Severus miraba al fuego recordando aquellas crueles palabras que le habían hecho, aun después de haberse casado con Tom seguía pensando que no era digno, suspiro mientras pensaba que al parecer su pequeño príncipe sufriría esas dudas.
Tom regreso de su reunión, siempre lo hacía por la chimenea de su esposo, así que encontrarlo mirando a la nada y jugando con su dije, le preocupo.
--Sev—exclamo mirando a su pareja, quien al verlo le regreso una sonrisa vacía.
Una sonrisa que odiaba con toda su razón.
Sin decir más palabras se acercó a abrazar a su pareja quien cada vez que volvía con sus inseguridades se aferraba a él como si fuera su tabla de salvación.
--Te amo mi príncipe.
Susurro para besarlo con ternura, dándole a conocer todos los sentimientos que tenía para él.
Tom termino sentado en el sillón y con su pareja en su regazo, Severus suspiro mientras se recargaba en el pecho de su esposo, aun con sus fantasmas e inseguridades este le amaba.
--Tú y Harry son lo más valioso para mí, no lo olvides—le dijo mientras besaba su frente.
Era cierto que no tenían muchos encuentros como pareja, con la intención de evitar que Dumbledore sospechara, pero juegos previos sí que tenían, así como momentos de ternura como ese.
Severus solo cerró los ojos con la intención de descansar y dejar de pensar tonterías, a pesar de la brusca separación sabía que se amaban, era un amor puro que había nacido de la convivencia que tuvieron en el pasado. Sonrió recordando aquel verano donde se enamoró por completo de Tom Ryddle.
Ninguno supo cuánto tiempo paso estando en esa posición, Tom sospechaba que su príncipe se había dormido en su regazo no sería la primera ni la última en hacerlo y a él le encantaba verlo dormir, sin preocupaciones, simplemente relajado, las noches de aquel verano donde pasaba y velaba el sueño de su príncipe, pensando una y mil formas de convencerlo de que se quedara a su lado, pero sin realizar ninguna, no quería quitarle sus sueños.
Con un movimiento de su mano conjuro un tempus para ver la hora, realizando una mueca ante el hecho de despertar a su ángel, debido a la hora.
--Maldito Dumbledore por obligarnos a asistir a la cena—susurro Severus.
Albus Dumbledore había dado la orden, de que el desayuno y la cena eran obligatoria para todos los profesores a menos de que tuvieran un motivo muy poderoso para evitarla.
--Creí que estabas durmiendo—exclamo enderezándolo y besando su frente
--No, simplemente me quise relajar—respondió con una ligera sonrisa
--Me dirás ¿Qué paso?
--Lo de siempre Tom, viejos fantasmas, mis recuerdos después de aquel verano
--Entiendo
Y era cierto entendía, recordaba haberlo visto tan perdido cuando llego, con miedo de que las habladurías, de aquellos que no permitían que otros fueran felices, fueran ciertas, porque el también temió que su príncipe realmente no lo amara, pero poco a poco aquel miedo desapareció, más el de su pareja no, ese era uno de los motivos principales por los que odiaba al anciano, provocarle esas confusiones al líder de las serpientes.
--Es mejor prepararnos para ir a la cena—menciono Tom mientras Severus se levantaba—te veré en el gran comedor
--¿No te cambias aquí?—cuestiono Severus un poco confundido
--Amor si me cambio aquí, no llegaremos a la cena—le respondió con un brillo que hizo que la pálida piel de Severus se sonrojara
--Tonto
--Sí, pero por ti—le susurro besándolo con ternura y pasión.
El rostro de su pareja después de él le hizo sonreír triunfante, adoraba dejar a su esposo con ese rostro.
--No tardes amor—le dijo para salir—definitivamente convenceré a Harry
El señor tenebroso ya había pensado en hacer que su pequeño se quede con los Malfoy y tener una semana de pasión con su esposo, una sonrisa lujuriosa pasó por su mente al recordar como tuvo a su pareja desnuda durante una semana después de su boda.
Severus sintió un escalofrió por la columna, mas no era un aviso de peligro sino muy similar al que tuvo cuando Tom le susurro al finalizar la boda. Recordando aquella semana se sonrojo.
--Oh Merlín dame fuerzas para soportar esa semana—susurro ansiando dicha semana sin saber exactamente cuándo sucedería.
Albus Dumbledore había terminado las cartas llenas de compulsión para Remus, era obvio que Black no le escucharía, pero si al estúpido lobo, mientras mantuviera al lobo de su lado Black también lo estaría.
Sus pensamientos se desviaron a su personal, Sprout y Flitwick seguían sin ser una amenaza, mientras estuvieran felices con esas zonas, Minerva seguía siéndole fiel, el problema radicaba con Snape.
Estaba seguro que aquella maldita serpiente se le estaba escapando. La presencia de Thomas Prince parecía ser el causante de la actitud distante de aquel hombre. Además aun recordaba como estuvo presente en el duelo de Augusta y Black y como de alguna forma apoyo al idiota.
