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Fugitivos II: ¿Una razón para vivir? por diidi1897

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Notas del capitulo:

¡Hola!

 

En el capítulo anterior…

-Y uno de los objetivos secundarios de todos éstos planes era la creación de poderes para que los humanos, comunes y corrientes, que no poseían poderes ni ellos ni sus 3 generaciones pasadas, desarrollaran poderes-Miriam se removió sobre su asiento y suspiró-Claro que todo éste proyecto tan ambicioso es idea de William, así que la autoría es de él y de nadie más. Éstos datos eran confidenciales al grado en que ningún otro laboratorio lo sabía hasta que…-su mirada regresó a mí-Escapaste junto a Daniel y todo el mundo puso sus ojos en ustedes y en el laboratorio de William-

Narra Sean

-Creaste un gran conflicto que aún no se regula-Miriam continuó-Ustedes dos ya tenían bastante fama entre los laboratorios que competían contra el de William y cuando se filtró la información de que ambos habían escapado…-se detuvo-Pero no sé por qué te lo cuento a ti-sonrió-Tú ya estás al tanto de todo ¿No?-asentí

-Desde que escapamos, no he dejado de monitorear la actividad del laboratorio-aseguré sus propias palabras pese a que me generaban más intriga sobre lo mucho que ella sabía-Al principio creí que solo a mí me querían de vuelta, después estuve seguro de que nos querían a los dos-suspiré-Al final, al único que quieren de regreso es a Daniel-Miriam asintió

-Pero no te confíes, Sean. Porque tus habilidades son increíbles. De todos éstos años que he estado presente en varias pruebas de poderes, ninguno se compara al tuyo-asintió varias veces-Tus poderes funcionan a un nivel molecular bastante impresionante. Se crean, pero también se auto destruyen; parece que cada molécula tiene un cerebro propio que tiene la libertar de obedecer o no, las instrucciones del cerebro principal. Podría decirse que tus poderes no conocen la palabra límite, porque no lo existe-sonrió-Y es precisamente a ese límite inexistente, que siempre fuiste la pareja ideal de Daniel-asentí y después, la risa estruendosa de Tomás no se hizo esperar

-¿Qué te pasa?-Lucy lo reprendió mientras le daba un golpe en el hombro-Esto es un asunto serio-Tomás se carcajeó otro poco más ante la mirada incrédula de Miriam. A los pocos segundos se calmó

-Lo siento, lo siento-se aclaró la garganta-Pensé en una broma personal-lo observé de reojo y nuestras miradas se encontraron mientras Lucy le pedía disculpas a Miriam por lo idiota que Tomás podía llegar a ser.

Tomás tuvo el descaro de sonreírme con ironía y después me cerró un ojo.

Lo ignoré y mi atención regresó a Miriam porque quería continuar con el tema, pero Tomás volvió a interferir

-¿Usted dejaría que Daniel tuviera novia?-preguntó

-¿Cómo?-Miriam se mostró confundida

-O acaso... ¿Lo dejaría tener un novio?-Tomás continuó y una nueva reprimenda por parte de Lucy no se hizo esperar

-¿Cómo se te ocurre preguntar algo como eso en éste momento? Eres un imbécil, Tom-Lucy le dio otro golpe en el brazo y después dirigió sus palabras a Miriam-No le haga mucho caso, Tomás tiene un problema mental severo-el rostro confundido de Miriam se transformó en uno de preocupación al colocar su mirada en Tomás, pero después su expresión facial se relajó al comprender que todo se trataba de una “broma”

-No bromees con las condiciones mentales-las palabras de Miriam fueron dirigidas a Lucy-Aún son un enigma para la ciencia y un estigma para la sociedad-Lucy recibió su sermón pese a que estaba bromeando. Miriam enfocó su atención en Tomás-Y sobre lo que mencionas, no puedo ni tengo el derecho para darte una respuesta. Yo di vida a Daniel, pero nada más. Solo lo he observado a la distancia y así se mantendrá-las últimas palabras, las dijo mientras volteaba a verme.

