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~ Casado con un hombre ~ por Monnyca16

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Notas del capitulo:

Aqui les dejo el siguiente capitulo, espero les guste. 

Capítulo 2

 

“Te casarás en esta semana y sin falta”

 

La mirada azul rey se elevó, Salomón no sólo estaba pensando bien la infinidad de reglas que pondría para que la nueva relación de su hijo con su amigo funcionara. El poderoso padre deseaba que todo resultara excelente y que ningún error se fuera a colar en la decisión que había sido tomada. Buscó con la mirada  a Oliver y tecleó lo más importante.

 

Los padres aman a sus hijos, sí, claro que sí. Salomón no era la excepción, él amaba a su pequeño hijo, pero los recuerdos  lo llevaron a confiar en su colega. En primer lugar, el chiquillo siempre le pedía que se desentendiera de él, todos los días lo ignoraba y aunque vivían juntos, nunca había conversaciones diarias ni mucho menos comidas familiares. Todo lo anterior no podría ser una buena excusa para déjalo vivir y follar por un hombre de más de veintitrés años, pero al menos le daban alas para tratar de componer la actitud de su nene y no sólo entenderla, tratarla también. Deseaba matar dos pájaros de un tiro.

 

Cuando Trimmer conoció a Oliver se dio cuenta  que con él no se jugaba, todo lo que hacía se lo tomaba en serio y por supuesto que pertenecía a una familia adinerada donde sólo él y su hermana vivían. Conoció su vida por narraciones de él mismo y sí, lo aceptó. No solamente fueron colegas en poco tiempo, también se contaban problemas, y algo le decía que Nicolás necesitaba de una buena educación por parte de él, porque Wolff Rudel era genial, poseía presencia y buena posición económica. Además, si todas sus reglas eran aceptadas por Oliver, no habría problemas en ver a su hijo, ya que la amistad seguiría entre los dos y eso quería decir que cada vez que se reunieran tendrían conversaciones diarias. Esperaba un cambio, un gran cambio en su hijo… Oliver sí  era lo mejor para Noah.  Indiscutiblemente lo mejor.

 

Rebuscó con la vista  la única hoja escrita en sus notas rápidas y sonrió. Al parecer ya había terminado. Postró las manos en la mesa y comenzó a leer en voz alta, pero no tan ruidosa, nada más lo suficientemente alto para que Oliver pudiera escuchar con claridad.

 

—Estos son los primeros puntos para que mi hijo tenga su primera relación saludable:

 

  1. Primero tienen que salir en citas para conocerse.
  2. No tener relaciones sexuales antes de contraer matrimonio.
  3. Tratar con respeto al pequeño Nicolás por mas intolerable que esté llegue a ser.
  4. No levantarle la mano. Cero violencias.
  5. Hacerse exámenes de salud para hacer relevancia a las enfermedades de transmisión sexual.

 

Ya terminando de leerle las primeras reglas, fue leyendo las siguientes que eran las que tendría que respetar cuando llegasen a contraer matrimonio.

 

  1. Nada ostentoso para su matrimonio
  2. La noche de bodas o luna de miel mejor dicho, no podrá ser fuera del país, y esta tiene que hacerse con el consentimiento de Nicolás. Si él no quiere, no tocarás nada que él no te dé permiso.
  3. Lo cuidarás como tal, eso corresponde deberes alimenticios, económicos, sociales y personales.
  4. Durante el sexo, usarás protección para no formar o contagiar alguna enfermedad o infección. Además sobre el tema, al igual que la noche de bodas, si el no desea tener relaciones sexuales, se le respetará su decisión.
  5. No se permitirá que mi hijo deje la escuela por tu consentimiento como marido.
  6. Lo dejarás ser activo o pasivo (Penetrar o dejar penetrar) si es que la relación ya forma confianza y cariño entre los dos.
  7. No negaras su relación sentimental. Si las personas preguntan, él es tu esposo y el tendrá créditos sobre su puesto a tu lado.
  8. Depositarás en una cuenta a su hombre una  cantidad de 20 mil euros cada tres meses para que haga uso de ellos en cualquier momento que lo requiera.
  9. Tendrás permiso de reprenderlo cuando esté causando daños a la sociedad o hacia tu persona. Si llega a haber golpes, estos no tienen que dejar marca por tres días.

