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~ Casado con un hombre ~ por Monnyca16

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Notas del capitulo:

Hola, tarde pero seguro. No sé, yo pienso que este capítulo les va a encantar. Es muyyy hermoso y sdbassdasdfdfgvadbadasd

<3 

Gracias por sus comentarios.

Capítulo 21

 

“Volverte a ver”

 

El frío comenzó a llenar toda esa mañana de martes, Nicolás lo sentía hasta en el trasero. Con seriedad observó a su mejor amigo y sonrió de lado para negarse por completo. No quería contestar esa llamada ni las demás, no lo haría hasta que  se le apagara el enojo y las horas que pasó como animal ofendido por culpa de Oliver y de  aquel  precioso y empresario  cerebro olvidadizo.

 

Todavía no comprendía ¿Cómo era que Oliver se había olvidado de una cosa tan importante como su alergia a los champiñones? Nunca lo aceptaría… nunca.

 

—    ¿Estás en tu sano juicio, hijo de puta?, contesta ese teléfono celular ¡Ya! —Tomás levantó la voz y le golpeó el hombro derecho con una fuerza sorprendente. Esa ocasión y por primera vez, Nicolás sintió el poder de los músculos de su Best Friend

—    Te quedaste dormido ayer, no sabes nada. No tienes idea de lo que Oliver me dijo —gritó como un loco. Estaba muy tocado y quería llorar.  Acariciándose el cabello para aplacarse la despeinada de anoche, se dirigió hasta su amigo, que en esos momentos se había alejado de él con más de cinco pasos hacia atrás.

—    Fuera lo que fuera, te has vuelto muy vulnerable. Creo que ese matrimonio te está afectando —con un  enorme dolor en la garganta pudo articularle. Ya tenía mucho con Caroline como para preocuparse también por las idioteces de ese chupapollas.

—    Dijo que comió pasta con champiñones, dijo que me la perdí y que deseaba que estuviera comiéndola con él y con una mujer que no sé por qué coños le hace compañía mientras se alimenta —gruñó descontento por las pocas explicaciones. Aunque no quisiera aceptarlo, deseaba escuchar a Oliver para poder comprender sus actos y sus tontas palabras.

—    Estás celoso —Tomás le apachurró el hombro para poder hacerlo entrar en razón.

—    Se olvidó, se olvidó de mis deficiencias, se olvidó de todo…De seguro folló toda la noche, de seguro…

—    De seguro está triste por tus tonterías. Te ha llamado más de 50 veces ¿Qué te dice eso? ¡Eres un cabrón, Nicolás! —vociferó el rubio para poder ponerle punto final a los pensamientos mal fundamentados de Nicolás.

—    Sí, quédate del lado de él… no necesito que estés de mi lado.

—    No estoy del lado de nadie, es sólo que… joder. Contéstale a la siguiente llamada ¿sí?

 

Con el regaño que Tomás le dio, Nico se encogió de hombros y asentó con la cabeza. A la próxima llamada le respondería. Mientras tanto, checaría los mensajes de texto que Oliver le había mandado. Al abrir el primero, que por cierto fue mandado una hora después de haber discutido, decía:

 

“He llamado más de diez veces y espero que contestes la número quince ¿De acuerdo? Hablemos, todo tiene una explicación”

 

 

Debajo de ese primer mensaje, había otro:

 

 

“Nicolás, no quiero pedir disculpas por medio de un mensaje,  te he llamado más de treinta veces y no me contestas. Contesta por favor, estaré llamando hasta que respondas. Te amo”

 

Una lágrima se le salió al pequeño. Lo había hecho preocupar demasiado, de seguro no pudo dormir como se debía. Para leer los demás mensajes, puso el dedo en la pantalla táctil del móvil y comenzó a deslizar hacia arriba. Había muchos más para leer.

 

 

“Laura es una colega del trabajo, nos conocemos desde hace más de tres años. Te contaré de ella cuando me dejes verte ¿Sí?”

