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Save Me (Superbat) (Crossover Marvel/DC) por Mariela

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REC 🔴


|12:36:07 pm


Muelle de Ciudad Gótica.


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Batman se removió inquieto, era inútil soltarse con tan gruesos grilletes apresándo sus muñecas y tobillos, pero eso no lo detuvo de seguir intentándo mientras observaba a Lex Luthor ir de un lado otro calibrándo su máquina.


Había pasado meses rastreándolo, nunca se había creído de todo que, luego de llegar a un acuerdo con el gobierno para salir libre con la condición de llevar siempre un brazalete que delatara su posición, decidiera sólo dedicarse a su empresa y olvidar por completo su odio por Superman, y su escepticismo dió frutos cuando descubrió el Proyecto Convergencia, cuyo propósito era establecer contacto con otras realidades.


Y aunque no tenía claro las intenciones de Luthor, sabía que nada bueno podría surgir de eso. Es decir, por lógica, jugar con la continuidad del espacio-tiempo debe tener consecuencias, y sabía que el alfa era conciente de eso, pero era obvio que no le importaba. Sin mencionar que la propia máquina parecía ser un riesgo latente, ya que, la primera vez que Lex la encendió para atrer su atención, causó un apagón masivo en Gótica y un sismo que la sacudió como lo haría una licuadora, y si eso le había hecho a la ciudad en su primera prueba, no quería pensar lo que le haría cuando la activara de verdad.


Otra cuestión que le preocupaba era el uso de la Caja Madre de la humanidad que Lex estaba usándo para abastecerse de energía, Dios, esa cosa era increíblemente peligrosa y no entendía como es que Luthor había logrado obtenerla.


Aunque igual ya no importaba.


-Si piensas que Superman vendrá a salvarme entonces eres más estúpido de lo que creí-dijo con calma, lográndo que el alfa volteara a verlo.


-Que valiente eres para decir eso estándo encadenado a una roca y a punto de ser exterminado, Batman.


-Ambos sabemos que eso no es parte de tu plan.


-¿Qué te hace pensar eso?


-¿Para qué necesitarías a Superman aquí si solo se tratara de acabar conmigo?


Ese era otro detalle que no entendía. Estaba seguro que el apagón y el sismo habían atraído la atención también del maldito boy scout que últimamente se la pasaba revoloteándo a su alrededor como yegua enamorada, y con el vistoso mensaje que los secuaces de Luthor habían pintado en los contenedores del muelle, estaba seguro de que su intención era atraerlo. Pero, siendo el hombre más poderoso de la tierra, un Dios entre hombres, ¿por qué Luthor lo querría allí arruinándo sus planes y llevándolo de vuelta a prisión? Su respuesta hasta ahora era que tenía una forma de vencerlo, una que incluía el portal, pero de verdad que no lograba conectar ambos más allá de creer que quería dejarlo confinado en otra dimensión.


Eso, de hecho, sonaba demasiado fácil, y Lex no era de los que tendían a cometer errores.


-Tal vez quiero que me vea asesinar a su amado omega para verlo completamente acabado.


-Ya intentaste eso una vez. Con Martha.


-Aprendo de mis errores, murciélago, pero desgraciadamente ya no me queda tiempo para explicartelo, porque, ¿qué crees? Tu príncipe azul llegó.


Justo en ese momento, se escuchó un ruido ensordecedor que Bruce reconocía muy bien. Era el sonido que hacía el súper hombre al aproximarse a un lugar, y el omega no pudo más que gruñir y removerse en la tablilla de piedra donde Luthor lo había encadenado con los brazos y piernas a los costados. No esperaba realmente que el alfa apareciera, pero como siempre, el hombre no podía quedarse en su ciudad, y ahora, estaba volándo a una trampa segura.


Lex, por su parte, sonrió y ordenó que encendieran el portal mientras uno de sus empleados le entregaba un pequeño aparato que podía identificar como alguna especie de localizador gracias al estridente sonido que comenzó a hacer después de que Lex lo activara. Chasqueó la lengua y pensó rápidamente en una forma de liberarse, pero no tuvo tiempo de explorar opciones, ya que el techo se hizo pedazos y el súper apareció frente a ellos con una mirada que cambió de seria a aterrada cuando sus ojos se encontraron con los del murciélago.


-¡Bruce!-exclamó haciendo amago de liberarlo, pero al moverse hacia él, chocó con la montaña inamovible  que era Unidad Hierro, quien lo golpeó y lo estrelló con la pared del otro lado del complejo.


