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La no tan normal vida del cazador por Allure

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Notas del capitulo:

Ni Supernatural o sus sensuales personajes me pertenecen y escribo esto sin animo de lucro o algo asi...jajaja

 

Mis disculpas por no haber actualizado este fic pero mi computadora me ha estado dando algunos problemitas...lo siento!!

Castiel se apareció en el justo instante que Dean levantaba un arma y le apuntaba a Gabriel, el ojiazul se quedo mirando al rubio intentando comprender que era lo que estaba pasando pero al mirar a la espalda de la rubia pudo ver a su pequeña hija mirándolo fijamente. El ángel no podía decir que conociera demasiado sobre los bebes pero estaba seguro que Mary no se veía tan grande cuando se marchara mientras la pequeña dormía.

— ¿Mary…ella está bien, Dean?—tras el Gabriel se movió inquieto, ellos sabían cuan inútil era eso, pero algo debía estar molestándole demasiado a su humano para que estuviese apuntándole al otro rubio— ¿Por qué quieres dispararle a Gabriel?—

—Cass, sal del camino…este jodido dejo con vida a la maldita bruja que quiere comerse a nuestra hija y ahora quiere llevarla con ella—Castiel estaba más que acostumbrado a las explosiones de mal humor del cazador cuando descubría que alguien le ocultaba algo—no dejare que ni siquiera intentes acercarte a ella—

—Se que eres un idiota pero no es necesario que metas en eso a Mary, yo no la dañare ni dejare que Adira lo haga—el rostro del arcángel mostraba bastante enfado, Castiel sabía bien que si Gabriel quería llevarse a su hija podía hacerlo sin esforzarse demasiado—es probable que eso sea el primer indicio de algo más grande, dame una oportunidad—

—No lo creo…me canse que me mientan, te guardaste para ti el hecho que la perra esa aun estaba con vida—dejando salir un suspiro de cansancio, Gabriel chasqueo sus dedos y al instante el cuerpo de la mujer se transformo en el de un hombre— ¡maldita sea, Gabriel!—

—Ya estaba cansado de esa voz tan aguda, mira sé que no he estado actuando tal como tú quieres…pero ¡sorpresa! no soy lo que nadie se espera y créeme…no quiero serlo—el arcángel comenzó a pasearse por la habitación ignorando las miradas que Sam estaba lanzándole—Adira es una vieja amiga, no sabía que ella estuviese detrás de tu embarazo hasta hace muy poco y fue algo que me tomo por sorpresa a mi también—

—Como sea, no dejare que te lleves a mi pequeña—Dean no se amilano ante la mirada que el otro rubio le dio—quizás solo estemos exagerando—

—Dean…creo que deben ver esto—la voz de Sam les hizo voltear a mirarlo y su mandíbula por poco no toco el suelo cuando vio que su “pequeña” hija había vuelto a crecer, por más que se dijera que eso no podía estar pasando era más que obvio que algo estaba pasando, algo que parecía iba a salírsele de las manos—sé cómo te sientes por la mentira de Gabriel—recalco aquello mientras miraba con el ceño fruncido al arcángel—pero ninguno de los dos sabe que hacer por Mary…esto podría ser perjudicial para ella—

—No, no, no…Mary, esto no puede estar pasando—murmuro mientras aceleraba el paso y cogía a la niña entre sus brazos, Castiel se acerco con el ceño fruncido mientras tomaba entre sus dedos la mano de su hija—Cass, haz algo…no dejes que nada le pase—

—No sé que esta pasándole, Dean, creo que debemos confiar en Gabriel. Es lo único que se me ocurre—el rostro del ángel no mostraba emoción alguna pero Dean sabía que estaba igual o más preocupado que el—ella es una nephilim también, es probable que pueda ayudarnos—

— ¡No puedo creer que estés diciendo eso! Es ella la responsable de que todo esto este pasando, es muy probable que todo sea un plan para que nosotros le entreguemos en bandeja de plata a nuestra hija—el rubio lo miraba con la furia y el miedo perfectamente mezclados en su rostro, Castiel quería rodearlo con sus brazos y protegerlo de todo mal pero también el estaba pensando en lo mismo—escúchame bien, Cass…yo no dejare que Gabriel se lleve a mi pequeña—

El arcángel iba a acercarse a Dean cuando el ojiazul se interpuso entre ambos, Gabriel se quedo mirándolo unos segundos antes de desaparecer de la habitación. Al verlo Sam se acerco al lugar en el que el rubio estaba parado y volteo a mirar a Castiel con una pregunta escrita en su rostro.

