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102. Kidoh (05) por dayanstyle

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- ¡Tengo que ayudar a Kidoh! - Yano trató de salir por la puerta principal, pero Nakta le cerró el paso. El tipo era demasiado grande para luchar, y con apenas una sola mano, el shifter oso le mantenía inmóvil.

- Lo mejor que puedes hacer es dejar que Kidoh maneje esto

- dijo Nakta- Ha estado en peores situaciones y él mismo salió de ellas.

Cuando Naktalo soltó, Yano se paseó por el salón. Esto era una locura. Kidoh no debía ser arrestado por matar a esas malditas hienas. Pero él había visto a su compañero limpiando las evidencias y los otros hermanos se habían llevado los cuerpos. Los policías no tenían nada contra Kidoh, y Yano necesitaba calmarse.

Había escondido el arma. La sangre había desaparecido. Los cuerpos se habían ido. Ese corazón repugnante estaba en el triturador de basura. Yano nunca volvería a usarlo de nuevo.

- Necesito un poco de aire. - Yano se dirigió hacia la cocina. Hoojoon se unió a él cuando los dos salieron al porche trasero. Le sorprendió que Hoojoon no le impidiera salir al exterior.

- En serio - dijo Hoojoon- Kidoh va a estar bien. Si pensara que estaba en un verdadero problema, estaría ahí fuera en un instante.

 

 

Yano se mordió la uña del pulgar mientras miraba hacia el camino de entrada. El coche de policía estaba más abajo en la calle, por lo que era imposible para Yano ver lo que estaba pasando.

- Todo esto es culpa mía.

- No - dijo Hoojoon, mientras sacudía la cabeza- Esto es culpa de Kang Hyun. ¿Cómo eres responsable del comportamiento de un capullo?

Lo que decía Hoojoon tenía sentido, y era la verdad, pero Yano no podía dejar de sentirse responsable. Si no hubiera ido a ese club en primer lugar, no se habría topado con Kang Hyun.

- Eres de la familia - dijo Hoojoon- No importa lo que pasó o cómo sucedió. Nos ocupamos de los nuestros. - El shifter oso dio al hombro de Yano un ligero apretón- Tus problemas son nuestros problemas, y vamos a tratar con ellos.

Yano no estaba seguro de qué pensar. Nunca había tenido a nadie defendiéndole, y ahora tenía un clan de osos apoyándolo. Se sentía extraño y maravilloso, y maldita sea, no iba a llorar.

- Gracias.

Yano se sacudió cuando Kidoh subió por el camino de entrada, un profundo ceño en su cara mientras murmuraba por lo bajo. Miró hacia atrás por el camino y levantó el dedo medio antes de cruzar el césped y entrar en el porche.

- ¿Estás bien? - Kidoh tiró a Yano en sus brazos.

 

- Yo no era el que estaba siendo intimidado por la policía - dijo Yano. Se abrazó fuertemente a Kidoh, sorprendido de que estuviera preocupado por él y no por sí mismo- ¿Está todo bien?

- Los policías no suelen joder con nosotros de esa manera. Hay una gran cantidad de no humanos en el distrito, pero esos dos eran nuevos, y creo que un poco demasiado entusiastas.

Hoojoon rio. - ¿Tratando de utilizarte como ejemplo?

- Más como tratando de hacerse un nombre por haber detenido a un Remus. - Kidoh dio un beso en la sien de Yano- Un infierno de manera de terminar nuestra noche, ¿eh?

Yano pensó en el sexo que habían tenido arriba y sintió que sus mejillas se calentaban. La risa de Hoojoon se profundizó, como si supiera exactamente lo que Yano estaba pensando.

- Te dije que estaría bien - dijo Hoojoon mientras regresaba a la casa.

- Ah, gatito, ¿estabas preocupado por mí? - Bromeó Kidoh.

- Quizá ligeramente inquieto - mintió Yano.

Kidoh sonrió. - Compraré eso. ¿Por qué no me llevas arriba, me desnudas, y te aseguras de que no dejaron ningún moretón?

Yano le dio a Kidoh una mirada que decía que sabía exactamente lo que el hombre estaba tramando. - Dudo mucho que te golpearan.

- Aun así, ¿quieres comprobar?

Con una amplia sonrisa, Yano agarró la mano de Kidoh y lo llevó arriba.

 

* * * *

Yano se despertó con una tormenta aullando fuera de la ventana y un cuerpo duro y cálido presionado en su espalda. Todavía le sorprendía sentir a Kidoh acurrucándose a su alrededor. Yano siempre había dormido solo. Incluso si llevaba a alguien a casa desde el club, después del sexo, los echaba.

- Vuelve a dormir. - La voz de Kidoh fue amortiguada por el cabello de Yano- Todavía está oscuro fuera.

- ¿Cómo lo sabes? - preguntó Yano- Tu cara está metida en mi cabeza.

Los brazos de Kidoh se apretaron a su alrededor antes de que su compañero acercara a Yano. Yano trató de volver a dormir, pero él simplemente se quedó allí con mil pensamientos azotándolo tan fuerte como la lluvia golpeaba la ventana. Yano pensó en sus padres, en Kang Hyun, en su adicción, en Kidoh, y en un montón de otras cosas que eran menos importantes, como su correo acumulándose y por qué su vecino al otro lado del pasillo siempre contaba hasta tres antes de abrir su puerta.

