Ya habían pasado siete años desde ese fatídico día en que todo su mundo se vino abajo, todo por un error, y lo más doloroso era que él no había hecho lo que se veía en aquella fotografía… aunque si no hubiera sido por ese encuentro con la sangre pura él no hubiera conocido este hermoso sentimiento.
Su cuerpo y su alma separados para mantener ambas vidas en este mundo, tal como se lo explico Cross, si no hubieran hecho eso su hija Tsubaki o el hubieran muerto y para él estuvo bien, después de todo no todo era tan malo, no necesitaba comer o ir al baño, bueno en realidad si quería mantener su cuerpo debía hacerlo, pero el hecho de atravesar paredes y desparecer y reaparecer a voluntad eran claras ventajas, gracias a eso podía cuidar a la niña de sus ojos sin problemas.
-Ne mama… tengo sed… ¿debo esperar hasta mañana?- pregunto la chica dudosa jugando con sus dedos, como si lo que estuviera diciendo estuviera mal
-Tsu-chan, soy tu padre- la reprendió el peli-plata levantándola delicadamente para subirla a la cama y sentarla en sus piernas- pero no te preocupes puedes tomar la que quieras- agrego ofreciendo su cuello con tranquilidad
Quizás eso era lo más complejo de su estado, debía tener cuidado de cuanta sangre le daba a Tsubaki sin que su cuerpo que estaba a unas habitaciones se dañara, después de todo ella era hija de un sangre pura y necesitaba una gran cantidad para estar sana, además ella solo podía beber de su sangre porque su cuerpo rechazaba otros tipos de sangre y las pastillas
La niña era consciente de esto y solo bebió lo suficiente, luego se separó un poco y lamio la herida para sanarla, para luego levantarse y darle un beso a su “mama” en la mejilla. Luego con risa traviesa salió de la habitación, de seguro que se iba a desayunar, puesto que una parte de ella también era humana y necesitaba de esa comida
Se dejó caer sobre la cama, debía buscar una más pequeña, esa cama de dos plazas con dosel era mucho para una niña de seis años, pero en fin dormiría un poco necesitaba energía para ir de casa esa noche
Se levantó aterrorizado, había revivido esa pesadilla otra vez, ese estúpido día en que hecho todo por la borda, se llevó las manos a la cabeza y atrajo las rodillas a su pecho ¿Por qué su tortura no terminaba nunca?
-Oni-sama ¿tuviste una pesadilla?- pregunto la castaña entrando a la habitación de golpe
-…no, no te preocupes Yuki- contesto este tratando de parecer tranquilo, miro a su alrededor algo dormido ¡mierda se durmió de nuevo con la ropa puesta!- ¿ya desayunaste?- desviar el tema era mucho mejor por ahora
-¿eh? Claro que no, sabes que me gusta desayunar junto a mi esposo- contesto está saltando sobre el mayor abrazándolo por la espalda y enrollando sus piernas en una de las de su hermano
-Si….- dijo este quitándosela de encima lo más rápido que pudo y saliendo por la puerta, esa niña sique podía ser molesta ¿Por qué se había casado con ella en primer lugar? Vivir con ella era un infierno, siempre tenia que estar alerta de lo contrario la chica se le tiraba encima insinuándosele sin pudor alguno, en especial ahora que quería tener un bebe
Paso por la cocina y pidió que le llevaran algo de café a su despacho, y luego salió rápidamente a él para encerrarse de una vez, Yuki no entraría allí, pues era lo único que tenía prohibido hacer en la mansión Kuran, eso y no entrar en su cuarto cuando el dormía.
-¿Otra mañana de locos?
-Ya es costumbre
-Mmm… cuando termine con estos papeles puedo irme a casa ¿verdad?
-Si, por el mes completo- contesto cayendo rendido sobre su escritorio, notando como el rubio le miraba con una sonrisa en los labios- pareces más contento de lo normal- acuso con una sádica sonrisa
-Sip, porque ya termine el papeleo y puedo irme a mi casa, nos vemos Kaname-sama- dijo con una cara de notoria felicidad, haciendo una reverencia mientras dejaba los papeles en el escritorio del puro y salía de la habitación
Kaname vio cómo su amigo y empleado se iba, el noble siempre le había acompañado a pesar de que el resto le dio la espalda al saber lo que él le había hecho a su pequeño cazador y no los culpaba, él hubiera hecho lo mismo en su lugar.
