Enamorado de mí hermano
CAPITULO II: ~Buscando Soluciones~
La mañana del sábado había llegado finalmente, como estaban en pleno verano el sol brillaba con todo su esplendor a esa hora de la mañana.
Los rayos del sol se colaban por las ventanas de la habitación haciendo que se iluminara por completo aquel lugar. La luz del sol le daba por completo en el rostro del joven pelinegro quien se removió un poco sobre la cama abriendo sus ojos al sentir aquella calidez sobre su rostro.
Ese día lo tendría libre, por lo que podía levantarse tarde si así lo deseaba, y así lo hizo, cuando despertó ya eran más de las 10:00 a.m.
Frotó un poco sus ojos con sus manos, levantándose de la cama mientras se estiraba un poco dirigiéndose al baño para tomar una ducha.
Al llegar al baño se quedó viendo su reflejo en el espejo, sus ojos estaban rojos y tenía unas grandes ojeras bajo ellos debido a que no había podido dormir bien la noche anterior.
Se desvistió completamente y entró a la ducha. Después de una larga ducha de agua caliente salió de la ducha secándose un poco con una de las toallas para luego atarla a su cintura dejando su pecho descubierto, se cepilló y luego volvió a la habitación abriendo el armario para buscar algo de ropa.
Como no tenía pensado el salir ese día se puso lo primero que encontró en el armario, se secó un poco el cabello con la toalla para luego peinarse un poco y por último ponerse los lentes para dirigirse a la cocina.
No tenía mucho apetito y por la hora ya todos debían haber desayunado por lo que simplemente fue por un tazón con cereal y volvió a su habitación para comer mientras veía la televisión.
~~*~~
Tsubaki se encontraba en la sala recostado en uno de los sofás mientras leía uno de sus libretos cuando escuchó como alguien tocaba el timbre.
— Ya voy… —Resopló levantándose del sofá para ir a abrir la puerta. — ¿Sayuri? ¿Qué haces aquí? —Intentó ocultar su desagrado al ver a la joven que se encontraba frente a él.
— Buenos días Tsubaki-san —Saluda la joven con una sonrisa en el rostro — Vine a buscar a Azu-chan… ¿Está en casa?
— Si… Azusa está aquí… —roló un poco los ojos disimuladamente — Pasa… — se hizo a un lado para que la joven pudiera entrar a la casa cerrando la puerta después de que lo hizo — Azusa está en su habitación…
— Muchas gracias Tsubaki-san — sonrió nuevamente la joven mientras subía las escaleras dirigiéndose a la habitación de Azusa.
— ¿No le basta con verlo en el trabajo? Ahora lo vine a buscar hasta la casa — Bufó con cierta molestia dejándose caer acostado nuevamente sobre el sofá cubriendo sus ojos con su brazo — Últimamente Azusa ha estado muy desanimado y solo quiere hablar con Sayuri… —murmuró para sí mismo— Y también hace todo lo posible por alejarse de mi… —suspira levemente— ¿Habré hecho algo malo? Sea lo que sea le pediré una disculpa…
Tsubaki se sentía mal porque su hermano en un corto periodo de tiempo se había vuelto diferente, ya no era la persona animada que siempre sonreía y le gustaba ayudar a los demás, ahora tampoco le gustaba salir ni hablar con nadie que no fuera Sayuri.
Sayuri,.. Aquella joven no le agradaba para nada a Tsubaki, aunque debía admitir que era una joven bella, su cabello era un tanto ondulado y le llegaba hasta la cintura, sus ojos eran de un profundo color rojo carmesí al igual que su cabello, era un poco baja de estatura y una persona muy amable y entusiasta.
Hacía poco había comenzado a trabajar con Azusa ya que ambos trabajaban como seiyuus para el mismo proyecto, pero a pesar de que Sayuri y Azusa se conocieran desde no hacía mucho tiempo ellos se comportaba como si se conocieran de toda la vida, cosa que hacía enfadar a Tsubaki, pero no entendía el por qué.
~~*~~
— ¡¡Azu-chan!! —Entró felizmente Sayuri a la habitación de Azusa.
