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70. Youngmin (07) por dayanstyle

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Youngmin salió disparado por la puerta, agarrando al doctor, que estaba allí hablando con Nana, por el brazo y arrojándolo de nuevo en la habitación. —¡Arréglalo!

El doctor Jaejoong comenzó a moverse hacia la cama.

—Suelta mi brazo. Él está en trabajo de parto. —Nana se quedó con los ojos muy abiertos—. El bebé está en camino.

Youngmin había luchado contra los brujos en la Gran Guerra. Había sobrevivido a dos mil años de sueño profundo. Recorría las calles, liberando al mundo de los parásitos que se aprovechaban de los inocentes. Incluso había vivido con una maldición de comer carne que desafió su humanidad, y había ganado.

Pero ver a su pareja gritar de dolor lo asustaba.

 

—Tengo que llevarlo a la sala de operaciones en la Casa. —El doctor se giró hacia Youngmin, su rostro una máscara de miedo y determinación—. Algo está terriblemente mal.

—¡Kiseop! —Nana gritó. Segundos más tarde, el elfo de las sombras apareció, miró a su alrededor, viendo la escena. Sus ojos se posaron en Minwoo.

—¿Qué necesitas que haga? —preguntó sin dudarlo.

 —Llévanos de vuelta a la Casa, preferentemente a mi sala de operaciones. —El doctor tomó la bolsa de sangre que había estado alimentando a Minwoo antes de que Kiseop llevara a todos a la habitación que el doctor Jaejoong había especificado. El hombre comenzó a trabajar rápidamente, Youngmin puso a su pareja en la mesa.

 

—¡Fuera de mi camino, todo el mundo! —El doctor Jaejoong gritó.

 

Youngmin dio un paso atrás, sintiéndose totalmente impotente. Observó al doctor trabajar a un ritmo rápido y constante. Nana saltó, ayudando al hombre con las órdenes que le ladraba. Youngmin y Kiseop se quedaron allí, solo mirando.

Estaba en la punta de la lengua de Youngmin amenazar al doctor si Minwoo o el bebé morían, pero sabía que era un movimiento tonto amenazar al hombre que trabaja duro para salvar la vida de ambos.

Pero podía pensarlo.

 

—Y Hoon quiere tener otro hijo —dijo Kiseop con un bufido—. No, gracias.

Youngmin apartó los ojos de su pareja cuando Minwoo dejó de gritar, sus ojos revoloteando cerrados. —¿Has encontrado a la persona responsable de todo lo que ha estado sucediendo?

—Sabemos que es un camaleón que hacía el trabajo sucio de Soo Man. Su nombre es Jong Gil. Eso es todo lo que el Ultionem sabe.

Un shifter-camaleón. Ese fue el que había visitado a Minwoo, pretendiendo ser Youngmin cuando revocó la reclamación. No había funcionado, ya que no fue el mismo Youngmin quien pronunció las palabras. Pero Youngmin quería poner sus manos en la criatura. —¿Dónde está?

—Lo rastreamos hasta el reino de los demonios, pero lo perdimos.

Youngmin se dio la vuelta, viendo cómo el doctor trabajaba con diligencia. Se quedó allí durante lo que pareció una eternidad, empezando a pensar que las cosas estaban cambiando para peor, cuando oyó un alto grito.

 

—Incluso el más poderoso de nosotros caemos cuando nacen nuestros hijos.

 

Kiseop palmeó el hombro de Youngmin. —Felicitaciones.

 

Youngmin apretó los dientes y luchó con fuerza contra el nudo que se formaba en su garganta. Se cortaría las manos antes de permitir que una sola lágrima cayera frente a estas personas. Pero aun cuando las palabras se formaban en su mente, Youngmin comenzó a acercarse. No estaba seguro de lo que iba a encontrar. El bebé había crecido a un ritmo alarmante, había nacido en semanas en lugar de meses.

¿Qué pasaba si el niño estaba mal, o llevaba la maldición? A pesar de que Youngmin estaba libre del deseo, su hijo había sido concebido cuando el deseo aún lo tenía en sus garras.

—Oh... mi —dijo el doctor, de espaldas a Youngmin mientras sus brazos seguían moviéndose. Youngmin no estaba seguro de si eso era una buena señal o no.

—¿Qué, qué es? —preguntó, casi con miedo de escuchar lo que el doctor tenía que decir.

Echando un vistazo por encima del hombro, el doctor Jaejoong sonrió ampliamente. —Tienes gemelos. Tiene que haber estado escondiéndose detrás del otro cuando realicé el ultrasonido en Minwoo.

