Es el comienzo de una nueva era,
es el principio de una nueva historia,
la vieja historia se acabó, ya no puede volver,
esta, ya es otra historia.
Era una tarde muy fría, para ser una época tan calurosa, algo típico en verano, el viento soplaba formando pequeños remolinos que golpean las ventanas de las casas del Privet Drive; todos dormían a excepción de un muchacho de impresionantes ojos verdes, que esperaba impaciente la llegada de un persona que lo salvaría de unas tediosas vacaciones con sus tíos.
Después de todo, su nuevo amigo lo llevaría a vivir con él lo que resta de las vacaciones, no que despreciase los cuidados de Molly Weasley pero necesitaba algo diferente como salir de esa esfera que habían creado para él.
Lucas Fontini era un vampiro que conoció cuando tenía cuatro años; cuando estaba de paso por Londres. De facciones finas, su cabello color plata siempre bien peinado, su cuerpo de contextura ni gruesa ni delgada, su piel albina suave al tacto, no sobrepasaba en apariencia los 21 años y unos impresionantes ojos azules eléctricos.
Y ahora que se radicaría definitivamente en las a fueras de Londres, lo invitó a pasar lo que resta del verano en su nueva casa
Seguramente si les decía a sus amigos que pasaría sus vacaciones con un vampiro no lo aceptarían y se negarían a dejarlo ir. Por esa razón, no avisaría a nadie de su decisión y ya después los enfrentaría el 1 de septiembre en la estación.
- ¿Lucas eres tú? - preguntó el ojiverde en la oscuridad. Buscó a tientas sus gafas en la mesita de noche que estaba a su lado izquierdo, cuando sintió que alguien las ponía donde correspondían; trató de enfocar a la persona que tenía enfrente suyo pero no lo logró.
- Si soy yo - su voz áspera y sin emoción helaba la sangre a cualquiera - ¿estás listo?
- Sí, pero no veo nada - dijo el ojiverde tratando de incorporarse.
No pasaron ni diez segundos cuando sintió unos fuertes brazos rodear su cintura y el aliento embriagador del vampiro se entrelazó con el suyo a escasos centímetros, poco a poco perdían distancia, sus labios rozándose sin llegar a profundizar el beso
Un ruido sordo proveniente de la habitación continua los despertó de su ensoñación, separándose varios centímetros, lo suficiente para regular su respiración.
- ¿Qué fue eso? - preguntó el ojiverde arreglándose la camisa que traía puesta
- Tu primo - dijo con una media sonrisa - se ha caído de la cama.
No volvieron hablar lo que restó del viaje al pequeño castillo que ser erguía imponente en medio de aquel bosque al sur de Londres, bajaron de las escobas al sentir tierra bajo su pies y caminaron el corto trayecto al interior
Recorrieron los pasillos del castillo, y cruzaron pasadizos hasta que llegaron a una sala ovalada adornada con colores claros y oscuros matizando la habitación, creando un ambiente cálido y hogareño, en el medio de la habitación varios pub se acomodaban cerca de la chimenea.
- Bienvenido, a mi nuevo hogar - dijo el vampiro - ponte cómodo, vuelvo en un momento.
- No tienes porque irte - dijo el ojiverde - sabes muy bien que a mí no me importa.
- Lo sé, pero no te he traído aquí para que me alimentes - dijo un poco molesto - si no para que puedas aprender y entrenar para cuando sea la batalla final, además de que necesitas cambiar, eres muy guapo pero con esas fachas que llevas no lo pareces.
- ¡Hey! No te metas con mi apariencia - dijo haciéndose el ofendido - además no te has alimentado en bastante tiempo - su mente vagó un momento y recordó un pequeño detalle - dónde esta Frederick, ¿acaso no es tu compañero de sangre? y...
- Lo era - dijo mirando a la nada - fue mi culpa, no lo protegí como tenía que hacerlo...
- ¿Qué fue lo que sucedió? - preguntó Harry.
- Lo asesinaron los vampiros que siguen los ideales de Voldemort- dijo devolviéndole la mirada - y desde entonces no he bebido. Fue hace un mes - terminó y se encaminó a los pub donde se sentó.
- Un mes y ¿acaso piensas que la sangre de un animal te va a mantener con fuerza para entrenarme?- dijo molesto el ojiverde.
- Me conoces muy bien Harry pero no tengo otra forma para poder sobrevivir - dijo cabizbajo.
- Claro que la hay. Y no aceptare un no por respuesta - dijo el ojiverde desabrochándose la camisa y sentándose en las piernas del oji azul - hasta que no encuentres un compañero de sangre definitivo lo seré yo - dijo levantando la mandíbula del vampiro con su índice y obligándolo a que lo mirara.
- Pero Harry, no puedo hacerte esto- dijo mirando las orbes verdes - sabes que tardaras en recuperarte.
- Después hablaremos de eso y sabes que no cambiare de opinión.
Después no volvieron hablar, el silencio se apoderó de la habitación, el vampiro sin más opción lentamente fue acercando sus filosos colmillos a la piel morena de su amigo, con su mano izquierda empezó acariciar la espalda del moreno enviándole descargas eléctricas.
Poco a poco los colmillos fueron introduciéndose en la piel del moreno, perforando la suave piel; específicamente en la zona del cuello, el dolor que Harry sentía estaba mezclado con el placer que Lucas le proporcionaba mediante las caricias en su espalda y pecho.
