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~*~¿Casado con mi Principe?~*~[TEMPORALMENTE PARADO] por Gabiru

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Notas del capitulo:

Hola a tod@s (/'0' )/

ha pasado tiempo desde el último cap gomen U-U

estos días he estado ocupadísima con las tareas que me han dejado (esos hijos de su @#$% de la U nos entierran en tareas para cobrarnos el mes de Julio, culeros ...¬¬) en fin ^¬^U

Aquí les traigo la conty, lo escribi en partes o "etapas", primero escribi el lemon (me desmaye desangrandome por la nariz con cara de placer varias veces) luego los detalles, y por ultimo le dí una rapasadita.

Espero que les guste XD a mi me divierte mucho escribirlo para ustedes UvU

En cuanto a las imagenes que prometí la vez pasada las traigo acá:

http://fav.me/d6g7cqf
http://fav.me/d6g7ctq
http://fav.me/d6g7c3b

las imagenes tambien las hago por diversion, así que si quieren algo en especial o tienen una peticion, por favor digamne en los reviews y yo con gusto las mando a la .... nah, mentira XD pidan lo que quieran uvu, (exepto con velocidad de las actualizaciones, creanme que me esfurso mucho u^u) por cierto hay unas palabras raras en el cap de hoy deh¿jo las definiciones en las notas finales (~°-°)~

En fin Por Favor Disfruten del cap de hoy (/UvU)/*+*+*[*polvos mágicos*]

####CAPITULO V####

 

 

-¡¡APRESURENCE A RECOGER TODO, HAY QUE COJERLES ANTES QUE EL RASTRO SE PIERDA!! —ordenaba a gritos el comándate de los bandidos, Rastafar, gritaba y señalaba alterado por todos lados mientras sus subordinados corrían a cumplir con sus órdenes, cuando todo lo que necesitaban estaba listo, los cinco malhechores, incluyendo al jefe, se subieron en la camioneta que tenían guardada a un lado de la casucha y se pusieron en camino hacia donde suponían que sus “presas” habían huido.

-¡¿Jefe, y si no los encontramos?! — pregunto dudoso el conductor del automóvil, a lo que su jefe le miro con furia y le indicó que acelerara.

- ¡¡No preguntes eso!! No va a pasar, los vamos a encontrar a toda costa— la mirada del bandido mayor destilaba furia hacia el frente del camino que era donde veía y su frente se arrugaba por el enojo— nadie nunca se me ha escapado, y no voy a dejar que esos pequeños bastardos arruinen mis planes— nuevamente le indico a su conductor designado que acelerara, no iba a detenerse hasta encontrar lo que buscaba. En el camino tronaba el sonido del automotor a todo lo que daba a mitad de la noche recorriendo ese desolado camino mientras éste se alejaba.

 

 

 

Leves gemidos ahogados se hacían oír en la habitación, los húmedos labios rozándose, dando paso a las lenguas que danzaban un frenético vals de pasión solo obligados a separarse para recuperarse de la falta de oxígeno.

-[*Jadeando*] Sed… y- yo… ¡Ah!... — la voz de Jun salía entre cortada entre sus desesperados intentos de recuperar el aliento.

Su rostro ardía y sentía la temperatura de su cuerpo aumentar cada segundo, Frente e él estaba el rostro de Sed ligeramente sonrojado, la mirada que lo penetraba hasta el alma viéndolo desde abajo y podía ver y sentir como estaba sudando, ¿era Sed o era él mismo?, estaba completamente inmovilizado debajo del cuerpo de Sed y por más que lo intentaba no podía hacer que su cuerpo respondiera a las órdenes de su cerebro.

Sed estaba justo encima de Jun, desde esa posición podía admirar claramente el totalmente rojo rostro de éste, tenía un rostro tan lascivo que le parecía exquisito, apenas recuperó el aliento y fue al ataque, sentía la terrible necesidad de devorar el cuello de Jun, iba bajando desde la barbilla dejando un camino de marcas rojas hasta llegar a la clavícula donde su instinto le ordenó que mordiera esa deliciosa parte, los gemidos de Jun se hacían oír con fuerza, esas sensibles partes que nunca habían sido tratadas de tal manera parecían quemarse de placer.

