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Esperanza de amor por billieliebe

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Notas del capitulo:

!HALLO( hola)!

espero y disfruten del capi ya conteste sus comentarios

nos bemos mañana espero y pueda publicar más temprano sino hasta la noche.

KÜS.( un beso)

Capitulo siete.

 

 

 

Después de mucho pensar; en cómo darle una lección, a mi querido hermano Emmett y que de una vez por todas me deje tranquilo, ok, sé que Edward y yo no, nos medimos en eso de hacer el amor, pero nunca hemos dado espectáculos, como los de Emmett y Rosalie, que según sé por una fuente fidedigna, eran peores que conejos en celo, y se queja de mí, si como no, ya vera…

 

Bueno pues mi esposo y yo después de una noche estupenda, de hacer el amor acabando de correrte, me hizo una muy apetecible sugerencia, y nos pusimos manos a la obra: fuimos a un tienda especializada en sexo, bien grande y pedimos más bien encargamos, un anillo para el pene, de muy buena calidad y con muchos, peor muchos voltios de velocidad, para cierto vampiro… y una cosa más que yo hice que le instalaran sin que mi esposo se diera cuenta, ahora me leas pagaras muajaja.   

 

Era domingo por la mañana y había pasado exactamente un mes desde el dichos encargo, estaba tan ansioso de ver su reacción, que casi me frustro yo mismo, cuando el timbre de la puerta de entrada sonó, corría a abrir la puerta con mi mejor sonrisa, el chico repartidor me miro y su corazón latió con mucha violencia, sus mejillas se sonrojado y tartamudeo al hablar.

 

-          ¿Se… se… se…ño… ño… ñor E….mme…tt Cu…llen? , te…te…tengo un pa… pa… paquete pa…ra us… us… usted – dijo sonrojado tartamudeando de solo verme jaja.

-          No. Lo siento no soy el ¿pero puedo recibirlo si desea – le dije con una sonrisa más grande.

-          Está bien – logro decir sin titubeos pero las manos le temblaron al darme la hoja que debía de firmar de recibido – firme aquí por favor señor – me miro interrogante

-          Cullen, señor Cullen soy esposo…- me interrumpió

-          Gracias que lo disfrute su esposo – se marchó con la mirada baja y yo reí internamente.

-          Emmett  - grite te mandaron algo

-          ¿Qué es Jake?

-          No lo sé es de Rosalie a ver deja ver la tarjeta dice:

 

“Mi amor póntelo espero  y te guste mi regalo es para nuestro disfrute” te amo Rosalie póntelo.

 

¿Qué es Emmett? Déjame ver – me queje, mientras escondía mi sonrisa diabólica – esta noche cuñadito me las pagaras.

 

Se fue con su paquete, más rápido de lo que uno dice hola. Sonreí al checar en mis bolsillos el control remoto del juguetito.

 Mis amigos hoy vendrían a la casa, Embry, Quill, Shet, y Liah, estábamos viendo tele y comiendo frituras cuando Emmett bajo con una cara de culpabilidad y perversión, que lo delato ante mis ojos,  accione el aparato en el nivel medio, un suave masaje me dije, a los pocos minutos llego Rosalie, junto con Alice, Esme y mi hija,  andaban de compras en el súper, mi marido bajo, uniéndosenos en el sillón y me guiño un ojo discretamente, luego llegaron Carlisle y Jasper, que andaban de casería, puse el control al máximo, miraba a Emmett retorcerse y sudar – literal – moverse torpemente y mirar a su esposa con pasión.

Baje la velocidad, luego la subía la velocidad, la cara de Emmett, era un poema, su satisfacción hizo que gruñera y todos lo miramos con cara de interrogación, y él se meneaba en el sofá, simulando embestidas leves y discretas, mientras miraba a su esposa con perversión, se chupaba los labios y la seguía con la mirada, a la vez que se tocaba con disimulo, Edward y yo nos mirábamos con complicidad, mientras Rosalie ni cuenta se daba del estado excitado de su marido, que se mostraba en sus pantalones y él ni cuenta  sedaba, estaba como en un trance disfrutando del regalo de su “esposa”, y  por estar en su momento de placer, nosotros conteníamos la risa, Carlisle y Esme lo miraban con  desaprobación por mi hija que estaba ahí y el dando su espectáculo, yo seguía bajando y acelerando la velocidad del apara tejo este, disfrutando de como todos lo mirábamos y el excitado ahí, no dándose cuenta de que esto no era un juego sino un venganza justificada claro.