Lucas perdió la noción del tiempo, sólo pensaba en beber, su mente quedó en blanco, hasta que recordó que era su amigo quien lo estaba alimentando, inmediatamente se separó y vio al ojiverde que lo miraba con una sonrisa.
- Creo que ya tengo suficiente Harry - dijo lamiendo la herida para cerrarla - ahora te llevaré a tu habitación y te daré una poción para que recuperes fuerzas.
El ojiverde sólo asintió y se dejó llevar por el vampiro, estaba muy cansado y necesitaba dormir. Él vampiro recorrió unos pasillos y llegó hasta una puerta que estaba a la derecha del pasillo, la abrió sin mayor dificultad y entró.
La habitación era muy parecida a la sala principal con la excepción que en el medio había una enorme cama con doseles alrededor, caminó al centro de la habitación donde acomodó al ojiverde en el lado derecho de la cama, hizo aparecer una poción y se la dio al muchacho a beber
- Ahora descansa Harry - le acarició el cabello - mañana hay mucho trabajo que hacer. Y gracias, no cualquiera hubiera dado su sangre para alimentar a un vampiro.
Sin esperar una respuesta salió de la habitación dejando al ojiverde descansar
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- Esto no puede estar pasando - dijo Ron caminando en círculos - ¿a dónde crees que habrá ido? Mione.
- No lo sé, pero está claro no fue secuestrado simplemente huyó de su casa - dijo pensativa.
- ¿Por qué huyó?, ¿A dónde? Hermione si no tiene donde quedarse ¿qué lo llevó a tomar esa decisión?
- Son muchas preguntas Ron, que el mismo Harry nos tendrá que responder cuando lo veamos.
- Y supones que será el 1 de septiembre en la estación.
La castaña sólo asintió.
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Harry despertó después de dormir toda la noche sin pesadillas, se sentía descansado, miró la habitación en la que se encontraba era muy hermosa.
Estaba decorada con finos diseños de la edad media, miró con detenimiento cada cosa que encontraba a la vista, a su izquierda se encontraba una puerta que seguramente era el baño, siguió mirando detrás suyo había un gran ventanal adornado con un fino marco de oro y plata; y los muebles que lo reconoció al instante eran del siglo XVII detallados a mano y en color caoba, un ruido lo sacó de su ensoñación y vió la puerta principal, donde hacia su aparición su amigo.
- Al fin despertaste, pensé que no lo harías - dijo acercándose con una bandeja de comida - toma, come y luego te vendré a buscar para empezar - depositó la bandeja en las piernas del ojiverde y se sentó al filo de la cama.
- Está bien Lucas - dijo cogiendo una manzana de la bandeja - y dónde esta mi ropa.
- La tire a la basura - dijo restándole importancia.
- ¿QUE HICISTE QUÉ? - dijo exaltándose botando la bandeja en el acto.
- ¿Qué? Acaso creías que estarías con esos harapos en mi casa.
- Y ahora con qué piensas que me vestiré - dijo calmándose y se dejo caer en la cama.
- Por eso no hay problema en ese armario hay ropa de tu talla - señaló el armario caoba del fondo a la derecha dónde se encontraba la entrada a un vestidor que se encontraba cerca del baño - ahora vístete y vamos a las cocinas a que comas algo.
El ojiverde asintió se levantó y se dirigió a buscar ropa para ponerse y luego se dirigió al baño, pasó unos 15 minutos cuando salió vestido con una túnica en color azul oscuro.
Lucas se levantó y caminó a la puerta.
- Vamos Harry, cuando termine contigo no te vas a reconocer - dijo saliendo de la habitación seguido por el muchacho.
Y así empezó el entrenamiento del ojiverde, hechizo tras hechizo, hasta perfeccionar sus técnicas, lo mismo ocurrió con pociones entre otras materias que Harry aprendió con mucha facilidad aunque no estuviera en Hogwarts.
- Y dime Harry como va tu relación con Draco - dijo el oji azul - no he tenido la oportunidad de preguntarte.
- Terminamos nos dimos cuenta que no nos amábamos como pensábamos - dejó la espada a un lado y sentó - quedamos como amigos.
- Pero... - acompañándolo.
- Hay muchos prejuicios absurdos, que mi relación hubiera traído más problemas - dijo cabizbajo - soy el niño- que- vivió- esperan mucho de mí y no les caería nada bien enterarse de que soy gay.
- Sé muy bien a que te refieres, pero date cuenta que el mundo a tu alrededor no importa - dijo mirándolo - Sólo importas tú y tu felicidad, Harry.
- Lo sé pero no sé como lo tomarán los demás.
- Si la felicidad te la puede proporcionar alguien de tu mismo sexo no te debe importar nada mas, y si tus amigos no te aceptan como eres - miró por el gran ventanal - no son tus amigos, porque un amigo sin importar la situación o condición siempre estará ahí.
- Gracias Lucas - dijo el ojiverde sonriéndole para luego abrazarse al vampiro.
Y los dos meses de las vacaciones llegaron a su fin, Harry tendría que ir a la estación para regresar a Hogwarts para su sexto año escolar.
Pero esta vez sería diferente tendría a su amigo cerca como profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras y demostraría cuanto había aprendido este verano y cambiando.
Sería el comienzo de una historia que él mismo se encargaría de escribir y no iba a esperar que alguien más lo hiciera por él