Era un día como cualquier otro y Harry Potter se encontraba en la madriguera Weasley, los pelirrojos acababan de crear un desastre en casa de los Dursley al recogerlo para ir a la final los mundiales de Quidditch.
El ojiverde se encontraba en la sala y respiraba entrecortadamente, tenía miedo, demasiado a decir verdad pero suponía que nadie se atrevería a hacer nada, no estando Arthur y Molly Weasley cuidándole, nada le pasaría…… pero se equivocó.
-Harry querido- dijo Molly- me alegra que estés bien. Sabes que estás en tu casa
-Gracias Sra. Weasley
-Arthur y yo saldremos un rato, pero no te preocupes volveremos pronto y mañana temprano partimos- y sin más su única esperanza de protección se fue. Su corazón latía a mil por hora y sus manos sudaban sin parar.
-Harry- murmuro Ron con una gran sonrisa- Es hora de que nos pagues
-Pagar?- trago saliva- De que hablas?
-Pensaste que irías gratis Harry?- dijeron los gemelos al mismo tiempo
-Podemos ir a Gringotts y…
-No esperamos dinero- le interrumpió Percy mientras cerraban un circulo a su alrededor
-Que sucede chicos?- dijo Bill entrando en la habitación
-Creo que tenemos aquí un juguete, cierto?- declaro Charlie sonriendo
-De verdad?- exclamo Bill- tu Harry? Haha nunca lo imagine
-Bien, pues si piensan hacer algo, mejor vayan a la habitación
Entre George y Fred obligaron a Harry a ponerse de pie y lo llevaron escaleras arriba, Percy y Ron les siguieron mientras Bill, Charlie, Hermione y Ginny se quedaban sentados como si no estuviera ocurriendo nada.
Una vez en la habitación de Ron, el pelinegro se vio arrojado a la cama mientras la puerta era cerrada con pestillo, sintió su cuerpo temblar por completo y las lágrimas luchaban por salir ante el miedo y la anticipación.
-Por favor Ron- susurro conteniendo un sollozo- no estamos en el colegio
-Nos importa un bledo- rio George
-Sigues siendo el juguete… nuestro juguete- concluyo Fred
-Y tu Percy?- cuestiono Harry sintiendo crecer el enojo en su interior- Tu ya no eres estudiante!
-Ha… yo solo quiero disfrutar de un buen espectáculo- sonrió- el trabajo puede esperar- termino mientras tomaba asiento en un pequeño sofá frente a la cama
Sin esperar más los tres Weasley tomaron a Harry y lo desnudaron arrancando y rompiendo cada una de sus prendas, su tacto era agresivo y violento, no les importaba si lastimaban a Harry solo interesaban ellos mismos y su propio placer.
-Basta- sollozo Harry manoteando mientras los gemelos aparecían una soga y lo ataban de pies y manos para suspenderlo en el aire.
-Cállate- siseo Ron con vela en mano y la encendió pasándola lentamente por el vientre del niño que vivió
-Aggghh... NO!!!- grito Harry moviéndose y agitándose, cada movimiento que hacia le laceraba más muñecas y tobillos pero el solo buscaba alejarse del quemante fuego
-Guarda silencio- ordeno George amordazándolo. Ambos gemelos ya estaban desnudos y con una orgullosa erección, con un movimiento de varita George apareció una especie de fuete y golpeo su costado al tiempo que Ron dejaba caer cera caliente en su espalda.
Las lágrimas corrieron libres por su rostro y la mordaza amortiguo sus horrorizados gritos. Los Weasley parecían disfrutar mientras más sufriera él y se lo demostraban al reír mientras Fred le penetraba fuerte, rápido y sin preámbulos desgarrándolo y haciéndole sangrar ante cada estocada que daba, sin embrago lo que más le dolía al ojiverde era su orgullo, sentir que su dignidad y alma se despedazaban. El dolor físico ya no era nada pues ya se había acostumbrado a ello, el asco que le produjo el falo a George en su boca después de arrancarle la mordaza ya le parecía algo cotidiano pero aun así conservaría su orgullo, no estaba dispuesto a entregárselo tan fácilmente a Gryffindor.
Con una serie de gruñidos y gemidos sintió como los tres eyaculaban, en su interior, su rostro y su vientre, cayo de golpe a la cama cuando cortaron las sogas y observo como se vestían y se largaban sin siquiera dirigirle una mirada. Ahí hecho un ovillo dejo sus lágrimas correr en silencio asqueado de sí mismo.
-Ya no puedo más- susurro bajito mientras limpiaba su cuerpo entre sollozos y se cubría con una manta- No puedo vivir así.