiro con arco ¿Verdad?
Negué y reanudé mi camino. No valía la pena pensar más en ello.
Pasé entre varias facultades porque la distancia que existía entre la biblioteca y el estacionamiento era enorme, debía cruzar más de la mitad del campus.
La vida universitaria, a pesar de ser más de las ocho de la noche, continuaba como si fueran las 10 de la mañana. Los estudiantes todavía permanecían sentados en algunas bancas que cada facultad ofrecía y también había otros que estaban tomando clases. También había algunos otros estudiantes que, como yo, iban rumbo al estacionamiento para por fin regresar a casa y descansar durante el fin de semana
-¿Puedes darme tu número?-me detuve abruptamente porque alguien se colocó frente a mí
¡Y descubrí que se trataba del mismo alfa de hace un momento!
-¿He?-¿No se había quedado en el pasillo de la biblioteca? ¿Todo ese tiempo me había seguido?-¿Qué?-
-Tu número-me enseñó su celular-Me debes una explicación más detallada sobre todo este embrollo-dijo
-¿Yo?-interrogué con duda
-Sí-sonrió-Salgamos un día y platiquemos con calma-encendió la pantalla de su celular-Dame tu número para que acordemos un día y una hora-
-Ah…-dudé y apreté mi teléfono entre mi mano
-Mi número es 89-172-83823-dijo y me parecieron muchos números-Ahora dame el tuyo-pasé saliva
-Eh…-mi cabeza estaba vacía
-Deja de dudar. Sólo dámelo, por favor-agradecí que no estuviéramos siendo alumbrados por alguna lámpara porque no sabía qué rostro tenía yo en ese momento-No hagas que lo investigue con tus amigos-¿Eso era una amenaza?
Pasé saliva
-Es… 89-231-56243-hablé rápido con la esperanza de que no lo captara
-Lo tengo-anunció-Elain ¿Cierto?-preguntó y después se rió. Al instante recordé una cosa
-¿Y tu nombre?-¿Cómo era que algo esencial se me estaba olvidando preguntar?
-Joon-en la oscuridad de ese lugar noté que extendía su mano-Mucho gusto-se la estreché
-Mucho gusto…-su mano también era más grande que la mía y su apretón también me recordó que se trataba de un alfa ¡Un alfa!
-El miércoles en la tarde te mandaré un mensaje para que nos pongamos de acuerdo ¿Bien?-dio unos pasos a mi lado
-Sí, bien-respondí
-Nos vemos, Elain-caminó en dirección contraria y por fin me quedé solo.
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Después de que Joon se alejó lo suficiente, corrí hacia mi automóvil y una vez a salvo en el interior, recapacité lo que había pasado. No podía creerlo.
¡Un alfa! ¡Era increíble!
Y después, cuando ya me encontraba rumbo al trabajo de Lin, caí en cuenta de algo. Joon me había dicho su número, pero yo no lo había anotado. No tenía su número.
En medio del tráfico nocturno me lamenté porque yo también le había dado muy rápido mi número.
¿Y si no lo había anotado bien?
¿Y si no me enviaba ese mensaje para que acordáramos nuestra salida? ¿Salida? ¿Una cita?
No supe si sentirme feliz o triste por lo que me había pasado. De seguro la semana iba a ser interminable.
¿En qué me había metido?
Cuando llegué al puesto de Lin, el asunto con Joon había quedado a un lado porque me alegraba de ver por fin a mi mejor amigo. Tomé asiento en una mesa y pedí dos kebabs. Él y yo no pudimos intercambiar muchas palabras hasta que su turno terminó.
De camino a su casa platicamos algunas cosas triviales y ambos hicimos como que nuestro encuentro anterior no existió. Hubo un momento en que quise contarle a Lin sobre lo que me había pasado, pero cuando estuve a punto de mencionárselo, él dijo que estaba cansado y que quería dormir en lo que llegábamos a su casa. Le dije que no era ningún problema y soporté la emoción de contarle las buenas nuevas.
