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100. Gohn (03) por dayanstyle

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¿Las cosas entre ellos realmente eran tan fáciles? Seongoon quería pensar que sí. No, estaba esperando más allá de la esperanza de que Gohn fuera realmente divertido, emocionante, y su risa era genuina. Seongoon no podía recordar un momento en el que se había sentido tan feliz, tan relajado, o incluso un momento en que estaba contento con la vida.

Los últimos dos días habían sido más que una risa tras otra, y Seongoon se sentía como si hubiera estallado en cualquier momento. Eso le preocupaba. Estaba esperando que el otro zapato cayera en cualquier momento porque no había manera en esta vida de que pudiera ser tan bueno.

-¿Listo para el segundo? -Preguntó Gohn mientras terminaba con la carne que había cocinado en la barbacoa. ¿Seongoon había probado alguna vez un filete tan bueno? Nunca. Él quería ser codicioso y pedir otro, pero estaba demasiado lleno. Si había una cosa que había aprendido sobre su compañero, era que al oso le encantaba cocinar. Si seguía así, a Seongoon tendría que llevarlo rodando cuando se marcharan.

-Estoy lleno. -Seongoon se palmeó el vientre plano. -No podría comer ni un bocado más.

Como era habitual desde que habían llegado a la cabaña, Gohn limpió la mesa y colocó los platos en el fregadero. Seongoon había tratado de ayudar las primeras veces, pero Gohn no le quiso dejar mover un dedo. ¿Quién era Seongoon para argumentar eso si odiaba lavar los platos?

 

 

-Ahora el postre -dijo Gohn mientras se giraba, colocando sus manos a cada lado de él en el mostrador.

Seongoon abrió los ojos de par en par. -No puedo comer otro bocado.

La sonrisa traviesa que Gohn destinó a Seongoon le dijo que el hombre no estaba hablando de comida. Habían tenido relaciones sexuales en todas las posiciones, en cada superficie plana en la casa desde su llegada, y Seongoon no se quejaba en lo más mínimo.

Nunca supo que tener relaciones sexuales en una piscina podía ser tan divertido, pero Gohn había hecho que fuera divertido, y Seongoon no estaba seguro de si podía estar más enamorado de lo que ya lo estaba.

Gohn caminó hacia él, agarró la mano de Seongoon, y lo llevó al patio exterior cerrado. La noche era húmeda, y lo único que tenía en Seongoon era un par de pantalones cortos.

-Desnúdate, Seongoon. -Gohn soltó la mano y se acercó a una de las mesas, tomando asiento mientras esperaba. A Seongoon no le importa cuántas veces habían tenido relaciones sexuales, él todavía estaba nervioso cuando se desnudaba para Gohn.

- ¿No vas a desnudarte? -Preguntó Seongoon. Gohn sólo tenía un par de pantalones cortos también, y maldición si no se veía lo suficientemente bueno para lamerlo de pies a cabeza, pero Seongoon quería ver todo a su compañero, incluyendo su polla dura.

 

Gohn sonrió. Esa sonrisa siempre iluminaba el corazón de Seongoon cada vez que lo veía. Se preguntó si su compañero sabía lo guapísimo que realmente era. Gohn se levantó y extendió sus brazos, sin vacilar su sonrisa.

- ¿Vas a desnudarte, cariño?

Con eso, la tensión en los hombros de Seongoon se alivió  cuando miró a Gohn. Él haría lo que el oso quisiera con tal de que pudiera tocar cualquier parte del cuerpo del hombre. Gohn pasó una mano por el pecho desnudo de Seongoon. El toque suave causó que una oleada de calor se elevara dentro de Seongoon.

Alentado, Seongoon se puso de rodillas y desabrochó los pantalones cortos de Gohn, tirando de ellos hacia abajo hasta que su compañero pudo salir de ellos. El pene del hombre se liberó, y la boca de Seongoon salivó por degustarlo.

Chupó a Gohn hasta lo más profundo de la garganta, hasta que su nariz estuvo enterrada en los nervudos vellos de Gohn. Y luego tragó. Duro.

Gohn gritó.

