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73. Navidad con los Moon (34) por dayanstyle

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—Dijeron hablar. —Sanghoon se movió junto a Min Woo, colocando su mano en la espalda de su pareja—. Ellos no nos engañan.

Min Woo quería tener la fe ciega de Sanghoon que creía en las personas que se supone deben proteger el mundo no humano. Pero él no se permitía ese lujo. Por lo que Sanghoon le había dicho, el Ultionem era un cuerpo muy potente de líderes. Si la mierda se esparcía, no había manera de que Min Woo pudiera proteger a su pareja.

De alguna manera, en algún lugar en el camino, Min Woo había dado un giro equivocado entrando a Qué jodido Bosque y estaba perdido en algún lugar del medio. Se debatía entre correr con Sanghoon y hacer frente a ese cuerpo de líderes. Sanghoon hacía que todo sonara tan simple. Sólo tenían que ir con los líderes y sus problemas estarían resueltos.

Min Woo no era tan confiado. —Viste cómo reaccionó el Alfa conmigo. —Min Woo se giró para mirar el rostro de Sanghoon—. ¿Y ahora me pides que enfrente a cinco de ellos? No voy a ser capaz de protegerte si algo malo sucede. —Y admitir eso destruía a Min Woo.

Permanecieron en silencio durante unos minutos. Min Woo deseaba saber en lo que se estaban metiendo. Él no tenía ni idea acerca de esos líderes y sus intenciones. Por lo que sabía, Jongin había puesto precio a su cabeza y esta podría ser una trampa.

El doctor Bae Yong Joon le había traído los pergaminos y los había estudiado en profundidad. Lo que leyó le fascinó y horrorizó. Las personas como Min Woo habían sido cazadas casi hasta la extinción. Y no por los humanos, sino por los que eran como él: paranormales. En lugar de tratar de entender a su especie, les temían. Había visto la prueba de eso en los ojos gris claro de Jongin.

—Pa viene con nosotros —dijo Sanghoon mientras agarraba los brazos de Min Woo—. Él no dejará que nos pase nada. Changbum, Ryeowook, y Chanyong también estarán allí. Mis hermanos me protegerán.

A Min Woo le encantaba la ingenuidad de Sanghoon. Su inocencia era refrescante en un mundo en el que Min Woo siempre se había ocupado de los menos-que-nobles hombres. Pero esa misma ingenuidad iba a conseguir que los mataran. Min Woo tenía un mal presentimiento sobre esto.

—Por favor —Sanghoon rogó—. Sólo escúchalos.

 

—¿Y si quieren mi cabeza? —Min Woo aún se estaba acostumbrando a lo que él era ahora. Había llegado a un acuerdo con la criatura que yacía en su interior. No había nada que pudiera hacer para cambiar lo que le pasó, pero podía controlar lo que le pasara a Sanghoon.

Sanghoon se mordió el labio y miró sus pies. —Entonces no hay esperanza para nosotros. No podemos huir del Ultionem. Ellos nos encontrarán, Min Woo. Tenemos que enfrentarnos a ellos.

Min Woo sabía que al ir allí estaba tomando un gran riesgo. Una esperanza imposible. Era una locura estar de acuerdo con lo que Sanghoon le pedía. Pero a decir verdad, no quería  huir. No estaba en su naturaleza. Enfrentar a sus enemigos era algo que siempre había hecho. Pero ahora no era sólo él. Tenía que pensar en Sanghoon.

 

                                                       

''Has huido de tu pesadilla por  años ''  su voz interior le recordó. Su vida cambiaba de rumbo y no tenía ni idea qué dirección tomar.

 

—Iremos. —Min Woo jaló a Sanghoon a sus brazos y lo abrazó.

 

Sólo esperaba que no se tratara de un truco, porque si algo le pasaba a Sanghoon, toda la moralidad de Min Woo se perdería y cazaría a cada hijo de puta que se le cruzara y les haría pagar con su vida.

 

 

 

—¿Crees que Pa se molestaría si regresamos con el árbol de Navidad de Charlie Brown? —Seungho preguntó mientras descansaba el hacha en el hombro.

—Dudo que te atrevas a hacer eso. —Lee Joon se rio—. Ver que te golpee sería muy entretenido.

 

Seungho miró los pinos y gruñó. Realmente odiaba cortar el árbol de Navidad. Era su cosa menos favorita sobre los días de fiesta. ¿Decorar la casa? Eso sí que era algo que disfrutaba, junto con comer todos los dulces que Yoseob horneaba.

