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127. Cuidando a I.N. (35) por dayanstyle

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La habitación estaba en silencio cuando Luhan se sentó en la silla en la esquina. I.N. se acurrucó en su regazo, profundamente dormido. Se aseguró que la manta estuviera a su alrededor, rozando con su mano el sedoso y suave cabello del niño. I.N. se veía tan angelical mientras dormía, que su corazón se sentía, como si no pudiera sostener más amor por el pequeño que el que ya tenía.

Cuando Jongin entró en la habitación,  conocía esa mirada, y no le gustó. Normalmente lo hacía. Siempre amaba cuando su pareja lo miraba tiernamente, pero ahora mismo, había lástima mezclada con ella, y su corazón se hundió. —Encontraste a su familia.

Fue una afirmación, no una pregunta.

—Su hermano—Jongin se movió hacia la silla, elevándose sobre él. —Ha estado muy preocupado por I.N.. —Le contó lo que sucedió, y él se sintió horrorizado por la historia, indignado de que alguien pudiera ser tan maligno –aunque había conocido a algunos seres bastante malignos a través de los años– y sentía pena por Felix.  Pero no quería darse por vencido con I.N.. Habían jugado al escondite, juntos bebieron refrescos y había permitido que I.N. lo derrotara en un videojuego, antes de que este mordiera el polvo. No había sonreído tanto o haberlo pasado tan bien, en mucho tiempo. Se había unido a I.N., y ahora dejarlo ir, sería lo más duro que hubiese hecho nunca.

Era muy raro que llorara, pero sintió las lágrimas picando sus ojos, cuando bajó la mirada hacia el pequeño. —¿Cuándo vendrá a llevarse a I.N.?

—No a corto plazo. La ventisca lo tiene retenido en la cabaña del Ayudante Hwang—Jongin le pasó una mano por la cabeza y besó su sien. —Sé que quieres quedarte con él, pero tiene un hermano que lo ama muchísimo, cachorro.

—Pero también le amo—Se secó los ojos, enojado y con el corazón roto.

—Sólo porque hallamos a su hermano, no significa que nunca más vuelvas a verlo —dijo Jongin. —Es obvio que no puede regresar a su pueblo. Estoy bastante seguro, que vivirá con Hyun Jin, y el ayudante vive justo en la carretera.

 

No sería lo mismo que I.N. viviendo en la Guarida, pero sintió cierto alivio, al saber que I.N. no estaría demasiado lejos de él.

—¿Puedes despertarlo por mí? Felix es un manojo de nervios esperando a hablar con él. —Jongin se arrodilló a su lado, frotando su brazo en un gesto calmante.

—No quiero renunciar a él.

Jongin dio un pequeño gruñido. —Luhan—dijo a modo de advertencia.

—¿Qué? —Mantuvo bajo su tono de voz, no dispuesto a despertar al niño. —No me importa si ahora mismo estoy siendo egoísta. I.N. es feliz. Le gusta estar aquí, y se asustará si deja mi lado.

—No si está con Felix.

Tenía las de perder, y cualquier argumento que diera sería en vano. El hermano de I.N. estaba vivo y desesperado por recuperar al chico. Él ni siquiera estaba seguro si el pequeño elfo entendía sobre la muerte de sus padres, pero quería estar ahí para confortarlo si o cuando se diera cuenta.

—Despiértalo—dijo Jongin en un firme tono de voz. —¿No recuerdas cómo te sentiste, cuando Chaejin fue secuestrado, y no teníamos idea de dónde estaba?

¿Cómo podría olvidarlo? Había estado fuera de sí por la preocupación, dispuesto a hacer cualquier cosa para recuperar a su nieto. Odiaba cuando Jongin tenía razón.

Justo entonces, los ojos de I.N. se abrieron. Lo miró fijamente, y luego giró la cabeza y contempló a Jongin. I.N. se veía un poco desorientado, cuando se acurrucó más fuerte contra él.

—Recuerdas a Jongin —, le dijo.

—Wolfie—I.N. asintió con la cabeza.

Jongin se rio entre dientes. —Sip, soy un lobo. Pero no tienes que tenerme miedo.

I.N. podría, si Jongin cambiase. Era el lobo más grande que  hubiera visto en su vida, más grande que cualquiera en su manada. Desde el hocico hasta la punta de la cola, el lobo de Jongin tenía 1,83 metros. Era descomunal, y en su forma humana aún se veía como un motero fuera de la ley.

Pero I.N. parecía más intrigado con Jongin, que asustado.

—¿Quieres hablar con Felix? —Preguntó Jongin.

Los azules ojos de I.N. se iluminaron. —¿Felix?