Gemelos. Youngmin se sentía como si fuera a desmayarse. Una abrumadora protectora sensación y puro orgullo lo envolvió, entonces se preguntó: —¿Chicos o chicas?

—Uno de cada uno. —Había alegría en el tono del doctor cuando hablaba, un feliz tono que hizo que Youngmin se sintiera un poco mejor.

—¿Qué hay de Minwoo?

 

El doctor se encogió de hombros. —Hasta donde sé, él no tiene un gemelo.

 

Youngmin  estaba muy agitado con una extraña   sensación ante el humor del doctor. —Mi pareja —dijo con un gruñido— . ¿Cómo está?

 

El doctor no respondió, sólo siguió haciendo el trabajo. Youngmin se acercó al lado del hombre y vio el aspecto demacrado en el rostro de Minwoo.

Sólo los vampiros que estaban desnutridos o cerca de la muerte estaban tan huesudos y con ese aspecto pálido. No necesitaba oír la respuesta.

Minwoo se estaba muriendo.

 

—Estoy tratando —dijo el doctor con determinación—. Pero él está sangrando más rápido de lo que puedo detenerlo.

Sin pensarlo, Youngmin mordió su muñeca, presionando la carne sangrienta contra la boca de Minwoo.

—Pero no sabemos…

 —¡Se está muriendo! En este punto, no me importa lo que tenga que hacer para salvarlo. —Youngmin usó su otra mano para levantar la barbilla de Minwoo, abriendo la boca de su pareja.

—Sería mejor que gotees eso aquí. —El doctor estaba pinzando algún órgano en el vientre de su pareja de par en par. Youngmin movió su muñeca a la herida abierta de Minwoo, dejando que su sangre goteara directamente en el cuerpo de su pareja. Esta fue una visión que podría haber pasado el resto de la eternidad sin ver.

—Dale todo lo que puedas —dijo el doctor—, mientras yo trabajo en detener la hemorragia.

Youngmin se acercó a sus hermanos, enseñándoles en su mente lo que estaba pasando, transmitiéndoles a ellos  con urgencia que Minwoo podría no sobrevivir. No le gustaba la idea de que alguien más alimentara a su pareja, pero al infierno su orgullo. La vida de Minwoo estaba en juego.

Kwangmin y Jaehyo estuvieron allí en cuestión de segundos, abriendo una vena para alimentar a Minwoo mientras Youngmin comenzaba a susurrar palabras que él había visto en uno de los rollos del Guardián. Él nunca se había ocupado de hechizos o conjuros antes, pero estaba dispuesto a intentar cualquier cosa.

—El sangrado está más lento —el doctor Jaejoong le informó—. Sin embargo, él aún no está fuera de peligro. Los niños lo lastimaron al crecer tan anormalmente rápido.

Lamiendo la muñeca cerrándola, los hermanos, junto con Kiseop, observaban al doctor Jaejoong cerrar a Minwoo. Se veía tan débil ahí tendido.

Youngmin quería tomar al hombre y sostenerlo. Incluso había intentado encontrar a Minwoo en su mente, pero por los medicamentos que el doctor le había dado a su pareja todo lo que veía era niebla distorsionada.

Nana entró con un carrito con ruedas con una cama de plástico transparente en la parte superior. Youngmin se movió de nuevo a la mesa donde el doctor estaba cosiendo a Minwoo para ver a los dos pequeños bebés envueltos y bien pegados el uno al otro. Uno llevaba una manta azul y el otro rosa.

—Saluda a tu hijo e hija —dijo Nana—. Quizás conocerlos te ayudará mientras que Minwoo se cura. —Ella se inclinó más cerca—. Va a estar bien. El destino no los haría pasar por este infierno y luego alejar a Minwoo de ti.

Youngmin levantó los ojos, mirando fijamente a la mujer fey.

—Pagaste tu deuda.

—No ayudo para pagar mi deuda. Ayudo porque era la lo que hay que hacer. —Ella levantó al bebé envuelto en la manta azul de la cama—. Ten.

Youngmin se quedó mirando fijo el paquete. —¿Qué se supone que debo hacer con él?

Kwangmin sonrió mientras levantaba los brazos de Youngmin y luego dijo: —Sólo asegúrate de no dejar que la cabeza salte alrededor.

En el instante en que su hijo tocó sus brazos, Youngmin sintió la oscuridad dentro de él romperse en mil pedazos. Pasó un nudillo por las sonrosadas mejillas del chico, y se prometió que protegería a su familia a toda costa.

Jaehyo tomó al hijo de Youngmin cuando Nana le entregó a su hija. Su corazón se triplicó en tamaño, mientras miraba los preciosos ojos azul zafiro. Ella era la más hermosa vampiresa que había visto. Estaba aterrado de que fuera a dejarla caer. La única cosa que haría este momento perfecto era que Minwoo estuviera despierto y compartirlo con él.

