Trinidad Vengadora.
"Estúpido", bufó bebiendose de golpe el contenido de su vaso de whisky. Desvió la vista del gran televisor que trasmitía en ese momento un programa de chismes del espectáculo, donde el tema de ese día era la famosa, y a la vez controvertida, Trinidad Vengandora, y la posó en la hermosa ciudad que se apreciaba desde los grandes ventanales de su habitación. Tony en verdad no entendía cuándo o por qué habían empezado a llamarlos así, o siquiera la razón por la que la prensa había decidido que las tres cabezas principales de los Vengadores eran él, Thor, y Steve, cuando lo cierto era que no habrían podido ganar sin el resto de sus compañeros, y no le parecía justo que no recibieran crédito por eso.
Así como tampoco le gustaba que la razón principal por la que solo la Trinidad resonara tanto en los medios de comunicación fuera el hecho de que el alfa más dominante del equipo, (Thor), y los dos omegas más fuertes, (Steve y él), habían pasado por un "triángulo amoroso", y aunque eso había sido hace tiempo, los paparazzi aún lo explotaban como si su situación amorosa no hubiera cambiado. En un principio le pareció divertido, claro, pero después de que Thor dejara a Loki en Asgard y regresara a la tierra para "supuestamente" descansar, y Steve y él comenzaran a pelearse en serio por el alfa, los periodistas comenzaron a surgir como margaritas en todos lados, divirtiendo y alimentándo a las cámaras con su cruenta batalla.
Y lo peor fue que la mayoría de los malos comentarios que surgieron luego fueron siempre dirigidos a él.
Lidió toda su vida con mala prensa, pero ninguna lo hirió tanto como los comentarios, memes, críticas, ataques, y todo tipo de contenido perverso hecho por algún idiota sin nada mejor que hacer, que le dirigieron cuando el público se enteró de que había puesto sus ojos en Thor, al que consideraban el sueño inalcanzable, el concepto personificado del Alfa perfecto. Porque, claro, lo amaban por ser un omega con un gran intelecto que supo abrirse paso en un terreno dominado por alfas, y por ser el primer súper héroe omega existente, (o conocido, considerando que antes se creía que el Capitán era alfa), pero la reputación que le precedía con alfas y mujeres betas, le valieron miradas reprobatorias y rechazo tanto por los conservadores y tradicionalistas, como los miembros y creyentes del movimiento liberal omega, ¿Y por qué? Sencillo. Nadie creía que fuera bueno para Thor, decían que no estaba a la altura, que no lo merecía, que un omega alcohólico, ramero, y sarcástico no era digno ni de broma de un dios en toda la extensión de la palabra, e incluso llegaron a señalar su falta de gracia y belleza que, según el mundo, no tenía. Principalmente por la barba, ya que era casi como una ley que solo los alfas se la dejaran.
Fue duro afrontar eso. Siempre supo que no era el ídolo de adoración de muchas personas que desaprobaban su vida tan libertina, cínica, e inmoral, pero nunca se habían metido con él tan directamente como lo hicieron en ese entonces. Y lo del Mandarín no ayudó para nada, sin mencionar que le valió perder el juego y que Steve fuera el elegido por Thor, ya que, durante la persecusión de ese terrorista, no tuvo tiempo para él. No iba a negar que, cuando Thor lo vió a los ojos y le dijo que no podía corresponder a sus sentimientos porque su corazón había elegido a Steve, sintió un gran alivio que casi lo hizo llorar, tanto de felicidad como de tristeza al haber sido rechazado, y creyó que su único consuelo sería que la prensa lo dejaría en paz.
Cosa que no sucedió.
Durante esa férrea lucha por ganar al alfa que el Cap y él tuvieron a lo largo de varios meses, si bien, el mundo habló de los tres, también era cierto que solo él recibió la mala cara. Así es, las personas lo desaprovaban como un omega digno de Thor, pero con ellos dos fué todo lo contrario.