 

 

“¿Cenaste bien? Cena bien, duerme junto a Dominik y por favor contesta una de mis llamadas”

 

 

“Son las cuatro de la mañana y no puedo dormir. Jordana tampoco puede dormir. Lo siento mucho, no quise hacerte sentir mal, no era mi intención. Necesito escuchar tu voz, contéstame una llamada, sólo contesta con una palabra, la que tú quieras, pero hazlo. Lo necesito”

 

 

“Te amo y lo sabes”

 

 

“Cuando comenté lo de los champiñones lo hice sin pensar. Estaba muy nervioso y quería que estuvieras aquí, fue por eso que no recordé tu alergia.

 

 

Eran tantos mensajes dulces y pacientes que Nico estaba comenzando a imaginar su tumba. ¿Cómo era que Oliver había tenido tanta paciencia? Él nunca era paciente en estos casos y eso lo comprobó cuando leyó el siguiente mensaje:

 

 

“¡Contesta el maldito teléfono! Se me está agotando la paciencia”

 

 

Y cuando se acabaron los mensajes de texto, el celular del pelirrojo comenzó a vibrar para avisar que un mensaje nuevo estaba llegando. Sí, era de Oliver. Inmediatamente, Nicolás lo abrió:

 

 

“De acuerdo, sesenta ya son suficientes. Eres un malcriado, Nicolás. No te volveré a llamar ni mucho menos enviar mensajes, considera el actual como el último que leerás (si es que lo lees) Disfruta de tu campamento o si quieres puedes quedarte en casa de Tomás cuando se acabe. No tengo ganas de verte”

 

 

El cuerpo entero se le paralizó ¿qué mierda estaba leyendo? No cabía duda, era Oliver… ese gilipollas maldito lo estaba rechazando y diciendo que no tenía ganas de verlo. Joder. Nicolás quiso contestarle, pero no lo hizo. La pantalla quedó con el teclado listo para usarse, pero no oprimió ninguna tecla.

 

De acuerdo, entonces no se verían, no por ahora.

 

***

 

Por la noche todo fue un total caos para Tomás. Algo no lo dejaba disfrutar el campamento como se debía, y sabía qué era, incluso se  lo reprochaba a cada segundo que pasaba. El rubio pretendía pedirle explicaciones a Caroline, pero ella se alejaba o mejor dicho, se escondía para no toparse con él. Era una listilla y sabía alejarse de él de una manera silenciosa. Sin embargo, esta vez al encontrarla sentada frente al río. Tomás fue hasta ella.

 

No tuvo tiempo para pensar en lo primero para preguntar, así que habló con lo que todo un buen samaritano nervioso y bobo preguntaría:

 

—    ¿Qué haces tan tarde aquí? —Tomás inició una conversación con un tono estúpido de voz. Se había puesto muy nervioso, tanto que hasta la voz le temblaba. Caroline se apartó los audífonos de los oídos y mirando el río, le contestó:

—    Estoy pensando.

—    ¿En qué? —sin esperar más tiempo, siguió cuestionándola. Le interesaba mucho saber todos los pensamientos de aquella fémina, de hecho más de lo que se imaginó.

Con una sonrisa, la chica le contestó:

—    En muchas cosas —su ingenua mirada penetró las pupilas del rubiecillo.

—    ¿En tu novio? —balbuceando, pudo terciar. No quería comenzar una pelea, pero no pudo evitar iniciarla.

—    Sí en él —con una mueca de sinceridad, le respondió. Las miradas de ambos chocaron con brusquedad. Poco resignado, Tomás dibujó una falsa sonrisa en los labios. Estaba molesto, pero él había iniciado, así que sólo tocaba cargar con lo que él mismo estaba provocando…

—    ¿Qué piensas de él?

Caroline tragó saliva. Sacudió la cabeza y se negó. Ya la estaba cansando la situación, estaba pensando seriamente en dejar de engañarlo, al parecer Tomás estaba tomándose las cosas muy a pecho y eso la descolocó demasiado ya que no se imaginó que ese rubio de ojos de moco estuviera tan raro en las últimas horas…

—    Nada importante —ignorando la insistente y posesiva miradilla de Tomás, espetó. No le contaría nada… si llegase a mentirle de nuevo provocaría que el chico orbes verdes se volviera más loco y tonto de lo que ya era.