En ese instante, no comprendí la profundidad de ello

-Disculpe-Lucy se aclaró la garganta-Entonces… ¿Usted nunca ha tenido un contacto cercano con Daniel?-preguntó

-Bastantes-Miriam elevó ambas cejas-Pero muchas de ellas fueron de manera indirecta. Al poco tiempo de que se llevaron a Daniel, busqué la manera de encontrar un trabajo en el laboratorio de William para estar cerca de Daniel porque mi idea era que volviéramos a escapar. Claro que esa idea existió hasta que me di cuenta de que jamás íbamos a poder tener una vida normal. No con William pisándonos los talones a cada paso que diéramos-su mirada descendió y después retornó a nosotros-Conseguí uno que otro trabajo dentro del laboratorio y siempre me mantuve con un perfil bajo. Yo no me dedicaba a experimentar. Ni siquiera llegué a entrar en un laboratorio de pruebas porque solo estaba en el área de mantenimiento-suspiró-Es decir, me dedicaba a limpiar y desinfectar las áreas comunes. Yo me encontraba en áreas que a William jamás se le ocurriría pisar-asentí. Su estrategia podía parecer sencilla, pero era bastante buena-Podrán pensar que eso era un desperdicio de mis habilidades, pero tienen que saber que los encargados de la limpieza, en cualquier lugar, tienen el poder de revelar secretos muy importantes. Son los que tienen las llaves de todas las áreas y los que se saben de pies a cabeza la infraestructura del lugar. Además de todo ello, yo tenía acceso a la información que guardaban en bodegas o en zonas de computadoras. Algunos días del mes, me tocaba limpiar esas computadoras-sonrió de lado-Y de vez en cuando las limpié a profundidad-remarcó las palabras “limpiar” y “a profundidad”.

Miriam nos estaba diciendo que ella tenía un acceso privilegiado a la información de ese laboratorio, sin tener que formar parte de los científicos que creaban esa información.

Ella estaba involucrada, indirectamente, en cada una de las actividades que se llevaban a cabo dentro del laboratorio. Era bastante ingenioso de su parte

-Existía mucha información sobre Daniel ya que era el más importante de ese laboratorio. William siempre se mostró interesado en él, además de que su trato era preferente. Todo mundo sabía sobre Daniel, así que nunca se vio extraño que, de vez en cuando, preguntara a mis colegas respecto a “ese experimento famoso” mientras nos dedicábamos en fregar los pisos de los pasillos muy temprano por la mañana. Siempre estuve al tanto de todo lo que sucedía-exhaló-Ahora voy a platicarles algunos detalles mientras les muestro la información que he estado guardando-se inclinó hacia los documentos que había traído con ella y empezó a repartírnoslos mientras continuaba con su relato-El proceso de creación de poderes y de incubación tomó alrededor de 2 años. No conseguí encontrar los detalles de la investigación, pero el laboratorio celebró cuando se dio la noticia de que los poderes habían sido plantados en Daniel con un éxito rotundo. Creí que con ello empezaría una fase de acoplamiento, como en la que todos eran sometidos, pero cuando Daniel cumplió los 4 años, fue enviado a un orfanato-

-¿Un orfanato?-indagué mientras tomaba los documentos que Miriam me extendía. En la parte superior del folder leí “Prueba Orfanato, 2005”

-Sí ¿Daniel te platicó respecto a ese lugar?-

-No…-dudé-Una vez quiso decirme algo respecto a un orfanato, pero no volvió a tocar el tema-recordaba una vaga mención de un orfanato tiempo después de que empezamos a vivir en la fábrica, pero Daniel no volvió a mencionarlo

-¿Por qué mandarían a Daniel a un orfanato? No los tenía a ustedes, sus padres, pero estaba viviendo en el laboratorio-Lucy preguntó

-Al principio tampoco lo comprendí-Miriam respondió-Pero al paso del tiempo descubrí que los que estaban a cargo de Daniel, querían exponerlo a situaciones de estrés reales para que sus poderes tuvieran una reacción “espontánea” y “natural”. Llegaron a la conclusión de que se necesitaba de un estímulo del exterior para hacerlos “despertar”. Los poderes que ustedes tienen, “despertaron” porque vivieron una situación emocionalmente alta ¿No es así?-

