Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

92. Plumas y Piel (06) por dayanstyle

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Jung Shin estaba de pie, en el arco entre la sala principal y la habitación, con los brazos cruzados sobre su estómago. Jong Hyun estaba de espaldas a él, pero sabía que Jong Hyun se dio cuenta de su presencia.

—¿Tu padre?

Jong Hyun se volvió, pero Jung Shin no pudo leer la expresión de su rostro.

Era neutral, como si su compañero estuviera guardando un secreto. No estaba seguro de si era la iluminación o el estrés de la situación, pero el tigre parecía mayor. Tenía arrugas en su cara que Jung Shin no había notado antes. Había estado tan preocupado por sí mismo, que no consideró todo lo que esto le estaba haciendo a su compañero. No podía imaginar lo que sería saber, que sus padres lo querían muerto.

—¿De cuánto te enteraste?                   

—De lo suficiente —admitió Jung Shin.

La habitación principal era oscura, sombras se proyectaban sobre el rostro de Jong Hyun. El rastro de barba rubia, parecía casi plateada, a la luz que entraba por la ventana.

—No es algo de lo que esté orgulloso —admitió Jong Hyun.

—He pasado por una infancia infernal, al tener dos padres narcisistas.

Jung Shin no estaba seguro de qué decir a eso. Había tenido una educación normal. Por supuesto, su familia era una locura, pero era del tipo de buena locura. Su madre y su padre lo amaban, y no había un día que pasara que no se lo demostraran.

Cuando vio a Jong Hyun, la primera vez, estaba confundido, ahora sentía la necesidad de darle confort al hombre.

 

Si su pareja fuera de verdad tras él, Jong Hyun no habría puesto su cuello en la línea de fuego, sino que lo mantendría a salvo.

Jung Shin atravesó la habitación, con los pies descalzos en la alfombra. Se detuvo frente a Jong Hyun, inclinó la cabeza hacia atrás, y se miró a esos increíbles ojos. Jong Hyun miro hacia él y Jung Shin vio la vena en el cuello del hombre latir, un poco más rápido.

—¿Qué puedo hacer para ayudar? —Jung Shin dijo temblando ligeramente, no estaba seguro de lo que estaba haciendo.

Esto no era una aventura que había enganchado, en un sitio web para buscar pareja. Este era Jong Hyun. Su compañero. Si Jung Shin cedía, se entregaría a su compañero con cada fibra de su ser, como le pedía hacer, Jong Hyun podría reclamarlo, haciendo a Jung Shin suyo para siempre.

¿Estaba listo para eso? No estaba seguro. Jung Shin aún no sabía nada sobre el hombre. ¿Qué pasa si la manzana no cae  lejos del árbol? ¿Y si Jong Hyun realmente era un bastardo cruel e insensible?

Jung Shin no lo creía, pero había sido engañado antes.

Miraba a Jong Hyun, mientras su mente daba vueltas. Su compañero había sido dominante, mandón, reservado y malhumorado en los últimos dos días, pero sus ojos eran cálidos y suaves. La gente podría ocultar un montón de cosas sobre sí mismos, pero los ojos rara vez mentían.

Jung Shin también vio duda en ellos. Había dejado muy en claro lo que sentía por el hombre, y sus palabras habían sido hirientes, muchas veces. Podía entender por qué Jong Hyun vacilaba. Jung Shin incluso entendería, si el hombre lo rechazaba.

—¿Qué quieres de mí, Jung Shin? —Preguntó. Su voz era baja, sensual, sus ojos llenos de hambre. Jung Shin vio al tigre dentro de su compañero a través de sus ojos marrones. Estaba vigilándolo, con curiosidad

 

—No lo sé —Era la verdad. Jung Shin presionó la palma de su mano, en el pecho de Jong Hyun, sentía los latidos del corazón de su compañero.

Le mantuvo la mirada a Jong Hyun, tenía miedo de mirar hacia otro lado y perder los nervios.

Los ojos de Jong Hyun se oscurecieron, cuando Jung Shin comenzó a desabrochar la camisa de su compañero, deslizando los botones a través de los ojales de uno en uno, vio como el pecho de Jong Hyun subía y bajaba rápidamente, pero su compañero no se movió, no dijo una palabra. Él se limitó a observar.

