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Save Me (Superbat) (Crossover Marvel/DC) por Mariela

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-En caso de que no lo sepa, (y es obvio que no lo sabe), le informo que un intento de huída sería la cosa más estúpida que podría hacer, Capitán.


-¿Es eso una amenaza?


-Un informe en realidad.


-Suena a amenaza.


-Tomelo como quiera.


Steve suspiró y siguió su camino al ascensor siendo escoltado por la pareja, quienes se mantenían atentos a todos sus movimientos.


-¿Capitán?


El llamado detuvo al trío justo antes de abordar. Steve volteó y saludó con una sonrisa a Rodhey, quien se dirigió hacia él sin despegar su mirada curiosa del par que lo acompañaba.


-¿Dónde has estado? Esta es la tercera vez que vengo a buscarte en la semana. Pensé incluso que habías ido con Tony a su viaje de negocios.


-Hola Rodhey, sí, verás...-se rascó la cabeza-Se siente muy solitario allá arriba, y ya que no tengo vecinos con quienes pasar un rato agradable de charla, decidí quedarme en mi departamento mientras Tony regresa-dijo, mirándo fijamente al alfa, pero manteniendo su sonrisa.


Rodhey entrecerró los ojos percatándose de los nervios que aquejaban al rubio, y su sonrisa se borró.


-Entiendo-se aclaró la garganta-Y, ¿Quiénes son ellos?-señaló a la pareja.


-Pues...


-Bruce Wayne, es un placer-se adelantó Bruce, ofreciendo su mano como saludo.


-James Rodhes, mucho gusto- respondió, correspondiendo el gesto-¿Y él?


-Oh, él es mi alfa, Clark. Clark, saluda.


-Mucho gusto, señor Rodhes.


-Es placer es mío. ¿Amigos, Steve?


El rubio dió un respingo cuando el alfa se dirigió nuevamente a él, pero frunció el ceño al ver la acusación en los ojos de Rodhey. Sabía que aún no le agradaba de todo a los amigos de su pareja, y aunque con Pepper logró entenderse muy bien, con el Coronel no parecía tener la misma suerte, y lo entendía, claro que sí, después de todo, él había lastimado al castaño al no poder aceptarse a sí mismo, era comprensible que el Coronel temiera que volviera a lastimarlo.


Carraspeó e hizo un esfuerzo sobre humano por no mostrarse afectado por la mala opinión que tenía el alfa de él, quien al parecer creía que iba a subir al hogar que había formado con Tony, con un alfa y un omega para hacer alguna especie de orgía.


-En realidad, ellos...


-Venimos a hacerle una entrevista-contestó Bruce rápidamente-Mi alfa y yo pertenecemos al Daily Bugle, y nuestro jefe nos pidió una exclusiva con el Capitán sobre el por qué vive en la Torre Avengers junto al multimillonario Anthony Stark, mientras el equipo de los Vengadores está disperso.


Tanto Rodhey como Steve alzaron las cejas ante esa declaración, e incluso intercambiaron una mirada rápida antes de voltear hacia el omega.


-¿Cómo supo que...-comenzó el moreno, pero fue interrumpido por Bruce.


-¿Qué el Capitán vive aquí? ¿O que los Vengadores se dispersaron?


-Ambos.


-Bueno, si no fueramos tan buenos obteniendo información sin filtrar, mi alfa y yo no seríamos reporteros, ¿no cree?


-Sí...creo que sí.-Rodhey carrapeó para salir de su asombro y miró al rubio-¿Y por qué en el penthouse?


-Bueno...


-Yo puedo explicar eso-intervinó el otro alfa presente-Verá, señor Rodhey, lo que sucede es que yo...quiero decir, mi omega y yo emboscamos al Capitán justo cuando estaba entrándo a este edificio, y traíamos una cámara para entrevistarlo en vivo, pero él la rompió, e-en un ataque de molestia muy bien justificado, y como disculpa nos concedió la entrevista en su hogar porque....porque....ammm...


Clark se sonrojó y comenzó balbucear incoherencias, sintiéndose tan caliente y ansioso como cuando tuvo a Steve en sus brazos para inmovilizarlo. Ahora era más claro que su aroma lo volvía estúpido.


Bruce notó esto y rodó los ojos con fastidio.


-Porque-habló el murciélago-Conocer el último piso de la torre es una buena oportunidad para el público. Después de todo, el señor Stark nunca ha dejado entrar a la prensa, y...


