"¿Podrías ser más intimidante?" Peniel dijo bruscamente, cuando ponía a su zaterio en la cama. No le importaba lo que dijo nadie. Sung Jae era su compañero. Sentía la conexión profunda, y no había manera en el infierno que el ser humano no fuera otra cosa que el zaterio que había perdido hace mucho tiempo. Peniel no estaba seguro de cómo era posible, dónde su compañero había estado todo este tiempo o cómo había terminado en Villa Kim, pero sabía que Sung Jae era el mismo ser humano que había sido mordido en la sala de plantas.
"Yo no fui intimidante" dijo Nam Joon con un resoplido. "Pero era mentira. Dime que no olías el olor desagradable."
Él lo hizo, pero maldición, ¿Nam Joon tenía que verse tan jodidamente malo por ello? Sung Jae ya tenía miedo de su mente, y Peniel no culpó a su zaterio. Extraños se habían presentado en su apartamento, declarando todo tipo de cosas, ¿y el humano se supone que tiene que creer en ellos? Estaba contento de que su compañero era lo suficientemente inteligente como para cuestionar todo, pero al mismo tiempo, mató a Peniel que Sung Jae no le había creído.
El vacío en el pecho, con el que había vivido durante tanto tiempo, ya no estaba allí. El dolor de perder a su compañero había desaparecido. Nadie podía convencerlo de que Sung Jae no era de él, y tenía que sacar al hombre de allí. Hyung Won tenía razón. ¿Y si los perros volvían?
"Tengo el Hummer afuera. Nosotros podemos llevarlo de vuelta al castillo." Nam Joon se volvió para irse, pero miró por encima del hombro a Peniel. "Hasta que sepamos dónde él ha estado y por qué él estaba cambiando, quiero observarlo durante todo el día."
Peniel estaba tan curioso sobre el cuerpo de Sung Jae tratando de cambiar, y su instinto le decía que no le gustaría la respuesta. El ser humano había sido mordido por un perro del infierno y había sobrevivido. Ningún ser humano sobrevivió, así que no tenía idea de por qué la excepción.
"Voy a mantener un ojo sobre él."
Con un rápido movimiento de cabeza, Nam Joon salió. Peniel recogió algo de ropa y cosas higiene personal, así como la cartera y el teléfono de Sung Jae antes de cubrir con una manta a Sung Jae. Peniel arrojó la bolsa sobre su brazo y luego levantó su compañero de la cama. Cuando entró en la sala de estar, no se sorprendió al ver a media docena de bestias aladas de pie allí.
"Wow, por lo que es verdad" dijo Ray cuando su mirada se posó en Sung Jae. "De ninguna maldita manera" comentó Lumin.
"Ese es el primo de Suga," dijo Jin con el ceño fruncido. "Su familia pensó que estaba muerto. Él sólo se alejó una noche y nunca regresó.”
"Está de vuelta ahora," dijo Eddy con cautela en su voz. "La pregunta es, ¿dónde ha estado y como pudo sobrevivir al ataque?"
El amigo de Sung Jae corrió hacia la puerta y abrió los brazos, como para bloquear a cualquier persona de salir.
"No sé quiénes son ustedes, pero se no están llevando a Sung Jae lejos de aquí."
Fue Lumin que dio un paso adelante, gruñó, y señaló con el dedo al shifter. "Tienes cinco segundos para moverte, insignificante."
El shifter aulló cuando Lumin lo agarró del brazo. El sonido hizo que Lumin soltara su mano.
"Yo no iba a hacerte daño."
"Seguro como la mierda que me engañó." El hombre parecía al borde de las lágrimas. Sorprendió a Peniel y sacó su instinto de protección.
"Déjalo en paz" ladró a Lumin. Peniel miró al hombre. "¿Cuál es tu nombre?"
"J-Jerry."
"Empaca algunas cosas, Jerry. Vas a venir con nosotros".
"El infierno que lo harás." Nam Joon se volvió a Peniel. "¿Tú has perdido por completo tu mente? ¿Desde cuándo invitamos a no parejas a nuestra casa?"
Peniel no tenía tiempo para esto. Estaba ansioso por sacar a Sung Jae de allí y llevarlo a la seguridad de su dormitorio.
