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La no tan normal vida del cazador por Allure

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Notas del capitulo:

Ni Supernatural o sus personajes me pertenecen y no tengo afan de lucro...o como se diga esto...

hahhaha!

Esa mañana Chuck había salido de la cama con uno de sus usuales dolores de cabeza, no estaba seguro a qué hora se había quedado dormido pero eso no era lo que se encontraba en su cabeza ahora. Mientras descansaba, una visión lleno sus sueños pero tal y como había estado sucediendo desde hacía algunos días, esa visión se vio extrañamente borrosa. Bostezando se sentó en la orilla de la cama y mirando a su alrededor se dio cuenta que si no limpiaba su habitación pronto no podría hallar su cama.

Bajo la escalera con paso cansado y se dirigió directamente a la cocina para encender la cafetera, mientras esperaba que su café estuviera listo fue en búsqueda del periódico de la mañana. Con otro gran bostezo se agacho en el porche para recoger el periódico. Leyó los titulares entretanto regresaba a la cocina para buscar la taza de café que lo devolvería a la vida y justo cuando iba a dar el primer sorbo al oloroso líquido, alguien comenzó a golpear insistentemente la puerta de su casa.

-¡Ya voy, ya voy!-grito mientras se dirigía hacia la puerta principal antes que quien se supone estuviera del otro lado la derribara. Nada más abrir la puerta y ver a quien se encontraba en su porche, Chuck supo que ese día no sería tan corriente como él lo había esperado.

-Necesitamos tu ayuda- el hermano menor de los Winchester se encontraba allí, mirándolo fijamente. Chuck iba a decir algo cuando se dio cuenta que Sam llevaba cogida de la mano a una pequeña niña que lo observa oculta tras las piernas del cazador-Mi hermano ha desaparecido y tú eres el único que podría saber dónde se encuentra—

—N-No sé de qué forma pueda saberlo, Sam, mi cabeza no funciona como un oráculo al que pueda preguntarle cosas. A propósito ¿Quién es la niña?—Chuck se agacho para mirar mejor a la pequeña que se asomó lo suficiente para que el pudiera apreciar un poco más sus facciones—vaya… ¿Qué tenemos aquí? Eres muy bonita, cariño—

—Es mi sobrina: Mary; es la hija de Dean—eso sí que tomo por sorpresa a Chuck. Dean no era precisamente el tipo de hombre que formara una familia, estaba muy seguro de eso pues había escrito sobre gran parte de su vida. Sin embargo, allí estaba su hija para probar que el cazador podía comportarse como cualquier hombre.

— ¿En dónde está su madre? No me parece seguro que la niña te acompañe en…ya sabes las cacerías—Chuck pudo ver mejor a la pequeña Mary cuando está ofreciéndole una sonrisa tímida se atrevió a abandonar su escondite tras las piernas de su enorme tío. La niña tenía los ojos más impresionantes que recordara haber visto alguna vez en su vida—no parece hija de Dean…digo, ya sabes cómo es el—

—No te preocupes, la verdad es que todos le hemos dicho lo mismo. Aún no sabemos cómo Mary es su hija siendo tan linda—Sam se inclinó y levanto a la niña entre sus brazos—anda, Mary, dile hola a Chuck—

—Hola, soy Mary…Winchester—murmuro rápidamente antes de esconder su rostro en el cuello de su tío.

— ¿Qué sucede contigo? Normalmente estarías corriendo de aquí para allá preguntando para que sirve todo—Sam le hizo cosquillas a la pequeña que separándose un poco de él se  quedó mirando fijamente a Chuck— ¿Qué pasa, Mary? ¿Hay algo malo con él?—

—Él está brillando…mi papa también brilla y tiene alas, pero él no tiene alas—Chuck podría asegurar que los ojos de Mary estaban emitiendo un brillo blanquecino. Había visto ese tipo de cosas durante sus visiones, sin embargo, a los únicos que viera hacerlo fueron demonios que… ¿demonios?—quiero a mi papá, tío Sam—

