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Restaurant : Angeles Culinarios

Notas del capitulo:  

nooooooooooooooooooooooooooo uno no sabe lo que tiene hasta que... se lo cierran T~T, en cuanto me enteré avance a todo dar el capi -_-.

Pero hay cosas que todavía no entiendo con respecto al tema del cierre de la página, ¿realmente se va a cerrar esta hermosa página?

Pues bueno si es que es inevitable , tal vez me haga una cuenta en otra página, emm este es el penúltimo capi, si es que no me inspiro y escribo más. Pero por el momento disfruten, a y sobre todo: LAMENTO NO HABER CONTESTADO LOS REVIEWS!!!! YA LOS CONTESTO!!

Capítulo 13

 

No se le había ocurrido nada mejor que ir a buscarlo y deshacerse de todas las dudas que lo carcomía por dentro, no era bueno para su salud mental que estuviera mortificándose por simples rumores, y es que si realmente quería eso era más conveniente mortificarse por la insensible verdad.

 

En cuanto se había enterado del rumor que involucraba a su padre y al rubio su cabeza había empezado a trabajar a mil por segundo, asiéndole honor a su título de genio que poseía desde que era niño. Se encontraba en un café en el centro de la ciudad hablando con un amigo, Kisame Hoshigaki, alguien muy querido por él, tal vez su más cercano amigo entre todos los del grupo que acostumbraba a frecuentar, ya se contaban 8 años desde la primera vez que se habían visto, mucho tiempo para una simple amistad, ellos sobrepasaban todo cariño relacionado a la amistad, ellos se cuidaban, se querían, de vez en cuando un poco de eventuales encuentros carnales, pero por sobre todo, para ambos era la primera vez que se interesaban en alguien por sobre la simple y frívola diversión, para Itachi, Kisame, era una de las dos personas más importantes en su vida, junto  a su hermano Sasuke. Como en todos los cafés, este tenía un buen equipado set de entretenciones para los clientes, como una pared llena de pancartas, con chistes e imágenes que jugaban entre si simulando una continuidad entre todas ellas, además de una rocola, de esas antiguas que eran los tocadiscos públicos en las fuentes de soda, sin mencionar a la siempre actualizada y eficiente televisión. Como la odiaba en esos momentos. Si se hubiera querido enterar, lo primero que debió haber hecho habría sido sospechar, pero no, la muy maldita se adelantaba a todo, como siempre.

 

Todavía no olvidaba la vez que su bisabuelo Madara había muerto, no era muy cercano, eso era verdad, su madre siempre le había dicho, insistido, en que se acercara un poco más a él, pero él siempre se había negado diciendo que si él no se acercaba por qué habría de hacerlo él y su madre como siempre le respondía que después no quería verlo llorar en la tumba de su abuelo, por no haber aprovechado el tiempo en el que estuvo vivo. Y así lo hizo, no lloró cuando años después se anunció por la televisión del "trágico accidente" que había afectado al conocido empresario Madara Uchiha. El estaba en la calle cuando se fijó en una de esas vitrinas que enseñaban los últimos modelos tecnológicos, por lo que los encendían enseñando su alta resolución de imagen, sin importar qué  estuvieran transmitiendo. Y justó en una de esas "cajas mágicas", como les decía desde niño, estaba el auto de su abuelo volcado en medio de un rio, se había caído de un puente de 7 metros de altos, el resultado: obvio, estaba muerto, la causa: no se sabía, seguro una falla en el auto, o tal vez algún tipo se le había atravesado en el camino, pero, como había dicho su padre, "la culpa no fue de tu abuelo". Como nunca le interesó realmente el señor, sólo asintió a sus palabras y fue a no llorar en el funeral, para demostrarle a su madre que él no se arrepentía nunca de sus acciones.

 

Ya de eso había pasado demasiado y hasta ahora recién lo había vuelto a rememorar.