Dirigió su mirada hacia donde el hombre dormía, diciendo una oración silenciosa para que su pareja superara esto.

 

 

 

Los ojos de Minwoo se abrieron lentamente. Se tomó un momento para conseguir moverlos. Su cabeza estaba un poco aturdida, pero se dio cuenta que se encontraba en su dormitorio. Lo último que recordaba era el intenso dolor en su abdomen. Minwoo se agachó para pasar su mano sobre su vientre redondeado, sólo para descubrir que estaba plano y vendado.

 

Su corazón se detuvo en seco cuando se dio cuenta de que ya no estaba embarazado. Minwoo estaba aterrorizado de levantarse y descubrir lo que había pasado. Recordó que el doctor decía que había algo terriblemente mal con él.

¿Había perdido al bebé?

 

Se sentía como si el corazón le fuera arrancado de su pecho hasta que giró la cabeza. Tuvo que parpadear dos veces mientras veía a Youngmin acostado sobre su lado en la cama con él, profundamente dormido.

Y tenía dos paquetes escondidos cerca de su cuerpo. Minwoo podía sentir un bulto duro cerrar su garganta mientras se acercaba, levantó la manta azul y vio una pequeña cara. Luego se acercó a la manta de color rosa e hizo lo mismo.

¿Dos bebés?

 

Los ojos de Youngmin se abrieron mostrando los colmillos hasta que vio que se trataba de Minwoo que estaba tocando a los infantes. El bebé en la manta azul giró la cabeza, sus labios buscando los dedos de Minwoo. Él se lo dio. Pequeños dientes mordieron el dedo cuando el bebé comenzó a mamar.

Una mano fuerte y cálida se acercó y acarició el rostro de Minwoo.

—¿Cómo te sientes?

 

Minwoo se acercó, dando al bebé en la manta de color rosa su otro dedo. —No creo que vaya a correr un maratón, pero ya no me siento como si la muerte me reclamara.

El pulgar de Youngmin rozó su mejilla mientras él no se cansaba de mirar a los bebes. —¿Gemelos?

—Esto corre por la familia —dijo Youngmin—. Tenemos un hijo y una hija.

—Como que lo pensé por la manta azul y rosa.   —Su corazón latía un poco más rápido cuando vio que su hija tenía los ojos de Youngmin. Los ojos de su hijo estaban cerrados, por lo que Minwoo no podía verlos.

—¿Cómo los llamamos? —preguntó.

 

—He estado pensando en eso —admitió Youngmin—. ¿Qué te parece Ahn Jisoo Luciana Espelimbergo y Ahn Hwan Hee Lucio Espelimbergo?

Minwoo vio a su hijo y su hija, reflexionando sobre los nombres en la cabeza. —Eso es un buen bocado teniendo en cuenta que mi nombre es simplemente No Minwoo .

Sus ojos se abrieron más cuando Youngmin soltó una carcajada. El sonido era profunda y rico, por lo que su pareja se veía como una persona totalmente diferente, la sonrisa transformó su rostro en algo majestuoso. —Tu nombre es Ahn Minwoo Espelimbergo y podríamos simplemente llamarlos Jessica y Jim, si lo deseas.

Minwoo sacudió la cabeza. —No, me gusta Jisoo y Hwan Hee. Es algo que se adapta a ellos.

Alguien golpeó la puerta y los párpados de Youngmin se redujeron a ranuras, los irises azul zafiro se movían lentamente hacia la puerta. Ahora ese era el aspecto al que Minwoo estaba acostumbrado a ver: oscuro y mortal. Su pareja se movió de la cama, poniéndose de pie de forma depredadora. Todo su cuerpo llenando la puerta cuando contestó.

Minwoo acercó aún más a los bebés hasta que vio que era el doctor Jaejoong el que había estado llamando a la puerta. Con toda la locura pasando, Minwoo no quería correr ningún riesgo.

—Traje una llave conmigo esta vez —dijo el doctor cuando le sonrió a Youngmin. No era que el chico no tuviera ningún sentido de autoconservación, Minwoo no podía entender cómo el doctor no parecía inmutarse por Youngmin, cuando todo el mundo se orinaba en torno al feroz vampiro—. Tengo que ver a mis pacientes.

Minwoo no entendía lo que el hombre quiso decir con que tenía una llave. Tampoco se molestó en preguntar. Ya era bastante difícil para él mantener los ojos abiertos, y mucho más tener una conversación con el doctor en el momento en el que el humano examinó a los tres.

