Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

115. Corazon de Lobo (06) por dayanstyle

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Xin agarró la mano de Seungbo tan pronto como salieron del mini- mercado de la gasolinera. No podía dejar de sonreír mientras caminaban tranquilamente hacia Beans and Buns donde se encontrarían con Bullet. A Xin no le gustaba que Seong Wu los siguiera por todas partes, pero tener al shifter lobo tranquilizaba la mente de Bullet.

–Estoy feliz de que hayas conseguido el trabajo, pero odio que sea el tercer turno. Me gusta acurrucarme contigo cuando duermo. – Xin besó a Seungbo en la mejilla. Cualquier otra cosa y no llegaría a la cafetería. Xin sabía lo que sus compañeros habían hecho antes en el baño, y si el lugar no hubiera estado tan lleno, se habría unido a ellos. Ahora estaba caliente y listo para saltar a los huesos de Seungbo. Seungbo olía tan bien, y su tacto enloqueció a Xin.

Tal vez podrían conseguir un poco de tiempo en el baño una vez que llegaran a la cafetería. Xin cruzó los dedos.

–El gerente me prometió llevarme al primer turno tan pronto como pueda –Seungbo le apretó la mano-. –No te preocupes por mí, y tienes a Bullet para abrazarte mientras estoy limpiando pisos y almacenando estantes.

–Todavía me preocuparé por ti y por Bullet, sin importar la situación. Es lo que la gente hace cuando ama a alguien.

Seungbo se detuvo y los ojos de Xin se abrieron. Esa proclamación había salido tan fácilmente que ni siquiera se había dado cuenta de que lo había dicho hasta que Seungbo dejó de caminar.

 

–¿Me quieres? – Seungbo sonaba vacilante, pero él llevaba una enorme sonrisa. Dios, el hombre era pecaminosamente hermoso. Apretó una mano sobre su propio corazón. –¿Sientes eso?

Xin frunció el ceño. –¿Sentir que?

 

–Me acabas de dar un puñetazo por tu proclamación en el campo izquierdo, y no puedo dejar de sonreír.

–Eres tan cursi. – Xin sonrió mientras empujaba a Seungbo.

 

–¿Podemos dirigirnos a Sam's Subs antes de que nos reunamos con Bullet?

Xin había olvidado completamente que Seong Wu estaba con ellos.

Se paró a unos cuantos pasos, frotándose el estómago plano.

 

–Eso suena bien–, dijo Seungbo. –Podría irme por un sandwich de carne.

 

Como si fuera una señal, el estómago de Xin retumbó. No había comido desde el desayuno. No le gustaba comer en el trabajo. Él siempre se ponía letárgico después. –Sandwuich de carne para mí.

Cruzaron la intersección y se dirigieron hacia Sam's. Tan pronto como entraron en el lugar, el estómago de Xin retumbó aún más fuerte. El olor a pan recién horneado y salsa pesaba en el aire.

–No tengo dinero conmigo –murmuró Seungbo.

 

Xin sacó su cartera del bolsillo trasero y sacó una tarjeta de crédito.

–Bullet me dio esto. Dijo que era para emergencias, y creo que el hambre es una emergencia.

–¿Por qué no me dejó guardar el que me dio? –preguntó Seungbo.

 

–Tendrás que preguntarle. –Xin se puso en fila detrás de Seong Wu, quien ordenó un enorme con todo en él.

 

Xin se había vuelto hacia Seungbo, listo para decirle a su compañero que borrara el ceño ofendido de su rostro cuando Fitz entró corriendo a la tienda, con sudor cubriendo su frente mientras miraba frenéticamente a su alrededor. Xin había abierto la boca para decirle a Seong Wu que Fitz estaba allí cuando Fitz agarró a Seungbo y le puso un arma en la cabeza.

–¡No! – Gritó Xin mientras Fitz retrocedía.

 

–¡No te acerques más!

 

Un gruñido bajo y salvaje sonó detrás de Xin. Seong Wu se acercó a él, con las manos a los lados. –Será mejor que lo dejes ir antes de que te arranque la cabeza y te la meta en el culo.