 

Notas finales: Si por alguna razón, su estancia no funciona, dejaré libre con tu consentimiento y por supuesto el de Nicolás, para que el matrimonio quede diluido, o bien, si no cumples con cualquiera de estas reglas que como padre pongo para que mi hijo quede en buenas manos, absolutamente todo se revierte y el dinero ya depositado se quedará congelado al igual que el cobro por treinta y cinco  millones de euros por romper las reglas expuestas aquí. Todo este proceso sólo será  llevado a cabo cuando  el matrimonio ya esté andando, fuera de eso, no será válido.

 

—Acepto. —Parpadeó asentando y  sin titubear.

—Él no sabrá nada sobre este escrito. —Le dio vuelta al pequeño monitor para que su acompañante pudiera observar todo bien escrito y enumerado.

— ¿No sabrá?

—Exacto. Todo queda aquí y bueno… hoy cuando lo vea le diré sobre tu interés, y frente a él lo reiterarás. —Elevó su copa y expuso un brindis—. Por una boda llena de sorpresas —las copas  se golpearon y al beber, los dos sonrieron al mismo ritmo.

 

—¤(`a94;a94;´)¤—

 

 

Con la mirada nerviosa, el mayor quiso romper el hielo. Desde que el brindis se inició, el silencio los rondó por completo, lo que causó que Salomón se sintiera incómodo con su propio amigo.

 

—Supongo  que no distanciaremos nuestra amistad ni tampoco mi labor como padre que soy — explayó, sacando de sus pensamientos al alto pelinegro.

—Obviamente ustedes no perderán distancia y tú podrás contar conmigo como siempre lo has hecho. —Echó un ojo a  su precioso reloj.

— ¿Tienes algo que hacer? —cuestionó al notarlo tenso.

—No. —Negó con una tierna sonrisa vivaz—. Es  que tenemos poco tiempo y ya tenemos casi todo resuelto. —Se pasó la lengua por los labios, calmando así su ansiedad por ver al pequeño pelirrojo.

—Cuento con tu carácter, no te pido que lo degrades… pero se duró con él —le pidió el ojiazul.

 

Rudel alzó una ceja, desconcertado.

 

—Si el necesita entonces yo… —Hizo una pausa. Su imaginación comenzó a volar… Noah y él en una cama, semidesnudos, sudados y él con unas grandes ganas entrar en su estrecho interior —. Levantaré la voz cuando se deba. No sabe en realidad que mi carácter es muy fuerte como para temer. — Levantó la copa y meneó el líquido uva oscuro—. Pero sabrás que todo lo que haga con él, será por su bien.

 

Salomón curveó los labios  y asentó con la cabeza.

 

—Es por eso que me he sorprendido por tu interés en él, ¿Cuántas veces lo has visto? ¿Una? —Rudel plasmó un sí con la cabeza —. Necesitan una cita rápidamente.

—Se ve que te encuentras muy ansioso —Oliver lo  acusó a sabiendas de que él era el único ansioso para verlo y sentirlo cerca.

—Confío en ti. Quiero que mi hijo cambie y sé que contigo lo hará, a tu lado él madurará y lo espero con muchas ansias. —Confesó torciendo una sonrisa tenebrosa —. Aunque al principio me odiará por como dominaré su vida.

—Por ahora tienes poder sobre él, además tienes dinero para alimentar a todo el país. — Miró hacia la ventana más cercana, pensante —. Es sencillo, simplemente tráemelo a mí y yo sabré que hacer.

 

Con las mejillas enrojecidas por la felicidad y confianza que le daba a conocer Oliver, el mayor asentó. Lo estudió completamente  con las pupilas brillantes para llenarse aún más de felicidad y siguió  sin negarse. El chico pelinegro era perfecto para su pequeño, confiaba en verlo cambiar para mejor a su lado aunque le costara el odio de su único hijo.

 

Su móvil sonó despertándolo de sí, captó el número y cerró los ojos con furia cuando miró que este decía “Colegio: dirección”

 

— ¿Sí? Buenos días, ¿en qué puedo ayudarla?