-Bienvenido Superman-saludó Lex con petulancia-Me alegra que pudieras venir, tu omega estaba impacientándose.


-¡Suéltalo Lex!-rugió Clark saliendo de la pared y volándo lentamente hacia ellos-Él no tiene nada que ver con esto, tu problema es conmigo.


-Sí, eso es correcto, pero resulta que yo necesito de esta conejita para cerrar cierto trato.


-¡¿Qué?!


-Y tú me estás estorbándo-sonrió y esto aumentó la rabia del kriptoniano, quien salió disparado hacia él, pero nuevamente se vió impedido por Unidad Hierro, a quien se le unieron Unidad Oro, Unidad Plomo, Unidad Estaño, Unidad Mercurio, y Platina.


La batalla comenzó, y mientras esto sucedía, Lex volteó hacia el Doctor William Magnus y le preguntó cuánto faltaba para que la señal llegara a su aliado.


-La señal ya ha alcanzado su máxima capacidad, justo en este momento debe estar haciendo eco en cada rincón del multiverso, así que el Sujeto 0 ya debe haberla recibido.


-Eso espero.


Bruce tensó la mandíbula al escuchar eso. No sabía exactamente qué o quién era el Sujeto 0, pero era claro que formaba parte de los planes de Luthor. Se removió con más fuerza, necesitaba arrebatarle a Lex ese localizador ahora que estaba seguro que esa cosa estaba guiándo a su aliado a esa dimensión, pero por mucho que lo intentaba estaba atrapado ahí. Volteó, entonces, hacia Kal-El, el maldito estaba perdiendo el tiempo con los Metalmen en lugar de concentrarse en lo importante, y cuando sus miradas se cruzaron, se aseguró de dejarselo claro.


Clark, por supuesto, entendió el mensaje, y tras liberarse de Unidad Oro, y bloquear el golpe de Unidad Hierro, disparó su visión de calor y rompió los grilletes que apresaban al murciélago, quien rápidamente se incorporó y trató de llegar a Lex para arrebatarle el localizador, sin embargo, Deathstroke le salió al paso y lo atacó.


-¿Ahora eres el lacayo de Luthor?-preguntó esquivándo las espadas y lanzándo sus batarangs.


-No soy lacayo de nadie, pero admito que la idea de humillarte me resultó demasiado tentadora como para no aprovecharla-respondió y continuó intentándo rebanarlo.


-Te quedarás con las ganas.


Las peleas continuaron, y mientras Clark se concentraba en quitar del camino a los Metalmen, Bruce estaba más preocupado por el portal, el cual, de un momento a otro estaba tomándo un color diferente y brillaba con más intensidad.


-¡Superman!-gritó obteniendo la atención inmediata del aludido-¡Destruye el portal!


Kal asintió y lanzó a Platina hacia Estaño, para luego apuntar con su visión de calor al portal y disparar, pero justo cuando lo hizo, Oro lo golpeó, desvíandolo del objetivo y terminándo por destruir el filtro que enviaba la cantidad justa de energía de la Caja Madre a la máquina, lo que causó que éste comenzara a sobre cargarse y despedir una luz cegadora que hizo que Deathstroke soltara el cuello de Bruce, y éste aprovechara para dispararle con su arma eléctrica.


Bruce respiró hondo para recuperar el aire, localizó a Luthor gritándole a sus empleados, quienes huían despavoridos, que regresaran y arreglaran la falla. No lo pensó dos veces, se lanzó contra él y forcejearon por el localizador. Entonces, el portal se volvió inestable y comenzó a absorver todo lo que encontraba a su paso.


-¡Cuidado Bruce!


Batman escuchó la advertencia, pero no tuvo tiempo de actuar cuando, luego de obtener el localizador, la corrientes del portal comenzaron a jalarlo al igual que al alfa, quien, por desgracia, logró sujetarse de algo para evitar ser tragado. Cosa que no sucedió con el omega y terminó siendo absorbido.


-¡¡Bruce!!


-¡No te acerques, Clark!-gritó éste.


Por supuesto, Superman no lo escuchó y voló hacia al interior del portal luchándo por alcanzar al murciélago, sin embargo, aún cuando lo hizo y lo estrechó en sus brazos para evitar que se separaran, no pudo volar de regreso debido a que la fuerza de las corrientes era demasiada, y al final, ambos héroes desaparecieron.