Jung Shin tiró la camisa fuera del pantalón y la puso a un lado. Jong Hyun dejó que la camisa cayera de sus hombros. Tenía una camiseta que usaba debajo. Jung Shin deslizó sus manos bajo la camisa y recorrió los abdominales de su compañero. Pasó sus manos por todos lados, hasta que llegó a los pectorales del hombre.   

Los músculos de Jong Hyun se sacudieron. Jung Shin no estaba seguro de hasta dónde quería ir, pero no quería detenerse.

—¿Puedo explorar?

Jong Hyun tragó y dio una breve inclinación de cabeza. Jung Shin empujó el material de la camisa hacia arriba, y el shifter la sacó por su cabeza, arrojándola a un lado. Había visto el pecho de Jong Hyun, una vez anteriormente, durante un breve segundo, cuando el chico había cambiado de su forma de tigre a la humana. Todavía era algo que lo seguía impresionando. Jung Shin se inclinó hacia delante, vacilando y luego lamió con su lengua el pezón izquierdo de su pareja.

Jong Hyun gimió entre dientes. Llegó hasta la faja de la bata, y la desató. Jung Shin no lo detuvo. No quería detenerlo. Él podría haber tenido miedo del hombre, pero no podía negar la tensión sexual entre ellos. Había estado allí, desde el principio y no había menguado. En todo caso, se había hecho más fuerte.

 

Sus brazos cayeron a los lados, lo que permitió que la bata cayera a sus pies. Se puso delante de Jong Hyun, desnudo. Este se le acerco más, pasando sus manos sobre los hombros de Jung Shin, mientras este temblaba.

—¿Estás seguro de esto? —Preguntó. - Si te tomo, serás mío. No más desconfianza. Me pertenecerás a mí, y no tomo el apareamiento a la ligera.

Jung Shin no podía estar allí y mentirse a sí mismo. Quería a Jong Hyun. Él lo deseaba. Sólo que no estaba seguro de confiar plenamente en el hombre.

—¿Podríamos tener relaciones sexuales, sin morder?

Las manos de Jong Hyun se apartaron, y la chispa que había estado en sus ojos desapareció.

—Si fueras alguien más y no mi compañero, sí, te jodería.

Sin involucrar la mordedura.

Esa declaración fue con la intención de lastimar, y lo hizo.

Jung Shin apretó su mandíbula y se dio la vuelta. Se sentía estúpido allí, de pie, desnudo. Quería agarrar su bata y ponérsela de nuevo, pero sentía la mirada de Jong Hyun, perforándole en la espalda, y era incapaz de darse la vuelta.

—Maldita sea, Jung Shin—Jong Hyun se acercó. Jung Shin sintió el cuerpo de su compañero duro y caliente, casi estaban tocándose.

- No juego, y tienes mi cabeza tan jodida, que no estoy seguro de lo que debo hacer contigo, o en tu entorno.

—¿Por qué esto tiene que ser tan complicado? —Su cuerpo tembló. Jong Hyun quería tocarlo, presionar sus labios contra el cuello de Jung Shin, mientras sus manos exploraban su cuerpo.

—Estás haciéndolo complicado. Jong Hyun lo sostuvo, suavemente.

 

 

Le era difícil respirar, mientras el hombre estuviera tan cerca. Su aroma lo envolvió, como un manto de piel, acariciándolo sin llegar a tocarlo.

Jung Shin tembló y apretó los puños. Sus dedos se hundieron en la bata, cuando los suaves labios de Jong Hyun pasaron por encima de su cuello. El instinto tenía a Jung Shin inclinando la cabeza hacia un lado, sus párpados se cerraron cuando sus labios se separaron.

Las manos de Jong Hyun le tocaron suavemente los brazos, su cuerpo, su espalda. Incluso a través de los pantalones vaqueros de Jong Hyun, Jung Shin sintió lo duro que su compañero estaba.

—Sólo entrégate a mí. Te prometo que nunca te arrepentirás.

Puedo amarte tanto, pequeño cisne.

La voz de Jong Hyun era ronca, mientras sus labios se deslizaban sobre el desnudo hombro de Jung Shin. 

Las manos de Jong Hyun apretaban sus brazos, como si lo mantuviera en su lugar, como si tuviera miedo de que Jung Shin se apartara.