Pronto Sed se topó con la camisa de Jun y gruño, ¿cómo se atrevía aquella insignificante prenda a interferir entre él y aquello que más deseaba? ¡Inconcebible!

Jun dio un brinco de sorpresa al sentir la mano de Sed abrirse paso por debajo de su camisa, esas tibias manos acariciaban su abdomen y subían hasta su pecho encendiendo todo a su paso, antes de darse cuenta la prenda que estorbaba el camino de esas mortales manos yacía en el piso, y su pecho desnudo estaba a merced de su compañero, pudo ver y sentir como la mirada de Sed lo devoraba y su rostro se puso aún más caliente al ver cómo éste se deshacía de la estorbosa camisa y la arrojaba lejos.

Luego de quitar del camino la impertinente e inútil ropa, Sed se quedó observando el panorama, la clara piel en la que pequeñas gotas de sudor reflejaban como perlas la tenue luz nocturna que se colaba por la ventana, sintió ganas de lamer cada una de esas perlitas, de recorrer y explorar cada centímetro de esa delgada silueta, su mirada siguió con el recorrido y se detuvo luego de subir un poco, llegó al lugar donde dos hermosos botones rosas cautivaron su atención.

Sin demora dirigió toda su atención a atenderlos, esos pequeños botoncitos que al parecer nunca han visto la luz del sol, endurecidos y mojador por el sudor que corría a su alrededor estaban rogando por atención que Sed no les negaría.

Con la punta de los dedos apreso a uno de los dos rosados pezones, estaba duro y sensible, mientras lo acariciaba y pellizcaba Jun no podía retener su voz llena de placer, Sed esbozó una sonrisa y, sin dejar de estimular el pezón, con su boca lamió y succionó el otro provocando que Jun curvara levemente su espalda por el placer, Sed decidió bajar y con su lengua recorrió el cuerpo de Jun hasta llegar al ombligo donde paró para volver la mirada al rostro de Jun, estaba más rojo que nunca con sus ojos entrecerrados y respirando pesadamente, esto lo excitó aún más.

-Te gusta cuando te toco así ¿eh? — dijo Sed con su voz ronca y llena de deseo, a lo que Jun no respondió, estaba demasiado sumergido en las sensaciones de su cuerpo como para pronunciar palabra alguna.

Prosiguió con su labor, sus manos acariciaban el abdomen de Jun, bajando desde sus sensitivas costillas hasta el hueso de su cadera baja, donde el pantalón, maldita prenda, estorbaba el camino de sus manos a lo prohibido, sin dudar con su mano bajo el pantalón y la ropa interior de Jun solo hasta dejar expuesta su parte más sagrada, un lugar que nadie antes, además del mismo Jun, había tocado, algo que había sido reservado exclusivamente para él desde siempre, vio el excitado miembro de Jun y sintió hambre.

Luego de un instante de ver el erecto pene, se abalanzó a devorar esa delicada parte, apenas dio la lamida inicial el cuerpo de Jun tembló y este dejó salir un grave gemido.

-¡Aahh!... ¡¿Q- qué haces?! ¡AAHH!...  — dijo apenas la excitada voz de Jun, la estimulación en aquel lugar le dejó sorprendido.

Pero no pudo protestar más pues Sed no le prestó atención a su pregunta y siguió lamiendo, besando y succionando la erección de Jun, no podía parar de estremecerse y gemir de placer, la húmeda lengua que recorría toda su extensión le daba un placer que nunca pensó siquiera que existiera.

-¡Sed…!... ¡M-Me…! ¡Me vengo…! — Gimió Jun enredando sus dedos en el cabello de Sed, éste prosiguió a succionar el miembro ajeno con fuerza provocando que el cuerpo de Jun no soportara más la estimulación y explotara— ¡¡AHHHH!!