-Y no le agradará que lo hagan ahora-dijo entredientes Rodhey, mirándo de nuevo a Steve.


El Capitán ignoró la mirada del amigo de su pareja y abordó el ascensor junto a los supuestos reporteros.


-¿Tony autorizó esto, Steve?-espetó el Coronel.


-De no ser así no los habría invitado-dijo marcándo el número de piso.


-Necesito hablar contigo.


-En otro momento.


Cuando las puertas se cerraron y el elevador comenzó su ascenso al penthouse, Steve suspiró cansando y miró a Bruce.


-¿Quién te dijo que vivía aquí?


El aludido lo miró de reojo y rodó los ojos.


-Tu amigo me lo dijo.


-No sabía que lo conocías.


-No lo conosco.


-Entonces, ¿cómo...


-Él dijo "esta es la tercera vez que vengo a verte en esta semana", ¿acaso vendría aquí sí no vivieras aquí?


Steve alzó las cejas.


-N-No, supongo que no. Pero, ¿cómo supiste que esa información no estaba disponible para el público?


-Basado en la forma tan familiar en que tu amigo habló de ese tal Anthony Stark, dedujé que "Tony" y tú debían ser muy buenos amigos como para vivir juntos, y para que exista siquiera la remota posibilidad de que lo acompañes a los viajes de negocios, en los cuales, se intercambia información que no es precisamente para cualquiera, y ya que son TAN buenos amigos, lo lógico es que no quieran que la gente se entere.


-¿Qué quieres decir con...


-Creo que sabes perfectamente qué quise decir con "buenos amigos".


Steve casi se atraganta con su propia saliva. ¿Acaso era tan obvio lo de ellos? No es como si quisiera ocultarlo, pero ese no era un buen momento para anunciarselo al público.


-Descuida-habló el omega de cabello negro, justo cuando el ascensor se detuvo y abrió sus puertas-No es tan obvio, sólo no muchas cosas se me escapan. Ahora, ¿eres tan amable de llevarnos al centro de control?


El rubio no tuvo tiempo de responder, ya que Bruce tiró de su brazo con una fuerza poco creíble para alguien que no tenía el suero del súper soldado, obligándolo a guíarlos a la entrada del taller de Tony, donde no tuvo más opción que permitirles el acceso.


-Waw-exclamó Clark, quien había permanecido en silencio todo ese tiempo-Sí que son avanzados.


-No lo suficiente me temo-dijo Bruce, acercándose a una de las mesas-¿Y las computadoras?-preguntó mirándo al Capitán.


-JARVIS.


-¿Diga, Capitán Rogers?


-Ayuda a nuestros invitados a analizar su artefacto y pon a su disposición las herramientas que necesiten.


-Por supuesto, señor.


Tras decir eso, se desplegaron varias pantallas holográficas alrededor del taller, y los robots de Tony se encendieron, listos para ayudar en lo que fuera. Clark se mostró impresionado por la tecnología, e incluso entambló una conversación con la IA, causándole una pequeña risa al omega rubio. "Parece un niño", sonrió. Miró hacia Bruce y no pudo evitar notar el contraste que había entre ambos.


A diferencia de Clark, Wayne mantenía su semblante serio y estoico, nada sorprendido por la inteligencia artificial o la tecnología que se desplegaba frente a él, pero sí altamente concentrado en mover y deslizar información en las pantallas.


-Necesitas que...-ofreció, pero la gélida mirada del otro lo calló al instante.


-Creo que sé perfectamente cómo manejar esto, Rogers, y sí no te importa, me gustaría que me dejaran trabajar-dijo mordaz, regresándo su atención a las pantallas-Clark, espérame en la sala y llévate al prisionero. En cuanto tenga algo te llamaré.


-Esta bien-respondió el alfa, caminándo hacia Steve para tomar su brazo y llevarlo a la salida.


-Otra cosa, Capitán-ambos se detuvieron y miraron murciélago-Me da igual cómo tomes esto, pero te sugiero que no intentes nada que complique las cosas tanto para mi colega como para mi. Y sí por alguna razón llegas a sentirte lo bastante valiente, o listo como para burlarnos, toma en cuenta que, incluso si lo logras, encontrarte sería tan sencillo como respirar con las súper habilidades de Clark, las cuales, van más allá de lo que puedes imaginar, así que, si piensas en escapar, mi concejo es que no lo hagas.