—Debe estar abajo—dijo el ángel antes de abrazar a su pequeña familia contra su pecho, Sam se quedo unos segundos mirándolos, con el corazón apretado por lo que su hermano y Mary debían pasar ahora, ninguno de ellos se merecía eso y aunque fuese lo último que pudiese hacer por ellos Sam se aseguraría que todo terminase bien, aunque eso significase suplicarle a la mujer que estaba entrometiéndose entre el hombre que amaba y el.

Camino hacia la escalera pensando en todo lo que había pasado desde que se enterara de la existencia de Mary y en como su relación con Gabriel se convirtiera en lo que era ahora, todo estaba entrelazado de una forma que llegaba a asustarlo por la intensidad que sus sentimientos estaban alcanzando, casi sin darse cuenta comenzó a correr hacia la escalera y bajo los escalones de dos en dos en un intento de llegar lo antes posible al primer piso donde esperaba encontrar al hombre que se había metido tan profundamente en su corazón que le hacía daño. Se detuvo abruptamente cuando lo descubrió de pie en el salón, mirando a través de la ventana, su espalda temblaba y la expresión de su rostro era algo que le rogo al cielo no tener que volver a ver por lo menos dentro de mil años, las palabras murieron en su garganta al recordar lo que su hermano dijera sobre como el ángel había perdonado la vida de la mujer con la que estuviese durante trescientos años, las dudas comenzaron a hacer presa de él mientras un montón de preguntas aparecían en su cabeza ¿el era algo mas para Gabriel?¿aun quería a esa mujer?¿lo quería a él solo físicamente?...sintió como sus ojos se humedecían y llevo una mano a su boca para detener el sollozo que sentía enterrado profundamente en su garganta, quiso retroceder, quiso jamás haber conocido la felicidad que conoció entre los brazos de Gabriel, quería gritar, quería llorar…pero lo que más quería era que el ojidorado como siempre le dijera que estaba pensando demasiado y que mientras se lo decía lo abrazara.

Por fin sus pies le obedecieron e iba a huir de la sala cuando se dio cuenta que el arcángel ya no se encontraba en donde le viera, cerró los ojos dejando que las lagrimas fluyeran libremente, Gabriel debía de haberse ido con la mujer dejándolo allí llorando por la relación que para el significaba la vida misma y que en cambio para el inmortal solo era un juego más, le dolía el pecho de la misma forma en que lo hiciera cuando perdiera a Jessica, dio un paso atrás y su espalda choco con algo solido, iba a voltear en el instante que unos cálidos brazos lo rodearon acercándolo al pecho de quien estaba seguro ya no se encontraba allí, no quería darse vuelta y que Gabriel viera el desastre en el que supuso su rostro se convirtiera, pero decirlo fue muchísimo mas fácil que impedir que el ángel usara su enorme fuerza y lo obligara a voltearse.

— ¿Por qué estas llorando?—su suave voz se deslizo por sus oídos dejándolo sin defensa alguna, escondió el rostro como pudo y se obligo a guardar silencio— ¿es mi culpa, verdad?—

Sam se aferro con más fuerza a él deseando que guardara silencio y que solo lo abrazara, no se sentía con ganas de pensar en respuestas.

—Mis hermanos mayores…ellos siempre han dicho que no sirvo para mantener una relación de ningún tipo…de amistad o de amor, ellos creen que soy demasiado egoísta—la voz de Gabriel le estaba rompiendo el corazón, se oía como un niño pequeño al que le han dicho que no importa lo que haga jamás llegara a cumplir ninguno de sus sueños, quería golpear a quien se hubiese atrevido a decirle eso a su ángel—he hecho tantas estupideces en mi vida que estoy a punto de comenzar a creerles…si Mary resulta herida o si ella…—

— ¡No lo digas! Ella estará bien, recuerda que estás hablando de una Winchester—por fin consiguió el valor para poder mirarlo directamente y lo que vio hizo que su corazón doliera, la expresión en el rostro del rubio era de autentico dolor, se inclino hacia él y deposito un suave beso en sus labios deseando que el volviese a mostrarle una de sus maravillosas sonrisas—Mary estará bien…llévame con esa mujer para pedirle que nos ayude—

— ¡No hare tal cosa! Adira no es precisamente alguien que vaya a ayudarte a cambio de nada, ella exigirá algo a cambio y estoy muy seguro que involucrara que alguien muera—Gabriel no confiaba en la nephilim, después de todo había pasado junto a ella demasiado tiempo, el suficiente para darse cuenta de su enorme odio hacia el cielo y que era a causa de ese mismo odio que todo comenzara— ¿sabes porque ella hizo que tu hermano pudiera embarazarse de Cass?—

Sam lo miro confuso, ciertamente no estaba seguro cual fuera la razón por la que Adira hubiese trazado su plan pero desde que lo pensara la primera vez, una explicación le había estado dando vueltas en su cabeza y era la única respuesta que se le ocurría. Gabriel lo miro a los ojos y le ofreció una sonrisa forzada.