-          ¿tío Emmentt por que tus pantalones suenan  y te sobas? – pregunto la voz de mi hija, con su voz de campanillas de viento inocentemente

-          ¿Mis que… suenan? – dijo el con una cara de no entender nada conteniendo, un gemido de placer.

-          Porqué a tu tío le duele y le están dando una sobadita con un aparatito – dije yo burlándome de Emmett y su cara de confusión – ya vez cómo es se lastimo en medio de las piernas y yo como buen hermano le compre algo…., me miro con enfado a la vez que nuevas oleadas de placer le recorría el rostro.

-          Tú me compraste que  aaahhh

-          Emmett está caliente – dijo Shet soltando una carcajada.

-          Y adolorido, mucho – dijo Liah – tanto que se queja pobre Jake alivia su sufrimiento 

-          Yo creo que Rosalie le debe de ayudar con su dolorcito – dijo Jasper. 

 

Todos estallamos en carcajadas, por la cara de Emmett y eso no, podía parar de reír y los demás  igual, mi niña con su inocencia nata le pregunto:

-          ¿Ya no te duele tiito o quieres que mi papi te compre otro aparatito para el dolor? – más risas y la cara de vergüenza de Emmett me hicieron el día

-          Te lo advertí, que  me las pagarías  - le dije jugando con el control remoto del anillo de Emmett mientras me miraba con ojos suplicantes que acabara con su martirio, trataba de no gemir y eso se marchó para su cuarto yo aumente la velocidad y el llego al orgasmo con un fuerte grito, cuando apenas subía las escaleras y nosotros nos reímos más.

 

Sabía que esta me la cobraría tarde o temprano pero no me importo mucho y más cunado Rosalie me pido el control para jugar ahora ella con su marido…

 

Hoy era sábado por consiguiente no escuela, solo mi familia, y un día de casería, mi querido esposo. estaba con mi suegro y los demás haciendo investigaciones y planeando un viaje a sur américa, por lo cual yo debería de dejar mis estudios, para poder salvar a nuestra hija de una muerte temprana, Esme me acompaño, ya que ella se ponía mal con eso, le dolía tanto no poder ayudar a detener el crecimiento acelerado de su nieta,  Renesmee estaba en mis brazos, salto y atrapo en el aire un copo de nieve nos lo enseño le sonreí, regreso a mis brazos se negaba a comer hizo una mueca que era la copia exacta de una de su padre.

Le di un beso en la frente, mi suegra nos miró.

-          Vamos, si quieres me convierto en lobo para ver si me ganas – le dije con ánimos  

-          No, es que no me gusta quiero, la donada, pero… si mami te voy a ganar a un alce grandote – me dijo riéndose – abuelita ¿verdad que yo le gano a mi mami las presas más grandes? Quiero la donada si abuelita

-           Si tienes razón eres rápida,  ¿No tienes sed?, porque yo si, anda a ver si le ganas a tu abuela- Esme se  fue y mi hija se fue tras ella con una mueca de reproche

 

Me quede atrás, desabroche mi camisa y mis pantalones, me desnude y di paso al lobo, los busque, no estaban tan lejos, corrí de vuelta por el lugar que era una punta de una flecha, en eso lo vi un color platinado que no debería de estar me quede estático ante la mira escrutadora de ella, era una de los del clan de Denali, no sé cómo se llama, solo sé que es una de ellas, por el color dorado de sus ojos, me gruño y salió despavorida, deshice la transformación, me vestí a toda  prisa y salí corriendo a donde estaban Esme y mi hija, hable a toda prisa con ella, que se encargó de llamar a Edward y Carlisle para que vinieran, en cuanto llegaron, mi Ed me abrazo a su cuerpo dejando a la niña en medio de nuestro cuerpo, nos mandaron de vuelta a la casa donde permanecí inquieto abrazando a la niña algo de esto me dio mala espina.

 

-          ¿Qué paso?¿ la encontraron? – pregunto Esme, angustiada

-          No, la seguimos pero… - contesto Carlisle.

-          Hay lo siento yo creo que me vio de seguro es mi culpa – dije con culpabilidad – creo que, me reconoció soy el que le causó la muerte a su novio, pero es que…

-          No mi amor esto no es tu culpa – me dijo Ed abrazándome – ALICE ya déjala

-          Es que… - dijo Alice mirándonos con mala cara.

-          Mami no me vas a llevar con el abuelito al picnic de noche – me dijo  mi niña triste

-          Este yo no sé nena es que… - mire a todos con ojos soñadores.

-          Vayan así yo veré si puedo… - comento Alice tocándose la cabeza.