—¿Qué tal ese? —Lee Joon preguntó mientras señalaba el pino a la derecha de Seungho. Los ojos de Seungho vagaban arriba... y hasta…

—Ese tiene que ser de por lo menos de tres metros de altura. —Aunque era simplemente impresionante. Las ramas estaban llenas, gruesas, y la circunferencia era amplia. Seungho sonrió con malicia. Si Pa quería castigarlos, ¿quién era Seungho para decepcionarlo?  —Perfecto.

 

Lee Joon apuntó con un dedo entre ellos. —Veo que estamos en la misma página.

Seungho guiñó un ojo a su imagen en el espejo mientras bajaba el hacha del hombro. —Oh, sí. Definitivamente estamos en la misma página.

 

 

 

La habitación estaba en silencio cuando Min Woo y Sanghoon se sentaron allí delante del Ultionem. Sanghoon no estaba seguro de lo que estaban esperando, pero podía sentir un tic nervioso comenzar en el ojo izquierdo.

Los cinco líderes se sentaron alrededor de una larga mesa ovalada, Sanghoon y Min Woo al final. Aunque Sanghoon no sabía lo que la mitad de estos hombres eran, sabía que Jung Min debería haber estado aquí. La pérdida del líder de la secta del Norte pesaba en el corazón de Sanghoon, a pesar de que nunca había  conocido al vampiro.

De lo que Sanghoon había oído, Him Chan estaba ocupado tratando de poner orden de nuevo en el reino de los demonios. El líder demonio no asistiría hoy.

La tensión en la sala era lo suficientemente gruesa como para atragantarse mientras los líderes miraban con curiosidad a Min Woo, como si el hombre estuviera en exhibición en un zoológico. A Sanghoon no le gustaba que miraran a Min Woo como si fuera un bicho raro, pero mantuvo su protesta para sí mismo.

Jaehyo se inclinó hacia delante y se aclaró la garganta.

—Sanghoon, quiero que empieces desde el principio.

 La espalda de Sanghoon se tensó. —¿Qué principio?

 

El antiguo vampiro no podría querer que Sanghoon empezara desde el momento en que había sido un niño y comenzó el abuso. Agarró el vaso de carmesí que se le había ofrecido antes y tomó un sorbo, deteniéndose mientras observaba al vampiro más poderoso que había conocido, su mirada hacia él lo paralizaba.

—El principio, cuando tu padre comenzó a acosarte — aclaró Jaehyo. Sanghoon no estaba al tanto de que el acoso de su padre requiriera al pleno del ayuntamiento de líderes. Se sentía como si él estuviera en juicio. Si Sanghoon estaba aquí sólo para hablar de Sang Kyung, ¿por qué estos hombres habían insistido que Min Woo viniera?

—Todo comenzó hace más de una semana. —Sanghoon relató todo lo que había sucedido hasta este punto. Les habló de cómo Sang Kyung había atacado a Yoogeun y a Jong Hoon,  y cómo su padre había aparecido detrás de Min Woo con una pistola. La cabeza de Min Woo se giró con los ojos llenos de fuego.

Oops, se le había olvidado mencionarle eso a su pareja. Bueno, realmente no lo olvidó. Sanghoon no había querido que Min Woo fuera tras Sang Kyung para vengarse. Mientras hablaba, Sanghoon miraba hacia donde estaba Eric sentado en el sofá, junto con sus tres hermanos. Vio el horror en los ojos de Ryeowook y la contracción de la mandíbula de Changbum. Chanyong estaba sentado allí con una aturdida expresión. Sanghoon nunca le había dicho nada a sus hermanos de lo que Sang Kyung le hacía. Podía ver la vergüenza en sus ojos, se sentían responsables por no ayudarlo.

—¿Y tienes prueba de estas declaraciones? —preguntó Kiseop.

—¡Él no necesita pruebas! —Min Woo bramó de rabia mientras se sentaba recto—. ¿Por qué mentiría sobre algo así?

Fue Nam Joon quien levantó la mano. —Esa es una pregunta estándar, Min Woo.

—No, señor —respondió Sanghoon—. Es mi palabra contra la suya. —Y Sanghoon sabía que Sang Kyung lo había hecho de esa manera. Nadie había visto al hombre tomar a Sanghoon en pleno vuelo. No hubo testigos del ataque a Yoogeun o Jong Hoon. Era solo su palabra de que Sang Kyung lo había amenazado con destruirlo.

«Felices fiestas para mí».

 

Ryeowook levantó la mano como si estuviera en clase y con ganas de atención por parte del profesor. Changjo, el Alfa de los lobos grises, asintió. —Adelante, Ryeowook.