- Huelo las ruedas en movimiento.

 

- No lo haces. - Yano se movió un poco cuando el chapoteo de los neumáticos contra la carretera mojada le dijo que pasaba un coche- ¿Cómo sabías que estaba despierto?

 

- De sueño ligero.

Sintió el cuerpo caliente de su compañero encendiéndose contra Yano, pero el sexo no era lo que necesitaba en ese momento. Lo que necesitaba era el fuerte brazo envuelto sobre su abdomen, la sensación de Kidoh tan cerca, el olor masculino que siempre rodeaba a Kidoh, y el ritmo constante del corazón de su compañero que Yano sintió golpeando contra su espalda. Esas cosas le ataban a tierra mientras la tormenta rugía en el exterior, y dentro de él.

- Sólo pensaba en la tormenta afuera. - Todavía estaba demasiado oscuro para que Yano pudiera ver algo excepto la ventana mojada y un ocasional relámpago. Siempre había amado las tormentas. La mayoría de la gente disfrutaba de los días brillantes y soleados. Dale a Yano un cielo nublado y clima fresco y él era un hombre feliz. Por eso el otoño era su estación favorita.

- No te preocupes, gatito - murmuró Kidoh- No creo que la casa vaya a volar de nuevo.

- Un árbol puede caer en el techo.

- Y un avión podría caer del cielo. Las posibilidades son escasas para ambos.

 

Yano suspiro mientras trataba de volver a dormir. Su pecho se sentía constreñido, y su corazón comenzó a latir un poco demasiado rápido. Su boca se secó, y el dolor se centró en su estómago.

- ¿Bebé?

- ¿Sí? - Yano soltó aire lentamente.

- Está bien. - Kidoh volvió a Yano y lo atrajo hacia él. Yano inhaló el aroma de su compañero y enterró el rostro en su cuello. El impulso por el Paradise no era tan fuerte como lo había sido cuando había huido y corrió hacia la casa de Arnie, pero todavía estaba allí, obsesionando a Yano, haciéndole sudar mientras temblaba en los brazos de Kidoh.

- Tienes esto, bebé - Kidoh besó la sien- Estoy aquí para ti.

Si Yano hubiera podido incrustarse en Kidoh, lo habría hecho. - Mi padre me dijo una vez que la única carrera en la que sería bueno era siendo un stripper o una compañante.

Kidoh se puso rígido. - ¿Dijo que?

- Él siempre empujó a A-Tom, intentó preparar a mi hermano para hacerse cargo del negocio. Pero yo lo había abandonado hace mucho tiempo. Nos enfrentó a A-Tom y a mí el uno contra el otro todo el tiempo, y utilizó su amor como palanca contra nosotros.

- Yano pensó en su padre, y la ira ardió dentro de él- Aunque dudo que alguna vez me haya amado de verdad.

- ¿Qué hay de tu madre?

- Si no le beneficiaba de alguna manera, no le importaba. Lo único que le preocupaba era su almuerzo del domingo, ser una socialite, y su imagen. Si quieres mi opinión creo que ella se quedó embarazada por accidente y tuvo que lidiar con las consecuencias como si hubiera contraído una enfermedad que altera la vida en lugar de tener dos gatitos.

- Que me jodan - dijo Kidoh- Ni siquiera estoy seguro de qué decir a eso. Mis padres son geniales, aunque durante algún tiempo mi padre tuvo un problema con el abuso del alcohol. Luchó para conseguir estar sobrio y se ha mantenido limpio desde entonces.

A pesar de que no desearía una adicción a nadie, saber que Kidoh ya había estado cerca de alguien que luchó contra una,de alguna manera tranquilizó a Yano.

- Quiero que los conozcas - dijo Kidoh.

- ¿A tus padres? - Yano nunca habían sido presentado a los padres de nadie antes. Nadie se había quedado el tiempo suficiente para que eso sucediera. Corrección, nunca había permitido a nadie quedarse el tiempo suficiente.

- Sí. Mamá es un poco romántica, y a mi padre le encanta trabajar con las manos. Son realmente buena gente, y creo que te beneficiaría estar con mi padre.

 

- Um, está bien. - Yano no quería hablar con Xiumin porque no conocía al hombre. Xiumin era sólo un desconocido que había aparecido y trató de inmiscuirse. El padre de Kidoh era familia, aunque Yano no descartó completamente a Xiumin. Sabía que tenía buenas intenciones, pero Yano no estaba preparado para ese  tipo de intervención, aunque Xiumin y Chen todavía estaban en la casa. El hombre era determinado. Eso era seguro.

- Tengo sed. - Yano trató de apartarse de Kidoh, pero Kidoh le mantenía clavado en su cuerpo caliente.

- ¿Qué tal si bajamos, bebemos algo y luego nos dirigimos al taller? - Kidoh liberó a Yano y se incorporó. La mirada de Yano viajó desde el pelo revuelto por la cama hasta la cintura estrecha de Kidoh. Tenía una fuerte y musculosa espalda y una agradable hinchazón en los bíceps. Poniéndose de rodillas, Yano le abrazó por la espalda, acariciando con la mejilla el hombro de Kidoh.

- Te amo, Kidoh.

Kidoh alcanzó atrás y apretó la cadera de Yano. - Yo también, gatito.