Las palabras de Jong Hyun eran hipnóticas, mientras sus manos se deslizaban por Jung Shin. Su compañero agarró sus caderas y luego golpeó hacia adelante, dejando que sintiera la dureza del hombre. Sintió la polla de Jong Hyun contra su baja espalda y quería al hombre en su interior.

—¿Vas a entregarse a mí? —Siguió con sus palabras y otro empuje de sus caderas.

La mente de Jung Shin gritó, esperaba ver qué tipo de hombre era Jong Hyun, si él era el tipo de hombre con el que quería pasar el resto de su vida.

Agarró las manos de Jong Hyun, para mantener el equilibrio, aunque sabía que su compañero no le dejaría caer. Sus manos eran fuertes, seguras y tenían un agarre lo suficientemente fuerte.

 

Jong Hyun lo acercó, presionando nuevamente, su pecho contra la espalda de Jung Shin.

Su compañero atravesó la habitación, y Jung Shin lo dejó. Jong Hyun se volvió hacia él y lo sentó en el sofá, mientras se arrodillaba delante de él.

Su eje estaba a pulgadas de la cara de Jong Hyun, bajó su vista y vio la sonrisa maligna y sexy del cambiaformas, Jung Shin no pudo evitar moverse.

El tigre no dijo nada, mientras se inclinaba hacia delante y acariciaba su rostro contra la polla de Jung Shin. La respiración de este se alteró. Estaba hipnotizado, fascinado por el fuerte hombre de rodillas entre sus piernas.

—Jong Hyun.

Estaba asustado. Esto iba demasiado rápido, y Jung Shin necesitaba pensar. Tanto como quería su polla en la boca de Jong Hyun, él espacio era necesario para respirar.       

Jong Hyun se balanceó sobre sus pies, todavía en cuclillas, mirando hacia él. Tenía la cabeza inclinada hacia un lado, estudiándolo.

Jung Shin se puso de pie y se trasladó al otro lado de la habitación. Envolvió sus brazos alrededor de su estómago. Jong Hyun se paró y se volvió, observándolo. Tenía que tomar una decisión. Era lo justo. Dejar que Jong Hyun lo reclamara o ir a la habitación y cerrar la puerta.

No podía seguir así con este hombre. Jung Shin no podía dar más señales, a su compañero, a pesar de que sentía como si estas estuvieran funcionando mal. Miró el rostro de Jong Hyun, en busca de cualquier signo de engaño, no vio ninguno. Ni siquiera se veía molesto por que lo había detenido. Su expresión era vigilante, pero en calma. Ya sea porque era muy bueno actuando o no tenía nada que ocultar, o disimular lo que deseaba hacerle a Jung Shin.

 

—Estás asustado —fue una declaración, hablaba en voz baja y con dulzura.

Jung Shin asintió. No había ningún sentido en negar la verdad.

Tenía que estar escrito en su rostro.

Jong Hyun le tendió la mano. —No hay nada que temer, pequeño cisne. Ven a mí.

El corazón de Jung Shin, golpeó con fuerza contra las costillas. Su garganta se sentía seca. Sus miembros se entumecieron, mientras daba un paso y luego otro.

Jong Hyun no se movió, no lo presionó, Jung Shin se sintió así, como si estuviera caminando hacia lo desconocido, un futuro que podría lamentar.

Dejó escapar un largo y profundo suspiro, luego dio los pasos  que lo llevaron a los brazos de Jong Hyun. Que los colocó alrededor de Jung Shin, acariciando con sus manos el cabello de Jung Shin. El tacto era reconfortante.     

Cuando Jong Hyun se inclinó, Jung Shin no tenía idea de lo que el hombre estaba haciendo. Su compañero lo cogió en sus brazos y lo llevó hasta el sofá. Se sentó, colocándolo en su regazo. Jung Shin se puso a horcajadas sobre el regazo de Jong Hyun. Tenía las rodillas a ambos lados de las caderas de su compañero, su pene sobresaliendo entre ellos.

Jong Hyun envolvió una mano alrededor del eje de Jung Shin. Este gimió y arqueó su espalda, cuando comenzó a acariciarlo. Con su otra mano lo sostenía por el cuello y lo acerco más. El olor de su compañero invadió la nariz de Jung Shin, cuando tiró de él hacia abajo. Sus labios se tocaron, luego Jong Hyun hundió su lengua profundamente.

Jung Shin se sentía como si estuviera en un balancín. Sus emociones estaban subiendo y bajando, arriba y abajo. Quería al shifter tigre. No quería retroceder. Ansiaba a su compañero, sus toques, sus besos y su cercanía.

