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109. El Deseo de Navidad de Mino (13) por dayanstyle

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La polla de Mino nunca abandonó el cuerpo de Taehyun durante toda  la noche. Ellos follaron, durmieron y luego volvieron a follar un poco más. Ahora estaban sentados en su estación de trabajo –lado a lado, aunque Mino había protestado por las sillas separadas– vio cuan exhausto lucía Taehyun. Este seguía cabeceando, así que Mino se encargaba de las órdenes. Era lo mínimo que podía hacer ya que era su culpa que apenas hubiesen dormido.

 

Con un movimiento rápido, Mino agarró la taza de café del escritorio justo cuando Taehyun se desplomó hacia adelante y luego se enderezó de golpe, mirando a su alrededor mientras parpadeaba rápidamente.

Mino suspiró. —Vamos, Taehyun.

Agarró la mano de su pareja y tiró para ponerlo de pie.

-¿A dónde van ustedes dos? -preguntó Ryan.

-A vender un riñón. ¿Quieres donar? -Mino salió de la habitación dando zancadas, tirando de Taehyun detrás de él. Su pareja bostezó mientras trataba de seguirle el ritmo.

-¿A dónde vamos en realidad?

-Vamos a volver a la cabaña para que duermas un poco. -Mino estaba feliz de que sólo hubiera una hora de sol al día o se hubiese quedado atascado en el almacén hasta que oscureciera por completo.

-¡Whoa! -Jelly-P corrió hacia ellos con su lápiz afelpado y el portapapeles cerca de su pecho-. ¿A dónde creen que van ustedes dos?

-A castrar una vaca. ¿Tienes algunos sedantes? -Mino no se detuvo. Si lo hacía, Jelly-P los atraparía. No estaba de humor para lidiar con las lecciones del chico.

-¿Ya terminaron su trabajo? -gritó sobre el ruido que había en el almacén.

Dos guardias aparecieron de quién sabe dónde. Estaban apostados junto a la salida, mirando a Mino como si lo desafiaran a intentar marcharse. -Les sugiero que se muevan, a menos que quieran que los drene hasta dejarlos secos y los dé como alimentos para renos.

El guardia de la izquierda perdió su actitud ruda, mirando a Mino como si se preguntara si el único vampiro residente de verdad haría eso.

-No hasta que Jelly-P diga que está de acuerdo -dijo el de la derecha.

Mino de verdad que no quería convertir el taller de Santa en un baño de sangre. Amaba la Navidad y no quería arruinar la festividad, pero lo haría si ese par de idiotas no se hacían a un lado.

 

-¿Cuál es la prisa? -preguntó Jelly-P cuando por fin los alcanzó-. Y no me digas que van a tener sexo. La mitad de la villa los escuchó anoche. Dime que no han tenido suficiente.

Eso despertó a Taehyun. -¿¡Estás bromeando!?

Los guardias rieron disimuladamente. -Hicieron que Bokeun estuviera en el límite -dijo el de la derecha-. Pensé que iba a tener que golpearlo con un palo.

Eso era más de lo que Mino quería saber. -Mi pareja necesita dormir. Es un muerto andante.

-Tal vez si no hubieses estado tintineando su campana toda la noche, habría logrado descansar -espetó Jelly-P-. No van a irse. Tenemos que completar las listas, y el trabajo no se va a terminar por sí solo.

-Entonces dame una maldita laptop -discutió Mino-. Trabajaré desde la cabaña.

-No, no lo harás -dijo Jelly-P con una rápida sacudida de su cabeza-. Terminarás poniendo a Taehyun sobre tu trineo.

Eso era cierto. Al parecer Mino no podía mantener sus manos lejos de Taehyun. Ahora que tenía una pareja, su pene permanecía duro como una roca. Incluso ahora, sabiendo que Taehyun estaba muy cansado, quería joder al hombre hasta dejarlo en un estado de coma. Taehyun ya estaba a medio camino de llegar a ese punto entre tantos bostezos y ojos somnolientos.

 

 

-Entonces deja que Taehyun vaya a acostarse -dijo Mino-. Yo volveré a trabajar.

Jelly-P parecía estar considerando la idea y luego asintió. -Bien, pero perderá un día de paga.

-¡No es posible! -Taehyun estaba despierto de nuevo-. Necesito el dinero.

-Y yo necesito que trabajes para ganártelo -dijo Jelly-P-. Así que, o llevas tu trasero cansado de regreso a tu estación de trabajo, o pierdes tu paga de hoy.

 

 

-Ambos trabajamos en el mismo ordenador. -Señaló Mino-. De todas formas él sólo se queda sentado.

-Ese no es el punto -resopló Jelly-P-. No le estoy pagando por dormir.