De cierta forma le alegraba la presencia de Takuma cerca de él, ese tipo siempre estaba feliz a pesar de que lo hiciera trabajar tres semanas seguidas en la cual el no podía ver a su familia, le agradecía desde el fondo de su corazón todo lo que hacía por él, pero a era tarde para él, ya había perdido todo lo importante para él, ya no tenía nada por lo que luchar, había cometido más errores a lo largo de esto años haciendo todo mal, se casó con su hermana tratando de encontrar su felicidad en a de ella, pero Yuki era tan exigente con su cariño, el entendía que ella le amaba, pero para el solo era su pequeña hermanita y le dolía mucho intentar llevarle lo contrario (sin contar algunas cosas que por amor propio no le daba)
Suspiro profundo recostado sobre su sillón, definitivamente el solo se había metido en todos esos líos y nadie vendría a recatarlo, además se lo merecía, merecía pagar todos esos castigos
“Pero si lo pudiera ver una vez más, pedirle perdón… yo sería feliz”
Zero bajo a la sala de estar buscando rastro de algún ser vivo, no le costó nada encontrar sus tres sobrinos que jugaban en un rincón
-Haru, Kazuo, Souta ¿a que juegan?- pregunto acercándose a ellos
-Buenos días papa Zero- dijo el más bajo de ellos- estamos terminando la tarea para ir al parque
-Mama no nos dejara salir si no la terminamos- rezongo el mayor, ese era Haru
El más pequeño le mostro el cuaderno con los apuntes que debían tener, ninguno estaba bueno, pero al menos hicieron el esfuerzo. Zero se sentó junto a ellos y comenzó a corregirles con tranquilidad, los niños se acercaron y le pusieron atención a su tío que les explicaba con paciencia cada problema, a él no le importaba que se equivocaran después de todo solo tenían 7 y 5 años y les hacían estudiar materias que el conoció a los 15 años, por cierto los tres niños son muy apegados a Zero puesto que viven bajo el mismo techo… y había que asumirlo Ichiru no era bueno cuidando a sus tres hijos, el mayor, Haru, un pequeño de cabellos plata y ojos azul cielo tenía un año más que Tsubaki y los gemelos Kazuo y Souta ambos de cabellos rubios y ojos amatistas aún tenían cinco, eran muy niños y su “madre” no les tenía mucha paciencia aparte de que Takuma no estaba mucho en casa como para ayudarle a criarlos.
-Tadaima- se escuchó por todo el lugar al sentir el portazo de la puerta principal, para cuando Zero entendió que se trataba de su cuñado los tres niños, incluyendo a Tsubaki, se le estaban colgando del brazo- ¿Cómo están pequeños revoltosos?- pregunto este con cariño mientras los niños le respondían
-Es molesto estar aquí cuando hay tanto vampiro cerca
-Esta no es tu casa puedes irte cuando quieras- respondió Zero a la sarcástica afirmación de su amigo
-Tú tienes trabajo, así que yo llevare a tu guardería al parque
Zero solo se limitó a sonreír, sabía que a Kaito le encantaban esos niños a pesar de que fueran vampiros, además de que siempre que podía venía a verlos, dejándole bastante tiempo libre para ir al trabajo
Para cuando Kaito sintió la corriente fría que recorrió su cuerpo, el peli-plateado ya había desaparecido del lugar
Mientras tanto en alguna parte alejada del mundo, donde la noche reinaba sobre el día, el cazador se ponía en marcha para capturar a su presa. Según había entendido solo era un grupo de niveles E, nada de qué preocuparse, con una sola bala de su Bloody Rose destruiría a más de la mitad. Y con un golpe certero podía encargarse de los demás, su trabajo era sencillo
Miro a su alrededor en busca del rastro de aquellos vampiros, pero el espeso bosque no le dejaba mucho para observar, además si se le agregaba la parte de que estaba muy oscuro y apenas los rayos de la Luna eran capaces de colarse por pequeños rincones su búsqueda se complicaba aún mas
Recorrió una pequeña parte de la zona, sus sentidos se habían agudizado al máximo, se movía por instinto silenciosamente a través de aquella arboleada, pero aun así no encontraba nada ¿acaso se estaban escondiendo? ¿O este no era el lugar indicado?
Aburrido de esperar tomo una rama de un árbol y corto su muñeca con ella, en seguida un líquido platinado comenzó a brotar de la herida, el aroma metálico de la sangre se esparció por el ambiente, solo bastaba quedarse quieto y sentir las presencias de esas sanguijuelas y podría atacar
No pasaron más de cinco minutos antes de sentir a un pequeño grupo que se acercaban a toda velocidad, los espero atentos a sus movimientos en la oscuridad, fijo su vista entre los arbusto a su derecha y apunto en esa dirección, espero pacientemente hasta ver a tres vampiros nivel E, todos ojerosos y agresivos lanzarse sobre él, y sin dudarlo dos veces comenzó su pelea.