Los tres estuvimos de acuerdo

-Encontraron la respuesta en un orfanato que tenía lazos con el laboratorio y el gobierno. Seguramente ustedes saben de la reputación que tienen los orfanatos en Rusia-elevó ambas cejas como sinónimo de interrogación y asentimos a sus palabras-Son lugares en donde la palabra dignidad no existe para los niños, niñas y adolescentes que viven ahí-

-Me atrevo a decir que algunos orfanatos son peores que los laboratorios-Tomás mencionó-En un laboratorio tienes comida, claro que está muy controlada y es desabrida, pero en los orfanatos ni desabrida ni restringida porque ni siquiera te dan de comer-Miriam asintió

-Es un secreto a voces y nadie tiene el interés de hacer algo al respecto-no comentamos nada más sobre el tema y Miriam prosiguió-En el orfanato donde planeaban enviar a Daniel, además de que ingresaban niños sanos, también aceptaban a niños, niñas y jóvenes que tenían alguna discapacidad mental. Muchos de ellos eran abandonados o los recibían porque sus padres pedían una cura por parte del laboratorio, pero la verdad era que no planeaban regresar por ellos-entregó otro folder a Lucy. Ella empezó a revisarlo y nos encontramos con una fotografía de un niño pequeño.

Su rostro estaba delgado y tenía muchas ojeras. Se encontraba mordiendo su labio inferior, el cual, se veía en muy mal estado.

Otra parte de su rostro que llamaba la atención, eran sus ojos.

Sus ojos… sus ojos expresaban terror. Era como si la persona que estaba tomándole la fotografía fuera una especie de monstruo

-El niño de la fotografía… ¿Es Dany?-Lucy preguntó mientras me entregaba esa foto que tenía un estilo en color sepia

-Sí. Se la tomaron el día que ingresó al orfanato-Miriam respondió-Y esa no fue la única que le tomaron-sacó otro folder de la pila que había frente a ella y de él extrajo una gran cantidad de fotografías que tenían diversos estilos-Cada semana le tomaban una diferente. Llevaban una especie de diario en el que además de adjuntar la fotografía, anotaban cada cosa que Daniel realizaba durante el día y la noche. Siempre estuvo bajo observación-sin quererlo, estrujé la fotografía que tenía entre mis dedos.

Todas.

Absolutamente todas y cada una de las fotografías que existían de Daniel, en sus primeros años de vida, plasmaban el sufrimiento que vivió. En las fotografías se podía apreciar la misma expresión de pánico.

Pavor, terror, horror…

Solo en unas cuantas expresaba cansancio.

¿Cómo era posible?

Escuché un gimoteo a mi lado y me encontré a Lucy con los ojos inundados en lágrimas y con su mano derecha cubriendo su boca

-¿Cómo lo soportó?-murmuró con la voz quebrada-¿Cómo soportó saber que estaban experimentando… de ésta manera con su hijo?-su mirada se elevó y la colocó en Miriam-¿Cómo?-sus lágrimas se deslizaron por sus mejillas

-No creas que fue fácil solo porque ahora lo cuento sin ninguna dificultad. Cada día era un día lleno de incertidumbre, pero siempre mantuve en mente que no podía actuar ante el primer impulso. Evaluaba el contexto de la situación y me la pasé analizando las posibilidades. Día y noche intenté encontrar oportunidades en todas partes, pero nada se veía una mejor opción-Miriam contestó mientras sus cejas se fruncían.

Me percaté de que, de los 35 minutos que llevaba platicando con nosotros, era la primera vez que mostraba una expresión más humana en su rostro que, desde un inicio, lo encontré imperturbable

-Esto… eso no lo entiendo-Lucy negó mientras continuaba derramando lágrimas-Usted parece una persona fría y… y yo no puedo continuar con esto-dejó, sobre la mesa en donde reposaban el resto de documentos, la fotografía que estaba sosteniendo entre sus dedos y se levantó del sofá con Ben entre sus brazos.

Los tres la vimos ingresar a la cocina y escuchamos cuando su llanto incrementó.

Tuve el impulso de levantarme del sofá y lo hice pese a que no sabía lo que debía hacer

¿Consolar a Lucy?

¿Seguir escuchando sobre el pasado de Daniel?