Observó que el doctor hablaba tranquilamente con Youngmin antes de abandonar la habitación. Caminando hacia la cama, Youngmin entró, jalando a los dos bebés con él mientras Minwoo cerraba los ojos. Se podría decir que todo el que se acercara a su hijo e hija iba a tener que pasar por Youngmin primero. El hombre podría haberse suavizado sólo un poco, pero el destello del antigua vampiro aún estaba allí, vivo y respirando y listo para dar rienda suelta a todo aquel que pareciera tomar el camino equivocado con sus hijos.

 

continuara....

 

 

Jongin vio cómo Young Jae hablaba con sus hombres. No confiaba en él. Por lo que sabía, el lobo Timber podría haber sido el que orquestó el secuestro de Chaejin y estar cerca solo para apartarlo del rastro de su nieto.

Él no confiaba en nadie en estos momentos. Había algunas similitudes, pero no las suficientes para convencer a Jongin de que Young Jae era su hermano.

Todo lo que sabía era que estaba perdiendo el tiempo. Necesitaba encontrar a Soo Man y obtener algunas respuestas. El peor temor de Jongin era nunca volver a ver a su nieto de nuevo, pero él estaba en un callejón sin salida tras otro.

Dándole la espalda a los tres hombres, Jongin presionó su teléfono celular a la oreja cuando sonó. —¿Qué has encontrado?

—Mucho —respondió Niel—. De acuerdo con el departamento de tránsito, la fotografía que tienen en el archivo para su licencia de conducir es del mismo hombre de la foto que tomaste con tu teléfono, y me enviaste. Él es, sin duda, Kim Young Jae . Sí, lo es. Pero eso no te dice si es el bueno o el malo de la película. No, no es así. Su puntaje de crédito es bueno, sus finanzas no son un problema. El tipo es rico. Él está absolutamente limpio.

—¿No hay registros de antecedentes penales? ¿Qué hay de su vida personal? —Jongin miró por encima del hombro para ver a Young Jae mirándolo. No le importaba una mierda si el chico escuchaba su conversación. Quería saber quién era ese hombre que estaba dispuesto a meter el cuello para ayudar a Jongin. No muchos hombres lo hacían  por un desconocido y quería asegurarse de que no lo estaba engañado.

—Bien, ahora que tengo los aspectos socialmente aceptables fuera del camino, vamos a hablar de pavo. El chico se encarga de la manada Cyrus en Gangwon. Por lo que pude reunir, perdió a su mejor amigo, un asesinato que aún no se ha resuelto. Jonghyun tiene un amigo allí y él ha hablado con el chico. Su amigo le dice que no puedes encontrar a nadie más feroz o leal que Young Jae. Pero eso es sólo un rumor. Sí, lo es.

—Gracias, Niel. Te debo una. Llámame si descubres cualquier otra cosa.

—Lo haré, Kai. Y me puedes pagar buscando a Chaejin. Extraño al pequeño.

Lo mismo que Jongin. —Estoy haciendo todo lo posible, Niel. ¿Cómo está Luhan?

—Oh, sí, se me olvidaba. Él está furioso porque no puede encontrarte. Envió un mensaje a través de sitio web a las parejas para que te buscaran. Sí, lo hizo. —Niel se rio—. Creo que necesitas llamarlo.

Mierda. Jongin había estado tan ocupado con Kang Ta, y luego con Young Jae, que se había olvidado por completo de llamar a su pareja. —Tengo que irme.

Colgó el teléfono y marcó el número de Luhan, pero su pareja no respondió. Jongin dejó un correo de voz de que estaba bien y siguiendo pistas.

—Entonces, ¿cómo fue la comprobación? —preguntó Young Jae, dejando que Jongin supiera que había oído toda la conversación.

—Un poco demasiado limpio en mi opinión. —Se metió el teléfono en su bolsillo—. Tienes una buena vida. — Caminando, Jongin se dijo que él no necesitaba nuevos amigos ahora, especialmente un hermano que ni siquiera sabía que tenía. Hasta que Chaejin estuviera de vuelta bajo su techo, todo el mundo estaba bajo escrutinio.

—Hecho. —Young Jae se giró en la dirección opuesta con sus hombres. Jongin logró salir del reino de los demonios, mirando alrededor de la ciudad y preguntándose cómo iba a encontrar a Lee Soo Man . Aunque le tomara hasta el último aliento, iba a recuperar a Chaejin. Y Lee Soo Man  iba a morir por acercarse a su nieto.

