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Una y otra vez por azumicard

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Las últimas palabras de Mycroft inquietaron más al detective, al subir se dio cuenta que Jhon no escuchó su conversación. Se sentó muy cerca de él después de indicar la dirección al taxista, cogió la mano de su amado y se mantiene callado durante el camino. No despegó la mirada de la ventana, por el reflejo podía ver como el doctor intentaba decirle algo pero desistía en el último instante.

— Sherlock...- acaricia su pierna- lamento que esto haya pasado, no creí que ese idiota llegara a tocarme...me dio...- baja la mirada- asco...-.

Verlo tan indefenso le provocó molestarlo, le dio un par de palmadas en la cabeza sutilmente como si fuera un niño tratando de confortarlo. Enseguida lo sujetó de la barbilla y giró el rostro hacia él para propinarle un pequeño beso - Tranquilo Jhon, todo va estar bien – Sonrojado Jhon le ofrece una mirada llena de amor con una pizca de lujuria que instintivamente logró despertar la pasión del detective que no perdió el tiempo, volvió a besarlo con más pasión logrando arrebatarle un gemido insonoro. Enlazo sus brazos en el cuerpo del doctor y le susurro - Si no tendríamos compañía, en este instante te haría mío. Tendrás que esperar-

— No quiero esperar - se sube sobre Sherlock - además al taxista no le incomoda- rie para luego bajarse de las piernas de su amado.

— Porque te gusta provocarme, te castigare mas tarde.

En el momento que le daría un beso, fue interrumpido por el taxista anunciando la llegada de su destino. Ya dentro del edificio fueron recibidos por la señora Hudson, quien preocupada les comentó que alrededor de una hora el inspector Lestrade llegó en una patrulla buscando al detective y su compañero. Sin embargo al no hallarlos prefirió esperarlos en el piso de arriba. - ¿No será otra redada antidrogas? - pensó Jhon en alta voz. Mirándose entre si, subieron lo más rápido posible y de un golpe abrió la puerta. En el piso no había ninguna presencia más la de Lestrade sentado, giró la cabeza para ver al par de tontos que creyeron tener a todo Scotland Yard buscando alguna sustancia. Apenados por el acto vergonzoso, lo disimularon apelando a un clásico saludo de compañeros.

— Donde se metieron, llevó horas esperándolos - dijo Lestrade.

— No exageres, por tu postura y la marca que dejaste en el sillón, dice que solo llevas esperando una media hora no más. - Aclaró Sherlock ante la cara de confusión del inspector.

— Bien, bien, comprendo... en el tiempo que llevo esperando, encontré algo que llamo mi atención - se pone de pie y muestra las esposas - ¿Que hacen estos aquí?, son de uso policial.

— ¡Magnífico descubrimiento!, eres brillante Lestrade-.

— Sherlock deja de burlarte de él - interrumpió Jhon - Por si acaso, si tienes dudas, no fueron sustraídas de ti sino... - hace una pausa- La cuestión es; no son tuyas esas esposas, solo quería aclararlo para no tener problemas.

— Tranquilo Jhon, esa no era mi duda sino el uso que le dieron, por lo que veo, la persona no tuvo problemas para escapar de ellas - mira el objeto y devuelve la mirada hacia las dos personas paradas. - ¿a quién tuvieron como prisionero?-.

— A quien tuve como prisionero - corrigió Sherlock - Yo fui quien colocó esas esposas a Jhon-.

Lestrade y Jhon quedaron boquiabiertos por las palabras recientes, le miraron muy confundidos, cada uno por motivos distintos. Por su parte, Sherlock muy tranquilo intentó continuar con el relato; el porqué utilizó ese objeto en su compañero, pero un codazo por parte de Jhon lo calló. El golpe fue fuerte dejándolo callado un buen rato, mientras su compañero preparaba té para los tres. Nadie dijo nada en el proceso hasta que cada quien tuvo su respectivo taza y empezaron a tomar.

— A que debemos su visita - preguntó Jhon .

— uhm... muy bueno – saboreó el inspector - ¡oh!, antes podría preguntar... ¿sucede algo entre ustedes?-.

