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La no tan normal vida del cazador por Allure

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Notas del capitulo:

Ni Supernatural ni sus encantadores personajes me pertenecen,no tengo animo de lucro...aunque eso ustedes ya lo saben

Lo último que recordaba con algo de claridad era a su hermano pidiéndole que se calmara o le haría daño a su ¿bebé?, Luego solo había habido mucha oscuridad hasta el momento que se vio rodeado por una maravillosa luz que alejo de él toda su confusión y dudas dejándole solo un cálido sentimiento en el corazón, abrió los ojos dándose cuenta que no se encontraba ya en la habitación del motel sino en aquel lugar al que Castiel lo llevara cada vez que quería hablar de algo con él, algo que solo podían oír sus oídos, miro a su alrededor buscando al ángel para golpearlo y pedirle explicaciones sobre aquello que había dicho pero en cambio se dio cuenta que estaba completamente solo, o por lo menos eso es lo que quería el ángel que pensara, pero ni loco iba a pedirle que apareciera para exigirle explicaciones, abrazarlo o pedirle que le dijera que no importase lo mal que se vieran las cosas todo estaría bien pues lo protegería de todo…Dios, no podía estar incluyendo eso ultimo dentro de sus opciones, pensó mientras se sentaba en el pequeño muelle con los pies colgando hacia el agua.

—Sam…¿Qué va a pensar…—no sabía porque pero desde hacía un tiempo se había vuelto más sensible o por lo menos no quería imaginarse que se debía a la criatura que llevaba dentro suyo…que mierda de vida—no quiero que me mire como una puta que le ofreció el trasero a un ángel—

—Dudo mucho que el piense eso, pero si debo decirte la verdad no le conozco demasiado—esa voz ni de coña podía pertenecerle al ángel de ojos azules, volteo como un rayo encontrándose con unos ojos que no eran los de Castiel, aunque dudaba que aquellos ojos pudiesen pertenecerle a un ángel o a un humano—no se oye como una mala persona, aunque quizás lo juzgue de esa manera porque es mi tío—

—¿Quién eres tú?...¿Que eres tú?—a solo unos pasos de él se hallaba la niña más bonita que había visto en su vida, tendría unos siete años aunque lo miraba con unos ojos que lo dejaban helado, uno era de color azul como el mismísimo cielo y el otro era color verde esmeralda, su cabello rubio largo y algo despeinado le llegaba hasta la cintura enmarcando un rostro un poco redondo pero que en ella se veía terriblemente bello, llevaba puesto un simple vestido color blanco que se ensucio un poco cuando la niña se sentó a su lado—¿Cómo puedes estar aquí?...Castiel es el único que…—

—Lo sé, pero como yo estoy todavía dentro de ti puedo venir también a este lugar—la niña miro hacia el frente dejando que sus ojos vagaran en la lejanía—me gusta aquí, es muy bonito y además…¿quieres que te diga un secreto?—

Sin saber que decir en esa situación Dean solo asintió dejando que la pequeña se acercase mas a él recargando su cuerpecito contra el suyo mientras se estiraba lo mas que podía para poder llegar  a su oreja, si bien al principio se había sentido bastante sorprendido de encontrársela allí, su presencia parecía aliviarle de la misma forma que lo hacia la de Castiel, agacho la cabeza para ayudarle un poco.

—Cuando estoy aquí es como si pudiese estar contigo y con papá…ya sabes, los tres juntos—

Abrió los ojos sintiéndose un poco mareado, miro a su alrededor notando que se encontraba acostado otra vez en la cama de la habitación del motel, tenía la cabeza revuelta, apenas podía ponerse de pie pero al mismo tiempo se sentía tan sediento que de todas formas intento ponerse de pie y caminar hasta el mini refrigerador para sacar una cerveza, con mucho esfuerzo logro sentarse en la orilla de la cama y apoyándose en la mesita de noche logro ponerse de pie, la barriga le incomodaba un poco pero aun así no se detuvo, tan seguro como que se llamaba Dean y no estaba embarazado se impulso hacia la pared para usarla de apoyo para poder llegar a donde quería, sin embargo, o sus cálculos eran pésimos o el estomago le había vuelto a crecer pero el único lugar al que llego fue al suelo, hubiese sido una muy mala caída de no haber sido por sus reflejos que le permitieron extender sus brazos en el momento justo, no se golpeo el estomago pero si se maltrato mucho las rodillas.

