Albus estaba molesto, el pueblo que tenía a aquellos que se habían atrevido a despreciarlo seguía de pie.
Sus pensamientos de que había olvidado algo, seguían, alguien había ayudado a ese pueblo, la pregunta era ¿Quién?
Tom miraba el fuego de la habitación, había dormido un rato en compañía de su esposo e hijo, pero ahora necesitaba pensar en los próximos movimientos, Dumbledore comenzaba a desesperarse y el hecho de mandar a Severus por información solo le daba un mal presentimiento.
El no quería que Voldemort apareciera, no por lo menos ese momento, necesitaba mantener tranquilo a Dumbledore
--Creo que mi “espíritu” deberá aparecer lejos de Londres.
Kingsley caminaba por los pasillos del ministerio, el encontrarse la existencia de dos grupos de mortifagos, de los cuales uno protegía a los inocentes, le hizo pensar en muchas cosas…
Había escuchado los rumores de que muchos aurores en la guerra habían matado a inocentes, el caso del pequeño de San Mungo fue muy sonado y poniendo en jaque a la comunidad mágica.
Un auror había matado a un niño y un mortifago había salvado al hermano de este, poco tiempo después Bellatrix la más sádica mortifago había hecho lo mismo con una mujer embarazada.
Desde Hogwarts le habían enseñado que los slytherin eran malos y crueles, pero si miraba los expedientes se encontraría con más muertes de supuestos mortifagos que nunca habían sido investigados a manos de aurores, los nombres de Alice y Frank se repetían constantemente.
Todo lo que había aprendido en Hogwarts se estaba desmoronado poco a poco, incluso la confianza con Dumbledore estaba desapareciendo, comenzaba a ver las cosas desde otra perspectiva.
--¿Qué debo hacer?
Se preguntó mirando a la nada.
Remus observaba como Sirius arropaba al pequeño, se sorepndio ante la rapidez en la que les habían dado la custodia, como no les importaba quien era, también lo que había descubierto después de su examen médico.
Sus pensamientos se alejaron respecto a lo que habían descubierto, la sensación de traición por parte de Dumbledore era muy grande, la confianza que le había dado y como había sido defraudado.
Sacudió la cabeza con el fin de no pensar más en aquello y el sabor amargo de la traición de quien considero un abuelo. Decidió enfocarse en lo que su amado quería hacer, ellos habían estado en orfanato donde los niños mágicos eran bien recibidos, había escuchado de hijos de muggles sacados de sus casas por maltrato, eso estaba haciendo la oscuridad ¿Qué estaba haciendo la luz? Nada
Lo que Sirius quería hacer, era lo correcto, su lobo estaba de acuerdo.
--Rem…
--¿Qué pasa Sirius’
--Eso es lo que quiero saber, ¿Qué pasa?
--Solo pensaba en lo que querías hacer
--Es lo mejor para todos Rem
--¿Te unirás a Voldemort?—cuestiono mirándolo a los ojos, pidiendo una respuesta real
--Si… si me uniré a él, luchare por nuestro futuro, por el de nuestros niños
--No te quiero perder—exclamo el lobo mirándolo
--No me perderás, hare lo que sea para vivir ese futuro soñado para ambos, por nuestros hijos
Sirius abrazo a su amado lobo, quien se aferraba a él, la incertidumbre de perderlo, aunque la guerra aún no se desatara, simplemente el miedo de perder lo poco que tenía le aterraba.
--Tranquilo Rem, tranquilo
El lobo de Remus sentía la ansiedad, así como también como el ambiente comenzaba a sentirse pesado alrededor de ellos. La sensación de la muerte rodeando de nuevo el lugar y amenazando su hogar como en el pasado.
El miedo de perder a su compañero era demasiado, sabía que no podría soportar de nuevo la separación.
--Shhh, todo estará bien amor, te lo prometo, no te volveré a dejar.
La noche cayo en Londres dejando que las personas descansaran, meditaran y se consolaran…
La calma antes de la tormenta estaba por terminar.