-          Lo siento tanto de veras no la conozco pero creo que ella si me gruño, si es la novia de ese, pues lo siento, si quieren me disculpo con ella cuando la encuentren, no quiero problemas con sus amigas.

-          No es tú culpa vamos se les ara tarde y nuestra hija quiere ir con tus amigos que la consienten mucho, más Shet, creo que acabara con ella, el me agrada

-          A mi igual pero no se no es imprimación – aclare  o no sé.  

Empaque una bolsa, ahora ALICE me compro una bolsa, como de mujer enorme, donde puse un suéter para mi niña el celular y una manta por si acaso, me puse una chamarra de cuero negro, tome a la niña, la deje en el asiento del copiloto, mi esposo metió las dos bolsas una con comestibles frituras y muchos dulces, un pastel y un pay de queso enorme, y  mi bolsa le di un beso en los labios.

-          Mi amor ve de casería, yo no tardo, si amor ve no quiero verte mal – le di un beso casto – me hubiera gustado que fueras con nosotros, pero ya sabes: no las reglas.

-          Amor claro pero… está bien, vayan tratare de comunicarme con Tanya

 

Me subí a mi coche, conduje repasando todo lo que paso hoy día y pensando que algo me daba mala espina en este asunto, en la zona de la reserva  bajé la velocidad, conozco  a los polis de aquí, tendiendo trampas a diestra y siniestra a los turistas, con tal de sacarles unos buenos dolores por dejarlos ir sin  una multa, llegue a mi casa, estacione el coche, no hacia frio, le puse a mi niña un suéter  por si acaso, metí la manta en mi bolso lo tome cargue  la niña, tome las bolsas con comestibles, camine con todo para la sima de la colina,  donde el fuego llameaba al cielo oscuro, todos estaban ya ahí, mi padre en el medio sentado en su silla de ruedas, Sue a un lado y el viejo Quil al otro, Sam junto a ellos, Emily con una libreta, Embry, Quil, Jared y su novia, Paul, mi hermana, Shet, Lia me dejaron un espacio junto a ella y lo agradecí internamente,  todos sentados en el piso formando un circulo, los chicos me miraron y comenzaron con las bromas: “no te sientes a favor del viento” “ puaj Jacob  apestas ” “tu sí que tienes fiesta todos los días eh” ¿Cómo puedes sentarte Jake? ¿no te da vergüenza que tu hija sé de cuenta? y eso me reí,  mucho,  les gruñi un poco, pero me agrado que me sigan tratando como yo, me acomode al lado de mi hermana, le di lo que traje, mi niña se acomodó en mis piernas acurrucándose, deje mi bolso a un lado antes de que me hicieran más bromas por el dichoso accesorio que mi cuñada me hace usar.

Todos comimos, ellos mis amigos como locos yo solo comí tres salchichas y unos dos vasos de cerveza sin alcohol, y una rebanada de pastel de chocolate que yo traje, le di un poco de betún a mi Renesmee me dijo que eso sabia horrible me reí. De ver su cara de asco al tragar el betún era como si se comiera eses.

-          No sabe tan mal, bebé – le dije tomando su carita.

-          Sabe horrible como a popo o a lodo podrido ¿Cómo te lo puedes comer, como todos se lo comen como si supiera bien?  - me dijo tocando mi rostro mientras negaba con la cabeza.

-          Bueno nena, ellos son humanos, bueno casi todos y eso es lo que comen y a nosotros nos sabe muy rico a un que a ti te guste más la sangre espero que cuando seas mayor le des una oportunidad a la comida

-          Iuh mami no.

 Mi padre se a claro la garganta para comenzar a contar, y nosotros dejamos de hablar y pusimos atención al relato de mi padre. De como la tribu se estableció en esta bahía, de la prosperidad de la tribu y después continuo hablando de como el primer jebe de la tribu fue quien utilizo la magia para salvarnos – mi hija me toco la cara diciéndome que su abuelo era como ese primer jefe y que su voz denotaba poder y autoridad, como la mía, asentí con la cabeza – mi padre continuo con la historia de la tercera esposa.

-          Mami tengo miedo ella no es como nosotros – me dijo con su útil don mostrándome una imagen de una mujer hermosa como su tía Rosalie solo que con ojos rojos y mala.

