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Harry Riddle Snape por Anle Ruma

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Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen, los uso para entretenimiento.


 

El grito lleno de miedo, un grito que solo es escuchado en las películas de terror, hace eco por las distintas casas de aquella calle.

 

Dudley Dursley ha perturbado de nuevo el sueño de los vecinos.

 

Las reclamaciones no se harán esperar y los chismes tampoco.

 

Ya no será sorpresa ver como Petunia está demacrada intentando fingir que todo está bien, como Vernon está cada vez más flaco, como Dudley le teme hasta su propia sombra.

 

Algo había cambiado, algo había pasado en aquella casa.

 

Petunia bajó con cuidado las escaleras, el dolor de sus hueso, dolor que nunca antes había sentido presente en cada paso.

 

Observo con dolor a su angelito acurrucado en la alacena debajo de las alacenas.

 

Ignorando su propio dolor, evitando hacer muecas ante el olor que existía en ese cuarto, sus ojos cubiertos de lágrimas al ver a su único hijo.

 

Su caballerito ideal, aquel joven fuerte que era idéntico a su padre, que era incomprendido está sufriendo.

 

Aquel joven de cabellos rubios y vivaz era ahora la presencia de un joven mendigo.

 

Al igual que su padre estaba perdiendo peso, tenía los ojos opacados por el dolor y las lágrimas.

 

Su mirada buscaba al monstruos que existía a los alrededores, completamente aterrorizado de su entorno.

 

--Tranquilo angelito-- llamó tratando que el nudo desapareciera-- fue una pesadilla.

 

Más el sueño no estaba terminado, los ojos que debían mostrar tranquilidad ante su voz, mostró pánico y empujo la mano que se acercaba con precaución.

 

Quiso evitarlo, en verdad quiso evitar el grito de dolor que nació de ella.

 

El ligero manoteo de su hijo le había provocado gran dolor como si le hubieran roto la muñeca.

 

Vernon quien había seguido a una velocidad más lenta a su mujer, no supo qué hacer.

 

Cada vez que se acercaba a su hijo parecía que lo estaba golpeando y sus gritos lo irritaba. Le nacían las ganas de golpearlo hasta callarlo como hubiera hecho con otro integrante. Pero recordaba que era su hijo y hacia todo lo posible porque sus ansias desaparecieran.

 

Su perfecta familia había acabado.

 

Petunia con lágrimas tuvo volvió a tratar calmar al joven quien seguía acurrucado al fondo del lugar, encerrado aún en la terrible pesadilla en la que estaba.

 

El dolor de su cuerpo, el mental y el emocionan eran demasiado, mas ahora que escuchaba a su pequeño llamarla con desesperación.

 

-- ¡Ya basta!-- grito con lagrimas intento que el niño en esa habitación se callara, que dejara de llamar a una madre que estaba muerta.

-- Petunia calmante

 

Los Dursley están sufriendo, desde que regresaron de sus vacaciones comenzaron a sufrir, fueron de poco a poco, la comida comenzó a ser insípida, por más sal, azúcar o condimentos le pusieran tenía sabor a nada en los mejores casos, a tierra y arena en momentos determinados y a excremento en los peores casos.

 

Ruidos extraños también se convirtieron en pan de cada dia, sentir a alguien que los estaba vigilando con la esperanza de hacerles daño con tan solo doblar la esquina los volvió paranoicos.

 

Sus peores temores también se volvieron presentes, todos los habitantes de la calle hablaban sin molestarse en fingir, les hacían muecas y caras.

 

Petunia quiso acallar a las vecinas, pero por más intentos estás solo hablaban más. Lo que más dolía era saber que su esposo la engañaba con otra mujer, que para su horror y desesperación se parecía a su difunta hermana y las constantes comparativas entre ellas.

 

Vernon comenzó a preocuparse de que se enteraran de algunos contratos que había hecho de forma ilegal e incorrecta, aquellos contratos que habían provocado que el mejor de la empresa y el sucesor a gerencia fuera despedido, los susurros indicando que él había sido el verdadero responsable, se volvían más constantes y fuertes, así como también las miradas de sospechas de sus jefes.