El miembro de Jun tembló y dejó salir su semilla, derramando el semen sobre su cuerpo. La espalda de Jun se curveo gatunamente mientras el resto de su cuerpo temblaba en una sola descarga eléctrica que lo recorrió, con sus ojos nublados por el placer, tiró del cabello de Sed y por último se dejó caer desmayado por la intensidad del placer.

-Eso- eso no estuvo mal ¿eh?... ¿Jun?... — luego de lamer el néctar de Jun que le había quedado en el rostro, Sed se inclinó hacia éste para verificar y en efecto de había quedado dormido tras atravesar por el éxtasis del orgasmo— vaya… ¿y ahora que debo hacer con esto? —se dijo a sí mismo señalando si enorme erección, observó nuevamente a Jun que respiraba muy lentamente, cogió la sábana y lo cubrió con ella, lego se fue al baño a solucionar su “problemón” no sin antes dejar un beso de “buenas noches” en los labios de su pareja.

 

 

-Mamá, ¿crees que sea buena idea dejarlos que se queden? Son unos extraños…— comentaba el joven Soe a su madre mientras le servía un té, la señora Rahim que estaba sentada en la mesa del comedor le recibió el té y le contestó tranquila.

-Esos chicos han pasado por mucho, no me digas que prefieres dejarlos bajo el frío ¿o sí? —Soe tomo asiento luego de servirse un té propio, su madre prosiguió— jamás podría estar en paz si no los ayudamos, y sé que tú tampoco.

-Sí, pero mamá, en estos momentos no estamos en posición de recibir invitados, estamos en época de siembra y después de que los mozos se fueran tengo aún más trabajo, y está el oro asunto también…

-Lo sé, estás preocupado por eso verdad— interrumpió— pero todo saldrá bien, si necesitas ayuda en la granja ¿por qué no le pides ayuda a ese chico?, se ve fuerte y yo nunca dije que serían invitados, si quieren quedarse aquí tendrán que ayudar en algo— concluyo la anciana dándole un sorbo a su té y por alguna razón su hijo Soe tenía cara de regaño.

-Mamá… —pronunció con tono acusativo— ¿Lo planeaste desde un principio verdad?

-Ay, como crees… mejor hay que irnos ya a dormir— dijo la anciana dándole un último sorbo al té y levantándose para irse a acostar, dejando a su hijo completamente convencido de que ella lo tenía todo fríamente calculado.

 

 

 

Era ya de mañana, el reloj marcaba las 8 am, la luz del sol se colaba por la ventana y el ruido de las aves mañaneras se hacía presente, entre las sábanas de la cama se removía el delgado y desnudo cuerpo de Jun, aún cansado por el “ajetreo” de la noche anterior, con dificultad abrió los ojos y se estiró gatunamente antes de sentarse en la cama y ver a su alrededor; se percató que estaba completamente solo en la habitación, se preguntó dónde estaba Sed… Entonces no pudo evitar recordar lo que había pasado la noche anterior y los colores se le subieron al rostro al recordar, pronto se alarmo un poco y se aseguró que tuviera “todo en su lugar y como debiera ser”.

“-¡Sed…!... ¡M-Me…! ¡Me vengo…! ¡¡AHHHH!!” No podía recordar nada después de esa parte, pero no le dolía nada ni se sentía extraño de ninguna manera, así que se tranquilizó, luego se quedó pensativo, pensaba en cómo era posible que se haya dejado hacer algo así, se cubrió el rostro por un segundo y decidió dejar el tema en paz en su cabeza, se puso de pié y buscó en el piso sus ropas y se dirigió al baño para asearse.

 

Ya abajo en el primer piso el joven Jun vestía su pantalón y la camiseta que Sed había usado el día anterior y dejado en el piso del cuarto, examino la vacía sala de estar y luego fue a ver a la cocina a ver si encontraba señales de vida y en efecto, encontró a la señora Rahim frente a la estufa preparando el desayuno.