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El portal colapsó. La grabación terminó.


-Y eso es todo lo que pudimos obtener de esa noche-dijo Oracle, girándo en su silla de ruedas hacia la Liga, quienes se encontraban sentados alrededor de la mesa de centro.


Nightwing desactivó la pantalla y ésta se deslizó de vuelta al techo.


-Tardamos en localizar la nueva base de Lex, pero finalmente descubrimos que no salió de Gótica. Se esconde-abrió una carpeta en la pantalla de la mesa y deslizó varias imágenes del barco Leviathan-Aquí. Creemos que usó el portal de nuevo anoche, ya que la baticomputadora detectó una fugaz pero masiva explosión de energía cerca de las dos de la madrugada.


-¿Creen que haya logrado traer al Sujeto 0?-preguntó Diana.


-Es posible-respondió Bárbara-Es precisamente por eso que decidimos venir con ustedes. No tenemos idea de a qué nos enfrentamos, pero sabemos que no es algo que podamos manejar nosotros solos.


-La Liga ya estaba al tanto de la desaparición de Superman-habló la amazona alfa-De hecho, Cyborg había estado investigándo, pero no teníamos idea de que Batman también estaba desaparecido.


-¿Y cómo saberlo?-dijo Aquaman con burla-Es costumbre del murciélago desaparecerse en ese inoduro que llama ciudad. Vamos, que ni siquiera se molesta en llamar para decir hola.


-Yo creo que debimos sospecharlo, digo, ésta, tecnicamente es su casa, y no había venido ni para revisar los sistemas de seguridad-comentó Flash jugándo con un clip.


-Eso no importa-dijo Diana y volteó hacia Cyborg-¿Puedes decirnos qué has descubierto?


El moreno asintió y se levantó para proyectar hologramas en la mesa.


-Estaba enterado de Leviathan, el Proyecto Convergencia, el Sujeto 0 y la Caja Madre-informó mostrándo imágenes de que cada uno-Pero luego de infiltrarme en su red descubrí que Luthor no solo reparó su portal, también le hizo algunas mejoras-mostró los planos más recientes-Ahora es capaz de manejar una cantidad mayor de energía de la Caja Madre, y, a diferencia de su predecesor, ésta versión puede conectarse directamente con la dimensión que desea. Ya no necesita el localizador que Batman le arrebató. Además, Lex encontró la manera de protegerse de cualquier tipo de rastreo, lo que explicaría por qué nadie más detectó el estallido de energía, pero ya trabajo para penetrar sus escudos. Por otro lado, también extraje la ubicación de Superman y Batman de la base de datos de Luthor, y no van a creer qué tan lejos terminaron. 


-¿Tan malo es?-preguntó Flash, dejándo el clip para prestar más atención.


-Depende de como lo tomen.


Cyborg les explicó entonces la problemática con la dimensión en la que se encuentran sus líderes, y una vez que todos estuvieron de acuerdo en que el portal de Lex era la única forma de salvarlos, establecieron su plan de ataque para esa misma noche, y se dispersaron para prepararse.


En su fuero interno, cada uno esperaba que no fuera demasiado tarde.


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-¿Dónde estabas?-preguntó el rubio al verla entrar a la Casa del Misterio.


Zatanna no respondió al instante. Caminó hacia el rubio, quien se encontraba rodeado de cientos de burbujas mágicas que mostraban las diferentes dimensiones del multiverso que investigaban, y continuó su labor de irlas descartándo una a una mientras buscaban la correcta.


John arqueó una ceja, pero no dijo nada.


-Me llamó Nightwing-comentó la maga luego de un rato de silencio-No le contesté.


-Eso es nuevo en tí-respondió exhalándo el humo de su cigarro-¿Por qué no le respondiste? Normalmente no te niegas a ayudarlos cuando lo necesitan.


-Porque sé exactamente lo que quería pedirme. Estoy segura de que ya descubrió que Batman y Superman no están en este universo.


-Quería que lo ayudarás a traerlo de vuelta.


-Eso estamos haciendo ahora. Irémos a ayudarlos en cuánto localicemos a sus líderes.


-Suenas frustrada-comentó con diversión.


-¿No lo estás tú? Este multiverso tiene al menos un billón de realidades, y sólo me pregunto, ¿por qué es tan tediosamente extenso?-dijo empujándo con molestia otra burbuja.