La puerta de la tienda se abrió, y Bullet y You Jin entraron. Bullet miró a Fitz y desnudó sus caninos. Gracias a Dios el restaurante estaba vacío. Lo último que Xin quería era que alguien capturara las características de animales de Bullet y pusiera la foto o el video en Internet.

–Vete a la mierda –dijo Fitz. –Su brazo estaba alrededor del cuello de Seungbo, y Seungbo parecía muy molesto. –Me voy, y si alguien intenta detenerme, voy a volar sus malditos sesos.

El corazón de Xin golpeó en su pecho mientras trataba de averiguar cómo apartar a Seungbo del hombre enloquecido. Con el cañón de la pistola presionada contra la cabeza de Seungbo, rescatar a su compañero sería complicado.

Las garras de Bullet se deslizaron libremente. Dio un paso hacia Fitz.

–Cuando te ponga las manos encima –dijo en un tono bajo y sereno–, me voy a bañar en tus entrañas.

Bruto, pero una amenaza terrorífica no obstante.

 

La puerta se abrió de nuevo, y Young Jae entró. Xin seguía asombrado por la altura del hombre, y la expresión mortal que usó no ayudó a hacerle querer a Xin. No es que Young Jae hubiera sido malo con él, pero el tipo era definitivamente intimidante.

–Vas a liberar a Seungbo, y luego nos vas a decir quiénes son los Cazadores en Desire. – Young Jae se metió detrás de Bullet, haciendo que la altura de seis pies de Bullet parezca corta.

–No, voy a salir de aquí –contestó Fitz. –Ahora todos aléjense de mi maldita sea.

Bullet parecía dispuesto a prender fuego al mundo, pero también parecía asustado. Xin deseaba desesperadamente abrazarlo, pero primero tenían que liberar a Seungbo.

–No le hagas daño –dijo Bullet, y Xin se sorprendió de cómo la voz de su compañero se estremeció. –Llévame en su lugar.

–No! – Seungbo luchó con el agarre de Fitz. –Nunca volverán a ponerle las manos encima.

–¿Así que vas a tomar mi lugar? – Bullet sonó atónito y cabreado.

–No lo creo.

 

–Ninguno de ustedes va a ser tomado –dijo Xin como si pudiera cumplir tal promesa. Todos estaban en desventaja mientras Fritz sostuviera el arma.

–También podría pedirme que le entregue mis bolas si piensa que voy a dejar que tome mi lugar –dijo Bullet.

–¡Basta!– Fitz se dirigió hacia la gran ventana delantera, manteniendo a todos en su línea de visión. –Todos discuten como si tuvieran una opción. Sé que fue J.Y. Park quien te advirtió que yo estaba aquí, y él obtendrá lo que se merece por traicionar a su propia clase, pero salgo de aquí, y nadie...

Seungbo se retorció en el puño de Fitz, y después de todo eso pasó tan rápido que Xin apenas tuvo tiempo de reaccionar. Seungbo empujó a Fitz hacia la ventana y cayó al suelo con un movimiento fluido. La pistola disparo, y Bullet se echó hacia atrás. Xin gritó cuando se dio cuenta de que Bullet había sido golpeado, pero Bullet no se perdió un golpe. Saltó sobre Fitz y desarmó al humano con facilidad. Fitz gritó como un idiota cuando You Jin agarró la pistola del suelo y Young Jae agarró a Fitz del puño de Bullet.

–Tenemos muchas cosas de las que hablar –dijo Young Jae, mientras sacaba a grito a Fitz del restaurante.

Xin y Seungbo llegaron a Bullet al mismo tiempo. –¡Estás sangrando!– Xin se sintió débil.

Bullet los agarró y los tomó en sus brazos. –Ser pareja de ustedes dos no es caminar por el parque.

–Tienes que sacar esa bala. – Xin se retiró, contento de que no le hubiera pegado a Bullet en la cabeza, pero todavía tenía miedo. –La clínica está a la vuelta de la esquina. Tenemos que llegar allí.

Bullet sacudió la cabeza. –Todo lo que necesito hacer es cambiar y la bala hará su salida. Esa es una de las razones por las que los científicos son codiciosos para poner sus manos sobre los no humanos.

–Por sus habilidades –sugirió Xin.