 

Oliver se dio cuenta del  gesto indignado del padre de Nico. Alzó la ceja al verlo ponerse de pie para irse, sí, irse a quién sabe dónde…

 

— ¿Pasó algo? —preguntó alarmado.

 

Se puso de pie al mismo tiempo que Oliver se encogía de hombros, y con los labios fruncidos comenzó a caminar en círculos para calmar la angustia que le recorría las venas.

 

—Una maestra golpeó a Nicolás —chilló con coraje.

 

Nadie, ninguna persona, ni él  había puesto una mano a su hijo y le molestaba el hecho que una persona profesional lo hiciera.

 

— ¿Él está bien?

—Fue un reglazo, pero al parecer Nicolás tiene una marca muy notoria. Él de seguro se encuentra furioso. ¿Vamos?

— ¿Puedo?

—Así podrás verlo — los ojos le brillaron de puro gusto al escuchar aquello.

 

Tomó sus cosas, pagaron la cuenta y se dirigieron a sus respectivos carros. Oliver siguió a su amigo y al llegar al colegio, entraron.

Caminaron por los pasillos solitarios para llegar a la dirección. En la banca principal se encontraba Tomás y el gatito. El pelirrojo menor miró a su padre y se encogió de hombros. Se puso de pie y esquivó su mirada con mucho miedo, miedo que no sabía de dónde demonios le había llegado.

 

—Muéstrame — le pidió que se desnudara.

Noah se apartó la camiseta escolar, pues el golpe le había subido como moretón hasta el cuello. El chico de iris gris sonrió al ver el precioso cuerpo de su futuro marido. Piel blanca como la leche, delgada pero sexy, y dulces pecas recorriéndole los hombros y espalda.

 

Se acercó a la pequeña familia de sólo dos personas y le miró el rostro más pausadamente al pequeño chico adolescente. En su nariz había pequeñas pecas que no le quedaban nada mal, cabello estilo música roquera y labios rojos cerezas.

 

Hermoso, totalmente perfecto.

 

Noah se remojó los labios, su padre lo tomó del brazo con rudeza, tocó la puerta de la directora y pasaron sin previo permiso. El chico rubio que se quedó con Oliver afuera de la oficina directiva, observó al mayor. Wolff Rudel  era muy alto, también sensual y por alguna razón también causaba miedo a cualquier persona que le mirara profundamente a los ojos, era su personalidad y carácter fuerte lo que lo hacía así.

 

— ¿Usted es? —preguntó el rubio con una mueca extraña.

 

Había visto como miraba a su amigo y no le parecía de confianza.

El alto rodó los ojos hacia abajo para poder ver al rubio, al pequeñito de apenas uno setenta y dos metros de altura.

 

—Oliver Yael Wolff Rudel —le extendió la mano—. Mucho gusto.

 

El menor le tomó la mano y así pactaron una relación que mejor dicho podía catalogarse como “Presentación con honores”

 

—Tomás Carlón Klen — le soltó la mano y le regaló una mirada más cercana. La persona que estaba  parada a su frente poseía algo, un aroma, una presencia inigualable y muy terrorífica, pero al fin erótica.

 

Yael  ladeó la cabeza tratando de verificar si el amiguito de su futuro esposo lo checaba con cuidado. Sonrió, y se acarició el cabello negro carbón con las manos notablemente nerviosas al darse cuenta que el chiquillo aquel lo miraba con mucho esmero.

 

— ¿Hay algo mal en mi nombre?

—No. —Se negó con la cabeza —. Mucho gusto —dijo  al mismo tiempo que se sentaba  en la banca.

 

Tomás tenía rostro sensual,  su familia al parecer era una mina de oro. Se veía capaz y muy cercano a Nicolás, cosa que le intimidaba a Yael. Tal vez aquellos dos ya tenían una historia juntos… tal vez no, pero ¿él que sabía? Tenía que investigarlo primero.

 

Uno que otro grito se escuchó con claridad, Oliver se alarmó… habían comenzado una discusión y el pequeño Noah se encontraba medio desnudo en la habitación donde discutían dos  profesionistas mayores de edad.

