Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nueva Esperanza por Andromeda Capricornio

[Reviews - 60]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola n.n! Ya esta aqui la continuacion de este fic, muchas gracias a los que me dejaron comentario y a los que lo estan leyendo. Ojala les siga gustando. 

No pudiste dormir en toda la noche y eso se ve en tus ojos, morados con esas ojeras que cada vez se vuelven más grandes noche a noche, Hyoga a  tu lado esta orillado en la cama y tu también, hoy llegaras temprano al trabajo puesto que para ti seguir en la casa es una pérdida de tiempo, así que haces lo que puedes arreglándote y das una mirada triste a tu “pareja” si es que aun se pueden llamar así.

-Ya me voy, hay comida en la nevera solo debes calentarla-  le dices medio acuclillado y el solo te responde con un gemido removiéndose entre las sabanas, tu suspiras moviendo la cabeza negativamente y resignado. –Que tengas buen día amor- le das un beso en la frente y el molesto te da la espalda tu simplemente avanzas hacia la puerta de la habitación evitando el impulso que te mueve a voltear a verlo. –Es mejor así- te convences y así sigues tu camino hasta llegar a la calle, todo el camino solo puedes pensar en lo mal que te sientes, pero tratas de bloquearlo al llegar al trabajo siendo las 8:00 y aun falta una hora para que abran el restaurant más aun así no te importa, por ti trabajarías todo el día con tal de no regresar al martirio que se ha vuelto tu casa sonríes sarcástico, puesto que llegar a pensar en eso es signo de que ya no quieres seguir con Hyoga. Simplemente tu mente y tu corazón no se ponen de acuerdo.

-Buenos días chef, ¿Qué te trae tan temprano por aquí? – te pregunta June, tu ayudante de cocina, ella por su cargo llega temprano para tener las cosas listas para ti y por esa razón se queda un tanto sorprendida.

-Buenos días June, hoy quise llegar temprano la cama me saco antes –sonríes ante ella y corresponde el gesto sin embargo se nota preocupada.

-Chef ¿te sientes bien? – te dice poniendo sus finas y delicadas manos en tus mejillas, por el gesto que hace obviamente no le gusta lo que siente bajo tu pálida y opaca piel. Sin embargo tu gentilmente apartas su manos y le dedicas otra sonrisa tratando de que se vea sincera.

-No te preocupes June, solo no dormí muy bien anoche pero créeme que no me pasa nada relevante -al menos no físicamente- piensas para ti mismo comenzando a ponerte tu uniforme blanco y recogiendo tu cabello –Ahora no perdamos el tiempo que debemos tener todo listo antes de que abran el restaurant, ya sabes que los desayunos siempre son bastante agotadores-

-Sí Shun, enseguida- la rubia contagiada por tu entusiasmo pone a tu disposición lo que vas a usar, sin embargo tu mente trata de divagar hacia aquel rubio que yace aun en la cama, cuando llegues él se supone se habrá ido a trabajar, aunque conociéndolo no se iría de juerga en horas de trabajo, aun es responsable en eso y siendo un Licenciado en relaciones exteriores de una gran compañía como en la que trabaja estaría loco si pierde ese empleo, o al menso eso era lo que él te decía antes de que empezara a cambiar -“o a mostrarse como realmente es”- te dice tu inconsciente llenándote de remordimientos una vez más, sacudes tu cabeza tratando de alejar ese pensamiento, debes cumplir con tu trabajo y de la mejor forma posible, los clientes no deben percibir en el sabor de la comida las penas que llevas tu.

Dan las 8:30 y el personal va llegando, quedando apenas diez minutos para que abran el jefe de chefs llama a todos en la entrada de la cocina.

-Hoy les presentare al nuevo Gerente general del restaurant- dice el hombre mirándolos seriamente a todos, y al igual que ellos estas atento a lo que dice el chef, de pronto una figura alta, de cabello azul purpureo bastante bien vestido se acerca hasta ponerse junto al chef, con un amigable gesto asiente con la cabeza. –Les presento a Milo Scorpio, a partir de hoy trabajara con nosotros asi que háganlo sentir en confianza ¿está bien?- pregunta y todos contestan afirmativamente- muy bien ¡ahora a trabajar!- dice haciendo sonar sus palmas y todos se acercan al gerente de uno en uno para darle la bienvenida, llegado tu turno ambos se sonríen cómplices, mientras sus miradas chocan diciéndose todo y nada al mismo tiempo, con la promesa de que platicaran más tarde.