"Los perros lo han visto. ¿Vas a correr el riesgo de que vuelvan a encontrar a Jerry aquí?"
Nam Joon parecía francamente molesto.
"Está bien, pero estamos llevándolo a Changjo. No puede estar en el castillo."
"Oh no." Jerry negó con la cabeza, su cabello rubio en abanico alrededor de su cuello. "No me vas a dejar con un desconocido como si fuera una cita desechable para el baile."
Nam Joon dio un paso hacia Jerry, con los ojos entrecerrados y los labios adelgazados.
"Vas a ir, o te quedas aquí y tomas tus posibilidades con los perros del infierno."
"Mi baile apesta de todos modos," dijo Jerry rápidamente.
Peniel gruñó mientras salía del apartamento y se dirigió hacia abajo. No estaba seguro de si Sung Jae se enojaría porque su amigo había sido llevado a otro lugar. Las cosas iban a ser bastante malas cuando la pareja de Jin, Suga, viera a Sung Jae. Peniel se aseguraría de mantener a raya la reunión familiar durante el tiempo que sea posible.
Su zaterio muerto estaba vivo, entero, y aparentemente sano, y por eso, Peniel estaba eternamente agradecido.
Todo lo que sucedió después sería leve en comparación con el corazón de Peniel finalmente latiendo de nuevo.
En el corazón de Remtin, FeelDog y Rae Hwan entraron en un edificio en ruinas y subieron los escalones a la planta superior. Demonios menores se escabulleron cuando los dos se acercaron a la puerta marcada con los símbolos de fuego demoníaco que representaban Inati -un demonio de alto rango que no sólo era formidable, sino que era conocido por sus poderes de fuego.
Rea Hwan no estaba a la espera de su reunión. El rumor era que Inati había tratado de quemar los planos del cielo antes de ser lanzado en el abismo del infierno. Rea Hwan no estaba seguro de qué tan cierto era el rumor, pero él había tenido un encuentro con Inati antes, y aunque nunca lo admitiría, el demonio lo aterraba.
Después de llamar a la puerta, FeelDog y Rea Hwan esperaban.
"Entren." La voz era oscura, profunda y Rea Hwan juró que el suelo ligeramente se sacudió. Miró a FeelDog, quién lo miró, antes de que los dos entraran. El suelo de la habitación estaba chamuscado, así como las paredes y parte del techo. El demonio se puso de pie junto a la ventana, mirando en la calle de abajo.
"He encontrado al hombre que esperaba" declaró Rea Hwan. Todavía estaba tratando de averiguar cómo diablos había sucedido. El ser humano debería haber muerto de una muerte dolorosa cuando Rea Hwan le había mordido.
Girando, Inati miraba a Rea Hwan, como diciendo "manos a la obra".
"Está en Villa Kim y comenzó a pasar por la transformación."
El demonio gruñó mientras se movía hacia adelante, con las manos al instante estallando en llamas.
"¿Y tú vienes a mí con las manos vacías?"
Tan mal como Rea Hwan quería dar un paso atrás desde el bastardo, él se mantuvo firme. Su orgullo sin duda sería la muerte de él un día.
"Las bestias aladas de Zanthar interfirieron."
"¿Me veo en un estado de ánimo para excusas?" Las llamas fueron hacia fuera de la mano derecha de Inati, y se llevó todo de Rea Hwan no aullar de dolor cuando las llamas golpearon su brazo. El olor de la carne quemada llenó la habitación mientras las llamas lo cubrieron, dejando tras de sí nada más que carne quemada de Rea Hwan. "Tráeme a ese niño o sufre las consecuencias."
Rea Hwan no sabía por qué estaba tan interesado Inati en Sung Jae y honestamente no le importaba. Él sólo quería terminar este trabajo así podría limpiarse las manos del demonio idiota.
"Tú sabes que conseguir nuestras manos sobre Sung Jae apenas puede hacer que nos maten" dijo FeelDog ya que los dos salieron del edificio.
"Gracias, Capitán Obvio." La lucha contra las bestias aladas para obtener al humano no iba a ser un juego de niños. Eran adversarios formidables, y ninguna de las partes había ganado cada vez que salían unos contra otros en el pasado. Rea Hwan tendría que llegar a un infierno de plan con el fin de conseguir a Sung Jae lejos las bestias aladas.
