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108. In Seong (08) por dayanstyle

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—Tienes muchas decoraciones. —DaWon ayudó a In Seong a abrir la media docena de cajas, diseminadas por toda la sala. —Nunca hubiera pensado, que los demonios celebraran la Navidad.

Y a DaWon le encantaba que In Seong lo hiciera. Era su época favorita del año, y se había preocupado, cuando se acoplo al demonio, de que este no celebrara ninguna fiesta humana. Normalmente, estaría en la casa de su madre ayudándola a decorar, pero después de todo lo que había sucedido, dudaba en ir a casa de sus padres. Le dolía el corazón pensar en ello, pero tal vez, él se saltaría la Navidad con su familia este año. Tal vez la pasaría con In Seong en su lugar.

No es que eso fuera una dificultad.

¡Mierda! Entonces recordó, que tenía una fecha límite. ¿Cómo se le había olvidado?

Desafortunadamente, no había hecho nada trabajo, desde que conoció a In Seong. Su plazo se acercaba rápidamente, y todavía tenía un montón de trabajo que hacer, en el sitio web de su cliente.

—Sólo porque las otras parejas lo celebran. —respondió In Seong.

—Jong Up y Dae Hyun vinieron aquí, durante su primer año en este reino y prácticamente se hicieron cargo, decorando mi apartamento al infierno y de regreso. —Se encogió de hombros. —Me gustó, así que lo he hecho cada año, desde entonces.

DaWon, simplemente, no podía creer lo grande que era el árbol. La parte superior casi llegaba hasta el techo. Tampoco era uno de esos falsos. Este árbol era real. El olor del pino invadió el apartamento, y permaneció allí, inhalando profundas corrientes de aire, del maravilloso perfume.

—Incluso me sorprendió, cuando encontré regalos allí debajo—continuó In Seong. —Creo que las parejas fueron los responsables, así que al año siguiente, me aseguré de comprarles regalos.

—Bueno, me encantan las compras navideñas—dijo DaWon. —Así que no te pongan todo malhumorado, si hay una avalancha bajo el árbol.

La Navidad había sido así, desde su infancia. Cada año, había una pila de regalos bajo el árbol para él.

 


Su familia gastaba montones de dinero durante las fiestas, excepto su padre, que nunca le había comprado a nadie un regalo, y él se preguntó si esa pila de regalos, era la manera de su madre de compensar el comportamiento aguafiestas de su padre. Le dolía el pecho, mientras sus manos se detenían.


Trató de no pensar tanto en su papá, porque le dolía mucho. Los dos nunca habían estado cerca, pero tontamente había esperado, una y otra vez, que David Lee tendría un cambio de corazón y seria el padre que siempre había deseado.

El pensamiento era francamente deprimente, robándole la emoción. 
—¿Qué pasa? —In Seong lo miró. —¿Porque la cara triste? 
—Estoy pensando, en todo lo que ha sucedido, en cómo mi familia está tan estropeada, que ni siquiera puedo reconocer quién eres para mí.


In Seong lo recogió del suelo y lo abrazó. —Odio que tengas que esconder 
nuestra relación, pero estoy aquí, para ti.


DaWon pasó sus brazos alrededor de su cuello y enterró su rostro contra el pecho del hombre. —Te amo, In Seong. 
—También te amo, tigre.

 

 

DaWon estaba junto al escritorio de Ung Jae mirando por el pasillo, demasiado asustado para ir a la habitación de su madre. Dae Sik había llamado y le había dicho que ella había estado preguntando por él. Debía ser dada de alto hoy, pero había insistido en verlo primero. Ung Jae le había dicho, que toda su familia estaba allí, y su intestino se retorció en mil nudos al pensar en enfrentar a su padre.

—Estoy aquí, para ti —dijo In Seong, mientras se paraba junto a él. —Si las cosas van mal, nos iremos.

—Me dijo que era mi culpa.

In Seong inclinó la cabeza hacia un lado, como si no pudiera comprender lo que le había dicho. —¿Quién dijo qué fue tu culpa?

Un nudo se formó en su garganta, mientras las lágrimas le picaban los ojos. Siguió tragando, tratando lo mejor posible de no desmoronarse.

 


—Mi papá—Se encogió de hombros. —Me dijo, que el que mi madre sufriera un ataque al corazón fue mi culpa, porque tenía que estar allí para ayudarla—rápidamente se secó una lágrima, que se había escapado. —Ni siquiera estoy seguro, de que seré bienvenido allí.

—Entonces, nos vamos—In Seong parecía dispuesto a matar a alguien. Sus ojos cobrizos eran oscuros, y sus manos se cerraban y se abrían a los costados. —No voy a estar de pie allí y dejar que alguien te trate así, DaWon. Lo que le pasó a tu mamá, no fue culpa tuya.

Sabía que eso era la verdad, pero todavía se sentía culpable.

—Sé que no fue culpa mía, pero sus acusaciones siguen doliendo, y tener a Eddie respaldándolo, sólo retorció el cuchillo.

Se puso tieso, cuando Dae Sik llegó por el pasillo. Parecía como si hubiera envejecido diez años. Tenía círculos oscuros bajo los ojos y parecía agotado. No había visto a su hermano en un año, pero parecía que el año no había sido bueno para el chico. Cuando Dae Sik lo abrazó, se sorprendió. Nunca habían estado tan cerca. Pero abrazó a su hermano de vuelta. Dae Sik no sabía cuánto él necesitaba ese abrazo, necesitaba sentirse como si todavía fuera parte de su familia.

