El mundo mágico estaba en una tensa calma, sus ideas respecto a los mortifagos y los héroes de la primera guerra, habían sido destruidos, ante las publicaciones del quisquilloso, así como también de la publicación de algunos documentos privados del ministerio.
Augusta, había sufrido las consecuencias de los actos de su hijo y nuera, al igual que ellos, si bien ellos no podían ser sacados de San Mungo debido a ser de una antigua familia y tenían derecho de estar en el lugar, ambos ya no eran cuidados como antes, había días en que los visitaba y estos no habían sido bañados en ningún momento y cuando reclamo, la enfermera la miro de forma aburrida y les lanzo un hechizo de limpieza, para después decirle que si quería bañarlos lo hiciera ella.
Ella también estaba sufriendo de acoso, le lanzaban hechizos sencillos, habían quienes le decían de cosas, simplemente ella ya no podía salir de su casa sin que la atacaran debido a los pecados que su familia había realizado.
Alguien le había dicho que debía pedirle perdón a los Black para que tuviera un poco de dignidad, lamentablemente ella era más orgullosa y nunca pediría nada, que a su parecer fue realizado de forma correcta.
Mientras caminaba por el callejón recibiendo insultos y hechizos de los que se protegía, le pareció ver a Bellatrix quien le sonreía de forma burlona, cuando se volvió para confrontarla se encontró con que no había nadie.
Bella había decidido salir junto a su hermana, con la intensión de distraerse y comprar el regalo para su hijo, su hijo, aquella palabra le sabia gloria pronunciarla.
La plática con Sirius había sido realmente esclarecedora, así como también había permitido que las viejas rencillas familiares desaparecieran.
Se permitieron llorar por su querido Regulus e investigar quien lo había asesinado realmente, porque Bella no creía que su lord lo hubiera matado, pero aun así debían investigar.
También, escucharon la historia del juicio y que Neville, su pequeño, había sido maltratado por la vieja Augusta, también se vengaría de esa mujer.
La sorpresa de las hermanas al saber del pequeño Teddy fue increíblemente grande, más cuando el pequeño en brazos de Lupin cambio su cabello al tono de Narcissa
Claro que ella y su esposo no dudaron en exigirle a Sirius que se casara con Lupin, ya con un pequeño de por medio, debían formalizar la relación, Sirius simplemente sonrió y dijo que estaba ya planeando pedirle matrimonio.
También se decidió durante aquella visita que pronto se presentarían con Neville en la próxima salida, Sirius le dijo que su pequeño estaba ansioso por conocerlos y que también estaba nervioso, por no ser digno de ellos, cosa que debían arreglar.
Así que ese día había decidido ir de compras, tanto para ella como para su esposo y el regalo que le darían a su pequeño, había escuchado una conmoción y decidió acercarse a ver de qué se trataba para ver como la vieja Longbottom era humillada debido a los crímenes de su hijo, dejo que su glamur callera, para que la anciana la viera, tal vez debería volverla loca.
--¿de qué te ríes?—exclamo Narcissa al ver la sonrisa de su hermana, una que le recordaba cuando hacia travesuras de niña
--Nada, solo pensaba que tal vez debería volver loca a la vieja momia de Augusta
--Tal vez, también deberías pedirle ayuda a Sirius, ya sabes que tan bueno era con las bromas
--Tienes razón, le voy a decir, ¿Qué debería comprarle a Nev?
--Según lo que nos contó Lupin es excelente con la herbologia, un libro sobre plantas, alguna planta extraña
--Creo que en la biblioteca de la familia de Rod hay libros especiales, iremos en cuanto podamos para sacarlo
--Es una buena idea, bien vamos por tus túnicas y después por algunos pastelillos
Su hermana asintió para después dirigirse a terminar sus compras.
Rodolphus estaba en su bóveda en gringotts, había terminado ya algunas de las diligencias que tenía con los gobblings, el traslado de la bóveda, de fideicomiso de Neville a la cuenta de su familia.
Grande había sido su sorpresa al ver que el chico no tenía mucho dinero en aquella bóveda, pareciera que el hermano de la urraca le robaba a su pequeño, por suerte los gobblings habían aceptado a quitarle cierto porcentaje a las bóvedas Longbottom con el fin de pagaran por el robo ocasionado a su hijo.
En ese momento se encontraba buscando el anillo de heredero para su hijo, el hecho de saber que la magia les había dado la justicia que nunca pidieron era algo que no esperaba, pero que le agradecía a Sirius de tomar aquella decisión.
Observo en aquella bóveda con la intención de descubrir algo más para darle a su pequeño, si bien se habían perdido quince años de su vida, estarían con él lo que el propio joven les permitiera, dándole todo lo que se mereciera pero sobre todo amor.
Después de su primera reunión, lo llevaría de compras, le comprarían cualquier capricho que este les pidiera, si él deseaba una tienda se la compraría.
Cuando leyó los artículos del quisquilloso nunca se imaginó que tuvieran apoyo, gringotts también le había informado, de algunas personas, también afectadas por aquel matrimonio le habían mandado alguna cantidad de galeones y que estas habían sido puestas en una bóveda temporal y ahora estaba siendo trasladada a su bóveda principal.
Su hijo sería feliz de ahora en adelante, de eso se encargarían ellos, toda la familia se encargaría de que aquello sucediera.
Encontró lo que buscaba y con una sonrisa lo tomo para después reunirse con su esposa y así poder preparar todo para cuando ellos se encontraran, darle aquella sensación de pertenencia que los tres necesitaban.
Porque la magia los unió, porque así debía ser.