"Necesitamos más perros,” dijo Rea Hwan cuando los dos entraron en el reino humano. "Armamos una lucha con las bestias aladas y obtenemos a Sung Jae de nuevo."
Con una sonrisa maliciosa, FeelDog asintió. "Me gusta como piensas."
Sung Jae estaba completamente inmóvil mientras sus ojos se adaptaron a su entorno tenue. Se acordó de todo lo que había sucedido antes de que él se hubiera desmayado. Tenía que haber sido una alucinación provocada por la embriaguez. Nada de eso podría haber sido real. Los hombres que entraron en su apartamento. Su cuerpo tratando de convertirse en un pretzel. Peniel. Todo había sido un sueño del Capitán alcohol.
Empujándose lentamente a sí mismo, Sung Jae miró a su alrededor, y wow, la habitación en la que estaba era lujosa. Tres de los apartamentos de Sung Jae podrían haber encajado en este lugar. La habitación estaba decorada en madera oscura, alfombra marrón y oro, y la cama en la que estaba parecía digna de un rey. Era enorme, y el colchón le hizo sentir como si estuviera tumbado en una nube.
Una de las paredes era un estante para libros, apilados con un montón de libros. Había una zona de estar a un lado, las sillas de tela y viéndose tan cómodas como las de The Trébol de la Suerte habían sido.
De repente se sintió vigilado. Sung Jae volvió la cabeza para ver a Peniel de pie junto a una pared, con los brazos cruzados sobre el pecho.
No había sido un sueño. Mierda. Eso significaba que los hombres habían sido reales, así, junto con su cuerpo tratando de torcerse de adentro hacia afuera.
El corazón de Sung Jae comenzó a latir más rápido cuando vio cómo intenso pareció el hombre. Peniel parecía estar apenas manteniéndose unido. Su mandíbula se mantiene flexionada, los brazos se hincharon en el bíceps, y su cuello estaba tenso. Sus labios se adelgazaron, también.
Ahora que él no se retorcía de dolor, Sung Jae también se dio cuenta de lo guapo que era Peniel. Incluso a través del cuarto vio cuán gruesa eran las pestañas del hombre. Ojos de dormitorio. Su mandíbula estaba forrada con una leve barba, el bigote adornaba su labio superior. Los vaqueros colgando en las caderas, y su camiseta fue apretada contra su pecho impresionante.
"No me vas a atacar, ¿verdad?" Sung Jae se deslizó de la cama, manteniéndola entre ellos como una barrera. Miró hacia abajo para ver que todo lo que tenía eran sus calzoncillos. Cuando Peniel no le respondió, Sung Jae volvió a mirar al hombre. "No entiendo nada de esto."
"Tú fuiste mordido por un habitante del infierno." Peniel sonaba encantado. "Inferno incolae, perros del infierno. Ellos tienen muchos nombres."
"Nunca he sido mordido." No es que sabía.
"Te busqué cuando me di cuenta de que era mi zaterio quien había sido atacado," Peniel continuó como si Sung Jae no había dicho una palabra. "Te he buscado durante más de una década antes de que finalmente aceptara que estabas muerto."
"Creo que tienes a la persona equivocada." Sung Jae se negó a creer lo que estaba diciendo Peniel. No había sido mordido por un perro del infierno. "No, no, no. Me niego a creer en algo de esto. Es todo un mal sueño. N-No puedo ser uno de ellos. Simplemente, no puedo."
Ahora más que nunca Sung Jae necesitaba un trago. Necesitaba más que una bebida. Necesitaba la colección completa de ron. No podía manejar esto.
Durante demasiados años había oído la voz de Peniel en su cabeza. Sung Jae sabía sobre el sufrimiento, la angustia, la depresión que el hombre había atravesado. También sabía que Peniel había intentado quitarse la vida más de una vez. Cuando Peniel se hería, también Sung Jae. Había sentido el dolor del hombre, había compartido ello a veces. Y ahora que miraba a la voz que tenía, a veces, le trajo comodidad, así, y Peniel parecía tan perdido y torturado que Sung Jae sintió su corazón roto por el tipo.
"¿Cómo te escucho en mi cabeza todos estos años?"
La mirada de Peniel estalló en Sung Jae. Sus oscuras cejas se fruncieron mientras lentamente negó con la cabeza.
