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97. Pareja del Millón de Dólares (11) por dayanstyle

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Hong Seok estaba de pie en el pasillo de la guarida, mientras el doctor Jaejoong examinaba a EDawn. Con el teléfono presionado contra su oído, dijo: —No voy a descansar, hasta matar al bastardo.

—¿Y EDawn no sabe, por qué su tío lo atacó? —preguntó Taehyung.

—Es sólo Ken Leung. Eso es lo que dijo, cuando le pregunté. Eso no es lo suficientemente para mí, Taehyung. He visto esa mirada antes. Su tío planeaba matarlo.

—Quiero más información, antes de que vayas tras el chico, —dijo Taehyung. —Tiene que haber una razón, aunque ninguna excusa que encontremos, justificará lo que hizo. Te estoy enviando Kyung Il. No quiero que vayas tras él solo.

—¿Pensé que querías que esperara? —Lo que no planeaba hacer. Una vez que supiera que EDawn estaba bien, cazaría al tío de su pareja y le enseñaría lo que era ser intimidado, por alguien más poderoso.

—Porque te conozco, Hong Seok. Peleas por el desvalido, y como es de tu pareja, de la que estamos hablando, no vas a esperar hasta que investigue—El alfa sonaba resignado.

—Preferiría que tuvieras a alguien para vigilar tu espalda, antes que vayas ciego de rabia. El hombre tenía razón.

 

—Estás en la guarida. Mira, Niel también puede cavar algo. No estaría de más, tener tanta información sobre el ser humano, como sea posible. —dijo Taehyung.

—La única información que necesito, es la de un buen lugar, para enterrar el cuerpo— Todo había empezado a tener sentido para él –por qué EDawn tenía miedo de ir al hospital, por qué temía volver a casa-. Y Hong Seok había permitido que el hombre entrara solo. Nunca se perdonaría por eso. Cuando entró para ver a Ken Leung golpeando la mierda de EDawn, su mundo se había tambaleado.

Lástima que el cobarde se hubiera escapado, antes de que le pudiera poner las manos encima.

Asomó la cabeza, en la sala de examen. EDawn estaba profundamente dormido, y el médico estaba sentado en su escritorio, escribiendo en su computadora. Abrió más la puerta y entró. —¿Cómo está?

El doctor Jaejoong, no parecía muy feliz. —¿Dices que su tío le hizo esto? Asintió.

El médico negó con la cabeza. —Por sus radiografías, el abuso ha estado sucediendo por algún tiempo.

Apretó la mandíbula. Si no tenía una excusa para ir tras Ken Leung, el médico acababa de darle una. —¿Te importa si descansa aquí?

—¿Iras tras el tío?

—Infiernos, sí. —giró sobre sus talones, para irse.

—No creo que deba despertar, para descubrir que te has ido, —dijo el doctor parándolo en seco. —Tenía miedo de mí, todo el tiempo que lo examiné. Tendrá que verte, cuando abra los ojos, o creo que entrará en pánico.

 

—Volveré, antes de que se despierte—le prometió. No iba a esperar a Kyung Il. Quería la cabeza de Ken Leung en un plato y esperar cuatro horas, para que el cambiaformas llegara, no funcionaba.

—Una cosa más—dijo el médico. —Esto es fuera de tema, pero sabes tan bien como yo, que puedes dejar a EDawn embarazado. ¿Lo sabe?

Frunció el entrecejo. —No es que sea asunto tuyo, pero no, no le he contado mucho. No he tenido la oportunidad.

El doctor Jaejoong asintió. —Normalmente no me involucro, pero por lo que he aprendido sobre EDawn, tal vez necesita tiempo para sanar, mental y físicamente, antes de que ustedes dos consideren tener una familia.

—¿Qué estás diciendo?

—Sabes que puede tomar la inyección anticonceptiva, Hong Seok—El médico levantó la mano. —No estoy diciendo que debe tomarla. Todo lo que digo, es que lo consideres—El médico se acercó a un gabinete, lo abrió y sacó una jeringa. Se la entregó. —Si los dos deciden esperar, simplemente, ponle la inyección en la nalga izquierda.

Con todo lo que estaba ocurriendo, no había considerado lo del embarazo. La decisión era demasiado grande para tomarla por su cuenta. Hablaría con EDawn sobre eso. Él siempre había querido una familia, pero el médico tenía razón. EDawn era lo primero. Tenían mucho tiempo para formar una familia, si eso era lo que quería EDawn.

—Hablaré con él, al respecto. —le dijo.

—No tengas relaciones sexuales primero—advirtió el médico. —¿Lo hiciste?    

—No lo he reclamado todavía.

—Entonces, si la inyección es lo que EDawn quiere, dásela de antemano. Examinó la jeringa. —¿Funciona tan rápido?

—Lo hace—dijo el Dr. Jaejoong. —No es como los anticonceptivos humanos. Éste está hecho especialmente para el cuerpo masculino. Es eficaz tan pronto como está en el sistema. Tiene una duración de cinco años, Hong Seok.