 

 

 

Youngmin cerró la puerta de la habitación antes de moverse a través de Neverlight Hall, viendo las reparaciones que se estaban realizando. La restauración iba a tomar algún tiempo, pero quería un lugar adecuado para su pareja e hijos.

No había ningún otro lugar en el que quisiera tener a Eun Ji y Hwan Hee que en la casa en la que había crecido, Youngmin incluso había logrado hablar con Kwangmin para que se viniera a vivir con su pareja y su hijo. Aún se estaba acostumbrando a la vida sin la maldición. También se estaba acostumbrando a no repartir justicia a aquellos que se lo merecían.

En este momento, tenía cosas más importantes en que ocupar su tiempo. Sus hijos y pareja eran su prioridad número uno.

—Una familia parece ser justo lo que necesitábamos.

Youngmin se dirigió hacia una de las ventanas, viendo   por encima de la montaña, disfrutando de la luna llena. —Eso parece.

Jaehyo se acercó a él. —¿Cuánto has cambiado? Inclinando la cabeza, Youngmin miró a su hermano mayor. — Para Minwoo y mis hijos, un montón. Para todos los demás, voy a arrancar sus corazones de sus pechos mientras aún estén respirando. ¿Por qué preguntas eso?

—Porque… —Jaehyo se giró completamente para quedar enfrentados—. No quiero que la muerte de Jung Min o la de su aquelarre se queden sin vengar.

—¿Sabes quién los mató?

 

Moviéndose unos pasos, Jaehyo miró hacia el techo, con los hombros rígidos. —No, pero cuando me entere, nada mantendrá a esa persona a salvo. Aún tenemos que ver el asunto del shifter-camaleón llamado Jong Gil. Digo que es un mestizo. Lleva sangre de lobo. Podemos comenzar nuestra búsqueda en el reino demonio.

—Dame un par de días —respondió. Minwoo todavía no estaba bien al cien por ciento. Youngmin no iba a dejar a su pareja con los niños para ir a la caza hasta que Minwoo pudiera prescindir de él durante un día o dos. Incluso entonces, Youngmin no iba a dejar a su pareja indefensa. No, él no había cambiado mucho. Seguiría destripando a cualquier persona que incluso pensara en lastimar lo que era suyo.

—Esperaré a que te muestres —respondió Jaehyo. Tenía un brillo oscuro en sus ojos y Youngmin podría decir que el hombre no iba a descansar hasta que la muerte de Jung Min fuera vengada. Youngmin no tenía ningún problema en perseguir a los responsables.

 

Una vez que Jaehyo se había ido, Youngmin volvió a entrar en el dormitorio, sonriendo al ver que Eun Ji estaba completamente despierta, mirándolo fijamente a los ojos. No estaba seguro de si ella sabía que él era su padre, pero su tranquila alegría decía mucho.

Tomándola cuidadosamente, él la abrazó, sorprendido de que esta pequeña persona había venido de su cuerpo. Ella lo miró con una aguda inteligencia, a pesar de que no tenía más que unos pocos días. No estaba seguro de lo que esas pociones podrían haberle hecho a sus hijos, pero hasta ahora el doctor les había dado un certificado de buena salud.

—Vas a malcriarla. —Minwoo abrió los ojos, mirando a Youngmin—. Puedo ver que ella va a tenerte envuelto alrededor de su dedo.

Y su pareja tenía razón.

 

—Debemos conseguirles cachorros.

 

Youngmin ladeó la cabeza mientras Eun Ji se acomodaba en sus brazos. La sostenía mejor ahora después de una breve práctica con los gemelos. Él sabía que tenía un largo camino por recorrer en cuanto a las habilidades de padre, pero estaba bastante seguro de que los niños no usarían su falta de conocimiento contra él. —No entiendo por qué.

Minwoo se encogió de hombros. —He visto a los humanos hacerlo y los niños se ven muy felices.

Ninguno de ellos tenía ni idea de lo que estaban haciendo, pero Youngmin sabía que ambos estaban a tientas sobre esto. Por Minwoo, él haría todo lo que el hombre le pidiera porque por fin tenía un trozo de lo que su gemelo anhelaba tanto.

Una familia.

 

En casa, Youngmin iba a tratar de dar a Minwoo y a sus hijos lo que sus padres tan amorosamente le habían dado a él y a sus hermanos. Una vez había disfrutado de la vida, hasta la guerra. Youngmin quería recordar lo que era reír y amar de nuevo. Había crecido enojado y violento, pero eso no era lo que era.

A menos que alguien fuera tan tonto como para acercarse a su familia, entonces no tendría ningún problema mostrándoles que Ahn Youngmin Giordano Espelimbergo era el más malo y más feroz vampiro que camina por la Tierra.