Ryeowook, nervioso, miró directamente a Sanghoon y le dio una sonrisa temblorosa. Ese aspecto tenía tantas emociones envueltas alrededor que Sanghoon no pudo hacer nada más que corresponder la sonrisa.

—He visto el abuso de Sang Kyung a Sanghoon.

 

Las cejas de Sanghoon se levantaron ligeramente. Él no recordaba ver a Ryeowook en ningún lugar cuando Sang Kyung lo castigaba. Su padre siempre se había asegurado de que estuvieran ya sea en su oficina o el dormitorio de Sanghoon.

Saber que Ryeowook había sido testigo de lo que ocurrió sólo fomentó su vergüenza. Quería meterse debajo de una roca y esconderse del mundo ahora. Había demasiada gente en la sala, escuchando, mucha gente escuchando cómo lo  trataba su padre.

Min Woo se acercó y cerró los dedos alrededor de la mano de Sanghoon, apretando ligeramente. Cuando Ryeowook comenzó a relatar lo que había visto, Sanghoon quería gritarle a su hermano para que se callara. La tentación de cubrir sus oídos era abrumadora.

Sanghoon siempre había tratado de olvidar, enterrar los recuerdos en un lugar donde nunca tendría que pensar en ellos de nuevo. Pero escuchar a Ryeowook relatar lo que había visto y oído abrió las heridas tan crudas que Sanghoon sintió cada golpe de nuevo.

—Podemos detener esto —Min Woo le susurró—. Puedo sacarte de aquí si esto es demasiado.

La sala se quedó en silencio. Sanghoon levantó la vista, todos los ojos en él. Aún no podía entender por qué estaba allí, relatando su vida con Sang Kyung. ¿Qué tenía eso que ver con que su padre le amenazara e hiriera a otras personas? ¿Por qué había tenido que revivir su pasado, de tal expuesta manera? El aire se hizo demasiado pesado para respirar. Su cuerpo se tensó y Sanghoon sintió que se le aceleraba el pulso en su pecho.

—Hemos terminado aquí —declaró Min Woo maliciosamente mientras permanecía de pie, jalando a Sanghoon.

—Siéntate —Jaehyo indicó con un tono que no permitía discusión.

—Jódete—Min Woo escupió—. ¿No puedes ver lo que esto le está haciendo a mi pareja? No voy a sentarme aquí y dejar que lo tortures así.

—No estamos torturándolo —Kiseop declaró—. Pero entiende que no podemos juzgar a Sang Kyung, sin pruebas concretas. No somos mafiosos, Min Woo.

—No, son peores —argumentó Min Woo—. No crean ni por un segundo que no siento el prejuicio en esta sala hacia mí. Sé que cada uno de ustedes se pregunta si voy a destrozar este lugar. He leído los pergaminos. Sé lo que la gente piensa de los Loup Garous. ¡A la mierda todos ustedes!

—Por favor. —Sanghoon puso una mano en el brazo de Min Woo. Si Min Woo seguía su discurso, el Ultionem castigaría al hombre. No podía soportar ver a su pareja castigada, no por su culpa—. Detente.

Había una vena palpitando en el lado de la cabeza de Min Woo y la mandíbula del hombre se tensó con tanta fuerza que Sanghoon temió que el hombre hiciera añicos algunos dientes.

—Vamos a enviar a alguien para vigilar a Sanghoon — comenzó Changjo—. Mientras nosotros atrapamos a…

Min Woo se giró. —¿Qué, crees que no puedo proteger a mi propia pareja? ¿Eso es todo? Que se joda tu equipo de seguridad. Sanghoon es mío para protegerlo y eso es exactamente lo que planeo hacer. Si Sang Kyung se acerca a  él, destrozaré al hombre.

Hyesung, que había estado de pie en silencio en una de las esquinas, se adelantó. Puso una mano sobre el brazo de Min Woo, el otro en el hombro de Sanghoon y los tres desaparecieron.

 

 

 

—¿Qué diablos fue todo eso? —Eric preguntó en cuanto Sanghoon salió de la habitación—. Han hecho que parezca que Sanghoon estaba en juicio.

Jaehyo se levantó, empujando su cabello negro mientras se acercaba a Eric. —Si Sang Kyung cree que estamos indecisos, va a hacer un movimiento. Una vez que lo haga lo tendremos donde queremos y podemos tomar medidas duras contra él.

—¿Mi hermano es el cebo? —La voz de Changbum estaba cerca de un grito.