— No - se adelantó en responder Sherlock y continuó tomando- Jhon, es mejor que te retires a dormir, mañana tienes el turno más temprano en el hospital. Si te quedas conversando con nosotros vas a terminar llegando tarde otra vez y...-.

— ok, ok... Ya comprendí - se levanta y va directamente al oído del detective - Ni se te ocurra retomar el relato de las esposas con él. - al termino de la amenaza se fue a su dormitorio y fue despedido con la mirada de su amado.

- Vamos directo al asunto.

Con seriedad se dirigió al detective, algo tan trivial como una visita cotidiana era el motivo de su visita; aun más por el fólder que traía consigo. Dejó de lado el té que tanto le gustaba para explicarle el caso. Una compañía de inversionistas reportó la desaparición del gerente de operaciones llamado Ricardo. Cada trimestre él presenta una llamada en conferencia con los inversionistas institucionales. La llamada de este trimestre se supone que fuera hace siete días pero Ricardo no se presentó. Tuvieron que reprogramarla porque tenían la esperanza de encontrarlo lo antes posible, sin levantar sospechas en los inversionistas; ya que controlan fondos de pensiones inmensos. La policía inicio con la búsqueda, al cavo de dos días lo encontraron muerto de sobredosis de cocaína, en la habitación de un hotel lujoso.

Misteriosamente el reemplazo de Ricardo, también murió ahogado mientras nadaba en un lago cerca de su casa, lo extraño fue cuando Jason estaba en la universidad, trabajó como salvavidas y perteneció al club de natación. Mientras investigaban encontraron que los anteriores gerentes, al poco tiempo de asumir este puesto, morían en circunstancias muy extrañas. Como si es el asesino buscara a un ideal gerente. Lestrade entregó el fólder con el expediente del caso y adjuntado estaban las fotos de la última víctima. El detective dio una rápida ojeada a los papeles mientras el inspector continuo exponiendo el caso. Concentró toda su atención en las fotografías, una a una las miraba al detalle. De todas, solo una capto su interés; era donde estaba la victima sentada, con la jeringa en la mano y rastros de la cocaína.


- Interesante… - pensó Sherlock- No son crímenes pasionales, están muy preparados para eso; son crímenes de oportunidad. Parece que hay un psicópata en esa compañía. Un particularmente astuto y metódico asesino. Cuando es el momento adecuado para darse una ventaja, se abalanza-.

- ¿Estás diciendo que alguien está matando para subir posiciones?, si es asi, ya descartamos esa posibilidad porque las cosas siguen igual en esa compañía.

- Teniendo a ti al mando del caso, no me sorprendería que ahora mismo apareciera otro cadáver.

- Pero que… -el sonido de su móvil lo interrumpe - ¿qué?... claro… dentro de 15 minutos estoy ahí. – Cuelga enojado – Detestó que tengas razón-.

- ¿Quién y donde fue esta vez?

- Te daré todos los detalles en el camino. ¡Vamos! – Antes de salir no duda en preguntar - y Jhon… ¿no llevaras a tu compañero? -.

- Déjalo descansar, hoy fue un día muy agitado para él. Necesita reponer energías que después serán absorbidas por mí – sonrió al hablar de su amado Jhon.

El inspector Lestrade tenía la sospecha que había algo entre esos dos, era la primera vez que veía a Sherlock comportarse humanamente con alguien. El tiempo donde trabajaron juntos le enseño que el detective utilizaba sus tácticas en las personas para obtener información o aprovecharse; y este no era el caso, algo lo estaba cambiando, de una manera difícil de comprender. Ambos salieron del piso con dirección a la escena del crimen. A la mañana siguiente, alrededor de las 5:00 am, Jhon salió de su habitación bostezando, las pocas horas de sueño no fueron suficientes en restaurar sus energías. Desganado caminó en busca de café, encontrando al detective parado de espalda, frente a un mapa hecho por fotografías de personas y varias hojas. Con una mano apoyada en su mentón observaba las imágenes. Al no verlo con su pijama habitual y bata dedujo que después de investigar en la escena del crimen volvió directamente a la habitación para continuar con su investigación; he ahí la explicación al mapa de fotografías.