 

 

 

Quería saltar del regazo del hombre y poner distancia entre ellos. Su cuerpo se sentía como si estuviera en llamas, mientras tanto se sentía como si estuviera volviéndose loco. Estaba por tener una migraña.

Jung Shin se dejó ir. No detuvo las manos de Jong Hyun, que lo estaban explorando, sus labios comiéndoselo vivo, o tratando de bloquear el olor de la excitación que había en el aire. Dejó que todos esos sentidos lo consumieran. Presionó su culo contra la erección debajo de él. Jong Hyun gimió, en su boca, enganchando sus caderas. El líquido preseminal se filtró de la cabeza de la polla de Jung Shin, cayendo en la palma de Jong Hyun, añadiendo lubricante a la fricción. Él iba a ceder.

Jung Shin iba a permitir que Jong Hyun lo reclamara. Su cisne lo pedía, e incluso él, no podía negar que quería pertenecerle.

—Tu piel es tan suave—Jong Hyun murmuraba, mientras presionaba sus labios, su mano apretando el eje de Jung Shin un poco más. - Como la seda.

Normalmente, Jung Shin era de hablar sucio durante los juegos preliminares y el sexo, pero su cerebro estaba derrumbándose tan rápidamente, que no podía pensar en nada que decir. Su mente se había quedado en blanco. Lo único que podía hacer, era sentir los escalofríos bajo el eléctrico toque.

Levantando sus caderas, Jung Shin se ocupó de los pantalones de Jong Hyun, desesperado por sentir el pene de su pareja en su mano. Jong Hyun se echó hacia atrás, mirando como su pene saltaba libre, y la boca de Jung Shin rogaba por sentir el sabor.

Se deslizó del regazo de Jong Hyun, arrodillándose en la alfombra, mientras Jong Hyun se bajaba los pantalones. Jung Shin sacó los zapatos del hombre, los tiró por encima del hombro, y luego tiró los pantalones.

Dios, Jong Hyun era un espectáculo impresionante. Sentado en el sofá, todos sus músculos estaban expuestos pidiendo ser tocados, besados, adorados.

 

Jung Shin, ya tenía una cosa, por los hombres musculosos. Cada vez que veía uno, quería saltar sobre sus huesos. Ahora estaba a punto de estar acoplado a uno. ¿Él lo haría? No estaba seguro, pero no había nada en la tierra que lo alejara de Jong Hyun. No ahora, no cuando él tenía este cuerpo

 

Jung Shin guió el pene de Jong Hyun a su boca. La punta de la lengua se deslizó sobre la cabeza reluciente, provocando un siseo en Jong Hyun.

Las caderas del hombre se sacudieron, pero Jung Shin podría decir que el tigre estaba haciendo todo lo posible para no perder el control.

Quería que su compañero perdiera el control. Quería que Jong Hyun se desatara. No iba a dejar que todos esos músculos se desperdiciaran. Jong Hyun haría trabajar su cuerpo y Jung Shin le daría tanto placer, que rogaría por joderlo.

Mantuvo los ojos fijos, en Jong Hyun, cuando se lo llevó a la boca. Los ojos de este estaban entrecerrados. Un lado de su boca se alzó dando una sonrisa maliciosa. Jong Hyun palmeó su pene en la base, como si invitara a Jung Shin a comérselo.

El sabor de la esencia de Jong Hyun explotó en la boca de Jung Shin cuando lo tomó profundamente. Jong Hyun presionó su mano libre, en la parte posterior de la cabeza de Jung Shin, manteniéndolo inmóvil, mientras el chico lamía hacia arriba, su boca tomando aliento en ráfagas cortas. Jung Shin succionaba, usando su lengua para azotar la cabeza, bebiendo el pre-semen que fluía.

Jong Hyun gruñó.

—Maldita sea, bebé... simplemente... maldición.

Animado, Jung Shin tomó el eje de Jong Hyun todo el camino hasta su garganta, usando sus músculos como un arma, apretando el eje de Jong Hyun sin piedad.

—Vas a hacer que me corra —dijo Jong Hyun entre dientes.

 

Eso era exactamente lo que quería Jung Shin. Él quería probarlo, para así aplastar el control de hierro que Jong Hyun parecía poseer. Quería que rl tigre se acercara a la superficie.