— ¡Mierda!...soy un inútil—se quejo tratando de sentarse en el suelo para revisar sus adoloridas rodillas, al levantarse el pantalón vio que no se las había raspado como esperaba aunque si le dolían muchísimo, todavía furioso se palpo el estomago—ojala pudiese deshacerme de ti—

—No digas eso, por favor, Dean—la voz de Castiel lo hizo voltear hacia la puerta, aunque su enojo se disipo de inmediato cuando vio el rostro herido del ángel, tenía un ojo un amoratado y en el labio un corte del que todavía manaba un poco de sangre—Recuerda que estás hablando de mi hijo, ambos son esenciales para mí—

— ¿Qué te paso? ¿Te encontraste con algunos demonios?—pese a que al oírle al ángel decir aquello su corazón había dado un poco varonil brinco, decidió fingir que no había escuchado nada—te ves terrible, parece que perdiste la pelea—

—No tuve ninguna pelea con algún demonio, tu hermano decidió que debía golpearme por dejarte embarazado—maldita fuera la honestidad del puñetero ángel que lo dejaba como una chiquilla virgen…un segundo ¿Sam había golpeado a Cass por embarazarlo? Eso quería decir que su hermano pequeño sabia que él y el ángel…

—Veo que ya estas despierto, me alegra, así podemos discutir algunas cosas que has estado ocultándome –la puerta de la habitación se había abierto apareciendo en el umbral el pelilargo con una cara que haría retroceder al mismísimo Lucifer—como por ejemplo el hecho que has estado acostándote con un ángel—

—Lo que yo haga o no haga es solo problema mío, Sam, si quieres hablar de cosas ocultas ¿Por qué no me cuentas porque no me dijiste nada sobre lo que creías que pasaba conmigo?— esta vez era el turno del mayor para poner mala cara—Todo este tiempo que mi cuerpo ha cambiado tu no me dijiste una sola palabra sobre la cosa que estoy llevando dentro de mi—

—No iba a decirte nada de lo que no estaba seguro, además, ¿cómo crees que me sentía yo? No sabía cómo decirte que “al parecer” estabas embarazado—el menor camino hasta donde todavía estaba tirado Dean en el suelo y extendiéndole la mano le ayudo a levantarse para que este pudiese sentarse en la cama otra vez—Desde que tengo memoria han pasado por tu cama más mujeres que por la revista Playboy y ahora pasa esto ¿te cansaste de las mujeres y ahora te van los ángeles?—

—Ya te dije que eso no es tu asunto, Cass tiene más de mil años, es bastante mayorcito para saber lo que hace—esa conversación estaba lentamente acabando con sus nervios quería poner cara de enfado pero lo único que sentía era vergüenza de sí mismo—Y no, no me he cansado de las mujeres, esto es solo un desliz de mi parte y en lo que…—

Sabía que debía cambiar su estúpida tendencia a hablar sin antes pensar pero ya llevaba muchos años de esa forma y aun le era difícil ponerle un nombre a lo que tenía con el ojiazul , pero fuese lo que tuviera con el pareció haberse terminado después de pronunciar aquellas palabras, Castiel lo miro fijamente unos segundos antes de desaparecer dejándolos solos, reaccionando tarde Dean se levanto de donde estaba sentado y se quedo mirando con la boca abierta el lugar en el que antes estuviera el ángel, Sam que se había sentado a su lado se incorporo también al ver tambalearse a su hermano y le obligo a que se sentara nuevamente

—Dean ¿estás bien?—el también había visto la mirada que le clavara al rubio al oír sus frías palabras, la verdad es que no entendía la relación que traían esos dos pero había que ser tonto para no darse cuenta que Castiel consideraba la relación que tenia con el ojiverde como algo más que solo un desliz—Quizás si lo llamas y le pides perdón por…—

— ¡¿De qué mierda estás hablando, Sam?!...Cass es un hombre o por lo menos su recipiente lo es y yo lo soy también, lo que sea que haya pasado entre nosotros no es normal—exclamo llevándose las manos al vientre en un gesto que se estaba haciendo demasiado común cuando algo le preocupaba—y lo que esta pasándome ahora es una prueba de ello ¡un hombre no puede embarazarse y tú lo sabes mejor que yo!—

—Tienes razón al decir que el hecho que un hombre tenga un hijo no sea algo del todo normal pero…¿Quiénes somos nosotros para decir que cosa es normal o no en el mundo?—Sam se mojo los labios, sabiendo que lo que iba a decir era algo que hacía unos cuantos minutos después que el ángel le dejara golpearle jamás habría llegado a imaginar decir ni en sus sueños más bizarros—Castiel, te quiere como se que nadie más te ha querido y…cierra la boca, yo estoy hablando ahora…él se preocupa mucho por ti, lo he visto hoy cuando te llevamos con la doctora West, el no se despego de ti en todo el tiempo que ella te examino, te miraba de una forma que casi me entro envidia de que alguien pueda mirarme así alguna vez…nos dijo que él no se arrepentía de nada y que te protegería de cualquier cosa—

—Cass…pero yo no sé que siento por él, todo es tan confuso—su voz se había convertido en un susurro que apenas Sam pudo oír, a veces su hermano era un cabezota en cuestiones de ese tipo—No podemos estar juntos delante de nadie y por si no fuese poco el es un ángel ¿Qué pasara cuando en el cielo se enteren que yo…?—