—¿Cachorros? —Youngmin pensó en lo que su pareja quería. Había mucho espacio en el castillo para dos pequeños cachorros. Había oído que podrían ser grandes perros guardianes si elegían la raza adecuada.

Había un pastor alemán en la mansión llamada Mango. Los hijos de Jaehyo y el hijo de Kwangmin parecían adorar al perro y el perro parecía muy feliz con los niños.

Entregando a Eun Ji a Minwoo, Youngmin agarró a Hwan Hee de la cuna, viendo las fuertes líneas de la mandíbula del chico. Iba a ser un gobernante, un día, Youngmin podía decirlo.

Había algo acerca de estar acoplado y tener una familia que lo llevaba a un lado más suave que ni siquiera sabía que tenía. Caminando hacia la cama, una vez más, Youngmin se sentó, se inclinó para darle un beso a su pareja, transmitiéndole lo mucho que le importaba. —Te amo, Minwoo.

El hombre sonrió, algo que estaba seguro que Minwoo no había hecho suficiente en su vida. Youngmin preveía cambiar eso.

—También te amo, Youngmin.

 

Dejando a los bebés de nuevo en su habitación, Youngmin regresó a la suya, tomando la mano de Minwoo, pasando sus labios con los nudillos. Su pareja no dijo una palabra mientras se desvestía lentamente y luego se acomodaba entre sus piernas. Gracias a Dios que Minwoo había tomado el control de la natalidad que el doctor le había ofrecido, porque no había manera de que fuera capaz de negarse a su pareja.

Youngmin lubricó sus dedos y luego los movió debajo de Minwoo, deslizando sus gruesos dedos en el culo de Minwoo mientras besaba un camino alrededor del cuello de su pareja. Su piel se sentía como si estuviera en llamas, su cuerpo dolía por ser llenado por el grueso pene de su pareja. Gimió ante el delicioso ardor cuando su pareja lo estiraba.

Justo cuando Minwoo pensaba que iba a morir si su pareja no lo jodía, Youngmin colocó la cabeza de su pene contra su entrada. —Voy a joderte —dijo justo antes de que la dura como el acero erección se enterrara en el cuerpo de Minwoo hasta la empuñadura. Minwoo gritó y Youngmin se quedó inmóvil, mirando fijamente a Minwoo con ojos tiernos.

Minwoo clavó las uñas en el pecho de su pareja, la respiración más allá del dolor cuando su pareja tomó el rostro de Minwoo. —Voy a reclamarte esta noche, mi amor. —Parecía que estaba luchando por el control mientras su cuerpo se estremeció con aparente tensión.

—¿Sabes cuánto tiempo he estado esperando para oír esas palabras? —Minwoo preguntó, el dolor atravesó su mitad inferior y luego disminuyó. El cuerpo de Minwoo de nuevo estaba en fuego por su pareja—. Reclámame.

La expresión de su pareja volvió a ser tierna cuando se inclinó hacia adelante y besó a Minwoo lentamente. Éste gimió en la boca del hombre cuando se arqueó hacia él, sus pezones rozando contra una dura pared de carne. Las caderas  de  su  pareja  empezaron  a  moverse,  la  gruesa longitud de Youngmin estirando a Minwoo cuando se retiraba y volvía a penetrarlo.

 

Youngmin rompió el beso y luego enterró su cara en el cuello de Minwoo. —maldición —susurró mientras deslizaba sus manos debajo de las nalgas de Minwoo, quien se levantó un poco más alto. Un gruñido retumbó, vibrando en el pecho del vampiro cuando Youngmin se recostó sobre sus piernas y lo miról—. Mierda, Minwoo, mierda. —Pasó su mano por el abdomen de Minwoo, y luego sus dedos tomaron el pene.

Minwoo echó la cabeza hacia atrás y gritó el nombre de su pareja. Eso pareció ser una especie de gatillo, porque las embestidas de Youngmin se profundizaron y un gruñido salvaje resonó en la habitación. La presión se construía de nuevo, sólo que esta vez se sentía volátil. Minwoo lo tomó y Youngmin se inclinó hacia adelante, tomando la boca de Minwoo y enviando a Minwoo al borde de la locura. Minwoo levantó las piernas y trató de envolver la cintura de Youngmin, pero el hombre era malditamente demasiado ancho, por lo que lo único que pudo hacer fue dejarlas colgando de sus caderas mientras su pareja montaba duro a Minwoo.

—Mi amor gimió Youngmin. El calor se construía más alto, más caliente. El cuerpo de Minwoo estaba inflamado mientras ellos se deslizaban uno con el otro.