 

 

¿Estaba loco?

Jung Shin pensó que debía de estarlo, pero no le importaba. Si el tigre se lo comía, había peores formas de morir.

¡Realmente has perdido la cabeza!

Realmente la había perdido.

La mano de Jong Hyun se deslizó de su pene. Utilizó ambas manos para mantener el equilibrio, sobra la cabeza de Jung Shin, mientras empujaba hacia arriba.

Gotas de sudor se reunieron en su frente y el labio superior. Su iris marrón, era casi negro cuando gruñó, follando la boca de Jung Shin con fervor.

Jung Shin tuvo la suerte de que su reflejo nauseoso era inexistente, o pudiera ser que Jong Hyun le estrangulara hasta la muerte, porque había perdido definitivamente el control. Sus colmillos habían descendido. El tigre se había acercado a la superficie, la pasión y lo salvaje su rostro era tan condenadamente hermoso. Algo afilado pulsó en la parte posterior de su cabeza. Las garras de Jong Hyun.

Jung Shin había logrado lo que se había propuesto hacer. La pregunta era, ¿hasta dónde Jong Hyun permitiría a su bestia emerger?

Como si leyera su mente, Jong Hyun inhaló profundamente, dejando que su aliento saliera poco a poco. Jung Shin no quería eso. No dejaría que Jong Hyun se controlara.

Apretó la garganta, con fuerza.

Jong Hyun gritaba, mientras su polla pulsaba, cintas de semen caliento salieron en ráfagas hacia la garganta de Jung Shin.

Jung Shin lamió la cabeza, limpiándola antes de balancearse sobre sus talones. Jong Hyun no le dio la oportunidad de disfrutar de lo que había hecho. El shifter se abalanzó, tirándolo hacia el suelo. Se colocó entre las piernas de Jung Shin, haciendo que las envolviera a su cintura.

 

 

La cabeza de su pene presionó en el orificio de Jung Shin. Mierda. El hombre había perdido demasiado control. Jung Shin golpeó con las palmas de sus manos el pecho de Jong Hyun.

—¡Lubricante!

Jong Hyun sacudió la cabeza, como si su cerebro estuviera sumido en la niebla, jadeaba en gran medida, el sudor cubría su cuerpo. Cuando abrió los ojos, Jung Shin jadeó. Parecía que brillaban, y el tigre de Jong Hyun lo estaba mirando.

Le temblaba la mano, mientras acariciaba el brazo de Jong Hyun haciendo todo lo posible por calmar a la bestia salvaje.

—Lubricante, gatito. Si intentas cogerme sin eso, te daré una descarga.

Su amenaza, parecía hacer que Jong Hyun recuperara parte de su control. El chico se echó hacia atrás y respiró en forma inestable. Miró a su alrededor, antes de levantarse y cruzar la habitación. Jung Shin se quedó allí, temblando por el miedo y la emoción. Era como una bola de electricidad de ping-pong pasando a través de su cuerpo.

Jong Hyun volvió un segundo más tarde, con el lubricante en la mano. Se sentó, situando su cuerpo entre las piernas de Jung Shin.

—Lo siento.

Jung Shin sonrió. —Estoy encantado de ver que puedes perder el control.

Jong Hyun gruñó.

—No me presiones demasiado. Una vez que mi tigre es liberado, es difícil lograr que retroceda.

 

 

Jung Shin guardó ese conocimiento, mientras Jong Hyun lubricaba sus dedos, su mente se perdió cuando los dedos gruesos de Jong Hyun entraron en él.

 

 

Arqueó su espalda y gimió ante la invasión. Estuvo a punto de venirse con los dedos de Jong Hyun dentro de él. Jung Shin gemía, mientras levantaba la parte inferior, haciendo todo lo posible para coger los dedos del hombre.

No pensaba en dejar que lo mordiera, pero temía que no tendría suficiente fuerza para detener al hombre. No cuando Jong Hyun tocaba su cuerpo, como un bien afinado instrumento. No podía pensar más allá, de la necesidad de obtener a Jong Hyun en su interior.

Su plan había sido hacer que perdiera el control. Y lo había hecho, pero parecía que Jong Hyun estaba en el mismo nivel, porque el control de Jung Shin era casi inexistente. Perdiéndolo rápidamente.