Metiendo la jeringa en su bolsillo, asintió. —Gracias.

—Sólo recuerda—dijo el doctor. —La decisión depende de EDawn. Ha pasado por mucho, y la curación es su prioridad.

—Lo sé—dijo, antes de dirigirse escaleras abajo. Se encontró con Siwon, que era el beta de la manada Kim. —Así que iras a cazar.

Tenía la sensación, de que Taehyung había llamado para advertirle al beta de sus intenciones. Su alfa lo conocía un poco demasiado bien. —¿Y?

—Y por lo que he oído, partes de Sugar Creek pueden ser bastante peligrosas.

Se burló. —Soy un vampiro, que busca a un humano. Dudo mucho que tenga algún problema.

El beta extendió sus manos. —Entonces, no debería ser un problema el que te acompañe.

—O si voy también —dijo Chanyeol, mientras se acercaba. —Ha pasado un tiempo, desde que vi algo de acción.

 

Frunció el ceño. —Pero estabas en Dalton Falls, el otro día, cuando la pelea se llevó a cabo.

Chanyeol frunció el ceño. —Deja de descubrir mi mentira, y vamos a ponernos en marcha.

—No necesito una niñera. —discutió.

—No, pero tener a alguien cuidando tu espalda, nunca duele—dijo Chanyeol.

—Hong Seok—Jaejoong lo llamó, desde arriba— EDawn está despierto y asustado.

Subió corriendo las escaleras y corrió al consultorio del doctor. Cuando entró, vio a EDawn acurrucado en un rincón, gritando su nombre. Su corazón se retorció en su pecho, mientras sacaba a EDawn del suelo y sostenía a su pareja, en sus brazos.

—Estoy aquí, amor. Estoy aquí. Estás a salvo.

El doctor Jaejoong miró con simpatía a EDawn, antes de dirigir su mirada hacía él, con un ceño fruncido en su rostro.

—No justifico la violencia, pero hazme un favor y caza a ese bastardo—Sus palabras habían estado llenas de veneno.

—Necesito una habitación de invitados—pasó su mano arriba y abajo de la espalda de EDawn, mientras el médico lo llevaba fuera de la oficina. Se dirigieron hacia abajo. Chanyeol y Siwon todavía estaban allí, ambos con suaves expresiones, cuando vieron a EDawn, que estaba acurrucado en sus brazos.

—Que se jodan los refuerzos—dijo Chanyeol, su labio superior se curvó. —Quiero un pedazo de ese humano cuando lo encontremos.                

No antes de que él, le pusiera sus manos sobre Ken Leung. Chanyeol podría tener su turno, si quedaba algo del humano.

Entró en el dormitorio y luego el doctor Jaejoong se giró hacia él. —Hazme saber, si hay algo que necesites.

Asintió, mientras el doctor cerraba la puerta. Colocó a EDawn en la cama, estirándose junto a su pareja. Mantuvo una mano en el estómago de EDawn, necesitaba la cercanía y quería darle al hombre, una sensación de consuelo.

—Lo siento, —dijo EDawn—. Debo haberte avergonzado, delante de tus amigos.

¿El hombre iba en serio? —Nunca podrías avergonzarme, amor. Recuerda eso. EDawn echó un vistazo, hacia él. —Pero actué, como un completo tonto.

Tirando a EDawn en sus brazos, besó la cabeza del hombre. —No, no lo hiciste. Actuaste como un hombre que ha pasado por el infierno y de regreso. Nadie va a mirarte en forma extraña, por eso. De hecho, todos mis amigos sólo quieren que estés a salvo, como yo.

EDawn se esforzó por sentarse. Lo dejó. —¿Dónde están la señora Lim Kim y Helmet?

—En la planta baja, —dijo. —Están bien, cariño. ¿Por qué no descansas?

Tiró de EDawn hacia abajo y se enroscó alrededor de su pareja, inhalando su perfecto olor, agradecido de que estuviera bien, teniendo en cuenta lo que había pasado.

Segundos después de que EDawn se hubiera instalado en sus brazos, el hombre estaba profundamente dormido. Pensó en perseguir a Ken Leung, mientras su pareja dormía, pero no quería que EDawn se despertara y enloqueciera, si no lo encontraba a su lado.

Había ganado la confianza de EDawn, estaba contento por ello. Pero la única manera de asegurarse de que su pareja permaneciera a salvo. Era acabar con la miserable vida de Ken Leung.

 

 

 

—Déjame mostrarte tu habitación—Jongin no estaba seguro, de cómo había terminado siendo la niñera de la señora Lim Kim, mientras caminaba, con Helmet metido bajo el brazo. El gato se había asustado en la guarida. Más que probablemente, debido a todos los cambiaformas lobo que lo rodeaban.

—Eres un joven tan agradable, —dijo. La señora Lim Kim hizo una pausa, le palmeó el brazo y luego le apretó sus bíceps. —Fuerte, así como guapo.

