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111. Jugando para Mantener (02) por dayanstyle

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Soy un bastardo afortunado. You Jin no se había movido del sofá mientras In Seong dormía. Tenía miedo de empujar a su compañero y despertarlo, se había quedado quieto, cambiando entre ver la pesada nieve caer más allá de la pared de cristal y contemplar a In Seong. Pasó la mano por el cabello rubio de In Seong, necesitando la conexión y comprobando si había grumos. El médico no había sentido nada, pero You Jin no pudo evitar sentirse alrededor de la cabeza de su compañero sólo para tranquilizar su mente.

In Seong hizo un ruido suave y se acurrucó más cerca. You Jin y miró su reloj, luego frotó su mano hacia abajo del brazo de su compañero. —Hey, dormilón. Es tiempo de despertar y responder a mis preguntas.

—No quiero —murmuró In Seong—. Quiero dormir.

—Tienes que responder a mis preguntas primero, y luego te dejaré volver a dormir, Cupcake.

Ojos todavía cerrados, In Seong sonrió. —Está empezando a gustarme mucho ese nombre.

—Estoy contento —dijo You Jin—. Cada vez que lo digo, pienso en cómo he intentado seducirte en el café y cómo me rechazó.

Uno de los ojos de In Seong se abrió de par en par. —Yo no lo llamaría rechazo. Es más como tratar de no involucrarme con nadie porque estoy huyendo.

Eso explica mucho, y fue secretamente feliz que su compañero no lo hubiera rechazado. — ¿Cuál es tu nombre?

—Cupcake.

You Jin golpeo suavemente el culo de su compañero. —Se serio.

—In Seong.

 

—     ¿De veras? —You Jin no se había dado cuenta que él no sabía el apellido de su compañero—. Me gusta.

—Gracias.

—  ¿Dónde estás?

—Tierra.

You Jin gruñó y In Seong dio una risita suave. —En Desire, en tu casa.

—Nuestra casa —You Jin corrigió—. ¿Qué día es?

—Hmm, termina en s.

—Eres un idiota real.

—Miércoles —dijo In Seong—. No estoy seguro qué hora es, sin embargo — él dijo en el pecho de You Jin.

—     ¿Cuál es tu comida favorita?

In Seong dio vuelta y lo miro. —Es difícil. Soy un gourmet. Me gusta prácticamente cualquier cosa que está bien cocinada —él bostezó—. Ahora

¿Puedo volver a dormir?

—Sensación de mareo ¿o es su visión borrosa?

—Sólo sueño —dijo In Seong—. Tener tu mente soplado tiende a desgastar a un chico —él se había apoyado en el pecho de You Jin—. No más preguntas.

Podemos seguir con el cuestionario después.

You Jin quería pasar la tarde hablando con su compañero mientras la nieve caía. Puesto que In Seong estaba demasiado cansado, se acomodó a hacer lo que estaba haciendo, mirar la nieve y su compañero. La nieve cayendo fue calmante, tranquilizando el alma de You Jin cuando In Seong cayó dormido en sus brazos.

 

 

—No estoy seguro acerca de esto —In Seong cruzó sus brazos sobre su pecho, empujo los puños debajo de sus axilas—. Quiero decir, en el concepto, lo consigo. Seguramente no puedo manejar el cambio real.

—  ¿Quieres que lo tranquilice? —pregunto Sandeul.

In Seong frunció el ceño. —No, no te necesito para tranquilizar a mi pareja. Sandeul sonrió. —Estaba hablándole a You Jin.

You Jin estaba parado a través de la habitación usando nada más que unos boxers. In Seong no estaba cómodo con la idea de que You Jin este desnudo con otro chico en la habitación. Quería cubrir los ojos de Sandeul con su mano. You Jin tenía un cuerpo atractivo y ese cuerpo era solo para los ojos de In Seong.

—estás pensando demasiado, Cupcake.

—     ¿Cómo estoy pensando demasiado esto? —pregunto In Seong—. Me estas contando que estás a punto de cambiar de un hombre a un animal. Hay suficiente para pensar demasiado de este tipo de cosas".

—Mi oferta sigue en pie —comentó Sandeul.

—No necesito que me tranquilice —espetó In Seong—. No necesito que el Dr. Alex se muestre otra vez porque mi cerebro se volvió puré.