Pensó que Jongin llamaría a Felix –en su lugar, hizo una vídeo-llamada. Su corazón latía violentamente, mientras esperaba que el hermano respondiera. Fue el Ayudante Hwang cuyo rostro apareció en la pantalla.

—Espera un segundo —dijo Hyun Jin antes de entregarle el teléfono al elfo más hermoso que hubiera visto. Simplemente era impresionante, con largo cabello rubio, grandes ojos azules que se veían como los de I.N. y suaves rasgos angelicales. Parecía más una chica que un chico.

—¡I.N.!—Lagrimones rodaron por las mejillas de Felix, mientras reía. —Estaba tan preocupado por ti, compañero.

—¡Felix! —I.N. sostuvo el teléfono, mirando con los ojos como platos, que su hermano estuviera en la pequeña pantalla. —Quiero ir a casa —lloró I.N.. —¿Cuándo vendrás a buscarme?

Maldición. ¿Cómo se suponía que odiara a Felix cuando lo sentía tanto por los hermanos? Y la declaración de I.N. de querer ir a casa  lo destrozó.

—Iré a por ti pronto, compañero —dijo Felix. —En cuanto deje de nevar, estaré allí.

—¿Puedo llevar a Luhan a casa, conmigo? —I.N. giró el teléfono, como si estuviera intentando descubrir cómo se había metido Felix ahí dentro.

—No sé quién es —dijo Felix.

Inclinó el teléfono, para que Felix lo viera. —Soy Luhan. Soy el que lo encontró.

Gratitud llenó los ojos de Felix. —Nunca seré capaz de pagarte por salvar a mi hermano. Estoy en deuda contigo.

—Al igual que yo —dijo Hyun Jin al fondo.

—Si no te importa, —dijo Jongin cuando sacó el teléfono de las diminutas manos de I.N., —prefiero que se quede aquí, hasta que se solucione el tema con One. ¿Estás seguro que está trabajando con demonios?

 

 

—Le vi una noche, hablando con alguien llamado Zenbar. No pude escuchar lo que estaban diciendo, pero si el nombre del tipo, y sé cómo es un demonio —dijo Felix, aunque él no podía ver al hombre.

—Me pondré en contacto con Him Chan y veré si sabe quién es Zenbar —dijo Jongin. —Hasta entonces, aquí estará tu hermano.

Devolvió el teléfono, y I.N. lo atrapó, sonriendo a su hermano antes de contarle a Felix todo lo que había hecho en la Guarida. Habló con un emocionado tono de voz, haciendo que sonriera como un idiota.

I.N. quería quedarse con él. ¿Qué tan genial era eso?

Jongin arqueó una ceja y alzó la caja vacía de Fudge Rounds. 

—No creo que debas darle esto a un niño, que nunca ha comido azúcar, todos esos dulces.

Se encogió de hombros. —Como si pudiera detenerlo. Tiene algunos extraños y locos poderes. Robó toda la caja de aperitivos de Baekhyun, sin levantar un dedo, y utilizó esos poderes para encontrarme, cuando estuvimos jugando al escondite.

 Felix inhaló bruscamente. —I.N., sabes que no debes hacerlo. Este se giró y lo contempló. —No hice nada malo.

—¿Me acabas de echar una mirada asesina? —Se rio entre dientes. 

—El chico me ha echado una mirada asesina.

—Compórtate, I.N. —advirtió Felix. —Se bueno con Luhan.

I.N. se veía arrepentido. —Lo siento. Pero, ¡quería esos aperitivos!

Incluso Jongin se rio esta vez. —Veo que ha estado cerca de ti, demasiado tiempo.

—No me culpes —le dijo. —Vino de esa manera. No puedo evitar que seamos dos guisantes en una vaina.

—En cuanto las carreteras estén limpias, nos dirigiremos allí —dijo Hyun Jin. —Hasta entonces, tienes mi número.

—¿Está bien si hablo con I.N., más tarde? —Preguntó Felix.

—Puedes llamarlo cuando quieras —dijo Jongin.

—Tengo que hacer pis—I.N. le entregó el teléfono, y luego se bajó de su regazo. Jongin le mostró a I.N. dónde estaba el cuarto de baño, mientras él miraba fijamente a Felix. Bueno, esto era incómodo. El chico siguió mirándolo, antes de que finalmente hablara.

—Te has encariñado con él, ¿no?

Quiso disimular, pero estaba bastante seguro, que la verdad estaba escrita por todo su rostro. —Sí.

—I.N. tiene ese efecto en la gente —dijo Felix. El chico se veía como si estuviera preparado para llorar de nuevo. —Era una estrella brillante, en los ojos de mis padres.