-Lo tomaré en cuenta.


Dicho esto, el omega se dirigió por su propia voluntad a la sala, donde se dejó caer en uno de los sofás y miró al techo con aprensión. Clark lo siguió y se sentó frente a él, dedicándole una suave sonrisa.


-No te lo crees, eh.


-Suena demasiado fantástico como para creerlo. Incluso si eres del espacio.


-Lo sé, pero te aseguro que es cierto.


-Sí es así, ¿cómo es que Fury pudo caputarlos?


-Bueno, Bruce no quería que revelara todas mis habilidades, y la verdad no me gusta lastimar personas.


-¿Incluso si éstas quieren lastimarte a tí? Además, solo estarías defendiéndote.


-Así como ellos.


Steve frunció el ceño.


-Sí, pero...


-Mi equipo de héroes y yo tenemos un código, hay una línea que no cruzamos y nunca cruzaremos.


-A veces es necesario.


-Supongo que lo dices porque eres soldado.


-Exactamente.


Clark suspiró. No tenía caso debatir contra un soldado, para ellos, todo se reducía a asesinar o ser asesinado, proteger con sangre derramada, y sacrificar con tal de acabar con el enemigo. Para los militares, para el ejército, para el gobierno y los gobernantes, esa era la única opción,


-¿Puedo pregutarte algo?-soltó para cambiar de tema.


-Claro. No es como si pudiera negarme de todas formas.


-No eres nuestro prisionero, Steve, Bruce solo quiere intimidarte para que no alertes a SHIELD de esto.


-Se necesita más para intimidarme. Pero dime, ¿cuál es tu pregunta?


-Bruce me dijo que pasamos una semana en custodia de SHIELD, pero en ningún momento mencionaron mi naturaleza alíenigena. ¿Por qué no les informaste de eso?


-Porque los alíenigenas que conocemos no se parecen en nada a tí, y después de la invasión chitauri, lo que menos necesita el mundo es empezar a tener paranoia hasta por el que se sienta a su lado. Además, no es que confíe mucho en mi jefe, no después de que intentara usarme para limpiar su desastre y creara armas de destrucción masiva con una fuente de poder que habría estado mejor donde la dejé hace 70 años.


-¡¿70 años?!-exclamó incrédulo-¿Cómo que hace 70 años? ¿A qué te refieres?


Steve miró fijamente al Clark durante unos segundos que se le hicieron eternos, haciendo sentir incómodo al alfa por su penentrante mirada, y casi intimidado, pero se relajó cuando el rubio soltó un suspiro y se dispuso a aclarar su duda.


-Aunque no lo creas, Clark, soy, de hecho, más viejo que tú o Bruce, yo viví la Segunda Guerra Mundial.


-¡¿Qué?!


Steve rió con auténtica diversión ante la mirada sorprendida, asombrada e incrédula del alfa, y no pudo evitar compararla con la de un niño al que se le acaba de mostrar algo fabuloso.


-Es mi turno de preguntar-anunció recibiendo un asentimiento del otro-¿Cómo se enteró tu omega de que no le había dado esa información a Fury?


-Él dijo que se dió cuenta porque no me estudiaron al instante de llegar a su nave. De haberlo sabido, no habrían esperado a que algunos de los dos despertara para interrogarlo, es más, dudo que habría habido un intento de interrogatorio.


-Buen punto. Tu omega es muy bueno deduciendo, ¿cierto?


-¡N-no es mi omega!-dijo, reparándo por primera vez en la forma en que el rubio se refería a Bruce.


-Tu sonrrojo dice lo contrario.


-¡¡N-No estoy son-rrojado!!!


-Jajajaja. Sí, lo estás.


-¡No es cierto!


Y nuevamente, a Steve le pareció estar hablándo con un niño, uno muy avergonzado tratando de negar que le gustaba una chica, y una risa más estruendosa brotó de sus labios.


Al desapecer, se levantó, caminó al refrigerador, sacó dos sodas, y regresó a la sala, sentándose justo a lado del alfa y poniendo una soda en su mano.


-¿Qué...


-Tu "amigo"-hizo comillas con los dedos-Va a tardar un buen rato al parecer, así que pongámonos cómodos mientras esperamos.