-           No mi cielo pero nadie te dañara – la abrace a mí , no debes de temer, yo también tengo ojos rojos, es más tus abuelos, tíos y tu papi, también los tuvieron y no somos malos ¿verdad? – le conteste bajito en un susuro  

 

Mi padre termino la historia mostrando la bolsita desgastada y ennegrecida por el paso del tiempo, que lleva al cuello, todos ya sabíamos esa historia,  pero aun así  el miedo te recorre la espalda, mi hija miro, con unos ojos desmesuradamente abiertos, la bolsitas y me abrazo con fuerza escondiendo su cara en mi cuello, la abrace ante la mira de preocupación de todos.

 Las historias siguieron, mi niña se durmió en mis brazos, la acomode en ellos tapándola, mala idea mis amigos vieron mi bolso  y más burlas.  Sobre mi bolso, unos cuantos me lanzaron besos soplados y guiños de ojos, para luego estallar en carcajadas

-          Ok bueno chicos ya basta – dije molesto levantándome – nos vemos luego hasta luego pa ya es tarde y…

-          Ok anda ve tu marido debe de estar a punto de venir por ustedes – dijo el a modo de respuesta

-          Ni lo digas nos vemos chicos, Sue, señor Ateara – me despide no sin antes gruñirles a mis amigos

 

Camine rápido de regreso  a la casa, me subí al auto acomode a mi hija arranque, conduje  con las luces apagadas para llegar lo más pronto a casa, ya extrañaba a mi Edward, quería estar en  sus brazos de solo pensarlo apreté el acelerador, estacione el auto baje.

Estaba tan feliz, entre en la casa, me quede  ahí parado, mire a mi cuñada estaba ahí frente de mi, sin moverse, como si algo malo pasara, deje a mi niña en el sofá la acomode, vidrios rotos y flores,  esparcidos por el suelo de madera clara y pulida, me acerque a mi marido lo bese a modo de saludo con la ilusión de un largo beso apasionado, ya después lidiaría con las burlas de Emmett a un sigo sin saber cómo vengarme de todas las bromas que me hace, pero él no me correspondió, me quede en shock.

-          Edward ¿Qué pasa amor ya no…- le pregunte a punto de llorar.

-          No, Jake algo anda mal – me dijo Rosalie – Alice tubo una visión de lo peor los vulturi vienen

-          ¿Otra vez? ¿ahora que quieren? – le pregunte a Rosalie

-          No lo sabemos amor, solo sé que todos vienen, por nosotros, todos, la guardia completa y las esposas, no entiendo a qué se debe, Irina fue la que… - dijo Edward perdiéndose de nuevo en sus pensamientos y a mí me llagaban horribles imágenes de ellos matando, aniquilando a mi familia y amigos…

-          Ella me vio a mí,  como humano y luego como lobo, es mi culpa. mi culpa – dije abrazándome a él  - ella esta resentida con eso por eso nos a cuso, por mi culpa por ser un lobo o porque noto mi olor mezclado en armonía perfecta con el de ustedes.    

-          Amor no creo que sea eso es algo más – comento mi marido

 

En eso recordé algo, una conversación con Bella, estábamos en su cama ella dormitaba sobre mi pecho y yo acariciaba su enorme vientre, mientas los demás andaban de caza y otros esperaban la sangre nueva para ella. Tenía poco que sabíamos cómo evitarle más sufrimiento, y poder salvarlas a ambas era lo mejor, todo comenzaba a estar en orden. 

-          Sabes: –me dijo con voz adormilada – tengo miedo de dormir Jake

-          ¿Por qué? ¿tienes pesadillas Bella?

-          Si unas que me aterran y es sobre ellos, sobre los vulturi – me aclaro – vienen por nosotros y yo no puedo protegerlo no puedo ver cómo me lo quitan y lo destruyen no puedo salvar a mi hijo de ellos.

-          Tranquila cielo eso nunca pasara, ellos nunca vendrán por el mejor trata de descansar

-          Gracias

-          De ¿Qué?

 

 

Me separe de mi esposo y corrí a donde estaba mi hija me arroje sobre ella cubriéndola con mi cuerpo que temblaba, los ojos se me llenaron de lágrimas…

 

-          No vienen por mí – dije con la voz rota – ella siempre lo supo, Bella tenía razón, que es lo que temen y que destruyeron díganme ¿cuál es el tema tabú de ellos, por lo cual murieron tantos?, Irina no les conto sobre mi sobre un chico lobo, sino sobre una niña que es más que humana que…

Edward me abrazo, cubriéndonos con su cuerpo, tratando de calmarme, lo mire con ojos llenos de miedo, de perder todo lo que amo, de perder a mi nueva y ampliada familia, a mi hija, a mi marido, a todos por un  maldito error si tan solo…

Notas finales:

Gracias por leer y comentar


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