Cuando llegaron a casa fueron a la sala, donde Harry se acurruco en los brazos de Severus, estar entre los brazos de su papá le hacían sentir seguro, Severus acariciaba la cabellera de su hijo, sabía que aquello había sido necesario, para los tres, besó la coronilla de Harry y lo miró con ternura
Tom se acercó a ellos y se hinco tomando las manos de su hijo y pareja.
--Todo estará mejor de ahora en adelante, ahora estamos juntos y nadie nos separara, me dedicare a destruir a Dumbledore para que no pueda dañarnos más.
--Quiero…quiero entender ¿Por qué nos odia?—pregunto Harry mientras posaba su mirada en los ojos castaños de su padre--¿Por qué de esta guerra? Quiero saber ¿Cuál es la verdad en todo esto?
--Como sabes Harry, yo crecí en un orfanato, donde todos me odiaban por ser distinto, me llamaban fenómeno, anormal y otras cosas más. Cuando entre a Hogwarts descubrí el mundo al que en verdad pertenecía, pensé que tal vez, había muchos niños como yo, que sufrían siendo huérfanos y bajo maltratos, además logré escuchar de hijos de familias mestizas con historia similares a las de Severus y también comencé a notar como algunas de las tradiciones que se hacían en la casa de Slytherin desaparecen en las demás casas, en el mundo mágico en general y las costumbres de los muggles ganaban poder. Siendo heredero de Slytherin descubrí muchos secretos de Hogwarts de como era antes de los directores de este siglo, muchas materias olvidadas que eran primordiales para la educación mágica. Además en mi tiempo fue la segunda guerra mundial, vi cómo se mataban los muggles, sus armas de exterminio y muchos hijos de ellos habían conseguido varitas ilegales para proteger a sus familias de esta situación sin saber que había muggles que los miraban. Así que inicie desde quinto año un plan para cerrar más nuestros límites y que las costumbres muggles no entraran a nuestro mundo.
--Pero…no todos los muggles son malos y muchas de sus cosas pueden sernos útiles
--Lo se Harry, se eso, hubieron personas que quisieron adoptarme, pero gracias a la señorita Cole nunca lo hicieron. Mi plan no era iniciar una guerra entre nosotros, ni matar a los hijos de muggle, era simplemente enseñarles nuestras costumbres, la hermosura de nuestro mundo puro, cuando salí de Hogwarts quise entrar en el ministerio y dar a conocer mis ideas, pero Dumbledore me detuvo, no sé en realidad que desea el, pero me puso muchos peros y muchos obstáculos, al final tuve que responder a un ataque que nunca provoque, las primeras muertes que se adjudicaron a los mortifagos, fue en realidad provocada por aurores yo solo respondí a la amenaza y cuando me di cuenta había caído en la trampa de Dumbledore, en un círculo ataques y muertes, que disminuía nuestra gente; pero a pesar de esos mantuve mis ideales, las daba a conocer entre las familias de sangre pura, ellos sabían que eran pocos los que en verdad iban a los ataques, los demás eran políticos, en pocas palabras yo ya había organizado un gobierno y en cuanto las elecciones se dieran tomaríamos el ministerio para imponer nuestras nuevas leyes, poco a poco, pero las batallas y la fundación de la orden del fénix causó más problemas, después conocí a Severus y lo demás es historia que ya conoces, me enamore de él, me case y se embarazo de ti, durante esos nueve meses todos mis movimientos se detuvieron, tú eras y eres lo más importante para nosotros—dijo acariciando su rostro con ternura—y el hizo el intercambio, durante quince meses te buscamos, buscamos a los Potter y no fue hasta que colagusano los traicionó, colagusano nos indicó donde estabas y fui por ti, pero, estoy seguro que Dumbledore fue el que estuvo con los Potter—susurró mirando a su hijo que no apartaba la vista—mi guerra es en realidad contra Dumbledore, no contra los hijos de muggle, pero él no me dejara hacerlo de forma pacífica
--¿Por qué me decían que era tu enemigo?