—Lamento que papá, te haya molestado tanto. —Dae Sik lo soltó. —Está siendo de esa manera con todo el mundo, en este momento.

—¿Cómo has estado? —le preguntó. —No hemos tenido oportunidad de hablar, desde que llegaste.

—Envejeciendo—Dae Sik se rió, pero sin humor. —Los niños están creciendo, demasiado rápido.

—Lamento no haber estado allí para verlos, o a Amy.

Los hombros de Dae Sik se tensaron, ante la mención del nombre de su esposa. —Estaba pensando en llevar a las chicas a verte, desde....

Sí, DaWon sabía cómo terminaría esa frase. Su padre no lo quería alrededor.

Dae Sik tendió la mano. — Lee Dae Sik.

—In Seong. —dijo su pareja, mientras sacudía la mano ofrecida. —Amigo de DaWon.


Dae Sik le dirigió a DaWon una mirada conocedora. —No tengo ningún problema con tu “amigo”. Para que lo sepas. 

Le sorprendió, de que él hubiera conectado los puntos.


Dae Sik sonrió. —No fue difícil averiguarlo. Hay una cosa sobre ti, DaWon.


—¿Averiguar qué? —preguntó In Seong.


—Que eres más que su amigo. —Dae Sik se frotó la parte posterior de su cuello.


—¿No estás enojado o disgustado?

—No, DaWon. No soy crítico como papá o Eddie. Mientras mi  hermanito esté feliz, eso es todo lo que me importa.


Se quedó sin habla, por la aprobación de Dae Sik. No esperaba que nadie en su familia aceptara quién era. Nunca. El calor se extendió por su pecho.


—Ambos son bienvenidos a venir a Bucheon, cuando les apetezca. DaWon inició el abrazo esta vez y apretó a su hermano, con fuerza. —Y tal vez, por fin, podemos llegar a conocernos.

Dae Sik asintió con la cabeza. —Me gustaría eso. Sobre todo, porque no soy parte del pequeño club de papá y Eddie. Nosotros, los insubordinados, tenemos que permanecer juntos.

—¿Cómo está? —preguntó DaWon. Iría a averiguar el mismo, pero seguía temiendo volver a ver a su padre. Su última conversación, lo había aplastado.

—Haciéndolo mucho mejor. No puede esperar para salir de aquí y llegar a casa. Le habría ayudado con las decoraciones, DaWon, pero nunca preguntó y no sabía lo que estaba haciendo, hasta que fue demasiado tarde. Amy y yo hemos estado... no en los mejores términos, y estaba lidiando con eso, en vez de ayudar a mamá.

—No te culpes a ti mismo. —dijo DaWon. —No es culpa de nadie.

Dae Sik resopló. —No de acuerdo con nuestro donante de esperma. — Miró hacia el pasillo. —Creo que voy a ir a la casa. He tenido suficiente abuso verbal, por un día.

—Fue un placer conocerte. —dijo In Seong.

 

—Igualmente. No se conviertan en extraños, ninguno de los dos. — Dae Sik salió hacia la nieve que estaba cayendo, mientas DaWon suspiró.

—Estoy listo, para ir a casa.

—Aún pienso que no es seguro, que vuelvas a tu apartamento—protestó In Seong.

—Esa no es la casa, de la que estaba hablando—Se dirigió al cuarto de baño, un fuerte dolor de cabeza golpeando en la base de su cabeza. Entró y estaba esperando que In Seong se uniera a él, cuando la puerta del baño se cerró de golpe.

Una risa maliciosa sonó en su oído. —Hola lindo.

 

In Seong giró la manija de la puerta, pero estaba cerrada con llave. ¿Por qué DaWon cerraba la puerta? Se le ocurrió una idea. Aunque había estado usando la habitación como un medio de transporte, era, después de todo, un cuarto de baño. Se giró y apretó la espalda contra la pared, mientras esperaba a que DaWon atendiera a su asunto, pensando en lo que su pareja había dicho sobre su padre. Eso sí que era una mierda jodida. No podía imaginar cómo un padre podía culpar a un niño por la enfermedad de su madre.


De la forma en que DaWon había hablado antes de hoy, había asumido que su pareja había tenido una buena vida en su hogar. Ahora se preguntaba cuan malo había sido para DaWon crecer con un padre y un hermano como ése. Al menos, Dae Sik no le había dado la espalda a DaWon. Su pareja era un hombre de familia, y si todo lo que le quedaba era Dae Sik, entonces tenía la intención de asegurarse de que DaWon y su hermano llegaran a verse lo más a menudo posible.


Golpeó la puerta unas cuantas veces, con la mano. —¿Estás listo? 
Ni un sonido. Frunció el ceño, mientras volvía a llamar. —¿DaWon? 
Cuando el cuarto de baño permaneció en silencio, levantó el pie, listo para patear la puerta. 
—¡Whoa! —Ung Jae corrió hacia él—. ¡Tengo una llave! 
Se apartó. Cuando el enfermero conejito abrió la puerta, la abrió para encontrar la habitación vacía.

 

 

Continuara...

 


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