 

Sinceramente lo había tomado desprevenido esa noticia. Hubiera rechazado tal cuchicheo si la persona con la cual relacionaban a su padre fuera otra, sin embargo era Naruto, algo le decía que con él la noticia no era tan descabellada, pero no sabía el por qué, seguro que era su instinto, que a pesar de todo no era malo. Pensándolo bien su padre, en presencia de Naruto, mostraba una faceta nueva, que nunca antes había visto en su progenitor, lo había visto enfurecer la vez que él y Sasuke se estaban ofreciendo para ir a dejarlo a su trabajo y sin contar la manera posesiva con la que les advirtió que no entraran a su habitación por la noche, además dijo que si lo hacían... "no les alcanzara la vida para arrepentirse de haber me desobedecido"... Fugaku Uchiha estaba cambiado con el rubio... no, ¿para qué engañarse? El empresario tenía sentimientos de por medio con ese angelito, eso estaba claro, la pregunta que todavía prevalecía era si  ¿era correspondido?

 

-¡¡ITACHI!!- gritaba irascible su amigo que estaba sentado enfrente de él, hace bastante tiempo que lo estaba nombrando, sin embargo no le hablaba y sólo enfocaba su atención a la televisora que estaba a unos 3 metros de su mesa, en una estantería con aires retro- ¡¡POR DIOS CONTESTA MALDITO IDIOTA, Y DEJA DE VER LA TV CON CARA DE INOPERANTE!!-

 

-¿a? eeh lo lamento, ¿qué decías?- con cara de distraído volvía a activar sus cinco sentidos para darse cuenta de que hace poco su amigo... lo había insultado.-oye, no me insultes, que a cualquiera le pasa con esa caja mágica, sabes- se defendía con un simulado disgusto.

 

-rayos, realmente tú no tienes arreglo- decía resignado ante la actitud inmadura de su partner. Bueno, después de todo, precisamente por eso lo estimaba, no le importaba un bledo la opinión que los demás tuvieran por su actitud infantil, y eso lo convertía en alguien real-a ti te sucede algo, vamos adelante, dime ¿pasa algo?- preguntaba el azulado mientras con la mano izquierda sostenía vaso de jugo natural el cual se movía por el movimiento circular que realizaba la muñeca.

 

-pues... debo hacer unas cosas, luego nos vemos- terminó diciendo a la vez que se levantaba de la redonda mesa y se daba vuelta para recoger del respaldo de la silla su chaqueta negra, se alejó apresurado para no contestar ninguna pregunta a su amigo.

Por ahora lo que debía hacer era ir a visitar a su querido e intachable padre.

 

 

-Muy buenas tardes Señor Namizake, tiempo sin verlo- la reverencia con que lo recibía no era para menos siendo el dueño de una gran corporación relacionada al ámbito de los repuestos automotrices tanto nacionalmente como  internacionalmente.

 

-sí, muy buenas tardes Konou-san, es un agrado volver a verlo y dígame ¿cómo han estado las cosas aquí?- estaba alegre de por fin haber vuelto de su viaje de París, Francia, menos mal que todo se había resuelto con el solo hallazgo de esa factura mal escondida de entre los papeles, sin lugar a dudas estaba en sus días de buena suerte-¿algo de lo cual debiera enterarme?- dijo despreocupado a la vez que acomodaba en el bolsillo delantero de su maleta el pasaporte.

 

-pienso que de los rumores debería hablar personalmente con su hijo- decía respetuosamente el chofer recordando su posición de empleado, en la cual implícitamente estaba establecido que cualquier metida de pata con respecto a algún comentario de sus jefes le costaría el puesto. Eso lo aprendió con su último empleador.

 

-¿qué rumores? Cuéntame, con confianza- decía con una sonrisa amigable el rubio, esperaba confianza de sus empleados, no miedo.

 

Echó a correr el auto a la vez que se empezaba a soltar para decir las palabras adecuadas y así lo que dijera no sonara inadecuado-pues... dicen que su hijo es amante de su socio, Fugaku Uchiha- la garganta la tenía hecha un nudo y lo único que esperaba era poder conservar su puesto, que en esos momentos realmente necesitaba para poder mantener a su familia.