—No te preocupes, haremos que One pague por lo que hizo—Y él quiso decir eso. Se aseguraría que ese diabólico bastardo, recibiera lo que merecía.

—No lo alejaré de ti—dijo Felix. —Podrás verlo cuando tú quieras. Lo prometo. Pero amo a I.N. con todo mi corazón, y es todo lo que me queda.

—También me tienes a mí —dijo Hyun Jin al fondo. Su tono de voz era  tranquilizador – la clase de tono de voz que Jongin había utilizado con él muchas veces, cuando estaba asustado, o tenía el ánimo un poco bajo. Por lo que Jongin le había contado, Hyun Jin y Felix ni siquiera habían sido pareja ni veinticuatro horas, pero sonaba como si Hyun Jin ya se preocupara profundamente por Felix.

—Y a mí —añadió. —Tú e I.N. ahora son parte de la familia, y defendemos a nuestra familia.

Esta vez Felix lloró. Por Dios, no había tenido la intención de hacer que Felix se desmoronara.

—Gracias, y dile a I.N. que lo llamaré más tarde —dijo Felix antes de colgar.

Arrojó el teléfono a un lado. Podía tratar con la custodia compartida. Ahora que había llegado a conocer a I.N., quería ser parte de la vida del chico, y a regañadientes, también la de Felix. Los hermanos no habían tenido a nadie de su parte, pero ahora lo hacían, y él había querido decir lo que había dicho.

One pagaría.

Cuando I.N. salió del cuarto de baño, miró fijamente al teléfono en la mesa a su lado. —¿A dónde fue Felix?

—Podrás llamarlo más tarde—Se levantó y estiró. —¿Preparado para meterte en más problemas?

Jongin rodó los ojos, pero I.N. se rio. Sip, dos guisantes en una vaina.

 

 

 

  One estaba enfurecido, cuando miró por la puerta de su choza y vio la ventisca. El clima obstaculizaría sus planes. ¿Cómo rastrear a los hermanos, cuando no podía ver la choza vecina que estaba a cincuenta metros en frente de la suya?

Cerró la puerta y tomó asiento delante del crepitante fuego, mientras la advertencia del demonio se repetía en su mente. I.N. sería su ruina, tomaría el control como líder de los Elfos del Bosque.

—Sobre mi cadáver—gruñó. Sacó el teléfono de su escondite y marcó a Zenbar. —Tenemos un problema.

—Estoy algo ocupado—gruñó Zenbar al teléfono. —No tengo tiempo para tus pequeños problemas.                                                          

—Si quieres cincuenta almas, me ayudarás —espetó. —El chico vive.

—Mierda—dijo Zenbar. —Hice que uno de mis hombres, se deshiciera de él.

—Y tu hombre hizo un trabajo de mierda—Se echó la piel sobre los hombros, acercándose más al fuego. —Dos hombres vinieron aquí, mostrándome una foto de él y preguntando si alguien conocía al chico. I.N. se veía vivo y bien, lo que quiere decir, que no has cumplido tu parte del trato.

Se levantó y aseguró una de las láminas que cubría la ventana cuando se soltó y comenzó a golpear por el viento. Dios, odiaba el invierno. ¿Por qué su tribu no podría estar ubicada en algún lugar como Hawaii? Cuanto más viejo se hacía, más se calaba el frío en sus huesos, haciendo que le doliera el cuerpo. Sería agradable vivir en algún lugar, donde el calor se sintiera durante todo el año.

—Me ocuparé del chico, personalmente —dijo Zenbar. —Una vez que esté muerto, vendré a recaudar lo que es mío.

No confiaba en Zenbar. El maldito probablemente, también intentaría llevarse su alma, aunque no fuese parte del trato. 

 

¿Qué le importaba si sus miembros fueses marionetas sin alma? Eso haría su reinado más fácil.

—Quiero pruebas de que el chico esté muerto —dijo.

—Te traeré su cuerpo —gruñó Zenbar. —Ahora déjame en paz. Estoy ocupado.

—¡Espera! —Gruñó, mientras se frotaba la frente. —También tienes que traerme al hermano. No puedo permitir que su linaje continúe.

—Bien.

Gruñó, cuando el demonio colgó. No le gustaba la actitud de superioridad del tipo. Quizás, encontrase un hechizo para convertir a Zenbar en una babosa, una vez que I.N. fuese eliminado.