-----------------------------------------------

Llegado el cambio de turno guardas tus cosas para darle espacio al chef de la tarde, al voltear hacia la salida de empleados un sonriente Milo te espera y tú sonriendo mueves negativamente la cabeza.

-No sabía que tu serías el nuevo gerente- le dices sonriendo saliendo por la puerta.

-Yo no sabía que tu trabajabas aquí, cuánto tiempo sin verte, ¿estás enfermo?- tontamente te sorprende tu reacción puesto que a estas alturas ya deberías tener presente tu estado físico deplorable, sin embargo le sonríes al hombre frente a ti.

-No, estuve un poco mal el fin de semana pero ya me estoy recuperando no te preocupes- le dices con una sonrisa y el asiente no muy convencido.

-Bueno y dime ¿cómo esta Ikki? Últimamente no he podido hablar con él, había estado en muchas entrevistas de trabajo hasta que me contrataron aquí –vuelves a sonreír esta vez nostálgicamente, es natural que Milo pregunte por tu hermano, puesto que él te lo presento, ya que era el capitán del equipo de Basket Ball  en su preparatoria y desde allí eran muy buenos amigos hasta que Milo tuvo que ir a la Universidad, mas no por eso dejaron de hablarse, seguían teniendo noticias el uno del otro.

-Mi hermano está bastante bien, trabajando en sus amadas motocicletas y autos como siempre, ya sabes a ese hombre le salió lo ingeniero de la nada.

-Como a ti lo chef, disculpa que lo diga pero yo te imaginaba de psicólogo, trabajador social e incluso misionero pero que resultaras ser chef me dejo bastante sorprendido y más aun que lo hagas tan bien.- comienza a reír y tu solo le das un codazo en las costillas un poco indignado. –Me alegra verte de nuevo, cuando hablaba con tu hermano siempre salías a conversación-

-Chismosos- le dices riéndote con un poco de vergüenza

-Es normal tu hermano te quiere mucho, siempre se preocupa por ti sin mencionar que insulta a Hyoga de todas las formas posibles- te dice y tu tratas de seguir sonriendo aunque te ha puesto el dedo en la llaga.

-Sí, mi hermano nunca ha podido tragar bien a Hyoga- le dices un poco seco pero sin dejar de mirarlo dulcemente

-Me doy cuenta, ¿Cuántos años llevas con él?

-ocho años- le dices escuetamente y el asiente con sorpresa

-wow es mucho tiempo, yo lo más que he durado con alguien han sido dos años- te dice un poco fanfarrón y tu lo miras con los ojos entrecerrados

-eso es porque yo si puedo llevar una relación por mucho más tiempo “Escorpioncito”-le dices con un poco de buerla y el solo sonríe –bueno, me voy, que gusto que ahora trabajaremos juntos – dices poniendo una mano en su hombro en seña de despedida

-Igual para mí es un gusto, salúdame a tu hermano si es que lo ves antes que yo y  también a tu rubio noviecito – le asientes alejándote dándole una sonrisa, si Milo supiera que “tu rubio noviecito” ya no es lo mismo que en aquellos ayeres seguro en vez de mandarlo saludar insultaría en griego, polaco y hasta checo, esos eran los giros de la vida.

--------------

Siendo las 7 de la noche llegas a tu casa tal y como la dejaste, vas a la cocina y allí está el rastro inequívoco de que no vives solo los trastes sucios que dejo Hyoga en la cocina a los que con mucha resignación accedes a lavar por enésima vez desde que el ya no es tan atento contigo, de unas bolsas sacas la comida que trajiste para él del restaurante por si es que tiene hambre aunque lo dudas pues últimamente a lo único que llega entre semana es a dormir.