—Pues, gracias—Hizo un gesto con la mano, hacia el final del pasillo. A la velocidad que estaba caminando, tardaría el resto de la noche en llevarla a su dormitorio. —¿Vamos?

—No estás tratando de ponerte descarado conmigo, ¿verdad? —Ella frunció sus cejas grises. —No me gustan los gigolós.

 

Casi se tragó la lengua. Sonrió, casi riendo. —No soy un gigoló, señora Lim Kim. Sólo trato de levarla a la cama.

Espera, eso no salió bien.

Sus mejillas pálidas y arrugadas, se llenaron de color. —No te conozco. No vamos a jugar a juegos sexuales, señor.

—No, —dijo Jongin— no lo haremos. Sólo tiene que descansar.

—¿Estará allí Charley? —comenzó a caminar, su andadera se movía tan lentamente, que un caracol podía pasarla.

—¿Quién es Charley? —preguntó. Helmet se movió en su brazo. Trató de calmar al gato, pero siseó y golpeó su mano. Si el gato no hubiera pertenecido a EDawn –un hombre que ya había sufrido bastante– lo arrojaría afuera y dejaría que se valiera por sí mismo.

No podía, por muy irritante que fuera la cosa. Tenía sólo tres patas. ¿Qué triste era eso? Aun así, era un luchador, y él nunca había sido un fan de mascotas. El pelo blanco estaba cayendo en todo su cuero, y sintió que se aproximaba un estornudo.

—Es mi novio. Prometió casarse conmigo, cuando volviera de la guerra. Frunció el ceño. —¿Qué guerra?

Ella lo miró, con sus penetrantes ojos verdes, como si fuera tonto.

—¿Qué otra guerra podría ser, gigoló? ¿Ya hemos vencido a los alemanes?

Querido señor. Sacudió la cabeza. Sentía lástima por la señora Lim Kim. Hong Seok le había hablado de la casa en la que vivía la anciana. Como parecía que necesitaba una bola de demolición, en lugar de que alguien de su edad viviera allí. También le contó sobre el tío de EDawn, cómo el hombre podría usar a la señora Lim Kim, como un peón para llegar a EDawn.

Por eso solo, quería cazar al tío y eviscerarlo. —¿Por qué no hablamos de eso, después de descansar?

—¿Sigues tratando de meterte dentro de mis bragas? —Preguntó. —Charley se enojará por tus avances.

Jongin sonrió. —Competiré contra Charley, señora Lim Kim.

Hizo otra pausa. Jongin gimió, medio tentado de recogerla y llevarla a su habitación.

—Llámame Lim. —dijo.

Ren subió por el pasillo, en su forma de tigre. Se detuvo y se quedó mirando el gato, en los brazos de Jongin.

—Oh mira. Un gatito, —dijo la señora Lim Kim. —Ven aquí, gatito. Déjame mimarte.

Ren se acercó y apoyó la cabeza hacia un lado, ronroneando, mientras la anciana acariciaba su cabeza. Baekho apareció por la esquina, en su forma de lobo. La señora Lim Kim lo miró, y Jongin pensó que se pondría asustarse.

—Un pastor alemán, —dijo. —No me gustan esos perros. Son alemanes, ¿sabes? —miró a su alrededor, mientras agarraba su andador con más fuerza. —¿Dónde están mis libros  de romance? ¿Quién me los quitó? —lo miró. —¿Y quién eres tú, guapo?        

¿En serio? ¿Cuán adorable podría ser?

Ren continuó ronroneando, mientras se frotaba contra sus piernas.

—Creo que la derribarás, si sigues haciendo eso—le advirtió al pequeño tigre.

Ren dio un paso atrás, lamió la mano de la señora Lim Kim, y luego trotó por el pasillo, Baekho justo detrás de él. Helmet había escalado debajo del cuero de Jongin.

Rasa salió de la cocina y se quedó mirando a los dos. —Puedo llevarla a su habitación, si quieres.

Rechazó la sugerencia de Rasa. —Tengo esto, pero gracias.

Le gustaba la señora Lim Kim, aunque fuera la persona más lenta del planeta.

—Un gigoló vaquero, —dijo y le hizo un guiño a Rasa. —Charley también era vaquero. Rasa se rió entre dientes, mientras se sonrojaba. —Pues, gracias, señora (con acento sureño).

—Eso no fue un cumplido, —dijo— Y deja de mirar mi bombachas.

 

Ocultó su risa, ante el ceño fruncido de Rasa. Ayudó a la señora Lim Kim el resto del camino, escuchándola, mientras hablaba de gigolós y vaqueros. Al entrar en el dormitorio, se detuvo y miró a Jongin.

—¿Quién eres tú? ¿Por qué me has traído a tu habitación? ¿Eres un gigoló? —Le golpeó la mano, cuando trató de ayudarla a ir hacia la cama. —Tengo un cuchillo en mis bombachas, y no tengo miedo de usarlo.

Estaba resuelto, para el momento en que la metió en la cama. La conservaría.

 

 

continuara....

 

Notas finales:

awww esa señora es un amor


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