No sabía…

-Yo voy a verla-Tomás actuó con velocidad. Se levantó del sofá y se encaminó hacia la cocina

-Me parece que fue un error venir-Miriam se levantó del sofá-Lucy tiene razón. No sé qué estuve haciendo todos estos años…-negó levemente y la noté arrepentida-Disculpa Sean… esto-volvió a negar-Puedes quedarte con la información-tomó su bolsa de mano y volteó a verme-Si tienes alguna pregunta, puede contactarme sin ningún problema-Miriam avanzó hacia la puerta de la salida

-No, espere-Miriam se detuvo-Espere un momento. Vamos a otro lugar y continuemos-ofrecí mientras me acercaba-Esto es solo el principio, pero aún falta más ¿No es así?-quedé frente a ella

-Sí. Aún hay más-respondió sin verme a los ojos

-Quiero saberlo todo-aclaré-No voy a juzgarla ni a poner en duda sus acciones-recalqué-Daniel me importa-su mirada se elevó y ambos hicimos contacto visual-Y necesito saber lo que usted sabe-Miriam apartó su mirada y asintió

-Vamos a otro lugar-aceptó

-Espere un momento-pedí y me encaminé hacia la cocina. Cuando ingresé, vi a Lucy sentada en la isla con Tomás a su lado-Voy a salir-avisé

-¿A dónde vas?-Tomás preguntó

-Saldré con Miriam, cuiden a Daniel-evité los detalles-Estaré de regreso antes de que anochezca-no les di tiempo de decirme algo más y regresé a un lado de Miriam-Andando-le abrí la puerta principal y ambos salimos.

Por un lado, comprendía la actitud de Lucy al ver las fotografías de Daniel. Porque sí, había sido impactante.

Mi estómago se revolvía de tan solo recordar la gran cantidad de fotografías que existían y de tan solo imaginar el protocolo que debía seguirse para tomar cada fotografía... mi boca se amargaba.

Observé a Miriam caminando frente a mí.

Su paso era seguro, pero sus manos apretaban con nerviosismo su bolsa de mano.

Lucy y Miriam eran lo contrario de cada una.

Lucy siempre actuaba por impulsos y siempre, colocaba a todos antes que a ella misma. Miriam, en cambio, era metódica y de una forma que parecía irracional, durante años colocó a Daniel antes que a su propia seguridad.

Ambas tenían su manera de hacer sus sacrificios.

Cada una tenía su propia visión de las justicias e injusticias.

Opiniones y formas de ver el mundo, sobraban. Pero eso sí, ambas buscaban lo mismo, el bienestar de los que querían.

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Narra Lucy

-Ten-Tom me entregó otro pañuelo desechable y volví a sonarme la nariz

-¿Estás seguro de que no viste nada extraño?-pregunté mientras dejaba el pañuelo sucio sobre la isla de la cocina y tomaba otro limpio.

Mientras Miriam nos platicaba del tiempo en el que conoció al papá de Dany, llamé la atención de Tom para pedirle que mantuviera vigilados los pensamientos y recuerdos de Miriam. Su presencia y su llegada casi de la nada, no me parecían lógicos

-Si Lucy. Miriam no mintió en nada-suspiró con un ligero toque de fastidio-Ella en verdad buscó la manera de volver a escapar con Dany, pero nunca se le presentó una oportunidad-se sentó a mi lado-También me pareció tosca y frívola al platicar cada cosa, pero créeme. Ella hizo lo que estuvo a su alcance para cuidar a Daniel-

-Es que no lo cuidó. Solo aceptó como si nada lo que le estaban haciendo. Tom-volteó a verme-¿En verdad le crees? ¿Qué tal si no es la mamá de Dany? ¿Y si es una trabajadora más del laboratorio y nos está tendiendo una trampa?-

-Vino sola. No encontré otra mente en los alrededores-respondió-Además… está toda esa información que trajo. Los papeles son originales, no son copia y tampoco encontré algo sospechoso en ellos-elevó ambos hombros-Si es una trampa o algo, no creo que se arriesgaría tanto como para venir sola y contarnos todo eso a lo que… no encuentro la mentira. Miriam sabe mucho, Lucy-hicimos contacto visual-Ella dijo lo que ninguno de ustedes, aparte de Sean y de mí, sabíamos-