Se vistieron y bajaron las escaleras. Yano tomó un vaso grande de jugo de naranja. Kidoh se conformó con una botella de agua. La lluvia no había cesado, por lo que corrieron a través del patio trasero y por una puerta a la parte trasera del taller.

Entraron en una oficina, y luego Kidoh lo llevó a la zona en la que trabajaban en los coches.

- Wow. - Yano echó un vistazo alrededor del lugar. Había tres coches en el taller. Uno estaba recién pintado de un color azul brillante. Otro tenía logotipos de una panadería en las puertas, y el tercero era un SUV púrpura con llamas amarillas y anaranjadas corriendo sobre el capó y por los laterales.

- Mira esto. - Kidoh sacó algo del carro de herramientas junto al coche púrpura y pulsó un botón. La parte trasera se levantó, y dos barras se deslizaron desde cada lado del SUV. Yano observó con asombro como un gran televisor de pantalla plana subió lentamente por las barras.

Yano rio. - ¿Alguien quería realmente que pusieras un televisor en su coche?

- Eso no es todo. - Kidoh abrió las puertas traseras, y había al menos tres altavoces en cada una- . Blaze es un genio cuando se trata de sistemas de sonido.

- ¿Cuánto cuesta hacer algo como esto? - Yano dio la vuelta al SUV, sorprendido por el trabajo realizado en el taller. Había oído que los hombres Remus trabajaban en los coches, pero nunca supo el alcance del trabajo que realizaban. No se limitaban a arreglar coches. Creaban obras maestras.

- Para ser honesto, no estoy seguro. Dong Wan y Sung Hak manejan la facturación. Sólo recibo el proyecto y luego lo entrego.

- Tienes habilidades - admitió Yano- Me gustaría tener habilidades comercializables.

Kidoh chocó hombros con Yano. Una sonrisa de niño salió a la superficie, y la sonrisa de Yano creció. - Podrías aprender.

- ¿Para hacer esto? - Yano agitó la mano hacia el SUV- Estás loco.

- Podrías trabajar junto a mí y averiguar en que eres bueno - dijo Kidoh.

 

- ¿Harías eso por mí? - Yano se apartó un mechón de pelo húmedo de la frente mientras miraba fijamente a Kidoh.

Deslizando el dorso de los nudillos sobre la mejilla de Yano, su compañero asintió con la cabeza. - Me gustaría hacer algo por ti, gatito.

Yano estaba impresionado. Su sentimiento de culpa por ir a ese club y enrollarse con Kang Hyun se desvaneció. Si no lo hubiera hecho, podría no haber conocido nunca a Kidoh, y su vida no habría cambiado para siempre.

Yano abrazó a Kidoh mientras se reía, verdaderamente feliz por primera vez en mucho tiempo. - Amaría eso.

Pasaron el resto de la madrugada trabajando en el SUV. Kidoh hizo las cosas importantes, mientras que Yano simplemente le pasó las herramientas que necesitaba. Aun así, se sentía bien usando las manos para ayudar a su compañero, y pasando tiempo juntos. A Yano incluso le encantó el hecho de que tenían todo el taller para ellos.

Para el momento en que todos los demás se presentaron, Yano se sentía realizado. Sí, claro, él solo acababa de entregar herramientas, pero todavía se sentía como si hubiera hecho algo productivo.

Se sentó en una silla y comenzó a dibujar un diseño para el Mazda aparcado fuera. El propietario quería algo mítico, y después de una hora de estar sentado él solo, Yano había dibujado una imagen que se le había metido en la cabeza. Kidoh no le había pedido que lo hiciera. Sólo había mencionado lo que el propietario estaba buscando y Yano había encontrado la libreta y los lápices en un contenedor cerca del reluciente coche azul.

Había dibujado en la escuela secundaria, y había sido realmente bueno en eso, pero había dejado que el talento se malgastara una vez que se graduó y perdió su camino en la vida. Se sentía muy bien volver a hacer algo que amaba.

- Maldita sea - dijo Dong Wan mientras estudiaba el trabajo que Yano había hecho- Tienes habilidades, enano.

Kidoh tomó la libreta y le dio la vuelta, mirando la página.

- ¿Por qué no me dijiste que podías dibujar?

- No preguntaste - dijo Yano. Se sentía avergonzado mientras los dos miraban su boceto. Nunca había dejado que nadie viera nada de lo que había dibujado antes. No desde la escuela secundaria, por lo menos.

- ¿Puedo usar esto? - preguntó Kidoh- Quiero mostrárselo al propietario y ver si le gusta.

- ¿Quieres usar mi dibujo? - Yano estaba aturdido.

- Te pagaría si decide usarlo - dijo Dong Wan.

- No necesito que me pagues.

- Sí, lo necesitas - dijo A-Tom cuando entró en la tienda- Nuestro padre nos cortó cuando le dije que se fuera al infierno.

Yano abrió mucho los ojos. No sabía eso, y cualquier persona normal se habría indignado. Pero en realidad, lo estaba esperando desde hace mucho tiempo. Su padre era un bastardo de corazón frío, y, eventualmente, el hombre se habría cansado de soportar a sus dos perezosos hijos.

Yano miró a Dong Wan. - Pensándolo bien, me quedo con el pago si se usa.