Patada a la izquierda, puñetazo a la derecha, disparo al frente, esquiva arriba y todos sus perseguidores estaban hecho polvo en el suelo
-Estoy fuera de practica- se lamentó rascándose la nuca, hace mucho que no luchaba con grupos grandes pero no podía negar que la adrenalina recorriendo su cuerpo le relajaba bastante
Camino un par de metros para comprobar terreno, dándose cuenta de otra presencia en la zona, pero esta era distinta, no era esa sensación de descontrol que le presentaban sus anteriores víctimas. No, esta vez la soledad y tristeza, además de la presencia le inundaban los sentidos, estaba claro que no era lo mismo, miro a ambos lados para comprobar que sus sospechas eran correctas, viendo como de la espesa arboleada se erguía una prepotente cabellera castaña que se acercaba a paso veloz hacia él, parando en seco cuando el cazador estuvo en su rango de visión
Un grito ensordecedor salió del extraño que levantando su dedo índice apuntando horrorizado a su expuesto cuello
Zero miro confundido la zona señalada, pero no pudo hacer nada al sentir unos fuertes colmillos que rasgaban su piel para robarle su líquido vital. Volvió su vista al extraño que gritaba incoherencias tratando de ayudarle, repitiendo que se defendiera del vampiro que le estaba drenando
-Calma- susurro con voz serena, mirando nuevamente a su agresor que ahora se retorcía agonizante en el húmedo suelo- la sangre espiritual es veneno para un vampiro… lo sabes ¿verdad?- agrego mirando a la joven con ternura mientras le daba el golpe de gracia a esa criatura descontrolada
-Pe… pero ¡te mordió! Yo lo vi ¡se supone que iba a matarte!- grito la chica saltando completamente asustada sobre el cazador, pero cayo de bruces al suelo al atravesar el cuerpo insustancial de Zero- ¿y que mierda te paso? ¡¿Por qué pareces un fantasma?!
-Porque soy un fantasma- se rio el chico ayudando a levantarla – y si te lanzas así lo más probable es que te rompas la nariz contra el suelo, aunque pude haber reaccionado antes- se disculpó ofreciéndole un pañuelo para que se limpiara- por cierto ¿Qué haces aquí Yuki?
-Olía a sangre…- dijo la chica con aire infantil, mientras se arreglaba sus desordenada ropas y hacia un puchero- si hubiera sabido que era tu igual hubiera venido, no te veo desde hace seis años y tu tenías una panzota del porte de seis pelotas de playa… era obvio que reaccionara así
El peliplata sonrió, su “hermanita” seguía siendo tan inocente como en antaño aunque las cosas no pudieran volver a ser como antes le alegraba poder conversar con ella
-Igual me alegro de verte de nuevo- agrego con cariño
A pesar del extraño ambiente que les rodeaba comenzaron a ponerse al día en estos años de separación, Yuki le hablaba de todo lo bueno y lo malo que le había pasado, su matrimonio con Kaname /aunque Zero lo supo en su último encuentro) su vida en la mansión Kuran y todas las actividades a las que estaba obligada a ir como la Kuran que era, pero cuando se aburrió comenzó a pregunta r por él bebe que ella no había visto nacer y por supuesto por la extraña condición en la que estaba el ahora
-Son problemas genéticos- le aclaro Zero con sencillez- si no lo hacían me moría yo con mi bebe en el mismo parto, pero no es la gran cosa
-¡¿Cómo que no es la gran cosa?! ¡Pareces un muerto! Atraviesas paredes, vuelas y ¡no puedo tocarte!
-Cálmate, trata de verlo de la buena manera… aunque aún no tengo idea que haces aquí…
-Yo estoy haciendo ejercicio- dijo con tranquilidad- quiero aprender a tener más resistencia y en un intento de tele transportación termine aquí… y menos mal que te encuentro porque no tengo idea como volver a mi casa- dijo algo avergonzada
-Puedo llevarte hasta el centro ¿te sirve de algo?
La chica asintió encantada colgándose del brazo del chico pidiendo ayuda, siendo prácticamente tele transportada de manera perfecta hasta el centro de la ciudad donde ellos Vivian, lástima que vivieran en polos opuestos de la ciudad, tal vez por eso no habían podido mantener el contacto
El chico le pregunto si tenía como volver a casa, ella le dijo que no se preocupara, sabia como volver y tenía los medios para hacerlos, no parecía ya preocupada por los extraños acontecimientos que vivió hace poco, incluso lo acepto muy rápidamente como para ser verdad, se veía serena y tranquila, pero de vez en cuando demostraba su preocupación por el peliplateado. Estaban despidiéndose cuando la chica lo volvió a jalar del brazo y le miro de forma angustiada, Zero no comprendió tan repentino gesto
-Zero…- tartamudeo la chica bajando la mirada y soltando su amarre- sobre oni-sama… yo…
-No te preocupes- le corto el cazador revolviendo dulcemente sus largos y castaños cabellos – no me interesa saber nada de él… y si es por lo de su matrimonio… tú te lo ganaste limpiamente- agrego viendo como la chica le agradecía en silencio pero a la vez conmovida con el cazador, pero aun así volvió a preguntar
-¿Hay… alguien más?
-Mi vida está centrada en mi hija, ese tipo de amor es algo que está olvidado en esta forma
La chica trato de insistir, pero Zero se fue casi de inmediato, excusándose con que tenía cosas que hacer, ella le vio alejarse lentamente con lo que le pareció ver lágrimas en aquellos orbes amatistas, tuvo el impulso de seguirlo nuevamente, pero se contuvo por respeto a su primer y único amor…