—Si ella devora a Mary podrá aumentar sus poderes…no estoy seguro como se entero de la relación de esos dos pero hizo que tu hermano se embazara y ahora nos está obligando a pedirle ayuda—Gabriel apretó un poco mas sus brazos alrededor del cuerpo del castaño al verlo palidecer—los nephilim cometieron demasiadas atrocidades y fue a causa de eso que mi padre decidió borrarlos de la faz del planeta, Adira debe haber devorado a algunos en el pasado y eso podría explicar que aumentara sus poderes—

— ¿Qué haremos entonces?—Sam dejo que su frente descansara en la del arcángel y soltó un suspiro cansado— ¿Qué tal si Mary no deja de crecer? si eso pasa ella…—

—No va a pasarle nada, encontraremos una solución—Gabriel busco los labios del humano con los suyos, lo beso con cariño agradecido de que Sam no se negara a besarlo después de enterarse de lo que sucediera entre él y Adira—te quiero…siento haberme comportado como un animal en celo pero cada vez que te toco siento que puedo prenderme en llamas—

—Me asusta dar ese paso aun…pero necesito que sepas que te quiero mucho—esta vez fue el turno de Sam de unir su boca a la suya—vayamos con calma, recuerda que aun no hemos encontrado la solución a lo que esta pasándole a nuestra sobrina—

—Me encanta cuando dices “nuestra sobrina”, me dan ganas de tirarte sobre el sofá y…—

—¡¡Gabriel, trae tu jodido culo aquí!!—

Ambos se miraron entre si y apenas Sam aparto las lagrimas de su rostro, el arcángel los hizo aparecer a ambos en la habitación donde se encontraban Dean, Castiel y la pequeña Mary, sin embargo, nada más ver la forma en que su hermano sostenía entre sus brazos a su sobrina hizo que la sonrisa desapareciera de su rostro, el mayor estaba sentado en el suelo con Mary en su regazo. Sam se acerco a ellos notando que Castiel ya no se encontraba con ellos, aunque toda su atención se dirigió a la niña en el regazo de Dean, Mary se veía como una niña de al menos 4 años ahora, los ojos de la pequeña no mostraban emoción alguna y su mirada estaba clavada en el techo.

— ¿Dónde está Castiel?—el humano se sentó al lado del rubio y acerco una mano a la mejilla de la niña que ni siquiera pestañeo ante su toque—ella ha vuelto a crecer—

—Apenas Castiel la vio hacerlo…el…—Sam sabia que algo muy malo estaba pasando, el rostro de su hermano mostraba tal sufrimiento que por poco no lo estrecha entre sus brazos, sin embargo , sabia cuanto le molestaban esas demostraciones de afecto al rubio así que se limito a poner una mano en su hombro—¡maldita sea, Cass!—

— ¿El fue a buscar a Adira, verdad?—Sam salto en su lugar al oír la pregunta de Gabriel, volteo a verlo descubriendo su expresión asesina— ¡Dean!—

— ¡Si…el muy estúpido se marcho diciéndome que encontraría la forma de salvarla!—

—No puede ser…eso es exactamente lo que ella quiere—Gabriel se acerco también y se agacho para mirar mejor a la niña—ustedes quédense aquí…iré por el—

— ¡Infiernos, no! Voy contigo, me canse de jugar el papel de la dama en apuros, además, es la vida de mi hija la que está en juego—rápidamente el cazador se incorporo y apoyo a la niña en su hombro antes de salir del cuarto en dirección a la escalera—Bobby, cuidara a Mary mientras nosotros enviamos al infierno a tu amiguita—

Gabriel rodo los ojos cuando Dean abandono la habitación, sabía muy bien que la única forma en que el rubio no intentara ir en búsqueda de Cass era que estuviese muerto y eso era precisamente lo que Gabriel debía impedir a toda costa.

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La mujer sonrió cuando el cambio del aire a su alrededor cambio, señal inequívoca que un ángel se había aparecido tras ella, pero estaba segura que no era el rubio y con una sonrisa de satisfacción se volteo para encontrarse con los ojos azules del hermano menor del arcángel.

—Es un placer poder vernos cara a cara al fin, Castiel—

— ¿Cómo puedo salvar a mi hija?—

 

 

Notas finales:

Continuara...


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