--Mi homúnculo, tenía como orden estar en la cabeza de puerco—comenzó a contestar Severus, desviando la mirada de Harry hacia él--para encontrarse con algunos contactos, una tarde Dumbledore estuvo presente junto a Sybil Trelawney, la profesora actual de adivinación y menciono algo de una profecía indicando el nacimiento de un niño a finales de julio que tendría el poder para derrotar al señor tenebroso, más uno de los contactos llego y se llevó a mi homúnculo provocando que no termina de escuchar dicha profecía.
--No creo en profecías, así que no le tome importancia, estaba más ocupado en mi esposo embarazado que en una estúpida profecía de una mujer fraudulenta, pero Dumbledore si la creyó o eso pienso, estoy investigando esa profecía, de ser cierta, la persona destinada a matarme seria Neville Longbottom
--¿Neville? Eso es imposible el…el
--Shhh, por eso estoy investigando con nuestros contactos en los inefables pequeño, no voy a matar a ningún niño mágico, ustedes son nuestro futuro y nuestro deber es protegerlos
Harry no dijo nada, solo se acurruco en el pecho de Severus y tomó la mano de Tom, se sentía muy cansado mentalmente, lo único que quiere es dormir
--Quiero ayudarles
Susurro para quedarse profundamente dormido, ante la atenta mirada de sus padres que estaban llenas de ternura. Severus acomodo su cabeza sobre la de su hijo cuya respiración ya se había acompasado mostrando que el chico dormía, el hombre de mirada negros miró al chico entre sus brazos y también comenzó a cerrar los ojos permitiendo que Morfeo se lo llevará también.
Tom miró con el cariño que solo era para ellos, con un movimiento de su mano hizo que el sillón fuera más cómodo, y después de besar la frente de ambos salió del salón.
Decidió regresar a su mansión donde los mortifagos llegaban, ya había mandado los avisos para indicar su regreso, solo aquellos que eran fieles de verdad.
Se sentó en su sillón recostando su cabeza en él, Nagini le había acompañado, si llegaba a suceder algo en casa, los elfos irían por él., pero aquella mansión la herencia de Severus era simplemente una fortaleza imposible de penetrar.
Su mente comenzó a vagar en su círculo interno, mismo que tenía grandes ausencias, las que pesaban más eran la del joven Regulus Black, que había sido asesinado por un auror culpándolo y los Lestrange, Rabastan, Rodolphus y Bellatrix; ellos estaban en azkaban, un lugar plagado por las más horrendas criaturas. Sería fácil liberarlos sin que supieran que él estaba de regreso, pero, no estaba seguro de liberarlos.
Un suspiro salió de sus labios, su pensamiento para Bellatrix, aquella mujer era toda una serpiente, digna de respeto y admiración, lamentablemente había sufrido un shock muy grande antes de ser enviada a azkaban, donde, debido a los dementores, ya estaría loca.
El lord oscuro no se arrepentía de nada, o de casi nada y el haber enviado a Bellatrix junto a su cuñado y otros mortifagos, a aquella misión era algo de lo que se arrepentía.
El grupo se encontraría con una familia que estaba dispuesta a unírseles, pero fue tarde cuando descubrieron que dicha familia no existía, que todo era una trampa creada por la orden del fénix y unos cuantos aurores.
Bellatrix regreso herida de gravedad, los medimago, entre ellos el que había descubierto que su amado príncipe era fértil, descubrió algo, Bella, estaba embarazada y debido a los hechizos había perdido al bebé y también su capacidad de concebir.
Aquello causó un gran dolor entre los más cercanos a Bella, y para él, ya que un bebé mágico había muerto, por un error, mientras que ella simplemente comenzó a reírse y se volvió en la cruel Bellatrix Lestrange que muchos conocían.