Seongoon pasó las manos sobre los muslos de Gohn, y su compañero empujó sus caderas. El movimiento era lento, fácil, como si Gohn estuviera disfrutando del momento, como si tratara de controlarse a sí mismo. Seongoon no quería eso. Amaba cuando su compañero se desataba en él. No quería que fuera lento y controlado.

 

 

 

Seongoon lo quería salvaje y desquiciado. Empezó a rodar los testículos de Gohn y luego se estiró y pellizcó uno de los pezones de su compañero. Gohn murmuro entre dientes. -Joder, Seongoon.

Esa fue la reacción que Seongoon había esperado, pero él quería más, quería ver a Gohn salvaje. Él movió su lengua por la rendija de la polla de Gohn y fue recompensado por el endurecimiento del cuerpo de Gohn. Seongoon estaba ansioso por la esencia agridulce de Gohn. Tomó a Gohn hacia abajo en su garganta y la utilizó para apretar la punta sensible antes de retirarse y hacerlo todo de nuevo.

-No puedo aguantar -advirtió Gohn.

Seongoon agarró la base del pene de Gohn y acarició la carne endurecida mientras trabajaba en la cabeza, desesperado por probar a su compañero, desesperado por oír el ruido placentero que Gohn haría cuando se viniera.

El sabor del semen explotó en la lengua de Seongoon y pulsó en su garganta mientras Seongoon tragaba todo lo Gohn tenía que ofrecer. Continuó mamando con suavidad, aun cuando Gohn se suavizó en su boca.

Gohn se apartó y luego puso a Seongoon de pie. -Maldición.

-Se limpió la frente. -Sólo maldición.

Seongoon sonrió mientras presionaba las palmas de sus manos en el pecho caliente y sudoroso de Gohn. Se inclinó para un beso, y eso fue exactamente lo que le dio Gohn. Estaba caliente, apasionado, y se dio cuenta que Gohn les estaba retrocediendo hacia el agua.

 

 

 

Gohn sabía que a Seongoon le encantaba tener sexo en la piscina y rápidamente tiró de sus pantalones cortos, sin romper el beso hasta que llegaron a la orilla.

- ¿Listo para un baño? -La sonrisa de Gohn era contagiosa. Seongoon sonrió, se apartó, y se sumergió en el agua. Oyó un chapoteo detrás de él y luego aulló cuando Gohn se movió detrás de él. Seongoon no sabía nadar como para salvar su vida, así que no tenía otra opción que quedarse donde hacía pie.

Echó agua hacia Gohn y luego trató de alejarse deprisa, pero correr rápidamente a través del agua era imposible. Su compañero le había arrinconado en cuestión de segundos. - ¿A dónde vas, pequeño lobo?

Seongoon se estremeció ante la pregunta. Gohn había hecho que esas cinco palabras sonaran tan traviesas. -Lejos de ti, gran oso.

-No lo creo. - Gohn se acercó más, atrapando a Seongoon en la esquina de la piscina. Podía ver el meneo de la dura longitud de su compañero bajo el agua, y el cuerpo de Seongoon ansiando sentir a su compañero enterrado profundamente dentro de él.

Le encantaba el olor rico, masculino que era totalmente Gohn. Seongoon se inclinó y respiró profundo, entrecerrando los ojos.

-Hueles muy bien.

La risa profunda de Gohn retumbó a través de su pecho.

-Creo que es la primera vez que alguien ha dicho eso de mí.

 

La mirada devoradora de Gohn envió pulsos de placer a través de Seongoon. -Ahora que me tienes atrapado e indefenso, ¿qué vas a hacer conmigo, oso?

-Mi plan es hacerte cosas muy traviesas, lobo, -dijo Gohn con voz ronca. Envolvió sus manos alrededor de la cintura de Seongoon y lo atrajo hacia sí.

Seongoon se encontró en el ápice de las piernas de Gohn. Sus pollas flotaban juntas, rozándose una contra la otra. La vista hipnotizó a Seongoon.

-Bella, ¿eh? -Preguntó Gohn. -Quiero que me toques.