—Él está ocupado, debes ser una buena niña y el vendrá de inmediato ¿quieres ver televisión?—la niña asintió pegada a su cuello, Sam devolvió su atención a Chuck quien se hizo a un lado para que ambos entraran. El cazador camino directamente a la sala, en donde se hallaba la televisión y la encendió, busco algún programa para niños y deposito a la niña en el sofá más cercano—ahora quédate aquí, tengo algunas cosas que hablar con el señor ¿bien?—

La niña no dijo nada, toda su atención se encontraba en la pantalla de la televisión. Sonriendo Sam se giró para mirar a Chuck que había mirado toda la escena en silencio. Con un gesto para que el otro lo siguiera, Sam, se dirigió a la cocina y se apoyó en una de las encimeras. El profeta se quedó viéndolo unos segundos antes de acercarse a la cafetera y hacer una segunda taza de café que le ofreció a Sam.

—Gracias, de verdad necesitaba una—con un gesto de alivio, Sam se bebió casi de un solo trago el líquido. Después de beber el café, llevo la taza al fregadero y lo dejo allí antes de voltearse hacia Chuck que se había sentado frente a la pequeña mesa de la cocina, tenía varios papeles frente a él, la mayoría de ellos se veían llenos de arrugas. Sam cogió uno de ellos y le echo un vistazo— ¿estas intentando escribir otro libro?—

—Intente escribir sobre otra cosa, pero como podrás darte cuenta no me siento precisamente satisfecho con mi trabajo. Los dolores de cabeza no se han detenido y como sabrás menos las visiones de ustedes—con una sonrisa carente de alegría, Chuck bebió un poco de su taza antes de dejarla en la mesa—quise probar con algo más comercial, pero creo que ya se han escrito muchos libros sobre vampiros—

—Llegaste tarde amigo, aunque aún podrías escribir sobre el romance entre una porrista y un zombie—Chuck se rio sarcásticamente de la mala broma del cazador, no iba a decirle a el que ya había pensado en esa idea—ya sabes, el amor cliché vende—

—No creo que hayas venido aquí a darme consejos para escribir mi siguiente libro ¿no?—la risa de Mary les llego desde la sala— ¿Quién es la madre de la niña? ¿y qué es eso de que su padre tiene alas?—

— ¿No lo sabes? No se supone que tú lo sabes todo sobre nosotros—el rostro de Sam reflejaba autentico desconcierto— ¿de qué han hablado tus profecías en los últimos días?—

—Lo de siempre: ustedes peleando con demonios y tu hermano acostándose con diferentes chicas, supongo que pase por alto a la madre de Mary—Chuck se levantó de su silla y llevo su taza al fregadero donde la dejo al lado de la que había ocupado Sam—no han hecho demasiado estos últimos días. Si no supiera que es imposible diría que estoy viendo las mismas peleas con diferentes locaciones. Después de que ustedes liquidaran a la bruja que estaba comiéndose a los niños, solo he visto sus mismas peleas con los seres de siempre, si es que se le puede llamar normal a un hombre lobo—

— ¿De qué hablas, Chuck? Nosotros no nos hemos enfrentado a un hombre lobo en meses. Esto es demasiado extraño… ¿entonces no sabes de la relación de Castiel y mi hermano?—Si escuchar a Sam decir que no se habían topado con un hombre lobo en tanto tiempo fue extraño, oírle decir que su hermano mayor y su ángel tenían una “relación” fue algo que realmente no se esperaba—Dean y yo no hemos tenido una cacería en muchísimo tiempo, no nos atrevíamos a hacerlo en su condición—

— ¿Qué condición? ¿Tu hermano está herido?—Chuck se sentía verdaderamente desconcertado. Repentinamente sentía que ir y conseguir una botella de Whisky sería la mejor idea de todo el mundo—Sam hay algo extraño con mis visiones, tú dices que no han tenido una cacería hace mucho pero lo único que yo he visto de ustedes es eso y ahora me entero que Dean tiene una hija…Sam ¿Cuántos años tiene ella? Es enorme, ¿Por qué no la he visto en mis visiones antes?—