—    De seguro es muy guapo, quizás es muy alto y rico —con dolor y arrogancia siguió con lo mismo. Caroline sonrió, luego se burló en alto. Era suficiente, ya no podía seguirle mintiendo ¿qué sería de Tomás si el juego continuaba? ¿qué sería de ella viéndolo sufrir?

—    No existe —mirándolo cara a cara, confesó.

El rubio se espantó, parpadeó varias veces y luego pudo articular una pregunta con un tono muy tosco de voz:

—    ¿Qué?

—    No existe. Marc no existe y nunca existirá. No tengo novio, todo fue una mentira, pensaba que sería divertido y vengativo, pero al verte hablar de más y sobre el mismo tema, me ha hecho sentir culpable. Me preguntas tantas cosas… hasta te pusiste ebrio ayer ¿Por qué? No lo entiendo, pero no me gusta masacrar a la gente, así que es por eso que te digo las cosas. Todavía soy virgen tanto de labios como de cuerpo, y soy soltera. Lo que sí es verdad es que me iré a estudiar a Italia. Eso es todo lo que quería decir, espero que ya no sigas igual de raro y puedas dormir.

 

Tomás tomó todo lo anterior como una confesión, así que respondió lo antes posible:

—    Me gustas, esa es la respuesta a todo eso.

—    Gracias por decirlo, ahora me iré a dormir —evitándolo por completo, trató de escabullirse entre los árboles, pero Tomás la detuvo.

—    ¿Te gusto?

—    Más de lo que te imaginas. Buenas noches, Tomás.

—    ¿Podrías regalarme tu primer beso? 

—    No sé besar.

—    De eso se trata. Quiero que no sepas besar, ¿puedo?  —empecinándose cada vez más, el rubio se le insinuó.

Era obvio, la deseaba y ella también, ¿entonces para qué decir que no? Ella se ruborizó, levantó la vista hasta ver los hermosos ojos verdes de Tomás y sin negarse por completo, musitó:

—    No te gustará…

—    Me gustará —bisbiseó para después acércala a su cuerpo un poco más. Caroline estaba temblando, se encontraba muy nerviosa. Para calmarla, Tomás le dijo: — Hueles muy bien.

 

Inhaló el perfume de su mejilla, y movió sus pequeñas manos para poderlas poner en su cuello y obligarla a que lo abrazara. Le besó la punta de la nariz con un casto beso y apretándola más fuerte de la cintura comenzó a rosar su respingada nariz con la de ella. Era su primer beso y debía hacerlo especial. Cuando la vio cerrar los ojos por la cercanía de sus bocas, consiguió besarla sin humedad.

 

Sus labios se unieron con un cálido beso, Tomás abrió un poco más la boca para besarla con más profundidad y  no contuvo el ahogado gemido que se le salió al sentirse excitado. Que Caroline no supiera besar lo incitó, lo obligó a ponerse como una bestia que deseaba incluir la lengua en ese primer beso. Resistiéndose a sus deseos, se separó lentamente de ella, la miró a los ojos y con la respiración acelerada por culpa de la emoción que le había causado la escena, la jaló para abrazarla por completo. Tenía mucho que agradecerle…

 

 

 

***

 

 

El tráfico estaba flipando a Oliver. El calendario marcaba  una semana sin verse ni hablarse con el mocoso pelirrojo. Estaba a punto de volverse un completo demente. Necesitaba verlo aunque se lo negara, aunque hiriera al chiquillo de  manera  cruel como lo hizo en el último mensaje que le envió. Sin lugar a dudas, esa noche no durmió, tampoco durmió bien en las siguientes y al parecer todavía faltaba una semana para que el crío llegara a casa, o quizás ni siquiera llegaría a casa, a lo mejor tomaría las palabras que él mismo le sugirió y si de eso se trataba, entonces había una enorme probabilidad de que se fuera a la casa de Tomás.

