“Jamás encontrarás a nadie que te ame con una pasión desquiciada, dulcemente enternecedora.”
Se me forma un nudo en la garganta con el simple hecho de pensar que no seré capas de toparme con alguien con quien pueda ser afectuoso por primera vez; como siempre soñé y compartir todo lo que me he guardado… Pero luego llegó mi ciervo…
Jongin casi suelta su agarre del tubo donde se sostenía, en el subterráneo, ya había llegado a su destino. Salió pesadamente, arrastrando los pies, con mirada soñadora. Cada que daba un paso, miraba hacia atrás, tenía que mirar mas allá que un simple vistazo. Cada paso lo hacía con cuidado, parecía paranoico, pero es que, su ciervo podría estar en cualquier lado.
Subiendo por las escaleras, respiró una suave brisa de otoño, las hojas corrían a la par, chocando con sus pies.
Soy Jongin, y soy muy, muy reservado. No hablo con las personas a menos que sea estrictamente necesario. Siempre fui un cobarde, un demente, un tonto con el deseo de ser comprendido, por que es mejor ser rechazado después que alguien te entienda a que no sean si quiera capaces de comprenderte, ni remotamente.
Su viva imagen me lo recuerda a el, pero sin embargo ya no esta aquí, y jamás volveré a sentir eso, por nadie mas…
Mientras el me veía, yo solo lo ignoraba, no soportaba la idea de que alguien me juzgara, hasta que no lo resistí mas. KyungSoo habría querido que aprendiera a expresarme…y así lo hice.
-¡¿Qué me miras imbécil?!
-…-No obtuve respuesta, lo que me encolerizó mas. Besé mi puño y de una trompada lo tiré al suelo. Sonó una patrulla, como soy mayor de edad, y tenia tal ves unos tragos de mas, mis sentimientos y emociones se inhibieron a tal grado que sentí un ligero mareo. No, no había bebido, pero en ocasiones, así me sentía. Todo era tan ambiguo, me tomaron de las muñecas y esposaron llevándome a la delegación, no recuerdo nada mas antes de caer en la depresión, o tal ves solo me desmayé…
Cuando abrió los ojos, sintió un tremendo dolor en el cuello, su mala postura había hecho de las suyas. Se relamió los labios y caminó hasta su celda, frotó sus manos y apretó fuerte los barandales. Había un guardia al lado, tomándose de su cinturón, meciéndose de un lado, hacia el otro. Jongin sonrió de lado, luego frunció el ceño, cuando alguien paso por ahí, ese aroma característico despertó todos sus sentidos, poniéndolo alerta
-Haber joven, ¿Usted quiere que me trague el cuento de que fue asaltado y por eso me lo encontré medio desnudo?-Un policía trataba de razonar con un chico, al cual Jongin no le quitaba la vista.
-Ya lo dije.
-Tome.-El policía le extendió un abrigo.-Tápese.- El joven lo aceptó de mala gana.-Tenga esta moneda
-¿Para que?
-Para que llame a sus padres.-El joven hiso una mueca.-¿Ocurre algo malo?
-Mis padres están en China.
-¿No es coreano?
-No…-El joven se acercó hasta el teléfono, y Jongin por fin pudo verle la cara, sus ojos se abrieron en sobremanera y su corazón se detuvo, ¡Era Luhan!
-¡Ey!-Luhan rodó los ojos en dirección a Jongin y le miró asustado.-¡Luhan! ¡Ayúdame!- El aludido viró los ojos, ¿Qué podría hacer? Ese hombre le ponía nervioso de mil maneras diferentes, pero no podría dejarlo ahí, después de todo, lo había salvado de haber terminado en un basurero publico, no podía… ¿O si?-Por favor…-La voz de Jongin se fue quebrando poco a poco, Luhan suspiró y se acercó a su celda.
-¿Cómo es que terminaste aquí?-Preguntó mirando el suelo.
-No estoy seguro.-Sonrió bobamente, y Luhan le miró a los ojos, y sintió un choque eléctrico recorrerle todo el cuerpo.
-¿Y como esperas que te ayude?