 

Se quedó atónito, sin palabras, lo que su chofer le contaba era una absurda broma de mal gusto, esperaba atento a que el hombre de cabellera negra se diera vuelta para reírse y decirle que era mentira, que era un chiste que su hijo Naruto le había pedido como favor para asustarlo, sin embargo nada sucedía y el silencio que envolvía la situación sólo empeoraba las cosas, como burlándose de su cara, de su situación, de la carencia de tacto con que se tocó ese tema imprevisto -¿¿¡¡QUÉ??!! ¿De dónde sacó eso? ¡Pero cómo tal injuria está deambulando por las calles, mi hijo no sería capaz de relacionarse sentimentalmente con alguien casado y menos si conoce a la familia! No, no, si esto es una broma que Naruto le pidió realizar ya estuvo bueno, logró su cometido, me asusté. Ahora dígame que es una mentira- el monólogo desesperado del normalmente tranquilo empresario se robaba toda posibilidad de hablar del chofer.

 

-señor lo lamento, pero sería mejor que conversara con su hijo de eso, o sino con su socio, ya que ambos son los involucrados- intentaba relajar los humos de su jefe, sin embargo nada podía aplacar los impulsos de buscar alguna explicación coherente.   

 

-¡Conduce me en este mismo instante al edificio de la compañía Uchiha!-dijo exaltado. Quería conversar primero con él.

 

Konou no replicó al mandato y sólo hizo unas cuantas maniobras con la palanca de cambios para acelerar el paso del auto. Ya habían pasado doce minutos en completo silencio, el chofer miraba de vez en cuanto por el espejo retrovisor para vigilar de algún modo a su contratante, y todas las veces que lo había visto tenía la misma expresión de seriedad mientras miraba por la ventana. No era común verlo en este estado. 

 

-señor llegamos...- no lo había dejado terminar y sólo se había bajado sin decirle nada, ni una orden de que lo esperara con el motor encendido o algo por el estilo. Esa actitud tan desesperada no presagiaba momentos de calma, desde ese punto las cosas no pintarían bien para nadie.  

 

Minato se dirigía como poseso hacia el ascensor, estaba enfadado. Por suerte el vendito transporte interno no se demoró mucho al ser solicitado por el botón plateado; al ingresar al cubículo se apoyó en una de las paredes para intentar bajar sus revoluciones y no cometer ninguna estupidez.

 

"No puedo creer que esto esté pasando, quiero preguntarle si... hay algo de verdad en los rumores y que sea bien hombre para contestarme, que tengo la pura cara de idiota pero que no lo soy. Y si, las marcas que tenía mi hijo, la otra vez, en el cuello se las hizo Fugaku, yo... le parto la cara. Como se le ocurre estar acosando a mi hijo si podría ser su padre por la edad, y más si tiene una familia con su esposa e hijos, no puede ser tan descarado. En todo caso, si llegara a ser cierto explicaría en cierta medida su actuar como cuando le comenté de que Naruto podría llegar a ser una bonita pareja con Itachi, me dijo que no de una manera muy cortante que me hizo pensar que no le agradaba en lo más mínimo mi primogénito, pero a estas alturas no puedo descartar que se hallan tratado de... celos"       

 

Ya estaba en el piso que correspondía al de la presidencia, salió para dirigirse sin siquiera pronunciarse a la secretaria que "escoltaba" permanentemente la puerta del mandamás de ese edificio. Sintió como a silla en la que se encontraba su secretaria se deslizaba hacia atrás en un chirrido para nada agradable, acompañado de un "señor, no puede..."  el cual no tomó atención. Abrió la gran puerta de madera oscura de par en par con un solo empujón de sus palmas, no estaba para cordialidades en ese momento.

 

-señor Uzumaki, mi jefe no se encuentra en estos momentos, me llamó diciendo...-

 

-dónde lo encuentro- replicó tajante a la señorita de dos tomates en la cabeza castaña. La joven se quedó callada, no sabía si decirle el lugar especifico de la localización de su jefe o pedirle que abandonara el edificio ya que él no regresaría hasta mañana. La mirada retadora con la que era observada la incentivó a contestar apresuradamente.

 

-está en el departamento de su difunto abuelo Madara- contestó un poco intimidada, pero como el rubio seguía sin quitarle la mirada de encima creyó que no era suficiente información- queda a unas dos cuadras y media de su compañía, en frente de una plaza, siendo el único edificio con rejas negras en frente, si tiene suerte le abrirá-

 

-¿En qué piso?- siguió con el interrogatorio.