—Youngmin —gritó el nombre del hombre. Youngmin miró a Minwoo, y su expresión era oscura, salvaje, haciendo que Minwoo se lamiera sus labios secos mientras los colmillos se alargaban lentamente. Él estaba en el cielo. Tembló bajo la dura mirada de su pareja, tan excitado ahora, se empujó más allá de la realidad que en este momento no le importaba un comino—. Muérdeme.

 

Youngmin rozó las puntas de los dientes sobre el hombro de Minwoo y Minwoo agarró la parte posterior de la cabeza. —Hazlo.

 —Agárrate de mí, bebé.

 

Las manos de Minwoo se agarraron de los hombros de su pareja cuando sintió la gruesa longitud del pene presionarse más profundo dentro de su cuerpo. —Youngmin, por favor.

—Amo oírte suplicar. —La voz de Youngmin era tensa, sonando como si estuviera sosteniendo un último hilo de control.

Minwoo se olvidó lo que estaba pensando mientras el delicioso ardor lo llenaba, recordando a Minwoo que Youngmin estaba muy dentro de él. Se retorció debajo del vampiro mientras éste se inclinaba hacia atrás, su mirada fija en donde sus cuerpos se conectaban.

—Se ve bien, ¿verdad? Deslizándome dentro y fuera de ti de esta manera —preguntó. Minwoo levantó la mirada para ver lo que su pareja estaba viendo. Estaban en medio del sexo, sin embargo, podía sentir su piel sonrojarse por el calor. Youngmin se rio suavemente—. Muy bonito.

—Mi cuerpo, no puede soportar. Por favor, Youngmin, por favor. —Se removió debajo del hombre, luchando por su liberación.

Youngmin comenzó a joder su culo, con estocadas profundas y duras que tenían a Minwoo gritando su nombre mientras sentía cada embestida extendiéndolo, acariciándolo. Youngmin lo empujaba de cabeza en un vuelo hacia el éxtasis, su poderoso pene alimentando a Minwoo, llenándolo, acariciando con un calor abrasador cada vez mayor.

El abdomen de Minwoo se apretó, ondulándose, estremeciéndose, y luego sus ojos se abrieron con su visión borrosa. Los músculos del culo de Minwoo apretando el pene de Youngmin cuando explotó. Se retorcía debajo de su pareja cuando un placer indescriptible lo recorrió.

 

—Minwoo... dios... bebé... —En el fondo, con fuerza, sus embestidas se aceleraron, Minwoo sentía chorros de semen en el interior de su culo. Se desencadenó otra explosión que lo dejó jadeando, luchando por respirar mientras se retorcía debajo del poderoso cuerpo de su pareja.

Gimió mientras cerraba los ojos.

 

—Oh no, inocente. Aún no he terminado contigo.

 

Los ojos de Minwoo se abrieron de golpe. Él no podía creer que su pareja seguía estando duro como una roca en su interior.

Youngmin sacó su pene del culo de Minwoo, giró a Minwoo sobre su abdomen y se deslizó hacia el interior.

—Esta vez nos tomamos las cosas con calma.

 

Lento era bueno. Minwoo no estaba seguro de poder tomar todo el fuego que todo lo consumía que acababa de desgarrar su cuerpo en pedazos. Las manos de Youngmin se deslizaron sobre su espalda, y luego inclinó su musculoso cuerpo sobre Minwoo depositando suaves besos por su columna. Minwoo gimió. Sentía las manos de Youngmin por su cuerpo, su pene empujándose más profundo dentro de su culo era como el cielo.

Había pensado que no tenían un futuro juntos, que Youngmin estaría por siempre perdido para él. Ahora lo único que quería era que su pareja hiciera el amor con él por el resto de su vida. La idea era una locura, pero cierta. Aún estaba asombrado de haber dado a luz a dos hermosos bebés. Minwoo sentía una protectora necesidad golpearlo con fuerza, sabiendo que moriría para proteger no sólo a su pareja, sino también a sus preciosos bebés. Eran toda su vida, todo lo que tenía, y él se aferraba a ellos con fuerza.

 

Todos los pensamientos huyeron cuando Youngmin le colocó en sus manos y rodillas. Se estremeció de placer cuando la mano de Youngmin bajó por su cuerpo y agarró su erección, acariciando su pene mientras se movía hacia atrás y adelante, su eje recorriendo las terminaciones nerviosas.

—Tu cuerpo encaja en mi perfectamente —Youngmin dijo mientras mordisqueaba a Minwoo en el hombro.

Moviendo su cuerpo hacia atrás y empalándose en el culo de Youngmin, Minwoo se perdió en los deseos sensuales que calentaban el interior de su cuerpo. No estaba seguro de si lento y torturante era mejor que rápido y explosivo.

