Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

95. Indiscutiblemente Tuyo (09) por dayanstyle

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

—¿Nada aún? —Taeyang se encontró con Woo Shin en el pasillo, junto a su puerta del dormitorio. Finalmente, luego de dos días de estar en su forma de lobo, luego de dos días de hacer que Sun Youl se sintiera seguro, su pareja había aceptado que el doctor lo examinara.—Sigue con Sun Youl. Woo Shin también quería estar allí, pero entendía la insistencia de Sun Youl por privacidad. Seguía sin descubrir lo que de verdad ocurrió en la finca y esperaba que el doctor lo convenciera para que le dijera. Hasta entonces, sería un manojo de nervios mientras esperaba. Sea lo que sea que haya pasado, estaría allí para Sun Youl. —Entonces —Taeyang comenzó, aclarándose la garganta—, ¿resolvieron las cosas? Molesto, podría haber hablado de sus sentimientos a diestra y siniestra. Ya estando tranquilo, no quería hablar con su hermano de la confusión que sentía. La culpa se mezclaba con la justificación.

Antes ya había sido lastimado y tenía derecho a cuestionar las cosas. Así es como había terminado en esto, también, por eso era que sentía culpa. Podría haber manejado mucho mejor esta situación. Nunca huía de las cosas, pero en lo que se refiere a enfrentarse a la posibilidad de tener el corazón destrozado, arrastraría su trasero. No era algo de lo que se enorgullecía. Durante los últimos dos días, lo estuvo, Sun Youl habló con él mientras estaba en su forma de lobo. Le había contado sobre Dante siendo contador del cártel. Le había hablado de lo mucho que le gustaba bailar y la forma en que lo hacía sentirse vivo. El hombre le había contado que estaba ahorrando para comprar una casa, el terreno que quería, los caballos, cuánto le gustaba nadar, ir de picnic, al cine y que tan distanciado estaba de sus hermanos. Prácticamente de todo El Sun Youl que había llegado a conocer en la última semana no encajaba con el perfil de los strippers que conocía. Sun Youl era alguien único y cuanto más tiempo pasaba con él, más profundamente se había enamorado. No, no compartiría esa particular angustia con Taeyang. Sólo se encogió de hombros. —Estamos en eso. Sun Youl era muy amigo su lobo, al menos. ¿Con el hombre? Aún estaba por verse. No había estado como humano con Sun Youl desde que lo había echado de la habitación.  

  Y ahora estaba esperando para saber si su pareja había sido abusada sexualmente. Dios, quería asesinar a alguien de sólo pensar en eso. Preocupado e implorando se frotó el pecho. —Independientemente de los resultados, aquí estamos para ustedes—Taeyang chocó hombros con él.

Nadie lo decía, pero todos sabían lo que Sun Youl podría haber sufrido. Aún estaba impresionado por cómo muchos amigos y familiares se habían unido para luchar junto a él. Es cierto que el Liquid Wrath había sido una de las razones, pero las muestras de respaldo le recordaron el apoyo que tenía. Y quería  tener ese mismo apoyo para Sun Youl. Luego de escuchar al hombre durante dos días, había llegado a la conclusión de que él no tenía a nadie. Si podía o no solucionar las cosas, intentaría cambiar eso. Sun Youl nunca volvería a estar sin familia o amigos. Nadie merecía estar solo, menos aún Sun Youl. Apartándose de la pared, contuvo la respiración cuando la puerta del dormitorio se abrió y el doctor salió. Cerró la puerta tras de sí.—¿Y bien? —Preguntó. El Dr. Jaejoong sonrió. —Sun Youl me agrada mucho. Es un hombre muy dulce. —Pienso igual —Taeyang dijo. Lo palmeó en el hombro.

—Voy a darte algo de  privacidad. Avisa si me necesitas. Asintió distraídamente y volvió su atención al doctor. —¿Qué paso con... ya sabes? —En su mente rechazaba esa posibilidad, así que era difícil decirlo en voz alta. El Dr. Jaejoong se cruzó de brazos. —Estás consciente de la confidencialidad médico-paciente, ¿verdad? Estaba a segundos de subirse por las paredes. No sería excluido.

Necesitaba saber cómo actuar con Sun Youl y cómo ayudarlo a retomar su vida. Pero, sobre todo, sólo quería saber. —Lo entiendo—dijo. Exhaló, esforzándose por seguir calmado. —Pero necesito saberlo Jaejoong. El doctor avanzó un poco por el pasillo. Lo siguió. Y con cada paso que daba, su ansiedad aumentaba. —Me dio su autorización para decirte —Jaejoong mencionó. Había crecido en la misma casa que Jaejoong y sin duda lo conocía, el hombre no hablaría a menos que se lo permitieran. Si Sun Youl se hubiera negado, el doctor mantendría la boca cerrada.    