-Exageras. Apuesto a que sólo son unos cuentos millones.


-Lo dices como si no fuera cansado.


-Bueno, no tenemos muchas opciones ¿o sí?


-No, creo que no-bufó.


La omega cruzó los brazos y dejó su labor para observar al alfa.


-Me sorprende que aceptaras ayudar. No es propio de tí, John.


-Auch.


-Sabes que tengo razón.


-Oh, vamos, querida, lo dices como si fuera alguna especie de monstruo sin sentimientos.


-A veces, sí.


-¿Y qué quieres que te diga entonces?


-¿Por qué?


-¿Por qué qué?


-¿Por qué haces esto?


-Quiero ayudar, ya sabes, no se me caerá el brazo por darle la mano a alguien-dijo restándole importancia con un gesto de su mano.


-Sé que no es tu única motivación.


-Pero es la más importante.


-¿Seguro?-arqueó una ceja.


Constantine se volvió a mirarla, y sonrió con coquetería al reconocer lo sexy que lucía la omega con esa pose.


-De acuerdo, admito que también hago esto porque es una excusa perfecta para pasar tiempo contigo, bombón.


-Eso ya lo sabía-dijo rodándo los ojos.


-Aunque...-regresó su mirada a las burbujas y Zatanna lo miró-Puede que también tenga algo que ver con que Batman sea un omega extremadamente apuesto.


-Oh no, ya veía venir esto-puso las manos en su cintura-¿Sabías que Superman es su alfa?


-Sí, lo sé.


-Entonces, ¿cómo planeas llevarlo a la...


-Espera-interrumpió sosteniendo  en sus manos una burbuja con el número 199999*, la cual, no dudó en mostrarle a la omega-Los encontré.


*********************************************************************


Abrió el grifo, recogió agua con sus manos, mojó su rostro, y tomó una toalla para secarse. Alzó la mirada al espejo sólo para encontrarse a sí misma aún con las mejillas mojadas, pero ya no por el agua, sino por las lágrimas que no paraban.


Casi como si estuviera hipnotizada, la alfa estiró su brazo, rozó su reflejo con la llema de sus dedos, y al segundo siguiente, estrelló su puño en el lavabo, partiendolo en dos y causándo un ruido estruendoso en el servicio. Entonces, sus lágrimas se transformaron en llanto, el llanto en sollozos, y los sollozos en alaridos de dolor que más parecían los lamentos de un animal agonizante.


Se sentía derrotada, se sentía inútil, débil, impotente, y dolida, tan dolida que ni siquiera era capaz de pasar aire por sus pulmones sin sentir un enorme nudo en su garganta que no disminuía ni un poco. Otra vez había fallado, otra vez fué incapaz de proteger a su omega, de mantener a salvo a la persona que amaba, y eso sólo aumentaba su frustración.


¿Cuántas veces más tenía que perder para aprender la lección? A Steve Trevor no pudo salvarlo, pero después de su muerte había prometido que no volvería a perder a los que amaba. Por eso se había aislado del mundo durante muchos años, y creía que estaba bien así, porque, de igual forma, nunca volvería a amar a un omega, no como amó a Steve, quien le había sido arrebatado antes de que siquiera pudiera marcarlo. Sin embargo, como el destino trabaja de maneras muy extrañas, tras perder la única fotografía que le quedaba de él, llegó a su vida un omega que sacudió su mundo.


Bruce Wayne.


Por Zeus, mentiría si dijera que no la cautivó desde la primera vez que cruzaron miradas. Sus ojos azules le parecieron tan bellos como la misma Afrodita, y la serenidad de su mirada sólo podía ser comparable a la misma Selene, la personificación de la Luna. La atrajó, y mucho.


Más tarde, al verlo combatir contra Doomdays con el mismo valor que Aquiles y la fiereza de Heracles, no pudo más que caer más y más por él. Y es que resultaba tan insólito para ella que un humano sin ningún poder o habilidad especial, luchara todas las noches por una ciudad que no hacía más que engendrar monstruos y demonios, que viera a los ojos a la muerte y no diera marcha atrás, que se enfrentara sin vacilación alguna a criaturas que incluso a ella y a sus compañeros con poderes les resultaba un reto, y que tuviera una voluntad del tamaño del mundo para nunca retroceder. Bruce Wayne era único, y Diana, princesa de Themisyra, estaba enamorada de él.