-¿Sobre los poderes de Dany?-pregunté y Tom asintió

-Era una teoría que ni siquiera Sean y yo habíamos platicado, pero teníamos una idea de lo mismo. Miriam nos dio detalles que tienen lógica y cuadran con lo que yo ya había sospechado. No hay ninguna duda, lo que nos dijo es verdad-afirmó-No te niego que la situación es extraña, pero incluso ella sabe sobre la información que “los desconocidos” le enviaban a Sean. Ella sabe bastante-

-¿Y no te parece que podría ser peligrosa debido a que sabe mucho?-

-¿Peligrosa en qué sentido?-

-¿Y si quiere llevarse a Dany?-ambos guardamos silencio, observándonos hasta que Tom empezó a sonreír

-Creo… que no tendríamos por qué preocuparnos. La que tiene que preocuparse sería ella porque si busca a Sean, lo va a encontrar-Tom elevó ambas cejas-Ni siquiera necesito explicar lo último-asentí.

Comprendí que, si Miriam quería salirse con la suya, primero tendría que pasar a Sean para llegar a Dany. Y eso era algo imposible de solo pensarlo

-¿A dónde habrán ido?-pregunté mientras dibujaba círculos invisibles en la frente de Ben; que continuaba durmiendo como si nada entre mis brazos

-A una cafetería del centro. Miriam sigue a Sean en su auto-respondió y volteé a verlo

-¿Aún estás leyendo la mente de Miriam?-

-Por supuesto, pero…-Tom se quedó inmóvil durante un instante-Ya se alejaron de mi rango-suspiró-Esperemos que no asesine a Sean-dijo y se carcajeó

-Ni lo menciones-respondí con poca energía y ambos nos quedamos en silencio. Tom sacó su celular y lo vi con claras intenciones de empezar a jugar, pero en ese momento quise resolver una duda-Oye Tom…-

-¿Qué?-

-¿Exageré?-pregunté

-¿Exagerar?-volteó a verme-¿En qué?-

-En ponerme a llorar-suspiré-Solo conseguí que Miriam y Sean se fueran a otro lugar. Ahora no sabremos el resto de la historia hasta que Sean regrese. Y quien sabe si va a querer compartírnosla-hice un puchero.

Esperaba que Sean nos compartiera, por lo menos, los detalles más relevantes

-Bueno… ya suponíamos que la infancia de Dany no había sido mejor que la de nosotros ¿Verdad?-asentí-Creo que las fotografías son un tanto… aterradoras-mencionó y recordé un detalle

-Miriam dejó los documentos, podemos darles un vistazo-sugerí

-Antes hay que esconderlos-Tom se levantó de su lugar

-¿Por qué?-

-Dany ya despertó-anunció mientras salía de la cocina.

Sostuve con fuerza a Ben y también salí de la cocina. Vi a Tom recogiendo y guardando los documentos en sus respectivos folders

-¿En dónde los escondo?-volteó a verme con pánico

-Bajo la cama de Dany-resolví

-¿Qué?-Tom dudó

-En esa habitación-con mi barbilla, señalé hacia la habitación que antes era de Dany-Rápido-murmuré cuando escuché que una puerta del segundo piso se abría. Tom corrió hacia la habitación mientras yo tomaba asiento en el sofá más grande de la sala.

Acomodé a Ben sobre mi regazo y empecé a mecerlo al mismo tiempo que escuché pasos en la escalera. Mi atención viajó hacia ese lugar

-¡Dany!-lo llamé y él volteó a verme-¿Cómo estuvo la siesta?-le sonreí y él me devolvió una pequeña sonrisa sin dejar de apoyarse en el barandal y bajando, paso a paso, cada escalón

-Bien, pero ya tengo hambre-bajó de dos en dos los últimos cuatro escalones y llegó a mi lado. Su pijama de ese día era de color verde con unos cuantos puntitos blancos

-Excelente, porque la comida está lista-informé y vi a Dany con la mirada en cada rincón de la sala-¿Qué buscas?-pregunté pese a que ya me sabía la respuesta

-¿Y Sean?-su mirada retornó a mí y yo la desvié como no dándole importancia al asunto