Seongoon pasó los dedos sobre la dura longitud de Gohn. Cuando miró a su compañero, vio la intensidad con la que Gohn lo observaba. Sus ojos Azules se habían oscurecido, casi salvaje con la punta de los caninos mostrándose un poco en su labio superior. Seongoon inhaló profundamente mientras miraba hacia abajo a sus dedos, viendo como Gohn jugaba con sus toques.

-¿Ves lo fácil que es entre nosotros? -Gohn apretó suavemente las caderas de Seongoon. -No quiero recortar tus alas, Seongoon. Sólo quiero que estés a salvo.

Seongoon estaba empezando a ver eso. Gohn no era Sang Do, y Seongoon necesitaba dejar de pensar que todos los hombres pensaban en la misma línea cuando se trataba de omegas. Estudió a Gohn durante un largo momento, se preparó y llevó ese salto de fe que había estado luchando en contra.

 

-Voy a dejar de luchar en contra -dijo. -Voy a empezar a ser yo mismo.

La sonrisa de Gohn era preciosa. -Es lo que estaba esperando oír.

Seongoon abrió la boca y luego gimió cuando Gohn le dio la vuelta y presionó su pecho contra el lado de la piscina. Su compañero metido entre las piernas de Seongoon e introduciendo su pene en el cuerpo de Seongoon.

El se flexionó para que su compañero comenzara a moverse dentro de él. A decir verdad, a Seongoon le gustaba estar atrapado en el interior de los brazos de su pareja, sintiendo como Gohn le rodeaba. Se sentía seguro y sin duda cuidado. El oso no había hecho otra cosa que salir de su camino de demostrar a Seongoon que sus intenciones no eran una trampa para una relación donde Seongoon se sintiera acorralado y sin sentido.

En todo caso, sus emociones estaban por todo el lugar. Él daría a Gohn el beneficio de la duda y bajaría la guardia.

Seongoon siseó entre dientes y se presionó más contra la pared de la piscina, ya que los movimientos de Gohn se aceleraron. Su compañero le dio un beso en el hombro y luego sobre la nuca, haciendo que Seongoon tuviera escalofríos cada vez que presionaba los labios en ese lugar.

Cuando Gohn empuño el pene de Seongoon, Seongoon perdió la cordura, su clímax le hizo añicos cuando Gohn le mordió en el hombro. Su compañero empujó un par de veces más, y luego su cuerpo se convulsionó, su pene palpitando profundamente en el culo de Seongoon.

 

 

Ambos se estremecieron, Gohn presionó su frente contra la espalda de Seongoon. -Me haces no querer dejar este lugar, pequeño lobo.

Seongoon sabía exactamente cómo se sentía Gohn. Él estaba enamorado de la cabaña, amaba la posibilidad de cambiar y correr cada vez que lo deseara, pero, sobre todo, le gustaba pasar mucho tiempo a solas con su pareja. -Me gustaría que no tuviéramos que salir.

 

Besando a Seongoon en el cuello, dijo Gohn, -Todavía tenemos tiempo. No tenemos que salir de inmediato.

La idea atrajo a Seongoon en muchos niveles diferentes. Gohn bajó de él, y luego ayudó a Seongoon a salir de la piscina. Antes de que Seongoon pudiera entrar, su compañero lo atrajo hacia sí. -Te amo, Seongoon.

Aturdido por la confesión, Seongoon miro fijamente a los ojos Azules de Gohn. Él sabía que sus sentimientos del uno hacia el otro habían ido creciendo día a día más profundamente, pero pensó que pasaría tiempo antes de que Gohn pronunciara esas palabras para él.

-Te amo, también. -Era la verdad, y diciendo a Gohn la forma en que realmente se sentía era como si le hubieran quitado un peso de los hombros. Sonrió, el calor se precipitó a la cara, y luego desvió la mirada mientras Gohn le daba una suave risa.

-Me encanta lo tímido que eres. -Gohn agarró la mano de Seongoon y se dirigió hacia las puertas del patio y luego se detuvo. Inclinó la cabeza hacia un lado mientras Seongoon se preguntaba lo que el hombre estaba haciendo.

El corazón de Seongoon comenzó a latir más rápido cuando Gohn presionó un dedo a los labios. Hizo un gesto a Seongoon para que fuera al interior mientras su compañero se volvía hacia la puerta que daba al patio trasero.

