Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

92. Plumas y Piel (06) por dayanstyle

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Jong Hyun sabía que tenía que darle algo a Jung Shin. El cisne era alguien decente. Había aceptado todo lo que Jong Hyun había exigido. Era justo. No estaba acostumbrado a compartir cualquier parte de su vida, no la vida que había tratado de enterrar y olvidar.


Una vez que salieron del restaurante se dirigieron hacia el centro de la ciudad. Había unos pocos bares que solía frecuentar, allí había conocido a Kenta. Si Jong Hyun se presentaba buscando al tipo, alguien podría darle información sobre este.


Esperaba que el shifter conejo todavía estuviera vivo. Habían pasado seis décadas, desde la última vez que había hablado con él. Cruzó la calle, sólo para darse cuenta de la cantidad de cosas que habían cambiado, desde la última vez que había estado ahí. Vio el bar que estaba buscando, en la esquina, agradecido que todavía estuviera allí. Había pasado por una tremenda renovación, pero era el mismo bar propiedad de
Kenta.


Se detuvo antes de llegar al bar, llevó a Jung Shin a una cafetería, donde pidió algo de beber.
—¿Estamos aquí en una misión o de vacaciones? —Preguntó Jung Shin.
—Este es el segundo lugar donde hemos parado, ya sea para comer algo o beber.
—Querías respuestas —dijo Jong Hyun. Tomó el café, entonces llevo a Jung Shin al exterior donde había mesas libres. Se sentaron, Jong Hyun echó un vistazo a las tiendas de moda. Hubo momentos en los que odiaba el cambio. Fue vadeando a través de una tormenta de mierda, la familiaridad le ayudaría a calmar sus nervios.

 

El café solía ser un almacén de ropa. No era muy grande. Del tipo donde vendían ropa urbana. En cada lado de la entrada, había ventanas acristaladas. Un hombre se sentó en uno de los recintos, bebía una taza de café, mientras leía una revista.


Una mujer caminaba entre ellos, dos niños a su lado. Tenían alrededor de seis y cuatro años de edad. El niño se detuvo y señaló al hombre de la ventana.


—¿Cómo se entra ahí?


La mujer que parecía ser su abuela, reprendió al niño por señalar y le explicó cómo el caballero se metió en la ventana.
Jong Hyun absorbió todo, desde las plantas en macetas que se alineaban en el acero, las vallas, la gente paseando por la acera. Todo parecía tan normal, sin embargo, su vida era todo lo contrario.


—Espera un momento —Jung Shin corrió de nuevo en el café, regresando un minuto después, con una taza en la mano.


— Si estás a punto de tirarme una bomba, un buen té de hierbas ayudará. Jong Hyun negó con la cabeza. No estaba seguro de qué hacer con el cisne.


El hombre era peculiar, terco, atractivo y todo lo demás que le gustaba en un chico. Un minuto, Jung Shin estaba abierto a lo que estaba pasando, y al siguiente, estaba escupiendo palabras hirientes. Jong Hyun tenía una maldita migraña.


—Proyecto Redding —dijo Jong Hyun en voz baja. Si alguien alrededor de ellos estaba escuchando, no quería que fueran conscientes de lo que estaba a punto de decir. Había estado fuera del circuito, por un tiempo y no conocía a todos los jugadores. Sin duda, la Compañía había reclutado a muchos hombres desde el exilio de Jong Hyun.
—Fue un experimento realizado por Kim Jin Hee, la mejor científico en su campo.



Tomó un sorbo de café, mientras navegaba a través de sus recuerdos, escogiendo las piezas que compartiría y empujando hacia atrás, los recuerdos que llevaría a la tumba.


—¿Qué tipo de campo? —Preguntó Jung Shin. El cisne estaba en el borde de su asiento, como si Jong Hyun estuviera contando una historia de fantasmas.
—Bioingeniería.
Las arrugas se formaban entre los ojos del cisne.
—¿Al igual que la clonación? —Jong Hyun negó con la cabeza.
—Más como...


Dejó de hablar, cuando una mujer embarazada y su marido se acercaron, segundos después la abuela, con sus nietos a cuestas salió de la cafetería; el niño hizo un pequeño baile lindo, una bolsa agarrada firmemente en su pequeño puño.


—¡Tengo galleta! —Anunció antes de correr, junto a la mujer embarazada.
—Mira lo que la abuela me consiguió.


La galleta parecía más grande que el chico. La madre frunció el ceño a la abuela, pero la mujer de más edad parecía imperturbable.
—Es mi trabajo estropearlos.