Tenía la intensión en hablarle, pero recordó que cuando entra a su palacio mental, se desconecta del mundo exterior, era inútil decir o hacer algo, al final no escucharía. Entonces decidió tomar un baño rápido y volver a su dormitorio por un cambio de ropa. Con sus cosas en orden, caminó bostezando a la salida y escuchó esa voz.

- Buen día Jhon, no olvides tu maletín – señalo al objeto que estaba en el piso de la cocina – Típico de ti – habló Sherlock volviendo en si.

- ¡oh!... gracias – fue a recogerlo y entonces sus miradas se encontraron – Creí que estarías durmiendo.

- Dormir es aburrido – se acerca – al menos solo… -pasea alrededor del doctor y se detiene detrás de él – ¿Sabes que quiero de desayunar? -.

- She…Sherlock es muy temprano para… -avergonzado titubea y siente la respiración de su compañero en su nuca ocasionando una sensación de excitación.

- ¡Galletas!

- ¿eh?... ¿galletas? No te referías a… - desilusionado murmuró mientras el otro se dirigía a la cocina.

- Ayer compre un par de bolsas – muestra las galletas - en si las compró Lestrade, da lo mismo – regresa a lado de Jhon – Deberías probarlas, son muy buenas, en especial de chocolate.

- ahg… déjame en paz, tú y tus malditas galletas – enojado da media vuelta para irse y es atrapado por un beso. Deja caer el maletín y envuelve sus brazos alrededor del cuello de Sherlock. Ambos disfrutando de un apasionado beso.

- Pensabas irte sin mi beso de buenas días – lo besa de nuevo - Tendrás que compensarlo – estira la pierna, rozando la entrepierna de Jhon y el gemido no tarda en escucharse. Empieza a moverse cada vez más rápido.

- Sh..sher..Sherlock de…te..detente – excitado intenta mantener la calma pero sus caderas se mueven inconscientemente. De repente escucha ese susurro de nuevo por su oreja.

- Llegaras tarde, mi querido doctor Watson – se aparta – Continuaremos más tarde – sin remordimiento va a la cocina.

- ¿Qué? ¡¿Ah…?!Como pude ser tan tonto en caer en tus juegos – toma el maletín y sale del piso muy enojado.

Malhumorado llegó al hospital, el saludo amable acompañado con una sonrisa esta vez no recibió la recepcionista sino uno más formal y directo. Para empeorar las cosas se encontró con Sara en los pasillos y lo inevitable sucedió; el regañar por llegar tarde. En medio de la conversación preguntó a Jhon si estaba bien porque le vio caminar con dificultad. Avergonzado respondió con un rotundo “no”, el maldito de Sherlock tenía la culpa que su cuerpo se moviera con dificultad, en ese momento tenía tantas ganas de matarlo. Dejó a media la conversación, con la ya conocida excusa; tengo una llamada por atender.

Al final no sabía qué hacer, no podía dejar de estar irritado. Maldiciendo en voz baja y desquitándose con el maletín. Ya más calmado inicio sus labores cotidianas sin ningún problema. El trajín de la mañana consumieron casi toda su energía, el último paciente en atender lo hizo con los ojos a punto de cerrarse. El sueño ganó contra él, sentado tomó un descanso no autorizado. Entre sueños escuchó a alguien pronunciar su nombre una y otra vez, al punto de molestarlo. De pronto, se despertó, pero extrañamente estaba oscuro frente a sus ojos y sintió algo presionando sus labios. Abrió sus ojos, preguntándose que era esta cosa suave y entonces sus ojos se abrieron de par en par.

- “….¿Es Sherlock…?”

- Hora de despertar bello durmiente - dijo Sherlock alejándose de su boca.

- ¿Qué estas haciendo…? – asustado pregunta al tenerlo tan cerca y especialmente por el beso reciente.

- ¿Despertándote?, no me mires así Jhon… -hizo una pausa- Intente despertarte de la forma más común que sé; no tuvo efecto. Así que intente con una técnica utilizada en los cuentos de hadas -

- ¿Qué?... – Quedó confundido por la respuesta poco convencional.- Me refiero, la razón por el cual estas aquí, sabes que estoy trabajando. Mi turno termina mas tarde- frunce el ceño- ¿No deberías estar en casa resolviendo el caso? -.