 

Cada noche que se acostaba en la cama que le traía muchos recuerdos, abrazaba a Jordana, pero aunque quisiera sustituirla por Nicolás, no podía. Muchas horas se puso a pensar en el malcriado aquel y comenzaba a cabrearse por el simple hecho de no saber nada de él. Se preguntaba si Nicolás estaba comiendo bien, si dormía con Dominik, si pensaba en él todas las noches o si lo odiaba todavía… también se doblegaba pensando si Nicolás había llorado por culpa de sus palabras hirientes, incluso llegó a suponer que el chiquillo estaba tramando pedirle el divorcio de nuevo, ya que conociendo al mocoso, eso era lo más posible.

 

Aunque a diario trabajara para distraerse, Oliver no estaba del todo bien. Estaba comenzándole a salir barba, cargaba unas ojeras de muerte  y se había descuidado el corte de cabello. La mirada se le veía cansada y estaba enfermo. El médico le detectó la enfermedad que toda persona depresiva suele cargar “La enfermedad de la soledad” Era la primera vez que Yael se enfermaba y todo era psicológico. Sin embargo, el doctor le recetó pastillas para el estrés, incluso pastillas suaves para el dolor de cabeza ya que Oliver le comentó que había tenido mucho trabajo y que no tenía tiempo para comer correctamente, de hecho también le comentó que había bajado de peso y que estaba comenzando a tener dolores de cuerpo por falta de energías.

 

En el trabajo lo observaban con cuidado, era imposible que el presidente Oliver Yael Wolff Rudel se enfermara y llevara barba a la empresa. Era totalmente inaceptable. Para todos fue la comidilla, de hecho comenzaron a enviarle de comer porque lo vieron más delgado. Las secretarias trataban de sacarle plática, pero él no se las sostenía ya que nunca hablaba de su vida privada con sus trabajadores, le parecía anti-ético y poco cotidiano además.

 

Su estado de ánimo empeoraba y todos lo resintieron hoy, cuando Oliver levantó la voz como nunca lo había hecho jamás. Estaba furioso, mucho, ya que por el mediocre trabajo de una de las  encargadas  de enlazar con los proveedores más nuevos, perdió una enorme cantidad de producto y dinero. Las personas a cargo de ese enlace ya conocían al señor enojado, pero se sorprendieron cuando la furia de aquel hombre las hizo hasta querer renunciar. Esa había sido la primera vez que humillaba a las personas por un trabajo mal hecho, no obstante, con el volumen de voz tuvieron para que los ojos de aquellas personas encargadas comenzaran a lagrimear. No lloraron frente al jefe, pero lo hicieron después de salir de su oficina.

 

Oliver estaba teniendo un mal día, una pésima semana y una apestosa vida sexual y emocional. Días antes pensó en follarse a un tío de buen culo, pero luego recordó a Noah y sus ganas de fornicar se fueron al caño. Si no era con el pecoso, entonces con nadie más haría el amor. Aunque quisiera tener sexo con desconocidos, no podía hacerlo. Le era imposible besar unos labios que no fueran los de Nicolás y odiaba ese hecho. Odiaba haberse enganchado con él; estaba enfermándolo, derrotándolo, asqueándolo. Ya no soportaba más, necesitaba ir a verlo. Necesitaba verle el rostro para poder dormir esa noche.

 

***

Tomás le dio una patada al trasero de Nicolás cuando éste tramaba dársela primero. Esos tontos niños estaban jugando a las nalgas calientes, el juego consistía en: patear el culo del contrario antes de ser pateado. Estaban en posición de contrincantes de box, con las sentaderas sumidas para reaccionar rápido a cualquier patada, tenían los ojos bien puestos en el contrario hasta que Nicolás cayó al suelo para sobarse el trasero. Tomás lo golpeó tan fuerte que por un instante se sintió invalido.

—    Eso fue muy duro, te has pasado de lanza. Mi culo casi explota con tu patada voladora, ya no quiero jugar —sentándose en el suelo, Nicolás se negó a seguir jugando. Le quedarían moretones si seguía haciéndolo.

—    Vamos, no seas cobarde. ¡Vamos, Nicolás, patéame la colita! —con la mirada de águila asesina, espetó mostrándole las pompis a Nicolás para que tratara de continuar con la revancha.