Obviamente, el alfa fue aclamado y elogiado por su buena elecció, lo cual era normal para un alfa, pero Steve fue otro cuento. Él también era omega, uno que se hizo pasar por alfa para lograr entrar al ejército aprovechándose de su falta de olor y celo debido a su delicado estado de salud, (aunque eso no lo escondió de Erskine), uno que marchó a la guerra con valor, que no tuvo miedo de enfrentarse al que, hasta ese momento, era el alfa más dominante conocido, Johan Smitch, y uno que, gracias al suero, obtuvo la capacidad de crear un dominio similar al de un alfa, convirtiéndolo en el primer súper Omega que ha existido hasta la actualidad. Uno que desafíaba y se burlaba de todos los estándares y reglas que se tenía para los omegas. Él no se sometía, no se quedaba en casa, se atrevía a dar su opinión y a hacerla valer, no bajaba la mirada, no obedecía a quien no quería obedecer, no permitía que alguien intentara doblegarlo, luchaba, usaba sus puños y su cerebro por igual, hablaba en nombre de los que no tenían voz, se erguía ante una tempestad, y hacía todo lo que un alfa hacía sin problemas. Con todo eso, Tony había creído que todos los grupos conservadores y tradicionales lo atacarían sin piedad, rechazándo el hecho de que quisiera unirse a un alfa perfecto cuando el rubio personificaba toda la insolencia, impertinencia, y desobediencia de un omega, pero no fué así. A él lo atacaron, pero al rubio lo alabaron como si fuera el mesías resucitado.
Y no exageraba, (o tal vez un poco), pero es que, aún en esas alturas, no entendía por qué, si ambos eran todo lo que los omegas no debían ser según la sociedad, a Steve lo alentaron para ser la pareja de Thor, y a él lo repudiaron. Entendía que quizá tenía algo que ver con que Steve no tuviera una vida sexual tan cuestionable como la suya, y que él era la leyenda del país, aunque en un principio lo tomaran como el concepto del alfa perfecto, pero ambos habían desafiado a los tabús, ¿Por qué entonces Steve era el bueno? ¿Por qué él hizo que muchos artistas, en todas las artes, y muchos famosos se descubrieran como omegas siguiendo su ejemplo? ¿Por qué su presencia de tan solo unos años en ese siglo había hecho que todo para los de la casta comenzara verdaderamente a mejorar en comparación a los lentos avances que Tony impulsó con el esfuerzo de toda su vida?
Suspiró.
No lo sabía, y, francamente, tal vez nunca llegaría a comprenderlo. Pero de algo estaba seguro, el que Steve abandonara al alfa perfecto en el altar para correr a los brazos de otro omega, quien además se trataba de él, precisamente el omega más repudiado para haber estado en su lugar, y su competencia en su lucha por dicho alfa, no le haría ninguna gracia al público. Ni a quienes lo apoyaban ni a las organizaciones que luchaban por los derechos omega. Y, si existía la mínima posibilidad de que las acciones de Steve impulsaran los númerosos, pero poco tomados en cuenta, movimientos por la igualdad para los homosexuales, (alfas que gustaban de alfas, y omegas que gustaban de omegas), sabía que el minúsculo apoyo que les brindaran no evitaría que cuestionaran incluso su posición como heroes.
Porque los niños amaban a los heroes y seguían u ejemplo. ¿Qué clase de ejemplo darían ellos siendo de la misma casta y amandose? Los acusarían de corromper a las nuevas generaciones y rechazarían la idea de que pertenecieran al equipo. Y eso, sin mencionar lo mucho que lo atacarían a él de forma individual.
Ya imaginaba las cosas que dirían. Seguro lo culparían de todo.
