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127. Cuidando a I.N. (35) por dayanstyle

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I.N. saltó y levantó los ojos hacia Luhan, cuando el trueno retumbó a través del cielo. Estaban sentados en la biblioteca, donde  había estado leyéndole un libro sobre un ratón que quería comprar un poco de pan.

—Solo son los ángeles jugando al  boliche—le dijo. —Nada que temer.

Miró hacia la ventana, viendo caer la nieve. En verdad, el trueno también lo había asustado un poco. Las tormentas solían hacerlo, y él no admitiría ante cualquiera, que le hacían latir más rápido su corazón.

Había visto un montón de tormentas. No eran gran cosa. Pero esto era una de nieve, y por alguna razón, se sentía como mal presagio. La piel de gallina estallo en sus brazos, y en ese instante, era cuando  generalmente corría a buscar a Jongin. Pero tenía que ser valiente frente a I.N.. No podía dejar que el pequeño individuo, lo viera asustado.                                                                                                            

Por supuesto, no significaba tener que permanecer en la biblioteca. —¿Por qué no vamos a conseguir un poco de chocolate caliente? — Se levantó de la silla en que había estado sentado, y alzo a I.N. de los cojines en el suelo. Dejó el libro sobre la mesa, mientras corría hacia la puerta.

Si soy una gallina. Demándenme.

Cuando la puerta de la biblioteca se abrió de golpe, gritó. I.N.  también –eso sólo hizo a Baekhyun gritar a su espalda.

—¿Por qué estamos gritando? —Preguntó este, sosteniendo su pecho.

—Debido a que los truenos asustan a… I.N.—Grito. —No puedes ir por ahí, asustando a los niños.

—Yo no me asuste —dijo I.N.. —Sólo pensé que teníamos que gritar.

Rodó los ojos. —Tenías miedo, apégate a esa historia.

Baekhyun entró en la biblioteca, mirando a su alrededor. —Pero no hay nada aquí, que temer.

Tan pronto como dejó el umbral, la puerta se cerró de golpe. Miro a Baekhyun. —Por favor, dime que hiciste eso.

—Nuh-uh —Baekhyun se volvió y se quedó mirando a la puerta. —Tal vez el viento soplo y la cerró.

—No hay viento aquí —protestó, luego bajó los ojos hacía I.N.. Tal vez, este usó sus poderes extraños. —¿Tú la cerraste?

I.N. negó vigorosamente con la cabeza. —¿Vamos por el chocolate caliente?

El chico parecía inmune a los sustos. Él no lo era. Y desde la mirada asustada de Baekhyun, tampoco este.

Soltando la mano de I.N., fue hasta la puerta y trató de abrirla. No se movió. —Está bloqueada.

 —¿Cómo puede estarlo? —Baekhyun arrugó la nariz y trató de tirar de la puerta, también. Permaneció cerrada. Golpeó la madera con el puño. —¡Déjennos salir de aquí!—Se volvió hacia él. —¿Cuánto quieres apostar, a que Niel está logrando que estornude sobre él?

Quería creer que ese era el caso, pero su instinto le decía lo  contrario. Algo misterioso estaba pasando, y lo único que quería, era salir de la biblioteca y cazar a Jongin. Esa sensación ominosa aún tenía un control sobre él, y no quería quedarse para averiguar por qué.

—Tengo que hacer pis. —I.N. golpeó las manos por encima de su espacio privado y comenzó bailar un poco.

—Niño, tienes un colador en lugar de una vejiga. —Intentó abrir la puerta, de nuevo, sin ningún resultado. Se dio la vuelta, cuando una ráfaga de viento golpeó la ventana, haciendo vibrar su marco.

Esto era demasiado malditamente espeluznante, y él odiaba lo espeluznante. Sobre todo, cuando las luces de la biblioteca comenzaron a parpadear.