 

La puerta se abrió minutos después del escándalo.

 

—Espero que la profesora ya no tenga oportunidad de empleo, me encargaré que la den de baja. Cuide a sus maestros —musitó, agarrando  a su hijo del brazo con fuerza —. Aún sigue marcado y si no quiere que este colegio  quede en boca de todos, por favor ruego que haga justicia y corra a su incompetente maestra, si es que así se le puede llamar.

—Hay que comprender que Nicolás no es una manzanita. —Las mejillas le ardieron al adolescente; escuchar una y otra vez que era un desastre total, lo hacía sentir mal.

—Mi hijo puede ser un demonio, lo que no está permitido es el abuso hacia los menores. Como profesional lo que quizás debió  haberle hecho, sería aplicarle un reporte, sancionarlo o hasta llamarme personalmente — alegó —, pero lo golpeó y ese reglazo no se le quitará en tres días, se lo aseguro.

 

Una gran pausa inundó la atmosfera. Nicolás miró hacia el pelinegro, la mirada de aquel se le había colado hasta el hueso más pequeño del cuerpo, y con claridad sintió el punto en la cabeza que todos suelen captar cuando una posesiva mirada pasa demasiado tiempo desnudando un cuerpo. Había pasado demasiados minutos observándolo, comiéndoselo… vivo.

 

Pestañeó confundido, llevó los orbes azules hasta su padre y éste se metió las manos en las bolsas delanteras del pantalón.

—Póntela —le ordenó al pelirrojo —. ¿Quieres seguir estudiando aquí? — preguntó frente a la directiva.

 

Nicolás se cubrió de nuevo con la playera escolar y se encogió de hombros, necesitaba pensar, no le agradaban los cambios, además, si se cambiaba lo más probable sería  que no viera a su amigo.

—Sí, me quiero quedar con Tomás — detectó a su amigo  y éste como agradecimiento le sonrió abiertamente.

 

Yael gruño. ¿Lo había preferido? ¿Al rubio de quinta? Puso los ojos en blanco.

 

—Bien — estiró a su hijo para salir de ahí.

 

Tragó una gran cantidad de aire. Le echó un vistazo a Noah y se lo llevó de ahí para alejarlo de los otros dos. Después de adelantarse medio pasillo, lo tomó de los hombros con suavidad.

 

—Lo siento, lo siento mucho Nicolás — pidió disculpas sintiéndose el culpable de todo.

 

El pequeño sonrió con grandeza.

 

—Tranquilo viejo, está loca.

 

Dio un paso hacia atrás y como cosa de nada, Salomón lo estrechó fuerte. Lo asfixió desde la cabeza  hasta los pies, y  después se lo llevó  hasta su pecho acelerado. Le dolía, le dolía en todo el corazón que su hijo estuviera sufriendo de violencia.

 

Ésta era la primera vez que Salomón se comportaba sentimental, y era que ya no soportaba más. Cuando tenía menos edad que su hijo, sufrió de Bullyng, golpes y todo lo que ello conllevaba. Era por eso que cuando su hijo se comportaba como un vil pandillero, hijo de las calles, de puta y astuto joven delincuente…, le recriminaba, le gritaba cosas hirientes, pero lo que nunca comprendió era que con esos simples maltratos, lo único que hacía con Nico era hundirlo en más depresión, lo  obligaba a  cavar más el pozo…

 

Ahora no, ya no lo haría. Planeaba cambiar su comportamiento con él, quería que Oliver lo llevara por el buen camino sin importar que con boda esto se hiciera posible. Le rogaba al sistema límbico para no recordar sus antiguas acciones, la violencia tanto física como verbal que siempre lo rodeó cuando niño.

 

Respiró entre los cabellos del pequeño Noah, sonrió y lo dejó libre para observar su reacción. La nariz de Nicolás se encontraba roja, tenía ganas de llorar y no sólo llorar por que sí… deseaba derramar lágrimas de felicidad. En todo este tiempo no había sido abrazado por su viejo, pero ahora… ahora era diferente, todo se miraba distinto.

 

Parpadeó como loco, con duda le acarició los hombros y se tumbó de nuevo protegiéndose en su pecho.