 

El mejor golpeador de culos era Tomás, pero Nico siempre  se la pasaba diciendo que lo vencería algún día y al parecer el día indicado era hoy. Nicolás corrió hasta su mejor amigo y le pateó las nalgas, pero fue tan torpe que le dolieron los dedos por culpa de su mal ángulo, además de que Tomás tenía las sentaderas muy duras porque no tenía carne y la pelvis amortiguaba el golpe y cada vez que lo golpeaba parecía como si estuviese pateando una piedra.

 

—    Detente ahí ¡Nalga de piedra! —dando un respingo, el pelirrojo lanzó una de sus altísimas patadas karatecas directo en el mismo lugar duro de antes —. Me rindo, he dicho que me rindo. Tú ganas.

—    Te he ganado más de mil veces en este tipo de guerras traseras. ¡Perdedor! —sacó una risotada al decirlo. Nicolás sonrió y se tiró en la cama para poder descansar un poco. Su mejor amigo se sentó a un lado de él, extendió su mano y lo abrazó para que no se sintiera tan deprimido. Era la quinta vez que jugaban a patearse el culo y Tomás sabía que todo se hacía para que el pequeño tratara de distraerse y olvidara un poco a Oliver.

 

Como el chismoso que era, Nicolás le había contado todo, incluso bebieron unas copas esa misma noche y las siguientes para sentirse liberados, de hecho también invitaron a los gemelos guardaespaldas. Platicaron de muchas cosas y se centraron en divertirse para poder pasar unas hermosas vacaciones y disfrutar del campamento.

 

***

 

Más tarde, cuando Tomás se fue a platicar con Caroline, Nicolás aprovechó la red de internet para poder vagar y leer escritos que tuvieran que ver con la homosexualidad. Como todo un rápido en ese tipo de situaciones, entró a la página de Yahoo preguntas y respuestas. Era estúpido buscar ahí, pues algunas veces las respuestas no estaban bien fundamentadas, pero aun así se metió.

 

Con lo primero que se encontró fue con una pregunta que hablaba sobre los roles de los homosexuales. Al principio se impactó puesto que un homosexual no debía llevar ningún rol sexual, pero al parecer todos catalogaban a los gays como pasivos, activos o versátiles.

 

“Estoy saliendo con un hombre más joven que yo, pero no muestra señas de ser el que da ni menos el que recibe ¿Cómo saber si mi pareja es activo o pasivo?”

 

En la descripción de la pregunta tenía una pequeña historia:

 

“Mi novio es un hombre muy guapo, estoy saliendo con él hace poco, se viste con mucho estilo, se peina demasiado y al momento de besarnos me toma de una manera natural (no es posesivo, ni mucho menos se comporta como niña) estoy confundido, yo realmente soy activo y me da un poco de vergüenza preguntarle ya que si es activo al igual que yo, lo más probable es que nos enojemos al momento de planear tener sexo. Ayúdenme por favor, es mi primer novio”

 

Nicolás se burló al principio, ¿quién hacía ese tipo de preguntas en las redes, joder… pero al parecer estaba bastante interesante el tema de los “roles”, así que comenzó a leer las respuestas que algunas personas le pusieron:

 

Luisito0091, dijo: ¿Te agarra el culo cuando se besan o se manosean? Si te lo agarra seguro que es activo. Yo siempre le agarro el culo a mi novio. Soy activo, saludos.

 

El pequeño alemán leyó en voz alta la respuesta, y luego rodó los ojos para pensar… bueno, a decir verdad eso si tenía que ver un poquito ya que Oliver le agarraba el culo siempre…

 

Muy confundido todavía por el tema de los roles sexuales gays, comenzó a leer otra respuesta y se encontró con esta:

 

Jus_9, dijo: Lo más probable es que sea versátil, si es así, entonces podrás coger bien. Saludos y folla rico.