"¡¿Cómodos?!", se escandalizó el kriptoniano. Clark se sonrrojó de nuevo, pero esta vez, hasta las orejas, y sintió un calor inmenso en sus mejillas al notar lo cerca que estaba el omega de él. Sus muslos se rozaban, y el aroma de Steve, esta vez libre de supresores de olor, llegó a sus fosas nasales como un ola dulce que saboreó al máximo.


-Sin supresores....-"hueles mejor", quiso decir, el aroma ya estaba afectando su cerebro.


Steve, quien no se había percatado del estado del alfa y seguía bebiendo su soda admirándo el paisaje de la ciudad através de los ventanales, frunció el ceño ante la evidente situación de que Clark estaba olfateándolo descaradamente si había mencionado sus supresores.


-Los supresores normales no me sirven, mi metabolismo es muy acelerado, así que su efecto no dura mucho. Los uso de vez en cuando, y sólo cuando voy a misión, pero eso es más para evitar afectar a alguien con mis super feromonas que para protegerme de un alfa. Sé lidiar con ellos después de todo-explicó sin voltear a verlo.


Clark a penas si entendió algo de lo que Steve le había dicho, su concentración estaba en ese delicioso aroma que despedía el rubio, y aunque le avergonzaba de sobre manera estar olfateándo a Steve sabiendo que tenía un destinado, no se sentía capaz de evitarlo. Y para empeorar las cosas, parecía que el omega aumentaba sus feromonas a cada segundo, y el kriptoniano no supo decir si era porque estaba feliz o porque quería exactamente lo que creía que quería, y el pensamiento hizo que su entrepierna punzara en respuesta.


-Clark-lo llamó Steve, notándo su sonrrojo-¿Estás bien?


El alfa sufrió una erección de solo escuchar la preocupación del omega, y tragó saliva al sentir como posaba una mano en su frente en busca de fiebre. "Oh, dios, oh, dios, oh, dios". ¿Acaso él quería...¡No! De ninguna manera. Tenía que ser fuerte, tenía que ser fiel. "Bruce", pensó, y con toda su fuerza de voluntad, empujó al omega lejos de sí y se levantó a prisa del sillón.


-¡Lo siento, no puedo hacerlo!-jadeó con el corazón latiendole a mil por hora.


-¿Qué?-exclamó confundido-¿De qué hablas? ¿Qué es lo que no puedes hacer?


-¡E-esto!- los señaló y luego al sofá.


Cosa que solo confundió más a Steve.


-¿No puedes sentarte?


-¡No!...¡Digo sí! ¡No! M-Me refiero a que no puedo hacer esto. No contigo.


Steve arqueó una ceja.


-¿No puedes sentarte conmigo?-infirió el soldado-¿Es por tu amigo? Creí que dijiste que no era tu omega.


-Y no lo es, pe-pero está destinado a serlo, y aunque reconosco que no he hecho un buen trabajo tratando de cortejarlo, no voy a rendirme y serle infiel, así que lo siento, pero no puedo acostarme contigo-dijo con pena y evitándo mirar al otro.


Rogers lo vió en shock al principio, pero cuando su cerebro procesó las palabras del kriptoniano, abrió los ojos por completo y se levantó de un salto del sofá, para luego brincar el mueble y ponerlo entre él y el alfa.


-¡Claro que no! ¡¿En qué demonios estás pensando?! ¡Yo jamás me acostaría contigo! A menos claro, que me obligues, señor macho alfa


-¡¿Qué?! Yo nunca te obligaría


-¿Entonces, por qué insinúas sexo con una mala actuación de alfa fiel? ¿Qué, creíste que eso me conmovería y abriría las piernas? ¡Pues no!


-¡No, claro que no! Tú eres el que quiere acostarse conmigo.


-¿Qué? ¿Cuándo dije eso?


-B-bueno, dijiste que nos pusieramos cómodos, y luego me diste una soda, y te sentaste a mi lado, y te pegaste mucho, y luego tu aroma se intensificó, y yo...


Clark se sentía cada vez más avergonzado.


-Ay, no puede ser, ¿en serio?-lo acuchilló con la mirada-¡Yo me refería a una charla, quizá una película, no a sexo! Ah, pero es tan típico de los alfas que piensen eso cuando un omega se muestra mínimamente amable con ellos.


-¡N-no! Te juró que no soy ese tipo de alfa.


-Pues tu comportamiento me dice lo contrario,y para tu información, mis feromonas son el doble de intensas que el de un omega normal, y sí se intensificaron es porque el efecto del supresor que estaba usándo al fin se acabó, y ahora mi olor se despliega de forma normal.


