Dentro de la madriguera, el ambiente parecía mantenerse igual a todos los veranos anteriores, más la verdad era otra, ya que tres de los integrantes de dicha familia se encontraban tensos y molestos ante la falla de su plan.
La matriarca había mandado ya una carta a Dumbledore indicando lo sucedido, y a su vez había ordenado a Ron mandarle una carta a Harry para preguntarle donde estaba y exigirle que pasara unas semanas con ellos, claro que dicha carta nunca llegaría, ya que los gemelos habían interceptado la carta, impidiendo su partida.
Los gemelos habían regresado a su actitud normal, así que continuaban con sus experimentos, sus pensamientos eran tranquilos ya que no verían a Harry hasta Hogwarts, si bien les hubiera gustado que estuviera con ellos aquel verano, pero preferían no verlo hasta el colegio a que las arpías que tenían por familiares le lastimaran, así que con aquellos pensamientos se permitían concentrarse en mejorar algunos de sus productos y en ideas, para su amado sueño, aunque algunos de dicho productos parecían ser solo para el uso exclusivo de aquel joven de ojos verdes, mientras escribían las características de un nuevo producto, los golpes de una lechuza en su ventana les llamo la atención, extrañados se acercaron para recibir lo que les traía, y observar con más cercanía a la lechuza por que esta se parecía a Hedwig ya que en verano solo Jordan les escribían y para evitar que su madre sospechara de ellos no habían vuelto a escribirle a Harry aunque lo desearan.
Una carta elegante y formal les fue entregada y mientras ellos miraban sorprendidos la carta, la lechuza se posicionaba junta a su nueva mascota en clara señal de esperar, intrigados abrieron aquella misiva, al leer lo que estaba escrito, se miraron y releyeron la carta un par de veces.
La carta era una invitación formal para encontrarse con ellos y hablar de sus productos, indicando que de convencer a la persona que mandaba dicho documento los financiaría e invertiría en sus productos. La lechuza esperaba la fecha que ellos dispusieran para tener una mejor preparación.
Después de discutir sobre la carta, sobre si era una broma, si era verdad, dispusieron de encontrarse con el extraño en una semana, misma donde se prepararían y lanzarían hechizos a los pocos productos que llevara, así como también para pedirle a su hermano Percy ayuda de forma sutil.
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Albus Dumbledore regresaba de ver a Severus, aquel hombre amargado era una de sus mejores adquisiciones como espía, un espía que sería desechado en cualquier momento o inculpado por algún trágico accidente con el chico Potter, al fin y al cabo nadie a excepción de los estúpidos Slytherin querían a aquel hombre, al salir de aquellos pensamientos noto una lechuza demasiado familiar, así que se acercó para tomar la carta que uno de sus más fieles peones mandaba, con tal de obtener las mejores noticias en toda su vida.
Su ceño se frunció mientras leía la carta de Molly Weasley que le informaba que Harry Potter estaba a salvo, algo en el plan había fallado, apretando la carta por la molestia, decidió ir a visitar a los muggles en cuanto regresaran a su viaje para entender por qué no habían cumplido con la orden que les había dado. Una simple orden que les había provocado sus magníficas vacaciones.
Dejando de lado aquel pequeño bache, se dispuso a pensar en lo sucedido en el torneo de los tres magos, todas las señales daban a conocer que Tom Ryddle regresaría, utilizando el viejo ritual de sangre, carne y hueso, este tendría que haber matado a Diggory como la primera víctima de la segunda guerra, mas nada de lo que había planeado funciono, cosa que no compendia, ya que el impostor de Moody se había encargado de hacer el hechizo en la copa, él se había asegurado que este funcionara, el trasladador se activó, y en vez de regresar un cuerpo y un chico gritando por el regreso que no debía ser nombrado, habían regresado dos chicos clamando ser los nuevos campeones del torneo, había entrado a la mente de ambos para encontrase que el imbécil mortifago no sabía exactamente donde sería el ritual, por lo mismo habían llegado a una zona donde no había nada.
Con un suspiro cansado se recostó mirando los cuadros de los antiguos directores, algunos mirándole con reproche otros desviando la mirada y algunos más, sobre todo los Slytherin mirándole con odio, pero no le importaba, lo único que necesitaba era una nueva guerra y tendría lo que se merecía, el dominio total del mundo mágico. Solo tenía que modificar un poco sus planes. Pero la segunda guerra iniciaría.
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Harry respiraba profundamente, sabía que vaciar su mente no le serviría y eso que solo llevaba un día probando la técnica.