Subes a tu habitación y tal como te lo esperas, ropa por todos lados y  la cama desecha, otra cosa que te toca arreglar, aunque no vives solo tal parece que lo hicieras, tu “pareja” ya no te ayuda en nada y lejos de enojarte o entristecerte lo miras todo con apática aceptación, como si no importara el trato tan indigno que te dan puesto que a pesar de hablarlo con el muchas veces y sus promesas de ayudarte valieron un reverendo pepino y a fin de cuentas para que te dijera “si quieres que esté limpio hazlo tu, ese no es mi trabajo por mí que se quede igual”, aunque después de eso te hiciste el digno y la casa estuvo en muy mal estado por varias semanas terminaste accediendo a limpiar por ti mismo, ya que no soportabas tanto desorden y efectivamente al “Licenciado” poco le importo.

Después de arreglar el desorden te acuestas en tu cama aun con Hyoga en tu pensamiento, es cuando escuchas la puerta abrirse y casi como un perrito esperando a su dueño vas al encuentro de tu amado quien se encuentra cruzando el umbral de la puerta desajustándose la corbata.

-Hola mi amor- le dices sonriente y el solo te mira de reojo quitándose por completo la corbata y el saco dejándolos en el respaldo del sillón

-Hola- te dice secamente sentándose, tu vas a su lado y él se te queda mirando como bicho raro

-¿Qué tal te fue hoy?- le dices tiernamente y el solo suspira con resignación

-Bastante bien, cerramos un trato con una compañía de alimentos procesados- te dice sin voltear a verte y sin ganas de agregar nada mas

-Oh valla, que bien, ¿sabes? Hoy llego un nuevo gerente al restaurant y adivina ¡es Milo! El amigo de Ikki en la prepa ¿lo recuerdas? – le dices tratando de sonar animado sin embargo el solo te mira con enojo y asiente

-Sí, lo recuerdo, que bien- ves como se levanta de sillón dirigiéndose hacia su habitación –estoy cansado, ya me voy a dormir.-

Lo escuchas cerrar la puerta y tu otra vez te quedas allí solo sin saber qué hacer, hasta parece que el solo verte le enoja –no seas tonto- te dices a ti mismo y subes a alcanzarlo después de prepararte para dormir te acuestas a su lado mientras desinteresadamente el cambia de canales la televisión, con dudas te juntas a él abrazándolo por la cintura y poniendo tu cabeza en su abdomen, escuchas un resoplido que él deja escapar sin embargo te deja estar así, tú te acurrucas más a su cuerpo sintiendo su calor corporal, quisieras decirle tantas cosas, que él te dijera a ti otras cuantas, pero prefieres ese silencio incomodo pero que permite que estés a su lado sin pelear.

-Descansa- le dices bajito y solo escuchas un sonido gutural en respuesta, suspiras resignado y te separas de él –Te amo Hyoga- le dices al oído dándole un beso a la mitad de los labios; el sigue sin contestarte, aunque ya te estás acostumbrando a su indiferencia.

Te acuestas de medio lado aun sin dormir, es como si esa compañía que tienes a tu lado no estuviera realmente, dejas escapar una lagrima junto con un sollozo que se confunde con un suspiro, esperas poder dormir esta noche, al menos para ir recuperando tu aspecto normal, y es cuando te das cuenta –todos me han preguntado si estoy enfermo, por mi desmejoramiento menos él…- y es allí cuando te avergüenzas de ti mismo y al mismo tiempo te tranquilizar solo un poco –si regreso a mi apariencia normal tal vez el vuelva a interesarse en mi- te dices convencido y vuelves a acurrucarte un poco más cerca de Hyoga esta vez pudiendo conciliar un poco más el sueño aunque sea levemente, sentir el calor de tu amado te calma aunque sientas algo rechazándote de él, pero no importa después de todo no vas a dejar de luchar por quien por tanto tiempo ha sido la razón de despertar cada mañana y tu razón de vivir, Hyoga es tu mundo, solo lo necesitas a él para ser feliz. 

Notas finales:

Muchas gracias por leer n.n el proximo viernes subo la conti. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).