Mino tuvo que contenerse a sí mismo para evitar agarrar al elfo y zarandearlo. -Bien, lo llevaré de regreso a la cabaña y luego volveré de inmediato.

-Estoy bastante seguro de que conoce el camino.

-No voy a dejar que vuelva caminando cuando está medio dormido -argumentó Mino-. Volveré en diez malditos minutos.

-Diez minutos -concordó Jelly-P-. Si no estás de regreso, Bokeun y GoUp irán a buscarte.

Esa no era una muy buena amenaza. Mino había derribado a hombres más grandes y ruines. Los dos hombres parados junto a él no podían medir más de un metro sesenta. Eran musculosos, les concedía eso, y eran más altos que los otros elfos, pero seguían siendo un par de mierdas diminutas. Mino los sobrepasaba por un buen pie y varias pulgadas.

 

-Seh, seh -Ondeó una mano ahuyentando a Jelly-P y tiró de Taehyun hacia la puerta. Bokeun y GoUp dieron un paso al lado. Mino abrió la puerta con un golpe de su mano y se adentró en la nieve. Si hubiese sabido que terminaría en un lugar tan asquerosamente frío, habría agarrado un abrigo antes de perseguir a Taehyun y a Ryan a través de esa puerta.

Ya iban a medio camino en dirección a la cabaña cuando Mino oyó que alguien le decía: -Psst.

Miró a su alrededor, pero no vio a nadie.

-Psst, por aquí.

 

Mino tuvo que mirar hacia abajo para ver a un hombre rechoncho con un divertido cabello rubio. La parte delantera se levantaba como si hubiese sido fijada con una tonelada de gel. Tenía una camisa a cuadros de color amarillo y unos pantalones verdes que le llegaban hasta sus tobillos gordos. -¿Estás hablando conmigo?

Taehyun parpadeó varias veces. -¿Lollipapa?

Taehyun acaba de decir que se llamaba… oh, no importa. Mino ya se había rendido en tratar de descifrar sus nombres divertidos. -¿Qué quieres?

Lollipapa salió de atrás de la cabaña número doce, mirando a su alrededor. Eso hizo que Mino también mirara a su alrededor.

-Necesito decirles algo muy importante, pero aquí no. Reúnanse conmigo en el granero a medianoche.

Lo que decía no tenía ni pies ni cabeza.

-¿Por qué no puedes decirlo ahora? -preguntó Mino. Observaba como el divertido hombrecito sacaba un reloj de bolsillo y lo miraba por un breve segundo, y luego lo guardaba.

-No puedo arriesgarme a que alguien me oiga -dijo Lollipapa. Se sobresaltó, mirando a su alrededor, y luego volvió a mirar a Mino lentamente-. Sólo reúnanse conmigo en ese lugar. Esto es de gran importancia. Tal vez varias vidas dependan de esto. 

 

Curioso, Mino dijo: -Okay.

Lollipapa se marchó de prisa, meciéndose y balanceándose como si estuviese ebrio, o como si evitara puñetazos y patadas invisibles. Se metió en el almacén, y la puerta se cerró tras él.

-Eso no fue raro en lo absoluto -dijo Mino.

-¿Puedo dormir ahora? -Bostezó Taehyun-. Voy a desmayarme.

 Sacando de su cabeza al hombrecito loco, Mino llevó a Taehyun a su cabaña.

 

 

Mino y Taehyun se escabulleron junto a las cabañas oscurecidas. Si Lollipapa quería que esta reunión se mantuviese en secreto, era mejor que no los escucharan. Taehyun no tenía idea de qué quería el divertido hombrecito, pero su curiosidad había tomado el control, y a pesar del hecho de que Mino había discutido con él para que se quedara, Taehyun lo acompañó.

El granero no estaba cerca y Taehyun tenía frío. La temperatura había descendido durante la tarde y ahora sus dientes estaban castañeando.

-Deberías haberte quedado en la cabaña -susurró Mino. Caminaban por el sendero cubierto de nieve, permaneciendo cerca de la línea de árboles. Si es que se llegaban a encontrar con alguien a estas horas de la noche, podrían usar los pinos para cubrirse.

-¿Y dejar que te quedaras con toda la diversión? -Antes de su viaje a este mundo, la vida de Taehyun había sido tan aburrida como aburrida Trabajaba, dormía y evitaba a su arrendatario. Eso era todo. En realidad no tenía amigos. Sus vecinos se mantenían metidos en sus propios asuntos, y trabajaba, principalmente, en trabajos temporales, así que era imposible hacer amigos en el trabajo.

Esto era lo más emocionante que había visto desde hacía muchísimo tiempo, si es que no jamás.

 

 

Sus botas crujían sobre la nieve mientras permanecía pegado a Mino. Eso era otra cosa. Taehyun nunca antes había tenido un novio. El amor no estaba entre sus cartas, o eso es lo que había pensado.