— ¿Sayu-chan? —Giró su rostro para ver a la joven mientras hablaba con la boca llena ya que aún seguía desayunando mientras veía la televisión, tragó lo que tenía en la boca dejando el tazón de cereal en una mesita que estaba cerca de él — ¿Qué haces aquí? No me digas que ya tienen el libreto para el nuevo capítulo y se les ocurrió que trabajáramos hoy —Suspiró al pensar en la posibilidad de que tendría que ir al trabajo, ese día no estaba de ánimos para ir a trabajar
— No Azusa, hoy no hay trabajo — Rió levemente la joven al ver la actitud del pelinegro — Venía porque quería invitarte a salir… y no aceptaré un no por respuesta.
— Créeme que te lo agradezco mucho Sayu-chan, pero ahora no tengo ánimos como para salir, lo único que quiero ahora es pasarme el día tirando en la cama leyendo algún libro o viendo televisión. —Le sonrió levemente a la joven por sus intenciones.
— Azusa, te dije que no aceptaré un no por respuesta —Se acercó al armario sacando un poco de ropa tirándosela al pelinegro— Ahora cámbiate rápido, te espero afuera —Sonrió Sayuri saliendo de la habitación dejando solo a Azusa para que pudiera cambiarse.
— De verdad que es necia —Rió levemente mientras comenzaba a desvestirse para luego ponerse la ropa que la pelirroja le había dado, una vez que terminó de hacerlo se peinó y salió de la habitación — Listo, ya podemos irnos —Le sonrió a joven que se encontraba en el pasillo.
— Así está mejor —Sonrío la joven al verlo salir — Ahora vamos —Tomó la mano del pelinegro mientras corría hacía la salida de la casa para salir de aquel lugar.
Pasaron por la sala donde Tsubaki aún se encontraba leyendo su libreto, pero al escucharlos correr alzó un poco su vista frunciendo un poco el entrecejo al verlos correr de la mano.
— ¡Tsubaki! ¡Vuelvo para la cena! —Informó Azusa riendo mientras salía corriendo de la casa aún sin soltar la mano de Sayuri.
— ¡Azusa! —Llamó Tsubaki a su hermano, pero él ya no pudo oírlo — Estaba riendo… —Murmuró para sí mismo al recordar que Azusa estaba riendo cuando iba corriendo de la mano con Sayuri.
Tsubaki se dejó caer acostado en el sillón, estaba frustrado…. Frustrado ver haberlo visto sonreír por estar junto con esa joven, mientras con él en ese tiempo no había logrado que Azusa sonriera ni siquiera mínimamente.
Había algo que lo hacía sentir enojado, y creyó que se sentía de aquella forma al ver a su hermano junto a aquella joven que no era de su agrado, sea lo que fuera sentía la necesidad de alejar a aquella joven de su hermano, sin embargo no lo hacía ya que era la única persona que de un tiempo atrás hasta ese momento que lograba hacer que Azusa sonriera verdaderamente y no fingiera hacerlo, no podía alejarla de él porque no quería dejar de ver sonreír a Azusa, era por eso que prefería morderse la lengua y no hablar.
~~*~~
Azusa y Sayuri habían pasado todo el día juntos, habían ido al cine, fueron al zoológico, pero antes de ir a todos esos lugares lo llevó a comprarle ropa nueva y a cortarse un poco el cabello ya que al haber entrado en aquella depresión había descuidado bastante su cabello y ya estaba comenzando a crecer más de lo que debía.
Por último había ido a un enorme campo de girasoles que había a las afueras de la ciudad, ya que era bastante tarde pudieron ver como el sol se escondía, aquella vista era simplemente hermosa, el sol se ocultaba poco a poco perdiéndose en el horizonte, el cielo había dejado de ser azul y se había teñido de colores rojizos y amarillentos, las nubes parecía enormes y esponjosos algodones de azúcar mientras poco a poco una que otra estrella iba apareciendo en el cielo adornando el firmamento.
Aquella sin duda era una vista digna de una postal, era verdaderamente hermosa aquella vista que estaba ante sus ojos, ambos jóvenes observaban aquello con fascinación y una sonrisa en el rostro sin despegar la vista del cielo.
