Los gritos de los leones no se hicieron esperar, negándose a seguir a la serpiente.
--¡Silencio! --Grito el mencionado mientras miraba a los jóvenes—esto es algo que el fundador de su casa decidió, no se puede ir en contra de su fundador, de hacerlo sería su expulsión.
Los alumnos se callaron ante la advertencia de la expulsión.
--Deseo una reunión con todos los integrantes de la casa de los leones, ´para disponer de las reglas que se seguirán de ahora en adelante.
--Lo mejor es que nos retiremos a nuestras clases—exclamo con su suave voz Severus, haciendo que las serpientes salieran de forma organizada, al igual que el grupo de Harry.
--Esto es increíble—susurro Terry Boot mientras miraba como su profesora favorita miraba con odio a Thomas—debió haber sido la casa de Slytherin la que sufriera esto, no los Gryffindor, la casa maligna es de las serpientes—termino teniendo el apoyo de algunos de sus compañeros
--Es por eso que ellos tuvieron el juicio—exclamo de forma casual Luna—ellos se creyeron mucho y dejaron que lo dicho por otros fuera verdad, no siguieron las reglas de Lord Godric, los slytherin si siguieron las reglas de su fundador, lo más seguro es que sigamos nosotros
--¿Por qué crees eso?—cuestiono Anthony
--Por qué leemos durante el desayuno y en la comida, lady Ravenclaw nunca se lo permitió a las primeras generaciones
Con aquellas palabras se levantó para dirigirse a su primera clase.
--No vamos a aceptar a esa serpiente como nuestro líder—exclamo furiosa Granger—no debemos obedecer a ese usurpador
--Pero él dijo que era orden de Gryffindor y si no lo obedecemos seremos expulsados—dijo con temor Lavander
--Es mentira—fue la respuesta de Ron—ignoremos a esa asquerosa serpiente, obedezcamos a la profesora MacGonagall…
--¡ESTO ES INAUDITO!
Los cuadros solo miraron como Albus destruía su oficina ante las nuevas noticias.
--¡¿UNA ASQUEROSA SERPIENTE LIDEREANDO A LOS LEONES?!¡ES UNA BLASFEMIA!
--No lo es Dumbledore—exclamó Marian Smith—mucho antes de Phineas los líderes de las casas no necesariamente eran de la misma casa, mientras fueran los mejores en la materia principal, era suficiente, así que no te quejes
--Es lo mejor para los leones—fueron las palabras de Oswal Terence—los graduados de las ultima generaciones están muy contaminados debido a tu influencia, lo bueno es que tienen esperanza
Dumbledore miro con furia a los antiguos directores, desde que el colegio comenzara a despertar, como ellos lo llamaron, comenzaron a ser demasiado habladores, solo para recriminarle sus acciones.
Pomona y Filius se miraron durante el tiempo libre que tenían, lo que había pasado con Minerva era algo que nunca se imaginaron que podría pasar, desde los cambios para bien del colegio, ahí vieron que no todos sus alumnos entraban a las áreas, algunos podían entrar sin ningún problema, otros tenían ciertos problemas para hacerlo y algunos, como la mayoría de los Gryffindor no podían en lo más mínimo.
--¿Cómo saber que lo estamos haciendo bien?—cuestiono Pomona mirando a su compañero
--Me temo que no lo sabemos a ciencia cierta, lo único que se me ocurre es revisar el reglamento del colegio de forma minuciosa
--Eso y también sobre el juramento que menciono Thomas, yo no hice ningún juramento
--Yo tampoco y Minerva menos, deberíamos preguntarle a Severus
La mujer asintió mientras tomaba su te, con la preocupación de que pasaría con sus tejones.
El descanso había llegado y Tom se encontraba fuera de la entrada de la torre, la dama gorda lo miro y después de una ligera inclinación le dio entrada a la torres, no pudo evitar estremecerse ante la frialdad del lugar, en el lugar solo estaba su querido hijo y los que reconocía como dignos leones.
--¿y los demás?—cuestiono mirando a los que estaban en el lugar
--No lo sabemos
--No creo que vengan—exclamo Neville—no están de acuerdo
--Bien comencemos con las nuevas reglas.
Si bien los alumnos estaban un poco intranquilos debido a que la profesora MacGonagall nunca les había puesto limites, incluso los gemelos sabían que no tenían muchos límites.
Mas las reglas que estaba mencionado, les hacía sentir como niños pequeños, pero aceptaban que era lo correcto.
Un horario para levantarse, para acostarse, lo que deberían de comer, los grupos de estudio, también que clases les causaba problemas y las asesorías que tendrían, así como también conjuro una seria reglas, las reglas de la honorable casa de Gryffindor.
--Cambiare la contraseña, no quiero que le digan a sus compañeros la nueva, ellos deberán ir a pedírmela, así como también estarán cambiándolas cada semana, si sus compañeros no van a buscar la contraseña, le dejare órdenes a la dama para que les hagan una serie de preguntas para permitirles entrar, ¿alguna duda?
--los castigos que impuso la profesora como jefa ¿seguirán siendo los mismos?
--Me encargare de revisar los castigos, además de que ella tiene prohibido ponerles un castigo, yo deberé de imponérselos ¿algo más?
Al no haber más, se retiró dejándole las ordenas a la dama gorda quien asintió ante lo dicho por el hombre.
Horas después algunos de los alumnos que no habían estado en la reunión quisieron entrar
--¿Contraseña?
--Caput Draconis
--Lo lamento, esa no es la contraseña
--Esa era la contraseña esta mañana
--Tú lo has dicho, esta mañana
--La profesora no nos indicó que la cambiaria
--Esta mañana la profesora MacGonagall dejo de ser la jefa de la casa, el nuevo jefe fue quien la cambio, ve a pedirle la contraseña
--Es una serpiente
--Lord Gryffindor lo nombro, así que es el jefe, ve a preguntarle la contraseña a él.
--No esperare a que venga alguien más
--Espera sentado