En el capítulo anterior…
Salí de la habitación rumbo a la cocina y cuando pasé frente a la puerta que daba al cuarto de Sean, en el que guardaba sus computadoras, escuché algo que me hizo detener
-¿En dónde habías estado, August?-esa era la voz de Lucy y el nombre que mencionaba… era August.
August…
¡August!
Tomé el pomo de la puerta, pero una mano blanca y esquelética me detuvo.
Mi otro yo se encontraba a mi lado
-Escúchalos-me sonrió mostrando sus dientes amarillentos y puntiagudos
Narra Daniel
-Quiero saludarlos-ignoré esa extraña sonrisa y sus palabras porque ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que había visto a August y a Ana.
Suponía que ambos estaban juntos porque… ellos siempre estaban juntos
-Estuve haciendo un par de cosas. No fue gran cosa-escuché la respuesta de August
-¿No fue gran cosa?-Lucy se escuchó enojada-Te desapareciste por meses y nunca recibimos ni una sola llamada de tu parte-continuó con su tono enojado
-Tal vez tú no, pero con Sean he mantenido contacto-dijo August y, aunque yo no estaba presente en lo que parecía ser era un reencuentro, sentí un cambio en el ambiente.
Ni siquiera me atreví a respirar.
Mi otro yo aprovechó ese momento de desconcierto para retirar mi mano del pomo
-Silencio-colocó su dedo índice sobre sus casi inexistentes labios y me indicó que guarda silencio. Ésta vez, le hice caso. Quise averiguar si lo que August había dicho era verdad y, si sí lo era, entonces…
-Sean ¿Es verdad?-ahora fue la voz de James ¿Él también estaba ahí? ¿A qué hora había llegado de su trabajo?.
No conseguí escuchar la respuesta, pero Lucy continuó molesta
-¿Por qué no lo dijiste?-
-Después de lo de Ana, August quiso mantener su distancia y fue él quien me contactó-hubo un silencio y me pregunté ¿Había un antes y un después de Ana? ¿A qué se refería?-Él no quiso que les diera su ubicación-
-¿Pero por qué, August?-Lucy continuó con el interrogatorio
-Necesitaba un tiempo a solas ¿Si? Perder a Ana fue como perder la mitad de mi cuerpo-per… ¿Perder?
Mi mente, al igual que ese cuarto, quedaron en silencio.
¿A qué se estaba refiriendo con perder? ¿Perder cómo?
-La asesinaron-mi otro yo de piel pálida se encontraba sentado a mi lado. Yo lo imité porque las piernas empezaron a temblarme cuando escuché sus palabras
-¿La asesinaron?-susurré y mi otro yo volvió a sonreír de manera extraña
-Y también fue tu culpa-sus ojos se rasgaron porque su sonrisa incrementó
-¿Por qué? Yo…-dudé-Yo ni siquiera lo sabía-su sonrisa no desapareció y, en silencio, empecé a llorar. No era posible.
No era posible lo que mi otro yo me estaba diciendo
-Ellos no te dijeron nada para que no supieras la verdad, pero como ha pasado en éstos días, es seguro que solo yo te digo la verdad-continué llorando y reprimiendo mis sollozos para que no me escucharan-Solo puedes confiar en mí-
-¿Pero por qué fue mi culpa?-continué susurrando en medio de mi llanto silencioso-Tal vez tú…-
-Yo no miento-su sonrisa desapareció-Mi verdad es absoluta-tomó mi rostro entre sus dedos huesudos-Ya te dije que no confíes en ellos-su sonrisa regresó-Y como prueba, continúa escuchándolos-limpié el rastro de mis lágrimas, pero continué con algunos espasmos-Y cállate. No te soporto cuando estás llorando-terminé por calmarme y, estando sentado en el pasillo y con la puerta a mis espaldas, continué escuchando la conversación
-August, tú no fuiste el único que perdió a Ana-la voz de Lucy se escuchó menos molesta-Ella también era nuestra mejor amiga-con esas últimas palabras, su voz tembló y mis ganas de llorar regresaron.