— ¿Te refieres a cuando se enteren que mi hermanito ha estado fabricando bebes sin su consentimiento? Pues no van a estar nada felices, eso te lo aseguro—un sonriente Gabriel se materializo delante de los hermanos dejándolos helados—Hola, chicos ¿Cómo va todo? ¿Han decidido ya el nombre de mi sobrino?—

— ¿De qué hablas, Gabe?—Sam no había pasado por alto las primeras palabras del rubio que lo miraba con una sonrisa—Castiel, no ha querido decirme nada y yo no he tenido tiempo de investigar sobre los hijos de ángeles y humanos—

—Seré bueno y te facilitare el trabajo…no vas a encontrar nada en, los ángeles tienen absolutamente prohibido el concebir bebes con humanos—Dean que había desviado los ojos hacia el suelo nada más escuchar el nombre del ojiazul levanto la mirada , fijándola en la del arcángel que lo miro a su vez con una seriedad que jamás antes viera en el—si conocen la historia de Noé sabrán que Dios inundo la tierra para eliminar a todos los hombres pecadores y entre ellos a los nephilim o como la mayoría de los sujetos en el cielo llaman “aberraciones”—

— ¿Te refieres al arca de Noé?...eso es…—rápidamente Sam se puso de pie y camino hasta donde estaba su mochila y rebusco en su interior hasta hallar una pequeña biblia, hizo pasar las paginas hasta que encontró lo que buscaba—aquí dice que después que los hombres tuvieron hijas los ángeles bajaron a la tierra y se unieron con ellas pero a Dios no le gusto eso así que…—

—“El señor vio que era demasiada la maldad del hombre en la tierra y que este siempre estaba  pensando en hacer lo malo, y le peso haber hecho al hombre. Con mucho dolor dijo: Voy a borrar de la tierra al hombre que he creado, y también a todos los animales y un largo etcétera” Ahora si conocen tan bien la biblia, sabrán que mi padre también dijo o más bien prometió que jamás volvería a inundar la tierra—el ángel de ojos dorados camino hasta donde Sam se encontraba y se quedo mirándolo fijamente—pero lo cierto es que así se deshizo de los primeros nephilim, ya no habrá otra inundación así que ahora es misión de los ángeles exterminar a estas aberraciones—

Si a veces Dean se preguntaba si su vida podía llegar a ser mas jodida de lo que ya era sabía que podía creer ciegamente que si, si podía, al parecer ya no era suficiente que Lucifer quisiera acabar con ellos, ahora podía agregar en la lista a todo el cielo, sin decirles nada a su hermano y al ángel salió de la habitación y camino hasta el estacionamiento, busco las llaves del impala e iba a entrar en el auto cuando sintió que algo se encontraba tras él, respiro profundamente antes de voltear y encontrarse con alguien a quien no creía volver a ver en un largo tiempo, Castiel lo observaba atentamente con esos ojos que parecían tener rayos x.

—Ya lo sabes—más que una pregunta aquello fue una afirmación—la criatura que está dentro de ti es un…—

—Una aberración…ya lo sé—el rubio desvió la mirada enfocándola en un lugar atrás del ángel, no quería mirarle a los ojos cuando dijera aquello que estaba pensando—tengo que deshacerme de ella, ya es suficientemente malo que el mismísimo Lucifer este…—

—No te atrevas, Dean Winchester, a llamar de ese modo a nuestro hijo—la voz del castaño era autoritaria, le cogió la barbilla haciendo que le mirase a los ojos—nunca más…te dije que los protegería a ambos—

—No seas, imbécil, Cass…tu y yo sabemos que no puedes pelear contra todos los putos ángeles del cielo—intento liberarse pero el ojiazul le mantenía firmemente sujeto, de pronto vio su propio reflejo en los ojos azules del ángel y a su cabeza llego la imagen de aquella niña que había visto cuando estaba dormido—no quiero que lo hagas, no quiero que te vayas y me dejes solo…podemos acabar con esto si solo…—

—No asesinare a mi propia hijo…yo no soy mi padre, no cometeré sus errores—Dean no fue consciente que había empezado a derramar algunas lagrimas hasta que Castiel, con una delicadeza inesperada en alguien tan poderoso como el, le seco el rostro—Dijiste que confiarías en mi—

—Tu…idiota…—diciéndose a si mismo que aquella sensiblería que a veces se apoderaba de él era toda culpa de su estado dejo de pelear y cuando el ángel le soltó se abrazo a el, escondiendo el rostro en la curva de su cuello—además…no es un niño…es una niña—

Castiel sonrió suavemente mientras abrazaba contra su pecho al cazador, no tenía idea como el humano sabia que el bebe que estaba esperando era una niña, pero se enteraría más tarde…por ahora se conformaría con ese momento, no tenía idea que pasaría en el futuro con ellos, pero no le importaba en absoluto si podía seguir al lado de Dean Winchester.

Notas finales:

Continuara...


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