- Estoy trabajando en el caso –se sienta encima de Jhon- Necesito la opinión de un médico y por suerte tengo uno frente mió- acerca su cuerpo e intenta besarlo pero la voz de Sarah los interrumpe.

- ¡Jhon¡ - toca la puerta y abre- Disculpa, necesitas apurarte, hay un grupo extenso de pacientes por atender. – Mira a Sherlock sentado en el piso – ¿Usted no es el amigo del doctor Watson?, hace un momento estaba en recepción, como llegó aquí –

- Veo que estás ocupado – se levanta, sin contestar las preguntas – Pediré ayuda a Molly – camina a la puerta de salida.

- ¿Te encuentras bien Jhon?, tienes la cara enrojecida –

- Estoy bien. Podrías hacer pasar a la siguiente persona – sonríe, intentando ocultar su vergüenza, gracias al detective por excitarlo de nuevo y abandonarlo.

Las investigaciones continuaron su curso, en está ocasión Jhon no participó en ningún aspecto, porque Sherlock considero innecesario. El caso fue resuelto en dos días para ser exactos, por las objeciones de los directivos en investigar a los presuntos sospechosos que pertenecían al directorio. El sospechoso reveló sus intenciones cuando fue provocado por el detective en una situación comprometedora. Ya con el asesino en la cárcel, el caso fue resultó muy fácil. En realidad le hubiera tomado solo dos horas encontrar al asesino, pero prefirió alargar el proceso por la tentación, llamada Watson.

En su último encuentro le dio entender a Sherlock que sufrió bastante en el proceso. Solo mirar el andar del doctor comprobó el daño ocasionado en su cuerpo, Tan profundo era su amor que optó abstenerse por un plazo determinado, no quería volver a lastimarlo. Era difícil decir no a las insinuación de su amado, en varias oportunidades estuvo a punto de caer en las garras de la pasión, pero los evitaba con excusas bien elaboradas o argumentos nada lógicos. Su último recurso era un beso en la frente y con una tierna sonrisa decía estar ocupada en uno de tantos experimentos. Hasta que un día, harto de tantos desplantes Jhon encara a Sherlock durante un almuerzo de fin de semana. El detective hace uso de sus infalibles argumentos, esta vez no lo salva de la ira de Jhon. Histérico inicia el reproche; se sentía excluido porque en los dos casos recientes no contaron con su ayudo, pero si con la de Molly. Sabía que ella era la eterna enamorada de Sherlock y eso lograba mantenerlo celoso cada vez que oía hablar de ella. Por su culpa tenía sin actualizar el blog por una semana, causando descontento en los lectores que esperaban leer algo interesante. A punto de reconsiderar la opción en buscar un nuevo piso, Sherlock se apresuró en explicarle en porque de su comportamiento distante, en el entretiempo el doctor no logró esconder su cara sonrojada de vergüenza, la tierna acción de su amado en respetar su cuerpo lo conmovió al punto de soltar algunas lágrimas de felicidad. Conmovido se secó los ojos. Podría haberse quedado conversando con él hasta el fin de los tiempos, pero se abalanzó para besarlo.


-Estoy de acuerdo con eso por ahora- dijo Sherlock sorprendido al ser atacado. Miró el rostro abatido de Jhon y lo besó una vez más. Esta vez, un simple beso no era suficiente. Lo jaló con tal fuerza que terminó recostado en la mesa, listo para ser comido.

- Sherlock… - pronuncia su nombre agitado y estira los brazos – tendrás que compensar dos semanas de abandono.

- ¿Estas seguro de esto? – Avanza hasta su rostro – No quiero volver a lastimarte –

- Sí – le besa tiernamente - confío en ti, esta vez ve más espacio ¿si?

Con la aprobación de su amante empieza a desnudarlo y llenarlo de besos. Preparó a Jhon como es debido para no causarle dolor como en la última ocasión. Cuando el doctor quedó sin aliento por la estimulación, sintió como un objeto duro y caliente entraba en él. La sensación le parecía entraña, pero el dolor no sobrevino. De hecho, cada vez que sentía las estocadas gimió de placer. Los recuerdos del dolor desaparecieron, dejándose envolver por la pasión y excitación del momento.