 

 

 

Jongin observaba, mientras Luhan corría por el pasillo, I.N. chillando de risa, mientras lo perseguía. No había nada que no hiciese por su pareja, pero no podía quitarle I.N. a Felix.                                        

—¿Cuántos años tiene su hermano? —Preguntó Baekhyun, cuando salió del estudio y se quedó de pie a su lado.

—Demasiado viejo para que lo adoptes —dijo, mientras Baekhyun estornudaba. —Está acoplado.

Baekhyun se giró, cuando Chanyeol se acercó. —Quiero un niño, Chanyeol. Ve a encontrarme uno.

Chanyeol suspiró. —Hemos hablado de esto, lindo bebé. No puedo simplemente agarrar a un niño. A eso se llama secuestro.

Baekhyun pisoteó con su pie, cuando estornudó de nuevo. —Eso no es justo. ¿Por qué Luhan tiene un niño y yo no?

Escondió su sonrisa. Verdaderamente adoraba a Baekhyun. 

—Luhan no tiene un niño. El hermano de I.N. vendrá por él, en cuanto la tormenta amaine.

Baekhyun lo ignoró por completo, cuando Luhan y I.N. los pasaron a toda velocidad. Se unió a la carrera, riendo, mientras intentaba atrapar al pequeño elfo. Pronto Taemin y Ren se unieron, corriendo en sus formas de tigres, mientras maullaban.

 

I.N. se detuvo y dio la vuelta, mirando fijamente con los ojos como platos a los gatos. Se rio, abrazó a Ren y luego salió corriendo de nuevo.

—Baekhyun no ha desistido de la idea de tener un hijo propio, desde que I.N. fue hallado —dijo Chanyeol con tono de exasperación. —Me está volviendo loco.

Arqueó una ceja. —¿Por qué no adoptan tú y Baekhyun? Esa es mejor forma, que un secuestro.

Chanyeol se rio entre dientes. —Sabes malditamente bien que no agarraría a un niño. Pero la adopción, es una idea interesante.

Estaba bastante seguro, que había muchos niños que necesitaban una familia. Chanyeol y Baekhyun serían los padres perfectos. Pero decidió no tocar el tema. Esa era una enorme decisión que alteraría sus vidas, y había terminado inmiscuyéndose.

Chanyeol gruñó, cuando Niel vino por el pasillo, llevando sus guantes azules de látex y una mascarilla. Estaba rociando el aire, mientras los pasaba. Chanyeol tosió, agitando una mano delante de él. 

     —¿Estás intentando matarnos?                                                                   

Niel se detuvo y parpadeó hacia Chanyeol. 

—No. De ninguna manera. De ninguna manera. Pero Baekhyun está enfermo. Sí, lo está. Sus gérmenes están por todas partes. Sigue estornudando por toda la casa. No es bueno. No es bueno en absoluto. Nero se giró hacia él. —Deberías ponerlo en cuarentena, Yeol. Sí, deberías.

—Nadie va a poner en cuarentena a mi lindo bebé —dijo Chanyeol.

Niel siguió adelante, aun rociando el aire, otro bote en la otra mano. Cuando Baekhyun lo pasó, Niel lo persiguió, saturando a Baekhyun con el spray desinfectante.

—¡Para!—Gritó Baekhyun, saliendo corriendo en la dirección opuesta, antes de que escuchara un portazo.

—Mejor voy a salvar a mi pareja. —Chanyeol salió corriendo.

No había un momento aburrido en la Guarida. Y él no lo quería de otra manera.

Sin importar cuánto maldijera y gimiera por el constante desorden y ocasionales peleas que estallaban, esta era su vida, y amaba cada segundo de ello.

I.N. corrió hacia él, envolviendo sus pequeños brazos alrededor de sus piernas, mientras se escondía detrás de él. 

—¡Luhan está detrás de mí!

Maldición. Había hecho todo lo posible para no apegarse al pequeño, pero viendo esos centelleantes ojos azules, mirándolo fijamente derritió su corazón. —No te preocupes. Wolfie te protegerá. Se inclinó y recogió a I.N., izando al pequeño elfo sobre sus hombros. Cuando Luhan dio la vuelta a la esquina, este lo miró de manera penetrante.

—Así que, ¿esa es la forma en que va a ser, Seis Veranos?

—¡Bingo! —Gritó I.N. entre risas. —Atrápalo, Wolfie. ¡También a los gatitos!

Bajó al niño, dio un paso hacia atrás y cambió. Esperó que I.N. se asustara, pero el niño chilló de alegría. —¡Quiero montar!

Bajando hasta que su estómago rozó el suelo, permitió que I.N. se subiera sobre sus hombros, y luego salieron corriendo,

persiguiendo a Luhan y a los gatitos.

 

 

 continuará....


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