¿Cómo que Ana había sido asesinada?
¿Cuándo? ¿Desde cuándo?
¿Y por qué?
¿Por qué había sido mi culpa?
Mi llanto quiso tomar fuerza, pero al recordar que mi otro yo estaba sentado a mi lado, me reprimí colocando una mano sobre mi boca para que pudiera seguir escuchando
-Saben que lo que había entre ella y yo era especial-la voz de August fue un murmullo que casi no conseguí entender-Bueno, de todas formas, ella ya no está aquí-el cambio en su tono de voz me hizo sentir extraño.
Fue como si hubiera escuchado una amenaza
-Pero entonces ¿Por qué apenas estás de regreso? ¿Qué es lo que estuviste haciendo durante todo éste tiempo? Nosotros hemos estado buscándote-ahora fue el turno de James para pedir más explicaciones-Y… siendo sincero, te ves diferente, August-
¿Diferente?
¿A qué refería James?
-Me fui porque quise vengar la muerte de Ana-pasé saliva con dificultad, eso sí se escuchaba muy amenazante-Pero no pude. Y en ese primer intento estuve a punto de ser capturado-suspiró-No tenía ni idea de cómo vengarme porque ni siquiera sabía quiénes fueron los responsables. Pero entonces recordé que Sean nos había avisado de la emboscada y recurrí a él-
Sean…
-¿Trabajaron en conjunto?-Lucy preguntó
-Así es-fue la respuesta de August
-¿Y qué fue lo que hicieron par de locos?-
-Lo que aún estamos haciendo-August continuó con su explicación-Pero empezaré por el principio-ahora, su tono de voz fue más animado-Mientras Sean daba con la ubicación exacta del laboratorio que había mandado a esos soldados por nosotros, me dediqué en desmantelar otros laboratorios, de hecho, Maxim y Heinz también nos ayudaron. Continúan ayudándonos. Ellos también son parte de esto-¿Heinz? ¿Era la misma persona que Maxim había mencionado cuando estuvo de visita?
A esa persona aún no la conocía, pero al parecer, era alguien que todos los demás conocían bastante bien porque nadie preguntó sobre su identidad
-Ellos no vinieron porque se quedaron cuidando lo que tanto nos costó conseguir-de nuevo, su tono de voz fue animado y eso me dio escalofríos.
Me dio la impresión de que estaba disfrutando el decir cada palabra de lo que había hecho.
Tal vez, no solo August se veía diferente, como James había dicho, incluso me parecía que era otra persona. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que lo había visto que me resultaba complicado recordar su rostro; pero en mi mente lo tenía como alguien que siempre estaba sonriendo y bromeando.
Sonriendo y bromeando junto a Ana.
Era imposible recordar a alguno sin que el otro estuviera a su lado.
Pero ahora, escuchando su tono de voz y sabiendo que Ana ya no estaba junto a él… no tenía ni idea de quién era August
-¿De qué hablas? ¿Qué fue lo que consiguieron?-Lucy preguntó
-Además de que conseguimos vengarnos del asesinato de Ana, obtuvimos dos pájaros en un tiro-
-Ve al grano. ¿Qué es lo que están haciendo?-James aplicó presión
-Resulta ser que la misma persona que mandó a esos soldados a la fábrica, fue la misma que capturó a Daniel-escuché una risa a mi lado y me di cuenta de que mi otro yo me veía con esa sonrisa extraña
-Te lo dije-me dijo sin mover sus labios-Es tu culpa-no podía ser posible…
-Es un comandante y su nombre no vale la pena darlo a conocer-
Comandante.
Comandante…
-Fue quien te golpeó en algunas ocasiones. Después haré que lo recuerdes-él tenía razón.