Lo deseaba, quería convertirlo en su omega, quería reclamarlo, poseerlo, marcarlo, y, si él lo deseaba, preñarlo. Diana anhelaba tener a Bruce, y habría luchado contra medio mundo por tenerlo sino fuera porque él no la deseaba a ella.


Nunca olvidaría aquel momento en que la vida que soñó tener con el omega se hizo pedazos frente a sus ojos. Había deseado tanto llevarlo a su isla, su madre tendría que recibirlo aunque se tratara de un hombre simplemente por llevar la marca de la princesa en él, y al tener un omega, el trono finalmente le sería otorgado. Ella lo convertiría en su rey, lo haría feliz, y le daría cachorros, se lo daría todo, pero todo se hizo añicos cuando vió en los ojos de Kal-El el mismo amor que sentía por el caballero de la noche. Pronto se dió cuenta que Bruce también lo quería.


Y dolió, casi como cuando vió el avión de Steve estallar, sólo que aumentado por mil. Era más difícil tener a su omega, y a la vez, no tenerlo.


Pero no fué egoísta, quiso serlo, la venenosa Eris sabía que sí, incluso blandeó su espada y la empuñó lista para luchar contra Kal para ganar a Bruce, pensó en emboscarlo cuando estaba distraído luego de visitar a su madre, pero no pudo. No pudo, porque, cuando saltó de su escondite para atacar a su rival, la imágen del murciélago llorándo y abrazándo el cuerpo inerte del kriptoniano apareció en su mente, y detuvo su espada a centímetros de alcanzar al alfa. Huyó antes de que él la reconociera.


¿Lastimar al omega que decía amar? Por Eros que nunca lastimaría a Bruce, nunca, incluso si tuviera que hacerlo, no lo haría. Ella lo amaba, imaginar en ser la causa de su dolor era como una puñalada en el corazón, y por eso, tomó la decisión de alejarse de él. Dejó de contestar sus mensajes, de recibir sus llamadas, de mirarlo, de hablarle más allá de lo estrictamente necesario, ella lo evitó a toda costa, y pensó, en verdad que sí, que lo estaba protegiendo de sí misma.


Porque odiaba ver a Kal intentándo cortejarlo, odiaba verlos tan tontamente atraídos por el otro, odiaba a Superman por revivir, odiaba pensar que Bruce nunca sería para ella, lo odiaba tanto que temía que un día no pudiera contenerse a sí misma y terminara hiriendolos. Hiriendolo a él.


Pero se equivocó, se equivocó, y ahora, su omega estaba perdido en otra dimensión, y sólo los dioses sabían si aún estaba vivo. Diana no podía evitar pensar que, de haberse mantenido cerca como siempre lo había hecho, de haberlo resguardado desde las sombras como solía hacer antes de que Kal se metiera entre ellos, Bruce estaría bien. No debió confíar en Superman, no debió aislarse, debió seguir su instinto y proteger al omega, no esperar que el kriptoniano lo hiciera.


Se sentía tan culpable y furiosa, pero entendía que de nada le servía llorar, ella era una amazona, ella debía ser fuerte, justo como su omega sería en su lugar, y con esa fuerza renovada, se limpió las lágrimas y salió de los sanitarios.


Estaba decidida a rescatarlo a toda costa.


*********************************************************************


Clark, Bruce y Steve decidieron refugiarse en un hotel de baja categoría en uno de los barrios más pobres de la ciudad, sin saber que los pasos de los tres habían estado siendo vigilados por la responsable de proteger esa realidad, y la única persona en aquel multiverso con la capacidad de acceder a las diversas dimensiones que componen la existencia.


Ancestral. La Hechicera Suprema.


Ancestral estaba al tanto de la naturaleza de esa pareja de alfa y omega que acompañaban al líder de los Vengadores, sabía que venían de otra realidad, había sentido su llegada, pero le desconcertaba en demasía que dichos visitantes surgieran del espacio que ella llamaba "vacío existencial", aquella parte del multiverso en la que no debería haber nada. Ni tiempo ni espacio. Sólo la nada.


Había analizado el caso, era su responsabilidad hacerlo, entender cómo podía haber vida donde nunca sintió más que silencio y vacío, pero entre más lo pensaba, más le perturbaba la respuesta. Al final, había llegado a la conclusión de que esa pareja no provenía sólo de otra dimensión, sino también, de otra existencia, y cuando intentó alcanzar dicha existencia, o rozar al menos una realidad perteneciente a ella cruzándo el vacío existencial, descubrió que ésta estaba más allá del alcance de sus poderes. Ni la gema del infinito tuvo el poder de alcanzarla, y no creía que las seis gemas juntas pudieran hacerlo.