Por el momento, claro, el mundo seguía creyendo que los omegas de la trinidad aun peleaban por el Alfa líder, hacían teorías de la razón por la que Steve estaba en la tierra solo, y de lo que había pasado en su boda asgardiana para que los "recién casados" no estuvieran en su luna de miel. Se decía incluso que Thor había cambiado de opnión y ya no deseaba al súper omega a su lado. Nada más alejado de la realidad. Pero era mejor así, lo sabía, si a Steve, habiendo sido él parte de esos grupos conservadores y religiosos cuyos papeles de alfas y omegas estaban bien definidos, había tenido serios problemas para aceptarse a sí mismo, y aceptar el amor que sentía por alguien de su mismo sexo, no quería pensar el cómo reaccionarían el resto de las personas que pensaban como él. Es decir, Steve lo entendió en el último momento, porque su amor fue más grandes que sus arraigadas creencias, pero eso no pasaría con el resto. Además, seguía llamándolo enfermedad, e insistía hasta el infinito que estaba bien con saberse enfermo.
A Tony le entristecía escucharlo hablar así de él mismo, pero hacía mucho había entendido que nunca podría sacarle eso de la cabeza, y había aprendido a vivir así.
Porque Steve estaba dispuesto a luchar por su amor contra todo y todos.
-Aaahhh-suspiró, alejándose por fin de las ventanas y acercándose al estéreo para poner algo de música.
Había tenido un día horrible, Pepper lo había obligado a asistir a una reunión con unos inversionistas cuyas ideas homofóbicas casi lo sacan de quicio en más de una ocasión, y de no ser porque su amiga le había hecho prometer que se comportaría, le habría saltado al cuello a cada uno. Pero ya no quería pensar en eso, ni en la trinidad, ni en las personas, o el infierno que viviría una vez que se descubriera la relación que pondría por debajo del suelo su reputación. No. Quería relajarse, disfrutar de esos escasos minutos que Pepper le había dado libres para apagar su mente y deshacerse de todas sus preocupaciones.
Basta con mirarte para que empieze a arder mi corazón
Para que tu fuego me llene el cuerpo de pura pasión.
Sin notarlo un día cuan mariposa me posé en tu flor
Pobre e ingenua niña caí rendida a tu favor.
Se me escapa de las manos tanta miel
Roba de mis labios la tentación.
Dulcemente rozaremos piel con piel
No olvidarás, nuestro fogoso amor.
Hazme de una vez sentir
Que está pasión no tendrá fin
Y que no fue un error, hacerte el amor
Por favor déjame besar tu ser
El mundo que otros no ven
Solo intoxícame, que feliz seré
Ahogada en tu calidez.
"¿En serio?", pensó con molestia. Quería olvidarse de ese tema, pero típico del universo que se pusiera en su contra reproduciendo precisamente ese día, a esa hora, en el momento exacto en que encendía el estéreo y reproducía el disco cualquiera que se había quedado ahí por los anteriores ocupantes, una canción que trataba el mismo tema que quería olvidar .
-Mi suerte no podría peor-bufó, sentándose en el sofá y recargándo su cabeza en el respaldo con la vista al techo.
Sin temor deséame más y más que te complaceré
Si en verdad me amas toca mi cuerpo y obsesiónate.
Sueño con locura tenerte entre mis blancas sábanas
Y que jures serme fiel, mi almendra virginal.
Si perdemos nuestras almas al final
Unidas, un día se encontrarán.
Nuestro hechizo sin dudar perdurará
Somos tu y yo, que importa lo demás.
-Es tan fácil decir eso-suspiró de nuevo, cerrándo los ojos para disfrutar de la música.
Por tanto tiempo te soñé
Y ahora que al fin te encontré
No te abandonaré, no lo quiero hacer
Sabes que ya no hay vuelta hacia atrás
Esto no fue casualidad
Eres mi realidad, mi única verdad
No renuncies a nuestro amor.
[Instrumental]
-Buena melodía-habló una voz grave que hizo al castaño dar un brinco en su lugar y posar su mirada en el intruso.
Tony se paralizó y abrió los ojos por completo al ver quién había irrumpido en su habitación. Tragó saliva, había sabido que en cualquier momento tendría que enfrentarlo, pero nunca pensó que tendría que hacerlo solo.
-T-Thorsito...-se aclaró la garganta y se sentó derecho en el sofá, observándo al asgardiano parado frente a él con una mirada extremadamente fría-Q-Que sorpresa, ¿qué te trae a la tierra?-preguntó tamborileándo los dedos en el posamanos con nerviosismo.