—Bueno, eso no es bueno—dijo Baekhyun. —Creo que tengo que hacer pis, también. —Empezó a golpear la puerta de nuevo, mientras él veía cada oscura esquina en la gran sala. La puerta no había sido cerrada por el viento y la electricidad en la habitación, no había fallado. Había estado en el mundo de Jongin demasiado tiempo, para no sospechar que algo estaba causando esto.

—Realmente, realmente tengo que ir —I.N. se quejó.

—Hazlo sobre la planta —Baekhyun sugirió.

Miró con incredulidad a su amigo. —No, no va a orinar en una planta.

—Yo sí. —Baekhyun se dirigió al otro lado de la habitación, cuando las luces se apagaron. La única cosa que iluminaba la habitación, era la blancura de la nieve cayendo fuera. Baekhyun gritó y corrió de nuevo junto a él. —Pensándolo bien, puedo aguantarlo.

Ojos rojos comenzaron a brillar en el mostrador. Se tragó su corazón y agarró la mano de I.N.. Baekhyun le clavó las uñas en el brazo, mientras miraban a los ojos, observando como un cuerpo emergió de las oscuras sombras.

El hijo de puta, tenía que tener más de siete pies de altura. Su piel era de color rojo, y tenía cuernos que sobresalían de una cabeza llena de pelo grueso y negro. El intruso era un demonio. Mierda. Estaban en serios problemas. Los demonios tenían poderes malvados, y él no quería averiguar lo que este hombre era. Además de ser capaz de aplastarlo y Baekhyun como insectos.

—Dime que es un amigo tuyo —dijo Baekhyun. —Espero que ustedes dos, sean muy muy amigos. —Nunca antes lo había visto —dijo.

—Temía eso —dijo Baekhyun. —Pero un hombre puede soñar.

—Dame al niño —el demonio exigió, dando un paso más cerca de ellos. Sus brazos eran tan voluminosos, que descansaban contra su cuerpo. Que sobresalía un poco, por lo que oraba que él no fuera del tipo de usar sus rollizos puños. —Si lo entregas, los dejaré vivir, humanos.

Con el miedo que tenía -y él definitivamente tenía mucho miedo empujó a I.N. detrás de él y miró al demonio.

—No me importa lo que haces, idiota. No te daré al niño.

Baekhyun corrió a la puerta y comenzó a golpear la madera con los puños, gritando por ayuda, cuando dio unos pasos hacia atrás, asegurándose de que I.N. se quedó detrás de él.

Sintió los dedos de I.N. clavándose en su espalda, oyó el pequeño gemido, y la ira se elevó dentro de él.

—¡Fuera de aquí, antes de que tengas una casa llena de lobos para destrozarte!

La risa del demonio, se hizo eco en la habitación. Dios, realmente odiaba ese sonido. —Tienes que pasar por la puerta primero.

Baekhyun se volvió rápidamente hacía él, con las manos en puños.

—¡Soy un padrino y te golpearé si no nos dejas en paz!

La amenaza de Baekhyun era casi tan eficaz, como un chirrido de pájaro bebé. Retrocedió hasta que tuvo I.N. entre él y la puerta. —No te lo llevaras.

Alguien golpeó la puerta, desde el otro lado. —¡Luhan!

Era Jongin.

—¡Estamos atrapados con un demonio!—Baekhyun gritó. 

—¡Ayúdanos!

La puerta se sacudió, pero permaneció cerrada. El demonio cerró la distancia, agarrándolo del brazo, seguro dejaría miles de hematomas, arrastrándolo lejos de la puerta. Pero se agarró a I.N., teniendo al niño con él, cuando fue arrojado a un lado. Afortunadamente, logró mantenerse de pie y no cayó sobre I.N..

Baekhyun corrió hacia ellos, detrás de él, cuando el demonio se volvió, mirándolos. —Van a morir protegiéndolo, y me lo llevare de todos modos.                                                                                                              

—No quiero ir con él —I.N. susurró. —Por favor no hagas que vaya con él. —Había lágrimas en sus ojos. —Quiero a mi mamá. ¿Me puedes llevar con mi mamá?