-Oh, buenos días querida, ¿quieres ayudarme a servir la comida? — le preguntó sonriente, Jun devolvió el saludo asintió y fue a ayudarle a la señora a poner los platos en la mesa y demás.

-Sra. Rahim, ¿De causalidad no sabe dónde pudo haber ido Sed? —preguntó un poco apenado por tener que preguntar algo como eso, aunque a la Sra. Rahim no le molestaba.

-Tu esposo está ahora con Soe, le pidió que por favor fuera con él para ayudarle en el campo…

###Mini Flash Back###

El relej marcaba en punto las 5 am y el joven Soe tocaba levemente en la puerta del cuarto en el que descansaban sus “invitados”.

-¡chico!, ¡chico ¿estás despierto?! —Luego del llamado se escuchó un crujido desde adentro del cuarto y unos segundos después salió un somnoliento Sed medio vestido, con el pelo revuelto y los ojos achinados y lagañosos— Ponte esto—le lanzó a las manos una camisa mangas largas y unas botas de trabajo, Sed se quedó confundido.

-¿Puedo preguntar…?

-Vendrás conmigo hoy, estamos en época de siembra y no me vendrían mal otro par de manos— dicho esto se dio la vuelta y fue al piso de abajo, luego de vestirse y despedirse de su durmiente amado, Sed también bajo al primer piso y luego siguió a Soe a donde irían a trabajar.

###Fin Mini Flash Back###

-Él fue muy gentil, me pidió que no te despertara porque estabas muy cansada, no parecía reacio a trabajar— la anciana hablaba emocionada y Jun le escuchaba pensando en que Sed era hipócrita y un actor de primera: “cuando vean que no es más que un debilucho llorón quiero estar allí”, pensó.

— Vendrán en cualquier momento— la mujer mayor se le quedó viendo de reojo a Jun— tenemos que hacer algo con tu ropa pequeña— exclamó luego de terminar de arreglar la mesa para el desayuno— ven conmigo, te prestare ropa de mi sobrina, ella no viene seguido, no le molestará.

-Se lo agradezco pero no es necesario— replicó, pero su anfitriona no aceptaría un “no” por respuesta.

-¡De ninguna manera!, esa no es forma de vestir para una esposa— “esposa” esa palabra enojaba a Jun de sobre manera, pero se supo contener— tu esposo preferirá que estés arreglada, y es tu deber complacerlo, créeme que te lo agradecerá— Jun no pudo objetar solo por contener sus ganas de gritarle que no le llamara “esposa” una vez más.

Siguió a la anciana hasta su habitación y del armario iba sacando prendas, blusas,  algunos salwares1 y kamiz2, le indico que tomase lo que quisiera y que bajara al comedor, luego lo dejó solo en el cuarto para que se vistiera.

La verdad es que a Jun no le molestaba el vestirse con ese tipo de prendas, estaba ya más que acostumbrado.

-me pregunto si a Sed le gustará alguno de estos saris3…— de inmediato se dio cuenta de lo que estaba diciendo y se sacudió la cabeza para que se le escaparan esos pensamientos, ¿desde cuándo le preocupaba lo que ese tonto pensara?, no se siguió complicando y se puso un salwar blanco y un kamiz rojo bordado encima, luego bajo al comedor.

Se encontró de tropezón con Sed que se veía… terrible, su ropa estaba llena de tierra y su rostro sucio y sudado, hasta se veía algo cómico, pero Jun contuvo su risa y solo se sonrió de lado.

-Te ves como todo un hombre de campo, te sienta bien.

-“Ha ha”, sé que te quieres reír— dijo aburrido, luego vio de pies a cabeza a Jun y sonrió— me gusta cómo te ves, me trae nostalgia.