 

Lastimosamente, Yael se mordió el labio inferior, pues el niñito después de todo tenía corazón. Miró hacia Tomás para vigilarlo un poco, al verlo confuso por la escena de los pelirrojos, sonrió. Plasmar una sonrisa, era lo único  que a Oliver  le quedaba por hacer.

 

Al volver la vista hasta su futuro marido, notó que aquellos dos ya no se encontraban unidos. Suspiró. Salomón lo observó y le avisó que ya podía caminar para alcanzarlos.

—Iremos a la empresa. Tenemos que hablar. —Prefirió avisarle al nene antes de que le reclamara como siempre lo hacía. Éste, removió la cabeza diciendo que sí; pensó que de seguro su padre deseaba hablarle sobre el tema del colegio, así que aceptó todo lo que su padre dijera. Se devolvió hasta Tomás pasándole por un lado a la persona que futuramente lo poseería de cualquier manera y zarandeó el flequillo con la mano derecha cuando por fin tuvo a su amigo frente a él. Oliver lo fulminó con una enorme resequedad en los ojos. El maldito demonio gatuno ni siquiera  se atrevió a verle un poco. Lo ignoró totalmente y nada se podía hacer al respecto. Joder, estaba comenzando a odiarlo sin siquiera hacerlo suyo aún.

 

 

—Iré con mi padre, mañana nos vemos. —Le apachurró el hombro y el rubio de inmediato asentó con cariño. Se despidió con la mano y se fue a su aula.

— ¿Por qué no lo invitaste? —Su padre lo sacó de sus pensamientos.

 

Dicho eso, el moreno lo recorrió de arriba abajo con la mirada, al notarlo, Salomón trató de apartar sus palabras. No se había dado cuenta del estado molesto que traía su colega y pues sí, se miraba notoriamente encabronado y por culpa de un amiguito de Nicolás.

 

—Porque lo que hablarás conmigo ¿es importante, no? —Su padre puso los orbes  sobre los ojos grises de su amigo.

—Sí, es muy importante. —Retomó la situación sabiendo que las palabras de Nicolás eran verdad.

 

Al salir del instituto, el más pequeño de todos, se giró para observar al grandísimo pelinegro. Oliver al notar su curiosidad pudo apreciarlo con más calma. El chiquillo era guapo, realmente atractivo sin importar sus estados de ánimo.

 

— ¿Lo conoces? — preguntó su padre. Éste se encontraba a punto de subir al coche. 

—Creo que me he topado con él.

 

Joder, ni siquiera lo recordaba. Oliver sonrió más enojado que nunca. ¿Cómo podía ser esto posible? Y él tantas veces que se masturbaba pensando en el chiquillo y ¿él? Pues él ni siquiera se acordaba de su existencia.

 

Con las piernas bien firmes, Yael se acercó aún más a  los dos pelirrojos. Pulverizó con ayuda de su mirada al gatito pequeño y alzó una ceja para hacer notar su molestia, diciendo:

 

—Te has interpuesto en mi camino dos veces. —Le recordó. El chico abrió los ojos como platos ante su mala memoria —. ¿No lo recuerdas?

— ¿El miércoles? —cuestionó Nicolás.

El más alto asentó al escuchar la respuesta asertiva.

 

Bueno, al menos recordó, o eso creía Rudel.

 

El estudiante sonrió y se llevó una mano a la cabeza, apenado. Oliver lo observó con atención, metió la mano derecha  a su bolsillo delantero y sacó las llaves de su camioneta. Se subió y esperó a que su amigo arrancara para poder seguirlos.

 

Después de recorrer por siete minutos  la autopista, llegaron a la empresa del pelirrojo. Los dos eran colegas porque se conocieron en un bar, Oliver y él se llevaron muy bien por ser presidentes de empresas que ni siquiera eran competencia. Mientras que la empresa de Salomón la caracterizaban los juguetes, la de Yael se enfocaba en jugos de pulpa, comida para bebe entre otras cosas simples.

 

Al llegar, el minino observó al morenazo, lo captó  siguiéndolos. Apachurró el hombro a su padre y  al sentirlo, Salomón le prestó atención.

