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70. Youngmin (07) por dayanstyle

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—No se puede ir chupando la sangre de cualquiera — Rome bromeó mientras estaban en el baño de hombres del club. El hombre podría estar bromeando, pero Minwoo podía ver la preocupación en sus ojos—. Probablemente eso es lo que te causó el dolor de estómago.

Minwoo no estaba seguro. Sólo bebía carmesí, un cóctel para vampiros que no tenían el gusto por una vena. La mayoría bebían el brebaje como los humanos bebían vino. Pero la gente como Minwoo lo bebía porque sería muy probable que Youngmin matara a la persona de la que Minwoo bebiera.

No, no la mataría. Su pareja lo destriparía mientras estaba aún con vida. Era algo bueno que Minwoo no quisiera beber de nadie que no fuera su pareja. —No estoy seguro, Rome, pero realmente me duele.

—Voy a buscar a JaeHyo.

 

Levantando la mano, Minwoo tomó el musculoso brazo de Rome. —No quiero que hagas un escándalo cuando es probable que solo sea un mal lote de carmesí.

Rome vio la mano tratando de envolverse alrededor de sus grandes bíceps. —Por favor, deja de tocarme antes que Youngmin decida arrancar mis bolas de mi cuerpo. Prefiero disfrutar del sexo.

—Tener sexo con tu mano no cuenta.

 

Rome miró a Minwoo como si le hubieran crecido dos cabezas. —Oh. Mi. Dios. No Minwoo  acaba de hacer una broma. Creo que el mundo está llegando a su fin.

 

Minwoo se acercó al lavabo y abrió el grifo, salpicando un poco de agua en la cara, apretando los dientes mientras otra ola de náusea se apoderaba de él. Secando su rostro con toallas de papel, se giró hacia Rome. El hombre estaba de pie sin dejar de mirar a Minwoo de forma extraña. —Oh, vamos. Fue una observación ingeniosa. Deja de mirarme como si estuvieras esperando a que mi cabello fuera de serpientes.

Una traviesa sonrisa apareció en el rostro de Rome. A Minwoo le agradaba Rome. Él fue la primera persona en la vida de Minwoo que le hizo desear sonreír. El tipo no parecía afectarse con los problemas, tenía siempre algo sarcástico que decir. El vampiro era una especie de contención contra los golpes. Había algo en el hombre que hacía que Minwoo quisiera bajar la guardia.

—¿Te sientes mejor? —Rome se acercó y empujó la puerta cerrándola cuando alguien trató de entrar. Fuertes maldiciones se escucharon en el otro lado. Rome sólo mantuvo la mano pegada a la madera mientras miraba a Minwoo por una respuesta.

—Mi estómago se está asentando. —Un poco. Pero Minwoo no quería ser enviado a la mansión donde todo lo que iba a hacer era ver las cuatro paredes. Él tampoco quería quedarse atrapado en el baño por más tiempo.

Quizás un poco de aire fresco le haría algo de bien. El club esta noche parecía bastante calmado.

—Sigo pensando que debería avisarle a JaeHyo sólo para  cubrir mi  culo. Estoy  cuidando  a la pareja de   Youngmin. ¿Tienes idea de lo intimidante que es eso? Te raspas y a mí me arranca las bolas.

Minwoo levantó una ceja. —Pareces muy centrado en tus testículos. Quizás Taeho puede ser el hombre de la puerta por un  poco  más  de  tiempo  mientras  sacas  un  poco  de tu energía acumulada.

 

El hombre gruñó mientras abría la puerta del baño. La música llegó inundándolos mientras el humano miraba a Rome, caminando junto a él.

Minwoo supuso que era el mismo hombre que había intentado entrar sólo unos minutos antes. —Siempre y cuando estés en vertical y con los ojos abiertos estaré sobre ti como la salsa sobre los tallarines.

—¿Qué significa eso?

 

—Consigue llevar tu culo a la puerta. — Rome se abrió camino moviendo a la gente amablemente; está bien, no había nada amable al respecto. Rome simplemente extendió la mano y empujaba sus hombros. Incluso un chico cayó de culo. Él fulminó a Rome, pero rápidamente desvió la mirada al ver lo grande que era el hombre.

Una fina capa de sudor comenzó a formarse en la frente de Minwoo y el labio superior. Extendió la mano y lo limpió. Alguien tenía que subir el aire acondicionado con tantos cuerpos empaquetados en un solo lugar.