-Podrías empezar diciendo que me conoces, y que soy un buen hombre.
-No lo creo.-Luhan frunció el ceño.-¿Que gano si te saco de aquí?
-Striptease todo pagado, con acompañante incluido toda la noche.-Sonríe socarronamente, Luhan siente un hueco en el estomago, y lo acaricia, luego ruje.- Tienes hambre, te invito a cenar si me sacas.
-Yo…-Su estomago ruje de nuevo.
-¿Qué puedes perder?
-¿Mi dignidad?
-Si tu virginidad también, pero…Espera, ¿Dijiste dignidad?-Luhan asintió alarmado.-Oh, disculpa, escuche mal…
-¿Qué ocurre aquí?-El policía que anteriormente atendía a Luhan, miraba despectivamente a Jongin.-¿Lo conoces?- Luhan tembló en ese momento, Jongin se tensó esperando lo peor….
-Si, lo conozco. –Luhan se mordió los labios, y Jongin fue corroído por una felicidad inmensa, un brillo intenso iluminaba sus ojos, dándole un toque de inocencia.- Estoy aquí para sacarlo…
Luhan tuvo que firmar unos papeles, y luego tener que pagar junto a Jongin con trecientas horas de servicio comunitario.
-Sigo sin comprender por que acepté…-Alegó Luhan, una vez que salían de la delegación.
-Por que soy irresistible.-Jongin pasó su brazo por el cuello del ciervo.-Vamos de compras
-¡¿Qué?!
-Mírate.-Jongin señaló su vestimenta.-Es casi un milagro que tengas calcetines, no traes camisa, y ese abrigo ni siquiera es tuyo, solo traes un zapato, y ni pantalones…-Sonrió satisfecho, fuea causa suya que estuviera semidesnudo en la calle.
-¡Pero si esto es tu culpa!
-No es cierto.-Luhan hiso un visaje de disgusto.-Si no hubieses huido, te habría devuelto tu ropa.
-Agh, ¡Eres horrible!-Luhan le miró hacia arriba molesto, arrugando la nariz. Jongin se agachó hacia el.
-Pero puedo mejorar.-Le dio un beso en la nariz, poniéndole las mejillas rosadas.
-No hagas eso.-Luhan infló los cachetes, pero Jongin lo abrazó, y pidió un taxi.
-Vámonos.
Llegaron a un centro comercial, Luhan se sentía cohibido, ¿Cómo demonios tendría los pantalones para entrar a un lugar tan lleno de personas si traía vestimenta inadecuada? Cierto, no traía pantalones, que mas daba.
-Entra, no muerdo.-Le extendió la mano.-A menos que me lo pidas.-Le guiñó un ojo y lo jaló dentro.
Comenzaron a recorrer el lugar, Luhan parecía indiferente a todo, Jongin le mostraba ropa, pero parecía no importarle, justo cuando pasaron cerca de un restaurante, a Luhan le brillaron los ojos.
-Olvidaba que tienes hambre.-Luhan se relamió los labios.-Si me ayudas escogiéndote un atuendo, te compro toda la comida que quieras.
-Pero… de acuerdo.-En verdad que tenia hambre. En cuanto se pasaron por la siguiente tienda, Luhan tomó lo primero que vio en aparador, y se lo enseñó a Jongin para que se lo comprase.-Quiero esto.-Jongin bufó, luego soltó una carcajada.
-No estarás hablando enserio, ¿Verdad?-Luhan le miró descolocado.-Es un vestido.-Cuando Luhan reaccionó, se volvió a sonrojar.
-¡Demonios!
-Digo, si quieres te lo compro, seria divertido pasearte por todo el centro comercial dentro de ese hermoso vestido.
-No es gracioso.-Luhan se adentró, buscando algo mas relajado y casual, que no llamara la atención, luego se los mostro.
-Hmm.-Jongin miraba la ropa detenidamente.
-¿Hay algo malo?-Preguntó Luhan preocupado. Jongin le miró a los ojos, tomándolo del hombro.
-Me gustaba mas el vestido.-Declaró soltando otra carcajada. Luhan chisteó, pero sonrió de lado. Jongin pagó su vestimenta, mientras Luhan iba a ponérsela.