Sandeul se rió entre dientes. —No le importaría recibir un vistazo de nuevo.

¿No es él de ensueño?

—Lo sé, ¿bien? —In Seong quebró sus labios cerrados y disparó una mirada a You Jin.

 

Para su sorpresa, You Jin sonrió. — estás acoplado, no muerto. Él es caliente —y luego su compañero entrecerró los ojos—. ¿Es eso lo que querías oír? Manten tus ojos malditos lejos del doc cuando está alrededor.

In Seong suprimió su sonrisa, asintió.

—Y no me hagas decirle a Young Jae que tiene ojos para el Dr. Alex —

You Jin amenazado Sandeul.

Sandeul resopló. —Como si alguna persona fuera más caliente que mi compañero. Por favor. Pero como ha señalado ya, estoy acoplado, no muerto. No estoy ciego, tampoco.

In Seong empezó a decirle a Sandeul que estaba metiendo su pie más profundo dentro de su boca cuando You Jin desapareció y un lobo grande estaba parado en su lugar. Con el corazón en la garganta, In Seong no movió un músculo. Él reprodujo el cambio una y otra vez en su mente. Contaba con torsión y estiramientos, algún tipo de dolor del hueso. Pero había sucedido tan rápido que casi lo perdía.

—     ¿Deberías sentarte? —Sandeul le dio unas palmaditas a In Seong en el hombro—. Recuerde, que aún es You Jin. Puede pensar y racionalizar. No es un animal salvaje que te mastique la pierna.

—Por favor dejar de poner esa imagen en mi cabeza —In Seong tragó a pesar de tener la garganta seca.

Gritó cuando You Jin se acercó a él y luchó contra el impulso de gritar y salir corriendo de la habitación. El lobo lamió su mano.

—Aw, le gustas —dijo Sandeul burlándose. Él rascó a You Jin detrás de su oreja—. ¿Ves? No muerde.

—No está ayudando —In Seong miro fijamente al lobo. No estaba necesariamente asustado del animal, pero el hecho de que era You Jin estaba volándole la cabeza. Tal vez después de haber visto a su compañero cambiar una o doscientas veces, se acostumbraría. En ese momento todo lo que vio fue un lobo de gran tamaño que le acariciaba la pierna con la cabeza.

—     ¿Está bien que me vaya ahora? —preguntó Sandeul—. Cuando vuelva a su forma humana, estará desnudo. Mientras la desnudez no molesta a otros shifters, creo que intentarás arrancarme los ojos por mirar, y me gustan bastante mis ojos tal como son.

In Seong quería sacar a Sandeul de la habitación al pensar en su amigo viendo a You Jin desnudo. Simplemente no estaba seguro de estar listo para estar a solas con un lobo. Sus celos anulaban su miedo. —Te puedes ir.

Sandeul salió y cerró la puerta. El lobo saltó y coloco las patas en el pecho de In Seong, casi dejándolo caer de culo.

—Eres demasiado pesado para eso. —In Seong lo empujó hacia abajo.

You Jin aulló lo suficiente para perforar los tímpanos de In Seong antes de que saltara a la cama y rodara hacia su espalda. Él meneó la cola, y luego se volvió, con la lengua colgando de su boca.

—No pareces tan aterrador —In Seong se acercaba más—. Aunque estoy bastante seguro de que puedes ser aterrador si desea serlo.

El lobo gimió, luego corrió más cerca al borde de la cama, su cola moviéndose todo el tiempo.

—  ¿Qué, quieres que juegue contigo o algo? —In Seong miraba a su alrededor—. ¿A tráerlo?

El lobo dio un gruñido bajo.

—Está bien, no traer. ¿Quieres que te acaricie?

 

Meneando la cola y con la lengua colgando hacia fuera, el lobo rodó sobre su  espalda otra vez. In Seong se movió al lado de la cama y corrió la mano por la suave piel del vientre del animal. —No hay cohetes rosa —In Seong amonesto.

Juró que el lobo se reía. You Jin hacia un ruido extraño y había humor en sus ojos.

—Eres tan pervertido —dijo In Seong. Sentado en la cama, él acarició a su compañero, haciéndole cosquillas debajo de la barbilla—. Está bien, así que no estoy tan asustado.