-No -articuló Seongoon. No iba a dejar a Gohn que saliera a investigar lo que fuera que había oído mientras Seongoon corría hacia el interior a la seguridad. No es que él quisiera correr hacia la puerta y ayudar a Gohn. Seongoon no era lo suficientemente valiente para eso, pero la idea de todo lo que podía ocurrirle a su compañero le aterrorizaba.

Gohn le dio una mirada que decía que la orden no era un tema de debate. Seongoon negó con la cabeza rápidamente y, finalmente, cedió cuando Gohn ladeó la cabeza de nuevo.

Él retrocedió, viendo como Gohn se deslizaba por la puerta y se marchaba. Seongoon se apresuró a entrar, caminó por la cocina mientras esperaba a Gohn. Esto no estaba sucediendo. Ellos finalmente habían asentado las cosas entre ellos, y Seongoon había estado esperando tener tanta diversión con su compañero como pudiera antes de que la rutina irrumpiera de nuevo.

Debería haberlo sabido mejor. Ellos vivían en un mundo peligroso, y los vampiros renegados eran todavía un problema, por lo que sabía. Sólo esperaba que fuera una especie de animal salvaje que Gohn había oído en lugar de cualquier tipo de amenaza real.

 

 

Un ruido sonó detrás de él. Seongoon se volvió para ver a un hombre de pie en la entrada de la cocina. Empezó a gritar, pero reconoció al chico.

Wang Hao. El tipo de las drogas que solía ser uno de los hombres de confianza del Oota. ¿Por qué razón el chico estaba de pie en la cocina de Gohn? Seongoon abrió la boca para gritarle a Gohn, pero Wang Hao presiono un dedo a los labios.

¿Por qué presionaría un dedo? No había manera de que confiara en Wang Hao. No en esta vida. Seongoon había oído demasiadas historias brutales sobre el hombre, y permanecer en la misma habitación que el tipo de las drogas no era una opción.

Seongoon salió disparado hacia las puertas del patio y lo hizo por delante de ellos antes de que Wang Hao se encontrara con él.

- ¡Gohn! -Seongoon gritó con toda su alma. - ¡Gohn!

Wang Hao colocó una mano sobre la boca de Seongoon y le arrastró de nuevo a la casa. Seongoon deseó como el demonio tener la ropa puesta. Siendo maltratado mientras estaba desnudo no estaba ayudando a su pánico.

Seongoon se congeló cuando escuchó un disparo. Su corazón saltó a la garganta, y luego luchó por liberarse, luchó para llegar a su compañero.

-Hay un cazador por ahí -Wang Hao susurró al oído. -¿Deseas realmente alertarlo de tu presencia?

-No me importa -Seongoon espetó mientras daba un codazo a Wang Hao en el intestino. Debió haber cogido al hombre por sorpresa porque Wang Hao lo dejó en libertad. Seongoon corrió de nuevo, por lo que salió por la puerta que daba al patio trasero. Él miró a su alrededor frenéticamente y luego se tiro a ciegas, sin saber si él se dirigía hacia Gohn o hacia el cazador.

Si había realmente era un cazador allí. No conocía a Wang Hao y no confiaba en el hombre. El shifter hiena podría estar mintiendo y era más que probable que mintiera. En las hienas no se podía confiar.

Cambiando rápidamente en lobo, Seongoon corrió, haciendo todo lo posible para poner tanta distancia como pudiera entre él y Wang Hao. Algo chocó contra el costado, y Seongoon voló hacia los lados. Resbaló y luego rodó antes de llegar a una parada.

Un hombre se dirigió hacia él, alguien que Seongoon no reconoció y que llevaba un rifle en una mano mientras avanzaba.

-Me pagaron por dejarte en paz, lobo. Pero eso va en contra de todo lo que represento. Solo estuve de acuerdo para que pudiera obtener la dirección de donde estabas.

Seongoon no tenía idea de lo que el hombre estaba hablando. Quien había pagado al cazador, y donde estaba, Wang Hao. Esa era la única explicación de cómo el cazador había encontrado este lugar.