 

–Ahora sólo tenemos que averiguar quiénes son todos los Cazadores en Desire y acorralarlos. – You Jin maldijo y se dirigió al mostrador. Xin se volvió para ver al trabajador parado allí congelado, con las manos sobre la boca.

–¿Humano o no? –preguntó Xin a sus compañeros.

 

–Derek es un shifter impala –dijo Seong Wu. –Pero creo que definitivamente está en estado de shock.

–Vamos chicos –dijo Bullet mientras avanzaba hacia la puerta.

–Llévenme a casa para que pueda curarme.

 

Afortunadamente el Jeep estaba estacionado en la acera frente a la tienda. Seungbo condujo mientras Xin se sentaba atrás, con la cabeza de Bullet en su regazo. –Has asustado diez años de mi vida –dijo.

–No tanto como ustedes dos me han estado asustando–, dijo Bullet.

–Primero Hyung Moon y ahora Fitz. Necesito por lo menos una década para recuperarme entre situaciones amenazantes.

Xin colocó un beso en la frente de Bullet. –Puedes tener todo el tiempo que necesites. –Pasó los nudillos por la mandíbula sin afeitar de Bullet. –Los dos hombres que amo necesitan dejar de ponerse en peligro.

La mirada marrón de Bullet se posó en Xin. –Dilo otra vez.

 

Xin sonrió, sabiendo muy bien de qué estaba hablando Bullet.

–¿Que ustedes dos necesitan permanecer fuera de peligro?

 

–No, la otra cosa.

 

–¿Qué te amo? – La sonrisa de Xin creció.

 

–Sí, eso. – Para el shock de Xin, las lágrimas brotaron de los ojos de Bullet.

–También dejó caer esa bomba sobre mí –dijo Seungbo desde el asiento delantero.

Bullet rió entre dientes, luego se estremeció. –No creo que tome una bala por cualquier persona.

–¿Esa es tu manera de decirme que me quieres? –bromeó Seungbo.

 

–Esa es mi manera de decir que los amo a los dos. – Bullet cerró los ojos. Xin observó la respiración de su compañero, todavía aterrorizado de que algo saliera mal antes de que Bullet tuviera la oportunidad de sanar.

–Nunca he conocido a un hombre más valiente. – Xin no estaba hablando sólo de que Bullet recibiera una bala. Bullet se había cerrado cuando se conocieron, y el valor que Bullet demostró confiando en Xin y Seungbo lo sorprendió. –Tienes el corazón de un lobo.

–No trato de ser valiente– dijo Bullet, con los ojos todavía cerrados.

–Sólo estoy tratando de proteger a las dos personas más importantes del mundo para mí.

Consiguieron a Bullet a casa, y tan pronto como él golpeó la cama, él cambió. Xin y Seungbo bajaron a tomar algo para comer ya que no habían tenido la oportunidad de conseguir sus sándwiches. Los otros compañeros se unieron a ellos, y Xin nunca se había sentido tan cálido y lleno como lo hizo mientras todos se reían y hablaban.

Una hora más tarde, Young Jae entró en la cocina y tiró de su compañero Sandeul a sus brazos.

–¿Los chicos malos? –preguntó Won Pil.

 

Young Jae frunció el ceño. –El nuevo médico que fue contratado, también la enfermera. La nueva gente que Ji Hoon contrató y un tipo que había entrado a trabajar en la peluquería durante unos días.

–¿El nuevo doctor? – Xin no había conocido a ninguna de las personas que Young Jae nombró, pero se sorprendió de cómo los cazadores se habían mezclado tan fácilmente.

–No encontramos al Dr. David Kim –dijo Young Jae. –Debe haber entendido lo que estaba pasando y decidió no regresar.

–Es sólo cuestión de tiempo–, dijo Seungbo.

 

Xin rezó para que el Dr. David Kim se mantuviera alejado durante mucho tiempo. Indefinidamente estaría mejor, pero no era lo suficientemente tonto como para pensar que el médico abandonaría a Bullet. La vida con los no humanos no sería fácil, pero Xin estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para estar con Seungbo y Bullet.

 

Eran su vida, y Xin finalmente había encontrado a dos personas que lo amaban y no lo tiraban como todos los demás en su vida. Con una sonrisa, agarró la mano de Seungbo y lo condujo hacia arriba.

–Me debes algo de acción del baño.

