Había pasado una semana desde la última vez que hablaron y aún no sabía si tendría el valor para volverlo a hacer.
Durante su último encuentro ese chico habían intentado hacerle una propuesta sentimental y de no ser por su terror repentino tal vez, en este momento, serían un par de idiotas fingiendo tener una relación “a distancia”.
¿Cuántas veces no había escuchado ese término y cuántas cosas no había oído sobre eso?
1.- “Amor de lejos, amor de pe…rsonas tontas”.
2.- “Amor de lejos, felices los tres”.
3.- “Amor de lejos…el otro lo cuida por mí”.
E infinidad de cosas más vulgares, ofensivas y menos ingeniosas pero todas ciertas, al fin y al cabo.
Miró nuevamente su computadora sopesando los pros y los contras pero la inquietud por saber de él fue más poderosa haciendo que el esfuerzo titánico por mantenerse alejado durante una semana se fuera a volar en quince segundos.
Presionó un botón y la sesión se reinició donde la había dejado la última vez, todo estaba como siempre a excepción del aviso de mensajes nuevos que tenía un cuadro rojo con un número trece dentro.
>> ¿Tony?
Era el primer mensaje de la lista y en realidad el último de la noche en que le había dejado hablando solo. ¿Cómo habría tomado Steve el que le abandonara así de golpe? En un momento lo averiguaría.
El nuevo mensaje fue del día siguiente.
Lunes, 11:34 p.m.
>> Tony, ¿estás bien?
>> Por favor, responde.
Sonrió al saber que el rubio le extrañaba y aún tenía interés en él.
Martes, 11:56 p.m.
>> Anthony, comienzo a preocuparme.
>> Si dije algo que te molesto solo dímelo.
Bueno esas palabras eran predecibles, después de todo, llevaban tres meses hablando a diario.
Miércoles, 12:30 p.m.
>> En verdad estoy preocupado. >>Por favor, no juegues conmigo y solo dime si estas bien.
Pero como era de esperarse los siguientes no fueron tan tranquilos como estos.
Jueves, 12:00 p.m.
>> Anthony Edward Stark, ahora si estoy preocupado y molesto. >> Te juro que si estás bien y solo estas ignorándome sin tener en consideración mi preocupación lo pagarás muy caro.
>> Si no respondes mañana tomaré mediadas más serias.
Viernes, 11:54 p.m.
>> Ya no resisto más.
>> Esto es demasiado.
>> Iré a buscarte.
>>Espero tener suerte.
¡Demonios!, ¿Qué significaba eso?, ¿Era verdad eso que acababa de leer?, ¿Steve venía a buscarle?
Frotó sus manos con ansiedad y comenzó a teclear con desesperación respondiendo a todos sus mensajes.
~ ¿Steve?
~ Steve, respóndeme.
Esperó un par de minutos pero no hubo respuesta y eso era algo verdaderamente extraño ya que su amigo siempre estaba conectado en el celular atento a cuando él se pudiera conectar.
~Por favor, Steve.
~No hagas ninguna locura.
De nuevo no hubo respuesta y el sintió que el corazón se le detuvo al darse cuenta de la magnitud de la situación. Steve tenía dos días sin escribir y ahora no respondía. ¿Cuánto tiempo haces en transportarte de un lado al otro del país?, ¿Y si algo le había sucedido por su ir a buscarle? Todo por su estúpido comportamiento.
Ahora no sabía qué hacer o a quien recurrir para encontrar a ese hombre que, aparte de haberle robado el corazón, ahora se había convertido en el único pensamiento realmente importante para él.