—No es necesario que eso aparezca en el evangelio que usted está escribiendo—los dos hombres se giraron rápidamente al oír una voz que ninguno de ellos había oído antes. De pie a solo unos cuantos pasos se encontraba un hombre de aproximados cincuenta años que los observaba calmadamente, tenía los ojos negros y a pesar de que su cabello estaba volviéndose blanco era fácil saber que antes había sido de color negro. El extraño dio un paso hacia ellos y Sam saco un arma de su bolsillo con la que le apunto— eso tampoco es necesario, Sam Winchester, mi presencia aquí se debe a que solo estoy pagándole un favor a un amigo, su nombre es Joshua—

— ¿Joshua? ¿Por qué no vino el a hablar con nosotros?—a pesar de lo que el hombre les había dicho, Sam no iba a bajar la guardia tan fácilmente, había pasado por eso antes y la mayoría de las veces todo terminaba muy mal, en esos momentos no podía confiarse y menos cuando su pequeña sobrina estaba en la habitación de al lado, sin embargo, fue ese el momento en que Mary decidió entrar en la cocina gritando algo sobre unas muñecas que había visto en un anuncio en la televisión. El corazón de Sam se detuvo al ver como la niña chocaba suavemente con la pierna del hombre— ¡Mary… si te atreves a hacerle algo…yo!—

—No podría hacerle ningún daño aunque lo quisiera y te aseguro, Sam Winchester que eso ni siquiera lo he pensado… ¿eres Mary, verdad?—el desconocido se agacho frente a la niña que se quedó muy quieta mirándolo a él y a su tío alternadamente—eres muy bonita, cariño ¿Qué decías de esas muñecas?—

—Yo…el tío Sam dijo que él iba a comprarme una muñeca si era buena niña—a pesar de las palabras del tipo, que obviamente era un ángel, Sam no iba a tranquilizarse hasta que pudiera sostener entre sus brazos a Mary—vi la que quiero pero no sé si él pueda comprármela—

—Estoy seguro que él lo hará, Mary, mi nombre es Mikael—el hombre le ofreció una sonrisa que Mary le respondió de forma más tímida—tu tío y yo somos amigos, me gustaría hablar con él si no te molesta—

La niña asintió y se marchó de la cocina, segundos después podían oírse sus carcajadas venir desde la sala. El hombre se incorporó y se quedó mirando a Sam  que lentamente bajo el arma que sostenía firmemente. Chuck a su lado trago saliva antes de comenzar a tantear el mueble tras él hasta coger la botella de vodka que se allí se hallaba.

—Si no les molesta yo necesito un trago—sin esperar respuesta, Chuck abrió la botella y le dio un trago a su contenido—está bien, me siento mucho mejor—

—Es bueno saber eso, Chuck, me gustaría poder encontrar esa tranquilidad de la misma forma, pero estoy seguro que necesitaría más que una botella para lograrlo—el ángel se acercó a la mesa en la que se hallaban las notas de Chuck y al igual que Sam cogió una de ellas—Joshua y yo somos amigos, si es que puede decirse de esa forma y él me ha pedido que venga aquí para iluminarlos en este asunto—

— ¿Por qué no vi a la niña en mis visiones?—

—Sencillamente porque en el cielo no quieren que uno de sus guerreros sea el progenitor de una aberración, ellos han estado interviniendo las visiones del profeta—el hombre volvió a dejar el papel en la mesa y se giró a ver a Sam—llámalos idiotas si es que lo deseas, yo pienso lo mismo, la niña es una preciosura y es obvio que no es el monstruo que allí arriba todos piensan—

—Pero…si Chuck no puede ver a mi hermano ¿Cómo puedo encontrarlo?—oficialmente Sam se sentía perdido, su última oportunidad de encontrar a su hermano había desaparecido al enterarse que el cielo había estado interviniendo las visiones de Chuck—Cass y Gabriel lo han buscado en prácticamente todo el mundo pero aún no hay rastros de el—