 

Seungbo se rió al entrar en su habitación. –En cualquier momento, cariño.

En cualquier momento.

 

–¿Puedo entrar en eso?

 

Xin miró hacia la cama para ver a Bullet no sólo despierto, sino en su forma humana, gloriosamente desnudo.

–¿Tienes que preguntar? –, Bromeó Xin.

 

Con una profunda risita, Bullet se unió a ellos, y Xin pasó el resto del día desnudo, bien jodido, y tan feliz como había estado en la vida.

 

 

------------------

–¿Dijo que J.Y. Park advirtió a Bullet? – Preguntó Jongin, sonando sorprendido en el otro extremo del teléfono. –Pero él es el tipo que empezó todo.

–Lo sé –dijo Young Jae. –No estoy seguro de cuál es su plan de juego, pero no confío en él.

Jongin resopló. –No creo que nadie lo hiciera, aun. Este es un giro interesante de los acontecimientos.

–Todavía no he rastreado al Dr. David Kim. Creo que se ha escondido.– Young Jae odiaba que el científico se hubiera alejado. Eso no fue Un buen presagio para Bullet, pero no podía hacer nada sobre la situación hasta que el Dr. David Kim fuera encontrado.

–Mantenme informado–, dijo Jongin. –Ya he advertido a mis centinelas que busquen a los cazadores tratando de mezclarse, pero este no es nuestro primer encuentro con ellos.

Young Jae sabía que no sería la última vez que tratarían con ellos en su ciudad. Pero mientras permanecieran vigilantes, Desire seguiría siendo un lugar que cualquiera se sentiría orgulloso de llamar hogar.

 

 

Jae Hyo se movió silenciosamente por la enorme casa. Había caído la noche, y la mayoría de las habitaciones se proyectaban en sombras de la iluminadora luna. Oyó pequeños gemidos y gruñidos mientras se dirigía al segundo piso.

El rastreo de Hyung Moon había llevado semanas, pero ahora que sabía dónde estaba el shifter lobo, Jae Hyo no mostraría piedad. Entró en el dormitorio viendo a Hyung Moon joder a una mujer.

Con un movimiento rápido, Jae Hyo hundió sus colmillos profundamente, rompiendo el cuello de Hyung Moon mientras cenaba sobre el enemigo.

La mujer gritó y se alejó de la cama. Ella recogió su ropa y corrió de la habitación. Jae Hyo utilizó su inhumana velocidad para atraparla, luego borró sus recuerdos de lo que acababa de presenciar.

Cuando salió de la casa, sacó su teléfono celular del bolsillo interior de su traje.

 

–Te debo una –dijo Young Jae. –Ese es un problema menos y un millón para avanzar.

–Tengo hombres buscando al científico y sus laboratorios. Lo encontraremos, Young Jae. Y cuando lo hagamos, esos humanos desearán haber sido una mancha en la cama de su madre.

Young Jae rió entre dientes. –Me gusta la forma en que piensas.

 

–Ahora todo lo que tengo que hacer es encontrar a Simon Park y tendré un problema menos también.

–Déjame saber si necesitas mi ayuda –dijo Young Jae antes de colgar.

 

Simon Park era un problema que Jae Hyo planeaba manejar. Simon Park sabría el verdadero significado del dolor cuando él pusiera sus manos sobre el brujo.

 ---------------------

Bullet se tendió en la cubierta trasera, absorbiendo el sol mientras las puertas del patio se abrían. Sung Mo se dejó caer en el asiento a su lado y se metió las manos detrás de la cabeza. –Lindo día.

Una vibración nerviosa comenzó en el estómago de Bullet. Había prometido a sus compañeros que iba a hablar con el psiquiatra, pero ahora que Sung Mo estaba sentado a su lado, no estaba tan seguro de poder hacerlo. Drenar las cosas no atraía a Bullet.

Pero haría lo que fuera necesario para que sus compañeros estuvieran contentos, y tal vez, tal vez, Bullet podría empezar a sanar por dentro. El camino era espantoso, pero mientras tuviera a Seungbo y Xin en su rincón, Bullet se sentiría como si pudiera conquistar cualquier cosa.

 

FIN

A continuación... 116. El Demonio de Eun Woo (07)

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).