Yo no recordaba a esa persona…
-¿Y? ¿Qué fue lo que le hicieron?-Lucy preguntó casi como si no quisiera saber la respuesta
-Lo secuestramos-August respondió con su tono animado-Y hasta la fecha, hemos desmantelado casi en su totalidad algunos de sus laboratorios. Es alguien muy influyente-
-¿Desde hace cuánto tiempo… lo tienen secuestrado?-James preguntó
-Desde poco antes de que Daniel comenzara con la psicoterapia-esta vez, Sean respondió
-Esos son meses-dijo Lucy en voz baja
-Casi un año, para ser más precisos-volvió a escucharse el tono animado de August.
Al parecer, todos tuvieron la misma impresión de incredulidad que yo porque nadie comentó algo al instante
-Sean…-Lucy comenzó-¿Te das cuenta de que están haciendo exactamente lo mismo que esos infames le hicieron a Dany?-
-Espera, Lucy-August interrumpió lo que pudo haber sido una respuesta por parte de Sean-Si bien Sean es el que ha estado dando el visto bueno a algunas de nuestras acciones, él solamente fue quien nos guió a él. Heinz, Maxim y yo nos encargamos del trabajo sucio. Éstos últimos meses solo yo lo he hecho y, en realidad, no me arrepiento de nada-
-August…-
-Y estoy seguro de que lo que le hicieron a Daniel, no se compara en nada a lo que yo le estoy haciendo durante día y noche, a ese hijo de perra-escuché su risa y me dieron más escalofríos.
August… Él no podía ser August.
Se escuchaba muy feliz por estar lastimando a la persona que me…
-¿No te agradan los finales felices?-me sobresalté al escuchar la voz de mi otro yo-Esa persona está sufriendo lo que tú también sufriste y eso, continúa-
-Pero…-
-Puede que en éste preciso instante esté gritando de dolor o pidiendo ayuda-empezó a reírse, pero yo no pude hacer lo mismo.
¿Por qué lo hacían?
¿Así era la venganza?
¿August siempre fue así?
¿Sean siempre pensó de esa manera?
-¿Por qué no te ríes? ¿No estás contento?-
-¿Cómo podría?-me abracé a mí mismo
-¿Y sabes cuál es la mejor parte?-negué al instante y mi otro yo se acercó a mí para hablarme al oído-Que esto también es por tu culpa-
-Yo no…-negué
-Claro que sí-
-Yo no les dije que hicieran tal cosa, yo…-
-¡Claro que sí!-mi otro yo se levantó del piso para colocarse frente a mí-La venganza tú la provocaste. Y si jamás hubieras sido rescatado, ¡Jamás hubieran asesinado a Ana!-
-Eso no…-mordí mi labio inferior para reprimir un sollozo
-Tu existencia solo trae problemas y sufrimiento a los demás-negué varias veces. Todo lo que mi otro yo me decía… no podía ser verdad.
Él… yo no confiaba en él. No debía confiar en él
-¡Ja! Yo soy el único en el que debes confiar. No puedes confiar en los demás. Ni siquiera en Sean y mucho menos en ti-
-Pero eso no…-
-Cállate y escucha. Viene la mejor parte-mi boca se cerró en automático
-August ¿Qué cosas dices? Tú no eres de ésta manera-dijo Lucy-Ana no estaría de acuerdo, ella…-
-Ella ya está muerta y es culpa de aquel bastardo-¿Se refería al comandante o a mí?
¿A quién se estuvo refiriendo todo éste tiempo?