A-Tom miró con recelo a Yano. - ¿No estás enfadado?

- Asustado - admitió- Nunca he tenido que cuidar de mí mismo. - La idea le aterrorizaba, pero sabía que tenía a Kidoh en su esquina, y su compañero estaba decidido a no verle fracasar.

Además, Yano nunca había utilizado su fondo fiduciario, excepto para pagar sus gastos de apartamento y  cubrir   sus necesidades básicas. Claro, había comprado ropa, pero nunca había sido un gran derrochador. A Yano le gustaban las tiendas de segunda mano y las de antigüedades más que la ropa de diseñador y artículos de marca. Su madre pensaba que estaba loco. Ella compraba sólo en los mejores lugares. Incluso había comprado una pintura, una vez que costó más de cuarenta mil dólares. Había sido un lienzo en blanco con un toque de pintura azul. Yano nunca lo entendió.

 

- Me parece que necesito sacar mis cosas del apartamento - dijo Yano. Necesitaba su ropa, pero también necesitaba las pocas fotos que tenía de él y A-Tom cuando eran pequeños. Yano quería esas imágenes, a pesar de que él y A-Tom tenía una relación difícil.

 

- Puedo ayudarte - se ofreció A-Tom- Madre y Padre nos jodieron bastante mal. Quiero tratar de arreglar las cosas contigo.

- Estoy muy orgulloso de ti. - Se Hyuk abrazó a A-Tom.

- Deja de hacer eso. - A-Tom trató de apartar a Se Hyuk, pero Yano podía decir que su hermano amaba cada segundo de su compañero abrazándole. Los dos habían estado hambrientos de afecto, y ahora lo tenían con creces.

- Me gustaría eso, A-Tom - dijo Yano mientras veía a Kidoh sonreír- Me encantaría.

 

 

continuara....

Kidoh estaba sentado en la silla de su dormitorio sosteniendo a Yano. Mientras él dormía Kidoh echó un vistazo a su teléfono. Durante los últimos tres días el rastreador en el coche de Kang Hyun indicaba que había estado aparcado fuera del Super 8 en Kent. ¿Por qué Kang Hyun estaría allí tanto tiempo? Hoojoon había ido a comprobarlo, pero cada vez volvía diciendo que Kang Hyun no estaba allí.

Kidoh estaba empezando a creer que el rastreador era defectuoso.

Dejando el teléfono a un lado, Kidoh movió los dedos en una ligera caricia sobre el cabello de Yano. - ¿Puedes oírme?

Yano no se movió.

- Sé que lo que estás pasando no es tu culpa, y no te culpo. Sólo quiero que luches con esto, gatito. Necesito que lo combatas con todo lo que tienes. No voy a ninguna parte, Yano. Estoy aquí para ti. Por favor, deja que te ayude.

Una sola lágrima se deslizó por la mejilla de Yano. Su compañero había estado escuchando. Kidoh le acercó aún más.

- Estoy aquí, y voy a sostenerte de la mano todo el camino si me necesitas.

 

 

 

Yano se levantó del regazo de Kidoh y echó los brazos alrededor de su cuello. - Te necesito.

- Lo que sea. - Kidoh apretó un lado de su cabeza contra la de Yano- Cualquier cosa que necesites, gatito.

El corazón de Kidoh comenzó a golpear cuando Yano pasó los labios sobre su cuello. - Te necesito a ti, Kidoh. Eso es lo que necesito ahora mismo. Sólo sentirme amado.

Maldición si el corazón del Kidoh no dolía por Yano. Pasó la mano arriba y abajo por la espalda de su compañero, pero pronto descubrió que la comodidad que estaba tratando de darle a Yano no era de lo que su compañero estaba hablando. Sus labios se deslizaron sobre el cuello de Kidoh, enviando escalofríos por todo su cuerpo.

Los ojos de Kidoh se cerraron con las sensaciones. La tentación de tomar a Yano era un dolor físico, pero se encontraba en una encrucijada. ¿Debería detener a su compañero? Yano necesitaba concentrarse en su recuperación, y Kidoh no estaba seguro de que la solución fuera el sexo. Por otra parte, ¿por qué no dejar que Yano olvidara el caos de su vida, aunque fuera por un corto período de tiempo?

Yano le besó sin previo aviso. Se levantó, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Kidoh, y se hundió en él como si Kidoh fuera su salvavidas.

 

 

Kidoh gimió, tomándose su tiempo con esos labios, llenos y masticables. ¿Cómo podía negar a Yano cuando su compañero lo necesitaba tan mal? Kidoh deslizó los brazos alrededor de  la cintura de Yano, acercándolo más mientras sus lenguas se batieron en duelo.

Lo mató alejarse, pero lo hizo. Jadeó pesadamente para respirar mientras trataba de calmar sus hormonas en ebullición. Dios, cómo quería hacer el amor con Yano, pero las cosas necesitaban reducir la velocidad. - ¿Estás seguro de que esto es lo que…?

Con un pequeño gruñido, Yano empujó la camisa de Kidoh y chupó uno de sus pezones. Kidoh siseo entre dientes, olvidando lo que estaba a punto de preguntar mientras Yano se deslizó hasta la mitad de su regazo, sus manos deslizándose sobre el estómago y el pecho de Kidoh.