Tres semanas transcurrieron, ambos continuaron resolviendo diversos casos, como siempre eran aprobados por Sherlock, de vez en cuando dejaba esa labor a Jhon. Una mañana el inspector Lestrade irrumpió en Baker street, un nuevo caso de secuestro de niños puso en alerta todo Scotland Yard . Era indispensable contar con la ayuda del detective y su compañero, ya que dentro de los niños desaparecidos, se encontraba el hijo de un diplomático. Acudieron a la escena del crimen por pistas que dieran con el paradero del secuestrador. Después de un exhaustivo análisis de las muestras obtenidas, arrojaron datos valiosos que sirvieron en la investigación. Uno a uno dieron con el paradero de los niños, pero la ubicación del quinto niño era incierta. Tardaron dos días en ubicarlo porque el secuestrador cambió su estrategia, enviando una nota de rescate y estableciendo un plazo o sino mataba al niño. Angustiados los padres accedieron pagar el monto del rescate que sería llevado por Sherlock y Jhon disfrazados para no ser reconocidos.

En medio del proceso de transacción, un tiroteo se inició por culpa de Sherlock. Afortunadamente lograron rescatar sano y salvo al hijo del diplomático, como muestra de agradecimiento el niño de cuatro años abrazó a ambos. Con una voz tierna y amorosa dijo: “los quiero”, quedaron sin palabras a tal gesto adorable. Mientras regresaban a casa Jhon no dejaba de hablar del último niño que salvaron.

— Sabes...he estado pensando...- le mira- y si no se...¿adoptamos? , No seria mala idea tener un niño en casa- sus ojos se llenan de ternura- ¿lo imaginas? correteando por la casa...- sueña despierto-

— ¿un niño? - mira a su compañero y vuelve en si- No es una mala idea - coge su mano y lo aprieta- Tú y yo como padres, será una experiencia única del cual podría sacar datos que servirían para mi investigación...

— ¡Sherlock! - protesta- Nuestro hijo no será parte de alguno de tus experimentos.

— Tenía que intentarlo - le besa en la frente- Será nuestro tesoro más preciado- La idea de criar un niño le aterraba; era un mundo totalmente desconocido, pero ver el rostro de Jhon lleno de ilusiones logró cambiar de parecer. - Serás un excelente padre, los niños son lo tuyo, cada vez que salíamos a pasear podía ver como tu rostro se iluminaba y sonreías al verlos jugar en el parque o caminar en las calles. Hoy también demostrarte gran preocupación por rescatar a ese niño, a pesar de no ser familiar tuyo.

— Te amo demasiado...- le abraza - tengo calor...-.

Se aferra a la espalda de su amante, quien siente como su respiración de hacia mas lenta y los brazos que lo abrazaban perdían fuerzas. Al percibir esos síntomas, preguntó si se encontraba bien, a pesar que sabía la respuesta; era tan obvio que se sintió estúpido preguntar. Intentó confortarlo con varias muestras de cariño y dejándolo descansar en su pecho; sin dejar de besarlo en la frente. Cuando el taxi se detuvo, era momento de bajar, con sumo cuidado ayudó a Jhon descender del vehículo, le brindó su brazo como apoyo. La idea en llevarlo en brazos era la opción correcta en esto casos, pero desistió en el último minuto. Con dificultad llegaron al segundo piso, ya recostado en el sofá, Jhon acaricia la mejilla de Sherlock y débilmente le sonríe como un mensaje de no preocuparse.

— No...no es nada...- empieza a sudar- tal vez sea bochorno...- se levanta- agua...quiero agua-.