 

-e-el cuarto piso, la puerta 243- el ojiazul dijo unas silenciosas gracias, para posteriormente salir corriendo hacia la salida. El trayecto en el ascensor se le hizo eterno estaba nervioso y exaltado. Cuando por fin las puertas se abrieron tomó rumbo al auto en el cual su paciente chofer lo estaba esperando, abrió la puerta y le dio las indicaciones correspondientes del lugar donde se encontraba el Uchiha.

 

 si tiene suerte le abrirá recordaba de lo que le había dicho la joven.

 

-o claro que me abrirá- susurró con un sentimiento de irritabilidad atravesada en su garganta.

 

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 Se encontraban en la cocina del departamento, ya hace algún tiempo se habían levantado de la desordenada cama en la que compartieron su primer momento juntos como amantes.

 

Naruto fue el primero en levantarse, aprovechó el hecho de que se había incorporado del amplio mueble para hablar con Temari  y así de paso despabilarse un poco el leve cansancio que se cargaba después de haberse acostado con el empresario, sin embargo un mal presentimiento le decía que "algo" iba a suceder, pero no sabía qué. Se lavó la cara y las manos, lo esencial antes de dirigirse a la cocina para preparar una improvisada comida, luego se bañaría, no había prisa.

 

Por fuera los colores del ocaso hacían mención en el decolorado cielo con tintes de naranjas y rojos; se hallaban en época de invierno, recién empezando la estación y ya se sentían sus efectos en los días que se hacían más cortos en comparación con los del resto del año.

 

En la cocina se escuchaba el enardecido ruido que provocaba el contacto del pescado marinado con el aceite caliente del sartén, su aroma condimentado por las especies que lo cubrían se sentía abruman te en la habitación. Fugaku en tanto miraba la espalda del ojicielo, a la vez que observaba detenidamente la maestría con la que manejaba los condimentos que salteaba periódicamente en la carne blanca. Estando sentado en la silla se puso a reflexionar sobre la peculiar manera con la terminaron aceptándose por sobre los formulismos sociales que los separaban; y ahora mirando una parte del costado de su cara podía ver una parte de la sonrisa que adornaba su rostro, podía estar feliz por variados motivos, como el hecho de estar practicando su mayor pasión, cocinar, o que su amiga le haya contado alguna afortunada novedad que lo involucrase, eran muchas las posibilidades, sin embargo hubo una que lo llenó de una conmoción de orgullo nunca antes sentida por él, era un estremecimiento que no se comparaba con la soberbia de haber conseguido un contrato millonario o tener el mejor auto entre sus vecinos, y este se basaba en el simple hecho de que estar allí juntos, sacaba una sonrisa al angelito.

 

Se levantó cuidadosamente de su silla, sin hacerla chirrear al arrastrarse por el suelo y cuidadosamente se acercó por las caderas a Naruto para conseguir el contacto que deseaba.

 

-quiero proponerte algo- dijo en empresario mientras olía los dorados cabellos del chef-estaba pensando...que tal vez sería buena idea que te vinieras a vivir a este edificio, los departamentos que los componen son bastante amplios y cómodos, claro si tu quieres-

 

-¿aquí?- cuestionó confundido mientras no quitaba la vista del pescado que le faltaba poco por terminar de cocerse.

 

-si tu quieres puede ser aquí, o también otro departamento que está un piso más abajo, lo tengo con papeles y todo, te lo podría regalar- dijo con su típico nivel de voz imparcial, que sonaba incongruente con la amable proposición.

 

-no, no es necesario, que yo me sentiría mejor si por mis propios medios se lo compro ttebayo-apagó la cocinilla y se dio la vuelta para mirarlo de frente- la idea me gusta, pero no se la puedo aceptar- y con una sonrisa triste le dijo- no se olvide que su esposa... sé que es hipócrita de mi parte preocuparme por ella después de lo que paso entre nosotros pero... no puedo evitar sentirme mal-   

 

-aquí tú no eres el hipócrita, comparados, yo soy el que debe cargar con la preocupación, ya que ella es la que está ligada a mí y no a ti, quiero que te consideres fuera de discusión en este ámbito, yo soy el que debe dar la cara alguna vez no tú- le sostenía los hombros para que no perdiera detalle de las palabras que le decía. Después de escuchar esas palabras el ojiazul se tranquilizó y le sonrió dulcemente, como sólo él sabía hacerlo. El Uchiha lo atrajo así para abrazarlo protectoramente contra su pecho, quería atesorar a ese ser que le había enseñado a querer sin importar las circunstancias.