 

Sin encontrar buenos resultados, volvió a leer otra:

 

Marissa_L, dijo: Los homosexuales no deben tener un rol, es muy estúpido querer parecer a las parejas heterosexuales. Eres gay, te follan por el culo o recibes, eso es todo. No creo justo que a los hombres que reciben el pene se les llame “pasivos” y a los que penetran “activos” ya que sería como si el hombre tranquilo fuera la mujer y por lo tanto “LA SUMISA” El sexo homosexual se debe disfrutar y no catalogar de esa manera tan horrible. Saludos.

Fuente: soy lesbiana.

 

Con mucha preocupación, el pequeño mocoso leyó la respuesta de Marissa_L. Le pareció más completa y al parecer tenía la razón. Nicolás no era una mujer ni mucho menos una sumisa, por lo tanto no deseaba que lo llamaran pasivo nunca. Disfrutar de las penetraciones era una preferencia a la hora del sexo, más no un rol.

 

Quedando claro el asunto de los supuestos roles sexuales homosexuales, Nicolás siguió buscando algo de valor en las mismas preguntas Yahoo. Después de buscar una buena pregunta, encontró esta:

 

“¿Cómo puedo pedirle disculpas a mi novio? Tengo 16 años”

 En la descripción venía la historia:

 

“Me llamo Jesús, tengo (o bueno, tenía) un novio que es mayor que yo, en la relación él es el “activo”, por cosas tontas discutimos, sin embargo él es una persona muy difícil y aunque quiero que me llame no lo hace, me evita y no tengo más ideas para hacerlo volver. Yo soy menor de edad, y me siento muy culpable de nuestra separación. Quiero que regrese”

 

Aquella historia, aquella maldita pregunta era lo que Nicolás también necesitaba hacer. Como anillo al dedo, se propuso a leer todas las respuestas que había y se encontró con un montón:

 

LucasLie, dijo: Ve a verlo y sedúcelo. Los activos siempre caen ante la seducción de su hombrecillo, además… eres un bebé, así que es más fácil que te perdone si le llegas con cara de ingenuo y te comportas coqueto.

  1. Saludos.  Un sexo oral siempre alegra el día.

Fuente: Los orales y el mejor haciéndolos.

 

Jaime110_O, dijo: Ignóralo, sal y diviértete, él volverá…

Fuente: experiencia propia

 

Karlita_m, dijo: Prepárale una cena, baila un buen tubo y sedúcelo. Eso siempre funciona. Cuando mi novia se enojó conmigo, le bailé y ahora le piensa dos veces para irse y dejarme sola.

 

LUIS, dijo: No le ruegues y olvídalo. El tiempo lo dirá todo

 

Josesito91, dijo: Tómate una foto desnudo, escríbele algo rico y se la mandas. Hay un 99.9% de probabilidad que vuelva a querer follarte.

 

OliverMontiel, dijo: Míralo a los ojos profundamente y ya está. Si te ama entonces funcionará. Saludos.

Fuente: Una mirada profunda penetra más hondo que una verga y no llega a la próstata, llega al corazón.

 

Atragantándose con su propia saliva, Nicolás comenzó a caminar por toda la recamara. Todo era muy extraño, el hombre que dio la última respuesta también se llamaba Oliver y al parecer su comentario fue el más profundo y lógicamente el más recomendado para este tipo de casos. Frustrado por todos sus problemas, cerró la laptop y se sentó en la cama. Con unas enormes ganas de llorar cerró los ojos, pero no pudo derramar ninguna lágrima ya que la puerta de la habitación se abrió y al abrir los orbes azules se encontró con Oliver.

 

El chulo había ido al campamento…

Notas finales:

Estoy recibiendo pocos comentarios, y bueno... ya se me están acabando los caps, tengo hasta el 24, así que necesito escribir rápido esta historia, aunque me gusta este horario para publicar y así. Me esforzaré mucho para no cambiar el horario y seguirles dando un cap el sábado y otro el domingo.  

Por otra parte, quiero invitarlas a que lean mi nueva historia, esa la estoy publicando 2 veces a la semana, se llama Lover's Spit y es sobre EXO (GRUPO COREANO Y CHINO) 

Mmm.... ¿qué más? 

Dejen sus reviews, y espero que pasen una hermosa noche. 

Por cierto ¿De dónde son? Yo soy de México, Monterrey Nuevo León. 

 


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