Thor no contestó al instante. Entrecerró los ojos y caminó hacia el omega, causándo que éste se tensara como un arco y tragara saliva de nuevo. Tony no iba a negar que se sentía asustado, Thor era un dios nórdico muy poderoso, y un alfa capaz de poner de rodillas a otros alfas, sentía que si al rubio se le ocurría atacarlo, él no podría ni llamar a su armadura estándo aturdido por las feromonas que seguro desplegaría.
-Sabes a qué vine-respondió el dios, deteniendose a escasos centímetros del otro y sentándose en el sofá de frente al castaño.
Tony se sintió un tanto aliviado por eso.
-No, yo...No lo sé, Thor.
-¿No?
-No.
Natasha y el resto de sus amigos le habían comentado que salir de Asgard ilesos había sido una proeza digna de admirar, y es que tanto Thor como sus padres, y la gente de reino, no tomaron nada bien la ofensa que Steve cometió en su contra al atreverse a faltar a su promesa con el futuro heredero al trono, la reina Frigga en especial estaba muy disgustada con la burla hacia su hijo, y el príncipe enfureció tanto que terminó destruyendo el salón real en medio de su rabieta. Si no salió inmediatamente a buscar a Steve fue solo porque el Padre de Todo lo detuvo.
Y el omega sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal al penasr en ello. Si eso le había hecho a su propia casa, ¿Qué pasaría con Steve y con él?
-No puedo entender...-comenzó el alfa, ganándose la completa atención de Tony-El tipo de atracción que une a dos omegas, y los hace ignorar los designios de los dioses para unirse a sus opuestos y parejas predestinadas. Quisiera hacerlo, en verdad, me traería paz poder saber qué hizo que Steve cediera su corazón a otro omega en lugar de cedermelo a mí, pero no puedo. He consultado a los maestros de Asgard, pero ellos tampoco lo entienden, ni siquiera mi hermano o mi madre.
-Tal vez...-dijo tímidamente-T-Tal vez no haya nada que e-entender.
Thor entrecerró los ojos, y Tony sintió que no debía respirar
-Es posible. Quien sabe en realidad lo que es el amor, si pudieramos comprenderlo dejaría de ser hermoso, ¿no es cierto?-Tony asintió-Pero sabes Stark, hay algo que si puedo entender.
-¿Qué?
-Lo lejos que el sentimiento te impulsa a llegar.
El asgardiano estaba usándo un tono tan serio y culto que el omega sintió temor, nunca antes lo había visto portarse así, pero imaginaba que solo lo hacía cuando el tema que trataba era sumamente delicado.
-Yo...
-Steve se atrevió a ofenderme a mí y a mi reino para poder estar contigo. Nada que no hubiera hecho yo por él, y eso sí lo entiendo. Te ama, a tí, no a mí, y yo...no he venido a ser un estorbo-declaró levantándose de su asiento.
El omega lo imitó con sorpresa.
-¿Qué?
-No me interpondré entre dos maravillosos guerreros que se aman y desean unir sus vidas en una. Amo demasiado a Steve como para querer ser la causa de sus lágrimas, y te aprecio demasiado a ti como para volverte mi enemigo, pero...quisiera perdirte algo.
-¿Qué cosa?
-Cuídalo mucho, amálo, protegelo, porque aunque no lo aparente, él es incluso más frágil que tú, y una fisura en su corazón puede fácilmente perturbar su alma, y aunque eso sea inevitable, sé quien lo ayude a ponerse de pie-dijo poniendo una mano en el hombro del más bajo.
El castaño parpadeó perplejo, notándo las lágrimas acumuladas en los ojos de Thor, y el profundo dolor que reflejaba en su mirada. Por un instante, tuvo la sensación de que se estaba despidiendo, es decir, era claro que Thor aún no había superado a Steve, no había pisado la tierra en todo ese tiempo precisamente porque no estaba preparado para verlo, y deducía que no lo estaba en ese momento, ya que había decidido darles su bendición en presencia solo de él, cuando lo correcto habría sido hacerlo con Steve, y se preguntó, con cierto temor, ¿qué lo impulsaría a enfrentar aquel asunto que tanto lo lastimaba antes de que la herida cicatrizara? ¿Qué lo había llevado a ese punto? Era como sí Thor pensara que no tendría otra oportunidad de hacerlo, o como si estuviera arreglándo todos sus pendientes en vida antes de...