-Esta bien, de acuerdo, me equivoqué y lo siento mucho, ¿empezamos de nuevo?-dijo con una sonrisa nerviosa.


Steve lo examinó por unos segundos, para luego suspirar, y volver a sentarse en el sofá, siendo imitado por el alfa.


-Charlemos entonces.


-Okey-concilió el kriptoniano, e inmediatamente pensó en un buen tema de conversación-Y...emmm...¿por qué despliegas el doble de feromonas que un omega normal?


-Por el suero del súper soldado.


-¿Qué es el suero del súper soldado?


-¿En serio no lo sabes?-cuestionó incrédulo.


-No, lo siento, es que no hay otro tú en mi dimensión. O quizá lo hay, pero no nos hemos encontrado.


-Está bien-suspiró-Supongo que es un buen comienzo.


Las siguientes horas se pasaron entre risas y exclamaciones de asombro. Steve le contó a Clark sobre el suero, cómo era antes de él, las veces que fue rechazado por el ejército, de Abraham Erskine, de su primer amor, quien resultaba ser una mujer alfa llamada Peggy, de su mejor amigo Bucky, otro alfa, de su división, de Red Skull, y la forma en que murió, e incluso le contó sobre lo abrumado que se sintió cuando despertó casi 70 años después, y la increíble tristeza que experimentó cuando se enteró de que la alfa con la que quería casarse era ya una anciana muy enferma que pasaba sus últimos días en un hospital. Clark, por supuesto, lo escuchó con toda la atención del mundo, mostrándose sorprendido y empaticó todo el tiempo, y haciendo breves comentarios sobre algunos detalles, pero en ningún momento, y Steve lo notó, lo miró con escepticismo o lástima.


-Wow-exclamó el kriptoniano cuando el otro terminó su historia-¿En serio estuviste congelado por 70 años?


-Sí-respondió con una sonrisa.


-Debió ser muy doloroso, en verdad lamento que hayas tenido que pasar por eso.


-Salvé Manhattan.


-Sí, pero, ¿qué hay de ti? Digo, tenías tantos sueños e ilusiones, te gustaba una alfa, y tenías planes de casarte, si tu sacrificio fué justo para el país por darte esas habilidades, no lo fué para tí. No tenías que cargar con esa responsabilidad tú solo.


-Sí, bueno, en mis tiempos era extremadamente extraño ver a un hombre volar o cargar edificios como plumas, así que no había muchos súper heroes de lo cuales apoyarme. De hecho, yo fuí el primero.


-Aún así, siento que no fue justo.


-Nunca lo es, Clark.


-Supongo-suspiró.


-¿Y qué me dices tú? ¿De verdad eres un alíenigena?


Clark lo observó por unos segundos, para luego sonreír.


-Sí. Mi planeta natal era Kriptón, pero fue destruído, y para salvarme, mis padres me enviaron a la tierra cuando era un bebé. Jonathan y Martha Kent me encontraron y me criaron como su hijo, y crecí en Kansas. Actualmente vivo en Metrópolis, trabajo como reportero del Daily Planet y soy Superman.


-¿Superman?


-Mi ex me lo dió cuando me convertí en héroe.


-Suena muy petulante.


-Al público le gusta los nombres así, ¿o me dirás que Capitán América no suena petulante? Prácticamente te nombraron representante de todo el país.


-Okey, buen punto. ¿Y qué más?


-¿Más?-frunció el ceño con desconcierto.


-Vamos, ¿me das a decir que esa es toda tu vida? Yo te conté la mía con lujo de detalles, creo que meresco más confianza.


-No digo que no confíe en tí, es solo que...-se rascó apenado la cabeza-Yo no habló mucho de mí mismo, así que no sé exactamente qué decir.


-Imagino que no. Supongo que tu naturaleza alíenigena te mantuvo alejado de la convivencia normal al privarte hacer muchas cosas que los otros niños sí podían, especialmente si tenías que guardar un secreto tan grande.


Clark abrió los ojos con asombro y miró directamente al omega.


-Sí...sí, exacto, ¿cómo...