-La Sra. Rahim pensó que mi ropa no era apropiada para “una esposa”— dijo sonrojado sin saber la razón de ello, al oír esto Sed dejo salir una carcajada y le acercó el rostro a Jun.

-Entonces ¿te has vestido así para mí? Eso me hace feliz— dicho esto le plantó un beso en los labios, Jun se sorprendió al principio, pero luego aceptó el beso y hasta poso su mano en el hombro de Sed, pero el beso fue corto y se separaron luego de un instante— te abrazaría pero estoy todo sucio— sonrió— te veo en el desayuno “mi amor”.

Sed se retiró a asearse y Jun con cara sonrojada y de enojo se fue al comedor donde la señora Rahim le veía muy risueña susurrando un “ves, te lo dije” mierda” pensó él y se sentó a la mesa para esperar a que los demás llegaran también.

 

 

 

-¡¡Jefe!! — Gritó uno de los bandidos saliendo de una casa vacía al borde de la carretera— ¡tampoco están aquí!

-Mierda… —masculló el bandido mayor, ya habían buscado toda la noche por cada granja, casa, condominio, piedra y choza que estaba en esa dirección y no habían encontrado nada.

-oye, ¿estás seguro que se habían ido en esta dirección? —preguntó uno de los maleantes a otro de sus compañeros que era el que manejaba el auto.

-Es lo más seguro— dijo cruzado de brazos

-entonces… ¿estás seguro? — volvió a preguntar sacándole una gota de sudor a la frente del otro.

-pues no sé, espero que sí, si el jefe se entera que no estaba bien seguro, me mata y no quiero morir, tengo una esposa y un perro en casa que esperan mi regreso— lloriqueó preocupado y nervioso mientras a lo lejos su “patrón” seguía escupiendo blasfemias y maldiciones a sus compañero, ahora solo les quedaba seguir buscando.

 

 

-Y dime hijo, ¿Cómo les fue hoy en el campo? ¿Crees que haya buena cosecha este año? —preguntó sonriente la Sra. Rahim a su hijo mientras disfrutaban de su desayuno junto a sus “huéspedes”

-Estará bien, pensé que se retrasaría por tener que hacer todo yo solo, pero con dos personas el trabajo se hace más rápido— dijo homogéneo antes de darle una gran mordida a una tostada — este chico se ve con energía pero es algo perezoso, deberé entrenarlo— “que soy perro para que me entrenen” pensó Sed y Jun solo se rio levemente.

-Ya veo… no te preocupes con un poco de esfuerzo estoy segura que el chico se adaptará pronto— con estas palabras Jun no pudo contener su risa y rompió a carcajadas.

-¡¡JAJAJAJAJAJAJAAJAJA!! ¡Lo…Lo sieentoo! Ja… jaja— todos le observaban con cara de puntitos excepto Sed que lo miraba con cara de “hijo de su @#$%”  pero no dijo nada y se quedó mirando— perdón, perdón… es que me imaginé a Sed y… no lo resistí— luego volvió a su comida.

-Oh, no te preocupes hija, tú no que quedarás atrás, hoy me ayudarás en la casa y a preparar la comida— al oír esto ahora era Sed el que se reía pero menos escandalosamente, pero Jun no parecía inmutado por eso.

-Será un placer ayudarle Sra. Rahim— Sed se quedó callado, era raro.

 

 

Luego del desayuno Soe le pidió a Sed que lo acompañara al pueblo a comprar abono o alguna otra cosa que Sed nunca había manipulado, con una sonrisa de lado se despidió de Jun, pero no parecía que éste estuviera preocupado de alguna manera por las tareas que haría, pensó que era imposible que él siendo un príncipe supiera hacer labores del hogar, ¿o es que eso solo se aplica con él?

En el pueblo había el normal revuelo que hay en un mercado, gente gritando, otros cargando bultos y caminando de un lado al otro, también habían afiches por todos lados de “se busca” con su rostro y el de Jun cubierto con un velo, al pie del poste donde estaba el afiche había un altar y unos arreglos florales junto con tarjetas y dedicatorias de esperanza para que los encontraran pronto, esto hiso que Sed se sintiera un poco mal, así que mejor se alejó del lugar.