-Salió-dije-James llamó y le pidió que fuera al hospital-no me pareció tan mala mi mentira-Pero estará de regreso antes de que anochezca, no te preocupes-esperaba que Sean cumpliera con su palabra o todos estaríamos en un aprieto

-¿Y Tom?-Dany se sentó a mi lado

-El…-titubeé

-Aquí estoy-Tom llegó corriendo a nuestro encuentro-Estaba en el baño-sonrió de oreja a oreja y tomó asiento en el otro sofá. El sofá en el que Miriam había estado sentada hace poco, poquísimo tiempo-El cereal de la mañana no me cayó muy bien-sobó su estómago e hizo una mueca-¿Cómo soportas comer avena y leche de arroz al mismo tiempo, Dany?-

-Eso te ganas por comerte la comida de Dany-me levanté del sofá-Carga a Ben, voy a poner la mesa para que comamos-le di una mirada de advertencia mientras le entregaba a Ben-Vean televisión mientras esperan-dije y me alejé de los dos.

Necesitaba un respiro

-Sean… espero que no tardes-murmuré y estuve de regreso en la cocina. Con ambas manos, froté mi rostro un par de veces y después me decidí en hacerme una coleta. Sentía que mi cabello pesaba 10 kilos.

Ya estaba cansada y apenas era la 1 de la tarde.

Encendí la estufa y decidí dejar de lado el asunto. Sean, como siempre, se haría cargo de la información y nosotros solamente debíamos estar ahí cuando él nos lo indicara.

Ni más, ni menos.

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Narra Sean

Apagué el motor del automóvil y saqué la llave del switch.

Me recargué en el respaldo del asiento y suspiré.

Ese día el atardecer se sentía tibio. El cielo estaba nublado en su mayoría, pero había pequeños “huecos” por donde los rayos del sol se colaban. No había duda, el atardecer estaba llegando a su final.

Pasé saliva y fue como dar un trago amargo.

Miriam me había compartido información que necesitaba tiempo para digerirse. Ella había pasado años soportando saber la verdad, pero ahora por fin la compartía con alguien y ese alivio fue bastante notable después de que terminamos de hablar.

Incluso, me pareció ver que algunas arrugas en su rostro desaparecían

-Pronto volverás a saber de mí-había dicho mientras nos despedíamos-He estado preparando algunas cosas que me gustaría le entregaras a Daniel. No serán cosas sentimentales, no te preocupes. No planeo entrar a su vida ni ahora, ni… nunca-para mi sorpresa, me tomó de las manos y su tacto lo sentí entrañable. Casi cálido-También te prepararé algunas cosas. Por favor Sean, cuídate y cuida a Daniel-

Ella subió a su auto y se marchó antes que yo.

De regreso a casa, en dos ocasiones, estuve cerca de estrellarme con los autos que se detenían ante el alto del semáforo. Mi mente estaba recordando y almacenando toda la nueva información que me dejaba en claro varios aspectos de la vida de Daniel y sobre la vida de las personas que lo rodeaban.

No había más dudas.

Y preguntas, quedaban pocas.

Exhalé y por fin me decidí en bajar del auto.

Caminé a paso lento hacia la puerta principal e inserté la llave en la cerradura a una velocidad casi engorrosa.

Lo primero con lo que me encontré al ingresar, fue con Lucy y Tomás gritándose uno al otro porque al parecer, estaban jugando cartas. Grata sorpresa.

Ninguno se dio cuenta del momento en que entré hasta que cerré la puerta a mis espaldas

-Sean…-dijo Lucy y casi de inmediato, un Daniel que había estado centrado viendo un programa en la televisión, ignorando el escándalo de los otros dos, volteó hacia donde me encontraba. Evité su mirada y me acerqué a Lucy y Tomás

-¿Y ahora por qué discuten?-sonreí de lado

-Tomás está leyendo mi mente para saber las cartas que tengo-dijo Lucy mientras ponía sus ojos en blanco