Sayuri giro su rostro sonriendo un poco al ver la sonrisa de Azusa, alzó un poco su mano acariciando la levemente la mejilla del pelinegro haciendo que este cerrara un poco los ojos al sentir las leves caricias en su mejilla que le daba aquella joven.
— Azusa… me duele el verte así… —Murmuró la pelirroja sin dejar de acariciar la mejilla del pelinegro.
— ¿Así como? —Giró un poco su rostro para verla preguntando algo confundido.
— Así como estás ahora… sonríes pero no eres feliz… —Al escuchar aquello Azusa simplemente bajó un poco la vista — Es por Tsubaki ¿Verdad? Es por él que estás así…
— ¿Eh? No… no es por él… —Intentó sonar lo más creíble que pudo, sin embargo aquella joven lo conocía bastante bien y sabía que no le creería.
— Ya veo… ¿Te ha hecho algo malo? ¿Han peleado por algún motivo? —Seguía preguntando pero simplemente obtenía como respuesta una leve negación con la cabeza por parte del pelinegro — Aún no te le has confesado y el idiota te ha lastimado sin haberse dado cuenta... —Al escuchar aquello el cuerpo de Azusa se tensó levemente ya que había acertado, mientras la joven al ver su reacción tan solo suspiró levemente
— ¿Cómo lo sabes? —Se atrevió a preguntar Azusa levantando la vista para ver a la pelirroja que estaba frente a él.
— Te conozco muy bien como para no darme cuenta de lo que te sucede… además Tsubaki a veces puede ser demasiado ingenuo por lo que intuí que aún no se ha dado cuenta de lo que sientes hacía a él… —Suspiró nuevamente mientras apartaba el cabello que cubría el ojos del pelinegro para así poder verlo a los ojos acariciando su mejilla.— Azusa… sabes que yo te adoro… eres una de las únicas personas en las que yo puedo confiar… es por eso que me duele verte así… de un tiempo para acá has dejado de ser tú… —suspiró levemente— Ya no eres la persona que se pasaba sonriente todo el tiempo, descuidaste tu imagen… ya no de arreglas como antes… sonríes pero no eres feliz… aunque los demás no lo noten sé qué lloras en silencio… incluso ese característico brillo de tu ojos a desaparecido… ya no quiero verte así Azu-chan…
— Lo siento Sayuri... pero no puedo evitar el estar así… no sabes lo horrible que se siente el tenerlo tan cerca de mi pero no poder decirle lo que siento porque sé que el ya ha encontrado a otra persona, no sabes lo difícil que me es el controlarme para no abrazarlo y decirle que lo amo, porque sé que si lo hago seguramente se alejará de mi más de lo que ya lo está ahora… no quiero eso… no quiero… no quiero sentir esto que siento… ¿Por qué no pude enamorarme de otra persona que no fuera mi hermano? ¿Por qué tuvo que ser de Tsubaki? —Los ojos de Azusa se llenaron de lágrimas mientras Sayuri lo abrazaba para intentar calmarlo un poco.
Ambos jóvenes creyeron que estaban solos en aquel lugar, pero estaban equivocados… había alguien más además de ellos 2, sin embargo ellos no se habían percatado de su presencia.
— Vaya… así que es él quien te tiene de esta manera… quien iba a pensarlo Azusa… —Murmuró para sí mismo mientras se alejaba del lugar para no interrumpirlos y evitar que se dieran cuenta que se encontraba allí.
Luego de varios minutos Azusa se había calmado un poco y había dejado de llorar mientras Sayuri secaba levemente con un pañuelo sus lágrimas.
— Azusa… debemos pensar en algo para que dejes de estar sufriendo… —Dijo Sayuri con voz firme.
— ¿Qué podemos hacer? No digas que declararme porque ya es demasiado tarde como para hacerlo, eso debí haberlo hecho desde hace mucho, eso ya lo sé… —Suspiró levemente el pelinegro.
— Vete de la casa… Aléjate por un tiempo de todo y de todos para poder aclarar un poco tu mente… —Aconsejó Sayuri tomando las manos de Azusa.
— ¿Eh? — Fue lo único que pudo articular Azusa ya que nunca había considerado la idea de irse de su casa, sin embargo ahora que lo decía no parecía tan mala idea…
Continuará…