Los ojos de Kidoh se abrieron ligeramente cuando Yano comenzó a hacer pequeños ruidos de ronroneo. Joder, era sexy.

- Está bien - dijo Kidoh entre dientes- Yano, necesitamos…

Yano mordió el pezón de Kidoh. Kidoh dejó escapar un gemido largo y torturado. ¿Cómo se suponía que iba a pensar cuando su compañero le estaba torturando?

- Tienes que dejarme pensar, gatito.

 

 

Yano lo miró con esos seductores ojos verdes, y Kidoh sintió como si no pudiera respirar. - No quiero pensar. Ya he pensado lo suficiente. Todo lo que quiero hacer ahora es sentir.

Su respiración se detuvo cuando Yano desabrochó los pantalones de Kidoh. Él levantó sus caderas mientras Yano deslizaba los vaqueros por sus piernas. Su erección saltó libre, golpeándole en el vientre.

Jesús, Joder. Kidoh se quedó sin aliento mientras Yano lamía la hendidura de la cabeza, y luego su lengua se deslizaba arriba y abajo por los lados de su polla. Kidoh siseo mientras parpadeaba un par de veces. Una de sus manos mantuvo la camisa levantada. La otra agarró sus bolas y tiró del saco.

Quisiera o no retrasar las cosas, no había forma de que Kidoh detuviera a Yano. El hombre se había puesto de rodillas y estaba encajado entre las piernas de Kidoh, dándole un placer increíble.

Un gruñido vibró en el pecho de Kidoh. - Joder, gatito. Eso es, chupa mi polla.

Los lados de la boca de Yano se contrajeron, y Kidoh podía decir que su compañero quería sonreír. Oh, mierda. Lo que le hacía a Kidoh. Su compañero quería que hablara sucio. Estaba a bordo con eso. No había forma de que Kidoh detuviera absolutamente nada.

- ¿Necesitas que te folle, gatito? - Kidoh tiró de su saco mientras pellizcaba uno de sus pezones.

 

 

 

Yano le miró, con la boca llena de la polla de Kidoh. Los ojos de su compañero estaban entrecerrados cuando se retiró y deslizó la lengua por toda la longitud de la polla de Kidoh, girándola sobre la rendija. Kidoh casi soltó su carga. Sus bolas se agarrotaron mientras su polla latía con más fuerza.

- Eres un poco zorra. - Kidoh apretó la base con un fuerte agarre para evitar correrse. - Desnúdate y entra en mi cama.

Kidoh se quitó los zapatos y luego deslizó los vaqueros el resto del camino antes de tirar de la camisa por la cabeza. Todo el tiempo mientras se desnudaba, su mirada se centró en Yano quitándose los pantalones cortos y la camiseta. Había visto a su compañero desnudo antes, pero maldición. Su cuerpo seguía siendo una maldita obra de arte, y Kidoh quería adorar cada pulgada de piel expuesta.

Una vez que los dos estaban desnudos, Kidoh agarró a Yano y levantó a su compañero hasta que Yano envolvió sus ágiles piernas alrededor de la cintura de Kidoh.

- En la silla - dijo Yano sin aliento- Quiero montarte, Kidoh.

Una petición que Kidoh no tenía ningún problema en cumplir. Agarró el lubricante de la mesita de noche, se volvió, y se sentó con Yano a horcajadas sobre su regazo. Sus pollas se cepillaron juntas, y Yano respiro profundamente mientras se estremecía. Al mirar hacia abajo, soltó una risa suave.

 

 

- ¿De qué te estás riendo, gatito? - Kidoh enganchó la parte posterior del cuello de Yano y trajo al hombre más cerca.

- Mira.

Kidoh bajó la mirada. Todavía no veía que era tan gracioso. Lo que vio fue algo absolutamente hermoso. Sus pollas se tocaban, las dos con fugas de líquido transparente, ambas cabezas con un profundo, rubor ciruela. - ¿Qué?

- ¿Dices que no ves la diferencia? - preguntó Yano- Parece que un gusano y una pitón están besándose.

Una profunda risa retumbó en el pecho de Kidoh. - La mierda que dices.

Yano se echó a reír, y Kidoh sólo podía contemplar la vista y el sonido. Era impresionante. El sonido hizo triplicar el ritmo a su corazón, expandiéndose a medida que la emoción le embargaba.

- Eres hermoso, gatito. - Kidoh presiono un pequeño beso en el cuello de Yano- Tu sonrisa es lo más increíble que he visto en  mi vida.

Una tonalidad rosada apareció sobre las mejillas de Yano. Miró hacia otro lado, pero su mirada parpadeó de nuevo hacia Kidoh.

- ¿Lo dices en serio?

- ¿Nadie te lo ha dicho nunca? - Kidoh lo encontró difícil de creer. Yano era impresionante. No había forma de que su sonrisa nunca hubiera sido elogiada antes.

 

 

 

Yano frunció el ceño. - He oído cosas como ‘Conseguiste labios chupa-pollas’ o ‘Lo que esa boca puede hacer' y 'apuesto a que puedes aspirar el cromo de un tirón' pero no, nunca he recibido un cumplido sólo por mi sonrisa.

Kidoh casi se ahoga con lo que dijo Yano. - Dios, dime que los tipos realmente no te han dicho esa mierda.