Cuando su niño fue cambiado, Bella lo tomo como una afrenta personal y más al descubrir quiénes eran las otras parejas. Así el treinta uno de octubre de aquel año, ellos habían ido con los Longbottom, donde fueron torturados hasta la locura, pero la anciana Augusta Longbottom había llamado a los aurores estropeando así la llevada del niño a su presencia.
Una extraña sonrisa apareció en sus labios, ahora sabía el porqué de aquella acción y el futuro de aquel niño.
Regreso su mirada al archivo que Severus le había proporcionado, donde la fotografía de un niño regordete se mostraba, tímido, con una autoestima baja, pero no tanto como la de su niño, con ilusiones y esperanzas destruidas, bajo el peso de su familia, aquel archivo era el de Neville Longbottom, el posible niño de la profecía y quien pudo convertirse en hijo de los Lestrange.
Por qué ese hubiera sido su destino, si Augusta no hubiera regresado antes, el niño sería llevado ante el donde, al no ser reconocido por Severus se le daría a Bella y su esposo, más siendo el hijo de quienes les habían arrebatado la oportunidad de tener uno propio. Había sido Alice quien lanzara el hechizo destruyendo al pequeño dentro del vientre de Bella y su esposo le lanzó un cruciatus casi al mismo tiempo.
Un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos, así tomando la apariencia de Lord Voldemort apareció y dio el paso.
La puerta de caoba se abrió dejando pasar a un hombre alto de cabello rubio hasta media espalda, piel pálida y ojos grises, que mostraban en ese momento sorpresa y alegría ocultas en una máscara de indiferencia.
--Mi lord, me alegro verlo de nuevo.
--Lucius, mi fiel mortifago me alegra verte de nuevo, dime ¿Qué has hecho en mi ausencia?—preguntó carente de emoción indicando la silla frente a él.
Lucius Malfoy se sentó y comenzó a relatar lo que había hecho desde aquella fatídica noche, los movimientos sutiles y las congelaciones de algunos planes, todo de acuerdo al plan de emergencia creado por su padre Abrax.
--Actualmente hay dos orfanatos que están en funcionamiento, los niños son tratados con respeto y las antiguas tradiciones mágicas; las familias de sangre pura que han adoptado lo han hecho de forma secreta y con hechizos de simulación de embarazo.
--¿Cuántos niños mayores de tres años han sido adoptados?
--Muy pocos mi lord, después de su caída, las adopciones de sangre fueron prohibidas por el ministerio, gracias a Dumbledore—exclamó Malfoy con desdén—nadie se atreve a pedirle a los goblins el apoyo para las adopciones, sabe que ellos tienden a pedir una cuota por adopción.
--¿Qué más me tienes Lucius?
--El príncipe me pidió hacer la compra de un edificio que anteriormente fue un orfanato, la compra fue exitosa, y…me tome la libertad de iniciar las reparaciones del inmueble de forma silenciosa.
--Bien, continúa como hasta ahora, quiero un reporte de aquellos que aún son fieles y comienza a darles pequeñas pistas de mi retorno y también, quiero un listado de chicos de quince años, quiero que mi heredero tenga sus propios guardianes para cuando regrese a Hogwarts
--Mi lord…eso es maravilloso, me alegro escuchar que por fin ha recuperado a su heredero y le aseguro que mi hijo será un digno guardián del suyo, como lo soy de su esposo
--Lo se Lucius, lo se…puedes retirarte
Lucius asintió levantándose, pero antes de irse.
--En estos momentos, no le hablo como mortifago, sino como amigo. Me alegra escuchar que por fin han recuperado a su hijo
--Gracias Lucius, por ser el apoyo de Severus en estos años, por evitar que el dolor le hiciera sucumbir
--De nada, espero conocerlo pronto, y te aseguro que Narcisa enviará un regalo para el niño en su cumpleaños.
--Será bien recibido Lucius, además te llevarás una sorpresa al saber quién es mi hijo.