El hombre levantó su rifle, poniéndolo delante de sus ojos. Seongoon miró a su alrededor, rezando para pedir ayuda, pero tenía una sensación de hundimiento de que no vendría. ¿Dónde estaba Gohn? ¿El cazador había matado a su pareja? Había oído un disparo.

 

Seongoon había comenzado a escabullirse cuando un gran oso atacó. Derribó al Cazador, magullando al hombre mientras el cazador trataba desesperadamente de liberarse. Seongoon se puso de pie, cogió el rifle del suelo y apuntó al hombre. Él nunca había disparado un arma en su vida, y le temblaban las manos, pero podía disparar al hombre si tenía que hacerlo.

Sí, lo haría. Él haría lo que tenía que hacer con el fin de mantener a Gohn seguro, incluso matar.

El cazador rodó por debajo del oso, sacó un gran cuchillo de caza de la vaina, y se enfrentó a Gohn. Seongoon cerró los ojos y disparó. Cuando abrió los ojos, vio que había fallado. No había nada de sangre en el cazador. El cuchillo de caza no estaba y el oso había desgarrado la garganta del cazador.

Seongoon dejó caer el rifle, retrocedió, temblando y sudando mientras miraba hacia abajo al cazador muerto. A pesar de que no había matado al tipo había sido participe en su muerte, la realidad de la situación entera le hundió, y Seongoon sintió que sus rodillas se debilitaban.

Gohn cambió y lo agarró antes de que Seongoon cayera. Su compañero tenía sangre en el pecho, la mandíbula, y un rasguño en la mejilla. Esta no había sido la primera muerte de la que Seongoon había sido testigo, pero nunca era fácil. Nunca.

-Te tengo, cariño.

-Wang Hao -Seongoon dijo mientras mantenía la bilis en la parte posterior de la garganta. -Estaba en la casa.

 

Gohn balanceó su cabeza alrededor, mirando hacia la casa. Sus ojos se redujeron, y sus labios se mantuvieron estables. En un movimiento fluido, recogió a Seongoon en sus brazos y lo llevó de vuelta. Seongoon no protestó. Necesitaba a apoyarse en la fuerza de Gohn. Necesitaba sentirse seguro después de lo que había sucedido

Antes de que lo aparecieran de nuevo al patio, Wang Hao apareció frente a ellos. El tipo era una hiena y se ocupaba de las drogas, pero nadie podía negar el aire sofisticado que emanaba del hombre.

- ¿Qué demonios haces aquí? -Preguntó Gohn. Se puso en pie con Seongoon y lo empujó por detrás de su espalda. Seongoon fue sin protestar.

-No voy a mentir, oso -dijo Wang Hao mientras su mirada se posaba en Seongoon. -Quiero al omega para mí.

-¿Entonces, tú enviaste a un cazador detrás de él? -Gohn sonaba como si estuviera a dos segundos de cambiar y desgarrar la garganta de Wang Hao.

-No -Wang Hao negó con la cabeza. -Envié al Cazador aquí para que pudiera matarte. Necesitaba ser detenido.

-  ¿Y no me podías avisar de tu plan? -Preguntó Gohn.

El hombre se encogió de hombros. -El cazador está muerto, y ambos siguen vivos. Era una situación de ganar-ganar.

Gohn saltó hacia Wang Hao, y no había ninguna duda de lo Gohn planeaba hacer, pero antes de que Gohn pudiera llegar al hombre, media docena de shifter hiena salió del bosque.

-Gohn. -Seongoon se adelantó y agarró el brazo de su compañero. Si Gohn atacaba, los otros dañarían a su compañero.

-Detente, por favor.

-Escucha a tu pequeño lobo -dijo Wang Hao. -No puedo controlar a mis hombres si intentas hacerme daño.

Gohn se detuvo, pero la expresión de su cara dijo que lo mataría de todas formas. -Acércate a mi compañero de nuevo y tú y tus hombres serán enterrados donde nadie pueda verlos.

El lado de la boca de Wang Hao se movió. -El ha demostrado ser un activo valioso para mí -dijo el hombre. Se metió las manos en los bolsillos delanteros con tanta indiferencia que Seongoon habría pensado que estaban hablando como amigos. -Pero no estoy buscando iniciar una guerra.