Cruzo sus brazos pensando en cómo mantener al hombre a su lado y de pronto recordó aquellos rumores de los últimos meses del séptimo año, una sonrisa cruel apareció, era hora de recordarle algunas cosas al imbécil aquel.
La cena comenzó como siempre, la casa de los leones gritando como si se les fuera la vida en discusiones a voz viva, a excepciones algunas como los gemelos y Lee quienes susurraban sobre planes futuros, o Harry Potter y Neville quienes hablaban ignorando a lo demás. Los habían obligado a cenar en la mesa de los leones.
La casa de los cuervos con silencios que parecían ceremoniales, algunas conversaciones dispersas sobre temas de libros, más el silencio de una lectura era escuchada.
Los tejones hablaban animadamente pero a un tono moderado.
Mientras que las serpientes, simple y sencillamente cenaban con la clase a la que representaban.
Dumbledore observo aquello, pensando cómo hacer que las estúpidas serpientes fueran denigradas como en la época de los merodeadores, aquellos habían sido unos buenos tiempos. Su mirada se desvió a su espía y lo vio hablando con Prince, esa amistad era perjudicial para su bien mayor.
--Severus—exclamo interrumpiendo la charla entre la pareja—mi muchacho me gustaría hablar contigo al terminar la cena
--Claro director—respondió con su voz habitual.
Tom que había visto la molestia del anciano frunció el ceño, tramaba algo que perjudicara a su príncipe, y eso no lo iba a permitir.
Al finalizar la cena, Severus se dirigió donde el director con la intensión de terminar pronto y poder descansar, él también tenía una terrible sensación ante la citación, pero era el director así que no podía negarse tan fácilmente a menos que quisiera que sospechara.
Albus miraba la puerta esperando la llegada de Severus, hablarían de Voldemort y después trataría aquel tema.
--Director—exclamo entrando y mirar al anciano mientras sus barreras estaban en lo máximo
--Pasa, ¿un dulce de limón?
--No gracias, ¿que deseas?
--Algunos de mis informantes me han dicho que Voldemort está en Londres, logro resucitar y de alguna forma hechizo a Harry para que no mencionara nada
--Si así fuera ¿Por qué no me ha llamado? O ¿alguno de los demás?
--Me temo que eso no lo sé, no sé qué pueda tener en su mente retorcida—exclamo con tranquilidad, mismo que estaba tensando al príncipe de la oscuridad—quiero que vallas e investigues, cualquier rumor, sobre todo cualquier cosa de la muerte de Alastor
--El viejo murió por su paranoia
--Alastor era una piedra en el camino de Tom, por eso alguien lo mato, alguien con conocimiento de pociones—dijo mirándolo fijamente, la animosidad de Alastor a Severus y viceversa era muy conocida
--Director, cualquiera con un mínimo de neuronas sabe que las licoreras o petacas aun hechizadas permiten que la poción en cuestión se eche a perder y si no se hacen las limpiezas correctas el residuo de las pociones puestas en aquel artículo pueden causar conflictos
--Quiero que investigues sobre la muerte de Alastor, Severus
--Lo hare director—fue la respuesta de Severus--¿algo más?
--Sí, me gustaría que limitaras tus pláticas con Thomas Prince
--Director con todo respeto, lo que platique con Thomas es algo muy privado
--Lo se Severus, pero debes entender que yo me preocupo por ti y no quiero que te lastimen—exclamo mostrando su mejor cara de abuelo preocupado—he escuchado algunos comentarios incomodos que dice Prince, sobre ti, así como también sobre una apuesta de llevarte a su cama
Severus se tensó ante las últimas palabras, haciendo que Albus sonriera por dentro.
--Dice que el dinero prometido es suficiente para llevar a tan horripilante ser, según sus palabras, a su cama, creo que es una apuesta de mil galeones, por eso quiero que te alejes de él, no quiero que te lastimen
--¿algo más?—cuestiono el hombre de negro quien estaba completamente tenso
--No mi muchacho—respondió simulando una tristeza que no sentía.
Dumbledore lo vio salir y permitió que una sonrisa apareciera en su rostro, él era de la misma idea que la mayoría, solo por una cantidad considerable de galeones podría, alguien acostarse con el líder de Slytherin, aún recuerda sobre aquella apuesta en su quinto y sexto año, es una lástima que se hubiera dado cuenta antes de tiempo.
Severus salió dirigiéndose directamente a sus habitaciones, ¿Por qué Dumbledore había hecho eso? ¿Porque justamente ahora que sus fantasmas querían aparecer después de la plática con su pequeño?
Al llegar no noto que su hijo y esposo estaban presentes y que lo miraban preocupados
--¿Papa?—cuestiono mirando a su papa que parecía perdido, mientras lo abrazaba
--¿Harry?—interrogo mientras miraba aquellos ojos verdes que le miraban con preocupación, de pronto sintió que alguien le rodeaba --¿Tom?