"¿Me escuchas?"
"Todo comenzó cuando me desperté en esta habitación del motel sin memoria de quién era yo. Pensé que estaba loco cuando oía tu voz." Él dejó de lado la parte sobre el consumo de su hígado en el caos. El hombre parecía lo suficientemente torturado ya. "Te he oído de forma intermitente durante los últimos veinte años."
La expresión de desconcierto de Peniel volvió a la culpa, con un toque de vergüenza.
"¿Cuánto sabes de mí? ¿Qué has oído?"
Sung Jae se sentó en la cama. Su cabeza estaba golpeando, y él todavía estaba cansado. Debería haber estado aterrorizado por Peniel, pero ahora que el shock inicial había desaparecido, por extraño que parezca, se sentía como si estuviera hablando con la voz, un viejo amigo.
"Suficiente."
La mandíbula de Peniel se flexionó aún más duro. "¿Mi vergüenza?"
"No" Sung Jae sacudió la cabeza. "Tu dolor. Hay una diferencia. Lo creas o no, hubo momentos en los que sufrí junto contigo."
Peniel lo miró.
"Pero también he encontrado calor en tu voz, también." Peniel le devolvió la mirada.
"Ha habido una gran cantidad de cosas extrañas... pasando en mi vida. A decir verdad, me hizo sentir menos que un monstruo a veces.”
"Pero nunca he escuchado tu voz" dijo Peniel. "Excepto una vez, y eso fue temprano esta mañana." Los brazos del hombre flexionados, como si estuviera tratando de abrazarse a sí mismo con más fuerza. "¿De verdad trataste de hacerte daño?"
Las palabras de Peniel fueron como un puñetazo en el estómago de Sung Jae. Miró a la mano vendada de Sung Jae mientras Sung Jae daba vueltas por el hecho de que Peniel le había oído. Sintiéndose expuesto, se metió la mano detrás de él.
"No, fue un accidente."
Porque oí tu voz y quería que se fuera.
Ahora que tenía una persona real para ir con esa voz, Sung Jae no estaba seguro de qué hacer.
¿Tú querías que me fuera?
La cabeza de Sung Jae quebró cuando escuchó a Peniel en su cabeza. Esa misma expresión de dolor de antes estaba de vuelta, la que parecía que Peniel estaba siendo apuñalado en el corazón.
"¿Cómo ... ¿cómo puedes hablar conmigo de esa manera?" "Eres mi zaterio. Es parte de nuestra unión."
"Entonces, ¿Por qué nunca me has oído en tu cabeza antes de hoy?" Peniel se encogió de hombros.
"No tengo ni idea."
El hombre todavía se veía abatido. Sung Jae se sentía culpable.
"No sabía que eras una persona real, Peniel. No eras más que una voz, y yo pensaba que estaba loco. No es que yo te estaba rechazando, pero ponte en mis zapatos. ¿Qué pensarías si te despertaras con la memoria borrada y una voz en tu cabeza?"
"Hubiera preferido eso en lugar de..." Peniel se pasó una mano por la cara. "Necesitas descansar."
Sung Jae pudo ver que no estaba recibiendo a través de la persona. Peniel todavía parecía con el corazón roto. Sung Jae aún no estaba seguro si creía todo lo que estaba pasando, todavía no podía envolver su cabeza alrededor de todo, pero no estaba seguro de cómo hacer para que Peniel entendiera. No había estado fuera para herir los sentimientos del individuo.
"Voy a hacer que alguien te traiga alimentos."
Cuando Peniel dirigió a la puerta, Sung Jae se puso de pie y levantó una mano.
"Peniel, ¿no puedes verlo desde mi perspectiva?"
El hombre dio a Sung Jae una sonrisa irónica. No había humor en ella, solamente tristeza.
"He visto todos los lados de esto y algo más. Mi sufrimiento no es tu preocupación. Vi la verdad en tus ojos cuando tus pensamientos me dijeron que me querías lejos."
Sung Jae llegó a Peniel, pero el hombre hizo un gesto con el brazo alejándolo y salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de él. En ese momento,
Sung Jae deseó tener la voz de nuevo. Tratar con el hombre en persona lo hizo sentir aún más perdido y solo de lo que jamás había sentido antes.
Continuará...