—Gracias —dijo Rome a Taeho que estaba limpiando a un par de tipos cuando se acercaron. Rome era el único vampiro que Minwoo conocía que podía ser el hombre de las puertas durante toda la noche sin verse un poco agotado. No muchos vampiros podían sostener tantos recuerdos a la vez. Taeho parecía que necesitaba una copa en ese momento, Rome le hizo un gesto para que se alejara. Minwoo no estaba seguro de cómo el hombre lo hacía. Algunos de los humanos tenían algunos realmente degenerados pensamientos.

—¡Wow! —Rome dijo en voz alta mientras agarraba a Minwoo, evitando que cayera en el pavimento. El vértigo le golpeó con fuerza, haciendo que su mente se nublara y perdiera el  equilibrio cuando salió por la puerta—. Eso es todo, iré por JaeHyo.

 

Minwoo no discutió con el hombre. Algo estaba definitivamente mal con él. Nunca le había pasado eso antes en su vida. Se estaba sintiendo aterrado. Su pulso empezó a latir de forma errática, su estómago amenazaba con rebelarse.

Oyó a Rome gritarle a alguien que fuera el hombre de la puerta, y entonces lo estaba llevando a la oficina del JaeHyo. —Lo juro, mejor que no atrape ninguna mierda por ayudarte. —Rome se apresuró por el pasillo que conducía a la oficina del príncipe. Las luces del techo eran un borrón, las bombillas incandescentes amarillas lastimaban los ojos de Minwoo.

—Déjalo ahí. —El príncipe señaló hacia el sofá en el otro lado de su oficina—. Ya he convocado al doctor.

La habitación giraba y Minwoo se acercó, tratando de no perder el equilibrio. Agarró nada más que aire. ¿Por qué la habitación no podía quedarse en un solo lugar? Cerrando los ojos, Minwoo tomó una respiración profunda y constante.

—Él está aquí.

 

Minwoo abrió los ojos cuando sintió un cuerpo caliente sentándose en el borde del sofá. Veía a un completo desconocido. Este no era el hombre que atendía a la raza de los vampiros. —¿Quién eres?

El calor llenó los ojos color avellana que lo miraban. Podía decir de inmediato que el hombre era un humano. — Soy el doctor Jaejoong. ¿Me puedes decir qué te está pasando?

Justo cuando estaba a punto de hablar, otra ronda de náuseas le golpeó. Tragó saliva, tratando de contenerse.

 

—Es la pareja de Youngmin —dijo Rome.

 

El doctor Jaejoong miró a Rome como si estuviera esperando que el hombre dijera más. Cuando Rome se quedó mirándolo sin hablar, el doctor soltó un serio aliento. — No me importa con quién está acoplado. Mi primera y única preocupación  en  este  momento  es  mi  paciente.  Ahora, ¿alguien me dirá lo qué está pasando con él o tendré que hacer un examen completo, junto con el trabajo de laboratorio? Confía en mí, eso va a tomar mucho tiempo a que me digan cuáles son sus malditos síntomas.

Minwoo parpadeó ante el hombre. Para un humano, seguro que tenía bolas. Gimió. Ahora él estaba usando la palabra de Rome. Observó cómo el doctor se puso un par de guantes de látex antes de empezar a revisarlo.

—Náuseas y cólicos —Minwoo finalmente consiguió decir cuando fue capaz de hablar sin sentirse como si fuera a vomitar—. También vértigo.

—Hmm.

 

¿Qué significaba eso? Se quedó allí mientras el doctor lo examinó y luego sacó un poco de sangre. El tipo era muy completo. Rome salió cuando el doctor se puso un poco más personal con el examen, pero el príncipe se quedó. Aunque fue lo bastante decente para darse la vuelta.

La preocupación de Minwoo aumentaba mientras era revisado. El hombre no decía una palabra, solo seguía sonriéndole.

Algo dentro de Minwoo comenzó a tararear a la vida y sabía que no tenía nada que ver con lo que estaba mal con él o lo que el doctor estaba haciendo. Su pecho se sentía pesado mientras su mente se abría completamente.

 

—¡No! —Minwoo dijo en voz alta mientras que JaeHyo se movía   rápidamente,  apartando   al   doctor   del   sofá y lanzándolo hacia su escritorio.

Youngmin acechaba en su mente como un animal enjaulado y Minwoo podía sentir que el hombre se preparaba para atacar.

«¡No!  ¿Quién  se atreve  a acercarse a ti con tanta familiaridad?»

—Él es el doctor de la manada de lobos —dijo JaeHyo en voz alta, como si supiera exactamente lo que Youngmin le preguntaba a Minwoo—. Tu pareja se siente mal.

—No. —El doctor Jaejoong se quitó los guantes y los lanzó a la basura junto a la mesa del JaeHyo—. Su pareja tiene un bollo en el horno. —El doctor se giró hacia JaeHyo— . ¿Con quién estamos hablando?