La familia se alejó. Jong Hyun miró a su alrededor, antes de volver. Trató de parecer tranquilo, debido a su amor por Jung Shin. El cisnes no conocía su tipo de vida, y Jong Hyun odiaba el hecho de que su compañero había sido arrastrado a ella.
—El Proyecto Redding, se suponía que era una cura para los cambiaformas —dijo Jong Hyun.
—Me topé con la Dra. Kim Jin Hee, y me enteré que los hombres que participaban en el proyecto no eran voluntarios.
Las manos de Jung Shin agarraron la copa, hasta que sus nudillos se volvieron blancos.



—¿Por qué iba alguien iba querer jugar con este gran regalo para convertirse en humano?


Jong Hyun deseaba que fuera así de simple.


—Eso fue lo que la Dra. Kim Jin Hee y los hombres que se alineaban junto a ella, dijeron a la Compañía. En verdad, el Proyecto Redding era una tapadera para un virus. Como sabes, es imposible para una enfermedad matar a un shifter. La Dra. Kim Jin Hee estaba tratando de hallar una forma de aniquilarnos, en masa. Los hombres que pensaban fueron voluntarios para ser curados fueron en realidad los sujetos de prueba para DR1534. El producto químico que había desarrollado, para acabar con los shifters.
La mano de Jung Shin se sacudió, cuando apartó de su mano, el chico había palidecido.


—Yo-yo no quiero escuchar nada más. No quiero saber que mi pareja tenía algo que ver con algo tan atroz.


—No lo hice —se defendió Jong Hyun.


—Tan pronto como me enteré, de lo que era realmente, Kenta me ayudo a librarme de ellos. La Dra. Kim Jin Hee destruyó la evidencia, y convenció a la empresa de que la cura había tenido un efecto secundario adverso en mí. Que yo era el que había perjudicado a todos aquellos hombres que se habían ofrecido. Mi parte asesina, era la que nunca había sido curada. Salí de allí, pero me localizó en donde vivía con Cory y los demás. Diciéndoles que infectaría a otros, La Compañía pagó a los alfas locales para enviar a sus manadas a "Limpiar" el lugar, con el pretexto de que nuestra comunidad era demasiado fuerte y amenazábamos el territorio de los lobos.


Incluso después de todos estos años, Jong Hyun sintió su sangre hervir, por lo que había sucedido a todas aquellas personas inocentes. Si pudiera volver atrás y cambiarlo todo, no habría ido a casa, y esa gente nunca hubiera llegado con los que había amado.

 

—Los lobos nos rastrearon, pero estábamos refugiados en Villa Kim. Murieron antes de que pudieran advertirle a la Compañía, sobre nuestro lugar.
—Este-¿Por qué estabas involucrado en primer lugar?— Preguntó Jung Shin.
- ¿Querías ser curado?
Jong Hyun hizo una mueca. —Por supuesto que no. Me encanta ser un tigre.
Pero una profunda pena lo llenaba.


No quería decirle a su compañero, el por qué había estado allí, pero sabía que Jung Shin podría ser implacable. Era mejor terminar con esto, que tener al cisne acosándolo para la respuesta.


—La Dra. Kim Jin Hee era mi madre.
—¿Tu madre?
—No es algo de lo que estoy orgulloso—admitió Jong Hyun.
- Nunca supe lo que era un monstruo, hasta que todo quedó expuesto. Ella no tenía compasión, de los hombres con los que había experimentado.
—¿Estás siendo perseguido por ese programa?
—Esa es mi conjetura. La Compañía siempre limpia su desorden, lo cual significa que Kenta y yo vamos a ser cazados, hasta que estemos muertos.


Jong Hyun quería saber cómo Kamijo lo había encontrado. Había estado ocultándose, durante sesenta años. ¿Cómo había encontrado Villa Kim?
—Kenta, ¿es el amigo que estás buscando? Jong Hyun asintió.
—Mierda—Jung Shin se limpió la frente, parecía aún más pálido que antes.

 

- Y yo que pensaba que nada te daba miedo. Pareces tan malditamente tranquilo.
—No lo estoy —admitió Jong Hyun.
- Pero lo que me asusta, es la posibilidad de que algo te suceda. Tengo que terminar esto Jung Shin. No voy a poner tu vida en peligro, y me niego a seguir mirando por encima de mi hombro. Debería haber terminado esto hace sesenta años.
—Entonces yo estoy contigo—dijo Jung Shin.
- Vamos a terminar esto juntos.


Por mucho que Jong Hyun apreciara el gesto, no podía permitir que su compañero estuviera a su lado para hacer caer a Kamijo. El encontraría a Kenta, regresaría a Dalton Falls, y luego pondría a salvo a su compañero, antes de que él y Kenta cazaran al bastardo.