Parecía no importar cómo Youngmin lo tomaba, hacía que su interior ardiera. Pero esta construcción era lenta en llegar. Se sentía como si estuviera consumiéndose en un fuego de combustión lenta, carcomiendo su cordura mientras se empujaba hacia atrás, gimiendo al sentir el grueso pene de su pareja llenándolo.

—Así es, mi amor. Tómame. Toma lo que necesitas.

 

La mano de Youngmin comenzó a moverse más rápido en el pene de Minwoo mientras sus embestidas se profundizaban, volviéndose más rápidas.

Minwoo arañó las sábanas, abriendo más las piernas, sus caderas girando mientras Youngmin se hundía en el interior de su culo. —Hazme correr, Youngmin.

El hombre dio un gruñido mientras aceleraba, su pene golpeando el cuerpo de Minwoo mientras soltaba el pene de Minwoo y en su lugar agarraba sus caderas. Bajó los hombros, moviendo su cabeza de un lado a otro, haciendo todo lo posible para dejarse ir.

 

Minwoo gritó cuando los colmillos de Youngmin se hundieron en su piel. La conexión ya había estado allí, más allá de cualquier pensamiento posible, pero ahora que estaba plenamente reclamado, su mente parecía ser una. Podía ver todo lo que Youngmin había pasado, el dolor que había sufrido, y el anhelo que el hombre se había sentido cada vez que lo había visto a él.

Ellos se unieron de una manera tan profunda que no había nada en la mente de Minwoo que Youngmin no pudiera ver. Estaba expuesto al hombre, todos sus pecados y penas dispuestas para que su pareja las viera.

Youngmin lamió la herida, susurrando al oído de Minwoo:    — Nunca más te sentirás solo.

 

Justo cuando Minwoo pensaba que iba a volverse loco, su cuerpo se estremeció, su mente daba vueltas, y su corazón se aceleró tan rápido que se mareó.

Su pareja gritó desde detrás de él, convirtiendo sus movimientos descoordinados mientras su semilla lo llenaba, una vez más. Se empujó unas cuantas veces más antes de perder velocidad, con la respiración entrecortada.

Youngmin jaló a Minwoo a sus brazos, acariciando su cuello, suaves ronroneos retumbaron en su pecho. Minwoo luchaba por respirar normalmente mientras su pareja sacaba lentamente su flácido pene de su hinchado culo.

Algo se instaló en el interior de Minwoo, la destrucción de la oscuridad que había sentido durante tanto tiempo, y él lo sabía en ese momento que Youngmin era el salvador. Minwoo siempre había sabido que el hombre lo era.

 

 

Kim Kyu Jong se detuvo cuando vio a un hombre que yacía boca abajo en el suelo. Miró alrededor del bosque, pero no vio a nadie más. No todos los días se topaba con alguien que tomara una siesta en la tierra. Ni siquiera estaba seguro de si debía molestar al chico o no. Se veía bastante cómodo acostado cubierto de hojas.

 

—Hey, ¿necesitas ayuda? —preguntó mientras olía  el aire.

 

No sabía si el hombre era un humano o de otro tipo. Caminando con cuidado más cerca, Kyu Jong dio un golpecito al chico con la punta del pie. —Hey, ¿estás bien?

El hombre no se movió. ¡Oh! ¿Y si estaba muerto? Bueno, eso explicaría que no respondiera. Se dejó caer de rodillas, esperando como el infierno no estar tocando un cadáver. Eso sería muy grave.

Él agarró el hombro del chico, con su fuerza de shifter para darle la vuelta. El hombre durmiendo la siesta era bastante pesado. Kyu Jong jadeó sin aliento cuando el desconocido cayó de espaldas. Su rostro estaba cubierto de quemaduras con un aspecto tan desagradable que se sintió un poco mareado de ver al tipo. El hombre era tan blanco como el papel y sus rasgos demacrados. No sabía cuánto tiempo había estado aquí.

Ew, ¡había tocado un cadáver!

 

Estaba a punto de levantarse y alejarse de la cosa cuando los párpados ennegrecidos se abrieron de golpe. Kyu Jong gritó y trató de correr, pero sólo logró caer de culo. Trató de orientarse, pero el cuerpo se lanzó sobre él, aplastándolo abajo antes de abrir la boca, mostrando los colmillos afilados.

—Por esto, lo siento mucho.

 

Kyu Jong gritó cuando el vampiro mordió su cuello, y su voz resonó en el bosque mientras su visión se volvía borrosa.

 

Sabía que debía haber tomado un camino diferente.

 

 

 

 

Fin

 

 


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