-A ti, estúpido-mi otro yo respondió
-Pero August, tú…-
-Ya no hay nada de qué lamentarse, Lucy. No hay marcha atrás-se aclaró la garganta-Y no vine aquí para recibir sermones de ti ni de nadie más sobre lo que estoy haciendo-
-¿Entonces?-James preguntó-¿A qué viniste?-
-Como Sean no ha contestado ni mis mensajes ni las llamadas, decidí venir para escuchar su resolución. Me dejaste inquieto con ese mensaje de detener todo y matar al comandante, pero ya que estoy aquí, te lo diré personalmente. Ese bastardo hijo de puta no merece tener el derecho a la muerte. No te preocupes si ya no quieres ser parte de lo que ambos empezamos porque no tendré ningún problema en continuar yo solo-remarcó la palabra “ambos”-Vine para verificar tu baja en el plan-
-August…-escuché la voz de Sean
-Me dijiste que te habías enfermado, pero a mi parecer, te ves bien-
-Lo estuve, pero…-
-¿Pero qué? ¿Tienes miedo de continuar con esto? ¿Temes que ellos lleven a cabo su venganza en Daniel?-otro escalofrío me recorrió cuando escuché mi nombre entre ese tono de voz animado y burlón que August utilizó
-August, tranquilízate-dijo James con tono de advertencia
-Yo estoy tranquilo-la voz de August continuó burlona-Solo estoy esperando la respuesta de Sean-se escuchó un suspiro y supuse que fue de Sean
-Estuve enfermo ¿De acuerdo? Pero solo durante un día-solo… ¿Un día?-Estás en lo correcto al decir que ya no quiero continuar con esto. Lo que te dije en ese último mensaje es lo que continúa siendo mi respuesta: Puedes hacer lo que quieras con el comandante, no me interesa-hubo silencio y después mucho ruido.
Entre todo ese ruido conseguí escuchar que algo muy pesado caía con brusquedad al piso
-¡Por supuesto que ya no te interesa! ¡Daniel sigue con vida y no vas a saber lo que se siente perderlo! ¡Si ese bastardo hubiera asesinado a Daniel como lo hizo con Ana, no estarías diciendo que no te interesa!-me levanté del piso y los ruidos continuaron escuchándose.
A los ruidos se les sumó el llanto de un bebé y estuve seguro de que se trataba de Ben.
Me alejé de la puerta justo a tiempo antes de que se abriera de golpe.
August fue quien salió y ambos nos encontramos
-Daniel…-cuando nuestras miradas se cruzaron, sonrió y esa sonrisa me recordó a la de mi otro yo. Me dio escalofríos y mi respiración desapareció-Ahora ya sabes lo que hemos estado haciendo ¿No? Te vengamos a ti y a Ana, pero la única diferencia es que tú estás aquí, vivo-sus palabras…-Y ella, está muerta-pasó a mi lado sin decir nada más
-¡August!-Lucy salió detrás de él-Dany…-pero en cuanto me vio, su atención fue hacia mí-¿Estás bien? ¿Te hizo algo?-solo pude negar y entonces Lucy continuó persiguiendo a August.
A los pocos segundos, James y Sean salieron del cuarto seguidos por Tom que tenía a Ben entre sus brazos.
Casi de inmediato me di cuenta de que Sean tenía sangre en su rostro. Los lugares que más resaltaban eran su nariz y boca.
¿Los ruidos que escuché habían sido golpes?
¿August había golpeado a Sean?
Los tres voltearon a verme y me pareció que se quedaron inmóviles. Todos, menos la sangre que brotaba de Sean.
James reaccionó primero
-Voy por Lucy. Si August fue capaz de golpearte, no quiero saber lo que podría llegar a hacer. En un momento te reviso, Sean-y también pasó a mi lado
-Daniel ¿Qué fue lo que escuchaste?-Sean llamó mi atención y mi boca se entreabrió al ver las gotas de su sangre estrellarse contra el suelo
-Miéntele. Él ya te mintió a ti-dijo mi otro yo y las palabras brotaron de mi boca con mucha naturalidad
-No escuché nada. Llegué cuando August salía-mentí
-Debes mentirle mejor-mi atención fue hacia sus heridas
-¿Qué sucedió?-de nuevo, me hice el desentendido-Desperté porque escuché ruidos extraños-mentí muy bien y pude ver que mi otro yo, que ahora se encontraba de pie y a un lado de Tom, me sonreí
-August nos hizo una visita-fue Tom quien me respondió mientras yo hacía un esfuerzo sobrehumano en no cruzar mi mirada con la de Sean porque, si eso pasaba, no tardaría en darse cuenta de que estaba mintiéndoles
-Sigue mintiendo. Deben creerte-dijo mi otro yo mientras observaba a Ben y, extrañamente, me dio la impresión de que Ben lo observaba a él
-¿Por qué estaba enojado?-aun con el cuerpo temblándome, me acerqué a ellos-¿Por qué te golpeó, Sean?-enfoqué mi atención en el continuo goteo de su sangre
-Cambié de planes y se molestó-dijo Sean
-Me sorprende que no hayas ido detrás de él para regresarle el golpe. Creo que te rompió la nariz y un labio-dijo Tom mientras se acercaba a las escaleras. Y me sentí aliviado porque, sin que Tom lo supiera, se estaba alejando de mi otro yo que continuaba sonriendo, sonriéndonos, de manera extraña.