 

Minwoo se quedó allí con tal incredulidad que ni siquiera había oído la respuesta del JaeHyo. Su mundo se detuvo. De repente se le hizo más difícil el poder respirar, su corazón latía demasiado rápido.

«¿Qué quiere decir?», Youngmin preguntó en su mente.

 

—¿Estás seguro? —JaeHyo parecía tan sorprendido como Minwoo se sentía.

El hombre se quedó mirando fijamente a Minwoo, con los ojos un poco más grande de lo normal. Nunca había visto al príncipe de otra forma que no fuera calmado y controlado. La sorpresa en sus ojos sólo aumentó el acelerado ritmo de su corazón.

—He estado haciendo esto por mucho tiempo. —El doctor se giró hacia Minwoo, jalando la piel debajo de los ojos hacia abajo—. Si fuera medio vampiro, sería capaz de decirlo por el cambio de su color de ojos. Pero no hay duda en  mi diagnóstico. Voy a llevar su sangre a mi oficina, pero sé que tengo razón.

«¿De qué está hablando?»

 

Minwoo se hizo un ovillo, envolviendo sus brazos alrededor de su estómago, mientras las ramificaciones de lo que el doctor dijo daban en el blanco. «Dijo que iba a tener a tu hijo».

La presencia de Youngmin se tensó, como si los músculos del hombre se hubieran encerrado en él. Minwoo pensó que era muy extraño que supiera eso, lo sentía en su interior. Nunca antes había oído hablar de que alguien fuera capaz de hacer lo que estaba haciendo Youngmin. Los vampiros podían sondear la mente, y sólo los muy antiguos y fuertes podían hablar mentalmente con otros. Pero en realidad él sentía a Youngmin, como si estuviera compartiendo un cuerpo con el hombre.

«¿Un niño?»

 

Dándole la espalda a los hombres en la habitación, Minwoo hizo todo lo posible para acurrucarse con tanta fuerza que iba a desaparecer. Oyó la puerta abrirse y cerrarse, susurros, y luego nada.

Alzó la mano y se limpió las lágrimas que se derramaban de sus ojos. En cualquier otro momento, eso habría sido lo suficiente extraño, pero qué si el bebé... Minwoo comenzó a sollozar suavemente.

«No llores, inocente»Una cálida sensación rozó las mejillas de Minwoo. Podía oír el dolor en la voz de Youngmin, pero eso sólo lo hizo llorar más fuerte.

«Voy a encontrar una manera».

 

—¿Para qué? —Minwoo gritó mientras golpeaba el puño en  el  respaldo  del  sofá—.  ¡No  puedes  estar  aquí   para consolarme! Llevo otra vida dentro de mi cuerpo y el padre…

—Minwoo empujó el puño en la boca para evitar que el grito se escapara.

¿Qué pasaba si el niño anhelaba carne como su padre? ¿Y si...? Él cerró los ojos fuerte, empujando a la presencia de Youngmin, cerrándole la puerta entre ellos al hombre. No podía hacer frente a todo esto ahora. Lo último que Minwoo necesitaba eran promesas que ambos sabían que Youngmin no podía mantener.

 

 

 

Youngmin se retiró de la mente de Minwoo, su cuerpo entumecido, sus pensamientos se dispersaron. Echó la cabeza hacia atrás y tomó una bocanada de aire, oliendo el aroma cálido y acogedor de Minwoo. Ni siquiera estaba seguro de cómo era capaz de sentir a su pareja como si el hombre estuviera allí en sus brazos. Pero mientras estaba allí, Youngmin sintió el anhelo agarrarlo como una mano que intentaba arrancar su corazón de su pecho.

Un hijo.

 

Nunca en más de dos mil años había pensado que engendraría un bebé. Sobre todo después de que el Guardián había acudido a él durante la Gran Guerra entre vampiros y brujos, diciéndole de la maldición. Se había resignado a caminar por la Tierra solo. Pero ahora sufría por lo que Minwoo le ofrecía: un lugar de consuelo, un corazón cálido, y una familia.

«Y llamaste a Kwangmin un tonto por desear semejante disparate, llamándolo débil»Youngmin se burlaba de sí mismo por la mayoría de las cosas que le había dicho a su hermano sobre el amor y la familia. Si hubiera sabido que el destino pondría esos tesoros justos fuera de su alcance…

 

Tenía que encontrar una cura ahora más que   nunca.

Le rompía no poder estar allí para su pareja, y la agonía comenzó a alimentar la rabia que se construía dentro de él.