 

Dudley se vio envuelto en ataque con maníacos, personas que no dudaban en golpearlo, escuchar como su madre lo denigraba, que su padre también lo humillaba. Sus bajas calificaciones provocaron que lo corrieran de la escuela. Y el intento en otra escuela había fracasado de forma inminente.

 

Lo que alguna vez había sido una familia feliz, comenzó a separarse.

 

Lograron sobreponerse a aquellos eventos, pero mientras intentaban soportar aquellos miedos, los dolores en todo el cuerpo comenzaron aparecer.

 

Sentían golpes de manos y objetos pesados, al principio eran debiles, solo punzadas, despues eran mas fuertes y ahora cada paso que daban estaba acompañado de dolor constante.

 

Como si algunos huesos les hubieran sido rotos.

 

Las pesadillas no les atacaban, solo al menor de los tres terrores, donde el se veia solo siendo golpeado por sombras, humillado, privandole de todo lo que alguna vez tuvo.

 

Los monstruos de su niñez eran peores, se lo comían y podía sentir cómo introducían sus dientes afilados en su carne, como lo destrozaban con cada mordida, siempre suplicaba llamando a su madre para que fuera ayudarlo, pero ella nunca iba y los monstruos, los fenómenos que le atacaban le decían que lo habían abandonado.

 

Sus gritos despertaron a sus padres, quienes intentaron todo para ayudarlo, pero no lograban, mucho. Provocando su desesperación.

 

Pronto comenzó a tener un poco de alivio en el lugar menos esperado, la alacena debajo de las escaleras, ahí los monstruos no lo atacaban.

 

Estaba protegido en aquel lugar donde el fenómeno dormía.

 

Pero pronto la protección terminará, una acababa de arañarle el brazo.

 

Vernon estaba lejos mirando a su esposa pidiendo que se detuviera, su hijo seguía sollozando por su madre. Y el, el estaba a punto de perder su trabajo debido a sus problemas.



Arabella Figg quien había sido contratada por Dumbledore miraba desde lejos como aquella familia comenzaba a desmoronarse y así como nadie había hecho algo por el chico Potter, nadie hará nada más que susurrar y esperar que termine.

 

Al dia siguiente, despues de una noche terrible, Petunia con todo el dolor de su cuerpo y emocional, comenzó a hacer el desayuno.

 

Ya no había desayunos excesivos, sólo algo pequeño, a fin y al cabo si tenían suerte el desayuno sabría a tierra.

 

Las bolsas debajo de los ojos estaba presntes, la ropa que les quedaba grandes, el miedo en los ojos del menor de los Durley presentes.

 

Los golpes de su puerta los sobresaltaron a los tres, Dudley se fue a correr a la alacena, Petunia miro con miedo a su esposo.

 

Vernon fue a la puerta, ahí frente a ellos están un policía.

 

--¿Que se le ofrece señor?--exclamó Vernon con sus ojos cubiertos de miedo y ansiedad

--Señor Dursley ¿puedo pasar?

--Claro

 

El policía miró el lugar con interés, los servicios sociales habían descubierto bastantes cosas sobre aquella familia.

 

--¿Que se ofrece señor?--cuestiono una temerosa Petunia.

--Me gustaría ver a su hijo y saber el ¿por qué no va a la escuela?

--Ha estado enfermo--dijo el Hombre con una sonrisa cansada

--¿Podría ver el certificado médico?

--Bueno, es que no llevamos a nuestro hijo al médico aun

--¿Dónde está su hijo?--cuestiono mirando las fotos de una pelota con gorros de colores

--En su habitación--exclamó nervioso el hombre.

 

Pero para su mala suerte, el niño abrió la puerta buscando al monstruos que había llegado

 

--Hola Dudley--exclamó el policía acercándose con cuidado donde el menor, quien lo miro con miedo y ojeras

--Ho...hola ¿el monstruo ya se fue?

--¿Monstruo?

--Si, el monstruo, estaba aquí anoche, dijo que vendría por mi y me llevaría igual que al anormal de mi primo.

 

El oficial escuchó las palabras del niño y después miró a la pareja, quien parecían completamente destrozados.

 

La familia salió acompañada del oficial, quien había tomado una decisión, esta familia sería separada por que era lo mejor.

 

Los chismes no se hicieron esperar, la familia Dursley había desaparecido por completo de Privet Drive.