Luego de haber comprado todo lo que necesitaban, volvían a la granja y Sed no podía esperar para ver a Jun matado de cansancio, tal vez incluso necesitaría que lo cargara hasta la cama, que maravillosa oportunidad.

Entrando por la puerta se encontraron con la Sra. Rahim sentada en el sofá descansando tranquilamente, le indicó a Sed que “su amada” estaba en la cocina, Sed se preparó para recibir en sus brazos a Jun, muy galantemente entro en la cocina pero todas sus esperanzas de saltar al rescate se fueron por el caño en un segundo.

-Bienvenido, el almuerzo estará listo en un segundo— le dijo sonriente Jun con un delantal puesto  preparando la comida como si nada, a Sed se le notaba a leguas la sorpresa en el rostro, Jun solo se rio sarcásticamente y siguió con lo suyo.

-[*toser*] Y dime… ¿cómo te está yendo con las tareas? —dijo maliciosamente Jun sonreía despreocupado.

-Muy bien de hacho.

-mmm… —decidió rendirse y asumir que subestimaba a Jun— lo admito no creí que fueras tan hábil, te debo una disculpa…

-Hmp…

-dime, ¿cómo es que aprendiste a hacer todo eso?— preguntó  asomándose a la hoya en la estufa que despedía un delicioso aroma picante— me muero por probar eso.

-no toques— le ordenó— lo aprendí de mi madre.

- creí que había muerto— dijo serio apoyándose en el estante de un lado.

-Murió cuando yo tenía 13, me enseñó muchas cosas, decía que un buen hombre debía saber hacer de todo sin importar de donde proviniese.

-Vaya, eso es muy sabio, siento envidia, mi madre solo me enseñó que no debía interrumpir a mi padre cuando divagaba, ¿la extrañas?

-¿qué clase de pregunta es esa?, ¡por supuesto que sí!, ella me enseño mucho, me obsequió estos pendiente— dijo señalando las joyas que colgaban del lóbulo de sus orejas, unos pendientes de oro con una pequeña jema rosada en el centro, eran único en su clase y está de más mencionar que la posesión más preciada de Jun, el pensar en esto se puso triste, al ver esto Sed lo abrazó por la espalda y colocó su barbilla en el hombro de Jun, éste no se resistió al abrazo y solo miro a sed que también lo miraba.

-Te amo— le susurró— jamás estarás solo.

-idiota— le susurró, se dio vuelta levemente y miro a Sed por un segundo éste le beso tiernamente en los labios.

 

 

 

-Eh… Jefe creo que les perdimos el rastro…— Le decía nerviosamente el subordinado a su jefe que estaba postrado en el asiento trasero de la camioneta completamente deprimido.

-no me digas…

-¿jefe…? ¿Qué quiere que hagamos?

-Déjame dormir, lo pensaré cuando no esté pensando en perder una jugosa recompensa…

-no se ponga en ese plan jefe… ahora es cuando más lo necesitamos.

-Cállate hijo de puta, con ese dinero pagaría mi retiro— lloriqueó, con el aura de depresión en su máximo auge los bandidos dejaron solo al jefe, pobrecito.

Notas finales:

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1) Los salwars son como unos pantalones de pijama, muy ceñidos en la cintura y en los tobillos.

2) Y sobre los salwars, se viste una especie de túnica larga conocida como kamiz.

3) es una prenda femenina hindú que consiste en unos 5, 6 o 7 metros de tela rectangular, que se enrollan por el cuerpo de una determinada forma. El estilo, el color y las formas son variadas, desde el algodón hasta la seda, o desde un poliéster sintético hasta la más exquisita y elaborada tela.

Busquen imagenes en google si quieren XD

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Espero les haya gustado Besitos y hasta la proxima ♥


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