—El demonio no te llevara —, le dijo. Le dolía que I.N. estaba preguntando por su madre, eso le dijo que el niño no tenía idea de que sus padres estaban muertos. Quería tirar de I.N. en sus brazos y abrazar al niño, darle la comodidad que   necesitaba desesperadamente, pero no se atrevía a dar la espalda al demonio.

—¡Chanyeol va a hacerte papilla!—Baekhyun gritó. Luego estornudó. Hizo una mueca, cuando sintió la humedad en el cuello. El tipo no se tapó la boca.

—Haz lo que quieras. —El demonio echó los brazos hacia fuera, y la habitación se desvaneció. Todo se volvió negro, cuando tomo a I.N. en sus brazos y lo sostuvo fuertemente contra él. Baekhyun lo envolvió con sus brazos, gimiendo cuando el demonio se dirigió hacia ellos.

 

 

Jongin golpeo la puerta con su cuerpo varias veces, maldiciendo cuando no funciono. Sólo podía haber un demonio que se había infiltrado en su casa.

Zenbar. Embonó debía haberle enviado, cuando su plan para matar a I.N. había fallado, y ahora no sólo I.N. estaba en problemas, también Luhan y Baekhyun.

Lo intentó de nuevo, presionando el hombro en la madera. Tratando de tirar una puerta no era fácil, y su hombro le dolía como una perra. Pero esta vez cedió. La puerta se abrió de golpe, chocando contra la pared detrás de él, cuando el marco se astilló.

La habitación estaba vacía.

Centinelas entraron corriendo en la habitación, mirando a su alrededor.

—¿Qué fue? —Preguntó Jonghyun.

—Un puto demonio se llevó a Luhan, Baekhyun, e I.N.. —Sacó el teléfono y marcó el número de Him Chan, cuando Chanyeol pronuncio una tormenta de maldiciones, amenazando con darle al demonio dolor lento y tortuoso, cuando lo encontrara.                                                          

—No he localizado al demonio. —Him Chan dijo, cuándo contestó.

—Pues redobla tu esfuerzo —le grito. —Secuestro a dos de nuestros compañeros y al niño.

Him Chan salió del rincón oscuro, metiendo su teléfono en el bolsillo.

No importaba cuántas veces había visto a un demonio salir de una sombra, siempre lo fascinaba. Lástima, que no tenía ese tipo de poder. Haría que viajar fuera más fácil. Him Chan miro la habitación, y luego cerró los ojos. ¿Qué mierda estaba haciendo el hombre, meditando?

Cuando el líder demonio abrió los ojos, gruñó. —Los llevó a la Aldea de los Elfos del Bosque.

—Hay que utilizar el portal,  para llegar allí —dijo Chanyeol. —Nadie me quita a mi lindo bebé y se sale con la suya.

Él estaba preocupado por los tres. I.N. tenía poderes especiales – poderes que One quería eliminar. Si estaban involucrados los demonios, su compañero, junto con Baekhyun y I.N., estaban en serios problemas.

 

Him Chan los agarró Chanyeol y a él, antes de volver a las sombras. Podría estar fascinado con esta forma de moverse, pero no era inmune a las náuseas por viajar con un demonio. Pero por Luhan, viajaría a través de los hoyos del infierno.

 

 

 

 

Hyun Jin estaba dormitando en el sofá, frente a la película. Felix y él,  habían hecho el amor dos veces más, y ahora estaba agotado. Todo lo que quería hacer era dormir, pero cuando Felix se sacudió en el sofá, agarrándose el estómago, estaba completamente despierto.

Se sentó, frotando la palma de su mano contra su ojo.

—¿Qué tienes?

—I.N.—Felix lo veía con los ojos muy abiertos. —Algo está mal. Lo puedo sentir en mis huesos.

Se levantó, fue a su habitación, y se deslizó en un par limpio de boxers antes de dirigirse a la sala y agarrar su teléfono. 

—Tenemos que llamar a la Guarida y ver cómo esta.