Gohn entrecerró los ojos, y cuando habló, su voz era profunda y amenazante. -Tú y yo sabemos que un día vamos a enfrentarnos uno contra el otro, y moriremos unos u otros.

Wang Hao movió la cabeza ligeramente. -Ya he llegado a esa conclusión. Pero hasta entonces, te ofrezco mi despedida.

Seongoon no respiró otra vez hasta que los hombres desaparecieron. Gohn quedó allí por un largo momento, su rabia era tangible. La amenaza de la hiena pesaba en el aire.

-Voy a mudarme contigo -dijo Seongoon. Entre vampiros, cazadores y hienas, ya no se sentía seguro viviendo por su cuenta. Seongoon no quería que le arrebataran su libertad, pero no había manera de que fuera capaz de defenderse a sí mismo, si aparecía otra amenaza.

 

 

Gohn se volvió, y había una mirada en sus ojos que Seongoon no pudo descifrar. Pasó una mano por la mejilla de Seongoon. - ¿Estás bien?

 

-¿Por qué, porque dispare un rifle y fallé?

Gohn asintió. -No es fácil quitar una vida, pero estabas dispuesto a hacer eso con el fin de defenderme.

El orgullo en los ojos de Gohn hizo que el cuerpo de Seongoon se calentara cuando se sintió a sí mismo sonriendo. -Pero fallé, ¿recuerdas?

Con una risa profunda, Gohn agarró la mano de Seongoon y tiró de él hacia el patio. - ¿Y tu trabajo?

-No me lo estas poniendo fácil -dijo Seongoon cuando entraron en la casa. -¿Qué se supone que debo hacer, sentarme alrededor de la casa todo el día?

Eso sería volverlo completamente loco. Seongoon temía ser puesto en una jaula de oro, y lo que Gohn haría exactamente eso.

-Trabaja en el taller -sugirió Gohn. -Andy lo hace, pero estoy seguro de que no le importaría un descanso si los dos trabajaran días alternos.

-Vamos a hablar de ello -dijo Seongoon. -Ya yo estaba de acuerdo en eso. Vamos poco a poco.

 

-Por ti -dijo Gohn mientras tiraba a Seongoon en sus brazos,

-Me tomo las cosas de cualquier manera que sea, con tal de que no estés en peligro.

Seongoon finalmente vio eso. Gohn estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para hacer feliz la vida de Seongoon, y Seongoon haría lo mismo. Había encontrado a alguien que quería que extendiera sus alas, con tal de que no se metiera en problemas.

-Sabía que eras un gran blandengue -bromeó Seongoon.

-Sólo para ti, cariño. Solo para ti.

* * * *

- ¿Qué has descubierto? -Preguntó Jongin por teléfono.

-He buscado en la ciudad, pero por lo que puedo decir, sólo había un cazador. Uno de los osos lo mató.

Siwon todavía no sabía qué había pasado con el sobrino del cazador, y los hombres Remus no habían dicho nada. Todo lo que Siwon sabía era que el chico había desaparecido. Siwon había querido interrogar al ser humano por la amenaza de los cazadores en Sugar Creek, pero Dong Wan le había asegurado que había interrogado a fondo y Yi Bo no dijo ninguna mención de cualquier otro cazador en la zona.

-Regresa -dijo Jongin. -Hee Chul me está volviendo loco. Él y Luhan siguen tratando de escapar. Es necesario poner una correa a tu pareja.

Siwon se río entre dientes. -No, me gusta Hee Chul de cualquier forma.

 

No podría haber habido ningún signo de cazadores adicionales, pero Siwon tenía la sensación de que todavía estaban alrededor, siendo fuertes en números, y quedándose en la oscuridad no iba a durar mucho más tiempo. Fue un instinto, y su instinto no se había equivocado nunca.

-Estoy en camino -dijo antes de colgar. Dio las gracias a su amigo por su ayuda y luego se dirigió de nuevo a Villa Kim.

 

 FIN

Notas finales:

a continuacion....

 

101.  Nakta (04) - Hermanos Remus


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