- Has estado en los clubes gay, ¿verdad? - preguntó  Yano- No tengo idea de lo que la gente dice o hace en los clubes rectos, pero por alguna razón, los hombres gays creen que es lindo cuando dicen esas cosas.

Kidoh habría eliminado los dientes de alguien por decirle sólo una de esas cosas. - Wow, realmente necesitas encontrar mejores personas para pasar el rato.

- ¿Eso crees? - Yano puso los ojos en blanco- Tomo las peores decisiones en mi vida. Tener que rescatarme es una prueba de ello. Y... - Yano apartó la mirada, pero Kidoh sabía lo que habría dicho si hubiera terminado de hablar. Y su problema con las drogas era una prueba también.

Kidoh pasó el dedo bajo la barbilla de Yano e hizo que su compañero lo mirara. - Estoy aquí para asegurarme de que no tomes ese tipo de decisiones nunca más.

La mirada de Yano cayó. - ¿Cómo puedes quererme?

 

 

 

- ¿Cómo no? - preguntó Kidoh mientras tomaba la mano de Yano en la suya- Tus problemas no definen quién eres, gatito. Son sólo otro capítulo en tu vida, pero eso es todo. Lo que eres esta justo ahí. - Kidoh dio un golpecito en el pecho de Yano- Trataremos con Kang Hyun y también con tu adicción. Son sólo pequeños obstáculos en el largo camino que tienes por delante, y  ese largo camino puede cambiar de rumbo en cualquier momento, gatito.

- No se siente así - dijo Yano.

- Lo sé, pero las cosas mejoraran, y la vida en realidad es bastante agradable.

Una sonrisa maliciosa cruzó el rostro de Yano mientras miraba hacia abajo entre ellos. - ¿Cómo de agradable?

- Ponme duro otra vez y te lo mostrare - dijo Kidoh.

- Me haces querer amarte - dijo Yano mientras deslizaba las palmas de las manos sobre el pecho de Kidoh, descansando una sobre el corazón- Nunca he amado a nadie antes, excepto a la familia, y la mía esta tan jodida como una familia puede estarlo.

Kidoh fue tomado por sorpresa por la declaración de Yano.

- Serías tan fácil de amar - confesó Kidoh- Ya estoy en camino. Sigue sonriendo y riendo, y va a ser un hecho.

Yano se rio entre dientes. - Y sé lo que quieres decir.

 

 

 

- ¿Y tú? - Kidoh rozó los labios sobre la mandíbula de Yano- ¿Sabes lo que haría por ti, Yano? ¿Sabes lo profundo que sería mi amor por ti? Yo haría lo que fuera necesario para mantenerte a salvo y feliz.

Yano se estremeció. - ¿Sabes cuánto tiempo he esperado oír a alguien decirme eso?

- Estoy diciéndolo. - Kidoh sacó el lubricante de donde lo había escondido, a su lado. Mojando la mano, agarró la polla de Yano y comenzó a acariciar el duro eje- Y voy a decírtelo cada mañana que me despierte junto a tu hermoso rostro, cada vez que te de un beso de buenas noches, y voy a recordar lo mucho que significas para mí cada segundo de cada día.

Los brazos de Yano se apretaron alrededor del cuello de Kidoh mientras se inclinaba, sus labios separándose mientras sus párpados se cerraban. Siseó, meciéndose en la mano de Kidoh.

- Creo que ya estoy allí.

- Eso fue rápido.

- No - Yano sacudió la cabeza mientras sus ojos se abrieron sólo una fracción- Creo que ya te amo.

- Sí. - Kidoh asintió con un ligero movimiento de cabeza- Creo que ya estoy allí, también.

- Dilo - dijo Yano con desesperación- Dímelo, pero sólo si lo dices en serio.

 

 

 

Kidoh agarró la nuca de Yano, presionando sus frentes juntas para poder mirar los magníficos ojos verdes de su pareja.

- Te amo, Yano Kim.

Un pequeño gemido escapó Yano. Se abrazó con tanta fuerza que Kidoh apenas podía respirar. - Te amo, también, Kidoh.

Cuando Yano se echó hacia atrás, besó a Kidoh con tal ferocidad que Kidoh luchó por respirar. Agarró ambas pollas y comenzó a bombear el puño. Con la otra mano, hizo malabares tratando de mojar sus dedos con el lubricante. No fue fácil, pero lo consiguió.

Tirando de Yano ligeramente hacia arriba, Kidoh giró los dedos alrededor de los músculos tensos, deslizándolos hacia atrás y hacia delante antes de hundir dos de ellos en el interior de Yano.

Yano rompió el beso y siseó.

- Jode mis dedos, cariño.

Yano se balanceó arriba y abajo y luego giró sus caderas. Kidoh soltó sus pollas y agarró el lado de Yano mientras empujaba los dedos más profundamente.

- Por favor - susurró Yano en el oído de Kidoh- Jódeme.

Necesito sentirte dentro de mí.

Kidoh lubricó su polla y luego sostuvo la base. Yano levantó las caderas. Se relajó estremeciéndose mientras Kidoh le empalaba.

 

 

 

 

Kidoh llevó la mano a la mejilla de Yano, para hacer que se volviera y le mirara. Sus miradas se encontraron mientras el cuerpo de Yano le daba la bienvenida con calor abrasador y una tirantez resbaladiza. Kidoh comenzó a moverse dentro de Yano una vez que su polla estuvo completamente enterrada, poco a poco, tirando casi por completo hacia fuera y después empujando hacia adentro.