-Bueno-sonrió-No eres el único que se privó de mucho en su infancia. Cuando yo era flacucho y enfermizo no podía jugar con el resto de los chicos de mi edad, pasaba demasiado tiempo en hospitales, y eso dificultó la tarea de entamblar amistades. Por eso, cuando estuve mejor, me fué muy difícil hacer amigos. Razón por la que te entiendo, Clark, y si te cuesta mucho hablar de tí mismo con otras personas sin exponer tus habilidades, pues hazlo conmigo, sé tu secreto, no planeó decirselo a nadie, y no te juzgaré.


-¿En serio?


-Clark, soy un anciano que ha trabajado con un dios nórdico, un hombre súper fuerte que no murió por los rayos gamma, dos expertos espías, y combatió contra el dios de las mentiras, te aseguró que pocas cosas pueden sorprenderme ahora.


-Esta bien, pero, ¿por dónde empiezo?


-Puedes empezar por explicarme eso de que Bruce es tu destinado.


*********************************************************************


Bruce se frotó la barbilla observándo detenidamente el artefacto que había viajado con Kent y él a esa otra dimensión. Al fin sabía lo que era, pero eso sólo lo inquietaba.


Y es que tenía en sus manos el primer localizador interdimensional que existía en su realidad, una ciencia muy avanzada que obviamente tuvo que haber sido proporcionada por alguien del futuro, o de otra dimensión. Porqué él no era idiota, sabía que si los viajes en el tiempo eran todavía ciencia ficción en su mundo, ¿por qué entonces los viajes interdimensionales deberían ser una realidad? Claro que Luthor había obtenido ayuda de alguien con un intelecto superior, alguien más avanzado, ya que, por mucho que se tratara del hombre más listo del mundo, no creía que el alfa estuviera tan colosalmente adelantado a su época.


Pero más importante que saber el cómo, estaba el por qué, aunque para eso no tenía que pensar mucho. Es decir, si Lex podía viajar entre dimensiones, ¿por qué construiría un localizador? Se le ocurrió, entonces, que quizá tenía algo que ver con la amplia lista de dimensiones existentes en el recién descubierto multiverso. La suposición lógica era que si había construído un localizador, (y obviamente un portal), era porque su intención no era envíar a nadie ahí, sino llamar a alguien que lo cruzara, alguien que detectara la señal y la siguiera. Pero entonces, existía otra duda.


¿Para qué guíarlo si podía abrir la puerta directamente frente a él? Supuso que en su dimensión no debió haber los materiales suficientes para que un portal interdimensional pudiera conectarse con un agujero de gusano directamente a la dimensión deseada, era posible que Lex solo lograra construír una puerta con acceso libre a cualquier dimensión, y viceversa, una abertura que cualquiera con la tecnología suficiente podría detectar y usar.


Para eso, el alfa tendría antes que haberse puesto en contacto con su aliado con alguna especie de ventana interdimensional, una que le permitiera a dicho aliado compartir sus amplios conocimientos con él, e instruirlo en la construcción de su máquina para poder cruzar a su mundo.


Y tal parecía que tanto él como Clark habían arruinado sus planes, creía en ese momento que incluso, el que ambos terminaran ahí se debía a que algo en su lucha contra el villano no había resultado bien, seguro un error había causado que fueran absorvidos por el portal, lo que convertía en cierta a la segunda teoría que compartió con Clark cuando conocieron al Capitán América.


El problema ahora era averiguar en cuál de todas las dimensiones existentes se encontraban, y debía haber al menos un millón de posibilidades, sin mencionar que la distancia cuántica también sería un problema, ya que si estaban demasiado lejos de su dimensión, volver resultaría toda una proeza. Peor aún sin la tecnología adecuada.


Suspiró.


Bien, el primer paso era descubrir en qué dimensión estaban y qué tan lejos estaba de la suya. El cómo volver era algo de lo que se preocuaparía más tarde.


-Tal vez pueda usar esto-dijo para sí mismo sosteniendo el localizador.


Si era capaz de anunciar su posición para que alguien en especifíco lo localizara, seguro guardaba alguna especie de mapa que mostrara la ubicación y distancia de las dimensiones, y podría usar esos datos para dar con la suya.


Y con eso en mente, se puso manos a la obra.


*********************************************************************


-Así que está destinado a ser tu omega, eh. Me resulta increíble que eso sea posible siendo que son de diferentes especies-comentó sacando los platos de la alacena.


Con todo el asunto de la pareja interdimensional, ni siquiera había podido cenar, y ya casi era media noche, así que decidió cocinar algo tanto para él como para Clark.