Eso la estremeció. Ellos habían logrado llegar a su realidad, pero ella no podía ni ver la suya, y pensó, luego de meditarlo, que así era mejor. Mucho mejor.


La hechicera no necesitaba ser un genio para saber de qué clase realidad provenían sus visitantes, bastaba con verlos, con ver lo que podían hacer, con analizar lo fácil que les había resultado llegar ahí, para entenderlo. Su existencia estaba regida por leyes físicas que superaban a las suyas, estaba potenciada más allá del alcance de su imaginación.


Si su propio multiverso era de heroes y villanos, el otro lo era de dioses y monstruos, y sólo con eso podía hacerse una idea de lo mucho que eran superados tanto en sus fuerzas del bien como en las del mal, y agradeció que sus visitantes pertenecieran a las primeras, porque nunca podrían hacer frente a algo así.


Por eso, y porque realmente no tenía ni el poder ni los medios para hacer algo, había decidido no ayudarlos a volver a su realidad. No podía aunque quisiera.


Pero los vigilaría, tenía que, al menos, hasta que encontraran la manera de irse, o vinieran por ellos. Eso era lo único que podía hacer en una situación así.


Y esa fué la primera vez en que Ancestral temió de verdad no poder defender su realidad.


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Lo llamaban "Dios", pero él no le veía nada divino. La razón era simple, Dios es inmesamente poderoso, Dios está en todos lados, Dios es infinitamente misericordioso, Dios trae la salvación para todos, y Superman, aunque encaja en lo primero, no lo hace en lo último. Por lo tanto, no era un Dios, no era un salvador, no era un héroe, era un demonio, un monstruo con el poder para destruir la tierra, y el cual, un día, sin duda, lo haría. Superman no era más que una farsa, pero nadie, a excepción de él y Luthor, querían creerlo.


Aunque a él, a diferencia del alfa, no le interesaba evidenciarlo frente a las personas, no, Superman tenía una deuda enorme con él y con todas las personas que creyeron en el heroe y les falló. Superman, el todopoderoso y bondadoso Dios bajado del cielo, no estuvo cuando lo necesitó, no lo salvó, ni a él, ni a sus amigos, ni a su novia, el demonio estaba demasiado ocupado para eso. No estaba muerto todavía y no acudió a salvarlo.


¿Por qué? ¿Por qué Superman le falló*? ¿Por qué no salvó a sus amigos? ¿O a su novia? ¿Por qué, si era un salvador, no los ayudó? ¡Era un maldito farsante! Eso era. Por su culpa había perdido a la mujer que amaba, por su culpa no pudo pedirle matrimonio, por su culpa no pudieron formar el hogar que habían anhelado, ¡por su maldita culpa ella estaba muerta! Y no iba a dejarlo así.


Superman le arrebató a su alfa, la condenó a ella y a sus amigos a una prisión de metal cuando sus mentes se transfirieron a sus robots en la explosión de su laboratorio, y jamás iba a perdonarlo por eso. Ese fue el motivo para poner a los Metalmen al servicio de Lex, de ayudarlo, de secuestrar a Batman, todo lo había hecho para asesinar a Superman, pero no de forma física. Magnus quería que sintiera el mismo dolor que él sintió cuando perdió a su pareja, quería que sufriera como él lo hizo, y lo logró.


¿Qué importancia tenía ahora guardar esa información? ¿Qué más daba si ayudaba a Nightwing y a Oracle? Total, nada ni nadie salvaría a Batman, el omega del demonio, de las garras del Sujeto 0. Ese omega no tenía salvación, y cuando el Sujeto 0 pusiera sus manos en él, Superman sabría lo que es morirse en vida.


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"Hay para mí más peligro en tus ojos que en afrontar veinte espadas desnudas".-Romeo&Julieta, William Shakespeare.


Había escuchado antes del amor tóxico, pero siempre le había parecido la mayor estúpidez del mundo. Él ni siquiera creía que un día pudiera enamorarse, había escogido su camino, y aunque intentó tener a alguien especial en ella en un par de ocasiones, nunca consiguió realmente enamorarse. Por eso, nunca logró entender todo eso de locuras por amor, todo por amor, sacrificios por amor, morir por amor, y vivir por amor. Jamás. En su trabajo como vigilante, todo eso resultaba hasta inútil. Sólo una distracción que no podía permitirse.