También me alegré de que Ben quedara lejos de mi otro yo
-Después me encargaré de él-Sean murmuró mientras alejaba sus manos de su rostro-Esto no fue nada-y, haciendo uso de sus poderes, empezó a curarse.
La sangre dejó de brotar, pero los rastros de ella no desaparecieron. Su rostro, ropa y el piso continuaron con las manchas y gotas de sangre
-Voy a lavarme la cara. Acompáñame Daniel-
-Yo voy a ver en qué termina esto-dijo Tom y empezó a bajar las escaleras rumbo a la sala.
Ambos tomaron rumbos diferentes, pero yo no me moví
-Ve con Sean y sigue mintiéndole. Él también continúa mintiéndote-como si las palabras de mi otro yo fueran órdenes directas que mi cuerpo no podía rechazar, empecé a seguir a Sean.
Ambos entramos a su habitación y lo seguí hasta el baño. Me quedé recargado en el marco de la puerta y, en silencio, lo vi lavarse el rostro con agua y jabón para después secarse con una toalla pequeña.
Sean revisó su rostro una última vez en el espejo del baño, en el cual, durante todo ese lapso de tiempo vi a mi otro yo reflejado en él.
Lo único que hacía era observarme. Ni siquiera se movía. Tampoco parpadeaba
-Si dices que no escuchaste nada de la conversación…-Sean mencionó mientras giraba hacia mí-¿Por qué no me has hecho más preguntas?-continuó secando sus manos y, sin querer, nuestras miradas se encontraron.
Hice el esfuerzo de no ser tan obvio en mi rechazo al contacto visual porque debía mentir bien.
Debía mentir mejor
-Porque dijiste que cambiaste de planes-elevé ambos hombros. Di unos cuantos vistazos a las esquinas del baño y después, mi mirada retornó a Sean
-Tienes que mentir mejor, tonto-mi otro yo continuó reflejado en el espejo. Estaba a un paso de Sean
-Te noté muy calmado pese a lo furioso que August salió del cuarto-
-Sean no escuchó lo que August te dijo. Y no tiene porqué saberlo. Sigue mintiendo-
-No lo…-
-¿Por qué no me preguntaste por August?-Sean me interrumpió-Desde hace mucho tiempo has querido saber en dónde ha estado-
-Dile que “Iba a preguntártelo”-repetí, a la perfección, las palabras de mi otro yo. Y sentí como si en realidad yo las hubiera querido decir.
Y sin que lo esperara, nuestras miradas volvieron a encontrarse
-No retires la mirada, así no sabrá que mentiste-soporté y fue Sean quien terminó apartando su mirada
-Ha estado resolviendo asuntos personales-respondió mientras dejaba a un lado la toalla y salía del baño. Cuando pasó cerca de mí, lo noté enojado
-¿Lo ves? Sean continúa mintiéndote. Miéntele sin piedad. Haz que se sienta culpable por mentirte-seguí con la mirada a Sean
-¿Qué asuntos personales?-pregunté mientras él llegaba a su clóset y empezaba a revisar su interior
-Ni siquiera nosotros lo sabemos. No quiso explicarnos-respondió como si nada y me sentí mal.