-Qué te puedo decir, el universo es tan misterioso-contestó sentado en la barra y observándo al omega servir la cena.


Sintió una punzada de exitación al pensar en eso. Un omega brindando alimento a su alfa, rayos, tuvo que cerrar las piernas con vergüenza al darse cuenta de que su miembro se había despertado. Tal vez no había sido buena idea dejar que el omega le cocinara.


-¿Y cómo vas con el cortejo?


-N-nada bien me temo.


-No te sientas mal, Clark, debe ser difícil considerando que eres de otro planeta, y tus institos no son los mismos en ese aspecto. Además, con un omega tan frío como Bruce no te culpo si no logras llamar su atención.


-Tal vez Bruce sea frío, pero en el fondo es una buena persona.


-Seguro.


-¿Y tú?


-¿Yo qué?


-¿Tienes un alfa?


La pregunta hizo que el plato que estaba destinado al alfa con su cena en él, se resbalara de las manos del omega y se hiciera pedazos en el suelo. Steve palideció por un segundo, paralizándose y evocándo recuerdos de quien una vez llamó "alfa", y la imagen de Thor estrangulándolo lo hizo temblar de repente.


-¿Steve?


Clark notó esto y sintió una punzada de preocupación que fácilmente desvaneció su erección. El omega rubio parecía aterrado de pronto, y como alfa, no podía permitirlo.


-¿Estás bien?-hizo amago de levantarse, rodear la barra y estrechar con todas su fuerzas al rubio, pero el respingo que dió éste ante su cercanía lo detuvo-¿Steve?


-L-lo siento...


-No, yo lo siento. Si dije algo que no debía te prometo que no volveré a...


-No, no, para nada, no es tu culpa Clark. Lo que sucede es que...es que...-desvió la mirada.


Si bien era cierto que encontraba al alfa agradable y alguien de fiar, también lo era que no estaba listo para hablar de eso, ni siquiera había podido hacerlo con su omega, y no esperaba que pudiera hacerlo con nadie hasta que viera a Thor.


-No tengo un alfa-dijo. No era una mentira, pero tampoco estaba siendo muy sincero con el kriptoniano.


Aunque, últimadamente, no estaba en ninguna obligación de serlo.


-Oh, lo siento-dijo el súper hombre, sonriendo para intentar alejar la tensión-¿Mala suerte?-intentó bromear.


-Créeme que no-respondió con un ligero toque de arrogancia-Pero resulta que a mí no me gustan los alfas.


-¿Qué quieres decir con que...-el omega lo miró fijamente-Oh, y-ya veo. Pero, dijiste que te gustaba la alfa Peggy.


-Margaret Carter-corrigió-Pero sí, me gustaba, incluso llegué amarla, sin embargo, Peggy era mujer, creo que esa fue la razón por la que me sentí atraído a ella siendo alfa, porque cuando intenté amar a otro alfa, uno masculino, no pude hacer click.


-¿No pudiste desearlo?


-Creí que lo amaba, y sí, tuvimos sexo, pero la verdad nunca me sentí satisfecho. Él era...perfecto, era un buen alfa, era todo lo que un omega podría desear, así como tú-sonrió y Clark sonrió con él-Pero creó que solo me estaba engañándo a mí mismo, porque cuando besé y estuve con un omega, todo lo que él me ofrecía me pareció insuficiente. Supongo que siempre me he sentido atraído hacia lo femenino, como Peggy, como los omegas, todo el mundo sabe que los omegas tienen cierto grado de feminidad.


-¿Y las betas femeninas?


-También.


-Oh, entiendo-dijo un tanto incómodo.


Por alguna razón, saber que el hermoso rubio solo gustaba de omegas y alfas y betas femeninas, e imaginarlo involuntariamente con alguno de ellos, hizo que se exitara, y tuvo que volver a esconder su erección.


-Ammm...¿Tienes pareja?-preguntó sin reparar en su pregunta descarada.


Steve tomó otro plato y le sirvió la cena antes de responder.


-Sí. Se llama Tony.


-¿El dueño de la torre?


-¿No lo sabías? Tu destinado lo dedujo intercambiándo a penas unas palabras con Rodhey.


-Lo siento, no soy tan listo.


-Descuida. Come o se enfriará-dijo, sirviendose su propio plato y comenzándo a comer.


-Sí, gracias.


-Por cierto, tengo una duda-dijo ganándose la total atención de Clark-Si Bruce no es tu omega, y todavía no han estado juntos como pareja, ¿cómo es que Bruce está embarazado de ti?