Pero, como a cualquier escéptico, el destino se encargó de enseñarle lo contrario.


Y ahí empezó su maldición.


Él, un omega antipático e introvertido terminó enamorándose de quien representaba (en un principio) lo opuesto a él. No sabía decir cuándo ni por qué, pero aceptó el cortejo, aceptó la mordida, y se casaron. Empezaron luego una vida juntos, compraron una casa en medio de la nada, tuvieron dos hermosos hijos, e iban por el siguiente. Él no podía haber sido más feliz, no podía sentirse más amado, el hogar que había perdido cuando niño había regresado, y lo amaba.


Lo amaba a él.


Pero bajó la guardia, se confió, y llegó el día en que tuvo que pagar las consecuencias. Ese día, el bello sol que iluminaba hasta su noche más oscura, terminó por apagarse. Ese día perdió a su alfa, cuyo villano le había hecho ver el círculo vicioso en el que se encontraban, y éste terminó asesinándolo.


Nada volvió a ser lo mismo luego de eso.


Oprimieron el mundo, tomaron el control de él y exigieron gobernarlo, eliminándo a cada villano que caía en sus manos, o simplemente estúpidizándolo, y él lo ayudó, lo siguió, su amor lo obligó a hacerlo.


No dijo nada cuando su alfa comenzó a controlar cada aspecto de la vida de las personas, cuando intimidó a los medios de comunicación para que jamás hablaran en contra suya, cuando prohibió las elecciones de los gobernantes y comenzó a eligirlos él mismo, cuando cambió de colores su traje, cuando le puso vigilancia total durante el embarazo, y cuando siguió haciendolo después de dar a luz. Él sólo sonreía, lo hacía cuando a su esposo se le pasaba la mano al acariciarlo, cuando recibía una bofetada, un golpe, una fractura, o una quemadura cuando se negaba a algo o no hacía las cosas como se las pedía. Lo justificaba ante sus compañeros, ante sus hijos, y se hacía ver a sí mismo como el malo, incluso cuando su alfa comenzó a adelantar o retrasar sus celos usándo medicamentos experimentales que aumentaban o reducían la intensidad de estos.


Aún cuando eso se llevó su fertilidad.


No importa, se había dicho. No importaba lo que su esposo quisiera, él se lo daría todo. Que si deseaba el mundo, él mismo le construía el trono. Estaba bien con eso, con esconder el colosal dolor que todo le causaba, si así podía hacerlo feliz.


Porque lo amaba y lo amaba tanto que si le pidiera morir para ser feliz, él mismo se arrancaría la vida.


No fue hasta que soltaron una bomba núclear sobre Metrópolis al oponerse a ellos para dar una advertencia al resto del mundo, que se dió cuenta de su error. Y al mirarse al espejo ese mismo día descubrió que no podía hallarse ni reconocerse en el. Tuvo que aceptar que ya no era ni la sombra del hombre que un día fué.


Amar lo estaba lastimándo, y lastimaba también a quienes quería.


Entonces, pensó en revelarse, y junto a sus hijos, intentó liderar una rebelión que sólo los condujó al fracaso. Su alfa lo descubrió, sus hijos lo enfrentaron, y todos perdieron. Creyó que no lo perdonaría, pero no fue así. Le ofreció el perdón, pero a cambio tenía que probar su lealtad asesinándo a los traidores del régimen. Lo insitó a matar a sus hijos, a los frutos de su amor, y lo peor fué que lo hizo. Los asesinó para hacerlo feliz, y se sintió un monstruo luego de hacerlo.


Después, siguió asesinándo inocentes, uno tras otro, para él, violándo su código, masillándo su moral, pisoteándo sus creencias, convirtiéndose en la clase de hombre que tanto odiaba, y un día, naturalmente, tocó fondo.


Huir fué su primera opción. Pero, ¿a dónde podía correr si el mundo estaba bajo el control y la constante vigilancia de un ser que se señalaba a sí mismo como alguien superior? Aún si lo intentaba todo lo que conseguiría sería la furia de su alfa, y esta vez, sabía que no podría aplacarla.


Entonces, pensó en otra posibilidad, una más descabellada que la anterior, pero no imposible.


Escapar a otra realidad.