Sean en verdad estaba mintiéndome. Y continuaba haciéndolo sin dudar. En cambio, yo sí dudaba al escuchar a mi otro yo, pero él… ¿Por qué?
¿Por qué no quería hablarme con la verdad?
Ambos nos quedamos en silencio. Tomé asiento en la cama mientras Sean se cambiaba la playera sucia por una limpia.
Empecé a sentirme incómodo por ese silencio que se creó entre los dos. Y me pareció igual de eterno que agotador
-¿Ahora ya me crees? Ni Sean ni los demás son de confianza-mi otro yo tomó asiento a mi lado-Demuéstrales que no eres ningún tonto-asentí a sus palabras.
Me levanté de la cama y, sin ver a Sean, me dirigí a la puerta
-Voy a preguntarle a Lucy sobre la cena-anuncié en voz alta y di un paso al exterior
-¿Ya no tienes más preguntas?-su pregunta me hizo enojar, pero no lo demostré
-¿Más preguntas?-regresé el paso que había dado y nuestras miradas volvieron a encontrarse-Creo que no. Me dijiste lo que sabes ¿No?-entrecerré mis ojos-¿O acaso hay más?-y de nuevo, Sean apartó su mirada
-No hay más-dijo y continuó cambiándose el pantalón que también se había manchado con su sangre.
Ya no me sentí decepcionado por sus mentiras.
Me sentí furioso.
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Una semana después
Veía la televisión, pero sin verla. Y tampoco la escuchaba.
Tom y Ben, que estaban sentados en el otro sofá de la sala, se veían muy entretenidos con la película. Ben reía y aplaudía con emoción mientras Tom le señalaba una que otra cosa en la película que le parecía bonita.
Mientras tanto, mi otro yo, que estaba sentado a mi lado, no dejaba de tocarme el poco cabello que tenía y de recargarse en mí. Su desnudez ya no me parecía un problema porque ahora, su piel ya no estaba helada como al principio. Ahora era tibio y no me molestaba tenerlo tan cerca de mí.
Ahora solo confiaba en él.
Solo en él desde que August había llegado para abrirme los ojos de todas las mentiras que Lucy, James, Tom y Sean se empeñaban en mantener.
Ya había pasado una semana desde aquella revelación y si bien podía hablar y convivir con los demás sin ningún problema, porque mi otro yo me había enseñado a mentir tan bien como ellos lo hacían, no confiaba en nada de lo que me decían. Ellos habían dejado de hablar del tema cuando yo me encontraba presente, pero sabía que se reunían durante la noche para platicarlo. Lo hacían porque creían que yo dormía, pero en realidad, mi otro yo me despertaba para que me escondiera y los escuchara.
Continuaban diciendo que yo no debía saber nada.
Pero era tarde porque yo ya lo sabía todo.
Incluso sabía, gracias a mi otro yo, el objetivo de los antidepresivos que Sean me había entregado. Mi otro yo decía que esas pastillas servían para mantenerme adormilado y sin voluntad propia. Por esa razón tomé la decisión de dejar de tomarlas.
Pero, nuevamente, mi otro yo me aconsejó continuar fingiendo que las tomaba, pero en realidad me encargaba de tirarlas sin que nadie se diera cuenta; ni siquiera Sean
-Ahí viene el mentiroso mayor-mi otro yo habló cerca de mi oído-Míralo, incluso sigue utilizando su pijama para continuar con la mentira-ni siquiera volteé a ver a Sean porque le creí a mi otro yo.
Sean continuó con su camino rumbo a la cocina. De reojo me percaté de que él no me dirigió ni una mirada y mucho menos una palabra.
Su actitud de los últimos días era parecida.
Me hablaba solo lo necesario y… eso me hacía sentir más mal que decepcionado. Más mal que enojado.
