¿Cuánto me costo haberme arrancado el alma?, ¿Cuántas lagrimas deje en la almohada de mi cama? Y tú, precisamente tú te presentas como un fantasma en la puerta de mi casa. Y no, no estoy dispuesto a darte entrada, no de nuevo.
Tuve que sufrir el frio de la ausencia de tu cuerpo. Para darme cuenta que sin ti no estoy completo.
Se que cometí muchos errores contigo, todo por seguir lo que yo creí que era mi camino.
Seguir una linda ilusión, una falsa quimera, ¡un gran traidor! Que cuando obtuvo todo lo que quiso de mi, desapareció sin dejar rastro alguno, como un fantasma producto de mi rica imaginación.
No pude imaginarme el daño que te había causado, hasta haberlo vivido, nunca podría haberlo imaginado, llegar así, a estar tan desesperado.
Si yo mismo quería sacar el dolor a través de las venas, arrancarme el corazón para que ya no doliera.
Dejar la mente en blanco, sin recuerdos, sin pasamientos, para ver si el sufrimiento disminuía, tal vez las lágrimas así pararían. Pero se sumaba el peso de mi culpa, el haberme dado cuenta tarde muy tarde el tesoro que deje ir, que tenia la felicidad completa, el amor que me entregabas a manos llenas, y que yo no pude valorar, por tener en la mente a alguien mas.
Y no es que le eche la culpa a el, yo estaba obsesionado con sus ojos color marrón, sus cabellos color chocolate y ese tono de su bronceada piel.
Pero a pesar de conocerlo, jamás creí que el Pegaso fuera tan cruel, hoy solo quiero recuperarte, mi ángel de cabellos esmeralda, hoy solo quiero abrazarte… y perderme en tu mirada.
No lo niego, estoy nervioso después de casi tres años de ausencia…pero tengo la esperanza que tu gran corazón me acoja, y que tu razón sea compasiva con mi pobre persona.
--¿Qué haces en la puerta de mi casa dragón?
--Shun…yo… yo…no… disculpa esto es muy difícil, he venido a pedirte perdón—poniéndose de rodillas frente al peli verde—Te pido perdón por todo el daño que te cause.
--Negando con la cabeza Andrómeda levanta Shyru del piso—Por favor no hagas esto, es muy vergonzoso, pasemos a la sala, tenemos mucho que dejar en claro—Estas palabras le dan esperanza al venido de los cinco picos, si saber realmente lo que le espera.
--Han pasado ya varias horas desde que el pelinegro ingreso a la casa-- ¡Shun ya llegue!—Dice un peli rosa con un marcado acento noruego dejando sus cosas encima de un sillón de tres plazas sin percatarse de que hay visitas.
--Bien venido Alberich—Levantándose el aludido a recibir al recién llegado dándole un suave beso en la mejilla—te presento a Shyru.
--Shyru el es Alberuch—Mucho gusto saluda el dragón lo mas educadamente posible.
--Gracias por recibirme Andrómeda, gusto en saludarte Megrez –Saliendo lo más tranquilamente posible del hogar de su amor ahora ya no correspondido, ¡por su culpa! ¡Por haber sido tan idiota como para dejarlo ir!, se recrimina mientras deja salir de nuevo las lagrimas, no volverá, se lo ha prometido… no lo lastimara de nuevo, así se muera de tristeza y soledad.
--Mientras en el hogar de Shun--¿Estas seguro conejito?—sí estoy seguro vikingo, no tiene por que saber que tu y yo solo somos amigos, estoy decidido a olvidarlo y ten por seguro que lo lograre, mientras abrázame comienza a hacer frio.
--¿No se como me meto en estos líos?—Es fácil, me quieres mucho, además hay algo de verdad en todo lo que le dije a Shyru--¿sí que cosa?—dándole un suave beso en los labios al dios guerrero--Que en este momento tu eres mi felicidad.