Comenzó su investigación a espaldas de su alfa, hizo los protótipos de una puerta dimensional, calculó y estudió los efectos secundarios en el cuerpo humano, y analizó con detenimiento los pros y contras de afectar el continuo espacio-tiempo, para que al final, la primera versión de un portal interdimensional estuviera listo en su cueva. Desgraciadamente, y como la fortuna era una hija de puta con él, su alfa terminó enterándose de sus planes, pero, contrario a lo que pensó, él lo felicitó y lo alentó a terminar, incluso le insinuó que expandiera la capacidad para poder acceder a más realidades, y así, tanto ellos como sus compañeros pudieran poner orden en otros mundos y llevarles la misma paz de la que gozaban.


Y él sabía que no podía negarse, no pudo negarse, jamás había podido. Su amor se lo impedía, lo dominaba, y por eso, tomó una decisión para poner fin a todo.


Sobrecargó la máquina, quemó toda su investigación, y dejó que el portal estallara en una explosión masiva que destruyó el Salón de la Justicia. Con él adentro.


Sólo así salvó a los otros mundos, sólo así impidió que más inocentes murieran, y sólo así fue capaz de decir liberarse de su alfa.


Sólo así pudo cumplir su mayor deseo.


Su amiga, quizá la única que le quedaba, recibió ese mismo día su carta en la que explicaba lo que haría y por qué. Y entre todo lo que dijo, en todas las excusas que puso para parecer menos cobarde, fué su última palabra lo que destrozó a la poderosa alfa que había peleado en un sin número de ocasiones contra su esposo para reclamarlo.


Una súplica que siempre resonó en su fuero interno. Una súplica hecha con desesperación, y gritada por su misma alma. Aquello que deseaba con tanta fuerza desde que se dió cuenta de su amor corrosivo.


Sálvenme.


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Extrañaba a su Julieta. Aún estaba conmocionado por su repentina muerte, aún estaba furioso y dolido por eso. ¿Cómo pudo haberlo abandonado? ¿Cómo pudo dejarlo sólo cuando le había jurado que nunca lo haría? ¿Por qué él no lo había impedido? Si hubiera puesto más atención a su omega, si lo hubiera vigilado, nada de eso habría pasado.


Pero no, él, ingenuamente, había creído que al arrancarle las alas su bella ave no se iría jamás, y se equivocó. Su ave se fué a un lugar donde no podía alcanzarla, un lugar de donde no regresaría, igual que la misma Julieta hizo para estar con su Romeo, sólo que en su caso, él no estaba del otro lado para recibirla en sus brazos.


Pero tampoco era necesario. Quizá la muerte no tenía remedio, pero estaba decidido a que eso no fuera un impedimento para estar juntos. No, no lo sería.


Él la traería de vuelta, así tuviera que destruir el mundo entero para lograrlo.

Notas finales:

*Olvide aclararlo en el capi anterior, pero el nombre del barco donde se encuentra Luthor es un homenaje al barco donde se oculta Clark, Batman, Luisa, y Bárbara/Nightwing de la temporada 11 de Smallville, la cual salió en cómics. En el capi donde ambos grandes se conocen.


*Entiendo que el MCU ya no es la tierra 199999, pero para fines de la historia, lo dejaremos así.


*¿Saben cuál es el lado positivo del Universo Cinematográfico de DC cómics? Que es tan verde que podemos explotarlo como queramos jajajajaja. Así puedo meter personajes como Zatanna, John, Dick, y Oracle, sin afectar lo cánonico je.


*Referencia a El Reino de Supermanes.


*¿Se dieron cuenta que todo el cap solo trató de personajes secundarios y que apenas habían sido mencionados? Bueno, me pareció una buena forma de marcar la mitad de la historia, porque la otra mitad no va a durar tanto como la primera, jejeje. Además, quería mostrar un poco de la dimensión de Clark y Bruce, y el avance que han tenido para dar con ellos. Y sí, también llenar huecos como Ancestral, porque supongo que se preguntaban si ella estaba enterada de la llegada de la pareja, digo, ella supo desde el primer momento que Banner no era de ese tiempo en End Game, así que por obvias razones tenía que saber de Bruce y Clark. Con respecto a William Magnus, tomé su historia de antes de los New 52, porque me pareció que encajaba bien aquí, aunque claramente la modifiqué un poco, pero como dije, el UCDC es tan joven que bien puedo meter cuanto me haga falta en él, ¿No lo creen? Jejejeje


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