 

Arabella vio aquella con ojos tristes, debía avisarle a Dumbledore de lo sucedido para que interviniera como en el pasado lo hizo.

 

Unos ojos color plata tambien miran la situación y una sonrisa se hizo presente, la primera parte del plan había comenzado, la siguiente parte sería menos benévola como la que había terminado en ese momento.

 

Sin que nadie se diera cuenta desaparece para encontrarse con quien se encargaría de la segunda fase.



El matrimonio Dursley estaban realmente mal, había sido acusados de negligencia ante la situación de su hijo.

 

El niño sería  mandado a una casa hogar hasta que la hermana de Vernon apareciera y se llevará al niño.

 

Durante las acusaciones de negligencia, las acusaciones a Vernon de fraudes aparecieron y él se encontró en más problemas.

 

Petunia mientras tanto estaba completamente destrozada, había perdido a su hijo y a su esposo.

 

--Esto es culpa del mocoso--exclamó quitándose las lágrimas en los ojos.

~Eso no es cierto~

 

Una voz fantasmal se hizo presente en el lugar, Petunia abrió los ojos con sorpresa frente a ella, la presencia espectral de su madre se hizo notar

 

~Todo esto es culpa tuya y de tu envidia, siempre las tratamos igual, siempre fueron iguales a nuestros ojos. Tu sola te destruiste, no culpes a tu hermana ni a su gino, has cosechado lo que sembraste Petunia y no sabes que decepcionados estamos de ti.~

 

Petunia lloro más fuerte ante lo dicho por aquel fantasma, era cierto que se centró en su envidia y quiso ser mejor a su hermana ignorando lo que sus padres le daban para compensarlo.

 

Cuantas veces grito y dijo que no tenía hermana que sus padres eran ignorantes.

 

Ahora estaba sola.

 

Vernon estaba en la cárcel esperando el juicio por fraude.

 

Todo estaba terminado, ya no había nada que pudiera hacer, estaria en prision por una negligencia que no existía, el fraude lo había hecho por el bien de su empresa y de su familia. Todo era culpa de aquel mocoso nunca debió aceptarlo. Pero la compensación económica lo había segado. Ahora pagaba las consecuencias.

 

Aunque no lo admitiera estaba aterrado de lo que le sucedería al final de todo el proceso.

 

Intento dormir pero sus pesadillas no se lo permitía, simplemente el descanso ya no era parte de su vida y como todos los días pasados grita.

 

--- ¡Te callas o te callo maldito gordo.!

 

A pesar de las pruebas esperaba salir libre, de no hacerlo tener una condena mínima y en el peor de los casos una muerte digna.

 

Aunque el no sabia que sus verdugos nunca le dejarían tener dicha muerte.



Marjorie Dursley la hermana de Vernon se encontraba contrariada ante toda la situación, su hermano y eapaia en prisión por fraude y negligencia y su querido sobrino el galante Dudley en el hospital.

 

Había ido a ver a su hermano junto a un buen abogado, pero el abogado no se veía muy convencido de poder darle su libertad después de leer los cargos.

 

También visitó a Petunia pero su apariencia dejaba mucho que desear, estaba completamente acabada, eso si le rogó por que cuidara bien a su angelito.

 

Ahora se hallaba en un hospital donde se encontraba Dudley tenía la esperanza de poder llevárselo, pero le dijeron que tenía que asegurarse de poder cuidar a su sobrino.

 

Aquello era una estupidez.

 

Después de investigarla le dieron la noticia.

 

Ella no podía cuidar a un niño como Dudley.

 

Molesta exigió que le explicaran.

 

Una imagen vale más que mil palabras.

 

El niño que Marge Dursley vio no era su sobrino, tenía su apariencia, pero no era el.

 

Dudley Dursley fue ingresado a un hospital psiquiátrico, los médicos no tienen esperanza de que se mejore.

 

Ninguno de los Durley tendrian consuelo y descanso ese era el pago por dañar a un niño mágico.

 

Y como todas las noches desde que regresaron de su viaje, despertaron con grito que estremeció ambas prisiones y el hospital.



Un grito muy similar al que se escuchó en el colegio Hogwarts.

Notas finales:

Gracias por leerme.


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