Durante el fin de semana tampoco hablamos mucho y cuando el lunes llegó, quise pedirle un consejo sobre la cita que llevaba imaginándome todo ese tiempo, pero tampoco encontré la oportunidad para hacerlo así que me vi en la necesidad de buscar algunos consejos en internet que no me sirvieron en nada más que para ponerme más nervioso.
El martes pasó y el miércoles por fin llegó. Ese era el día que Joon había dicho que iba a mandarme el mensaje, pero… el mensaje no llegó.
Lo estuve esperando con emoción, pero incluso hasta que dieron las 11:59 de la noche, el mensaje no apareció.
El jueves llegué a la escuela sin muchos ánimos y Lin lo notó, pero no quise contarle sobre mi patético intento de conseguir una cita. Me arrepentía de no tener el número de Joon y solo hasta esa tarde que tuve entrenamiento con el club de tiro, pude platicarles todo a Neri y Ken.
Ni siquiera les recriminé por sus acciones, incluso se los agradecí, pero después vino la parte triste en donde el mensaje todavía no llegaba. Intentaron encontrar una solución, pero los hice desistir.
El jueves avanzó sin mucha novedad y después de que terminé de bañarme, me aventé sobre mi cama para revisar una última vez los mensajes en mi celular. Los únicos mensajes que me encontré fueron de Neri y de Ken en el grupo, ellos continuaban armando un plan para encontrar de nuevo a ese alfa o a sus amigos.
Incluso para preguntarle sobre la carrera que estudiaba fui un tonto, continuaba sin saber nada de nada sobre Joon
-Por lo menos sé su nombre y vi de cerca su rostro-murmuré.
Suspiré y aventé a un lado mi celular. Tal vez en otra ocasión volvería a encontrarlo.
Me levanté y puse algo de música de fondo para leer historietas mientras esperaba a que el sueño llegara. Not Today de mi banda favorita empezó a sonar y me acomodé entre los edredones.
Mi celular continuó vibrando y después de unos minutos me decidí por revisarlo, pero como me encontré con más mensajes de Neri y de Ken, preferí aguardar un poco más para responderles.
Leí varios capítulos hasta que bostecé. Solo entonces apagué la música y las luces de mi habitación; regresé a mi cama y de nuevo revisé los mensajes.
Me encontré más de Neri y de Ken. Deslicé la barra de notificaciones y me encontré con otro mensaje de un número desconocido. Mi corazón se detuvo y me apresuré en abrir la aplicación. Ignoré los del grupo y presté atención al que había debajo
-Hola, Elain ¿Te parece vernos a las 4? ¿El sábado?-ahogué un grito de emoción. ¡De seguro era Joon!.
Mis pulgares se movieron nerviosos sobre el teclado ¿Qué debía responder? El horario y el día me parecían perfectos…
-¿Y si no es Joon?-susurré sin despegar mis ojos de la pantalla. Mordí mi labio inferior mientras empezaba a teclear
-¿Eres Joon?-después de que envié el mensaje, me pareció una pregunta estúpida ¡Por supuesto que se trataba de Joon! ¡No le había dado mi número a nadie más!
-Sí-fue su simple respuesta-¿Estás bien con esa hora y fecha?-leí con atención
-Sí, me parece bien-mi estómago era un nudo. Estaba muy nervioso a pesar de que solo eran mensajes
-Entonces así quedamos-recibí su respuesta y ya no supe qué más responderle. Me dejé caer de espaldas sobre la cama y observé hacia mi techo con una sonrisa. ¡Estaba muy feliz!
Me retorcí de la alegría hasta que caí en cuenta de un detalle. Volví a repasar nuestra pequeña conversación y me percaté de que no me había dicho en dónde íbamos a vernos. Me apresuré, no quería cometer el mismo error
-Oye…-envié el mensaje-¿En dónde nos vamos a ver?-
-Creí que jamás ibas a preguntar-respondió y me lo imaginé riéndose de mí.
Me avergoncé.
De verdad que era un gran tonto.