La cabeza de Yano cayó al costado mientras Kidoh pasaba los labios por el cuello de su compañero. Sus manos sostenían las caderas del hombre, sus dedos se curvaban y se desenrollaban antes de que una mano se extendiera por la espalda de Yano.

Todavía sorprendía a Kidoh haber encontrado a su compañero, que el hombre estaba justo allí, en sus brazos. El hecho de que Yano había llegado con equipaje no detuvo a Kidoh de quererle, de amar a Yano. Todo se sentía tan apresurado, sin embargo, era como si Kidoh finalmente estuviera completo cuando Yano entró en su vida.

Sonrió cuando Yano comenzó a ronronear. - Me encanta ese sonido.

Yano se balanceó hacia delante y hacia atrás, introduciendo la polla de Kidoh más profundamente en su cuerpo, sonriendo de una manera que tenía el estómago de Kidoh apretado y caliente. - Es automático.

- No importa - dijo Kidoh mientras enterraba su rostro en el cabello de Yano- Sigue haciendo el sonido.

 

 

- Lo hago si lo dices de nuevo.

- Te amo, Yano.

El hombre ronroneó mientras inclinaba la espalda, moviéndose más rápido en el eje de Kidoh. Incapaz de soportarlo más, Kidoh empujó hacia arriba, sus movimientos más rápidos y duros.

- ¡Sí! - Siseó Yano.

Kidoh sintió los dedos al rojo vivo moviéndose por su espalda ahora. El calor se envolvió alrededor de sus caderas cuando su  ritmo se aceleró. Kidoh extendió las nalgas de Yano, moviendo las caderas a la velocidad de la luz.

- Cerca. - Yano se humedeció los labios.

- Lo mismo. - Kidoh mordisqueó el hombro de Yano antes de hundir sus colmillos profundamente. Yano gritó cuando su cuerpo se sacudió alrededor. Kidoh tuvo que agarrarle más fuerte para mantenerlo en su lugar. Hundió su polla en el culo de Yano, lamiendo la herida hasta cerrarla, tomando una bocanada inestable de aire.

Segundos después, el culo de Yano pulsaba, apretando la polla de Kidoh, haciéndole casi imposible el movimiento. Introdujo su polla más profundamente en Yano antes de que su liberación le hiciera pedazos. Kidoh maldijo y gruñó mientras su semen llenaba a su compañero.

 

 

 

Yano se derrumbó contra él luchando por respirar, y luego acarició el cuello sudoroso de Kidoh. Sus brazos se deslizaron por los hombros de Kidoh, abrazándolo con fuerza. Kidoh podría vivir con eso. Era una criatura táctil, y Yano parecía ansiar tocarlo.

Sentía a Yano sonreír contra su piel. - ¿Contento?

- Como un gatito con un cuenco de leche - dijo Yano con una ligera risita- ¿Tú?

Antes de que Kidoh pudiera responder a su compañero, oyó gritos en el piso de abajo.

- Mierda. - Kidoh apartó a Yano de su polla ablandada. Ambos gimieron por un segundo, y luego estaban luchando por su ropa- Quiero que te quedes aquí.

Yano asintió pero aun así se vistió.

Kidoh salió corriendo de la habitación y voló por las escaleras. Iba a matar a quienquiera que hubiera causado el alboroto. Kidoh había planeado acurrucarse en la silla con Yano, disfrutando de sus caricias post-coito.

Tropezó en la cocina y salió por la puerta de atrás justo cuando Dong Wan agarró a un desconocido por la garganta y dio un puñetazo en la cara del tipo.

Kidoh olió a hiena instantáneamente.

 

 

Estaba tan enfermo y cansado de esta mierda. Tenían que sacar de su miseria a Kang Hyun y sus perros. Se dio la vuelta para ver a tres hombres más que se dirigían hacia la entrada.

Nakta salió por la puerta de atrás, gruñendo mientras saltaba desde el porche para aterrizar al lado de Kidoh. Kidoh corrió hacia una de las hienas y fue lanzado contra el costado de la casa.

Un poco aturdido, empujó hacia adelante y dio un puñetazo en la tripa del bastardo. El tipo se dobló por la mitad y otro shifter hiena atacó a Kidoh.

Sung Hak vino de la parte delantera de la casa y agarró al hombre por la parte de atrás de la camisa, arrojándolo hacia el patio trasero.

- ¡Kidoh!

Kidoh levantó la vista para ver a Yano colgando por la ventana. Empezó a decirle a su compañero que volviera a entrar cuando Yano balanceó el arma de Kidoh.

- ¿Necesitas esto?

- Tíralo - gruñó Kidoh. Atrapó la pistola cuando la hiena que le había golpeado contra la casa se lanzó contra él. Aterrizó con fuerza sobre la espalda.

- Kang Hyun quiere su juguete de vuelta - dijo el hombre mientras trataba de envolver la mano alrededor de la garganta de

 

 

 

Kidoh. Kidoh apartó la mano y empujó la pistola bajo la barbilla del tipo.

 

- Dile a Kang Hyun que se vaya a la mierda. - Kidoh disparó. La hiena se echó hacia atrás y luego cayó al suelo. Joder, si alguien había oído el disparo iban a llamar a los policías.