Cuando Jong Hyun sacó sus dedos, Jung Shin casi gritó en protesta.

Se sentía vacío sin una parte del hombre dentro de él.

—En tus manos y rodillas, gatito. —Jong Hyun se inclinó hacia atrás, golpeando a Jung Shin en la cadera.

Jung Shin rodó levantando su culo en el aire. Miró por encima del hombro, para ver el hambre en los ojos del hombre.

Jong Hyun sonrió. —Igual que un atractivo y caliente gatito. Jung Shin gruñó. —No te burles de mí o morirás.

—Un pato exigiendo, que atractivo—Jong Hyun dijo, mientras cubrió la espalda de Jung Shin.

—Cisne —Jung Shin corrigió, con aspereza. - Ahora jódeme.

Jong Hyun lo atormentaba rozando con la cabeza de su pene el agujero de Jung Shin. Presionó la punta y luego se retiró.

—¿Y si no me apresuro?

 

—No hagas que te muerda —amenazó Jung Shin. - Los cisnes no perdonan fácilmente.

—Voy a recordar eso—dijo Jong Hyun, antes de empujarse con fuerza y profundamente. Los ojos de Jung Shin se cruzaron mientras gritaba.

—Dijiste que no querías ir lentamente.

—No he dicho que me partas por la mitad.

—¿Lento o rápido?

Jung Shin pensó en ello. Rápido era para putos. Lento sería como hacer el amor. Todavía estaba en conflicto acerca de Jong Hyun, sobre qué dirección tomar.

—Rápido.

Las manos de Jong Hyun se clavaron en las caderas de Jung Shin, antes de que se empujara en su culo. Jung Shin gritó, su voz haciendo eco en las paredes cuando el sonido de la piel llenó el aire.

Su compañero estaba por matarlo. Jung Shin iba a morir de placer. Comenzó a ser demasiado, demasiado rápido.

Sus dedos se cerraron en la alfombra, mientras extendía las piernas separándolas más. Iba a tener quemaduras, por la alfombra, cuando esto hubiera terminado.

Jong Hyun comenzó a disminuir sus embestidas, su tacto era gentil. La respiración de Jung Shin dejó sus pulmones, cuando Jong Hyun besó su columna vertebral. Cuando llegó al cuello de Jung Shin, lo mordió. El pulso de Jung Shin saltó, cuando pequeñas chispas de electricidad se dispararon a través de él. La piel de gallina repartida en su cuerpo. Su piel se estremeció. El cuerpo le dolía.

—Mío —esa palabra fue susurrada en el cuello de Jung Shin. Ese hecho hizo que todo su cuerpo temblara.

Su cisne respondió, tratando de empujarse a la superficie, para estar más cerca del tigre, cuando las caderas de Jong Hyun se giraron empujando hacia adelante en un suave movimiento.

 

Jung Shin empezó a balancearse con él, perdido en el olor de Jong Hyun, su voz, su toque. Se quedó sin aliento y gimió, cuando Jong Hyun raspó sus caninos a lo largo de sus hombros. Luchó por no hablar. Luchó contra pedirle a Jong Hyun que lo mordiera.

—Mi pequeño y hermoso cisne—Jong Hyun dijo, mientras se empujaba, enviándole ondas de placer.

- Mío.

Gritó cuando Jong Hyun comenzó a moverse más rápido, más duro y... Jong Hyun luego hundió sus colmillos profundamente.

Jung Shin se hizo añicos. Cintas de semen salieron de su pene, mientras se separaban, ya que sentía como si estuviera siendo empujado a un abismo. Su cuerpo se sacudió, su respiración era entrecortada, el sudor estalló sobre su piel. Arañó la alfombra, desesperado por escapar y a la vez, por no moverse.

Jong Hyun lo agarró, deteniendo su huida, mientras gruñía en el hombro de Jung Shin. Sus caderas se empujaron hacia adelante, tan rápido, que era vertiginoso.

Lamiendo la herida para cerrarla, Jong Hyun gritó, sus manos cavando en sus caderas, su semilla en el culo de Jung Shin.

Jong Hyun comenzó a disminuir la velocidad. Jung Shin no podía moverse, no podía respirar, se secó la frente sobre la alfombra, adelante y atrás, adelante y atrás.

Jong Hyun los había apareado.

El cisne de Jung Shin fue cocinado.

 

 

continuara.....

-----------------------


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).