You Jin se cambió en su forma humana, y como Sandeul dijo, el hombre estaba completamente desnudo. Su pene estaba duro cuando tiro de In Seong hacia él.

—No puedo evitarlo, me excito cuando me tocas.

—     ¿Lo haces? —In Seong todavía no podía entender cómo alguien como You Jin lo quería, aparte de todo lo del apareamiento. Él se sentía como el chico más afortunado del mundo.

—Las cosas que salen de tu boca —You Jin acaricio a In Seong en la barbilla—. Todo lo que haces me excita. Infierno, me pongo duro sólo de oírte respirar.

—Eres bastante grande. You Jin guiñó un ojo. —Gracias.

Golpeando el pecho de su compañero, In Seong dijo: —Estaba hablando sobre tu lobo.

—Eso es porque no soy un lobo salvaje. Soy un shifter. Hay diferencias — You Jin metió sus manos detrás de su cabeza, su cuerpo desnudo a la vista—. Pero me alegro de que te tomara las cosas con calma. Sabía que no enloquecerías.

—Estaba cerca —admitió In Seong—. Es mucho para tomar.

—Lo sé — You Jin se levantó y vistió, cubriendo su perfección—. Y desde que lo  tomaste tan bien, ¿qué tal si vamos a Pride Valley Pack para cenar?

—     ¿Pensé que me querías dentro de la casa? —In Seong se levantó y se movió hacia su compañero. You Jin se sentó en la silla poniéndose sus botas.

—Quiero que estés a salvo, no preso. Además, puedo manejar tres seres humanos con las manos atadas a la espalda. Sólo tendré que ser más conscientes de nuestro entorno mientras estamos fuera.

Emoción paso por In Seong. Estuvo atrapado en la casa por más de una semana y se estaba volviendo loco. Ver la nieve caer más allá de la pared de cristal en la sala de estar lo tenía tan aburrido. El sexo siempre estaba en su mente, y él y You Jin habían hecho mucho de eso, en todas las posiciones posibles, en muchas habitaciones de la casa. Pero In Seong quería respirar un poco de aire fresco. Quería dar un paseo, mezclarse con otras personas además de los hombres que vivían allí.

—Voy agarrar mi chaqueta.

—Hablando de eso —You Jin dijo, de pie—, hay una tienda de ropa allí. Necesitas un abrigo.

—Dejé el mío en Bucheon —dijo In Seong—. Y no puedo pagar una nueva. You Jin le jaló cerca y le dio un beso profundo. —Cuidarte es mi trabajo

—Y necesito un trabajo —señaló In Seong—. Tal vez puedo encontrar otro en la ciudad una vez que la nieve me lo permita.

—No hasta que se resuelva su problema —You Jin abofeteó el culo de In Seong—. Y no hasta que tenga una conversación profunda con ChaNi.

In Seong solo podía imaginar en lo que consistiría esa conversación. —No mates a mi primo. Es un cabrón, pero que me golpee la cara no significa que puedas ajustar su cuello.

 

You jin le besó otra vez. —Prometo no enterrar su cuerpo, pero voy a hacer que reciba el mensaje sobre tocarte o hablar mierda a ti. In Seong podría vivir con eso.

 

 

Dwayne comprobó sus coordenadas en el GPS mientras conducía a través de Villa Kim. Eran sólo diez minutos de Desire. —Acamparemos aquí por ahora

—dijo a sus amigos—. Quiero entrar en el siguiente pueblo al amparo de la oscuridad.

Habría llegado a In Seong antes, pero Peter había sido llevado a la comisaría para hacer preguntas sobre la desaparición de In Seong, y los policías lo habían encerrado durante algún tiempo. Seth tampoco había podido marcharse enseguida. Había recibido una llamada de su vieja. Había entrado en trabajo de parto.

Finalmente, dejaron Bucheon y fueron a rastrear a In Seong. Dwayne planeó hacer los asesinatos rápido para que Seth pudiera volver con su hija recién nacida.

Una vez que se eliminen los cuerpos, la policía no tenía nada en contra de ellos y Dwayne podía respirar más fácil.

Vio un motel por delante. —Parece que está bien —dijo, acercándose a la acera y alquilando tres habitaciones. Habían conducido sin parar, y Dwayne necesitaba dormir antes de que In Seong y ChaNi fueran un recuerdo lejano.