—Quizás pueda ayudarte con eso, Aziel ha estado actuando motivado por sus propios deseos y eso le va a traer problemas en un futuro cercano—Mikael volvió a sonreír mientras sacaba un pequeño papel de su bolsillo y se lo alcanzaba a Sam—supongo que Castiel y Gabriel no están por aquí por Rafael ¿verdad? Es una buena idea, bien, debo retirarme—

—Gracias…por todo—susurro Sam sonriendo de manera forzada, pese a la ayuda que Mikael les había ayudado él no iba a confiar tan fácilmente y menos en un ángel—adiós…creo—

—Que sea mejor un “hasta luego” creo que volveremos a vernos—sin dejarle responder a Sam, el ángel desapareció.

—Eso fue extraño, bien ¿que hay en el papel?—

—Dame un segundo— Sam le echo un vistazo a lo que el ángel le entregara y mientras sacaba el celular de su bolsillo una sonrisa se dibujó en su rostro. Después del segundo tono oyó la inconfundible voz de Gabriel— ya sé dónde está Dean ¿Castiel está contigo?...bien, nos veremos allí en unos minutos—

— ¿Entonces el cielo está censurando mis visiones? Bien, supongo que no me importa—Chuck no se veía muy sorprendido, en cambio Sam se sentía molesto. Su hermano no había hecho nada malo y ahora lo escondían como si fuera un monstruo—lo único que me gustaría saber es quien es la madre de Mary—

—Dean es la madre, él y Castiel son pareja—respondió Sam con una sonrisa en el rostro al ver el desconcierto en la cara de Chuck, se dirigió a la sala y cogió a Mary en sus brazos—debemos irnos ahora, nos vemos—

—Si…nos vemos, fue un gusto conocerte Mary—se apresuró a decir el profeta mientras veía a Mary agitar su pequeña mano a modo de despedida—supongo que debo volver a mi novela…buscare mi vodka—

Sam llevo a Mary hasta el impala y después de sentarla en su silla el hizo lo mismo en el asiento del piloto y condujo hasta que salió del pueblo. Gabriel y Castiel se hallaban de pie al lado de un gran cartel publicitario. Sam se estaciono a un lado del camino y bajo del auto. Ambos ángeles lo observaron fijamente mientras se acercaba.

— ¿Chuck pudo ayudarte?—Castiel se adelantó unos pasos hacia Sam que le extendió el papel de Mikael le diera—dejare a Mary con ustedes—

—No te preocupes, nosotros nos encargaremos de ella—

—Bien—sin esperar respuesta Castiel desapareció. Sam se quedó mirando el lugar en el que el ángel antes se encontrara. Gabriel se acercó a él y entrelazo sus dedos con los suyos.

—El cielo está interfiriendo con las visiones de Chuck, no fue el quien me dijo donde hallar a mi hermano—Sam se apoyó en el hombro del arcángel quien al oír sus palabras se tensó— ¿conoces a un tal Mikael?—

—No personalmente, pero sé que podemos confiar en el…pero Aziel es harina de otro costal—Gabriel soltó la mano de Sam y girándose deposito un pequeño beso en la cabeza de Sam—Iré con el después de dejarlos a ti y a Mary con Bobby, algo me dice que mi hermanito me necesitara—

Gabriel estaba seguro que no se había tardado demasiado, pero no pudo resistir la tentación de besar a su adorable “alce” algunos minutos más después de dejarlo en la casa. Sam le dijo en donde su hermano y Dean estaban: un gimnasio ubicado en el centro de New York. El arcángel apareció en el lugar en el instante que el hermano de Sam alejaba de un empujón a Castiel y se acercaba a Aziel quien cogiéndolo por la cintura desaparecía con él. Maldiciendo entre dientes, Gabriel se acercó al otro ángel.

— ¿Qué paso, Cass?—Castiel tenía la mirada fija en un punto frente a él. Maldiciendo otra vez Gabriel lo sujeto por los hombros y lo obligo a que lo mirara— ¿Por qué Dean…?—

—El eligió a Aziel— 

Notas finales:

Continuara...


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