 

— ¿Es un trabajador tuyo?

Ante la pregunta de Nico, el viejo se burló. Salomón negó con la cabeza.

 

—Es un amigo. Te lo presentaré después —arguyó al mismo tiempo que siguió caminando para entrar y subir por el ascensor.

 

Al estar dentro, Noah sintió una sensación realmente extraña. Profundizó la vista para observar bien  a su alrededor y de nuevo se encontró con la mirada de aquel tipo alto y buen mozo. Se alejó un poco de él y borró todo pensamiento malo que  el colega de su padre lo hacía tener.

 

El ascensor se detuvo, el pequeño bajó primero, y entró a la oficina de su familiar mientras que el otro hombre seguía robándole miradas y hasta el aliento. Como nada más  había una silla en la oficina, él chamaco ocupó el lugar. Al fin y al cabo se trataba del pequeño y único hijo del presidente de la empresa que estaban pisando.

 

—No me quiero cambiar de escuela —dijo el joven.

 

Pensaba que lo había traído hasta ahí por su situación escolar y no sólo eso, algo le decía que el hombre alto que se encontraba a un lado de su padre sería su nuevo guarda espaldas, joder. Temió como nunca antes lo hizo.

 

—Él es Oliver Yael Wolff Rudel. —Se lo presentó.

 

El viejo de Nico sonrió gustoso. Tomó asiento frente a su hijo y dejó parado al otro.

 

—Noah Nicolás. —También se presentó, por sí solo.

 

El hombre de mirada agrisada, sonrió.

 

—He decidido por ti —comentó su padre —. En  la pelea más reciente que tuvimos, me dijiste que te dejara o que te mandara a alguna parte, que no deseabas estar conmigo —Nicolás se paralizó al escucharlo—. Bueno, Oliver se ha ofrecido a cuidarte. —Se lamio los labios. El pelirrojo Junior no entendía—. He decidido ponerte en manos de él. Te casarás Nicolás.

— ¿Me casaré? Por favor, soy un capullo —se quejó poniendo  una sonrisa.

 

Aún no entendía del todo y le parecía gravemente graciosa la situación.

 

—Te casarás con Oliver.

— ¿Eh? —Aniquiló al pelinegro con una ya no muy graciosa miradita—. Espera —rodó los ojos, intranquilo—. Estamos conscientes de que… él es hombre y yo también. No soy marica, me gustan las mujeres —articuló alarmado.

—Lo mejor para ti, será él. —Concluyó.

—No. —Se negó por completo.

 

Cerró los ojos con enojo y volvió a decir NO con la cabeza.

 

—Eres menor y harás lo que yo decida. —El más grande se puso de pie—. Te casaré con Oliver y así podrás librarte de mí, podrás pensar más a fondo las cosas y también apuesto a que estarás más tranquilo.

—No me quiero casar con un hombre. —Nicolás calló en shock.

 

Su rostro se paralizó, nunca se lo imaginó. La sangre se le vino a la cabeza y por si fuera poco, su corazón dejó de bombear sangre por un instante.

 

—No mereces estar con una mujer, te has portado mal, Nicolás. —Lo acusó—. Espero lo pienses porque entre semana o este fin de semana contraerás matrimonio.

—No puedo casarme con un hombre, no soy homosexual ¡no me gusta la verga! —Alzó la voz.

 

El de más de uno noventa de estatura, cerró la mano derecha formando un puño muy peligroso. Le enojaba y mucho. Él tampoco era gay, sólo que ese niñito le había movido el tapete. Jodido.

 

—Créeme, tendrás suerte que sea conmigo con quien folles después —musitó el futuro semental en la relación. Nicolás lo observó y se paralizó aún más. El tipo se miraba demasiado enrabietado para hacerlo hablar más.

 

El gatito guardó silencio, se encogió de hombros y se dio por vencido. Aunque se siguiera negando en esos momentos, no haría cambiar de opinión a su padre. Selló los ojos con un parpadeo lento y se tranquilizó, al abrirlos quiso que esto pasara, de algún modo saldría de este lio que lo estaba matando vivo.  

Notas finales:

Dejen sus quejas y sujerencias!!! :) Besitos de fresa^^


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