—Como bien sabes, ha sufrido muchas lesiones —el Dr. Jaejoong dijo. —Mi scanner portátil no mostró ningún hueso roto o que este seriamente lastimado, nada de lo que no se recupere. Asentía mientras el hombre hablaba. Desde luego que estaba preocupado por las contusiones y los cortes que había visto, pero esa no era la respuesta que había esperado a la pregunta del millón. —¿Y? —Alentó, cuando el doctor se quedó en silencio. —Y llegaste antes de que ocurriera algún abuso sexual. Se recargó en la pared. Alivio no podría describir como se sentía. —Pero no le des más vueltas. Woo Shin. Está traumatizado. Aunque no pasó nada sexual, aun así, fue abusado. Le tomará tiempo y algún tipo de terapia que lo ayude a atravesar esto. Yo no aconsejaría presionarlo. No precisamente fue una indirecta sutil, pero la advertencia se escuchaba en serio. —No lo voy a presionar. Una sonrisita apareció en los labios del doctor. —Él pregunta por ti. El estómago se le revolvió. —¿Humano o en forma lobo?—Creo que preferiría hablar contigo, no con tu lobo—El Dr. Jaejoong le dio una  palmadita en el brazo. —Estaré abajo si me necesitas. Mi pareja está aquí y las otras parejas cocinaron sus mejores platillos para el almuerzo. Inhalando profundamente, Woo Shin entró al dormitorio.    

    Sun Youl desvió su mirada hacia la puerta cuando escuchó que se abría. Su corazón se aceleró cuando se quedó viendo a Woo Shin. El hombre estaba parado junto a la puerta y con las manos en los bolsillos, la incertidumbre entre ellos hacía que el aire se sintiera denso. —No muerdo. —A no ser que Woo Shin no quisiera acercarse más. El lobo lo había consolado de formas que no creyó posibles. ¿Pero el hombre? No estaba tan seguro sobre eso. En el mejor de los casos, las cosas entre ellos estaban tensas. Sentía que la tensión hacía más denso el aire. Se fijó en la camisa de Woo Shin, en este momento era incapaz de mirar al hombre a los ojos.   

 

  La camisa que traía era blanca de botones, la llevaba fajada y remangada. Su muñeca izquierda estaba adornada con un enorme reloj de plata. Su grueso brazo estaba espolvoreado de pelo. Con sus ojos examinó el amplio pecho del hombre. Por el cuello de la camisa aparecía exquisita piel bronceada. La tela se tensaba un poco en los brazos del hombre, aferrándose a sus abultados bíceps. La masculinidad de Woo Shin se notaba desde la cabeza hasta los pies. Incluso los jeans que usaba le quedaban perfectamente, mostrando sus muslos fornidos y su estrecha cintura. Woo Shin avanzó por la habitación y se sentó en la silla junto a la cama. Cruzó una pierna sobre la otra y con ambas manos sujetó la pierna que tenía doblada. —Difiero en eso —Woo Shin mencionó. —Puedes ser muy agresivo. Su rostro se puso caliente al recordar cómo había echado a Woo Shin de su propio dormitorio. Se lo había tenido bien merecido, pero eso no le impidió que se ruborizara.

 —Necesitamos hablar. Adolorido, hizo el esfuerzo por sentarse. Aún le seguía doliendo el cuerpo. Definitivamente, Oota usó mucha fuerza con él. Woo Shin bajó la pierna, como si estuviera listo para levantarse y ayudar, pero levantó una mano. Si realmente habían terminado, la cercanía sólo le recordaría lo que había perdido. —Puedo hacerlo—Se acomodó sobre las almohadas. Woo Shin levantó las manos en señal de rendición y se acomodó en la silla, otra vez apoyó la pierna como la tenía. El hombre se veía tan relajado allí sentado, tan atractivo y tan varonil. Su intenso y terroso aroma inundó la habitación, provocándole un dolor en el pecho. —Tenemos que hablar—Woo Shin se frotó la barbilla. —Necesitamos enfriar los ánimos. —¿Sin gritos?—No podía hacerlo si su pareja lo degradaba otra vez. La primera vez casi lo había matado. Aunque su cuerpo dolía muchísimo, eso no era nada en comparación con el dolor que sentía por la distancia que los separaba. Sería pedir demasiado que Woo Shin lo abrazara, sin embargo, era algo que anhelaba.

Quería que esos fuertes brazos lo rodearan y lo hicieran sentir como si el mundo no fuera un lugar feo y atemorizante. —No debí comportarme así. —Esa confesión lo sorprendió. —Eso fue un error de parte mía y lo siento. Lo último que esperaba era una disculpa. Lo más que había deseado, era una separación amistosa. Había practicado lo que le diría, pero esa expresión afligida en el rostro de Woo Shin hizo que se sintiera mareado. —Um, está bien.    