Taehyun miró a Mino y no pudo contener la sonrisa. Había tenido suerte. En serio. Está bien, el chico no era un humano exactamente, pero eso no le importaba. Había encontrado a alguien que pensaba que era perfecto, algo que estaba lejos de ser verdad.

Se detuvieron cuando se rompió un ramita. Taehyun agarró la pretina de Mino y miró a su alrededor. Se estaban infiltrando a un granero, no robando un banco, así que ¿por qué ese ruido lo asustada de tal manera? Mino se quedó parado firmemente por lo que le pareció una eternidad antes de moverse.

 

-¿Piensas que hay alguien aquí afuera?

-No estoy seguro, pero quédate muy cerca de mí.

La advertencia era innecesaria. Taehyun no se iba a alejar de Mino, no cuando estaba tan oscuro que apenas podía ver a diez metros frente a él.

Llegaron al final de la línea de árboles. El granero estaba a unos doce metros al frente, sin lugares en donde esconderse además de la nieve en el piso y la luna colgando del cielo.

-Vamos a ir corriendo. -Mino se volteó hacia Taehyun-. Puedo correr súper rápido. Déjame cargarte.

Taehyun recordó cuán rápido era Mino. En el club había recorrido ese pasillo y atravesado la puerta a la velocidad de la luz.

-Okay. -Se sentía extraño permitir que lo tomaran en brazos cuando era un hombre adulto, pero amaba estar acunado en el pecho del hombre. Sus brazos se envolvieron alrededor de Taehyun en un agarre fuerte pero gentil antes de levantarlo. Mino se movió tan rápido que Taehyun ni siquiera tuvo tiempo para sentir frío. Corrección –más frío del que ya tenía.

Llegaron a la parte trasera del granero en un parpadeo. Mino colocó a Taehyun en el suelo. A su derecha las huellas los guiaban a una puerta ligeramente abierta. Lollipapa ya estaba adentro. O al menos Taehyun asumía que esas huellas le pertenecían al hombrecito rechoncho.

 

 

-Quedate aquí afuera hasta que me asegure de que no hay algún tipo de mierda sombría adentro. -Mino se inclinó a un lado para mirar más allá de la grieta en la puerta, y entonces la abrió y entró.

Taehyun envolvió sus brazos alrededor de su estómago mientras veía a su alrededor. Detrás del granero había un abierto y amplio espacio de nada. La nieve se extendía hasta donde podía ver el ojo humano. Era como si la villa de Santa hubiese caído en medio de la nada. Los árboles se esparcían por toda la villa, pero terminaban junto con ella.

 

 

Todavía se preguntaba si era algún tipo de sueño extraño. Eso tendría más sentido, pero eso también significaría que Mino no era real. Taehyun rezaba para que esto no fuera un sueño. Nunca antes se había enamorado tan rápido de un chico. De hecho, nunca se había enamorado de un chico. Se sentía maravilloso y aterrador y trepidante. Mino era todo lo que un hombre podía querer en un amante, pero por supuesto, no era humano.

Se acercó a la puerta y se asomó. Mino ya debería haber vuelto. Este era el granero más grande que había visto, pero seguía siendo un granero. Revisarlo no debería tomar tanto tiempo.

Se giró cuando escuchó un ruido, y luego volvió a mirar. -¡Agh!

-Su corazón saltó hasta su garganta.

Mino estaba parado junto a la puerta, mirando justo detrás de él. Taehyun abrió la puerta por completo y se estrelló contra el pecho de Mino.

-¡No vuelvas a asustarme así!

-Entra. -Mino lo tironeó. Taehyun recordó cerrar la puerta antes de que lo tiraran más adentro. El granero tenía grandes vigas de madera arqueándose sobre ellos, enormes ventanas a ambos lados y un desván de dos pisos. Los establos surcaban ambos lados del granero, pero las puertas de los establos mantenían a los ocupantes escondidos. También era, afortunadamente, cálido.

-¿Hay renos reales ahí adentro? -Taehyun se moría de ganas de ver.

 

 

Se preguntaba si Rudolph era real. Empezó a ir hacia allá, pero Mino lo detuvo.

-Lollipapa no está aquí. -Le enseñó el reloj de bolsillo que Taehyun le había visto observando la primera vez que se reunió con él. Mino le dio la vuelta y el nombre de Lollipapa estaba grabado en la parte de atrás-. Encontré esto en el piso junto a la oficina.

-Pero vimos sus huellas. -Señaló Taehyun-. Sólo había un par, y apuntaban hacia el granero, no fuera de él.

-Está pasando algo malo -dijo Mino mientras se guardaba el reloj-. No estoy seguro de qué quería contarnos, pero al parecer alguien quería silenciarlo.

 

 

continuara....


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