Jong Hyun les había conseguido otra habitación de hotel. Era más elegante que la anterior, había usado el nombre de Warren Smart nuevamente. Jung Shin comenzó a preguntarse, si era realmente su nombre o simplemente otro alias. La habitación era una suite. Tenía dos habitaciones, un dormitorio principal, y algo que parecía más una sala de estar.


Jung Shin entró en la habitación y de inmediato se dio cuenta de la cama extra grande. Este lugar casi parecía mejor que su apartamento. Tenía todas las necesidades cubiertas. Estaba dispuesto a apostar que le costaría un ojo de la cara alojarse en esa habitación, una sola noche y no tenía idea de cuantas noches “Warren Smart" había reservado.
¿Jong Hyun estaba tratando de impresionarlo? A pesar de que no lo admitiría, estaba impresionado.

 

Él también estaba nervioso, como el infierno. Si un chico tenía dinero en efectivo, para una habitación, él esperaría algo de regreso.
Jung Shin se volvió para ver a Jong Hyun, de pie en la puerta, con un brazo estirado y apoyado en el marco de la puerta. Usaba unos bonitos y apretados vaqueros, con los que el hombre parecía lo suficientemente bueno como para comérselo. Tuvo que resistir la tentación de caer en sus brazos.


El tigre se inclinó, casualmente, como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo. Envidiaba la capacidad de Jong Hyun de mantener la calma bajo presión. Él se sentía, como si pudiera desmoronarse en cualquier momento.


—Estamos en el piso doce. La única manera en que alguien entre, es a través de la puerta.


Eso no ayudó a aplacar a sus nervios. La última persona en aparecer, no había utilizado la puerta.
—Simplemente no dejes entrar a nadie y estaremos bien.
Aunque Jung Shin todavía no podía relajarse. Había algo en todo eso del sicario, que lo mantenía en el borde. Eso, y el hecho de que, una vez más, la habitación del hotel contenía sólo una cama.


No había estado en un hotel antes, pero estaba bastante seguro de que había habitaciones con dos camas. Ni siquiera preguntaría. Jong Hyun le diría que era todo lo que tenían, aunque Jung Shin tenía la sensación de que eso no era cierto.
—¿Por qué no te duchas, mientras pido algo para comer?
El tipo tenía un infernal apetito. Parecía que nada se interponía entre él y su comida.
Todo lo que Jung Shin podía hacer era mover la cabeza.
Cuando habían ido al bar, para preguntar por Kenta, Jong Hyun había ordenado una hamburguesa.

 

Tal vez utilizaba la comida, para calmar sus nervios. Algunas personas fumaban, otros bebían. Jong Hyun, aparentemente, comía para calmar sus nervios.
—Y ¿qué voy a ponerme? —Preguntó Jung Shin. No tenía nada más, que la ropa que llevaba puesta.


Gracias a lo que paso en su apartamento, no había tenido tiempo para empacar. Necesitaba una ducha y ponerse algo de ropa limpia. Las que llevaba estaban arrugadas, y había una mancha de salsa de tomate en la camisa. También deseó tener un cepillo de dientes. Su boca se sentía apestosa.


—Debe haber una bata, colgando en el baño.
Una chispa iluminó los ojos de Jong Hyun. No mucho, pero Jung Shin vio deseo detrás de esos iris marrón. Había habido tensión sexual entre ellos, desde la noche en que se encontraron. Incluso a través de todo el caos y toda la mierda, esa tensión se mantuvo. El destino se encargó de eso. Los había emparejado y se había asegurado de que se sintieran atraídos, el uno por el otro, y como cualquier otro hombre de sangre caliente, siempre había tenido relaciones sexuales en el cerebro.


Jung Shin sin duda, se sentía atraído hacia Jong Hyun. Había visto como lucía el hombre desnudo y quería verlo de nuevo. Quería ese musculoso cuerpo envuelto alrededor suyo, parpadeó y se aclaró la garganta.
—Ducha. Está bien.
Jong Hyun sonrió. Jung Shin se volvió y se alejó. Sentía el calor bajo su piel y supo que se había sonrojado. Las puntas de sus orejas quemaban. Al cerrar la puerta, se sentó en el borde de la bañera y respiró. Simplemente respiró.
No ayudó. No cuando sabía que había un tigre con un buen culo, en el otro lado de la puerta. Hizo todo lo posible para empujar ese pensamiento a un lado, mientras se desnudaba. Se sentía bien salir de su ropa.