--Shhh, estas en casa Sev—le respondió mientras besaba su frente—estas con nosotros
--Estoy en casa—susurro correspondiendo el abrazo de su hijo y acurrucándose en su esposo—estoy con mi familia
Tom guio al sillón a su esposo y Harry se acurruco a su lado, mientras pedía un té para calmar a su pareja.
Oh Dumbledore se estaba ganando a pulso muchas torturas para poder llegar al infierno.
Severus tomo él te que le ofrecían, sonrió ante el sabor del mismo y la calidez que le rodeaba y se sintió como un idiota al permitir que aquellos recuerdos lo perturbaran como lo había hecho.
--¿Papa?—pregunto Harry al ver como su papi se relajaba— ¿estás bien?
--Lo estoy, perdón por preocuparlos—le respondió con una sonrisa que tranquilizo a ambos—Dumbledore sabe que estas de regreso y que hechizaste a Harry, aunque no entiende por qué no has hecho nada aun, además me pidió que investigara sobre la muerte de Moody
--Ese idiota murió por su paranoia—exclamo Tom provocando una risa en su hijo
--Eso miso le dije, pero aun así quiere que investigue—dijo mientras se recostaba en su hombro—lo mejor es irnos a descansar fue un día un poco tenso.
Y así como lo hicieran dese que llegaron a Hogwarts, la familia durmió en la misma cama, Tom miro a su hijo y esposo dormir, sabía que mañana debería hablar con Severus de su plática, saber que lo había puesto en ese estado, pero por lo mientras los dejaría descansar.
Mientras aquello sucedida en el castillo, en la mansión Malfoy el matrimonio Lestrange había recuperado ya la conciencia, el primero en despertar fue Rodolphus, quien había comenzado a sentirse cómodo, en un lugar tibio y no un frio que calaba como lo había estado sintiendo en los últimos años, escuchando el sonido de aves trinando en vez de los gritos de desesperación o sus más amargos recuerdos, así que poco a poco comenzó a abrir los ojos encontrándose con un techo de un tono crema, se incorporó para verse en una habitación finamente decorada, no dudo en mirar a su alrededor, recordaba vagamente escuchar voces decir que los liberarían pero había pensado que era un sueño, pero al parecer no había sido un sueño, realmente habían sido sacados de aquel maldito lugar, no solo eso, sino también sentía su magia recuperada, así como fortalecida, frunció el ceño ante su propia magia.
Reconocía los hilos que tenía, el de su querido hermano, el de su amada, pero había un hilo que no reconocía, pero que por algún extraño motivo le traía un poco de calma e ilusión.
--Me alegra verte despierto querido amigo—exclamo la voz del patriarca Malfoy al hombre
--¿Lucius?, ¿qué? ¿Cómo?
--Nuestro lord regreso hace unos meses y su querido esposo se encargó de la poción para que se recuperaran
--¿nuestro lord volvió? ¿Cómo?
Lucius sonrió mientras comenzaba a contarle sobre lo que había sucedido, lo que había hecho el príncipe y como el año pasado se había llevado a cabo el torneo mismo que fue utilizado para el ritual donde el lord volvía.
--Eso significa que el pequeño está bien
--ahora está bien, pero el maldito de Dumbledore lo llevo con unos muggles que lo maltrataron, ya nos estamos haciendo cargo de ellos.
--Me alegra saber que el pequeño príncipe regreso a casa—exclamo con un tono melancólico recodando a su pequeño no nato y al pequeño de los Longbottom. Por lo menos su lord y pareja tenían la dicha de tener a su pequeño con ellos.
--En cuanto tú y los demás se recuperen lo conocerán, también debo contarte que Black esta libre, el lord lo ayudo.
--¿Por qué?
--Petición de su hijo—respondió mientras alzaba los hombros
--¿Qué más debo saber?
--Hay que esperar que Bella despierte, ya que una de las acciones de Lord Black los involucra, mientras le pediré a un elfo que te traiga algo de comer
Rodolphus asintió y se recostó sobre la cabecera, tendría mucho trabajo para recuperarse pero lo haría para poder estar a las órdenes de la pareja de la oscuridad, cerró los ojos para concentrarse en su magia, si, había tres hilos, dos que conocía y uno que le era desconocido, respiro, lo mejor era esperar hasta que Lucius le contara lo demás, algo le decía que la plática que había quedado pendiente hasta que su esposa estuviera a su lado tenía que ver con ese hilo.
Sin saber porque la imagen de un joven le llego y su magia brillo de emoción y reconocimiento.
Algunas lágrimas cayeron de sus ojos. Sabía que aquello era imposible, pero de ser real agradecía a la magia por el regalo que le habían dado.
Su querida Bella estaría completamente feliz por aquello.
El mayor deseo que les había sido arrebatado en el pasado, parecía cumplirse en ese momento.