El rubio asintió y salió de aquella habitación para volver con su familia.
Tom solo hizo un par de movimientos en sus cuentas, mando unas cartas y decidió ir por el regalo de cumpleaños de su hijo.
*-*-*-*-*-
El salón de la mansión Malfoy, es hermosa, su chimenea de mármol, sobre esta un espejo con marco dorado. El suelo es pulido y una sección de esta se encuentra alfombrada; una exquisita lámpara de araña de cristal que la que alumbra las noches en aquella habitación. Algunos retratos se encuentran en aquella habitación, cuyas paredes de morado oscuro gobiernan, hay un librero donde los libros favoritos de la familia se encuentran, y los sillones de un fino tapiz, que se encontraba ocupado por la dueña y señora de aquella hermosa mansión.
Narcisa Malfoy era una mujer muy hermosa, su tez era pálida, de unos hermosos ojos azules y su cabello rubio. En ese momento aquella hermosa mujer vestía una túnica de color azul oscuro y leía un poco, esperando a su esposo, quien había sentido vibrar la magia de su marca oscura y ahora había recibido una nota, el brillo en sus ojos le hizo tener esperanza de que el esposo del padrino de su hijo regresara.
Las llamas esmeraldas aparecieron y el patriarca de la familia apareció
--Está de vuelta Cissa—fueron las únicas palabras
--Oh Lucius, por fin, por fin Severus recuperar parte de su sonrisa
--De hecho Cissa ha recuperado su sonrisa por completo, el niño apareció y está con ellos ya
--Lucius, que maravillosa noticia me has dado, debemos ir de compras, debemos comprarle un regalo
--¿Un regalo? ¿Para quién madre?—pregunto un joven de tez pálida, ojos de color plata y un cabello rubio que brillaba cuando los rayos de sol
--Para alguien muy importante—exclamó la mujer con una enigmática sonrisa
--Siéntate Draco, es hora de que sepas que parte de un secreto familiar.
Draco obedeció a su padre, mientras su madre pedía un té, después de que el patriarca tomara un sorbo de té, comenzó con el relato, de que ellos eran los guardianes del príncipe, esposo del lord y que este había tenido un hijo el cual que habían arrebatado el día de su nacimiento, los ligeros movimientos que el hacía muestras de que el príncipe estaba activo, pero de forma silenciosa para evitar que Dumbledore dañará más a los niños de Slytherin, que por eso Severus era el líder, que el lord había regresado ya y ambos habían recuperado a su hijo, así que el lord quería a los mejores chicos para proteger a su hijo
Draco escuchó con atención aquello, sabía que Voldemort volvería, y que él sería un mortifago siguiendo la tradición familiar, incluso, sabía que si su padre llegaba a morir, que esperaba que no fuera pronto, el tomaría el lugar de la mano derecha del lord, pero ahora, saber que aquel hombre que planeaba cambiar al mundo mágico tenía un hijo, quien tomaría su lugar cuando este muriera
--Yo seré uno de sus guardianes—dijo con aquella determinación que muy pocos conocían
--No esperaba menos de ti Draco
--Bien ahora que lo sabes—exclamó Narcisa con una sonrisa—iremos de compras, debemos comprarle un regalo al niño—dijo para salir siendo seguida por su esposo
--Son sus padrinos—exclamó una nueva voz, Draco volteó para encontrarse con el cuadro de su abuelo—el lord le dio el honor a Lucius y Narcisa de ser los padrinos de su hijo, Lucius y Severus son muy buenos amigos del príncipe
--Gracias por la información abuelo, por cierto ¿Cuándo es el cumpleaños del chico?
--El treinta y uno de julio, en un par de semanas.
Draco solo asintió y después escuchó a sus padres llamarles, su madre estaba completamente emocionada por conocer a su ahijado y el rostro de su padre era de resignación, sería una salida de compras de muerte…