Había estado en ellas desde ayer, pero después de todo lo que había pasado, en las pasadas veinticuatro horas, se sentía como si hubiera estado usándolas durante una semana
Al mirar a la puerta, por supuesto, había una bata colgando allí. Era una pena, que no vinieran con un conjunto de pijama. Pero tendría que arreglárselas.


Jung Shin dejó la cartera, las llaves y el Taser en la meseta, antes de entrar en la ducha, que estaba caliente y ayudó a relajar sus músculos, pero no hizo nada para disipar la tensión nerviosa, que sentía debido a Jong Hyun.


Se quedó en la ducha, durante el mayor tiempo posible, no sólo porque se sentía bien en sus cansados huesos, sino también porque él estaba haciendo tiempo.


Podía entrar en la sala, vestido sólo con una bata, o podía ponerse su ropa de nuevo. La segunda opción, le hizo arrugar la nariz. Tendría que ponérselas tarde o temprano, era eso o andar desnudo.
No era algo que quería hacer.


Jung Shin abrió la puerta del baño, una nube de vapor siguiendo detrás de él en la habitación principal. Jong Hyun estaba sentado en el sofá, cambiando canales. ¿Quizás no encontraba nada? Estaban dentro de un vendaval, y su compañero estaba sentado tratando de decidir lo que quiera ver en la televisión.

Los ojos de Jong Hyun cayeron en él, y el aliento de Jung Shin se contuvo. Aquellos ojos marrones lo veían con un hambre salvaje.
—Sé a dónde voy —argumentó Jong Bin, mientras conducía por la autopista.



- Te dije que dijo que se dirigía a Anyang.
—Pero ¿porque Jung Shin iría allí? —Preguntó Jay.
- Eso no tiene ningún sentido.
—Nada de esto tiene sentido—dijo Ho Seok, en el asiento del pasajero.
- Estoy empezando a lamentar, estar de acuerdo con esto. Taehyung y Jimin han llenado mi teléfono. He recibido tres promesas, en mi correo de voz, de conseguir mi culo pateado si no contesto el teléfono y un mensaje, que ni siquiera voy a compartir. A decir verdad, estoy un poco asustado de ir a casa ahora.
—Deja de ser un gatito —dijo Jong Bin.
- Sabes muy bien que te van perdonar.
—Pero, ¿van a perdonarte? —Preguntó Ho Seok.
—Tú nos secuestraste.
—Estoy aquí por ti, esto será tu culpa —dijo Jay desde el asiento trasero. - No hay una maldita manera, de que Taeyang patee mi culo.


Jong Bin se quejó. —Estoy en un auto, con un montón de blanditos. Sólo relájense y disfruten del paseo. Debemos estar allí pronto.
Miró en el asiento trasero, para ver los mensajes de texto de Jay.
—¿Con quién estás hablando?
Jay empujó su teléfono, bajo su pierna. —Con nadie.
—Le dijiste a Taeyang a donde vamos, ¿verdad?
La última cosa que Jong Bin necesitaba, era un molesto mitad lobo, mitad vampiro, detrás de él. Ya tenía que enfrentar a los gemelos a su regreso.


El alfa iba a colgarlo por sus bolas, si tenía suerte. Jong Bin no quería pensar en la tortura que Taehyung estaría contemplando en ese momento.
Todo lo que sabía, era que su amigo estaba en problemas. Si Taehyung no podía entenderlo, mala suerte.


Estás siendo tan valiente ahora. Espera hasta que lo enfrentes.
Tragó. No iba a pensar en ello. Nop. Iba a fingir que todo estaba bien.
Hasta que Taehyung, Jimin y Taeyang pusieran sus manos sobre él. Entonces, se preocuparía.

Kyung Il se mantenía a distancia, detrás del hada. No había ninguna razón para arrastrar al hombre y regresar a casa. Además, había informado a Taehyung prometiéndole que no les pasaría nada a los tres hombres. No los envidiaba. Por la forma en que Taehyung sonaba en el teléfono, no sólo Ho Seok la pagaría, podía entender a Jong Bin, pero esto era demasiado para el ser humano.


¿Y Jay? Kyung Il se sorprendió de que el conejo hubiera aceptado ir. Tenía la impresión de que el chico era sólo un poco más valiente que Xiao.
A partir de las coordenadas del GPS, que Niel le había dado, parecía que los tres hombres y Kyung Il se dirigían al mismo lugar. Sólo esperaba que encontrar a Jong Hyun y a Jung Shin, en una sola pieza. Después de eso, no había forma de saber lo que Taehyung haría a los cinco hombres.

continuara....
---------------------------------------------------------------------------------


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).