Mientras marcaba, Felix recogió su ropa desde el suelo y se vistió. Odiaba ver el hermoso cuerpo de su compañero cubierto, pero supuso que el elfo no quería que su hermano menor lo viera con el torso desnudo.

Jongin contesto al cuarto timbre. —Realmente no puedo hablar ahora, Hyun Jin.

—¿Qué está pasando? —No reconoció el tono en la voz de Jongin.

—Estoy tratando de no enfermarme —dijo Jongin. —Solo... solo espera.

Fue a la cocina y puso la tetera en la estufa. Necesitaba algo que hacer, mientras esperaba. Miro la preocupación en los ojos de su compañero. Quería ver a Felix feliz, y su ceño fruncido hizo que  quisiera matar a alguien o algo.

—Bueno—Jongin volvió a ponerse al teléfono. —Eso estuvo cerca. —¿Qué diablos está pasando? —Exigió.

—Zenbar se metió en mi casa —le explicó Jongin, haciendo que su sangre  se helara. —Ahora estamos rastreándolo.

—¿Se llevó a I.N.?

—Sí, lo hizo. También tomó dos compañeros.

—Que podría ganar con eso —dijo. Por el momento, le tenía sin cuidado de que Jongin fuera un gran hijo de puta o que era propietario de Villa Kim y que podría echarlo. Su preocupación estaba entrada en I.N..

—Pasare por alto tu tono, ya que sé que estás preocupado por él —, dijo Jongin. —No es como que estuviera sentado en mi culo. Chanyeol y yo estamos en el pueblo, buscándolos.

Eso no era suficiente. Ya había llegado a la conclusión, de que estaría ayudando a Felix a criar al pequeño. Aún no había conocido a I.N., pero desde la breve conversación que Felix había tenido con su hermano, sabía que el niño se envolvería rápidamente alrededor de su corazón.

 —Llámame cuando sepas algo. —Colgó.

—¿Qué paso?—Pregunto Felix, de pie junto a la puerta de la cocina, mientras se retorcía las manos.

 No quería darle la noticia a su compañero, que su hermano había sido secuestrado, pero se negó a mentirle al elfo.

Las lágrimas nadaron en los bellos ojos de Felix. 

—¡No podemos quedarnos aquí y no hacer nada!

—No lo haré.

Confiaba en Jongin y Chanyeol, pero era un tipo práctico, y sentarse en el banquillo, mientras que un miembro de su familia estaba en peligro, no era típico de él.

— ¿No dijiste nosotros? —Dijo Felix.

—No te llevare conmigo —le dijo. —One te quiere muerto. ¿Por qué llevaría a mi compañero al único lugar que podría conseguir que lo maten?

—¡Debido a que I.N. está allí! —Felix argumentó. —No me dejaras atrás. ¿Qué pasa si Zenbar viene aquí para capturarme, mientras no estás?

Odiaba que Felix tuviera un punto. Aún así, no quería a su compañero cerca de esa localidad. Esos elfos eran corruptos, malos, y querían destruir a alguien tan hermoso como Felix, y I.N.. —Entonces, te dejare en la Guarida —sostuvo. —¿Qué pasa si One tiene una horda de demonios en su flanco? ¿Qué pasa si mi atención está dividida, porque estoy demasiado preocupado por ti para concentrarte en sacar a I.N. de ahí? 

 —¿Qué hay de las carreteras? —Pregunto Felix. —La tormenta de nieve, probablemente, hará imposible conducir.

Miró por la ventana de la cocina. La nieve había cesado, pero los vientos hicieron una situación mortal. Eran intensamente fríos y ponía la nieve en grandes montones. Felix tenía razón. Nunca podría salir de su camino de entrada con su auto, y mucho menos ser capaz de llegar a la Guarida.

Había oído hablar de los Guerreros Demonio sacando a la gente de un lugar a otro, pero no conocía a ningún guerrero. Además, había sido un demonio quien había secuestrado a I.N.. No confiaría en esa especie, en este momento. Sin embargo, no podía simplemente sentarse en su culo.