Cuando ambos salieron, Jongin pasó su brazo, nuevamente por el cuello del rubio.
-¿A dónde quieres comer?
-Donde sea.
-No, dime, esta noche, me toca consentirte.-Esa ultima palabra resonó en el interior de Luhan.
-No es necesario.-Concluyó avergonzado ante la impetuosa atención que el contrario le ponía
-Pero yo quiero hacerlo.-Luhan señaló el primer restaurante que encontró.
-Entonces, vamos allá.-Jongin asintió inteligible.
En cuanto llegaron, les indicaron sus respectivos lugares, en un balcón, donde presenciaran la encantadora noche que se les presentaba.
-Espero no te moleste el aire.-Jongin le extendió la silla, ayudándolo a sentarse.
-Para nada.-Luhan se acomodó la servilleta, mientras un mesero les ponía cubiertos y les serbia una taza con café.
-¿Qué piensas pedir?
-Sorpréndeme.-Jongin sonrió perspicaz, Luhan soltó un gemido casi imperceptible, por dentro sentía que se moría, sus dedos temblaban, incluso estaba ya pálido, sus dedos casi se ponían morados, no, no tenia frio, si no que tenia nauseas, no sabia por que se sentía así, pero si Jongin continuaba tratándolo así, explotaría.
-Dime, ¿Cómo esta eso de que te asaltaron?
-¡¿Eh?!-Luhan le miro escéptico.
-Eso dijiste hace rato, ¿Era mentira?
-Eh, si, lo era…
-Habría sido mas creíble que dijeras que intenté violarte.-Jongin dio un sorbo a su café.-Pero eso me habría refundido en la cárcel, te agradezco que no hayas dicho nada.
-¿Acaso eso planeabas?-Preguntó consternado.
-No realmente, no puedo obligarte a hacer algo que no quieras. Pero si tu me lo pidieras, sería exquisito.-Luhan entre abrió la boca, evocando un leve gemido.-¿Te sientes bien?
-No…-Apretó sus ojos, y Jongin se levantó rápidamente, tocó su frente, y Luhan estaba ardiendo.
-Espero que no sea fiebre, vámonos al doctor.-Jongin tomó su saco, pero Luhan estiró su mano, impidiéndole otro movimiento.
-Por favor…¿Podremos terminar de comer antes?
-Pero…¿Estas seguro?
-Completamente.-Aun no sabia como huir de el, estaba entre aventarle al mesero encima, una vez que volviera a pedir su orden y huir, o fingir que iba al baño, pero la segunda opción tenia un fallo, por que sabia que Jongin le seguiría al baño, y el mesero no tenia la culpa de no recibir propina alguna.
De un momento a otro, notó que Jongin mantenía su cara recargada en su palma izquierda, mirándole con ensoñación, y el, por el contrario, se sentía abatido por su presencia.
-¿Puedo preguntar por que sonríes como tonto?
-Tu me pones así…-Luhan sintió un piquete en la espalda, en ese momento llegó el mesero a pedir su orden.
-¿Qué desean ordenar?
Luhan tenia un serio problema, pero se le habían dormido los pies y no podía moverse a gusto, cuando intentó correr por el pánico generado, terminó llevándose la mesa consigo, generando un gran alboroto, maldijo a los cuatro vientos, mordiendo sus labios, quería que la tierra se lo tragara, justo cuando abrió los ojos, Jongin estaba en cuclillas, frente a el, mirándolo cautelosamente.
-Tal ves deberíamos pedir comida para llevar.-Concluyó el mayor, acariciándole el rostro.-De igual forma, aquí la comida no es buena.-Intentó hacerlo sentir cómodo, ayudándolo a levantarse, dedicándole miradas acecinas a todo aquel que mirase con desprecio a Luhan, de no ser por que su ciervo estaba con el, seguramente ya le estaría echando bronca a cada uno de ellos.
Jongin era tan lindo con el que parecía mentira, incluso eso no era bueno para Luhan, quien estaba acostumbrado al desinterés de todo mundo, esto era malo, muy malo, así no debía ser.