Kent escupió su comida.


-¡¿QUÉ?!


*********************************************************************


-¡Rodhey! Es media noche, ¿cuál es la urgencia?-preguntó un muy malhumorado y somnoliento castaño.


-Tu..."pareja" es la urgencia-respondió severamente, observándo los resultados de su búsqueda en la pantalla de su computadora.


-¡¿Steve?! ¿Qué le pasó? ¿Está bien? ¡Respondeme Rodhey!


-Cálmate, él está bien, de hecho, más que bien diría yo.


-¿A qué te refieres?


-A que acabo de ver a tu omega entrar a tu casa en compañía de un alfa y un omega, y cuando pregunté el motivo de su visita, me dieron la excusa más tonta del mundo. Tony, no quiero ni imaginarme las cosas que está haciendo Steve en el penthouse. A solas. Con esos dos.


-¿Y qué hacías en la torre? Sabías que no estaba ahí, ¿acaso espíabas a mi omega para ver si me era infiel?


-No, claro que no, Tony. Fuí a buscar al Capitán porque necesitaba su opinión sobre un plan de rescate en el extranjero, de hecho, fuí a verlo tres veces en esta semana, y cuando al fin lo encuentro es en compañía de esos dos.


-Que Steve tenga nuevos amigos no quiere decir que me esté poniendo los cuernos.


-¿Y es una costumbre que Rogers deje entrar a sus amigos, especialmente nuevos, a tu casa sin avisarte? Porque supongo que no te avisó.


-Tendrá sus razones. Él nunca me traicionaría.


-Por dios santo, Tony, ¿acaso no ves que ese tipo solo juega contigo?


-Lo que a ti te molesta es que haya perdonado a Steve por hacerme daño, pero, ¿Sabes? No me importa lo que digas o veas, yo confío en Steve y nada cambiara eso.


-¡¿Aunque se meta con otros tipos en tu propia casa?!-exclamó exhasperado.


Rodhey sabía que Tony confiaba demasiado en Steve, más de lo sanamente recomendable, y por eso, y porque sabía que el rubio no podía así como así haber cambiado de opinión en el último momento, se había dado la tarea de estar atento a cualquier señal peligrosa que proviniera de él, con el fin de proteger al castaño de las futuras heridas que podría ganarse mientras siguiera empeañado en estar con Rogers.


-No sé qué diablos estás pensándo, Rodhey, pero si crees que voy a creerte, estás muy equivocado.


-¡No te estoy engañándo, carajo! Es más, ahora mismo te estoy enviando el video de seguridad de la recepción para que lo veas por ti mismo.


Aguardó todo el tiempo que le tomó a Tony revisar el video que le había envíado directamente a su celular, y cuando por fin escuchó respuesta del otro lado, no fué lo que esperaba.


-¡Rodhey, llama a Fury! ¡Que envíen un equipo de rescate a la torre!-gritó asustándo al alfa.


-¿Qué? ¿Por qué?


-¿Acaso no es obvio imbécil? ¡Esos psícopatas secuestraron a mi Steve!


-¿Por qué dices eso?


-¿Cómo que por qué? Steve nunca me traicionaría, y sí hay una razón váida para que haya dejado entrar a esos locos a la casa, es porque lo obligaron.


-Tony...


-¡No! Acabo de investigarlos Rodhey, no existe ningún Bruce Wayne ni Clark, ni un matrimonio Wayne, así que esos no son quienes dicen que son, y seguro quieren robar mi tecnología, por eso secuestraron a Steve y lo obligaron a llevarlos a mi taller. Aunque no entiendo cómo supieron que él tenía acceso, pero no importa, estoy poniendome mi armadura ahora y voy para allá. Mientras tanto, llama Fury y que envíen un escuadrón a salvarlo.


-Pero Tony...-no pudo terminar. El castaño cortó la llamada.


El moreno suspiró y miró fijamente la imagen de Steve en compañía de esos dos sujetos en la torre, y aunque le molestaba que Tony no quisiera darse cuenta de que el rubio solo lo engañaba, también pensó que, si lo veía con sus propios ojos, le creería al fin, y con eso en mente, decidió no informarle a nadie más sobre el asunto, con el fin de no alertar al rubio del regreso de su amigo.


Si Tony necesitaba ver para creer, él haría que así fuera. 


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