Llamo al detective Leeteuk, quien a su vez llamó a alguien llamado Joshua. Acababa de terminar de apagar la caldera, cuando un chico grande y temible paseó en su cocina. Su primer instinto, fue el de  disparar al bastardo.

—Lo siento,  por la invasión de su casa —dijo el chico. —Soy  Joshua. —¿Entras en los hogares de la gente? —Se deslizó sobre su gruesa chaqueta de invierno. Felix entró en la cocina, tenía abrigo y botas, así como su gorro de lana.

—Él salió del armario. —Felix observó a Joshua.

—No estoy seguro, de que si eso es un buen  juego de palabras. —Él tendió la mano y se presentó.

Joshua sacudió la mano de Felix. —Nunca he estado en el armario.

Le dio un guiño a la Felix, lo que hizo que gruñera. Joshua se volvió hacia él. —Los demonios viajan por las sombras. —Se rió. —Y eso es un juego de palabras.

—Deja de coquetear con mi compañero —le advirtió.

—Coqueteo inofensivo —dijo Joshua. —Estoy emparejado y Jeonghan sabe que tengo ojos, sólo para él.

Saber que Joshua estaba acoplado, no calmo sus nervios.

—Así que, ¿nos metemos al armario para viajar?

Joshua miro a Felix. —¿Quieres entrar en el armario?

—Eres un tipo muy gracioso —le dijo. —Sólo tienes que llevarme a la Guarida, para dejar allí a Felix.

—No particularmente. —Felix se sonrojó, luego su expresión se volvió seria. —Pero mi hermano pequeño ha desaparecido, así que tengo que llegar a él.

—Tú no vas —sostuvo. Felix no dijo nada, como si no hubiera incluso hablado con él. Estaba empezando a ver, qué Felix tenía un lado obstinado en él.

Con un movimiento de cabeza, Joshua dijo—Síganme, amigos.

Aun no confiaba en el demonio, pero no tenía otra opción. Iba con Joshua o se sentaba en la casa, sin hacer nada para ayudar a I.N..

Cuando los tres entraron en el armario de su dormitorio, Joshua dijo. —La primera vez es un poco duro.

No tenía idea, de lo que el demonio estaba hablando, hasta que dio un paso adelante y al instante se sentía como si estuviera cayendo. Se  estiró para tomar a Felix justo cuando golpeó algo duro. Cuando miró a su alrededor, vio que había un bosque detrás de un grupo de chozas.

Las náuseas subieron a su garganta. 

—Esto no es la Guarida —gruñó.

—Me siento enfermo—Felix se quejó. Se puso una mano sobre la boca, cuando se volvió de un tono verde.

Ahora sabía por qué Jongin se había tomado un momento en el teléfono. Los viajes demonio daban ganas de vomitar.

—Se suponía, que nos llevaría a la Guarida.

Se puso de pie, ayudando Felix. Su compañero se balanceó ligeramente, con la mano aún cubriendo su boca, cuando le sacudió la nieve de Felix.

—Uno se acostumbra—dijo Joshua, haciendo caso omiso de lo que dijo, —después de unos pocos cientos de veces.

Se inclinó ante los dos. —Aquí es donde los dejo. Si necesitan un viaje a casa, simplemente griten mi nombre.

—¡Joshua! —Gruñó. —Llévate a mi compañero.

Joshua siguió su camino, una vez más, haciendo caso omiso de él. Cuando esto hubiera terminado, estrangularía el puto demonio. Pero no antes, porque podía necesitar que Joshua los sacara de aquí.

Felix bajó la mano y miró hacia las cabañas. —Nunca quise regresar.

—No deberías estar aquí. —Los vientos le robaron su calor. Necesitaba un lugar cálido para Felix, antes de ir a cazar a One. Tomando la mano de Felix, se arrastró hacia el pueblo.

 

 

                                                          continuará


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