Me entristecía el silencio de Sean y al parecer, él no se daba cuenta de eso. O si es que se daba cuenta, el fingía no hacerlo
-Él es un mentiroso-dijo mi otro yo mientras se sentaba sobre mis muslos y sostenía mi rostro entre sus manos que, si antes eran huesudas, ahora me parecían tibias y agradables-Él y todos los demás-asentí. No tenía caso que me repitiera lo que ya sabía-Ya no es agradable estar aquí con ellos ¿No crees?-de nuevo, estuve de acuerdo-Ellos solo mienten y no te hablan con la verdad. Te ocultan información y no les interesa en lo más mínimo la manera en que te estás sintiendo-me abrazó y recargó su frente en mi hombro-Pero me tienes a mí-susurró.
Además de que mi otro yo se había vuelto más cálido, su actitud era más amable. Ahora me abrazaba y andaba más cerca de mí.
Y sus palabras me hacían sentir mejor. Él me comprendía a la perfección y no necesitaba explicaciones
-¿Recuerdas las tres opciones que te di?-sí, si las recordaba.
El sofá, la puerta y el balcón
-Ya tomaste la primera opción que fue el sofá. ¿Qué te parece si ahora eliges la puerta?-
-¿La puerta?-susurré para evitar que Tom me escuchara
-Sí. La puerta representa la salida de éste lugar-dudé-Si sales de aquí, podremos ser libres-¿Libres?-Sean y los demás te tienen encerrado-
-¿Estoy encerrado?-¿Por qué?
-¿Vas a continuar viviendo de ésta manera para siempre? ¿Junto a personas que te mienten? ¿Junto a personas que te engañan?-
-Pero…-dudé ¿A qué se refería mi otro yo? ¿Irme?
¿Escapar?
¿Yo estaba encerrado en esa casa?
-¿A dónde iría?-
-¿Me hablaste Dany?-mis pensamientos se interrumpieron cuando escuché la voz de Tom. Volteé a verlo
-No-respondimos.
Y me sorprendí de la sincronización que mi otro yo y yo empezábamos a tener.
Ahora, decíamos lo mismo al mismo tiempo
-Escapemos. Tenemos que ser libres-
-No lo sé…-
-Hazlo. No tiene sentido que continuemos de ésta manera. Si nos vamos, ellos no podrán continuar con sus engaños-
-No podría hacerlo. No podría irme-
-¿Qué sentido tiene quedarte? Estoy seguro de que ellos no notarán cuando te vayas y, cuando lo hagan, no les importará-continué dudando-La puerta es una nueva oportunidad. No te preocupes de nada porque no vas a estar solo; yo estaré contigo-mi otro yo volvió a abrazarme
-Tomás-escuché la voz de Sean y, sin querer, lo busqué con la mirada. Lo encontré en la entrada de la cocina-Ven un momento-por un instante creí que se refería a mí pese a que sabía que había llamado a Tom, pero no pude evitar que mis latidos se agitaran. Y con la misma velocidad con la que se agitaron, así se calmaron cuando Tom se levantó del sofá con Ben entre sus brazos y pasaba frente a mí rumbo a la cocina.
Ambos quedaron fuera de mi vista
-De nuevo van a ocultarte información-quise levantarme y dirigirme a la cocina, pero mi otro yo me detuvo con sus palabras-Éste es un buen momento para irte. Es la oportunidad perfecta-
-¿Cómo?-
-¡Corre!-se levantó del sofá
-Pero…-
-¡He dicho que corras!-mi otro yo empezó a correr rumbo a la puerta principal y, sin que pudiera creerlo, vi que atravesaba la pared sin ningún problema.
En ese momento, cuando lo vi desaparecer, un solo pensamiento pasó por mi cabeza “Si no lo sigo, jamás volveré a verlo”. Mi necesidad de permanecer junto a mi otro yo, más la de ser libre, me orillaron a tomar la decisión de escapar.
Y mis siguientes acciones, fueron creadas por varias razones y un fuerte impulso.