 

¡¡TUMP, TUMP, TUMP!!    

 

-quién se atreve a tocar de esa manera tan salvaje mi puerta- dijo molesto el empresario mientras se separaba un poco de su niño-iré a ver quién es- a lo que Naruto asintió con la cabeza.

 

-por mientras yo pondré la mesa- le propuso- y por favor no lo trates mal- le pidió amablemente teniendo en cuenta el carácter poco comprensivo que demostraba a otras personas, o ineptos como él acostumbraba nombrarlos.

 

-qué quiere- abrió sin ver por el pequeño cristal que estaba en la parte superior de la puerta. Grave error.

 

-lo estaba buscando-dijo Yondaime entrando sin protocolo a la estancia, se encontraba enardecido de pies a cabeza, intentaba controlarse, pero la excitación lo superaba- me quieres explicar ¿¡Qué mierda significa eso de que tú y mi hijo son amantes?!- gritó de una vez, soltando toda la tensión que traía desde camino allí- ¿¡es verdad?! Contesta-

 

-cálmate, que así ni en un millón de años conversamos- estaba impasible ante la exaltación casi asesina del padre de Naruto, en esos momentos sólo esperaba que no se le ocurriera ir a la cocina a ver quien lo acompañaba, que ver a su adorado bebe con solamente la camisa de alguien más no sería una buena forma de empezar a abordar el tema- seguro y te lo dijo alguien que no tenía nada que ver con la cuestión, o ¿me equivo...?-intentó ganar tiempo antes de conversar, no serviría de nada hablar si el rubio mayor quería golpearlo todavía, sería mejor irse por las ramas un rato, hasta que estuviera completamente serio, pero inconvenientemente se escuchó de una de las piezas, que se encontraban en el pasillo, la caída de un vaso al suelo.

 

Vio casi en cámara lenta cuando el rubio se dirigió decidido al pasillo, sus pisadas eran sonoras y producían un extraño silencio que no dejó reaccionar a tiempo al Uchiha para detenerlo. Empujó la puerta y encontró a su hijo agachado recogiendo con un mantel los trozos de vidrio desquebrajado.

 

-papá... yo...-  estaba impactado. Había escuchado los gritos enardecidos de su padre para con el pelinegro desde allí, y se puso nervioso a tal punto que el vaso que sostenía en su mano de derecha, con aparente destino a la mesa, se le resbaló inevitablemente.

 

-...-"no, no puede estar mi hijo en su cocina con una de sus camisas... no esto, no lo pude haber criado tan mal como para qué cometiera esta equivocación..."   

 

- ¡¡TE APROVECHASTE DE MI AUSENSIA MALDITO BASTARDO DE MIERDA, TE VOY A MATAR IMBESIL!!- estaba fuera de si el rubio, por lo que se lanzó con todo sobre Fugaku. Quería golpearlo. No sabía hasta que punto, pero quería que sintiera dolor, arrepentimiento, y principalmente quería descargar toda esa frustración que tenía por dentro.

 

-¡no papá déjalo!- decía el rubio mientras corría al pasillo para separarlos. Desafortunadamente Ninguno de los dos le prestaba atención, esa era una pelea que ambos hombres de orgullo debían pelear sin nadie que se interpusiera. En cierta medida Fugaku lo veía venir considerando la manera impulsiva de actuar de Minato, pero no esperaba que fuera tan pronto.

 

De un golpe Minato le rompió el labio superior al contrario y como respuesta este, con su rodilla, le pegó en el estómago, por lo que lo dejó tosiendo con dolor mientras se alejaba unos pasos para recobrar el aliento. En ese momento el rubio vio la oportunidad ideal para interponerse, específicamente para sostener a su padre de que se le acercara nuevamente al peli carbón con intenciones de dañarlo.