-¡No es cierto!-Tomás se defendió

-Lucy, si ya sabes que Tomás es un tramposo…-rodeé el sofá hasta que llegué al sofá en donde Daniel se encontraba sentado, observando cada paso que daba hacia él-No entiendo por qué insistes en seguir jugando contra él-mi atención se centró en Daniel mientras los otros dos volvían a discutir cosas sin sentido-¿Ya cenaste?-coloqué mi mano en su nuca y, con mi dedo índice, rocé sus cabellos que continuaban ocultos bajo los gorros que nunca se quitaba más que para dormir

-Te estaba esperando-respondió y asentí

-Vamos-alejé mi mano de su nuca y se la ofrecí para ayudarlo a levantarse. Ambos nos encaminamos hacia la cocina, dejando atrás el escándalo de Lucy y Tomás que, por increíble que pareciera, no perturbaba a un Ben que vi atento a la discusión de esos dos.

Daniel tomó asiento en su lugar habitual de la isla, mientras yo revisaba los recipientes en donde quedaba la comida que había estado preparando junto a Lucy en la tarde, antes de que Miriam llegara.

Ni siquiera había comido algo más que 3 tazas de café y un bollo de la cafetería

-¿Y por qué James te pidió que fueras al hospital?-escuché la pregunta de Daniel y por un momento me extrañó. Agradecí estar de espaldas a él para tener el tiempo de deducir que, tal vez… esa había sido la excusa que Lucy o Tomás habían inventado para explicarle mi repentina partida

-Se alteró el sistema de una máquina y fui a revisarlo-continué con la mentira y empecé a servir nuestra cena que consistía en caldo de pollo con verduras-Me tomó más tiempo del que creí-coloqué ambos platos sobre la isla y le entregué una cuchara-¿Qué hiciste mientras me esperabas?-corté la mentira y le di toda mi atención mientras empezábamos a cenar

-Intenté jugar cartas, pero me aburrí-con su cuchara, dio vueltas al caldo y después empezó a partir las verduras para comerlas en trozos más pequeños de lo que ya estaban.

Ese era un hábito más de los que tenía cuando comía

-Y mientras pasaba los canales de la televisión, encontré una película. Cuando terminó, empezó un documental-masticó con paciencia sus verduras-Era sobre cómo habían hecho la película que vi antes-

-¿De verdad? ¿Y qué tal?-

Daniel empezó a platicarme sobre algunos detalles que habían captado su atención de ese documental.

Habló con emoción y disfruté del momento.

Verlo de esa manera, me resultaba grato.

Esos instantes, una cena sencilla y una plática de lo más normal, me eran más que suficientes

-Oigan…-la voz de Lucy desde la entrada de la cocina, interrumpió a Daniel. Ambos le prestamos atención-Ya nos vamos-avisó-Nos vemos después-pasó por completo a la cocina y le dio un beso en la mejilla a Daniel

-Adiós, Lucy-Daniel se despidió

-Nos vemos, Dany-Lucy volteó a verme y asentí en silencio-Nos vemos-se despidió y salió de la cocina.

Después, fue el turno de Tomás para despedirse y cuando Daniel y yo nos quedamos solos, continuamos con nuestra rutina.

Terminamos de cenar y mientras yo lavaba los trastes, Daniel limpió la isla de la cocina. Eran tareas que realizábamos en silencio, pero no eran incómodas.

El agua saliendo del grifo para estrellarse contra los trastes, más Daniel frotando la isla con un trapo semi húmedo y suspirando de vez en cuando, eran toda una experiencia

-Voy a lavarme los dientes-dijo

-Si, en un momento te alcanzo-le respondí.

Escuché sus pasos alejándose y tuve un impulso. Uno de esos impulsos que muy pocas y contadas veces, surgían en mí-Espera, Daniel-lo llamé.

Me sequé las manos y le di alcance en la sala

-¿Qué…-no lo dejé terminar y lo rodeé entre mis brazos.

Lo apreté contra mi pecho e inhalé su característico olor a jabón neutro que se combinaba con el olor del suavizante que utilizábamos en nuestra ropa

-¿Sean?-murmuró

-Shhh-pedí silencio y lo abracé con más fuerza, pero sin exagerar. Lo meneé con ligereza y después lo alejé un poco para besarlo en la frente. Retomé nuestro abrazo y, cuando sentí sus brazos rodeando mi cintura, no soporté un segundo más y empecé a llorar.

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer!


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