Un nudo se formó en la garganta de Tony, reparándo por primera vez en que Thor no estaba usándo su armadura habitual sino una capucha que lo cubría hasta lo pies, y su cabello estaba amarrado en una media coleta que despejaba su rostro de esos mechones rubios que tanto lo habían enloquecido en el pasado. Tuvo entonces el impulso de preguntar si acaso estaba diciendole adiós indirectamente, pero no lo hizo, en su lugar, sonrió y estrechó al asgardiano en un fuerte abrazo, para luego murmurar en su oído un "gracias" que hizo que el dios destensara su cuerpo.
Al separarse, el alfa le asintió con una media sonrisa y se dió la vuelta para marcharse, pero Tony lo detuvo tirándo de su capucha ligeramente, ganándose la mirada interrogante del más alto.
-¿Qué?
-¿Podrías...hablar también con Steve?
Thor arqueó una ceja.
-Él se siente muy mortificado por haberte lastimado, y creo que tu visita le hará bien, tanto a él como a tí. Necesitan...verse.
El dios cerró los ojos y apretó los puños, conteniendo, tal vez, las lágrimas que amenazaban con brotar de sus ojos. Tony se preocupó.
-¿Estás bien?
Por toda respuesta, el alfa negó y retomó su camino para marcharse, dirigiendole unas últimas palabras al millonario.
-Mi madre acaba de morir. Marcharé a una guerra de la que tal vez no regrese, ¿realmente crees que una visita a Steve sea lo más sensato?
-Pero él...
-Solo-se detuvó-Dile que lo amo.
Y desapareció tras el umbral de la puerta, perdiendose en los pasillos del hotel donde se hospedaba el castaño. Tony corrió hacia las ventanas y pudo ver perfectamente el momento en el que el cielo se oscureció y relampagueó en señal de que el asgardiano había regresado a su hogar.
Sus palabras retumbaron en los oídos del omega, y éste no pudo culparlo por no querer ver a Steve. Con la perdida reciente de su madre, ¿y una guerra en la que tal vez moriría? Tony entendía que no quisiera llevar más pesares a la batalla, una mente aturdida por el dolor de una herida reciente, y otra sin cicatrizar, no era funcional en medio de un combate. Para Thor, era suficiente haber hablado aunque fuera con él.
Y Tony no pudo evitar que algunas lágrimas se escurrieran de sus ojos.
Me sentí nerviosa aquél amanecer
Y lloré, porque no te ví volver.
Me dijiste que todo marchaba bien
Para ocultar, que sufrías tambien.
De fondo, la música seguía reproduciendose.
Hazme de una vez sentir
Que está pasión no tendrá fin
Y que no fue un error, hacerte el amor
Por favor déjame besar tu ser
El mundo que otros no ven
Solo intoxícame, que feliz seré
Tal como un imán atráeme
Que muero por verte otra vez
Perderme en tu querer, y en tu calidez
No me dejes, entiende de una vez
Esto no fue casualidad
Eres mi realidad, mi única verdad
No renuncies a nuestro amor.
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Luego de pasar casi una hora intentándo calmarse, el castaño se decidió a llamar a su omega para darle el mensaje que Thor le había dejado. Pensó también en decirle de su vista, sus palabras, de su perdida y la forma en que había ido a despedirse, después de todo, Steve tenía derecho a saberlo, debía saberlo, y con eso en mente, marcó el número de su novio y esperó a que respondiera.
-¿Halo? ¿Tony? ¿Eres tú?
El castaño tardó unos segundos en contestar, estaba dispuesto a decirle todo lo que había planeado, pero por alguna razón, las palabras se negaron a salir de sus labios.