Ambos se quedaron en silencio, como si ninguno supiera realmente qué más decir. Había sacado todo lo que sentía cuando estuvo con el lobo, así que Woo Shin ya sabía mucho más sobre él, pero en esos dos días no había mencionado lo que quería de Woo Shin. Tenía mucho miedo al rechazo. Entre el profundo y casi sofocante silencio, dijo, —Sé por lo que pasaste con tus antiguos amantes, que te hicieron daño. Entiendo porque reaccionaste tan mal. No le había dicho a Woo Shin sobre su profesión, porque no quería que las cosas terminaran mal entre ellos, pero nunca se hubiera imaginado que el pasado aún perseguía al hombre. ¿Podría culparlo por no querer volver a pasar por eso? No, no podía. Sin embargo, saber que el hombre no lo quería, aún dolía. Mucho Pero se negaba a llorar otra vez. Lo había hecho ya bastante, como para que le durará diez vidas. Antes de que todo esto cayera en su regazo, no se acordaba de la última vez que había llorado. Y desde la semana pasada había estado haciéndolo para compensar el tiempo perdido y con creces. Woo Shin estaba allí sentado, callado y enfocado totalmente en él.Antes de perder los nervios quería que el dolor disminuyera y rápido.  

—Nunca  fingí  nada  contigo.  Sólo  quería  que  lo  supieras.  Sé  que probablemente no me crees, pero —se detuvo, debido a la angustia y para tragar—, pero quisiera que sigamos siendo amigos, digo, si es posible. Se sentía tan agotado emocionalmente. Tan vacío. Cuando Woo Shin siguió sin decir nada, bajó los ojos a sus manos. Preocupado,  se mordió una uña y esperó. Ya no había nada más que decir. En los últimos dos  días lo había dicho casi todo.—¿Quieres que seamos amigos? No estaba seguro si escucho disgusto o incredulidad en la voz del hombre. Desvió los ojos, mientras tentativamente contemplaba a su pareja. Woo Shin bajó la pierna de su muslo, se inclinó y apoyó los codos sobre las rodillas. —Eso no es posible. Decaído, se obligó a aceptar el resultado y continuar con su vida. Lo había intentado. Eso era todo lo que podía hacer, a pesar de saber que nunca amaría a nadie como amaba a Woo Shin. Nada haría que volvieran a ser cercanos. —No es posible —Woo Shin se paró y se acercó a la cama, se sentó en la orilla  y le tomó la mano entre la suya grande y cálida—, porque quiero más. Quiero todo.    

No estaba seguro de haber escuchado bien al hombre y estaba muy asustado  por la esperanza que empezaba a florecer en su interior. —¿Cómo? —A menos, que de verdad sólo quieras una amistad —Woo Shin dijo. Le levantó la mano y rozó con los labios sus nudillos. —Eres mi pareja y vamos a superar esto,  pero no voy a renunciar a ti. —¿N-No nos separamos? —Se sentía confundido. —Las parejas no se separan —Woo Shin dijo. —Bien o mal, con nosotros es para siempre. —Pero —Sun Youl movió la cabeza. —No confías en mí. —Estoy tratando —Woo Shin admitió, mientras una cálida brisa entraba por la venta abierta trayendo consigo el aroma del sol. —Si estás siendo sincero conmigo, sólo dame tiempo para adaptarme. —Estoy siendo sincero contigo—elevó el tono de su voz, casi a punto de gritarle a su pareja. —Cálmate—Woo Shin le apretó la mano. —El Dr. Jaejoong me mataría si escucha cómo te estás exaltando. —No sé qué hacer para convencerte de que digo la verdad—Sonaba aturdido.  Alejó su mano de la de Woo Shin. —Pero no puedo estar contigo si constantemente dudas de mí. Simplemente no puedo vivir así. No podía creer lo que le decía, pero era cierto. Se negaba a vivir bajo ese  escrutinio. Quería lo que había tenido antes de que su mundo se derrumbara. Quería  que Woo Shin lo mirara con adoración y hambre en sus ojos. Deseaba que las cosas entre los dos fueran sencillas, como habían sido en algún momento. 

—La vida implica sacrificios —Woo Shin dijo. —Si para ti esta relación significa algo, como lo es para mí, vamos a esforzarnos para lograr que nuevamente sea lo que solía ser. —Tengo miedo —admitió. Apoyó sus manos en la sábana, mientras escuchaba los pájaros piando afuera. —También yo. Repentinamente se quedó mirando a Woo Shin. —¿Tú también? —¿Sabes cuán difícil es esto para mí? Voy a confiar en que no vas a romperme el corazón y eso es muy aterrador. Conocía esa sensación. ¿Qué tal si a fin de cuentas trataban de reconstruir su relación y no funcionaba?   

   Extendió su mano y con un suspiro entrecortado dijo. —Hola, soy Sun Youl Bazetti. Vivo en Sugar Creek con unos padres mentirosos, conduzco una trampa mortal, además bailo en Silk Room y de verdad quisiera poder conocerte mejor. La sonrisa que apareció en el rostro de Woo Shin le robó el corazón. —Soy Choi Woo Shin y trabajo de mecánico y sin duda conduces una trampa mortal. Una explosiva risa brotó de su garganta. —También me encanta tu lobo. Es tan adorable. Woo Shin frunció el ceño. —No hay nada adorable en mí. —¿Sexy? —Corrigió. —Mejor—Sintió un hormigueo en su mejilla cuando Woo Shin rozó sus labios en el área enrojecida. Relajándose, sólo podía esperar que este fuera un nuevo comienzo para ambos.    

continuara... 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).