Se volvió a tiempo para ver a Dong Wan cerrar de golpe sus garras en el pecho de la hiena contra la que peleaba. El tipo se murió.

Eran dos los cuerpos de los que tenían que deshacerse.

- No tan rápido - gruñó Nakta.

Kidoh echó un vistazo a su hermano para ver a Nakta romper el cuello de la hiena.

Eso hacía tres cuerpos.

El cuarto tipo arrastró el culo por el camino de entrada antes de saltar en un coche aparcado al otro lado de la calle y salir disparado.

- Metan a estos perros sarnosos en el taller - ordenó Dong Wan- Nakta, acerca el camión. Hay que deshacerse de los cuerpos antes de que aparezca la policía.

Si aparecía. Ellos vivían en el lado sur de Sugar Creek, un barrio peligroso, donde la policía rara vez aparecía. Lo más probable es que tuvieran una hora si la policía decidía aparecer.

 

 

 

Yano, Andy, Se Hyuk, A-Tom, Sang Do, y los otros hombres Remus salieron al porche de atrás.

- Vuelvan adentro - les ladró Dong Wan- No sé si esto es todo o si vienen más.

Kidoh se dirigió hacía el porche y le entregó el arma a Yano.

- Guarda esto en mi armario.

Yano la tomó sin una palabra y volvió a entrar.

Kidoh y sus hermanos arrastraron los cuerpos al taller. Nakta metió el camión en el interior, y los cuerpos fueron cargados en la parte posterior.

Dong Wan y Sung Hak subieron al camión. Kidoh volvió a abrir la puerta de la bahía y observó mientras se alejaban.

- Tengo que limpiar la sangre - dijo Kidoh. Cuando estuvo detrás de la casa, agarró la manguera y roció el lateral y el camino de entrada junto con la hierba donde había caído la víctima de Dong Wan.

- Qué mierda. - Hoojoon dio una patada al corazón que Dong Wan había arrancado del pecho de la hiena- No voy a tocar eso.

Kidoh volvió la manguera de agua al bulto caído. - Allí, ahora no hay sangre, coño. Deshazte de eso.

- Voy a buscar una bolsa y un par de guantes de látex- protestó Hoojoon mientras se movía hacia el porche.

 

 

 

 

- No te olvides de llevarte las pelotas contigo - provocó Kidoh a su hermano. Tan pronto como Kidoh apartó la manguera un coche de policía entró en su camino de entrada, con las luces intermitentes encendidas.

Estupendo. Por una vez no habían necesitado toda una vida para responder. Kidoh echó un vistazo al corazón y maldijo. Los policías se bajaron, con las armas levantadas.

Kidoh levantó las manos. - ¿Hay alguna razón para que me apunten con las armas?

Hoojoon salió por la puerta trasera, echó un vistazo a Kidoh, y maldijo. Su mirada se dirigió al corazón. Afortunadamente, el corazón estaba a un lado, donde los policías no podían ver a Hoojoon lanzándolo rápidamente en una bolsa y corriendo de regreso a la casa. Segundos después Kidoh escuchó el triturador de basura.

Tendría que conseguir uno nuevo. Eso era simplemente repugnante. Kidoh volvió a mirar a los policías gritándole para que se tumbara en el suelo.

Esta iba a ser una noche larga y frustrante.

 

* * * *

Kang Hyun gruñó mientras daba un puñetazo en el estómago de la hiena. - los envié a hacer una maldita cosa, y la jodieron.

 

 

- Nos superaban en número - jadeó la hiena- No fue culpa nuestra.

Agarrando un puñado de pelo del hombre, Kang Hyun tiró de la cabeza hacia atrás. - Sería mejor que hubieras muerto con los otros idiotas.

Los ojos del hombre se abrieron. - ¡No!

Lanzando a la hiena, Kang Hyun se volvió hacia uno de sus guardias. - Saca la basura.

Lo que significaba poner una bala en la cabeza del incompetente. Kang Hyun dio un puñetazo contra el escritorio, en plena ebullición. No debería ser tan difícil robar un gato pequeño, sin embargo, estaba rodeado de idiotas.

Bien, ya que la mano dura no había funcionado, Kang Hyun tendría que atraer a Yano fuera de la casa. Era una lástima que no pudiera utilizar a los padres. Como no habían muerto en un accidente de coche que Kang Hyun había orquestado, ahora estaban rodeados por demasiados guardaespaldas.

Una sonrisa apareció en los labios de Kang Hyun. Él sabía a quién iba a utilizar. Había un hombre al que los hermanos parecían muy aficionados. Kang Hyun chasqueó los dedos. Un guardia corpulento estaba a su lado al instante.

- Quiero que vayas a esta dirección y secuestres al chico.

- Kang Hyun escribió la dirección hacia abajo.

 

El guardia miró. - Conozco la dirección.

- Bueno, entonces sabes a qué persona quiero que me traigas. El tipo asintió. - Considérelo hecho.

- Es mejor que lo sea - dijo Kang Hyun con un gruñido- . Jode esto y voy a hacer que tu madre te dispare y luego acabar con tu puta familia. - Estaba cansado de idiotas ineptos.

El hombre tragó saliva cuando dio un paso atrás, se volvió y salió corriendo de la habitación.

 

continuara...

 


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