Tom estaba serio, en ese momento, lo que había visto no le gustaba, si había decidido hacer sufrir a los muggles, ahora su magia clamaba sangre, la sangre de aquellos malditos que se habían atrevido a lastimar a su heredero
Un hombre gordo alzaba la mano y golpeaba al niño no mayor de cuatro años por haber roto una taza. Una mujer cuya cara era similar a la de una jirafa golpeaba con el sarten al mismo niño por haber quemado el desayuno. Un niño demasiado obeso para su propia salud aventaba a un charco lleno de barro al niño rompiendo sus gafas en el acto.
--Diez minutos Harry
--Si, lo siento papa
--La primera vez siempre es difícil, solo intenta concentrarte más, descansa y comienza a vaciar tu mente, no pienses nada, en absolutamente nada
Harry asintió ante las palabras de su padre y respiro profundamente para comenzar a vaciar su mente.
Un niño de ocho años era sujeto por otro dos mientras un obeso lo golpeaba, el pequeño de gafas suprimía los gritos sabiendo que gritar solo traería más dolor.
Una cena sustuonza, digna de reyes, preparado por el joven de nueve años, sus ojos brillantes ante la comida, mordiéndose los labios, saboreando cada platillo, mientras se hace daño con sus uñas, la orden dada, solo un pan seco y agua, después de aquel miserable bocado es encerrado en su alacena, donde escucha las palabras alabantes a su tía por haber realizado esos manjares.
La carta de la escuela indicado que había escalado los muros del colegio, la paliza realizada con un cinturón de hebilla gruesa, destrozando la tierna carne del niño, acallando las explicaciones del mismo que entre jadeos de dolor intenta dar.
Tres horas después Harry estaba sentado en el sillón, no había logrado mucho, lo que más le molestaba era que su padre, sabia como le había tratado aquellas personas a las que creyó que era su familia. Pensaría que era débil, aquello le molestaba, sin darse cuenta había comenzado a derramar lágrimas, solo supo que lo hacía cuando sintió a su padre abrazarlo
-Shhh pequeño, ya todo está bien, estas a salvo nadie te volverá a lastimar, te lo juro.
Harry solo se aferró a su padre, tener aquellos recuerdos tan vivos, la soledad que sentía y otras cosas, lo hacían sentirse muy solo, pero estar entre los brazos de su padre le hacía pensar que todo aquello había sido una terrible pesadilla de la que acababa de despertar.
Tom solo abrazaba a su hijo, tratando de tranquilizarlo, mientras mantenía su magia en un límite, las ansias de la sangre de aquellas asquerosas personas eran muy grandes, demasiado grandes, al grado que inconscientemente había llamado a Nagini quien siseaba de forma amenazante.
Salazar también había llegado junto con las mujeres quienes miraban intranquilas al patriarca de ese momento.
Los ojos de Tom eran rojos signos inequívoco que estaba furiosos pero que intentaba mantener el control para no asustar a su heredero.
--Huj, llama a Severus, que venga pronto
El elfo asintió ante la orden de Salazar, para después desaparecer y regresar con un confundido Severus, quien al sentir el ambiente miro a su esposo y comprendió que algo había pasado, acercándose abrazo a su hijo, quien al sentir a Severus libero a Tom y este se retiro
--Lo siento papa, padre está molesto ¿verdad?
--Si, lo está, pero no contigo, dudo que Tom este enojado contigo—respondió besando la frente de su hijo y observar a su madre y la de su pareja preocupadas.
Ya estaba muy entrada la madrugada cuando Tom volvió, subió a la habitación de su hijo para no hallarlo ahí, continuo hasta su habitación donde encontró a su esposo e hijo durmiendo, también Hedwing, Jalil, Wing y Nagini estaban en la habitación velando el sueño de estos.
--¿Ya te sientes mejor Tom?—pregunto Salazar mirando a su heredero
--Si, ya estoy más tranquilo—exclamo sentándose en su cama y ver la tranquilidad que tenían en ese momento sus mayores tesoros
--¿Tom?—exclamo soñoliento Severus
--Aquí estoy Sev, sigue durmiendo
--Recuéstate—susurro el hombre de negro, mientras le hacia la indicación con su mano. – Es tarde.
Tom no perdió tiempo y acato la orden de su esposo dejando a su hijo entre ellos, la magia de Harry quien lo sintió hizo que volteara y se acurrucara a él.
No tardó mucho en quedarse dormido también. Cuando el nuevo día inicio Severus despertó temprano para ver a su esposo e hijo dormidos, con una sonrisa y con la fineza que se esperaba de un espía, y después de besar la frente de su hijo y un casto beso en su esposo se retiró a su vieja casa para esperar a Dumbledore.