Kiseop se levantó y rodeó la mesa para estar junto a Jaehyo.

Eric nunca había visto la mirada del elfo tan aterradora. Sus ojos estaban calculando y eso sólo sirvió como un recordatorio de que no todo lo despiadado en Kiseop había desaparecido.

—Quieres justicia rápida y ágil —dijo Kiseop mirando de Changbum a Eric—. Imaginas que el Ultionem es un grupo de hombres sin moral, matones que salen y hacen justicia contra cualquier acusado.

—Nunca dije eso —Changbum argumentó.

 

—No olvidemos que no somos el sistema de justicia humana. Cuando el martillo se reduce a esta sala, el castigo es duro y nada puede ser revocado. Perdónanos si queremos asegurar que todos los alegatos sean verdaderos antes de cazar a Sang Kyung y enviarlo al infierno por sus crímenes. —El rostro de Kiseop estaba en calma, pero Eric podía sentir la ira ardiendo bajo la piel del hombre. Conocía al elfo lo suficientemente bien como para saber que mataba a Kiseop sentarse y esperar a que Sang Kyung hiciera un movimiento.

Pero él tenía razón. Si alguien acusara a Eric de un crimen que no cometió, querría que el Ultionem examinara todos los aspectos, que no dejara piedra sin remover. Aunque Sang Kyung era culpable como el infierno, necesitaban una  prueba antes de condenar al hombre.

¿No había él pensado que Sanghoon había herido a Yoogeun?

¿Y si hubiera llevado el problema a los líderes y hubieran condenado a Sanghoon del crimen por su palabra? Apretó los dientes. Le gustara o no, Eric sabía que el Ultionem estaba haciendo lo correcto.

 

—Envié a Kris a cuidarlo —dijo Jongin—. Confía en mí cuando te digo que Sang Kyung va a tener un infierno de tiempo para acercarse a Sanghoon.

—¿Y qué pasa con Min Woo? —Chanyong habló desde detrás de ellos—. ¿Es cierto lo que dijo? ¿Lo ven como el enemigo?

—¿Qué habían oído sobre Kwangmin y Youngmin cuando eras más joven? —Changjo les preguntó a todos en la habitación—. Dime, si alguno de ellos se presentara en tu casa no estarías francamente  aterrorizado.

Nadie dijo una palabra.

 

—No estoy diciendo que Min Woo sea un hombre malo. Joder, no lo conozco. Pero las historias que hemos escuchado nos hacen dudar. Precaución no es una mala cosa. Siempre y cuando no dejemos que se convierta en odio —Changjo terminó.

—Sólo se preocupaba por Sanghoon —agregó Ryeowook—. Tenía todo el derecho a estar enojado. Lo respeto por preocuparse por mi hermano lo suficiente como para luchar por él.

—Si no persiguen a Min Woo, entonces, ¿por qué la orden de que abandone el pueblo el día después de Navidad? — preguntó Eric. No miró directamente a Jongin. Eric no quería que el Alfa pensara que estaba desafiándolo. Pero lo que había hecho no estaba bien. Hasta ahora Eric no había visto ninguna evidencia de que Min Woo fuera tan cruel como todo el mundo lo estaba haciendo parecer.

—¿Quién le ordenó salir del pueblo? —preguntó Jaehyo.

—Yo —dijo Jongin—. Y sostengo lo que hice. Tengo un pueblo que proteger. Si ninguno de ustedes puede entender eso, entonces no sirve de nada que siga aquí.

Eric vio al shifter lobo ponerse de pie y salir de la habitación y se preguntó cuál era la verdadera razón detrás de la orden de Jongin. El Alfa no era conocido por hacer tales demandas irracionales. Tenía que hacer algo, ya que si no intervenía un buen hombre sería desterrado no sólo de la Villa Kim, sino también del rancho Moon. Porque tenía la intención de pedirle a Sanghoon que regresara al rancho, y al hacerlo, Min Woo también estaría allí.

Cualquiera que fuera la razón detrás de la demanda del Alfa, Moon velaba por los suyos.

Y Min Woo y Sanghoon eran una parte de la familia Moon.

 

  

Jongin entró en su camioneta y encendió el motor antes de frotar una mano por la mandíbula. Él no estaba esperando la ira de Luhan, cuando el hombre se enteró de lo poco razonable que estaba siendo con Min Woo. Por duro que pareciera, Jongin no se echaba para atrás.

Una vez más, tenía un pueblo que proteger y no iba a permitir que un Loup Garou viniera y lastimara a alguien.

 

Continuara...

 


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