 

—Te ves lo suficientemente bueno como para comerte —You Jin dijo en su oreja mientras atrapaba a In Seong contra la barra, pecho a espalda—. Me cuesta mantener las manos lejos de ti.

In Seong empujó a You Jin. Tanto como amaba la atención de su compañero, no era de follar en lugares públicos. —Comportate.

—Nunca —You Jin besó la parte posterior del cuello de In Seong.

Wei sonrió mientras pasaba dos cervezas a ellos. In Seong había discutido con You Jin en el camino a bar, alegando que estaba lo suficientemente bien como para una o dos cervezas. You Jin no le gustaba que bebiera después de lo que había sucedido, afirmando que In Seong no estaba totalmente bien. El labio de In Seong se había curado, también su cabeza. No había nada de malo en él, y You Jin necesitaba dejar de consentirlo.

—Gracias —In Seong tomó su botella y se volvió, todavía atrapado entre el mostrador y You Jin, pero tenía suficiente espacio para mirar alrededor de la taberna—. Ahora este es mi lugar.

—Lo siento por someterte a Trébol de la Suerte —You Jin dio un trago de su cerveza.

—No me malinterpretes, me ha gustado ese lugar elegante. Nunca he estado en un restaurante de lujo antes, y podemos ir de vez en cuando. Pero acá puedo ser yo mismo.

You Jin golpeado ligeramente la parte inferior de la barbilla de In Seong levantando la cabeza de In Seong para mirarlo. — ¿Qué?

—Puedes ser tú mismo sin importar donde vaya. Recuerda. No me importa lo que diga nadie más.

 

Pero You Jin se había visto como en casa en el restaurante de lujo como lo hizo  aquí. Él era más sofisticado de lo que creía. In Seong tuvo la sospecha de que You Jin Kim vino de una casa adinerada y buena crianza.

In Seong había crecido pobre y tenía que luchar por todo. Su madre había sido camarera, y su padre había estado fuera del trabajo más de lo que tenía un trabajo. No ayudó a que su padre tuviera una mala espalda. Nadie quería contratarlo.

—     ¿Dónde está tu cabeza? —You Jin colocó su mano en la parte baja de la espalda de In Seong—. Hablame, Cupcake. ¿Qué te tiene tan triste?

—Solo pensando en cómo crecí.

You Jin apoyo su botella y lo miró con interés. —Dime.

In Seong le dijo. — Cuando tenía diecisiete años, mis padres murieron en un camino helado volviendo de la cita con el doctor de mi padre. Perdió el control y se estrelló en su coche.

Incluso ahora a In Seong le dolía cómo trágicamente los había perdido.

—     ¿Diecisiete años? —los ojos de You Jin se ensancharon un poco—. Eras sólo un niño. ¿Qué te pasó después?

—Casi me cuidé a mí mismo. Tenía trabajos extraños y viví en un apartamento horrible. Apenas me alcanzaba, pero sobreviví.

—     ¿ChaNi? —la mandíbula de You Jin se apretó con la mención de su primo. Sí, todavía guardaba rencor.

—Nunca me llevé bien con sus padres —confesó In Seong—. Tenían dinero, mientras que mis padres no. Me miraron como basura y se negaron a aceptarme.

—Algunas basuras tienen basura, Cupcake —You Jin lo abrazó—. Pero tú me tienes ahora, y nunca te dejaré luchar de nuevo —él besó el cuello de In Seong—. Y ahora tienes una gran familia. Recuerda eso. Mi manada daría sus  vidas por ti.

You Jin le ofrecía las cosas que había perdido durante los años calentando el corazón de In Seong: un hogar estable, familia, amigos y alguien que cuida de él.

—Te amo, You Jin.

You Jin lo abrazaba más y lo besó. In Seong ya no le importaba la exhibición pública. Sólo había confesado su amor, algo que nunca había hecho con otro ser viviente. —Te amo, también, Cupcake —sonrió mientras You Jin le llevaba a una cabina—. Vamos a comer antes de volver a la casa y follarte hasta que estés en coma.

Confesar su amor parecía haber calentado a You Jin. In Seong tendría que recordar decir esas palabras a menudo.

 

Continuara...

 


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