-¡Por supuesto que soy yo, cariño! ¿Quién más podría ser sino tu sexy novio?
Steve sonaba felíz, tranquilo, seguro sonreía del otro lado del teléfono, y Stark no tuvo el corazón de decirle que Thor, el hombre al que había herido y el que lo hacía sentir tan mal, había ido a despedirse de él porque iba a una guerra en la que quizá moriría, y el único mensaje que había dejado para él, en vista de que no tenía la fuerza para enfrentarlo sabiendolo la persona a la que amaba con todo su corazón y con la que nunca tendría la dicha de volver a compatir un mísero beso, era un simple, pero significativo, te amo. No, Tony no podía decirselo, no todavía, ni de esa forma, si iba a decirle que Thor los había perdonado y bendecido sería en persona.
Así, al menos, podría limpiar sus lágrimas.
-Hola Tony, ¿cómo estás? ¿Te la pasas bien en tu viaje de negocios?
-Muy gracioso, sabes perfectamente que con la loca de Pepper es difícil pasarla bien-dijo intentándo sonar lo más natural posible.
-Te he dicho que no la llames así.
-Pero está loca. Me obligó a pasar tres horas en reunión con una bola de viejos amargados y homofóbicos que no dejaban de mirarme como un pedazo de carne. Rayos, a este paso voy a morir. Y lo que es peor, me haces falta bebé. Extraño mucho tus besos.
-Yo también te extraño, amor, pero ya solo falta una semana. Resiste y serás bien recompensado.
-¿Sí? Pues eso espero-bufó, recordándo el tiempo que tendría que esperar para darle la noticia a Steve.
-Ya lo verás. Construiré un hermoso nido para nosotros y pasaremos un día juntos, incluso te dejaré prácticar ese juego de roles que tanto te gusta.
-¡¿En serio?!-exclamó el castaño, olvidándo por un segundo el peso en sus hombros-¿El del amo y el sirviente?
-Sí.
-¿El de la colegiala?
-Ajá.
-¡¿Y el de la omega violada?!
-No te emociones tanto.
-¡Pero, bebé, ese es mi favorito!
-Tony, no.
-Por favor, y te prometo que haré todo lo que Pepper diga sin quejarme.
-De acuerdo, lo pensaré.
-¡Yes! No te arrepentirás, mi omega.
-Todavía ni siquiera he aceptado.
-Pero lo harás.
-¿Por qué estás tan seguro?
-Porque, aunque no te guste admitirlo, sé que amas ese juego tanto como a mí, y ya que llevamos mucho sin hacerlo, no podrás resistirte a la oferta.
-¿Mucho? Solo ha sido una...
Tony frunció el ceño ante esa interrupción.
-¿Qué demon-¡MNGH!
-¿Steve?-lo llamó preocupado-¿Todo bien, bebé?
Al no obtener respuesta casi entró en pánico, y estuvo a punto de llamar a Pepper para decirle que preparara el jet privado para volver a Nueva York en ese momento cuando recordó que Steve le había mencionado que había estado haciendo unas misiones para SHIELD en esos días, nada largo ni tan peligroso según le había informado, y pensó que quizá lo había interrumpido en medio de alguna, y como Steve era tan amable, no había querido colgarle. Eso lo relajó considerablemente, temía por su pareja, pero sabía que el Capitán era un buen soldado y sabría arreglarselas si estaba en problemas.
Con eso, dejó el celular en la mesita de centro y caminó hacia el estéreo para volver a poner la canción de hace unos minutos, sirviendose una copa de vino y volviendo a su lugar en el sofá, dispuesto a disfrutar de la melodía de la diva virtual en su versión inglés y dejar que sus pensamientos se perdieran pensándo en lo mucho que esa canción se parecía a su vida actual.
-Que gran ironía-exclamó con una auténtica sonrisa.
Basta con mirarte para que empieze a arder mi corazón
Para que tu fuego me llene el cuerpo de pura pasión.
Sin notarlo un día cuan mariposa me posé en tu flor
Pobre e ingenua niña caí rendida a tu favor...