Como un rayo corre a la cocina en busca de agua y con las mismas regresa con un vaso con agua. Cuando ve que terminó de beber el contenido, se acerca para verlo directamente a los ojos y volver a insistir si se encontraba bien. Vuelve a oír un sí como respuesta, Jhon se levanta a pesar de la negativa del otro, después de dar dos pasos cae desmayado en el piso. Un grito profundo resonó en la habitación. En sus brazos intenta reanimarlo, al no encontrar respuesta lo lleva cargando a su cama. Recostado ve como el color del rostro perdía intensidad y la respiración más lenta. Alarmado bajó al primer piso en busca de la Señora Hudson, quien alterada salió a su encuentro. Un conciso resumen de la situación fue suficiente para mantener al tanto a la señora, quien se quedó cuidando mientras Sherlock llamó a una ambulancia. Después de evaluar posibilidades, lo más viable era trasladarlo con urgencia a un hospital. Sus signos vitales no eran nada favorable, mientras aguardaban la señora Hudson apaciguó el nerviosismo del detective con palabras de ánimo.

Después de diez minutos; los cuales fueron eternos para ambos, por fin llegaron los paramédicos, luego de evaluar su condición y tratarlo, lo trasladaron en una camilla a la ambulancia. Dentro, Sherlock trataba de mantenía la calma, era inútil, el hecho de ver a su amado postrado en la camilla y con un respirador, era Incapaz de hacer algo para aliviarlo. Sólo optó por tomar su mano y apretar con fuerzas durante todo el trayecto.
Ya estabilizado, dejan descansar a Jhon en una habitación privada, por capricho de Sherlock, se opuso que compartiera la habitación con un extraño; la actitud posesiva salió a la luz. El doctor a cargo sale del lugar para reunirse con los dos familiares del paciente.

— ¡Valla, pero si es Sherlock Holmes! soy su admirador!, soy el doctor Ryman  - extiende la mano - Siempre leo su blog; casos muy interesantes. Es un placer conocerlo.

— Mucho gusto. ¿Cuál es el estado de Jhon? - preguntó inquieto.

— Después de hacer los análisis correspondientes -revisa su fólder - Dieron como resultado, un caso típico de anemia, nada grave por suerte ¿Está comiendo adecuadamente? - lo mira - ¿Usted es más que su amigo no?-.

—¿Anemia? - frunce el ceño, recordó que siempre lo miraba comer todos los días; era el encargado de abastece comida a la casa y cuando podía cocina. En cambio él, consideraba aburrido comer, solo porque era vital para vivir lo hacía. - Si doctor, soy su amante-.

— ¡Oh!... ya veo - sonríe al escuchar esas palabras - Aquí está la lista de las cosas que debe comer, es importante que se alimente adecuadamente. Tiene que vigilar su alimentación. También que tome estas pastillas, son para los síntomas de anemia; un completo extra. No se alarme, las tomará durante 3 a 4 meses - le palmea el hombro- Cuando concluya el plazo, puede visitarme para ver el estado del señor Watson. Por cierto - se acerca a su oído - Nada de relaciones sexuales - dice bajito y se aleja - No lo ponga en peligro y nada de olores fuertes. Recuerde bien; cumplir cada antojo. Pueden ingresar a la habitación- termina con una sonrisa en el rostro.

La preocupación desapareció en ese instante, sintió como una gran carga era liberada de sus hombros y logró relajarse. Por otro lado, las palabras del doctor en cierto modo lo dejaron con un sin fin de preguntas rondando por su mente. Vio las pastillas y dijo para si -" ¿Nada de intimidad?, debe estar bromeando"- Colocando las cosas en el bolsillo, pidió a la señora Hadson concederle como favor entrar solo a la habitación. Con la aprobación, le agradeció con un beso en la frente y caminó hacia su amado Jhon. Dentro, observó que aun dormía, con la mirada contemplo el momento hasta que fue a su encuentro. Cogió una de sus manos para besarlo y llevarlo a su rostro. El calor de sus mejillas despertó al paciente, de a poco abrió los ojos.

— ¿Sher...sherlock?- sonríe débil- ¿mi amor dónde estamos?

Notas finales:

T.T gracias por los comentarios!, asi me incentivan a seguir escribiendo :D  Seran bienvenidas sus opiniones, si hay algo que no les gusta y también si les agrada la historia. 

Ya saben, yo me alimento de reviews jejejejje estoy trabajando en el siguiente capitulo que viene con lemon.

Hasta la siguiente... 


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