 

-papá, por favor escúchame, aquí si quieres enojarte con alguien, ese soy yo, ya que yo también estuve de acuerdo con esto, él no aprovechó ninguna ausencia, esto fue creciendo paulatinamente con el tiempo- intentaba que su padre le mirara a los ojos ya que sólo se concentraba en observar con odio al empresario, quien se apoyaba en una de las paredes con una mano y con la otra movía su quijada-lamento si esto te decepciona, pero por primera vez en mi vida me intereso por alguien con tanta intensidad...-

 

-¡está casado! ¿No lo entiendes? Ya tiene formada su familia, por el amor de dios, tú no eres quien para intentar formarte un lugar en su vida, el ha vivido lo suficiente como para aprender a manipular a un joven como tú ¿es tan difícil de entender, Naruto?- ante eso sólo bajó la mirada, no estaba de acuerdo con lo, pero sí estaba de acuerdo con que él no tenía derecho a desplazar a las personas que conformaban su familia. El empresario miraba serio los comentarios de su socio, tenía que defenderse, pero sorprendentemente no estaba seguro si era oportuno por el momento.

 

-lo que me molesta es que no sepas diferenciar entre las personas que te quieren y las que te utilizan... no sé, pensé que ya habías madurado y que serías capaz de, inicialmente, hacerte cargo de ti mismo y después de la empresa, pero ya veo que no es así- esto último fue un golpe muy duro para el joven, su padre no confiaba en él, lo había decepcionado y no sabía cómo refutar esas palabras.

 

-Minato- lo llamó fuerte y claro el Uchiha, que se encontraba debidamente parado frente a él- tú hijo es una persona que se sabe defender y hacerse respetar si la ocasión lo requiere. Juzgarlo sería un completo error, porque el que está casado soy yo, no él. Esto te lo diré una vez y ninguna más, me importa tu hijo como nadie más en la vida me ha importado, es verdad que estoy casado, sin embargo eso no es impedimento para... querer a tu primogénito, tal vez te parezca muy desvergonzado de mi parte planteártelo de esa forma, pero así son las cosas-

 

-... es verdad, nunca en mi vida había escuchado tamaña desfachatez, y lo que más me impresiona es que venga de ti- la convulsión de emociones que previamente lo embargaba, después de escuchar esas palabras, de algún modo, consiguieron des tensarlo y volver a su tranquilidad característica- se puede saber cómo evolucionará... esto- preguntó mientras se sentaba en el suelo y apoyado en la pared con un aire de cierta resignación y molestia.

 

-no hemos conversado a ese grado de proyección, pero estoy seguro de que será lo que dios quiera, papá... yo quisiera pedirte perdón por haber faltado a mi promesa de avisarte si alguna persona llegaba a ponerse en mi corazón, pero ahora te lo confirmo y ese es tu socio- dijo bastante serio y decidido, cosa que no esperaba Minato que su hijo recordara esa promesa, pero era reconfortante que lo dijera con tanta seguridad. Se había equivocado al decir que no tenía grado de madurez para encargarse de si mismo, pero el que reconociera algo tan importante como el cariño hacia una persona era un a irrefutable forma de comprobar la valentía de su primogénito.

 

- y yo lamento haberte dicho que no estabas preparado para hacerte cargo de ti mismo, si después de todo ya eres mayor de edad, sólo que hay veces en las que se me olvida ese pequeño detalle- con una mano le hizo un ademán para que se acercara y lo tomó por sus cabellos para darle un beso en la frente y desde esa posición le dijo.

 

-si él te hace feliz sin importar las circunstancias, pues a mí ya nada me queda por salvar- comento con conformismo. Naruto sonrió con felicidad a su padre por las palabras- pero eso no quita que no vaya a ser alguien aprensivo contigo, y tú- dijo refiriéndose al Uchiha- más te vale controlar eso de la prensa que si mi hijo sale dañado en su imagen ya sabre con quien desquitarme- amenazó sin pudor alguno.

 

-de eso ya me encargue, por quién me tomas- confesó molesto, ya lo tuteaba el sin vergüenza, si la única persona que se podía tomar esas libertades era Naruto, pero claro qué más podía esperar de su ahora en adelante "suegro" en cubierto.

 

                                                                                                                                                                      end chapter thirteen

Notas finales:  

Bueno si se puede, más adelante nos veremos. BESOTOTOTOTOTOTOTTOTES!!!!!!


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