Dejando Neverlight Hall, Youngmin irrumpió al inframundo, en busca de la única persona que tenía la más mínima oportunidad de curarlo.

—Guardián.

 

La antigua criatura estaba de pie detrás de un atril, viendo  un libro cuando Youngmin entró en la cámara del hombre.

—¡Necesito una cura, ahora! —Se sentía como si fuera a volverse loco por la necesidad de estar con su pareja.

Minwoo lo necesitaba y Youngmin no podía acercarse al chico por miedo a comer su carne.

—No quiero oír hablar de grandes sacrificios —dijo Youngmin uniformemente—. He sacrificado lo suficiente por el simple hecho de meterme con una puta. J.Seph no tenía ni idea de lo realmente fácil que era su hija. —Su mano se estrelló en el escritorio, enviando manuscritos y tarros a volar—. ¡No debería tener que pagar por eso!

—Tu madre fue el catalizador que estipuló en lo que te has convertido.

Youngmin no tenía idea de lo que la criatura estaba hablando. Por una vez, el hombre estaba hablando con claridad, sin embargo, Youngmin aun así estaba confundido. ¿Lo que hizo su madre tenía que ver con la maldición? En cuanto a sus recuerdos llegaron, recordó que ella era una mujer hermosa y dulce que amaba a sus hijos más que a la vida misma. Ella era la más grande reina que nunca había gobernado un reino.

La muerte de sus padres en la guerra había destrozado a Youngmin.

 

Pero saber quién era su verdadero padre, el   hombre que lo había engendrado, había destripado a Youngmin. Marsian había sido un gran hombre, un verdadero héroe a los ojos de Youngmin. No quería a Him Chan de padre. El hombre se había aprovechado de Kim Taeyeon Espelimbergo y luego la abandonó a ella y a su descendencia.

Él aún no había encontrado al líder demonio. Youngmin quería tener una conversación de cerca con el hombre que visitó a Minwoo. No estaba seguro de los motivos del demonio, pero había una cosa de la que Youngmin estaba seguro.

Si Him Chan se acercaba a Minwoo de nuevo, iba a desatar su maldición sobre el líder.

Frustrado de que el Guardián no le pudiera ayudar, Youngmin buscó a su hermano gemelo. La única cosa que nunca entendió, pero de lo que estaría siempre agradecido era el hecho de que el deseo nunca se apoderaba de él cuando estaba con sus hermanos. Kwangmin y JaeHyo eran las únicas dos personas cuya carne no quería comer.

«Si sólo Minwoo pudiera ser contado entre ese grupo».

 

Kwangmin salió al patio trasero de la mansión, reuniéndose con Youngmin en la oscuridad del bosque. Su corazón se retorció en su pecho cuando vio la alegría en el rostro del hombre, sabiendo que venía de estar acoplado y ser padre —las mismas cosas que Youngmin tenía, pero no podía tocar.

—Si lo hubiera sabido —comenzó Kwangmin, simpatía y dolor caían de sus ojos—. Lo siento mucho, Youngmin.

—Una vez fuimos muy cercanos —dijo Youngmin, mirando fijo al hombre que conocía cada cosa de él, había sido su propio aliento en aquel entonces.

—Aún lo somos, hermano. —Kwangmin se acercó, poniendo la mano sobre el hombro de Youngmin—. Te amé más que a mi propia vida, y nada ha cambiado. No me importa en lo  que te has convertido. Lo que me importa es que estás aquí. — Kwangmin golpeó el pecho de Youngmin—. Nada puede empañar el amor que siento por ti.

Alzando la cabeza para encontrarse con los ojos de Kwangmin, ojos que reflejaban los suyos, Youngmin habló en un tono que transmitía la pérdida de una familia con la que nunca conocería la alegría de interactuar. —Dame tu juramento, tu palabra de honor como mi gemelo, como Ahn Espelimbergo, que vas a proteger a mi pareja como si fuera la tuya. Protegerás a mi hijo como si fuera nacido de tus propias entrañas. Entra en el Sagrado juramento conmigo.

Sin dudarlo, Kwangmin extendió una uña cortando la palma de su mano, y luego abrió el pecho de Youngmin, justo encima de su corazón. Presionando carne sangrante con carne sangrante. —Como tu gemelo y hombre de honor por encima de todo, te doy mi solemne juramento que los antiguos vampiros, el primero y segundo nacidos en una larga fila de una raza majestuosa, protegeremos a tu pareja y tu bebé con nuestro último aliento.

Youngmin sintió el juramento sagrado chisporroteando a través de sus venas, y sellándose. Si Minwoo moría porque Kwangmin rompió el juramento, su gemelo  perecería junto con su pareja.

 

 

continuara...

 


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